Introducción
Con base en una revisión de literatura es posible indagar en las discusiones teóricas, metodológicas y los resultados a los cuales han llegado diversos artículos. Para este caso, aquellos que han centrado su investigación sobre performatividad en el trabajo y vida académica. Una cualidad de este tipo de estudio consiste en situar el problema a investigar en un contexto histórico, y conocer su posicionamiento al interior de un campo de estudio (Machi et al., 2009).
Dicho esto, para contextualizar, la revisión de literatura es necesario aproximarnos a la problemática: al finalizar el siglo XX, las instituciones universitarias se apropiaron de mecanismos empresariales de competencia y productividad que repercutieron en el trabajo académico según lo han señalado investigaciones de distintas regiones del mundo. Para el contexto anglosajón, esto se produjo entre la década 1980 y 1990, principalmente en Australia e Inglaterra, lo cual suscitó cambios a las condiciones laborales académicas (Davies, 2005; Anderson, 2006a; McCarthy et al. 2017). En Latinoamérica, en las mismas décadas, Chile se convirtió en uno de los países con un sistema de educación superior que hasta la actualidad se encuentra sujeto a las condiciones del mercado. Evidencia de ello, es el estudio sobre profesores “taxis” o “académicas malabaristas” (Simbürger et al. , 2016; Montes-López et al. , 2021) los cuales señalan la precarización laboral existente en el estamento académico. También, la investigación de Guzmán-Valenzuela & Barnett (2013a, 2013b) indican las características públicas y privadas de la educación superior que afectan la vida académica. En consecuencia, los estudios previos dan cuenta de dificultades que se presentan en el trabajo y vida académica debido a una forma de gestión universitaria que asimila un modo de administración empresarial.
Al considerar lo anterior, esta gestión con características empresariales se reconoce en la universidad a través de la productividad y la competencia. Por una parte, la productividad se identifica en la promoción de incentivos al rendimiento individual del trabajo académico (Ball, 2003; Davies & Bansel, 2010; Bernasconi, 2013) y, por otra parte, la competencia se observa a través de la postulación a fondos de investigación y sus exigencias que trastocan la vida privada del académico (Blackmore et al. 2003, Bernasconi, 2010; Chubb et al. 2017). De esta manera, el trabajo y vida académica se sitúan entre la productividad y la competencia. Esto, sostiene los discursos de calidad en las instituciones y provoca nuevas demandas laborales, como la publicación en revistas de alto impacto, el cumplimiento con los requerimientos de las acreditaciones, participación en comisiones, entre otras actividades que regulan el trabajo académico (Archer, 2008; González et al., 2018; Muñoz-García, 2019). Asimismo, el discurso de calidad sostiene la relación entre ingresos públicos y privados en las instituciones universitarias, en otras palabras, la calidad es la justificación a la rendición de cuentas o accountability (Shore et al., 1999; Reyes, 2016). En este escenario de nuevas demandas al trabajo académico provocadas por la instalación de los discursos de calidad, emerge la performatividad, como una posibilidad de comprender el trabajo y la vida académica supeditados a una cultura de la auditoría, es decir, al cumplimiento constante de indicadores de calidad que las instituciones establecen y deben ser respondidos por el estamento académico.
En este contexto de la cultura de la auditoría en la universidad, las investigaciones que inauguran la discusión sobre performatividad en educación superior corresponden a los estudios de Ball (2003, 2012) y Blackmore et al. Los autores a través de la conceptualización de performatividad han otorgado inteligibilidad a los problemas del trabajo académico y la vida universitaria. En relación al trabajo académico, como ha señalado Ball, la performatividad es una política tecnológica, la cual actúa como un marco regulatorio. Esta política opera a través de sanciones y recompensas al desempeño laboral del estamento académico. Respecto a la vida académica, Ball indica cómo la performatividad promueve la imprecisión entre las actividades laborales y la vida íntima. Asimismo, Blackmore et al. refiere a las dificultades que se suscitan sobre la equidad de género en una universidad cuyas políticas tienden a la gerencialización de un espacio predominantemente masculino. De esta manera, ambas investigaciones dan cuenta como la performatividad ha desempeñado un rol fundamental en reconocer las dificultades que conciernen al trabajo y a la vida académica. Sin embargo, cabe preguntarse sobre las aproximaciones que realizan los estudios de académicos con respecto a la performatividad, debido a la variabilidad terminológica del concepto, y las distintas tradiciones teóricas en las que se inscribe esta conceptualización (Mckenzie, 2004). Así, surgen una serie de interrogantes: ¿Desde qué perspectiva teórica la performatividad se vincula a los estudios sobre académicos y académicas? ¿Cuáles son las principales tensiones del trabajo y la vida académica que se identifican a partir de los estudios sobre performatividad en el campo de la educación superior? En este sentido, la presente revisión de literatura tiene como objetivo reconocer las perspectivas de los artículos sobre performatividad que han develado las problemáticas del trabajo y vida académica.
Para dar respuesta al objetivo que guía este artículo realizamos inicialmente una búsqueda al concepto de performatividad en el campo de la educación superior entre 2003-2021. Luego definimos palabras claves para encontrar en base datos Web of Science (WoS), Scopus y Scientific Electronic Library Online o Biblioteca Científica Electrónica en Línea (SciELO). Finalmente, se discute en los resultados y conclusiones sobre las posibilidades teóricas y prácticas de la conceptualización de performatividad que complejizan los estudios sobre el trabajo y vida académica.
Referencias teóricas al concepto de performatividad
La performatividad es un concepto que ha sido explorado por las ciencias sociales, las humanidades y la educación para comprender al sujeto en el contexto contemporáneo (Imilan, 2018). Así, la performatividad ha trascendido en los estudios del lenguaje y género, las discusiones sobre investigación y enseñanza en la universidad como también, en los nuevos materialismos (Lyotard, 1989; Barad, 2007; Ball, 2012; Butler, 2018; Austin, 2019). En este apartado indagaremos brevemente cómo la performatividad se aproxima a la educación y nos invita a comprender los conflictos académicos en la universidad contemporánea.
En relación con los estudios del lenguaje y género, Austin señala que las palabras de los sujetos se transforman en actos, así el lenguaje tiene posibilidad de acción en una práctica. A esta práctica el autor la denomina performatividad. Considerando estos argumentos, Butler indica que la performatividad de género se provoca por las prácticas realizadas a partir de normas sociales, culturales y políticas generadas de manera iterativa y tendientes a invisibilizar las subjetividades del sujeto. Hasta este punto, se puede reconocer que los estudios del lenguaje y género manifiestan que la performatividad se expresa en prácticas que responden a regulaciones y normas en desmedro de las intenciones propias.
En cuanto a las discusiones sobre investigación y enseñanza en la universidad, Lyotard ha señalado que la construcción del conocimiento y la transmisión de saberes en la universidad están sometidas a nuevas formas de administración, las cuales, promueven el desempeño de los sujetos a través de auditorías permanentes. Esta nueva forma de administración es indicada por el autor como performatividad. Con respecto a lo anterior, Ball en la primera década del siglo XXI recupera los aportes de Butler y Lyotard. Los estudios de Butler sobre performatividad son referenciados por Ball, al explicar las regulaciones a las que son sometidas los académicos, quienes muchas veces responden al logro del desempeño, y no, a las subjetividades que estos poseen. Un ejemplo a esta referencia teórica puede ser la actual presión por publicación exigida a los investigadores para poder acceder a los fondos de investigación. En complemento, Ball incorpora los aportes de Lyotard sobre el ingreso de la administración empresarial a la universidad. Uno de los aspectos de esta administración, es la optimización del rendimiento. Esto significa maximizar los resultados y minimizar los insumos; es en esta sentencia que académicas y académicos en las últimas décadas han sorteado su trabajo y vida. Dicho lo anterior, los aportes de Butler y Lyotard -en la conceptualización de Ball- reconocen a la performatividad como una política y cultura que regula las actuaciones de los sujetos en el marco de la cultura de la auditoria universitaria.
Otra referencia teórica, es el aporte de Barad cuyo trabajo en los últimos años se ha incorporado al campo de la educación. Para la autora, la performatividad más que servir a los estudios del discurso es una herramienta teórica dispuesta al estudio de las prácticas -incorporando a la materia y a los elementos como participantes activos de la realidad-. De este modo, la performatividad no solo evidencia el efecto de las políticas en los académicos, sino también, cómo la regulación se encarna en las prácticas cotidianas.
Las discusiones teóricas señaladas han permeado diversos estudios sobre académicos y académicas. Es así que investigaciones de habla inglesa, principalmente en Inglaterra y Australia, han reparado en cómo la performatividad afecta a la investigación y a la equidad de género en el trabajo académico (Blackmore et al. 2003; Archer, 2008). Para el contexto Latinoamericano, los estudios sobre performatividad han señalado que la investigación es la actividad causante del agobio laboral debido a la sobrevaloración actualmente otorgada a los artículos (Macedo, 2015). Además, estudios evidencian, la existencia de discursos en las universidades tradicionales sobre la reproducción de prácticas sexistas entre docentes y estudiantes (Mingo et al., 2017). De esta manera, las referencias teóricas sobre performatividad han contribuido a la investigación en el campo de la educación superior develando problemáticas académicas.
Metodología
La presente investigación corresponde a una revisión de literatura cuyo objetivo es recopilar evidencia sobre los antecedentes de una temática en particular. Con base en este objetivo se busca identificar el conocimiento vigente sobre performatividad en el campo de la educación superior, particularmente, en el trabajo académico y la vida universitaria. Según Machi et al. (2009), la búsqueda de literatura se debe realizar mediante procedimientos que vayan respondiendo al objetivo de la investigación. A continuación, se describe cada procedimiento: en primer lugar, se identificó el tópico a investigar. En segundo lugar, se realizó una consulta con base en datos científicos, a través, de la utilización de conceptos claves y boléanos adecuados que recopilen la evidencia necesaria sobre la problemática antes enunciada.
Las bases de datos científicas utilizadas fueron SciELO, Scopus y WoS. La búsqueda contempló los siguientes descriptores: academic scholars, academic life, academic work, university, higher education y performativity. Según Machi et al., al revisar la literatura se deben generar mecanismos para refinar la búsqueda, por tanto, se decidió considerar los artículos desde el año 2003 en adelante. Lo anterior debido a que el texto de Ball (2003) The teacher`s soul and the terrors of performativity y el trabajo de Blackmore et al. (2003) Managing Equity Work in the Performtive University son discusiones que inauguran la temática de performatividad en el campo de la educación superior.
En tercer, lugar se realizó cruce entre las bases de datos identificando 82 artículos a los cuales se aplicaron los siguientes criterios de inclusión:
Se seleccionó el área de educación en las bases de datos.
Se revisaron los resúmenes de los artículos para seleccionar por hallazgos.
Solo se dejaron aquellas investigaciones cuya muestra o participantes se encontraba constituida de académicas y académicos, criterio que permite responder a la pregunta sobre el trabajo y la vida del estamento.
También se aplicaron criterios de exclusión:
Artículos que referenciaban a la escuela a primaria o secundaria.
Artículos que basaran su muestra en otro sujeto que no fuera académicas o académicos.
Al considerar los procedimientos realizados se puede señalar que 60 artículos quedaron seleccionados para su posterior análisis. En cuanto al idioma, la mayoría de los artículos identificados están en inglés, registrándose solo dos referencias en español y dos en portugués. Respecto a las regiones, la producción de artículos predomina en Inglaterra y Australia concentrando 35 trabajos. Luego España aporta a esta discusión con 4 y Estados Unidos con 3 artículos. En los países de Canadá, Portugal, Sudáfrica, Turquía se registraron dos artículos. El resto de los países arrojó solo un artículo: Alemania, Argentina, Chile, China, Colombia, Hong Kong, Kazajistán, México, Nueva Zelanda y Países Nórdicos. En lo que concierne al periodo de publicación, según el gráfico nº1desde el 2003 al año 2013 se evidencia discontinuidad en las publicaciones. Luego entre el año 2013 y 2021, las publicaciones sobre performatividad, trabajo y vida académica presentan una producción continua, alcanzando un peak el año 2017 y 2019. Esta búsqueda finalizó en marzo 2022, y si bien se evidenciaron artículos sobre académicas y académicos, estos no se relacionaron con los descriptores antes mencionados. Finalmente, los procedimientos realizados han permitido inferir sobre idioma, regiones de producción y años de publicación.
Resultados y discusión
Con el fin de reconocer las perspectivas de los estudios sobre performatividad que han develado las problemáticas del trabajo y vida académica, los resultados se describen en dos apartados. El primer apartado titulado “Aproximación al concepto de performatividad” reconoce en los artículos revisados como las y los autores refieren al concepto de performatividad. El segundo apartado “El trabajo académico y la vida universitaria” describe los resultados de los artículos identificando aquellas problemáticas que enfrenta el estamento académico. A continuación, se describen los apartados:
Aproximación al concepto de performatividad
En la revisión de literatura se identificaron cuatro aproximaciones teóricas cuyos autores se agrupan en la Tabla 1 y describen a continuación:
En cuanto a la primera aproximación, se encontró solo un artículo que hace referencia a la performatividad a partir de los aportes de Austin (2019). Turpo et al. (2021) señalan que la performatividad, en el marco de la formación de investigadores en educación, adquiere connotaciones discursivas que afectan las identidades académicas. Para las y los autores, la performatividad entendida desde los estudios del lenguaje (Austin, 2019) genera expresiones movilizadoras fundamentales para las trayectorias formativas, ejemplo de ello es la frase “se aprueba la tesis” (Turpo et al., 2021, p. 25). Esta frase da cuenta de la incorporación de los investigadores en formación a una comunidad investigativa. De este modo, esta aproximación explora en el marco de los estudios del lenguaje aquellas expresiones que legitiman a los individuos al interior de una institución universitaria.
Respecto de la segunda aproximación, se distinguió que la mayoría de los artículos al referirse a performatividad señalan los aportes de Ball. A partir de esta consideración teórica, los artículos describen a la universidad como una institución inmersa en la cultura de la auditoría. Autores como Gao et al. (2021) y Cannizzo (2018) afirman que a través de una política tecnológica llamada performatividad se ha generado que la práctica académica se convierta en un trabajo cuantificable, medible y verificable. Por tanto, esta aproximación teórica considera a la performatividad como una política que ha transformado el trabajo académico, reconocible en los estudios, como el régimen de la performatividad o universidad performativa (Pereira, 2016; Harland et al., 2018 Taberner et al. 2018 Jeanes et al. 2019; Enslin et al., 2019; Saura et al., 2019; Sánchez et al., 2020). La transformación de este trabajo académico para Butterwick et al., (2005) se puede reconocer en las siguientes labores: investigación, publicación periódica de resultados, procesos de evaluación por pares y reuniones de evaluación, entre otras. Esta transformación del trabajo académico tiene como base, la presión por cumplir con productos, lo cual ha desencadenado mayor competitividad, priorización por el trabajo individual y, en lo que concierne a las condiciones laborales, su precarización (Archer, 2008; Wilson et al. 2013; Angervall et al. 2014; Macfarlane, 2017, 2020; Raina, 2019). Asimismo, Acker et al. (2017) explican que el trabajo en la universidad actual responde a una métrica dispuesta a clasificar y ordenar cada actividad, con el objeto de cumplir con indicadores previamente establecidos. Es así, como podemos dar cuenta que la segunda aproximación identificada en esta revisión de literatura devela cambios en el trabajo académico.
Los estudios que arrojó la revisión de literatura no sólo señalan las transformaciones del trabajo académico, sino además las repercusiones de la performatividad a la vida universitaria de la mujer. Butterwick et al. invita a reflexionar sobre las experiencias de las mujeres, a través, de las distintas actividades de subordinación existentes en el trabajo académico -redacción de informes, reuniones de evaluación, evaluación por pares- las cuales generan inseguridad debido a la presión por responder oportunamente, y, culpabilidad, al no realizar los productos exigidos. Asimismo, Clegg (2008) explica que la performatividad impacta en las identidades académicas de las mujeres, y particularmente, en aquellas que se han mantenido continuamente al margen de la academia. De igual modo, Forgasz et al. (2021) a través de un estudio narrativo indaga en la vida académica de una mujer y cómo los efectos del neoliberalismo repercuten en el debilitamiento de su profesionalismo. Ejemplo de ello es la imposición de instrumentos evaluativos para el desarrollo de clases perjudicando así la libertad de planificación de la enseñanza. En este caso, las investigaciones dan cuenta de una norma en la universidad predominantemente masculina.
Crimmins et al. (2020) indican que la política de la performatividad repercute en la carrera académica de las mujeres, ya que quienes investigan temáticas alejadas del mainstream presentan barreras para insertarse en los campos de estudio. El artículo indica las dificultades de ser mujer y estudiar a mujeres en el mundo rural. De esta manera, esta aproximación teórica enriquece el debate hacía los estudios de género indagando en las dificultades de las mujeres en la universidad. Así, la performatividad desde la perspectiva teórica de Ball (2003, 2011) evidencia a la institución universitaria como un espacio hostil para las mujeres en los aspectos de: participación en instancias colegiadas, financiamiento y producción de conocimiento.
Otro aspecto para destacar tiene relación con la construcción de conocimiento en la academia. Raaper (2016) señala que la performatividad en las instituciones universitarias promueve una construcción de conocimiento que tiende a una comunicación global. Esto, debido a la presión por publicación indizada que se ha promovido en las y los investigadores a nivel mundial. Según el autor, la performatividad está conformando un mercado global de conocimiento en las distintas disciplinas y ciencias. Por tanto, cabe preguntarse, ¿De qué manera la performatividad está configurando hoy el conocimiento? Al finalizar este apartado, quedan de manifiesto tres grandes hallazgos en los artículos revisados. En primer lugar, las y los autores consideran a la performatividad como una política que impacta al trabajo académico. En segundo lugar, los artículos visibilizan los conflictos que enfrentan las mujeres en la academia. En tercer lugar, la performatividad impacta en la construcción de conocimiento a nivel mundial.
En esta tercera aproximación, la mayoría de los artículos consideran los aportes de Butler (2018, 2019) y Barad (2007). Sin embargo, es el trabajo de Butler que ha permeado mayoritariamente las investigaciones en torno al trabajo académico y la vida universitaria. Montane et al. (2010) teniendo en cuenta, la comprensión que desarrolla Butler sobre performatividad explica cómo se interioriza la legislación en educación superior a través del trabajo académico. Para las autoras, los sujetos se constituyen mediante discursos desde una normativa y no desde sus subjetividades, puesto que la performatividad se comprende como una estructura que enmarca al sujeto. Complementando lo anterior, Macedo (2015) da cuenta que el contexto generado por la política de la performatividad ha cambiado la cultura de la investigación en los estudios de posgrados. Más aún, en los resultados del artículo, la autora señala que la conceptualización de Butler sobre la expropiación del sujeto debido a la gobernanza neoliberal advierte cómo las y los académicos actualmente responden a la cultura de la auditoria. Asimismo, Jiménez (2019) manifiesta en su investigación que el discurso académico adquiere condiciones performativas al naturalizar formas de autoregulación a un trabajo que debe ser expresado en términos cuantitativos. Las investigaciones anteriores, dejan al descubierto que la conceptualización de performatividad devela la imbricación de políticas en las prácticas académicas, es decir, el estamento académico incorpora en su actuar las exigencias de las políticas de investigación.
Por añadidura, la propuesta teórica de Butler también ha permeado una investigación sobre trastornos neurológicos. Al respecto, Dolan (2021) inspirado en el concepto de performatividad de género, indaga en las prácticas de individuos que padecen discapacidades invisibles -bipolaridad, cefalea crónica, esclerosis múltiple, esquizofrenia, entre otros-. Los resultados del artículo indican que las y los académicos al padecer de estos trastornos generan distintos actos que les permiten permanecer en la universidad, por ejemplo: ocultar la enfermedad o asimilar su condición e informarla en los espacios de participación académica. Lo anterior, en palabras del autor, es llamado “performatividad capazista” (p. 3), es decir, actos corporales y discursivos que les permiten la continuidad en sus puestos de trabajo, aún cuando, la universidad contribuye en la estigmatización de aquellas enfermedades. Hasta entonces, los estudios de Butler han aportado en el análisis de las políticas de investigación y en esclarecer como las trayectorias académicas se afectan a partir de las discapacidades invisibles.
También a esta aproximación corresponde los estudios feministas y Queer. Diversos artículos referencian las problemáticas asociadas al sexismo, discriminación y acoso laboral en la institución universitaria. En relación al sexismo, Mingo et al. describe como la docencia contribuye en los actos que reproducen los discursos de desigualdad de género. De esta manera, las autoras reconocen los discursos académicos sexistas que prevalecen en la docencia universitaria. En cuanto a la discriminación, Ozturk et al. (2014) enfatiza en el desafío que realizan académicos homosexuales ante los discursos heteronormados de las escuelas de negocios. Asimismo, Villa (2020) estudia la experiencia de una estudiante transexual con discapacidad visual. La autora identifica la violencia ejercida por la institución universitaria al establecer una serie de obstáculos en su derecho a la educación. En esto, la referencia a Butler, sobre performatividad es fundamental para comprender como se erigen o no los cuerpos bajo la norma universitaria.
En lo concerniente al acoso laboral, Zadroska et al. (2011) visibilizan estas situaciones en la academia identificando su origen y los mecanismos que le permiten prosperar. Además, las autoras profundizan en la discusión de performatividad entre Butler y Barad. En el artículo se señala que Butler sitúa a la performatividad en los estudios del lenguaje, mientras que, Barad manifiesta la importancia de no obnubilarse frente al discurso, ya que, el ser humano se construye en performatividad con el espacio, tiempo y materia, y no, de manera individual. Es así, como los artículos revisados demuestran que la performatividad en el marco de los estudios sobre académicas y académicos también se inscribe en los estudios feministas y Queer.
Sucintamente, hemos revisado de qué manera la performatividad desde la conceptualización de Barad y Butler desarrollan una posibilidad de indagar en las prácticas académicas. Así, la performatividad en este caso se aleja de la conceptualización como una política que afecta según lo planteado por Ball y, desarrolla con prioridad, los argumentos de Butler respecto a la forma en que los sujetos imbrican aquellas estructuras que lo norman. En esta aproximación, las investigaciones examinaron en las subjetividades académicas a partir de las políticas de investigación, además visibilizaron los discursos que tienden a agudizar las prácticas sexistas y heteronormadas en las instituciones universitarias.
En esta cuarta aproximación, las subjetividades y las prácticas de los sujetos en la academia no representan el análisis principal de las investigaciones. Más bien, surge un posicionamiento desde el ámbito de las ciencias políticas y administrativas cuyo foco es la institución pública. Al respecto, Clarke et al. (1997) indagan en como las instituciones han adoptado una forma de gestión empresarial. Los autores indican que esta nueva forma de trabajo es parte de un rol gerencial que ha asumido el Estado, en el marco de la instalación de políticas neoliberales. Esta nueva conducción del Estado es llamada el Nuevo Gerencialismo Público o New Public Managment (NPM) (Anderson, 2006). Considerando lo anterior, Deem (1998) señala que las universidades comienzan a ser parte de una forma de gestión con características empresariales asociadas a la competencia y a la productividad. Esta gestión, es la NPM, que reemplaza la organización colegiada que poseían las universidades, por una gestión que comienza a medir el trabajo académico. Es en este escenario, que el Performance Managment (PM) es un concepto que homologa performatividad o performance a rendimiento o desempeño académico. En esta aproximación, los estudios sobre performatividad identifican la instalación del NPM en las universidades y el trabajo académico es reconocido como el PM.
Los artículos identificados que responden a esta aproximación visibilizan problemáticas del cuerpo académico en los ámbitos de sus actividades laborales y la organización espacial del trabajo. Los autores Feather (2016) y Olaskoaga et al. (2019) indican que las actividades desarrolladas por el estamento académico para cumplir con su productividad no solo refieren a la investigación, sino que también a otras actividades como la docencia, vinculación con el medio y la gestión, las cuales impactan en el PM o rendimiento académico, provocando que se resientan las funciones vinculadas a la investigación. En complemento de lo anterior, Kenny (2017; 2018) señala en sus resultados que la PM del trabajo académico ha sido fundamental para sustentar el sistema de rendición de cuentas, aunque esto es en desmedro de las condiciones laborales.
Otro aspecto a destacar en esta aproximación es el estudio de Madikizela-Madiya (2018), quien da cuenta como la organización de campus satélite puede entorpecer los canales de comunicación entre los distintos estamentos universitarios. Esto, en una institución universitaria en la cual existen gerentes (jefes de programas, departamento, etc.) y administrados (académicos que deben rendir cuentas a sus gerentes), así las performances de los académicos se distribuyen espacialmente localizando las jerarquías universitarias. Concluyendo este apartado, los artículos en esta aproximación evidencian el PM en los ámbitos de la investigación, las condiciones laborales y la organización universitaria. A diferencia de las aproximaciones teóricas anteriores no se tensiona a la académica o académico desde su identidad o subjetividad, más bien las investigaciones develan el trabajo académico bajo las actuales exigencias de la NPM y el desarrollo de la PM en la institución universitaria que repercuten en los ámbitos de la investigación, condiciones laborales y organización espacial del trabajo.
En síntesis, en esta revisión de literatura se evidencian cuatro aproximaciones teóricas al concepto performatividad, lo cual afirma la variabilidad terminológica del concepto (Mckenzie, 2004). Además, cada aproximación teórica ofrece enfoques distintos. En la primera aproximación teórica, las prácticas discursivas son fundamentales para comprender las problemáticas del académico. En la segunda aproximación se puede comprender a la performatividad como una política que afecta a los sujetos. En la tercera aproximación, la performatividad corresponde al actuar de los sujetos una vez que incorporan ciertas políticas en sus prácticas. La cuarta aproximación se centra en el estudio de un nuevo marco de regulación llamado NPM, en el cual, el estudio de académicas y académicos es a través del análisis de su rendimiento o desempeño. A pesar de que cada aproximación teórica ofrece enfoques distintos, cada una de ellas, detalla aquellas actividades del trabajo y vida académica que parecen estar en conflicto por algún mecanismo en el marco de la cultura de la auditoria. A continuación, en la Tabla 1 se sintetizan las aproximaciones teóricas y la autoría de los artículos que responden a cada una.
El trabajo y la vida académica
En el desarrollo de la revisión, se identificó diversas dimensiones que se pueden reconocer en el trabajo y vida académica respecto de los estudios sobre performatividad en el campo de la educación superior. Las dimensiones corresponden a las actividades académicas, diversas generaciones conviviendo en una institución universitaria y conflictos desde una perspectiva de género. A continuación, se describen los resultados que se ilustran en la Tabla 2.
Cualidades | Autores |
---|---|
Actividades académicas | Montane et al. (2010); Macedo (2015); Feather (2016); Bennett (2017); Darwin (2017); Kenny (2017); Kenny et al.(2017); Macfarlane (2017); Cannizzo (2018); González-Calvo & Arias-Carballal (2018); Kenny, (2018); Kenny et al. (2018); Harland et al. (2018); Madikizela-Madiya (2018); Olaskoaga et al. (2019); Horta et al. (2019); Macfarlane (2020), Gao et al. (2021), Forgasz et al. (2021) Riebe et al. (2021). |
Generaciones de académicas y académicos | Archer (2008); Marquina et al. (2015); Acker et al. (2017); Heffernan et al. (2019); Tülübaş et al. (2020). |
Conflictos desde una perspectiva de género en la academia | Butterwick et al. (2005); Clegg (2008); Zabrodska, et al. (2011); Leathwood et al. (2013); Pereira (2016); Cifor, (2017); Mingo & Moreno (2017); Wånggren (2018); Kuzhabekova (2019); Frizelle, (2020); Göktürk et al. (2020); Villa (2020). |
Actividades académicas
La revisión de literatura dio a conocer que el profesorado universitario debe desarrollar distintas actividades. Estas deberían expresarse en los ámbitos de la docencia, vinculación con el medio e investigación (Veliz & Bernasconi, 2019). Según los resultados que arrojó la revisión de literatura, es la investigación, la actividad que se encuentra en tensión en los ámbitos de carrera académica, remuneración y enseñanza universitaria. A continuación, se describe cada ámbito.
Sobre carrera académica, Kenny (2017) y Kenny et al. (2017) señalan en un estudio realizado en Australia, que las cargas académicas no son proporcionales respecto al trabajo docente e investigativo. Según los autores es fundamental que las cargas académicas contemplen la integralidad del trabajo. Asimismo, González et al. (2018) dan cuenta, en España, que debido a las políticas de acreditación para la investigación, se deja en segundo plano el trabajo de la docencia universitaria. Para los autores, las políticas de acreditación provocan la sensación de “desprofesionalización y proletarización” (p. 424). Por tanto, estas exigencias en el ámbito de la investigación no solo repercuten en la docencia, sino también en el profesionalismo académico. Asimismo, Macfarlane (2017) indaga sobre los conflictos de autoría múltiple en la realización de artículos. El autor afirma, en universidades de Hong Kong, que muchos asistentes de investigación realizan mayor trabajo que la primera autoría en un artículo, relegándose a un segundo o tercer lugar de la publicación. En este caso, los artículos anteriores señalan que las problemáticas de la investigación en torno a la carrera académica se generan debido a la integralidad del trabajo, las políticas de acreditación y los dilemas éticos en torno a las autorías que esto conlleva.
Otro aspecto a destacar, en las carreras académicas, es la dinámica espacial al interior de las universidades. Madikizela-Madiya (2018) afirma que la organización laboral, en los campus de las facultades en Sudáfrica, se materializa en el espacio físico, ejemplo de ello, es la distribución de oficinas. Los autores señalan que las carreras académicas no solo reflejan trabajo, sino también la obtención de un espacio laboral cómodo y privilegiado. Por otra parte, Cannizzo (2018), en Australia, indica que académicas y académicos consideran a la autonomía laboral-horas de libre disposición- como un aspecto positivo de su trabajo. El autor en los resultados establece que esta situación es contradictoria, puesto que las labores académicas se inmiscuyen en la intimidad. Por último, los artículos revisados indican en sus resultados que las políticas de carrera académica afectan la espacialidad laboral y la espacialidad íntima del cuerpo académico.
Respecto de la remuneración, los artículos señalan los conflictos académicos ante las políticas de concursos e incentivo a la investigación. Olaskoaga et al.(2019), en España, advierte que parte importante de la pérdida de satisfacción laboral en el trabajo académico se debe al financiamiento investigativo. El análisis de los resultados indica que la sensación de los académicos respecto a que su trabajo es mal remunerado, es permanente, y una forma de mejorar su salario, es la postulación a proyectos de investigación. Por tanto, es la concursabilidad en la investigación, la responsable de provocar insatisfacción laboral académica. No obstante, los concursos de postulación son el mecanismo que perpetúa el sistema de competencia y productividad en la universidad. Otro aspecto sobre la remuneración es señalado por Horta et al. (2019), en universidades de Hong Kong, indica que las políticas de incentivo a la remuneración promueven mayor compromiso institucional, como también, aquellas actividades académicas colegiadas -trabajo en redes académicas-. Los artículos anteriores, por una parte, señalan los aspectos negativos de las políticas de concursos para la investigación y, por otra parte, los beneficios que estas pueden generar.
En un sentido similar, Macfarlane (2020) en universidades del Reino Unido revisa curriculum (CV) de académicos y da cuenta en sus resultados que muchas de las actividades indicadas en el documento no presentan remuneración, ejemplo de ellas son la participación en comités, ayudantías de investigación, entre otras. No obstante, son fundamentales en la trayectoria profesional académica. Al finalizar este apartado sobre remuneraciones, la evidencia indica que la investigación como actividad académica se encuentra en tensión, debido a la concursabilidad, las políticas de incentivo y las actividades de difusión investigativa no remuneradas las cuales se pueden apreciar en el CV académico.
En relación con la enseñanza universitaria, los artículos sobre performatividad en sus resultados indican que las tensiones del trabajo académico y la vida universitaria se generan en los ámbitos de docencia, evaluación y recursos pedagógicos. El estudio de Harland et al. (2018) señala que el prestigio de los académicos no se encuentra en la docencia sino en la investigación. Este estudio, realizado en Nueva Zelanda, indica que las políticas performativas han afectado la calidad de la docencia en la universidad, puesto que no hay incentivos para la mejora docente de la misma manera que existen para la investigación. Según los autores, la enseñanza universitaria no va a ser prioridad, mientras se mantenga la presión por la investigación. Otro aspectos, refiere a la evaluación que se aplica al profesorado de parte de los estudiantes. Estudios realizados en Australia indican las tensiones de los docentes ante las evaluaciones. Al respecto, Darwin (2017) afirma que las instituciones presentan a los docentes las evaluaciones como la calidad de su trabajo, sin entregar orientaciones pedagógicas. Mas aún, Riebe et al. (2021) señala que las evaluaciones son consideradas a tal punto que dirigen la docencia. Sumado a ello, la disminución de recursos para la preparación de una clase y el contexto de la pandemia por COVID-19 genera mayor presión en los equipos pedagógicos de las escuelas de negocios. También, Forgasz et al. (2021) a través de un estudio autobiográfico indica que una de las causas de la desprofesionalización docente corresponde a la elaboración de instrumentos evaluativos de parte del equipo de gestión. Lo anterior provoca en académicas y académicos aumento de la ansiedad en la docencia.
En un sentido similar, en Inglaterra, Feather (2016) indica que no todos los docentes poseen conocimientos pedagógicos. Esta situación visibiliza la carencia de estrategias evaluativas para promover que el estudiantado de escuelas de negocios se responsabilicen por su proceso formativo. Por otra parte, Bennett (2017) evidencia el uso de recursos tecnológicos para el desarrollo de la enseñanza. Las tecnologías han significado para el profesorado universitario una forma de comunicarse con sus estudiantes. Las investigaciones anteriores, entregan evidencia sobre cómo la enseñanza universitaria se manifiesta compleja debido la relevancia de la investigación por sobre la docencia, también las evaluaciones que realizan los estudiantes al profesorado universitario generan conflictos en su desempeño, además de la apropiación de recursos tecnológicos por parte del cuerpo docente para promover estrategias de enseñanza.
En síntesis, los estudios sobre performatividad han develado a la investigación como la actividad académica que se encuentra en tensión ante la cultura de la auditoría. Según los artículos revisados, la investigación genera tensiones en los aspectos de carrera académica, remuneración y enseñanza universitaria. De esta manera, los estudios de performatividad dan cuenta que la actividad académica que tensiona las diversas labores de gestión, docencia o difusión, es la investigación.
Diversas generaciones de académicos conviviendo en una institución universitaria
La revisión de literatura arrojó estudios sobre performatividad que indagan en las distintas generaciones académicas conviviendo en una institución universitaria. Por una parte, se identificó investigaciones sobre las carreras académicas en una etapa inicial y ad portas del proceso de jubilación. Por otra parte, se encontró diferencias por contexto histórico y trayectoria identitarias. De esta manera, la performatividad invita a conocer las generaciones académicas que comporten el mismo espacio universitario.
Respecto de las carreras académicas iniciales, el estudio de Archer, (2008) en Inglaterra, señala a un cuerpo académico que ha ingresado a la universidad recientemente como los Hijos de Tatcher (p. 265), es decir, una generación que ingresa a la universidad cuando la cultura de la auditoría ya se encontraba instalada. Según los resultados de este estudio, los académicos consideran que existe un romanticismo de una universidad pasada y que gracias a las políticas que permitieron la masificación de la universidad, muchos de ellos actualmente pudieron ingresar a ella. Para los llamados Hijos de Tatcher su trabajo brinda grandes satisfacciones, aunque, realizan una crítica a la academia al cuestionar que las decisiones en la universidad están mediadas por la cantidad y no por la calidad. Asimismo, Acker et al. (2017), en instituciones universitarias canadienses, respecto a las carreras académicas tempranas, reconoce la misma contradicción de Archer sobre la satisfacción por el trabajo y la crítica explícita a la universidad contemporánea. Una problemática que expresan los académicos de este estudio es sobre el formato específico de producción de conocimiento llamado artículo. El cual, muchas veces propicia que la investigación se reduzca a un modelo establecido de comunicar la construcción de conocimiento. Al considerar lo anterior, ambas investigaciones, dan cuenta que la cultura de la auditoría en académicos jóvenes presenta una contradicción permanente entre satisfacción y crítica a la actual forma de comunicar la investigación.
Por otra parte, Heffernan et al. (2019) realiza una encuesta a más de cien académicos ad portas de iniciar su proceso de jubilación en los países de Australia, Canadá, Estados Unidos e Inglaterra. Parte de los resultados del estudio, indica el apoyo que pueda brindar la institución en términos materiales o de recursos humanos al académico en vías a su jubilación es fundamental para tomar la decisión de su retiro.
En cuanto a las diferencias en las generaciones académicas por contexto histórico. Marquina et al. (2015), en Argentina, indaga en tres generaciones que pertenecen a distintas décadas, pero aún conviven en la academia. Los autores denominan la primera generación, como académicas y académicos “consolidados” (p. 1397) y sus inicios en la universidad comienzan en la década de 1960. La mayoría de ellos es la primera generación de sus familias en obtener un título universitario, y valoran el trabajo colegiado y la docencia. La generación “intermedia” (p.1398) definida por los autores inicia su carrera universitaria en la década de 1980 en plena dictadura. Una característica importante de esta generación es la consideración por el balance entre docencia e investigación. La tercera generación denominada “noveles” (p. 1399), es una generación que ingresa a la universidad con las exigencias contemporáneas de la investigación. Este grupo de jóvenes presenta una preferencia por la investigación, distinta a las antiguas generaciones y consideran que la docencia es un complemento fundamental a su trabajo. Mas aún, en cuanto a las trayectorias, Tülübaş et al. (2020), en universidades australianas, identifican tres trayectorias que se han provocado debido a las consecuencias amenazantes de la cultura de la auditoría. La primera trayectoria asume la carrera como su vida, es decir, no existen límites entre lo laboral y lo privado. La segunda trayectoria incorpora todas las lógicas métricas actuales, además participa activamente en redes sociales dando cuenta de su trabajo. También destacan por obtener puestos estratégicos, los cuales muchas veces no se obtienen por el conducto regular laboral. Por último, la tercera trayectoria es un grupo muy crítico de la actual cultura de la auditoría a las exigencias a su trabajo, sin embargo, cumple con sus diversas labores académicas.
Finalmente, en este apartado el trabajo y la vida académica es tensionada por la dimensión de las diversas generaciones académicas, las cuales se manifiestan en conflicto tanto por diferencias etarias como también contexto histórico e identidad. De este modo, la performatividad visibiliza trayectorias académicas que conviven en la universidad contemporánea.
Conflictos desde una perspectiva de género
Los estudios de performatividad sobre el trabajo y vida académica evidenciaron conflictos desde una perspectiva de género. En primer lugar, las dinámicas de poder con las cuales las académicas deben negociar en las instituciones universitarias. En segundo lugar, las situaciones de sexismo y acoso laboral, es decir, prácticas que reproducen los sujetos al interior de la universidad. Este apartado iniciará con las formas de negociación que según los artículos se lleva a cabo en espacios masculinizados, prácticas feministas y maternidad.
En cuanto a los espacios masculinizados, Butterwick et al. refiere a los ambientes laborales conformados mayoritariamente por hombres como los comités u otras instancias colegiadas. Según las autoras, estas situaciones tensionan el trabajo femenino. Asimismo, Clegg (2008) señala que el espacio académico se permea de una masculinidad que incide en las identidades académicas de la mujer. Esta masculinidad está asociada a las diferencias de roles. La autora, en Inglaterra, sostiene que la promoción de las mujeres se origina debido a los cargos de gestión y no de investigación, mientras que la promoción de los hombres está vinculada a la investigación. De esta manera, la identidad académica profesional de la mujer se desarrolla en áreas de trabajo distintas a la de los hombres. Así, las formas de negociación de las mujeres se originan en el reconocimiento de espacios masculinizados.
Complementando lo anterior, Leathwood et al. (2013) en Inglaterra, indica que la academia se destaca por espacios de exclusión femenina y como resultado, las mujeres comienzan a apropiarse de una masculinidad que les permite asumir un juego gerencial y ser parte de esos espacios para evitar la exclusión. Más aún, Lipton (2020), en Australia, refiere a los códigos de vestimenta que utilizan las académicas. La autora señala que las universidades poseen estrategias de marketing y las y los académicos participan de estas a través de sus fotografías o redes sociales. No obstante, este escenario para las mujeres presenta diferencias, ya que las académicas lidian con normas estéticas heteronormadas, así las narrativas de las participantes de este estudio indican que el código de vestimenta cautela no parecer hombre, no verse muy joven, ni menos aburrida (p.9). Los resultados de las investigaciones anteriores dan cuenta que los espacios masculinizados en las instituciones universitarias tensionan la promoción académica de la mujer y su desarrollo profesional, aspectos reconocibles en espacios de participación y códigos de vestimenta.
En lo que concierne a las prácticas feministas, Pereira (2016), en Portugal, manifiesta que las académicas deben manejar cuidadosamente su participación en el activismo. Esto, debido a que los requisitos contemporáneos de la investigación tienden a promover la competencia impidiendo la práctica comunitaria, la cual es un aspecto fundamental en el feminismo. En la misma perspectiva, Wånggren (2018) , en la academia inglesa, señala la importancia de la pedagogía feminista en la docencia universitaria. La autora indica que los ejercicios de escritura pueden promover entre el estudiantado prácticas no discriminatorias. Asimismo, Frizelle (2020), a través de un escrito autoreflexivo sobre su experiencia como docente en Sudáfrica, da a conocer cómo pese a la presencia de la cultura de la auditoría, la docencia es un espacio para desafiar la hegemonía de género. La autora promueve en sus estudiantes el trabajo autoetnográfico y de este desprende reflexiones que visibilizan la cultura heteronormada. En un sentido similar, Villa (2020) como docente de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) de Colombia a partir del relato de su estudiante con discapacidad visual y transexual, reflexiona sobre la importancia del encuentro entre feminismo y pedagogía en la docencia universitaria.
Por último, los artículos de Pereira, Wånggren, Frizelle y Villa a través de la negociación de la mujer en la academia reconocen aquellas prácticas feministas, que, por una parte, se encuentran en tensión debido al activismo y la investigación. Por otra parte, son una posibilidad, como la inclusión de la pedagogía feminista en la docencia universitaria.
Con respecto a la maternidad, el estudio de Kuzhabekova (2019), en Kazajistán, señala como la universidad se ha transformado en un espacio para cumplir con este doble rol, es decir, ser académica y madre a la vez. Ejemplo de ello, es la creación de una biblioteca para niñas y niños con actividades de círculo de lectura. Asimismo, Göktürk y Tülübaş (2020), en Turquía, señalan que las carreras académicas exitosas en el caso de las mujeres han tenido como consecuencia deterioro en su bienestar físico y emocional. Según el artículo, las mujeres en la academia tienen que equilibrar su rol de esposa y madre. Los resultados indicaron que muchas mujeres posponen su carrera para apoyar el trabajo de sus esposos, también adjudican que el éxito en sus carreras académicas se debe a la posibilidad de tener apoyo familiar para el cuidado de sus hijos, dejando a un lado sus propios méritos. Al finalizar este apartado, las investigaciones anteriores visibilizan que las formas de negociación de las mujeres en la academia se originan a través de espacios masculinizados, de prácticas feministas y de la creación de lugares adecuados para la maternidad en las instituciones universitarias. De este modo, las mujeres en la academia han tenido que ceder en ámbitos privados de su vida para mantener su carrera.
Otro aspecto para destacar en los estudios sobre performatividad corresponde al sexismo y acoso laboral en la academia. Por lo que atañe al sexismo, Mingo et al. (2017), en los resultados de su estudio en México, identifica las prácticas sexistas de los profesores hacia las estudiantes. Estás prácticas se pueden evidenciar en explicar un concepto de forma particular a las mujeres o bien en frases maquilladas de bromas. Para las estudiantes, la denuncia no es una posibilidad, por miedo a las represalias. Cabe destacar que, las autoras desarrollan el estudio en programas en los cuales existen mayoritariamente hombres. Sobre el acoso laboral, el estudio de Zadroska et al. (2011), mediante una biografía colectiva de académicas y académicos de Australia, Irán y República Checa, indaga en los actos de intimidación que se generan al interior de la academia. Parte de los resultados, señalan que las situaciones de acoso laboral en las mujeres generan inseguridad y se materializan en la falta de reconocimiento laboral. A partir de los estudios revisados, la evidencia señala la existencia de prácticas sexistas y de acoso laboral que se originan al interior de las instituciones universitarias.
Al resumir, los estudios sobre performatividad no solo esclarecen las tensiones de las actividades académicas o la diferencia entre las distintas generaciones de académicos, sino también aquellas problemáticas desde una perspectiva de género que se traducen en sexismo y acoso laboral en distintos contextos nacionales. Es así, como las investigaciones sobre performatividad develan las actuales tensiones en diversas dimensiones del trabajo y la vida académica. A continuación, la Tabla 2 indica los artículos que se ubican en cada una de las dimensiones.
Discusión y conclusiones
La presente revisión de literatura aporta a la comprensión del trabajo y la vida académica desde las diversas perspectivas teóricas de la performatividad en el campo de la educación superior. En esta revisión se avizora, en primer lugar, que existen cuatro aproximaciones teóricas que dan cuenta de los conflictos académicos. Estas perspectivas dieron a conocer que los aportes de Lyotard y Ball permearon mayoritariamente los artículos que indagan sobre trabajo y vida académica. Además, las distinciones sobre performatividad identificaron que los estudios de Austin, Lyotard, Ball, Barad y Butler explican cómo la cultura de la auditoría se inmiscuye en el espacio privado, afectando las identidades y subjetividades académicas. En tanto, el aporte de Anderson y Deem sobre el NPM si bien reconoce los conflictos que han generado las actuales exigencias al interior de las universidades, no se detiene en los aspectos que conciernen a las identidades o subjetividades, sino que indagan en el “rendimiento” o performance académico ante las nuevas exigencias universitarias. Dicho esto, las perspectivas teóricas sobre performatividad en el campo de la educación superior toman dos caminos, por un lado se agrupan en los estudios de la antropología, sociología y los estudios de género y, por otro, en las ciencias políticas y administrativas. No obstante, ambos caminos se encuentran y visibilizan los problemas que ha suscitado la cultura de la auditoría al cuerpo académico.
Lo anterior, sin lugar a duda, es relevante pues desde las diversas perspectivas teóricas de la performatividad se comprenden las complejidades del cuerpo académico siendo esto un aporte al campo de la educación superior. En segundo lugar, otro aspecto a destacar de esta revisión corresponde a las dimensiones del trabajo y vida académica. Los estudios dieron a conocer que la actividad académica que se encuentra mayoritariamente en tensión: es la investigación. Además, los artículos señalaron las distintas trayectorias entre generaciones de académicas y académicos, las cuales pese a sus diferencias de edad y sus percepciones sobre la universidad confluyen en una misma crítica respecto de las actuales políticas que regulan el trabajo académico. También, esta revisión muestra que la performatividad no solo problematiza el acceso a la mujer en la academia, sino que complejiza el conflicto entregando señales de cómo aproximarnos a problemáticas que van desde prácticas sexistas instaladas hasta acoso laboral.
Por otro lado, si bien la revisión de literatura arrojó que los problemas del cuerpo académico se suscitan mayoritariamente en las actividades académicas, las diversas generaciones y los conflictos desde una perspectiva de género. Cabe destacar que solo en un artículo se registraron tensiones según el campo de estudio. Esto puede ser un ámbito por explorar y por aportar a los estudios sobre académicos en educación superior, es decir, cómo dialoga el campo de conocimiento del académico con las diversas problemáticas identificadas en esta revisión.
Por último, cabe destacar que la mayoría de los artículos se desarrollaron en Australia e Inglaterra. Ambos países en la década de 1980 y 1990 vivenciaron el ingreso de las políticas neoliberales a la academia, por tanto, la publicación académica da cuenta de aquellas problemáticas (Shore et al., 1999; Davies, 2005). A pesar de que, en el contexto latinoamericano, existen países como Chile que padecieron un contexto similar en las instituciones universitarias, los artículos desde la perspectiva de la performatividad no destacaron mayoritariamente en esta búsqueda. No obstante, los aportes de, Guzmán-Valenzuela (2013), Simburger (2016); Fardella et al. (2016) Muñoz-García (2019); Veliz et al. (2019); Pedraja-Rejas (2021) desde otras perspectivas teóricas son fundamentales para la comprensión de los estudios sobre académicos en el contexto de la educación superior. Finalmente, con todo esto, las cualidades de los estudios de la performatividad nos invitan a complejizar las problemáticas de la educación superior. Por una parte, es un concepto que invita a indagar en sus aproximaciones teóricas, y, por otra parte, reconoce los aspectos prácticos de la investigación al identificar los conflictos en el trabajo y la vida académica en el contexto global.