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Nova tellus

Print version ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.35 n.1 Ciudad de México Jan./Jun. 2017

https://doi.org/10.19130/iifl.nt.2017.35.1.761 

Reseñas

González Ponce, Francisco J., F. Javier Gómez Espelosín y Antonio L. Chávez Reino (eds.), La letra y la carta. Descripción verbal y representación gráfica en los diseños terrestres grecolatinos

Teresita Cano Ricárdez* 

*Universidad Nacional Autónoma de México terecanoricardez@gmail.com

González Ponce, Francisco J.; Gómez Espelosín, F. Javier; Chávez Reino, Antonio L.. La letra y la carta. Descripción verbal y representación gráfica en los diseños terrestres grecolatinos. España: Universidad de Sevilla, Universidad de Alcalá, 2016. 367p.


La red internacional de investigación Geography And Historiography In Antiquity (GAHIA), recientemente constituida y con sede en la Universidad de Sevilla, inicia el primer volumen de su Colección con un homenaje a Pietro Janni y, por ello, el tema es la “Letra y la carta”, en remembranza de la importancia que la obra de éste ha tenido y tiene en relación con el estudio de la cartografía antigua.

Pietro Janni es un autor primordial para entender la geografía antigua y, sobre todo, la visión del espacio geográfico en la antigüedad, ya que en su obra de 1984, La mappa e il periplo, brinda el concepto fundamental de espacio hodológico. El énfasis en dicha definición está en la concepción subjetiva, en la representación de los puntos geográficos y en sus respectivas líneas de enlace, que crean un mapa mental, el cual está sujeto a la percepción de las personas asociadas con condiciones específicas de tiempo y lugar.

Con base en lo anterior, el tema de este volumen se adecua perfectamente a las enseñanzas de Janni, una de cuyas líneas principales ha sido la relación entre el texto y el mapa, esa compleja rivalidad entre el relato escrito y el diseño gráfico que se detecta en los autores antiguos a la hora de abordar la descripción de un territorio dado. La organización de esta obra se puede leer en 4 secciones:

I. LETRA VS. CARTA: PRESUPUESTOS BÁSICOS

Karte und Text: zwei Wege der Repräsentation des geographischen Raums in der

Antike und im frühen Mittelalter

Alexander V. Podossinov

2. TENSIÓN LETRA-CARTA EN LA LITERATURA GRECORROMANA

Démocédès de Crotone, l’apographé et la genèse du périple

Didier Marcotte

La tragedia e i confini del mondo: limiti geografici e limiti linguistici

Roberto Nicolai

Le Amazzoni e la geografia della conquista da Alessandro a Pompeo

Serena Bianchetti

Del Hífasis a Opis: la percepción geográfica del imperio de Alejandro

Francisco Javier Gómez Espelosín

Simonidis cartografo e riscopritore della pittura sacra atónita

Luciano Canfora

Acerca del contorno costero de la Iberia de Artemidoro

Manuel Albaladejo Vivero

Geografia tardo-ellenistica: la lista delle satrapie in Diodoro XVIII, 5-6

Francesco Prontera

Estrabón y su manejo de la periplografía griega

Francisco J. González Ponce

Etnias e identidades antiguas: hacia el cambio del paradigma esencialista

Gonzalo Cruz Andreotti

De Pline à Agrippa: le chemin détourné d’une carte virtuelle

Pierre Moret

Por el río y por el mar, tal vez incluso por tierra: nota a Periplo del mar Eritreo 54

Stefano Belfiore

Paradoxography and Geography in Antiquity: Some thoughts about the Paradoxographus Vaticanus

Klaus Geus

La Périégèse de Denys d’Alexandrie: langue géographique et poésie

Patrick Counillon

Remarques sur les notions de “haut” et de “bas” dans la géographie antique de l’Afrique

Jehan Desanges

3. OTROS TESTIMONIOS EXTRALITERARIOS

Meilensteine: Ausdruck römischer Herrschaft und römischer Raumauffassung

Hans-Joachim Gehrke

Claudius’ Use of a Map in the Roman Senate

Richard J. A. Talbert

4. LA TRADICIÓN CLÁSICA

Travelling literature alphabetically: Literary hodology in Giovanni Boccaccio

Daniela Dueck

Primero, Podossinov explica que, en la antigüedad, la humanidad tenía dos maneras de hacer descripciones geográficas: un texto literario o un mapa geográfico, las características de cada uno, el área de su aplicación y su capacidad de percibir el espacio, sus similitudes y diferencias no se pueden investigar sin tener en cuenta el concepto de “mapa mental” y la relación entre el mapa real y el texto literario, ya que la descripción verbal, la percepción y el espacio hodológico pueden influir en el momento de la elaboración (descripción gráfica) de los mapas reales.

En el s. IV a. C., los modelos griegos de los periplos aparecen en dos tratados περὶ ἐθῶν y ἐθῶν κτίσεις. Marcotte defiende que los antiguos orígenes de este género están relacionados con los procedimientos administrativos asociados al inventario (ἀπογραφή), es decir una descripción geográfica del espacio humano y, en particular, de las regiones costeras confiada a los observadores dispuestos por el poder. En este texto se aclara la naturaleza y función del periplo en sus primeras manifestaciones, con una nueva interpretación de una pieza tomada del corpus clásico.

Luego, Nicolai presenta que la geografía de las tragedias no describe espacios reales y verificables, sino imaginarios e imaginados. La descripción del espacio crea una red de relaciones entre la historia y otros eventos del mito, y así se enriquecen otros significados de la situación dramática. Los lugares se convierten en el sustituto de un paradigma mítico y de una herramienta familiar de reflexión. La geografía de los límites de la ecúmene, así como aparece en la tragedia y en Esquilo, se puede referenciar.

Por su parte, Bianchetti explica que las menciones a las amazonas constituyen una narración encomiástica donde la geografía tenía un papel instrumental, adecuado para poner de relieve las similitudes entre los líderes romanos (Pompeyo, César y Augusto) y Alejandro. Según Salustio harán uso de la imitatio Alexandri, la imagen de Alejandro conquistador y dominador de la tierra y el mar, similar a otros personajes (Heracles, Dionisio, Prometeo), de los que se resalta su aspecto heroico y la capacidad de llegar a los confines del mundo, que simbolizan, en la historia de Grecia y Roma, los límites del conocimiento.

Por otra, Gómez Espelosín dice que durante las campañas de Alejandro se sucedieron dos motines o demostraciones de descontento que sus tropas llevaron a cabo en el río Hífasis, en la India y en Opis, momentos clave en los que ya se podía hacer un balance global de la conquista. De los relatos conservados podemos intuir dos imágenes: una más global y articulada, patrimonio casi exclusivo del monarca, y otra que circulaba entre la mayoría, vagamente construida por su propia experiencia hodológica, parcial y siempre momentánea. Canfora considera que en el Papiro de Artemidoro hay tanto texto como un vasto mapa de contenido tan difuso que pueden interpretarse como la Bética, la desembocadura del Guadalquivir, la desembocadura del Ródano o la isla de Chipre. El papiro pretende ser una copia hecha en el momento de Cleopatra, de la Geografía de Artemidoro de Éfeso (II-I a. C.); sin embargo, es de Constantino Simonides, un gran falsificador del s. XIX, geógrafo, estudioso de los textos, pintor y paleógrafo. Se sabe que éste fue capaz de hacer pasar un Tratado de pintura sacra de comienzo del s. xviii como una obra del s. XV-XVI, es la pintura Denys de Furna.

Albaladejo Vivero narra que después de comparar las distancias costeras de la Península Ibérica, conocidas con anterioridad al hallazgo del papiro en los fragmentos de la obra de Artemidoro, recogidos por historiadores y geógrafos posteriores, se aprecia el nivel de verosimilitud que presentan las cifras plasmadas en dicho documento. También se delinea la secuencia costera de la península, sin olvidar la descripción de algunas regiones internas ni la información de tipo etnográfico e incluso paradoxográfico.

Prontera explica que en el capítulo inicial del libro XVIII Diodoro presenta un cuadro geográfico de toda Asia (V y VI), basándose en varias fuentes, e ilustra la distribución de las satrapías proporcionadas desde Eratóstenes y Dicearco hasta Jerónimo de Cardia, pero añade información. La evaluación de esta digresión es fundamentalmente histórica. Diodoro en realidad ha utilizado una reelaboración tardía, helenística (tal vez su fuente sea Posidonio) de Asia y la geografía eratosténica.

González Ponce considera que con su obra Geografía Estrabón se convierte en el transmisor más importante de las obras periplográficas, pues da muestras de su previsible conocimiento y manejo de la periplografía griega, al menos en dos ocasiones. La primera en el libro VIII, 1, 1, cuando incluye a los autores de portulanos, periplos o periégesis, junto a historiadores, físicos y matemáticos, entre los que, desde Homero hasta él mismo, se han ocupado de la descripción de Grecia; la segunda, se halla en el VIII, 3, 20, cuando insiste en el olvido general de la Samos de Élide por parte de los periplógrafos.

Cruz Andreotti argumenta que un análisis desprejuiciado y alejado de modelos esencialistas, así como un conocimiento más detallado y preciso de la literatura geográfica, en particular de la etnográfica, nos da la oportunidad no sólo entender mejor la visión exógena de la etnografía, sino sobre todo un análisis más rico en matices, que es lo que permite la naturaleza política del ethnos antiguo. Posiblemente a partir de aquí no conoceremos en su total complejidad la identidad real de los ethne que han llegado a través de los testimonios antiguos, pero desde una “disciplina” tan apegada a la condición histórica del espacio como es la geo-etnografía antigua podremos intuir al menos algunas de sus características, muy distintas de los clichés primordialistas que aún nos inundan.

Moret por su parte propone una restitución cartográfica virtual basada en 86 medidas de distancias previstas por Plinio el Viejo en los libros III y IV de Historia Natural (Hispania, Galia e Italia). Ciertamente, en la restitución se refleja la distribución por “climas” de 57 villas y regiones de Occidente en la sección final del libro VI. Los resultados de este estudio (donde se rescatan las distancias costeras de Varrón, las medidas que estructuran el espacio de las provincias procedentes de Agripa o las actualizaciones de las rutas terrestres basadas en el texto de Plinio) confirman la importancia de los itinerarios de viaje, para conocer la extensión de las áreas regionales, y con sólo leer el texto de Plinio podemos visualizar una coherencia global.

Belfiore expone que el códice Palatinus graecus 398 (s. IX) es el testigo único del texto de la sección 54 Periplo del mar Eritreo. Los editores modernos han sentido la falta de la formulación ἀπὸ δὲ τοῦ y κατ’ αὐτὴν εἲκοσι. Así, la han integrado al texto, en la traducción o en el comentario mediante “río”, o “embocadura del río”, o mediante “emporio”, siempre interpretando κατ’ αὐτὴν εἲκοσι con referencia a la ciudad o pueblo de Muziris, el cual junto con Nelkynda era uno de los puertos del sur de la India que manejaba la mayoría del tráfico comercial.

Geus explica que la colección Paradoxographus Vaticanus, a veces llamada “Paradoxographus Rhodii”, fue compilada por un editor anónimo del s. II a. C., y llega hasta nosotros a través de escritos medievales. Está compuesta por 62 parádoxa, cuyo contenido se relaciona sobre todo con la ciencia natural (animales, ríos, manantiales y lagos), y en menor medida con la etnografía y la mitología. Una vez estudiada la paradoxografía desde la geografía y la información topográfica, también se puede analizar como una secuencia narrativa basada, de acuerdo con Pietro Janni (1984), en la visión de un espacio hodológico, identificando categorías, lugares y costumbres.

Counillon proporciona un análisis de la periégesis de Dionisio de Alejandría construida en hexámetros épicos; es un mapa del imaginario del mundo habitado, un poema geográfico especial, que va más allá del tiempo. Se cree que el proyecto de Dionisio es construir un mapa mental de la ecúmene. En su obra se encuentran las características fundamentales de las listas como los topónimos e incluso digresiones históricas, mitológicas, mineralógicas, etnológicas, territoriales y geográficas, sin olvidar leyendas, observaciones astronómicas y descripciones de monumentos y maravillas.

Desanges centra la atención en el contexto de la antigua África, donde los vocablos “bajo” (inferior) en algunos casos se opone al “alto” (superior) en los textos escritos por los autores griegos y latinos, para describir la localización geográfica de algunos pueblos libios y para ubicarlos en un espacio geográfico. El principal problema es la cuestión de la percepción de cada una de las fuentes y autores que creaban un espacio hodológico, que difícilmente será un espacio geográfico fiable.

Gehrke discute que el estudio de los miliarios y la construcción de carreteras romanas puede conducir a una mejor comprensión del poder romano, del dominio y la visión romana del mundo y su sistema imperial. Así, la sucesión de miliarios y carreteras están también conectados con las necesidades de organizar el espacio de los romanos y los conceptos de sumisión y dominación del espacio y la naturaleza.

Talbert habla del discurso del emperador Claudio llamado “Tabla de Lugdunum”, entregado y preservado por el Senado Romano en el año 48, pero que ha llegado a nosotros incompleto. Al parecer, el discurso se ilustraba con un mapa que Claudio mandó a hacer y que se extendía desde el sur de Inglaterra hasta el norte de Italia, marcando algunos asentamientos importantes y algunos límites provinciales (Viena, Lugdunum, Galia Narbonense, Roma, entre otros) y es, sin duda alguna, una ayuda visual inmejorable cuando se trata de ilustrar un territorio o región. Este mapa y el uso al que Claudio lo puso añaden una apreciación de la importancia de los mapas en la cultura romana.

Finalmente, Dueck observa las obras del humanista italiano del s. XIV, Giovanni Boccaccio y analiza que existe un diccionario en latín de términos geográficos: De montibus, silvis, fontibus, lacubus, fluminibus, stagnis seu paludibus, et de diversis nominibus maris. El proyecto de Boccaccio es un rico manual geográfico con diversos tipos de información sobre numerosos sitios, cuyas fuentes son: Agripa, Mela, Plinio, Eusebio Jerónimo, Vibio Ecuestre, entre otros. Por ello, Dueck vincula listas geográficas con mapas mentales, y específicamente con el concepto hodológico del espacio.

En suma, en este volumen se brinda información valiosa para el lector interesado en conocer y entender el enfoque y la visión particular de la geografía histórica grecorromana y su transmisión de la mano de los expertos, en las diversas especialidades, se puede entender la visión articulada que existe entre el texto y la descripción gráfica, demostrando que no pueden ser disociados. A lo largo de este libro se explican los problemas de percepción de los espacios geográficos en la sociedad antigua, tomando en cuenta el concepto de “mapa mental” y la relación entre el mapa real y el texto literario, ya que la descripción verbal, la percepción y el espacio hodológico pueden influir en el momento de elaborar los mapas reales, cuestión que se debe considerar tanto en la reconstrucción como en la obtención de información para crear mapas reales antiguos con alto grado de veracidad.

Teresita Cano Ricárdez es licenciada en Letras Clásicas por la Universidad Nacional Autónoma de México y profesora adjunta de Geografía Antigua en el Colegio de Letras Clásicas. Miembro de la Asociación Internacional de Geografía e Historiografía de la Antigüedad (GAHIA) y de la Asociación Mexicana de Estudios Clásicos (AMEC). Colabora en el proyecto PAPIME “Materiales para la enseñanza del Griego y su traducción” y en el Proyecto PIFFYL “Seminario de Geografía Antigua”. Su línea de investigación es la geografía de la antigüedad clásica.

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