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Nova tellus

versão impressa ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.26 no.1 Ciudad de México Jan. 2008

 

Reseñas y notas bibliográficas

 

Fernández Delgado, José Antonio, Francisca Pordomingo y Antonio Stramaglia (eds.), Escuela y Literatura en Grecia Antigua

 

Lourdes Rojas Álvarez*

 

Università degli Studio di Cassino, Collana Scientifica 17, Studi Archeologici, Artistici, Filologici, Filosofici, Letterari e Storici, Cassino, 2007, 750 págs.

 

* Doctora en letras (clásicas) por la Universidad Nacional Autónoma de México, es profesora de griego, y estudiosa y traductora de Aquiles Tacio, Lisias, Longo y Caritón de Afrodisias. Actualmente preside la Asociación Mexicana de Estudios Clásicos. Correo electrónico: lourdes_rojasa@hotmail.com

 

Recepción: 25 de marzo de 2008.
Aceptación: 28 de abril de 2008.

 

Palabras clave: escuela, literatura, Grecia antigua.

 

En el prólogo, Paolo Odorico, Director de Estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, de Paris, y Presidente del Laboratorium, lamenta la regresión que ha tenido la inversión a favor de las ciencias humanas. Tal situación llevó a investigadores de diversas universidades europeas de: Budapest, Cassino, Jannina, Paris–EHESS, Salamanca, a crear un Consorcio, denominado Laboratorium, que tiene por objeto investigar la transmisión del saber escrito entre la antigüedad y la época moderna, así como establecer y publicar investigaciones novedosas realizadas en sus instituciones; la organización de coloquios internacionales que versen sobre aspectos cruciales de la transmisión del saber y la relación entre los studia humanitatis y las ciencias sociales; y el proveer los recursos para los jóvenes investigadores a quienes se confía la difícil tarea de lograr la sobrevivencia de nuestras disciplinas.

El libro que reseñamos, publicado por la Universidad de Cassino, recoge los frutos de un proyecto de investigación conducido por la Universidad de Salamanca que desembocó en la realización del Simposio Internacional sobre Escuela y Literatura en Grecia Antigua, llevado a cabo en esta institución, del 17 al 19 de noviembre de 2004.

El libro recoge la participación en dicho Simposio de 32 autores y consta además de una introducción y dos índices; uno de materiales y otro general, ordenado alfabéticamente por autor, pero distribuido por épocas o por géneros (aunque no está así especificado). Las colaboraciones, por su parte, son de extensión variable y no todas ofrecen una bibliografía.

La introducción, a cargo del profesor José Antonio Fernández Delgado, director del proyecto: "Influencia de la Escuela en Grecia: textos literarios, papirológicos y epigráficos", que es el tercero de una serie dedicada al tema, está dividida en dos secciones: I. Incidencia de la escuela en Grecia: textos literarios, papirológicos y epigráficos y II. El Simposio Internacional "Escuela y literatura en Grecia antigua.

En la primera, se menciona que, dada la amplitud del tema investigado, se ha dejado para más adelante la investigación del resultado de la formación escolar en la literatura, enfocándose en un aspecto previo del tema: el de las fuentes para el estudio de la institución escolar. El proyecto ha profundizado bastante en el acopio y análisis de las fuentes papirologicas y epigráficas, investigación que será recogida en un volumen antológico de estas fuentes, así como de otras literarias, que pueda servir como punto de partida para ulteriores estudios sobre la institución.

Se señalan las diversas dificultades que ofrece el estudio del material: en el caso de los papiros, el determinar la pertenencia o no de determinados textos al ámbito escolar; o su clasificación como ejercicios de alumnos o del profesor. Los testimonios epigráficos, por su parte, resultan a veces difusos por la relación que tienen con la escuela ciertos textos procedentes de otros ámbitos, como los gymnasia, o los relativos a la etapa formativo–militar de la efebía; los concursos festivos y el papel en ellos de los estudiantes; o ciertos decretos honoríficos de poetas que eran a su vez maestros. Además, el análisis de los testimonios literarios demostró cuán presente está la impronta escolar en la muy amplia literatura de la época imperial.

En la sección II, sobre el simposio internacional, del que este libro constituye las Actas, Fernández Delgado da cuenta de la oportuna combinación de aportaciones procedentes de los distintos campos: la epigrafía, la papirología y la literatura propiamente dicha. Esta última comprendió un amplio panorama evolutivo, desde el s. V a.C. hasta los comienzos de la época bizantina.

Luego de una presentación panorámica de la influencia de la escuela en la literatura griega, a partir de las diversas clases de testimonios y con particular atención a los progymnasmata (J. A. Fernández Delgado), las ponencias sobre los testimonios literarios se desplegaron por épocas, géneros y autores. Así, uno primero, relacionado con la época clásica, incluyó: la sofística (A. F. Ortolá Guixot), Aristófanes (A. Casanova) y Platón (L. Senzasono), la enseñanza retórica (J. C. Iglesias Zoido) y Menandro (A. Blanchard); otro bloque trató de enseñanzas "técnicas" (sic) como la astronomía de Arato (A. L. Gallego Real), la arquitectura (J. Capriglione), la geografía (J. L. García Alonso) o la historiografía (incluida en el currículum escolar griego como enseñanza "tranversal", en palabras del principal estudioso de este tema, el ponente R. Nicolai).

De la época imperial, en la cual hay una enorme huella de la influencia escolar, se dictaron ponencias sobre: el contenido pedagógico del Lib. Edu. de Plutarco (J. Pinheiro) o la presencia de las chreiai graciosas en sus Coniug. Praec. (M. A. Bellu), los acertijos escolares del libro XIV de la Antología Palatina (L. A. Guichard), el carácter moral de las fábulas de Babrio y Fedro (Teresa Morgan), el carácter retórico del lamento en la epistolografía de C. Eliano (A. Vicente), la relación de Luciano con la escuela (P. Gómez), los autores paradigmáticos de la enseñanza retórica (M. Patillon), el tipo de lector destinatario de la literatura greco–romana (G. Cavallo), y la politización de la paideia en los discursos de Temistio (P. Volpe Cacciatore).

Otro grupo de contribuciones se dio en relación con la influencia de los ejercicios retóricos en diversas manifestaciones, tales como la caracterización de personajes femeninos del mito (M. Kraus), la ecfrasis en Trifiodoro (L. Migueles Cavero) o su combinación con otros elementos escolares en Filóstrato (F. Mestre), la thesis en Basilio el Grande (A. Valdés García), o la autoría de progymnasmata atribuida a Libanio (J. Ureña).

Por lo que toca a los testimonios papiráceos, se abordaron temas desde la perspectiva escolar: la preocupación por la educación y la cultura mostrada en Egipto en la época helenística (D. J. Thompson) y el empleo de la teoría gramatical ahí practicada durante la época helenística y romana (P. Swiggers–A. Wouters); o bien la influencia de Hornero en los ejercicios escolares, abordada con un intento de clasificación tipológica novedosa (J. M. Díaz Lavado); o su presencia en progymnasmata hasta ahora no clasificados como tales (F. Pordomingo), o como soporte de verdaderos comics con un eventual carácter didáctico aplicable en el mundo grecolatino (A. Stramaglia).

En cuanto a los textos epigráficos, se trataron como testimonio para el estudio de los aspectos organizativos e institucionales de la escuela antigua, tanto en época helenística (L. Del Corso) como en época imperial (M. P. de Hoz), su eventual regulación e inspección, la figura del maestro y su estimación social, la aportación escolar a los concursos y fiestas; o, más concretamente, el tipo de educación literaria impartida en la influyente institución de los gimnasia (F. Brenk).

Como bien señala el profesor Fernández Delgado, es de destacarse la importancia que las diversas comunicaciones tienen para abrir nuevas vías al estudio del sistema educativo y su proyección en la literatura de la Antigua Grecia, al revelar un material hasta ahora no explorado, que enriquece de manera particular todo lo que se refiere a la enseñanza de los progymnasmata y su influencia.

Ahora bien, reseñar un volumen con estas características, presupone necesariamente un enfoque subjetivo al elegir determinados temas dentro del amplio espectro de aquellos que lo conforman. En mi opinión, revisten especial importancia aquellos testimonios, incluidos los epigráficos y papirológicos, que nos revelan cuestiones sobre la escuela, como los materiales utilizados, o aquellas otras relacionadas con la organización de las mismas y la valoración social de los maestros, así como la importancia de los progymnasmata y su incidencia literaria, asuntos poco conocidos en las obras sobre el tema, y en ellos centraré esta reseña.

Iniciaré con la contribución de Pierre Swiggers y Alfons Wouters intitulada: "El gramático en acción: una aproximación a la labor didáctica del (pp. 191–206), a partir de un testimonio inédito (P. Berol. Inv. 9917), fechado en el 300 d.C. La ponencia tiene por objeto ver cómo era la actuación del en el salón de clase. Aunque los autores basan la comunicación en un fragmento de papiro, formulan conclusiones de carácter más general en relación con el controvertido tema de la autenticidad de la de Dionisio Tracio,1 conclusiones basadas no sólo en el fragmento analizado sino en algunas docenas de tekhnai grammatikai conservadas en papiro, valiosas por ser testimonios originales, de "huellas in propio situ", como lo muestran los errores de grafía, de fraseología y de contenido (atribuibles al escribano, ya sea alumno o maestro).

Por lo demás, estos textos permiten dar una respuesta más precisa y más fundada a preguntas como éstas: a) ¿Cómo se produjeron los manuales gramaticales? b) ¿Para qué público fueron redactados? c) ¿Cómo se utilizaban estos manuales en la situación de clase? Y se llega a las siguientes conclusiones: 1) Este papiro —como muchos otros— es fuente importante para nuestro conocimiento de la gramática antigua y para situar la tekhne de Dionisio Tracio; 2) Se demuestra la continuidad de la terminología gramatical técnica, desde los filólogos de Alejandría hasta el fin de la antigüedad; 3) El papiro también ilustra cómo el autor de este texto, como otros enseñantes, adapta el modelo general del manual gramatical, insertando sus propios ejemplos y ofreciendo sus propias clasificaciones; 4) El autor busca informar a su público sobre la diferenciación de algunas formas que constituyen distintas clases de conjunciones y sobre el estatus gramatical ambivalente (conjunciones o adverbios) de algunas otras; 5) El autor se esfuerza por ayudar a sus alumnos con la diferenciación bastante sutil de estas partículas.

En la comunicación intitulada: "Acertijo de uso escolar en papiros, tablillas y ostraka" (pp. 225–236, con bibliografía), Luis Arturo Guichard da cuenta de este procedimiento educativo del que prácticamente no hay ningún testimonio, salvo una alusión de Clearco en su fr. 84 Wehrli (ap. Athen., X, 457e), que resulta especialmente valioso. Aunque podría objetarse que el testimonio de Clearco se aplicaría a los acertijos como material de diversión en los simposia, Guichard afirma que el material conservado en papiros, tablillas y ostraka comprueba el uso escolar del acertijo, pero no nos permite aventurar demasiado sobre las condiciones precisas. Guichard presenta diversos ejemplos que, por sus características, parecen haber sido ejercicios de dictado, de copia, de pronunciación, o para aprender vocabulario; e incluso podían haberse utilizado para transmitir algún conocimiento relacionando con la biología o la botánica. Sea cual haya sido su uso, revelan un material escolar prácticamente desconocido y, por ello, son valiosos.

La ponencia de María Paz de Hoz: "Testimonios epigráficos sobre la educación griega de época imperial" (pp. 307–332, con bibliografía) destaca cómo la educación y el sistema escolar de época imperial han sido estudiados fundamentalmente a través de los testimonios literarios, habiéndose centrado la información sobre todo en la enseñanza de la retórica, y más concretamente, en la segunda sofística. Por su parte, los testimonios epigráficos —si bien no son comparables con los de las fundaciones helenísticas de Eudemo de Mileto o Politro de Teos, ni con la de los certámenes escolares— abren nuevas vías para conocer la postura social y política sobre la educación griega, y sobre la problemática cuestión de si existía o no un sistema escolar y niveles educativos fijados y uniformes.

En general, la epigrafía muestra un sistema educativo variado: la educación elemental, que proporciona una alfabetización a niños esclavos y libres; que proporcionaba una y otra más avanzada para niños de clase alta. La distinción se encuentra sobre todo entre clases sociales y entre zonas rurales y urbanas.

La contribución de Francisca Pordomingo se intitula "Ejercicios preliminares de la composición retórica y literaria en papiro: el encomio" (pp. 405–453, incluida la bibliografía). Como una contraparte a los trabajos realizados por autores como R. Webb o T. Morgan sobre los progymnasmata testimoniados en las fuentes literarias, Francisca Pordomingo ofrece una contribución que analiza su ejercicio en los papiros.

Luego de una introducción donde señala las dificultades que entraña el análisis de este material, por la problemática definición de su autoría —alumnos o maestros—, por su número más escaso en proporción al de las fuentes literarias, atribuible no sólo a los lugares de origen (Egipto y en particular Oxirrinco), sino al decreciente número de alumnos en el nivel superior donde, por lo menos una parte de los ejercicios se estudiaba, la autora destaca el interés suscitado por los progymnasmata, que llega a nuestros días y que se debe tanto a su calidad de entrenamiento útil para la elaboración de discursos y para diversos tipos de literatura, como también a la inducción de valores culturales.

En este estudio se tratan indistintamente las prácticas de alumnos y los modelos de los profesores y se insiste en que no todos los tipos de ejercicios están representados en los papiros, sino que son más abundantes algunos como diegema, encomio y etopeya. Sin embargo, su trabajo centra el tratamiento sólo en el encomio, por considerar que es un género cuya presencia en los papiros no ha sido tratada individualmente.

Pordomingo señala que en los encomios y las etopeyas en verso, aunque con diferencias de estilo y lengua, hay un cumplimiento mucho más laxo de las 'reglas del encomio' de los rétores. Analiza 10 ejemplos de papiros del Egipto grecorromano, señalando las características bibliológicas y paleográficas que intentan delimitar, en la medida de lo posible, entre ejemplares de profesores y de alumnos.

Los papiros, de variada extensión, van del siglo III a.C. —el más antiguo de los estudiados, que posiblemente era una colección de modelos de un maestro, y que representaría un antepasado de progymnasmata— al s. III/IV d.C.

La temática ejemplificada comprende elogios de tema variado: el de Alejandría; varios más en honor de dioses: ¿Hermes?; Dionisio; y de Antínoo, en verso; elogio al gimnasiarca Teón; de Aquiles, de un caballo, y de un higo.

La autora no se restringe sólo a la descripción del contenido temático o a las características del papiro, sino que intenta explicar las dificultades que se presentan, como el empleo del verso sotadeo, considerado en metro vulgar, en P. Gron. inv. 66 (edd. Hendriks–Parsons–Worp, 1981) (LDAB 4694), cuando la norma del encomio en verso era utilizar el hexámetro.

El artículo incluye también un material "bruto" para ser elaborado, que puede estar representado por selecciones de pasajes literarios o esbozos elaborados por el propio profesor. También abarca lo que son sólo enunciados de temas a desarrollar en ejercicios. El análisis se limita a dos papiros, todavía en estudio por parte de la autora, que aquí ofrece conclusiones un tanto provisionales. El primer ejemplo considerado, del n a.C, corresponde a dos antologías helenísticas, editadas por Schubart y Wilamowitz, que contienen una selección de pasajes de comedia y tragedia, cuyo tema es la mujer; los de la comedia vituperándola, y los de tragedia, tres pasajes de Eurípides, con Melanipe y Fedra, que hablan en su defensa. En la otra antología, mucho más fragmentaria, hay un orden inverso en la sucesión de los extractos.

El segundo papiro considerado es el P. Mil. Vogl. I 20 (Pack,2 1996; LDAB 4772), del s. II, procedente de Tebtynis que contiene una colección de breves "disertaciones" en prosa sobre distintos argumentos, cada uno introducido por un título, aparentemente destinados a ser desarrollados como ejercicios.

Por su parte, Guglielmo Cavallo en su artículo "Il lettore comune nel mondo greco–romano tra contesto sociale, livello di istruzione e produzione letteraria" (pp. 557–576 incluida la bibliografía), empieza por señalar que el lector común difiere del crítico y del estudioso, pues el primero lee por placer y no con el afán mostrar su propia cultura o corregir la opinión de otros. Este lector común se ubica en la denomina media plebs o burguesía urbana de provincia; Cavallo trata entonces de determinar cuántos podían ubicarse en este rubro y cuál era su capacidad intelectual.

Para llegar a estas respuestas, el autor empieza por recordar, citando a Stramaglia (1996, p. 101), que la escuela antigua "fue en los hechos una realidad socialmente segmentada, geográficamente condicionada e históricamente flexible" (p. 559). Debemos traer a colación que la mayoría de la población sólo tenía una educación elemental —que los excluía del grupo de "lectores"—; unos cuantos más, lo que podríamos llamar educación media (impartida por los grammatici) y muy pocos, una educación superior consistente en el estudio de la retórica.

Dado que el lector común era una figura de una extracción social variada, la producción literaria también lo era, diferenciándose desde una literatura de consumo de tono medio y bajo, hasta el libro culto fino. Ovidio, en Tristia, II, 471–492, habla de obras de carácter didascálico que trataban argumentos futiles o daban preceptos sobre juegos y actividades para distraerse: una biblioteca de tratados y opúsculos pensados "como guía práctica para el uso del tiempo libre".

La mayor parte de esta literatura de consumo era poesía de evasión: épica en paráfrasis; historia reducida a biografía o concentrada en epítome; tratados culinarios o de deporte; opúsculos para juegos y pasatiempos; obras eróticas; horóscopos; textos mágicos o para la interpretación de los sueños; "sobre todo una narrativa hecha de situaciones típicas, estereotipos descriptivos, psicología esquemática, desarrollos de la narración intrincados e intrigantes, de golpes de escena, todo inserto en una trama de fondo de amor y aventura" (p. 566).

Por otra parte, dado que el mismo lector común es una figura de competencia cultural variable, es probable que las modalidades de lectura variaran en función del grado de su capacidad y del tipo de texto. A la literatura de entretenimiento se adaptaba, sobre todo, una lectura a media voz, escasa o nulamente expresiva, o silenciosa. En Apul., Met., I, 1, 1, se sugiere una lectura de la novela lepido susurro.

En otra interesante ponencia intitulada: "Influencia literaria de los progymnasmata" (pp. 273–306, incluida la bibliografía), José Antonio Fernández Delgado expresa que su comunicación tiene por objeto llamar la atención sobre la importancia de los progymnasmata y su incidencia literaria. Hace ver de entrada que, no obstante haber constituido la base del sistema de enseñanza desde Grecia hasta la Europa del Renacimiento y más allá, apenas si son mencionados en los manuales de retórica al uso, con escasas excepciones, y destaca que las primeras ediciones con traducción de los rétores no remontan más allá de las dos últimas décadas, aunque la de Libanio no se encuentra todavía.2

Fernández Delgado opina que el abandono de los progymnasmata en el sistema educativo y, por consiguiente, su casi total desconocimiento hasta época relativamente reciente, junto con su carácter un tanto "recetario", son factores que no abonan al interés para su estudio.

Un segundo aspecto tratado es el de la discutida ubicación del uso de los progymnasmata entre los distintos niveles de enseñanza, haciéndonos ver que la situación en Roma no necesariamente correspondía con la de Grecia, pues también hay que considerar que había importantes diferencias individuales y de lugar a lugar.

En otra parte de la ponencia, se aborda la conexión existente entre el ejercicio retórico y el género del discurso retórico–literario. Fernández Delgado da un paso más de la tradicional asociación ejercicio–género, y afirma que la proyección de los progymnasmata alcanzaba a la composición literaria en general. Destaca la enorme influencia que los ejercicios más ligados a la retórica epidíctica tuvieron en la configuración de determinadas formas de expresión, como la poesía o la historia y que son los únicos que dieron lugar a géneros autónomos. Enseguida, se relacionan los ejemplos propuestos para cada ejercicio con los grandes autores del pasado: Homero, Eurípides, Menandro, Heródoto, Platón, Tucídides, Demóstenes, entre otros. La apropiación de estos ejemplos no sólo servía para crear nuevos textos, sino que se adoptaban los valores culturales, similares a los de las declamaciones, a través de argumentos y opiniones comúnmente sostenidos. También se menciona el incremento del cultivo de la poesía en la época imperial, que culminó hacia el s. IV con obras en verso como contrapartida de otras en prosa, dando lugar a la aparición de un núcleo particularmente importante de poetas en determinadas regiones de Egipto, con Nono de Panópolis a la cabeza.

La comunicación de Fernández Delgado incluye en su quinta parte una proyección literaria que es un sumario de la eventual proyección que presentan en la literatura los progymnasmata más estrechamente ligados a la composición literaria, como la synkrisis o comparación, la ecfrasis o descripción, la ethopoiia y el encomio. El autor destaca la presencia de estos ejercicios en diversos autores. En Plutarco, la comparación o synkrisis aparece no sólo en las Vidas Paralelas, sino también en un número importante de piezas del conjunto de Moralia, que confrontan actitudes morales, de cuestiones físicas, de la naturaleza o literarias.

La écfrasis proponía la descripción detallada y vívida no sólo de objetos y obras de arte (las más conocidas), sino también de lugares, tiempos, personas y hechos, para proyectar abundantemente su aplicación a lo largo de la poesía y la prosa de la época imperial y posterior. El caso más emblemático del empleo de la écfrasis es el de las Imágenes (Eikones) de Filóstrato, las composiciones de Calístrato y la Iliupérsis de Trifiodoro3 y, desde luego, gran parte de la producción de estos siglos, desde Luciano, la novela o los Opianos hasta los epigramas ecfrásticos de la Antología Palatina o los autores de la escuela retórica de Gaza.

La ethopoiia, por su parte, refleja los términos en que podría expresarse, reflexionando consigo mismo o dirigiéndose a otro, en una manifestación de tipo ético (ethike), emocional (pathetike) o mixta (mikte), un personaje conocido, generalmente del mito, incluso muerto (eidolopoiia), o bien un objeto (prosopopoiia), en una situación característica. Fernández Delgado comenta que el espectro de su aplicación, no obstante que por expresar las emociones tenía un carácter poético por naturaleza, abarca una amplia proyección: en la epistolografía, en muchas obras de Luciano y Plutarco y en gran parte de la poesía y la prosa literaria a lo largo de la época imperial, cuyo corolario es la Segunda Sofística, incluida la novela, hasta la poesía de corte noniano, un vasto campo, todavía por explorar.

El ejercicio del encomio, al que Fernández Delgado considera el de mayor repercusión retórica, tanto a través de la oratoria epidíctica como en el resto de la prosa y en la poesía en general, tiene un ámbito de acción muy amplio. Las ocasiones de su ejecución eran variadas; frecuentemente precedía una melete o declamatio, o muy diversas ocasiones sociales, de acuerdo con una tipología que va del encomio al emperador o a algún cargo oficial, el natalicio, el funeral, o el no menos tradicional encomio nupcial. Ejemplos típicos de discursos de encomio al emperador son el de Juliano a Constancio, o el de Procopio de Gaza a Anastasio, el de Libanio a Constante y Constancio o el de Sinesio a Arcadio. Pero los tópicos del encomio influyeron igualmente en la poesía, en parte porque los ejemplos procedían de la tradición poética anterior, junto con el léxico, procedimientos estilísticos, tropos y figuras y cláusulas rítmicas de la prosa retórica. Entre los autores de poemas específicamente laudatorios, los nombres más conocidos son los de los egipcios Ciro y Pamprepio de Panópolis, Cristodoro de Copto y Coluto de Licópolis, procedentes de la Tebaida egipcia; los epigramatistas de la época de Justiniano, Agatías y Pablo Silenciario, el diletante Dióscoro de Afrodita y, sobre todo, un importante número de papiros anónimos que contienen, además de poemas laudatorios, epitalamios y otros4 y, finalmente, los poemas de corte claramente escolar pertenecientes a los rétores que provenían de la escuela de Gaza.

En conclusión podemos decir que este volumen recoge variadas comunicaciones relacionadas con la importancia de la escuela y su repercusión en la literatura, temas del máximo interés para la investigación actual en filología clásica a nivel mundial, por lo que se recomienda ampliamente su lectura.

 

Notas

1 Hay traducción moderna al francés (J. Lallot, La grammaire de Denys le Thrace, Paris, CNRS, 1998) y al españ         [ Links ]ol (Dionisio el Tracio, Gramática, introd., trad. y notas de Vicente Bécares Botas, Madrid, Gredos, 2003).

2 Jesús Ureña está preparando una en español.

3 Ampliamente tratada en la ponencia de L. Mígueles Cavero, La nyktomaquia de Trifiodoro: una ékphrasis mixta, en el mismo volumen (pp. 497–509, bibliografía incluida).

4 Ver el artículo de F. Pordomingo, en esta misma reseña.

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