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Nova tellus

versión impresa ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.30 no.1 Ciudad de México  2012

 

Reseñas y notas bibliográficas

 

López Férez, Juan Antonio (ed.), Mitos clásicos en la literatura española e hispanoamericana del siglo XX

 

Germán Santana Henríquez

 

2 vols., Madrid, Ediciones Clásicas, 2010, 1133 págs.

 

Fecha de recepción: 21 de marzo de 2012.
Fecha de aceptación: 16 de agosto de 2012.

 

Palabras clave: Mitología clásica, literatura española e hispanoamericana, siglo XX.

Keywords: Classic mythology, spanish and spanish-american literature, XXth century.

 

Dentro de la colección Estudios de Filología Griega (EFG) aparece esta décimo segunda producción coordinada y editada por Juan Antonio López Férez, catedrático emérito de Filología Griega de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Madrid, España), referida en esta ocasión a la presencia de los mitos grecolatinos en la literatura española e hispanoamericana del siglo XX. Cincuenta y nueve son los autores que aquí se dan cita (algunos tristemente fallecidos como Jesús Lens Tuero o María Sten) y sesenta y cinco los trabajos que aquí se contienen. Las cubiertas de estos dos volúmenes reflejan dos mitos insertos en la pintura, pertenecientes respectivamente a la Leda atómica (1949), de Salvador Dalí, que se conserva en la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras, Gerona, y al Prometheus (1930), de José Clemente Orozco, que se encuentra en el Pomona College de Claremont, en California.

El primero de los trabajos lo firma María Luisa Arribas, de la uned de Madrid: "Vigencia de la mitología clásica en la poesía de Rubén Darío", donde se analiza la manera en que Darío incorpora la mitología grecolatina en su poesía, notándose cómo el pensamiento antiguo se muestra en el poeta nicaragüense de una forma peculiar en cuanto a su interpretación se refiere. El segundo de los estudios es de Antonio Villarrubia Medina, de la Universidad de Sevilla: "Algunas influencias mitológicas clásicas en las obras de Jacinto Benavente y de Carlos Arniches". Tras el análisis de algunas influencias míticas en ambos autores, se revela que el conocimiento de la herencia clásica es más profundo en las obras de Benavente que en las de Arniches. El tercer estudio es de Joaquín Ritoré Ponce, de la Universidad de Cádiz: "El mito clásico en la obra teatral de Galdós". Analiza Electra, Casandra, Alcestis y Bárbara, piezas teatrales que constatan el amplio conocimiento de la mitología clásica por parte de D. Benito Pérez Galdós, e insiste en que el mito renueva su significado y ayuda a expresar los planteamientos vitales y políticos del escritor canario en un momento problemático de la historia de España. El cuarto de los trabajos corresponde a María de los Ángeles Durán López, de la Universidad de Málaga: "El mito clásico en la Aldea perdida de Armando Palacio Valdés y en El laberinto de la sirenas de Pío Baroja", donde concluye que frente a la evidente función simbólica que tiene el mito en la Aldea perdida, El laberinto de las sirenas se presenta como un capítulo en una teoría del mito; correspondería, pues, a una función "metamitológica", si fuera admisible el término. La quinta contribución se debe a Antonio Melero Bellido, de la Universidad de Valencia: "El mito clásico en D. Miguel de Unamuno", un repaso a distintos motivos y temas literarios griegos en las obras de escritor vasco relacionadas con su oficio y profesión de helenista. La sexta ponencia corre a cargo de Manuel Sánchez Ortiz de Landaluce, de la Universidad de Cádiz: "El mito clásico en la obra de José Martínez Ruiz, Azorín", donde destaca la afición de insaciable lector de clásicos griegos y romanos, los cuales permiten a Azorín ejemplificar situaciones y personajes de su época; entre los mitos más destacados sobresalen Edipo y Prometeo. El séptimo de los estudios lo realiza Ignacio Rodríguez Alfageme, de la Universidad Complutense de Madrid: "Mitos en Antonio Machado", donde se aprecia que las referencias y alusiones a la literatura clásica, sobre todo latina, son abundantes; obsérvese si no el influjo de Horacio y Virgilio, cuya repercusión es mayor de lo que se suponía hasta ahora. El octavo de los trabajos pertenece a Carmen Teresa Pabón de Acuña, de la uned de Madrid: "Mitos clásicos en Juan Ramón Jiménez", en donde se estudian los distintos usos de la mitología clásica a través de la producción juanrramoniana, especialmente la manera en que el pensamiento y la metáfora antigua se mantienen y la interpretación personal que de ellos hace el poeta en su expresión. El noveno de estos estudios lo rubrica Luis Miguel Pino Campos, de la Universidad de La Laguna, "Dioses y personajes míticos en la obra de Ortega y Gasset", el profesor lagunero analiza algunos mitos entre más de una centena que aparecen en las obras del filósofo, cuya aparición responde a razones de diversa naturaleza: filosóficas, históricas y religiosas (el significado de algunas deidades en Roma), literarias, artísticas y sociales. El décimo de los artículos es de Gregorio Hinojo Andrés, de la Universidad de Salamanca: "Innovación y pervivencia en el Prometeo de Eugenio D’Ors". Se observa que D’Ors ni era un imitador ni un profesor nostálgico de la tradición grecolatina; al contrario, interpreta el mito libremente, adaptándolo al presente, a sus circunstancias, a situaciones políticas y sociales que tuvo que vivir. El undécimo de los trabajos pertenece a José Antonio Caballero López, de la Universidad de La Rioja: "Los mitos clásicos en la novela de Ramón Pérez de Ayala", donde los personajes míticos utilizados por el escritor asturiano son cuantitativamente escasos (Ártemis, Acteón, Odiseo, Prometeo, Dafnis y Cloe), pero cuya recreación participa de los problemas de la España de su tiempo. El duodécimo artículo pertenece a Vicente Cristóbal López, de la Universidad Complutense de Madrid: "Mitos clásicos en la poesía de Jorge Guillén", uno de los poetas de la generación del 27 más receptivos al momento de utilizar los mitos grecolatinos, especialmente a partir de 1967, no sólo como mera alusión o ejemplo, sino como encarnación de la realidad contemporánea, combinando el carácter legendario con la recurrencia poética. El décimo tercer trabajo lo firma Rosa María Aguilar, de la Universidad Complutense de Madrid: "El mito griego en la obra de García Lorca", donde afirma que García Lorca tuvo un buen conocimiento de la poesía, la tragedia y la filosofía griegas, trasladando los antiguos mitos y fusionándolos con otros de su momento histórico. El décimo cuarto de los estudios se debe a Alicia Esteban Santos, de la Universidad Complutense de Madrid: "Manuel Altolaguirre. En torno al río de Narciso". Versa sobre la leyenda de Narciso y Eco y acerca de los elementos del mito (río, espejo, reflejo, flor, el paisaje, el amor, la muerte) que son temas esenciales y constantes en la poesía de Manuel Altolaguirre, simbolizando sus sentimientos íntimos. El décimo quinto de los estudios pertenece a Germán Santana Henríquez, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, cuyo título es "Entre el Lamento de Andrómeda y la Desolación de la Quimera: mito y poesía en Luis Cernuda", donde siguiendo las directrices de la corriente de análisis literario, conocida como Estética de la recepción, se descubren los elementos míticos dominantes y aquellos que permanecen ocultos o con poca frecuencia. La producción poética del bardo sevillano se analiza teniendo en cuenta el uso de los constituyentes míticos en el contexto de la generación del 27. El décimo sexto de los trabajos es de Enrique Ángel Ramos Jurado, de la Universidad de Sevilla: "El mito clásico en la obra de Rafael Alberti". Se concluye que el mito, que tuvo lugar remotamente en Alberti, revitaliza el presente, inserto en su presente subjetivo de amor e irreprimible nostalgia. Surge así una síntesis de pasado y presente nueva, que reafirma el hecho ya sabido de que el mito clásico, dúctil y simbólico, el mito por excelencia de Occidente, está siempre abierto a renovadas y personales reinterpretaciones. El décimo séptimo de los ensayos viene de la mano de Francisco Pejenaute Rubio, de la Universidad de Oviedo: "La cara y el envés de la trama: el mito clásico en Dámaso Alonso", en el que se pone de manifiesto la doble vertiente de Dámaso Alonso, como poeta y como crítico literario. En este último caso, especialmente en sus comentarios sobre poetas como Fray Luis de León, Medrano y, sobre todo, Góngora, particularmente en su explicación sobre la composición de la Fábula de Polifemo y Galatea, ofrece una serie de interpretaciones que complementan las realizadas por otros críticos sobre el mito clásico. El trabajo décimo octavo es de José Vela Tejada, de la Universidad de Zaragoza: "Los mitos clásicos en el teatro del 27: José Bergamín y Max Aub". El investigador maño señala el renacimiento de viejos mitos en el teatro al que los autores acuden, especialmente a la tragedia, por ser éste el género más accesible al hombre contemporáneo. Así, el teatro poético e intelectual de José Bergamín y el drama universal y vanguardista de Max Aub se vuelven al ropaje mítico como medio de expresión de sus intereses en una generación perdida por el curso de la historia española. El ensayo décimo noveno pertenece a Michael Kidd, de la Universidad de Nuevo México (USA): "Del objeto al sujeto: fetichismo y autonomía en El señor de Pigmalión de Jacinto Grau". El autor destaca que la rebelión de los títeres contra su creador no sólo es simétrica con la de Pigmalión contra los dioses, sino que el problema de su autonomía refleja un sempiterno dilema filosófico en el que, a la concepción de libre albedrío humano, se viene oponiendo sucesivamente términos como el destino, la predestinación, la genética, el ambiente, etc. En una edad de determinismo, Grau plantea una solución ingeniosa del problema que desvía la cuestión de autonomía del sujeto humano al objeto de la representación. El vigésimo de los ensayos corresponde a Mariano Benavente Barreda, de la Universidad de Jaén: "Influencias de la mitología clásica en Valle Inclán", donde, de modo directo, se indica que el vate gallego conocía de manera superficial y algo vacilante la cultura clásica, en general, y la mitología griega, en particular. La mayoría de las menciones y referencias que Don Ramón dedica a la mitología griega y a la mitología clásica surge en usos convencionales y en citas algo triviales, como algo secundario y levemente ornamental en su poesía y en su prosa. El vigésimo primero de los estudios lo firma Esteban Calderón Dorda, de la Universidad de Murcia: "Algunos mitos griegos en el teatro español de postguerra", donde se analizan la afinidad entre la guerra de Troya y la guerra civil española y el carácter de Fedra y los movimientos de liberación femenina. Los mitos griegos como elementos formales están presentes con una deliberada consistencia que los convierte en hodiernos y, a la vez, en sempiternos. El vigésimo segundo de los estudios pertenece a Jesús de la Villa Polo, de la Universidad Autónoma de Madrid: "Presencia de mitos clásicos en algunos dramaturgos contemporáneos". El autor trata de creaciones teatrales posteriores a la Guerra Civil: el teatro de José María Pemán, María Zambrano, José Ricardo Morales y Germán de Ubillos. Pemán sólo busca transmitir de forma más actual para su tiempo un contenido y una forma antigua. Su impulso de innovación es mínimo. Morales, por el contrario, busca obtener una clave fácilmente identificable por el público para interpretar hechos actuales. Semejante es en algún sentido el fin de la obra de Ubillos. Zambrano, por último, busca continuar la reflexión sobre temas universales aprovechando los materiales antiguos y dándoles una continuidad temática y filosófica. El vigésimo tercero de los trabajos corresponde a Pedro Luis Cano (Universidad Autónoma de Barcelona): "Aspectos de la tradición de mitos clásicos en el teatro contemporáneo: notas sobre Domingo Miras y Luis Riaza", en donde el autor señala a Miras como hombre culto y buen lector, conocedor de la tragedia.Aunque las referencias a personajes y anécdotas míticas tienen reminiscencia de teatro clásico, parece como si hubiera que saber mitología para entender el planteamiento. Con Luis Riaza, los principios más o menos inmutables, cuya factura genera tragedia, coinciden con los valores de la dictadura: respetar a los miembros de la familia y a los extranjeros y huéspedes; enterrar a los muertos de la familia; no incurrir en insolencia abusando del débil, y tener veneración y respeto hacia las cosas sagradas. Su transgresión es transgredir la dictadura. El vigésimo cuarto de los estudios lo realiza María Carmen García Sola, de la Universidad de Granada: "Influencia del mito clásico en Álvaro Cunqueiro", analizando dos obras, Las mocedades de Ulises y Un hombre que se parecía a Orestes, en las cuales las palabras de los protagonistas están llenas de sentimiento y melancolía, de una concepción profunda y dolorosa de la vida humana. Realismo y nostalgia, tristeza y dulzura hacen que utilice el mito como una forma de crear un mundo inexistente y, al mismo tiempo, que dé fe de los acontecimientos cotidianos, de modo que los héroes míticos se convierten en sere s humanos y, consecuentemente, en gente cercana a nosotros. El vigésimo quinto de los ensayos corresponde a Francisco García Jurado, de la Universidad Complutense de Madrid: "Idealismo y parodia. La presencia viva de la mitología en la narrativa de Rafael Sánchez Mazas, Luis Goytisolo, Juan García Hortelano y Juan Marsé", donde destaca que el idealismo es patente en Sánchez Mazas. Se trata de idealismo combinado con fabulación que crea un mundo inexistente de hombres de bien que sueñan con ser héroes. En el caso de los novelistas Marsé, García Hortelano y Goytisolo, tanto el momento histórico como la posición política es muy diferente. No obstante, es curioso observar cómo van evolucionando desde la mera consideración paródica a otros planteamientos más complejos del mito (ironía, metáfora, psicologismo). El vigésimo sexto de los trabajos lo firma Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez, de la Universidad de Córdoba: "¿Todavía los mitos clásicos? Su reflejo en autores españoles contemporáneos", donde se estudian Cerbero son las sombras, de Juan José Millás, Último desembarco, de Fernando Savater, y El ciego de Quíos, de Antonio Prieto. El primero se inspira remotamente en el mito de Cerbero; el segundo utiliza las aventuras de Ulises como razón directa para una comedia de hoy, pero proyectada en la leyenda griega, y el tercero recrea elementos míticos y los enriquece en una novela sobre la figura de Homero. El vigésimo séptimo de los estudios es de Juan José Moralejo, de la Universidad de Santiago de Compostela: "Influencias de los mitos clásicos en los poetas novísimos", donde se hace un recorrido por siete poetas de los años setenta conocidos como novísimos; detrás de muchos elementos clásicos que se comportan como meros clichés de la tradición cultural y literaria, se esconden muchos otros poemas donde el componente clásico, el mito, es el centro nuclear, el significado sustancial, el hilo conductor, explicable por la ocupación profesional como filólogos clásicos de algunos de estos poetas. El vigésimo octavo de los ensayos lo rubrica Juan Luis Arcaz Pozo (Universidad Complutense de Madrid): "Presencia de los mitos clásicos en la poesía de los postnovísimos", donde se concluye que los mitos del mundo antiguo y de la tradición clásica por antonomasia están bien representados en la poesía de fin de siglo en algunas de las tendencias poéticas más significativas de los últimos años, aunque la actitud de los nuevos poetas ante los mitos clásicos esté determinada, en parte, por la estética cultivada. El trabajo vigésimo noveno tiene la firma de María Dolores Castro Jiménez, de la Universidad Complutense de Madrid: "El mito en Ramón J. Sender, Elena Soriano y Francisco Ayala". La autora manifiesta que el mito es un tema literario, un referente cultural, algo susceptible de ser evocado, utilizado de diferentes formas y con diferentes fines, algo que anima la imaginación del escritor y puede implicar el patrimonio cultural del lector. En el fondo del mito clásico, el suceso cotidiano adquiere la dignidad de una permanencia que lo hace perenne, mientras que, a su vez, el relato mitológico y distante se hace actual al sufrir ante nuestros ojos la invasión de una sangre caliente. El trigésimo de los estudios lo realizan al unísono Jesús Lens Tuero y José María Camacho Rojo, ambos de la Universidad de Granada: "El mito clásico en la obra de Gonzalo Torrente Ballester". Los profesores granadinos señalan cómo Torrente Ballester explota y reelabora los mitos, preferentemente con una finalidad irónico-humorista. El empleo que hace del material mítico no hay que referirlo genéricamente a los mitos clásicos, sino específicamente a los helénicos, que en alguna ocasión son contrapuestos de modo explícito a la cultura latina de impronta eclesiástica. Todos los procedimientos de mitificación y desmitificación representan un elemento importante en sus sátiras del poder, en especial del poder político y de la religión institucionalizada. El trigésimo primero de los ensayos corresponde al editor del libro, Juan Antonio López Férez, de la uned de Madrid: "Mitos y personajes míticos clásicos en Antonio Buero Vallejo". El autor presenta su trabajo en dos partes: las obras dramáticas, con personajes tomados de la Odisea (Penélope y Ulises) en La tejedora de sueños, y la segunda que analiza el resto de la producción de Buero, con sus pensamientos sobre el mito clásico, su permanente significado para la humanidad de hoy, y la necesidad de nuevos mitos cuando los antiguos desaparezcan. El trabajo trigésimo segundo pertenece a Dulce Estefanía, de la Universidad de Santiago de Compostela: "Tratamiento de la mitología clásica en algunas de las novelas de Camilo José Cela", donde la autora afirma que en la novela Oficio de tinieblas 5 la presencia de la mitología clásica es muy abundante. La historia de la abuelita es uno de los ejemplos más ilustrativos de la técnica novelística de Cela; las historias mitológicas ocupan a veces sólo una mónada o alguna más, pero las historias largas, como la de la abuelita o la del huérfano con várices-Edipo, ocupan varias mónadas, no todas consecutivas, que van apareciendo a medida que avanzamos en la lectura de la novela. El trigésimo tercer estudio es de Francisca Moya del Baño, de la Universidad de Murcia: "Sastre y Gala: dos posturas ante el mito". La autora murciana explica cómo el mito en Alfonso Sastre (Orestes, Filoctetes, Anfitrión, Alcmena) habla en términos sociales mientras que en Antonio Gala (Ulises) se expresa referido fundamentalmente al hombre. Con este trabajo concluye el primer volumen, dedicado a la literatura española del siglo XX.

El segundo volumen se dedica a la presencia de los mitos clásicos en la literatura hispanoamericana del siglo XX. Se abre con un nuevo trabajo de Luis Miguel Pino Campos, el trigésimo cuarto estudio, titulado "Mitos clásicos en la literatura mexicana del siglo XX: el ejemplo de algunos autores", donde se repasan catorce escritores observando que la presencia del mito es mayor en las composiciones en verso que en los textos en prosa, señalándose oportunamente la justificación de este hecho, especialmente por razones de naturaleza histórica y literaria. Se ofrece un índice de mitos encontrados en orden alfabético junto con las referencias a los pasajes correspondientes. El trigésimo quinto de los estudios lo elabora Manuel Sánchez Ortiz de Landaluce: "Pervivencia de la literatura y la mitología clásicas en el modernismo mexicano y antillano", centrándose en las obras de los siguientes autores: José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, Amado Nervo, Salvador Díaz Mirón, Julián del Casal y Enrique González Martínez. Salvo en José Martí, donde coexisten la belleza y la utilidad social de la mitología clásica, en el resto de los autores modernistas los personajes míticos tienen una función puramente estética y ornamental. Ramiro González Delgado, de la Universidad de Extremadura, realiza el trigésimo sexto de los trabajos con "Mitos clásicos en el teatro mexicano del siglo XX. Rodolfo Usigli, Emilio Carballido y Víctor Hugo Rascón Banda", manifestando que estos tres autores reescriben el mito clásico de diferente manera: el primero realiza una interpretación mítica desde el punto de vista del psicoanálisis en Jano es una muchacha; el segundo presta atención a los sentimientos del héroe en Teseo (1962) y Medusa (1958); finalmente, Rascón Banda mezcla elementos cristianos y paganos en Máscara versus cabellera (1985), donde Apolo, el personaje principal, encarna a la diosa griega Justicia. Observamos cómo el viejo héroe clásico se queda en soledad en las manos de estos dramaturgos mexicanos. El trigésimo séptimo de los estudios lo elabora Miguel Rodríguez Pantoja: "El recurso a la mitología grecolatina en prosistas de México y Centroamérica contemporáneos", donde se estudian los numerosos seres míticos que aparecen en las obras de Mariano Azuela, Fernando del Paso, Sergio Pitol, Rafael Arévalo Martínez, Miguel Ángel Asturias, Augusto Monterroso y Sergio Ramírez. En muy diverso grado, estos autores muestran la importancia de la mitología grecolatina como distintivo erudito que continúa siendo notable para el autor y sus posibles destinatarios. El trigésimo octavo de los ensayos lo firma Antonio María Martín Rodríguez, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: "Todos terminamos con Circe: La mitología clásica en algunos representantes contemporáneos de la narrativa y el ensayo mexicano: José Revueltas, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska y Carlos Monsiváis". El examen de las figuras míticas que aparecen o no en el corpus seleccionado nos permite determinar cuáles se han mantenido como parte viva de la tradición clásica y cuáles han sido reemplazadas. Llama la atención la recurrencia al mito de Ulises, quizá la figura mítica más emblemática en nuestros días, que representa al héroe ingenioso que logra sobrevivir y prosperar en medio de la adversidad. Relevantes también en el mito de Ulises son los hechos que su viaje provoca, una pérdida de las raíces, y su vuelta a casa, después de una prolongada ausencia, lo convierte en un hombre distinto al que partió en su momento de Ítaca. Jordi Redondo, de la Universidad de Valencia, realiza el trigésimo noveno de los estudios, "La tradición clásica en el pensamiento y el ensayo en México: Alfonso Reyes y dos generaciones de autores", donde concluye que, como característica general, estos autores se vieron influenciados fuertemente por las ideas progresistas que intentaron aplicar a la vida cultural y política de su país. Sus programas ideológicos y literarios muestran dos tendencias no coincidentes: por un lado, ven en la tradición clásica un modelo para cualquier civilización humana (Reyes, por ejemplo); por otro, dan también soporte a la reivindicación de la cultura precolombina (Vasconcelos, Zea, Benítez). El trabajo cuadragésimo corresponde a María Sten (Universidad Nacional Autónoma de México): "Reflejos de Clitemnestra en algunas obras mexicanas del siglo XX". Afirma que, en las versiones mexicanas desapareció una Clitemnestra agraviada por Agamenón del mito original, así como la trágica madre de Ifigenia y la reina odiada por Electra. Nació otra Clitemnestra, en cierto modo más afín a nuestro tiempo, la cual no tiene que pagar con sangre la sangre de su marido. La reina y el hijo son sencillamente, a fines del siglo XX, un hombre y una mujer, sin que entre ellos medien dioses ni leyes. Rafael J. Gallé Cejudo, de la Universidad de Cádiz, elabora el cuadragésimo primer estudio titulado "Instrumentos para el estudio del mito clásico grecolatino en la prosa mexicana y antillana de la primera mitad del siglo XX", donde se ofrece una selección de los instrumentos necesarios para entender la importancia que la mitología clásica y el legado antiguo han tenido en la literatura mexicana y antillana de la primera mitad del siglo XX, permitiendo a los lectores profundizar en las obras de los principales escritores de esos países caribeños. Jaume Pórtulas, de la Universidad de Barcelona, se ocupa del cuadragésimo segundo ensayo, "Entre Marsias y Aristarco: el helenismo de Alfonso Reyes", donde enumera las principales aportaciones y algunas de las fuentes utilizadas por el gran escritor mexicano Alfonso Reyes. Se destaca su devoción por Homero y el estudio concluye con el análisis del poema dramático "Ifigenia cruel", siguiendo la pauta del hipotexto euripídeo. Germán Santana Henríquez se encarga del cuadragésimo tercer trabajo, "Presencia de los mitos clásicos en la poesía centroamericana desde 1950 hasta nuestros días I (lo s casos de El Salvador, Honduras y Costa Rica)", valorando la poesía centroamericana conocida en el mundo especialmente por motivos políticos. Conocer cómo se comportan los mitos de Grecia y Roma en la literatura de un continente que no conocieron supone un enorme reto debido a que los poetas de estas tres naciones, bastante desconocidos, por lo general, cuentan con una originalidad fuera de lo común en el uso del mito como forma de expresión de sus composiciones poéticas. El cuadragésimo cuarto de los estudios corresponde a Mónica Martínez Sariego, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: "Presencia de los mitos clásicos grecolatinos en la poesía de Guatemala, Nicaragua y Panamá desde 1950 hasta nuestros días". Refiere que los poetas contemporáneos pertenecientes a estos lugares y épocas acuden al mito como atajo para tratar de representar acontecimientos, personajes y temas de la realidad. Las referencias mitológicas pueden ser meras alusiones o convertirse en el centro de los poemas a los que dotan de un nuevo significado. El cuadragésimo quinto de los ensayos lleva la rúbrica de Alicia Esteban Santos: "Presencia de los mitos en siete autores de las Antillas", donde se estudian las referencias al mundo clásico de cinco autores cubanos y dos puertorriqueños, de los que tres son fundamentalmente poetas y los otros cuatro dramaturgos. A pesar de que la obra de los siete en su conjunto se ve influida por un fuerte sentimiento político y social, sin embargo, el tratamiento y el interés del mito en cada uno de ellos es diferente. El cuadragésimo sexto de los estudios pertenece a Elina Miranda Cancela, de la Universidad de La Habana: "Tres acercamientos al mito en el teatro de las Antillas: Pedro Henríquez Ureña, Virgilio Piñera y Luis Rafael Sánchez". Afirma la investigadora cubana que el mito clásico ha sido una forma de expresión para los escritores nacidos en las Antillas, en Santo Domingo, Cuba y Puerto Rico, tal y como se muestra en las obras de los autores arriba mencionados: El nacimiento de Dionisos, Electra Garrigó y La pasión según Antígona Pérez. Los tres escritores, en diferentes momentos y en condiciones distintas, utilizaron el mito a su modo y al mismo tiempo lo enriquecieron, proporcionándole nuevos significados al transponerlos a la realidad americana. Este procedimiento ha hecho posible dar voz a su correspondiente alter ego en cada caso. Carmen Morenilla, de la Universidad de Valencia, se encarga del cuadragésimo séptimo trabajo titulado "Teatro y mito griego en Cuba: Virgilio Piñera y Reinaldo Montero", considerando que la amplia presencia de la tradición clásica, aparte de representar un signo de pertenencia a la común cultura grecorromana, se convierte en un instrumento en la búsqueda de la identidad. Al focalizarse el estudio en la literatura cubana, especialmente en dos obras separadas en el tiempo por cincuenta años, la Electra Garrigó, de Virgilio Piñera, y la Medea, de Reinaldo Montero, el mito resuena con fuerza ante el triunfo de la Revolución. El ensayo cuadragésimo octavo se debe a Sebastian Neumeister, de la Frei Universität de Berlín: "Cansancio y reivindicación del mito en José Lezama Lima", donde concluye que el mundo de los mitos arcaicos y clásicos provee a Lezama Lima los medios de formular una poética por imágenes, no por conceptos. Las imágenes se dejan reducir sólo parcialmente a un argumento, a una conclusión. En su mayoría se mantienen como son, como elementos de un nuevo modo de pensar. No es un mitólogo pesimista y crepuscular; es creativo. Invita a un nuevo descensus ad inferos, a una nueva edad órfica. El cuadragésimo noveno de los estudios lo realiza Concepción López Rodríguez, de la Universidad de Granada: "Perspectivas míticas (mitos clásicos en la poesía sudamericana del siglo XX: Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú)".

Se repasa la producción de los siguientes poetas: José Antonio Ramos Sucre, Álvaro Mutis, Javier Ledesma, Eduardo Mitre, Raúl Jaimes Freyre, Blanca Wiethüchter, Cé Mendizábal, Vicente Gerbasi, César Vallejo y Javier Sologuren. De dichos poemas se desprende que el mito griego en pocas ocasiones se toma de una fuente directa y que los escritores europeos actúan de intermediarios. Los mitos se muestran como mera referencia o cita accidental, pero también como soporte temático que juega un importante papel en la imagen poética y simbólica que se produce con mayor asiduidad. El quincuagésimo de los estudios se debe a Jordi Sanchís Llopis, de la Universidad de Valencia: "Alusiones a la mitología clásica en la obra de Abraham Valdelomar". Se indica que el peruano Valdelomar tuvo contacto con la cultura europea y especialmente con la antigua Roma; de ahí que la mitología clásica se use unas veces como estricto ornato cultural y otras para ilustrar mejor las reflexiones políticas y estéticas sobre su mundo contemporáneo. También los mitos aparecen en sus textos a través del arte, jugando los personajes de la mitología grecorromana un papel simbólico y paradigmático. El quincuagésimo primero de los trabajos tiene por autora a Rosa María Aguilar: "Los mitos clásicos en el teatro hispanoamericano del siglo XX (Perú y Venezuela)", en donde se analiza la producción de cuatro escritores dramaturgos contemporáneos, a saber, Alonso Alegría, Rodolfo Santana, José Ignacio Cabrujas y César Rengifo, demostrando que no se han visto influenciados por el mundo clásico. El quincuagésimo segundo de los estudios pertenece a Ángel Vilanova, de la Universidad de Los Andes: "Las Antígonas iberoamericanas II: nuevas aproximaciones al análisis de Antígona Vélez de Leopoldo Marechal, Pedreira das almas, de Jorge Andrade, La pasión según Antígona Pérez, de Luis Rafael Sánchez, y Antígona furiosa, de Griselda Gambaro", donde se estudian en detalle las transposiciones iberoamericanas de la obra homónima de Sófocles. El investigador andino llama la atención sobre el hecho de que estas piezas se omitan en obras como las Antígonas de George Steiner, que explora la tradición grecorromana en la literatura y concretamente en el teatro. El quincuagésimo tercero de los ensayos lo firma Mariano Benavente Barreda: "La tradición clásica en la novelística hispanoamericana del siglo XX (Venezuela y Colombia)". Centrándose en la producción de Rómulo Gallegos y Gabriel García Márquez, afirma que en el primero la presencia de la mitología clásica es mayor y que en ambos el influjo clásico se debe a escritores intermediarios, algo común en la influencia literaria y en sus clases. Cristina Martín Puente (Universidad Complutense de Madrid), se encarga del quincuagésimo cuarto estudio titulado "La mitología clásica en la novela Ifigenia. Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba, de Teresa de la Parra". Siguiendo el hipotexto de Eurípides, se concluye que todos los personajes de la novela recuerdan a los del trágico griego y parece obvio que Teresa de la Parra había leído una traducción o recreación de la tragedia griega original. El quincuagésimo quinto de los estudios se debe a Diana M. de Paco Serrano y Gilberto Vásquez Rodríguez, de la Universidad de Murcia: "Mitos clásicos en la obra de Mario Vargas Llosa", donde analizan en detalle los elementos míticos, los personajes, las tramas, su composición y los argumentos de sus novelas, así como su posible significado en la técnica narrativa del autor. Asimismo, se atiende a su producción dramática, especialmente en la obra Odiseo y Penélope. Antonio López Fonseca, de la Universidad Complutense de Madrid, lleva a cabo el quincuagésimo sexto de los trabajos con "Mitología clásica y poesía hispanoamericana: del Modernismo a las vanguardias (o de Leopoldo Lugones a Pablo Neruda)", donde se presenta un repaso de la presencia de la mitología clásica en la poesía de Argentina, Chile y Uruguay, con el estudio del modernismo (Leopoldo Lugones, Pedro Bonifacio Palacios, Delmira Agustini), el posmodernismo (Evaristo Carriego, Baldomero Fernández Moreno, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou) y la vanguardia (Alfonsina Storni, Vicente Huidobro, Pablo Neruda). Se muestra cómo los clásicos han perdido el protagonismo de épocas precedentes y dejan de ser una fuente de inspiración y recursos. El estudio de Dora Carlisky Pozzi, de la Universidad de Houston, es el quincuagésimo séptimo: "Búsqueda de identidad cultural: mitos clásicos en el teatro argentino contemporáneo". Tras el estudio de treinta piezas dramáticas, se observa que muchas evocan la herencia cultural europea como modelo normativo; pretenden ensamblar la cultura del Nuevo Mundo en los patrones de la vieja Europa. Otras piezas muestran interpretaciones psicológicas, trasladando los mitos a la realidad hispanoamericana del siglo XX como fundamento de la modernidad y de la independencia. En otras piezas más recientes, los mitos se reinterpretan en clave paródica, con efectos cómicos directos, que llegan a caer en el absurdo. Dan la impresión de que representan, en contra del fondo mitológico grecolatino, una subversiva intertextualidad que potencia agonísticamente una redefinición de las culturas hispánicas de América a través del teatro. El quincuagésimo octavo de los trabajos corresponde a Ana Vicente Sánchez, de la Universidad de Zaragoza: "Mitos clásicos en el teatro argentino del siglo XX: algunos ejemplos", donde se lleva a cabo un estudio de las siguientes producciones teatrales: Polixena y la cocinerita, de Alfonsina Storni, La cola de la sirena, de Conrado Nalé Roxlo, Los reyes, de Julio Cortázar, la Antígona Vélez, de Leopoldo Marechal, y la Antígona furiosa, de Griselda Gambaro. Estos autores adaptan los mitos clásicos a sus circunstancias contemporáneas, suministrando elementos míticos con una nueva forma artística, modificando tambié n la trama de diversas maneras. Andrés Pociña, de la Universidad de Granada, se encarga del quincuagésimo noveno de los estudios, "Diferentes tratamientos de los mitos clásicos en el teatro español y argentino del siglo XX", en donde se informa del desconocimiento de Steiner del mito de Antígona en el mundo hispánico y en lengua castellana, además de su vigencia en las literaturas catalana, gallega y portuguesa de los países de ambos lados del Atlántico. Se analizan cuatro obras teatrales escritas en lengua castellana por dos dramaturgos españoles y dos argentinos, a saber, Ismena (Tragicomedia musical), de Agustín García Calvo, Antígona Vélez, de Leopoldo Marechal, Penélope, de Domingo Miras, y Dido y Eneas, de Javier Roberto González. El sexagésimo trabajo lo elabora Emilio del Río, de la Universidad de La Rioja: "La mitología clásica en Borges". Concluye que el escritor argentino utiliza los mitos obedeciendo a convicciones profundas. La conciencia mítica, definida esencialmente por sustentarse en la intuición frente a la razón, constituye la esencia de la literatura para Borges, porque, por su carácter de símbolo, permite comprender la realidad de una manera más profunda que la ciencia. El mito conforma, para este poeta y prosista, una peculiar manera de aproximarse y conocer la realidad utilizándolo como vehículo para sus propias ideas, ausentes o levemente insinuadas en la versión original. Confiere así nuevos significados al mito sin que por eso desaparezcan los significados antiguos. Ana María González de Tobia (Universidad Nacional de La Plata) se encarga del sexagésimo primero de los ensayos titulado "Julio Cortázar y el mito griego: vinculación y contraste con algunos tratamientos de Borges y Marechal", en donde se explica la vinculación de Julio Cortázar con la mitología griega a través de la plasticidad que él mismo propuso para los arqueólogos en "El Ídolo de las Cícladas". Cuando un autor llega a dominar los contornos de la imagen mítica, a partir de la instancia de recrearla, ingresa a la existencia suprarreal, en el estrato literatura-mitología griega. Desde nuestra instancia, advertimos que la suerte de los tres escritores quedó sellada, y ese ingreso exigió el rito de convertirse definitivamente en clásicos de la expresión literaria de su país. El sexagésimo segundo de los trabajos corresponde a Cristina Martín Puente: "Claves mitológicas para leer La casa de los espíritus (1982) de Isabel Allende". El papel de la mitología y la civilización grecolatina, en general, es importante en lo que tiene que ver con los tipos de relaciones de pareja, con el erotismo y con la prostitución. También hay pasajes que recuerdan al mundo clásico y su literatura, sin que sepamos por qué vía ha llegado a la autora su conocimiento. María José Muñoz Jiménez, de la Universidad Complutense de Madrid, se encarga del sexagésimo tercer estudio titulado "Presencia del mito clásico en la obra de Mujica Láinez", donde las referencias al universo mitológico abundan en la obra del autor argentino, cosa que, en principio y atendiendo a los estudios críticos existentes, parecía imposible. Esta presencia es constante, plural y muy variada en los procedimientos literarios con los que se manifiesta, aunque sea —no lo olvidemos— secundaria, ya que Patroclo se sumó al cortejo fúnebre de los libros muertos sin nacer. El sexagésimo cuarto de los trabajos se debe a Luis Unceta Gómez de la Universidad Autónoma de Madrid: "El ciego, el profeta, el transexual... Arquetipos míticos en la Argentina del siglo XX". La figura mítica de Tiresias y sus implicaciones simbólicas se utilizan para explicar y analizar dos novelas, Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato, y El beso de la mujer araña, de Manuel Puig. En ambas novelas, los motivos de la ceguera y la transexualidad se convierten en los principales referentes que explican el acceso de estas figuras míticas al verdadero conocimiento. El último de los estudios, el sexagésimo quinto, corresponde a José David Castro de Castro, de la Universidad Complutense de Madrid: "La mitología en el ensayo hispanoamericano de comienzos del siglo XX: José Enrique Rodó, Manuel Ugarte y Ricardo Rojas", en el que atiende al ensayo en Argentina y Uruguay. José Enrique Rodó usa y reclama la mitología como parte de la tradición humanística cultural europea, que defiende sobremanera. Así la abundancia de alusiones mitológicas en Ariel y Motivos de Proteo son consecuencia de la imitación de modelos literarios (poetas modernistas y escritores franceses). El escritor argentino Ricardo Rojas acepta la tradición clásica pero la reformula, añadiendo temas y personajes americanos; finalmente, el humor es la principal característica del uso del mito en Manuel Ugarte.

La riqueza de este libro es doble: por un lado, nos presenta por primera vez reunida la incidencia de los mitos grecolatinos en la literatura española e hispanoamericana del siglo XX; por otro, tenemos a nuestra disposición un tesoro bibliográfico con el que profundizar y establecer las oportunas conexiones entre los clásicos de Grecia y Roma y los clásicos contemporáneos. El del editor de estos volúmenes realizó un esfuerzo ímprobo visible en la nota previa inicial, en muchos de los resúmenes de los autores y en los sucesivos índices de pasajes clásicos, de autores y obras, de algunos términos notables y de nombres mitológicos. En definitiva, una obra indispensable de ahora en adelante y que marcará los rumbos de una de las líneas más prósperas y llamativas de la tradición clásica.

 

INFORMACIÓN DEL AUTOR:

Germán Santana Henríquez, doctor en Filología Clásica por la Universidad de la Laguna, es profesor Titular de Filología Griega en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Sus principales líneas de investigación son la lengua y literatura griegas y la tradición clásica en la literatura española.

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