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vol.41 número1Albrecht, Michael von, Ad scriptores Latinos. Epistulae et collo­quia, traduzione poetica e prefazione di Aldo Setaioli, Perugia, Graphe.it Edizioni, 2022, 185 págs., ISBN: 9788893721578. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Nova tellus

versión impresa ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.41 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2023  Epub 31-Mar-2023

https://doi.org/10.19130/iifl.nt.2023.41.1.2300s01x14 

Reseñas

Platón. García-Baró, Miguel, La templanza y la prudencia. Hipias menor. Cármides. Edición bilingüe, comentario filosófico de Miguel García-Baró, traducción y estudio final de Claudia Már­sico, Salamanca, Ediciones Sígueme, 2020, 285 págs., ISBN: 978-84-301-2071-0.

Víctor Hugo Méndez Aguirrea  *
http://orcid.org/0000-0002-1880-2963

aUniversidad Nacional Autónoma de México, México, mendezaguirre@unam.mx

, Platón; García-Baró, Miguel. La templanza y la prudencia. Hipias menor. Cármides. Edición bilingüe. García-Baró, Miguel. Mársico, Claudia. Salamanca: Ediciones Sígueme, 2020. 285p. ISBN: 978-84-301-2071-0.


Palabras clave: Platón; Templanza; Prudencia; Virtud

Keywords: Plato; Temperance; Prudence; Virtue

Algunos comentarios filosóficos realizados a diálogos particulares se han vuelto clásicos en los estudios platónicos. Un ejemplo paradigmático es Plato’s Theory of Knowledge, de Francis M. Cornford, traducciones y estudios dedicados a Teeteto y Sofista. La obra ahora reseñada contiene la traducción comentada de dos diálogos tempranos fundamentales para abordar la filosofía de Platón en general: Hipias menor y Cármides.

En el libro IV de la República Platón fija, de manera algo arbitraria según algunos helenistas, el canon de las cuatro virtudes fundamentales: phrónesis, sôphrosýne, sophía y dikaiosýne. Cada una de estas virtudes había sido objeto de profundas reflexiones desde prácticamente el inicio de la literatura helena; pero es en los diálogos tempranos donde se forja paulatinamente el célebre canon de las tetra-aretai que articula la República, cuyo modelo ejerce enorme influencia en las diversas éticas de la antigüedad, incluso hasta las neoplatónicas tardías.

En la “Introducción” (pp. 9-19) se ofrece una breve e interesante refle­xión sobre las virtudes en los pensamientos de Sócrates, Platón y Aristóteles. Aunque helenistas destacados hagan hincapié en que el Estagirita abandona el canon platónico de las cuatro virtudes a favor de un análisis exhaustivo de un mayor número de disposiciones dignas de alabanza, aquí más bien se acentúa la continuidad de estos filósofos en general con énfasis en el cuarteto de las mencionadas cuatro excelencias en particular:

Para poder entendernos y continuar usando las palabras que los principales pensadores griegos utilizaron, llamamos aún prudencia, phrónesis, al saber la verdad sobre lo que se debe hacer a cada momento [...] Ahora, pues, podemos también señalar los hitos principales del arco de las excelencias o virtudes en la realización de la vida humana. Desde el punto de vista del que nace, la templanza viene en primer lugar, mientras que la justicia ocupa el supremo en lo moral; en lo intelectual o dianoético, como escribía Aristóteles, la prudencia es la que está en el fundamento y el sumirse en la verdad en cuanto tal, no solo en la verdad sobre la acción de cada momento, sino en la verdad como núcleo o cima de la realidad, estará en la cumbre de las posibilidades de la existencia de un ser humano. A esta perfección maravillosa llamaba Aristóteles sabiduría, sophía (p. 16).

A la breve “Introducción” sigue un extenso “Comentario filosófico” procedente de la pluma de Miguel García-Baró que contiene sendos apartados sobre “Hipias menor” (pp. 21-74) y “Cármides” (pp. 75-176). Ambos examinan línea a línea cada una de estas obras. Contienen información precisa y preciosa sobre diversos temas fundamentales en los estudios platónicos como, entre muchos otros, la teoría platónica de la virtud y la actuación de sofistas y personajes destacados en Atenas clásica.

Son varias las razones que explican por qué Cármides protagoniza una obra platónica. En el pasaje 157 d y ss. del diálogo epónimo se hace alarde de su ilustre prosapia por ambos troncos genealógicos, paterno y materno. Aquí se aprecian tanto paradojas socráticas como una idea recurrente en varias teorías de la virtud de la antigüedad, incluidas las neoplatónicas más tardías, la teoría de la propensión natural a la virtud o virtud natural:

Este largo encomio de las ramas familiares de Cármides refuerza la idea de una importancia de la casa y de la estirpe en la formación elemental de las virtudes, sin cuyo auxilio la sabiduría práctica, la prudencia, no es accesible. El texto está sugiriendo constantemente que la templanza, tratada filosóficamente, realiza de la mejor manera posible el tránsito a la prudencia. Con ella se confirmará después la salvaguarda de la misma templanza y de cuantas otras virtudes -tanto morales como intelectuales- podamos encontrar. Y este sería realmente el fondo de la posición irónico-seria de Sócrates cuando defendía [...] que, en el fondo, aunque haya muchos nombres para ello, la virtud humana es unitaria (p. 96).

A pesar de la ilustre prosapia de Cármides y de su primo Critias sus actuaciones públicas fueron lamentables. La “virtud natural” no fue pensada por las escuelas socráticas como nobleza hereditaria, más bien fue considerada como prerrequisito o condición necesaria de la virtud que no se actualiza sino a condición de gran esfuerzo personal. Cármides y Critias ambicionaban el poder sin afanarse por destacar en la virtud por lo que lejos de volverse personas “bellas y buenas” pasaron a la historia como “amistades impropias” de Sócrates, punto sobre el que se explaya la siguiente sección del libro reseñado.

Claudia Mársico redacta el “Estudio final” cuyo título es “Sócrates, entre la hechicería y las amistades impropias” (pp. 177-196). Ahí aborda dos temas de candente actualidad y ampliamente debatidos en los estudios socráticos contemporáneos: por una parte, en “Sócrates brujo: cura con palabras, impiedad y hechicería” (pp. 179-186) se cuestiona la lectura que hace de Sócrates el adalid de la racionalidad y se subraya el lado oscuro de la epistemología socrática; por la otra, en “El trasfondo de ‘thriller’ político: Critias, Cármides, Alcibíades y Teramenes” (pp. 187-196) se examinan sus “amistades impropias”, mismas que pudieron haber contribuido a su condena a muerte. Aunque se trate de un análisis de los diálogos tempranos Hipias menor y Cármides, el “Estudio final” ofrece respuestas a las interrogantes suscitadas por las acusaciones formuladas en contra de Sócrates por Ánito, Meleto y Licón: impiedad (asébeia) y corrupción de menores.

En la historia positivista de la filosofía que considera que ésta es el resultado del tránsito evolutivo e irreversible del mito al logos, Sócrates suele ser visto como uno de los pilares inamovibles de la racionalidad occidental. Sin embargo, incluso en el mismo apogeo del positivismo, escuelas como los ritualistas de Cambridge contribuyeron con enfoques más abiertos a comprender la complejidad de lo real que enriquecieron el conocimiento de la cultura clásica. Obras como Los griegos y lo irracional de Dodds fueron el epicentro de un movimiento telúrico que cimbró la perspectiva positivista mayormente imperante en la historia de la filosofía del siglo pasado. Rasgos chamánicos fueron detectados en figuras tan acendradamente helénicas como Tiresias. Y Sócrates, a pesar de sus escaramuzas libradas contra adivinos de diversa índole, no fue capaz de ocultar su filiación con el mántis, no con el tradicional poseído por la divinidad, sino uno de una estirpe nueva, uno capaz de dar cuenta y razón de sus palabras, un mántis-filósofo radicalmente diferente del mántis-inspirado de la tradición religiosa. Claudia Mársico hace hincapié en la lectura alternativa de Sócrates sugerida por autores como Henry Joly, Louis Gernet, Eric Dodds, Jean-Pierre Vernant, Pierre Hadot o Nicolas Grimaldi:

Frente a esta perspectiva [decimonónica], durante la segunda mitad del siglo XX, varias corrientes exploraron con provecho la relación entre el pensamiento griego y la irracionalidad, provocando en cierto modo una revalorización de las miradas alternativas sobre este padre totémico de la filosofía. [...] No faltan alusiones a estos vínculos que han llevado a sugerir que Sócrates es, a su modo, el último chamán de la tradición griega [...] Las discusiones sobre el origen de este fenómeno en Grecia son numerosas y van desde la idea de una importación cultural de la zona Escitia, que influyó en la cultura griega, hasta la negación de este origen y el sostenimiento de una factura local de estos conceptos novedosos. Más allá de estas discusiones, el chamán es visto como una persona psíquicamente inestable que ha recibido una vocación religiosa o sapiencial y practica una vida ascética orientada a la difusión de un mensaje. ¿No resuena en esta descripción la figura de los trances de Sócrates y su vida entregada a cumplir con la misión revelada por el oráculo? (pp. 180-181).

Cármides es un diálogo que da pábulo a la hipótesis del “Sócrates brujo”. La curación por la palabra ensayada por el filósofo ágrafo presupone tanto una antropología filosófica sobre la interacción cuerpo y alma como una teorización acerca de la tékhne, curiosamente emparentada con algunos tratados hipocráticos no menos que con la retórica y su teoría en sofistas como un Gorgias.

La hipótesis del “Sócrates brujo” también permite una mejor comprensión de los cargos levantados en contra del filósofo ágrafo, en particular el relativo a su presunta impiedad (asébeia). Desde sociedades secularizadas la acusación de impiedad suele interpretarse como un mero pretexto empleado por una facción política para deshacerse a través de una ejecución judicial de un personaje que por diversos motivos, tanto políticos como personales, les resultaba incómodo. Sin embargo, la Atenas clásica no fue exactamente una sociedad completamente secularizada. Por el contrario, la religión homérica-hesiódica y sus variantes locales eran muy importantes. Símbolos primarios del mal, como los denomina Paul Ricoeur, eran tomados muy en cuenta. Míasma y asébeia eran un tándem en el imaginario social ateniense clásico. Sin soslayar la relevancia de las consideraciones estrictamente políticas en las acusaciones contra Sócrates, Claudia Mársico escribe:

La asébeia implica, pues, una profanación de lo sagrado, por romper leyes “naturales” y ritos en un contexto donde la mácula (míasma) individual afecta a la comunidad. Todo parece indicar que empezó a usarse en 415 a.C. para habilitar modos de resolver el escándalo de la mutilación de los Hermes y la profanación de los misterios de Eleusis [...] Mencionemos un par de casos que ilustran el aspecto menos visto de la asociación entre asébeia y brujería. Dos discursos transmitidos bajo el nombre de Demóstenes, de mediados del siglo IV, hacen referencia al juicio contra Nino, una sacerdotisa acusada de asébeia por hacer conjuros y filtros de amor (phíltra) y por actuar inapropiadamente en la celebración de los misterios, al parecer introduciendo variantes, lo cual recuerda el cargo de Sócrates y su innovación religiosa. El uso del cargo de asébeia como marco para casos de brujería está presente en el caso de Teorís, acusada de producir pociones (phármaka), las mismas que promete Sócrates a Cármides [...] Las razones políticas de la acusación de asébeia, entonces, no deben ocultar el núcleo propiamente mágico-religioso que conlleva la denuncia. No en vano Aristófanes hace también de Sócrates un brujo [Aves 1553-4] [...] hay también un Sócrates brujo y hechicero que se manifiesta en múltiples conductas retratadas por sus discípulos y que no debe ser sepultada bajo el perfil del Sócrates schleiermacheriano, “padre de las ciencias”. La trama del Cármides y su peculiar emplazamiento de la templanza y la prudencia ayuda a recordarlo (pp. 184-186).

Entre “las amistades impropias” de Sócrates destacan Critias, Cármides y Alcibíades. Estos personajes son tan importantes en el pensamiento y en la biografía del propio Platón que son dramatis personae en sendos diálogos epónimos. Todos estos aristócratas, con elevadas aspiraciones a acceder a los cargos más prestigiosos de Atenas, se aproximaron al maestro ágrafo con la intención de allanar el camino a su ambición de poder; pero, como no los motivaba una sincera vocación filosófica, abandonaron las enseñanzas de Sócrates prematuramente y todo el esfuerzo invertido por el sabio en ellos resultó lamentablemente infructuoso. Los dos primeros eran primos, participaron en el gobierno de los treinta tiranos y fallecieron en el combate que derrocó a este régimen en el 403 a. C. (cf. pp. 188-189). Con respecto al último y a su paralelismo con la conducta de Cármides:

es usual leer que la acusación de corrupción de los jóvenes es una forma de referirse veladamente a la corrupción de Alcibíades […] Ambos jóvenes deben considerar el tipo de saberes que deben tener para actuar en política y los esfuerzos de Sócrates se orientan a que tomen conciencia de su ignorancia sobre la templanza, necesaria para dirigir los destinos comunitarios. El resultado es una actitud entusiasta de prosecución de los estudios y de voluntad de pasar tiempo con Sócrates, que en ambos casos no llegará a lograrse [...] Como ocurre también en el Alcibíades de Esquines, Sócrates ofrece una salida que sus interlocutores no logran adoptar de manera duradera (pp. 191-192).

La otra “amistad impropia” examinada por Claudia Mársico es más conocida por historiadores y filólogos que por filósofos: Teramenes. Este político ateniense fue llevado a juicio y condenado a muerte durante el régimen de los treinta tiranos. Critias mismo promovió dicho proceso que concluyó con la ejecución del reo. Mársico encuentra paralelismos notables entre la muerte de Teramenes y la de Sócrates:

La muerte de Sócrates itera la de Teramenes, lo cual podía haber resonado en los contemporáneos como otra ocasión de eliminación de esos personajes molestos e incomprensibles por sus virajes inesperados [...] Con estilos diferentes, Teramenes y Sócrates tienen la fuerza suficiente para ir en contra de la corriente, para sostenerse en la borrasca y aceptar la muerte con buen ánimo, lo cual no es poco y sugiere un ejercicio de templanza y prudencia que nos invitan a seguir interpretando sus andanzas (p. 196).

La obra reseñada concluye con sendos textos bilingües de Hipias menor (pp. 197-229) y Cármides (pp. 230-285) en las cuidadas y precisas traducciones realizadas por Claudia Mársico .

Los estudios y traducciones de los diálogos platónicos Hipias menor y Cármides ofrecidos por Miguel García-Baró y Claudia Mársico constituyen una aportación invaluable a los estudios platónicos en general y a los análisis de lo que los filósofos morales de la antigüedad consideraban dos excelencias axiales: la templanza y la prudencia.

Bibliografía

Platón. García-Baró, Miguel, La templanza y la prudencia. Hipias menor. Cármides. Edición bilingüe, comentario filosófico de Miguel García-Baró, traducción y estudio final de Claudia Mársico, Salamanca, Ediciones Sígueme, 2020, 285 págs., ISBN: 978-84-301-2071-0. [ Links ]

Recibido: 09 de Septiembre de 2022; Revisado: 30 de Octubre de 2022; Aprobado: 20 de Noviembre de 2022

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Víctor Hugo Méndez Aguirre es doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, investigador adscrito al Centro de Estudios Clásicos del Ins­tituto de Investigaciones Filológicas de esta misma casa de estudios. Se ha desem­peñado como docente dentro de esta institución en las licenciaturas de Letras Clásicas y de Filosofía. Actualmente colabora en la Maestría en Docencia para la Educación Media Superior (MADEMS). Sus líneas de investigación gravitan en torno a Platón, Aristóteles y éticas clásicas y contemporáneas. Sus publicaciones recientes son “Deisidaimonia y Technai en los diálogos de Platón”, en Maria do Céu Fialho, Maria Regina Candido y Nuno Simões Rodrigues (coords.), Magia e Superstição no Mediterrâneo Antigo, Coimbra, Imprensa da Universidade de Coimbra (Série Humanitas Supplementum. Estudos Monográficos), 2021, pp. 169-178, https://doi.org/10.14195/978-989-26-1552-3_11; “Ética y feminismo de Graciela Hierro”, en Diana Arauz Mercado (coord.), Historia de las mujeres. Voces interdisciplinarias, Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2021, pp. 65-77; y “Paradoja política y utopismo pedagógico en Jenofonte”, Calíope. Presença Clássica, 42, 2021.2, pp. 23-43, https://doi.org/10.17074/cpc.v1i42.48390. Desde 1998 forma parte del Sistema Nacional de Investigadores.

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