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Nova tellus

Print version ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.32 n.1 Ciudad de México  2014

 

Reseñas

Liebersohn, Yosef Z., The Dispute Concerning Rhetoric in Hellenistic Thought

Jorge Mena Urrea* 

* Profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, México jorgemenau@live.com.mx

Liebersohn, Yosef Z.. The Dispute Concerning Rhetoric in Hellenistic Thought. Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 2010. 224 pp.


Palabras clave: Retórica; filosofía; época helenística

Key words: Rhetoric; Philosophy; Hellenistic Period

La disputa desatada entre la filosofía y la retórica por la supremacía en la educación de los futuros hombres de estado tiene sus orígenes casi desde el nacimiento de la retórica misma. En efecto, Platón, en obras como el Gorgias y el Fedro, ya hacía mención de por lo menos dos razones por las que la retórica no merecía la categoría de arte: en la retórica se hace uso de la verosimilitud y no de lo verdadero; se pretende que las cosas pequeñas parezcan grandes y grandes las pequeñas, que lo nuevo parezca antiguo y antiguo lo nuevo, que acerca de cualquier tema se hagan discursos breves o se alarguen de manera indefinida.

Pero, ¿qué sucede en la etapa helenística con esa disputa? Yosef Liebersohn aborda este problema en su The Dispute Concerning Rhetoric in Hellenistic Thought, partiendo de la constatación de que no hay ningún texto completo de las obras originales de los principales participantes en esta querella, que fueron el peripatético Critolao, Diógenes de Babilonia y el académico Carmadas. En consecuencia -señala-, dependemos de autores tardíos que recogieron el pensamiento de esos filósofos y que también expusieron sus puntos de vista sobre ellos: Cicerón, Filodemo de Gádara, Quintiliano, Sexto Empírico y Luciano de Samosata.

El estudio de Liebersohn se divide en los siguientes siete capítulos:

1. La Introducción contiene, además del prefacio y la metodología, el examen de las fuentes que son los primeros cuatro autores antes mencionados (Cicerón, Filodemo de Gádara, Quintiliano, Sexto Empírico), además de los prolegomena o manuales introductorios de las obras de retórica de época imperial.

2. El contexto del debate se subdivide en cinco apartados: a las “Consideraciones preliminares”, sigue “Las escuelas de filosofía y la retórica”, donde se incluye a los epicúreos, los peripatéticos, los estoicos y los académicos. En tercer lugar, se refiere al contexto histórico; en cuarto, al estado de la cuestión o las presuposiciones comunes en la literatura secundaria. Analiza las obras dedicadas al debate entre filosofía y retórica durante el periodo helenístico, como el artículo de Ludwig Radermacher sobre “Critolao y la retórica” (1895), la relación de Harry Hubbell, en su reconstrucción de los fragmentos de Filodemo (1920); las referencias al mismo asunto en el comentario de A. D. Leeman y H. Pinkster al De oratore de Cicerón (1981), un artículo de Jonathan Barnes (“Is Rhetoric an Art?”, 1986), y el esbozo de T. Reinhardt y M. Winterbottom en su comentario al segundo libro de la Institución retórica de Quintiliano. Por último, el autor presenta los límites de los estudios anteriores y los alcances de su propio trabajo sobre las fuentes.

3. En los cinco capítulos siguientes, Liebersohn aborda un número igual de argumentos (“arguments”), que son: (3) el argumento de la exclusividad de la enseñanza, (4) el de las cosas falsas, (5) el del beneficio, (6) el del fin, y (7) el de la materia.

En relación con el argumento de la exclusividad de la enseñanza, el autor trata los puntos generales acerca del tema y las fuentes, que son las cuatro ya indicadas antes. Presenta los argumentos utilizados y los objetivos de cada uno de los autores. Su trabajo termina con una serie de conclusiones, entre las que destaca la idea de que la capacidad discursiva es natural y que puede ser pulida por medio de la práctica y la experiencia (“The Extended Natural Orator Argument”), observando que el argumento de la exclusividad de la enseñanza se utilizó en los debates interno (peripatéticos y académicos contra los estoicos) y externo (Critolao y Sexto Empírico contra los rétores).

4. El argumento de las cosas falsas. El autor trata los puntos generales del tema y las fuentes, que en este caso son los testimonios de Quintiliano y de Sexto Empírico. Después de explicar en qué consiste ese argumento, el autor concluye que su objetivo es mostrar que la retórica está edificada sobre bases falsas (ψευδῆ/falsae), las cuales se perciben en el nivel de la educación y en el de la aplicación. En el primero caso se hace uso de reglas o preceptos falsos (ψευδῆ θεωρήματα); en el segundo, de opiniones falsas (ψευδεῖς δόξαι/falsae opiniones). Al hacer uso de esas bases, observa que ni el orador ni el maestro de retórica pueden sostener que hacen uso de la percepción, sin la cual la retórica no puede ser considerada arte. Liebersohn termina con una explicación de los objetivos del argumento y con sus propias conclusiones.

5. En teoría todo arte es benéfico para el ser humano; sin embargo, ha habido casos en que, con intención o sin ella, el arte (vía el ejecutor del arte) deviene perjudicial. A partir de esta idea, Liebersohn explica, en el quinto capítulo, el argumento del beneficio de un arte. Inicia con los puntos generales, y a continuación explica el argumento del beneficio que Quintiliano aborda en el libro II, capítulo 16, del Sobre la enseñanza de la retórica (De institutio oratoria). Con el mismo método de trabajo y con el mismo tema aborda a Sexto Empírico, quien trata sobre el asunto en su Adversus mathematicos, II, 20-47. Posteriormente aborda el argumento de la expulsión de algunos rétores, el argumento del daño general y la cacotecnia o mal arte en el Adversus mathematicos, II, 12. Proporciona los pasajes de Quintiliano y Sexto en que se trata la cacotecnia, y da fin a su capítulo tratando dos problemas: pro falsis contra veritatem valere y el argumento de la expulsión en Critolao. El autor concluye que Critolao, en la primera etapa de la rivalidad y Carmadas, en la segunda, son los principales promotores del argumento del beneficio inherente y del daño que un arte puede ocasionar.

6. Dos son las finalidades que se le han atribuido a la retórica: persuadir (propuesta clásica ya mencionada por Platón) y hablar bien (propuesta estoica). A partir de estas propuestas el autor trata el argumento de la finalidad de la retórica, las fuentes utilizadas y una introducción al argumento de la finalidad donde dice en qué consiste. A continuación aborda la exclusividad del argumento de la finalidad de la retórica y la crítica de la exclusividad de éste. Su capítulo finaliza con las investigaciones acerca del tema y el análisis de las fuentes (Quintiliano y Sexto Empírico, además de la figura de Luciano). Tanto en Quintiliano como en Sexto las figuras preponderantes son Critolao y Carmadas.

7. Liebersohn finaliza su obra con el argumento de la materia o de los temas tratados en una τέχνη. Las fuentes utilizadas son nuevamente Quintiliano (Sobre la enseñanza de la retórica, II, 15-21, II, 21) y Sexto Empírico (Adversus mathematicos, II, 48.59). Numerosos son los pensadores que trataron el tema: Aristóteles, Critolao, Atenodoro de Rodas y Agnón. Sin embargo a ninguno de ellos se le atribuye ese argumento. La figura descollante en la etapa helenística es Critolao, pues, en relación con la materia, Liebersohn lo considera la fuente de los siguientes argumentos contra la retórica: non propia e infinita.

8. En el sumario, el autor presenta las dos etapas en que se desarrolla la controversia, las figuras preponderantes de cada una de ellas, y los principales argumentos en contra de la retórica.

Concluye el autor con una bibliografía completa acerca del tema y con un índice de lugares, de nombres y de temas destacados.

Gran mérito tiene Liebersohn al distinguir dos escenarios y dos debates en la disputa sobre la retórica en época helenística: el primero es encabezado por el peripatético Critolao, a mediados del segundo siglo a. C.; el segundo lo dirige el académico Carmadas, a finales del siglo i a. C. Los debates en ambas etapas se llevan a cabo entre filósofos contra rétores y entre filósofos contra filósofos, en este último caso, los peripatéticos y/o los académicos contra los estoicos.

En cuanto a los argumentos utilizados en contra de la retórica, Liebersohn reconoce la dificultad de atribuir cada uno de ellos a un solo autor, pues dice: “los autores (helenísticos) tienen la tendencia a combinarlos, o separar un argumento en diferentes partes, añadiéndose así a la dificultad de reconstruir los argumentos originales”.1 Con todo, da cuenta de aquellos que se pueden reconstruir y atribuir a un autor, como el argumento de la exclusividad de la enseñanza, atribuido por Cicerón a Carmadas y por Filodemo a Critolao.

Nuestro autor registra cinco principales argumentos, algunos de los cuales ya habían sido utilizados por Platón, por ejemplo, el argumento del daño causado por una actuación injusta2. Lo relevante de su trabajo estriba en el examen a detalle de cada uno de ellos, como es el caso del argumento del daño general, clasificado por Carmadas en daño individual y daño social.

Es interesante la parte donde los filósofos atacan a los filósofos defensores de la retórica, principalmente los académicos y los peripatéticos contra los estoicos. En esta sección se hacen presentes los puntos de vista de Critolao, el peripatético que fustigó a los estoicos con sus propios argumentos, como el de la finalidad de la retórica, que para ellos era el “hablar bien”. Critolao, apoyado en los primeros filósofos y en los más destacados, como Platón, logró que los estoicos reconocieran que la finalidad era persuadir. Una vez logrado este objetivo, se dio a la tarea de atacar esa finalidad que, dice, no es exclusiva de la retórica. A partir de las deducciones obtenidas por Liebersohn se desprende el importante papel desempeñado por Critolao en la disputa entre la filosofía y la retórica, pues considera que es la fuente de nuevos argumentos en contra de la materia, o temas que trata la retórica: el arte (en este caso la retórica) cuya materia es infinita debe ser llamado multiplex; el arte cuya materia es non propia debe ser llamado circumcurrens.

El autor considera que el material consultado es muy complicado y fragmentario para permitir el logro de una conclusión final y que por esa razón se une a Sudhaus y a Radermacher, quienes ven la necesidad de más investigaciones al respecto.

1Liebersohn 2010, pp. 54-55.

2Cfr. Pl., Grg., 456d-457c.

Recibido: 30 de Marzo de 2014; Aprobado: 14 de Mayo de 2014

* Jorge Mena Urrea, licenciado, maestro y doctor en Letras Clásicas por la Universidad Nacional Autónoma de México, es profesor de la Escuela Nacional Preparatoria. Sus líneas de investigación son la literatura y la lengua griegas, la retórica antigua, en especial Filodemo de Gádara, temas sobre los que ha impartido diversas conferencias. jorgemenau@live.com.mx

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