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Revista de la educación superior

versão impressa ISSN 0185-2760

Rev. educ. sup vol.47 no.188 Ciudad de México Out./Dez. 2018

 

Artículos

Mujeres universitarias y espacios de decisión: estudio comparativo en Instituciones de Educación Superior mexicanas

College womens and decision-making spaces: comparative study in Mexican Institutions of higher education

Karla Susana Barrón Arreola* 

Jesús Antonio Madera Pacheco* 

Laura Isabel Cayeros López* 

*Académicos de la Universidad Autónoma de Nayarit, México. Correo electrónico: jmadera@uan.edu.mx


Resumen

Esta investigación explora de manera comparativa la participación de las mujeres universitarias en Universidades Públicas estatales mexicanas, que permita un panorama del avance que dichas instituciones han tenido en términos de equidad y paridad en la academia y, eventualmente, en los puestos de decisión de la vida universitaria. Los datos muestran una academia donde la mujer es evaluada desde una visión masculina, y generalmente desde el paradigma de la “meritocracia”. Primar a las mujeres en el acceso a puestos de poder y decisión implica considerar el talento femenino que ha estado invisibilizado, más allá de un desplazamiento por menor cualificación.

Palabras clave: Equidad; Participación de la mujer; Universidades públicas; mujeres universitarias; Academia

Abstract

This investigation seeks to explore in a comparative way the participation of college woman in the Mexican public states universities that allows a picture of the progress that those institutions have had in equity and parity terms in the academy and, eventually in the decision-making positions of college life. The data shows an academy where the woman is evaluated from a male vision and generally, from the paradigm of meritocracy. To prime woman the access to a power and decision making positions, entails to consider the feminine talent that has been invisibilized, beyond of a displacement for lower qualification.

Keywords: Equity; Woman participation; Public universities; College woman; Academy

Introducción

La participación de la mujer en las Instituciones de Educación Superior (IES) no ha sido del todo estudiada, a pesar del auge que en las últimas tres décadas ha representado la búsqueda de relaciones más igualitarias en la educación superior, basada en las recomendaciones realizadas desde 1979 por la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Violencia contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), donde en su artículo 10 establece que los Estados deberán adoptar medidas adecuadas para eliminar la discriminación contra las mujeres en materia de educación. En 1998, la Conferencia Mundial de Educación Superior señaló que es inadmisible la discriminación por raza, sexo, idioma o religión, y específica la importancia de fortalecer la participación y la promoción del acceso de las mujeres a la educación superior, así como a las actividades sustantivas que ésta conlleva.

A manera de ejemplo, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la tasa de participación de la mujer asciende al 42.2%; sin embargo, en términos de nombramientos, el de Titular C -el nivel salarial más alto en el escalafón de docentes de las IES públicas- sólo lo tienen 26.9%, de las cuales menos del 20% corresponde a Investigación (Ordorika, 2015). Respecto a los cargos de decisión en las Universidades, en 2005 correspondía sólo al 3.4% de los puestos (Zubieta y Marrero, 2005).

Gómez y Aguilera (2012) señalan que una cultura de equidad al interior de las universidades públicas, y de las IES en general, implica conocer las características de la población que permitan identificar y reconocer las relaciones y diferencias que van desde el ámbito social hasta el cultural, rangos de edad, ciclo de vida familiar, entre otras, lo cual permitirá identificar las desventajas y las potencialidades de estos grupos, así como el papel que juegan dentro de las instituciones. Un primer paso es la generación de estadísticas segregadas por sexo y con perspectiva de género al interior de las IES y en general de todo el sistema educativo, como premisa básica para la toma de decisiones.

En este sentido, el objetivo de este trabajo es realizar un análisis comparativo de la participación de las mujeres universitarias en las Universidades Públicas estatales mexicanas, que permita tener un panorama del avance que dichas instituciones han experimentado en términos de equidad y paridad en la academia (docencia, investigación) y, eventualmente, en los puestos de decisión de la vida universitaria. Se espera que estos resultados puedan contribuir a la visibilización de la participación de las mujeres y, en esos términos, determinar las “mejores prácticas” en las Universidades Públicas de México.

Mujeres en la Universidad

La mayor parte de los estudios sobre la participación de las mujeres en los espacios universitarios coinciden en una llegada tarde a un espacio concebido por y para hombres. Además, se plantea que la educación femenina tuvo que transitar de una formación relacionada con las labores del hogar y el ámbito privado, a una lucha por subsanar esa desigualdad (Gallego, Rocha y Rueda, 2015).

Guil (2008) documenta que en Egipto existían escuelas de medicina para mujeres desde el año 3000 a.C.; en Mesopotamia, en el 1200 a.C. hay evidencia que contribuyeron al desarrollo de la perfumería; en Grecia hacia el 500 a.C. las mujeres se encontraban presentes en las escuelas pitagóricas; en Alejandría en el 100 a.C, se señalan avances en la alquimia.

En Europa, particularmente en España, la incorporación de las mujeres a los estudios universitarios tiene, de acuerdo con Flecha (2003), más de 140 años; esta incorporación a la adquisición de conocimientos y la búsqueda de un lugar en la sociedad, sin embargo, ha sido un proceso lento por ser la Universidad un espacio tradicionalmente considerado masculino. Por su parte, en México, la participación que tenían las mujeres hacia finales del siglo XIX puede documentarse con García (2012):

La frase popular “Mujer que sabe latín, ni encuentra marido ni tiene buen fin” refleja claramente el imaginario tradicional: saber y acceso al conocimiento son contrarios a los ideales de la mujer doméstica. Para fines del siglo XIX, las mujeres casadas de clase media permanecerían como los ángeles del hogar, encargadas de garantizar la maternidad, las labores del hogar y ser buenas esposas. Ellas deberían garantizar la moral porfiriana: la moralidad, el recato y la pureza en la familia […] (García, 2012, p. 253).

Sin embargo, también se encuentra que entre 1887 y 1898 se registran las primeras graduaciones/titulaciones de una mujer médica, Matilde Montoya, y una abogada, María Asunción Sandoval de Zarco (García, 2012). Por su parte, De Garay y Del Valle (2012) revelan que a inicios de la década de los 70’s, de cada 100 estudiantes en la Universidad, sólo 17 eran mujeres; en tanto que para el 2010, la proporción había cambiado a un aproximado de 50 por cada 100.

Las universitarias en el México actual

Blázquez y Bustos (2013) señalan que en la mayoría de los países del mundo se ha logrado la equidad entre hombres y mujeres en el ingreso a la Educación Superior, después de que las universidades estuvieron prohibidas para las mujeres por más de un siglo y medio. Siguiendo lo planteado por Blázquez (2008), establecen que la población femenina en ese nivel pasó de un tercio de la matrícula total en 1960, a casi la mitad en 1995, y llega a 50% en el 2000, pasando en 2007 a 51% (Blázquez y Bustos, 2013).

Los últimos datos disponibles sobre la matrícula en México nos llevan a analizar los ciclos escolares 2015-2016 y 2016-2017. De la matrícula en licenciatura, normal y técnico superior universitario, en el ciclo 2015-2016 en promedio nacional el 50.5% corresponde a hombres y el restante 49.5% a mujeres. Coahuila es la entidad donde el porcentaje de participación de mujeres es menor, con 46.6% de la matrícula, en tanto que la mayor participación se registra en los estados de Guerrero y Tlaxcala con el 52.6 y 52.4% respectivamente. En tanto que para el ciclo escolar 2016-2017 se encuentra que en promedio nacional hay un ligero aumento de la matrícula femenina llegando a representar el 49.8%; Coahuila continúa con el menor porcentaje de participación femenina matriculada (46.7%) y los estados donde las mujeres representan una mayor proporción de la matricula de educación superior son Colima y Guerrero con el 52.46 y el 52.52 respectivamente (Tabla 1).

Tabla 1 Matrícula licenciatura en México, ciclo escolar 2015-2016, 2016-2017 

Estado Hombres Mujeres Total
2015-2016 2016-2017 2015-2016 2016-2017 2015-2016 2016-2017
AGS 50.93 50.25 49.07 49.75 48,608 51,981
BC 50.05 49.67 49.95 50.33 113,986 119,655
BCS 49.8 49.23 50.2 50.77 21,829 22,537
CAMP 51.28 50.80 48.72 49.20 27,795 28,248
CHIPS 50.88 51.05 49.12 48.95 110,028 111,787
CHIH 51.29 50.68 48.71 49.32 122,197 127,444
COAH 53.41 53.28 46.59 46.72 94,429 100,153
COL 49.37 47.54 50.63 52.46 26,972 26,513
CDMX 51.99 51.22 48.01 48.78 625,651 682,510
DGO 50.48 50.85 49.52 49.15 49,698 50,814
GTO 50.01 50.48 49.99 49.52 134,507 150,811
GRO 47.44 47.48 52.56 52.52 73,151 74,594
HGO 49.32 48.82 50.68 51.18 92,148 96,524
JAL 50.28 49.66 49.72 50.34 242,711 245,681
MEX 49.48 49.35 50.52 50.65 429,891 454,111
MICH 50.22 50.35 49.78 49.65 109,164 112,367
MOR 48.54 48.28 51.46 51.72 56,204 60,256
NAY 49.01 48.42 50.99 51.58 42,204 43,237
NL 52.71 52.09 47.29 47.91 192,719 203,084
OAX 48.30 48.51 51.7 51.49 75,029 72,514
PUE 49.61 49.21 50.39 50.79 227,981 242,997
QRO 49.53 49.74 50.47 50.26 71,739 74,168
QROO 51.20 51.08 48.8 48.92 36,739 38,720
SLP 49.45 49.49 50.55 50.51 79,805 83,091
SIN 48.08 47.99 51.92 52.01 134,688 140,298
SON 51.38 50.93 48.62 49.07 103,844 106,030
TABS 51.43 51.20 48.57 48.80 80,906 79,672
TAMPS 51.61 51.04 48.39 48.96 108,641 110,485
TLAX 47.60 48.16 52.4 51.84 32,041 33,538
VER 50.27 50.25 49.73 49.75 234,509 233,867
YUC 51.19 50.74 48.81 49.26 69,235 69,969
ZAC 49.08 48.96 50.92 51.04 46,922 48,484
NAL 50.48 50.17 49.52 49.83 3,915,971 4,096,140

Fuente: Anuario Estadístico Educación Superior, ANUIES (2016,2017).

De Garay y Del Valle (2012) argumentan que a pesar de que existe una paridad en la matrícula, en términos de áreas del conocimiento más del 50% de la matrícula se aglutina en las áreas de las ciencias sociales y/o administrativa y educación o humanidades, por encima de las ciencias exactas. Las autoras también documentan que en las áreas de ciencias agropecuarias, ingeniería y tecnología las mujeres representan menos de la mitad, situación contraria en las áreas de salud, sociales y administrativas; en el área de educación y humanidades, la proporción de mujeres es de 68 por cada 100 hombres, y finalmente en las ciencias naturales y exactas esta relación es 50-50.

La marca de género resalta en una división sexual del trabajo científico y la eterna dicotomía entre lo que se considera ciencia y lo que no: “ciencias exactas, fuertes o duras”, asociadas a la razón, al desarrollo del pensamiento lógico, a las metodologías cuantitativas, en las cuales están predominantemente representados los hombres, y “ciencias sociales o humanas” más bien asociadas al cuidado, al servicio, al contacto con los demás, con predominio de mujeres en franca segregación horizontal, es decir, mujeres agrupadas en actividades “típicamente femeninas”.

En términos de la incorporación de las mujeres como parte de la planta docente, Blázquez y Bustos (2013) documentan que en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 42% del total del personal académico son mujeres, en tanto que el 58% son hombres (UNAM, 2010); sin embargo, en términos de nombramiento de profesor de carrera, las mujeres alcanzan 41% del total, y en el nombramiento de personal de investigación, sólo el 35%. En relación a las categorias de contratación, Ordorika (2015) señala que el nombramiento de Titular C sólo lo tienen el 26.9% de las mujeres.

Metodología

Este artículo es resultado de una investigación de tipo exploratoria que nos permite dar cuenta de la presencia de las mujeres en las instituciones mexicanas de educación superior como devenir histórico, así como datos más recientes. Se sistematizaron y contrastaron datos estadísticos de los nombramientos del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como de las comisiones evaluadoras en el SNI, como variable proxy que permitiera establecer comparaciones de la composición por género y área de conocimiento en las IES.

Aunado a lo anterior, se consultó las páginas web oficiales de una muestra de universidades públicas estatales, a modo de sistematizar información estadística que visibilizara la participación de la mujer en los espacios de decisión política al interior de las mismas.

Resultados

Ante la ausencia de bases de datos de carácter nacional que permitan identificar y analizar la planta docente de las Instituciones de Educación Superior en términos comparativos respecto al tipo de contratación, nombramiento y sueldos, utilizamos para la generación de datos y su análisis una variable proxy que permitiera establecer comparaciones; para ello se utilizan los nombramientos del SNI-Conacyt.

El SNI surge en 1984 incorporando a 1396 investigadores (Rodríguez, 2016), cifra que ascendió a 25,072 en 2016 y a 27,186 en 2017; en ese mismo período, la proporción de mujeres investigadoras pasó del 18.1% al 36.2%, es decir, de 253 a 9,080 mujeres en 2016, en tanto que esa cifra aumentó en 865 en 2017. (Gráfico 1).

Fuente: Rodríguez (2016)

Gráfico 1 Participación de Investigadores Nacionales por sexo, 1984-2016 

La distribución de las investigadoras por nivel dentro el SNI revela que el grueso se concentra en Candidato1 y Nivel I; sin embargo, entre 1984 y 2016 se observa que el número de mujeres SNI Candidato pasó del 20% a aproximadamente el 45%, en tanto que las investigadoras Nivel III pasó del 10 al 20% en el mismo periodo (Gráfico 2).

Fuente: Rodríguez, C. (2016)

Gráfico 2 Mujeres en el Sistema Nacional de Investigadores por nivel, 1984-2016 

Los resultados de la evaluación 2017 del SNI, que incluyen tanto las evaluaciones de reingreso y las de nuevo ingreso, arrojan un total de 7,779 integrantes (sin considerar los resultados de mexicanos en el extranjero), de los cuales las mujeres representan sólo el 38.9% del total. Por áreas, la participación de las mujeres es más alta en la III Medicina y Ciencias de la Salud (51.7%) y IV Humanidades y Ciencias de la Conducta (49.8%), mientras que es más baja, apenas rondando una cuarta parte, en las áreas I Física, Matemática y Ciencias de la Tierra (23.8%) y VII Ingenierías (25.6%). Ahora, en términos de los niveles de reconocimiento en el SNI, la mayor parte se concentra en los niveles más bajos nivel I y Candidato (50.6 y 36.1% respectivamente), mientras que en el nivel III apenas y representan el 2.4%; esta situación resulta muy similar al hacer el cruce por cada una de las áreas de conocimiento, de hecho, es más bajo en las áreas IV (0.7%) y VII (1%).

Como un ejercicio para identificar de manera particular la participación de las investigadoras en las universidades, se seleccionó por entidad federativa una universidad pública encontrando que: 1) más del 50% de investigadores vigentes en 2017 eran hombres; 2) destacan las universidades de Chihuahua y de Tlaxcala donde la proporción de mujeres supera la media nacional incluso por arriba de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); en las Autónomas de Campeche, Chiapas y Aguascalientes, la proporción de investigadoras no llega al 30%.

En términos de la distribución de los y las investigadoras en el nivel de reconocimiento, se encuentra que la brecha entre hombres y mujeres se expande en promedio en 10 puntos porcentuales por nivel. Según los resultados promedio de las universidades seleccionadas, la relación en el Nivel Candidato es 43 mujeres por cada 57 hombres; en el Nivel I la relación disminuye a 39 por cada 61; en el Nivel II hay 33 mujeres por cada 67 hombres; y en el Nivel III sólo 22 por cada 78 (Tabla 2).

Tabla 2 Investigadores Nacionales Vigentes por Universidad, género y nivel, 2017 

Estado Institución Mujeres Hombres
Niveles SNI Total Niveles SNI Total
I II III C Absoluto % I II III C Absoluto %
AGS UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE AGUASCALIENTES
19 4 0 11 34 27.4 46 15 2 27 90 72.58
BC UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE BAJA CALIFORNIA
86 11 3 36 136 34.7 134 34 11 77 256 65.31
BCS UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE BAJA CALIFORNIA SUR
11 2 0 5 18 34.6 24 2 1 7 34 65.38
CAMP UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE CAMPECHE
13 0 0 0 13 25.5 20 10 1 7 38 74.51
CHIPS UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE CHIAPAS
24 0 0 7 31 27.9 57 4 0 19 80 72.07
CHIH UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE CHIHUAHUA
35 3 0 18 56 44.1 51 3 0 17 71 55.91
COAH UNIVERSIDAD AUÓNOMA
DE COAHUILA
28 1 0 22 51 34.9 68 7 1 19 95 65.07
COL UNIVERSIDAD DE COLIMA 38 9 0 21 68 35.1 75 14 7 30 126 64.95
CDMX UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTONOMA DE MEXICO
642 339 167 208 1356 41.6 751 495 439 215 1900 58.35
DGO UNIVERSIDAD JUAREZ
DEL ESTADO DE DURANGO
24 1 0 15 40 37.7 46 7 2 11 66 62.26
GTO UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO 94 11 1 54 160 31.6 192 53 20 81 346 68.38
GRO UNIVERSIDAD AUTONOMA
DE GUERRERO
20 2 0 29 51 42.5 42 4 1 22 69 57.50
HGO UNIVERSIDAD AUTONOMA
DEL ESTADO DE HIDALGO
75 9 0 35 119 39.7 110 23 2 46 181 60.33
JAL UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 267 45 8 97 417 39.3 378 86 34 145 643 60.66
MEX UNIVERSIDAD AUTONOMA
DEL ESTADO DE MEXICO
140 10 2 52 204 39.3 205 41 5 64 315 60.69
MICH UNIVERSIDAD MICHOACANA
DE SAN NICOLAS DE HIDALGO
79 14 1 18 112 30.3 147 57 14 40 258 69.73
MOR UNIVERSIDAD AUTONOMA
DEL ESTADO DE MORELOS
89 18 5 35 147 41.5 108 43 20 36 207 58.47
NAY UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NAYARIT 21 3 0 12 36 35.6 46 2 0 17 65 64.36
NL UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEON 170 31 8 63 272 35.7 310 61 20 99 490 64.30
OAX UNIVERSIDAD AUTONOMA
BENITO JUAREZ DE OAXACA
10 1 0 8 19 37.3 20 1 1 10 32 62.75
PUE BENEMERITA UNIVERSIDAD
AUTONOMA DE PUEBLA
155 19 3 53 230 36.0 217 76 42 74 409 64.01
QRO UNIVERSIDAD AUTONOMA DE QUERETARO 70 14 1 36 121 40.3 109 26 8 36 179 59.67
QROO UNIVERSIDAD DE QUINTANA ROO 18 0 0 4 22 35.5 33 2 0 5 40 64.52
SLP UNIVERSIDAD AUTONOMA
DE SAN LUIS POTOSI
102 17 2 51 172 34.6 187 44 35 59 325 65.39
SIN UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SINALOA 46 3 1 38 88 32.8 112 14 5 49 180 67.16
SON UNIVERSIDAD DE SONORA 69 15 2 35 121 39.3 101 42 9 35 187 60.71
TABS UNIVERSIDAD JUAREZ
AUTONOMA DE TABASCO
32 1 1 15 49 35.0 55 4 1 31 91 65.00
TAMPS UNIVERSIDAD AUTONOMA DE TAMAULIPAS 34 2 0 21 57 40.1 47 5 3 30 85 59.86
TLAX UNIVERSIDAD AUTONOMA DE TLAXCALA 34 1 0 9 44 43.1 40 9 0 9 58 56.86
VER UNIVERSIDAD VERACRUZANA 113 22 4 48 187 39.7 178 29 13 64 284 60.30
YUC UNIVERSIDAD AUTONOMA DE YUCATAN 51 12 1 27 91 33.7 116 25 9 29 179 66.30
ZAC UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ZACATECAS 38 3 0 21 62 33.5 74 22 6 21 123 66.49

Fuente: Conacyt (2018).

Espacios de decisión y participación de la mujer

Guil (2008, p. 214) define los techos de cristal como “barreras que existen al margen de la formación de las mujeres, aumentando de manera directamente proporcional al poder que posea la organización”. En México, la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, aprobada en enero de 2001, decreta la equidad de género en nuestra sociedad, con la cual toda institución laboral, educativa, de salud, agraria, etc., está suscrita a la observancia y el cumplimiento de la misma en toda la República Mexicana (García, 2005).

García (2003) señala que la organización universitaria y los estudios de género apuntan que para entender la baja representación de las mujeres en la academia en general, y en los puestos ejecutivos en particular, es necesario investigar las redes de autoridad masculina y las reglas o normas formales e informales del quehacer político universitario.

Los espacios de decisión donde participan las mujeres, como reconocimiento a su esfuerzo individual, podrían ser asociados a su producción científica. Para poder ingresar/permanecer o ascender en los diferentes niveles del Sistema Nacional de Investigadores, las y los investigadores deben ser evaluados por comisiones dictaminadoras de pares. Tomando como punto inicial 2010, se encontraba que el 72.4% de los integrantes de dichas comisiones eran hombres (De Garay y Del Valle, 2012); ahora, en términos generales, la participación de la mujer en estas comisiones mejoró en 2016, tomando parte en promedio en 31% de estas comisiones; sin embargo, en términos de la participación de las investigadoras dedicadas a las Ingenierías (Área VII), sólo una investigadora participó frente a 12 varones. Adicionalmente, de todas las comisiones (ocho en total), solamente en las áreas III Medicina y Ciencias de la Salud y V Sociales recayó la presidencia en una mujer; en 2017 las comisiones tuvieron un comportamiento similar al año previo (Tabla 3). Así, en relación a los resultados de las comisiones: “Si bien hay cada vez más mujeres que acceden al ámbito de lo público en sus distintas áreas, los altos cargos jerárquicos todavía son detentados por hombres y, salvo en raras ocasiones, es alguna mujer la que está presente ahí, mas no como género sino como un suceso aislado (García, 2012, p. 251).

Tabla 3 Comisiones dictaminadoras del Sistema Nacional de Investigadores, 2010, 2016 y 2017 

Área 2010 2016 2017
Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Absoluto Relativo Absoluto Relativo Absoluto Relativo Absoluto Relativo Absoluto Relativo Absoluto Relativo
Área 1: Físico-matemáticas y Ciencias de la tierra 9 64.3 5 35.7 11 78.6 3 21.4 10 71.4 4 28.6
Área 2: Biología , Química y Ciencias de la vida 10 71.4 4 28.6 9 64.3 5 35.7 10 62.5 6 37.5
Área 3: Medicina y Ciencias de la salud 10 71.4 4 28.6 7 50.0 7 50.0 5 35.7 9 64.3
Área 4: Humanidades y Ciencias de la conducta 9 64.3 5 35.7 7 50.0 7 50.0 7 50.0 7 50.0
Área 5: Ciencias sociales 9 64.3 5 35.7 10 71.4 4 28.6 10 71.4 4 28.6
Área 6: Biotecnología y Ciencias agropecuarias 11 78.6 3 21.4 11 78.6 3 21.4 10 71.4 4 28.6
Área 7: Ingenierías 13 92.9 1 7.1 12 92.3 1 7.7 12 85.7 2 14.3
Total 71 72.4 27 27.6 67 69.1 30 30.93 64 64.0 36 36.0

Fuente: De Garay y Del Valle (2012) y Foro Consultivo (2016 y 2017).

En el tenor de la no discriminación, es necesario contemplar a la mujer como colectivo más que en sus casos de singularidad para observar la desigualdad en el acceso: la desigualdad estructural en la educación y en los puestos de poder y toma de decisiones. Las relaciones entre hombres y mujeres, incluso en la academia, tiene como norma la desigualdad (Ferrón, 2006).

Las decisiones en las universidades

Bustos (2008) establece que la educación otorga a hombres y mujeres las mismas responsabilidades, no obstante, el acceso a cargos de toma de decisiones en educación superior está limitado por actitudes que no estimulan la participación de ellas en los espacios de decisión. Kiss, Barrios y Álvarez (2007) coinciden en que a partir de la incorporación de la mujer en la educación terciaria se ha mejorado en la desigualdad de género, no obstante, la inversión en la formación de las mujeres, las dificultades para que ellas accedan a puestos de poder y de toma de decisiones.

En este sentido, Lozano, Iglesias y Martínez (2016) señalan que para las universidades públicas españolas los diferenciales de género aún son altos, en particular en los espacios de representación y cátedras universitarias, aun cuando existen lineamientos -de jure- para romper el techo de cristal. Almansa (2014) analiza 69 universidades públicas y privadas de España, encontrando que el porcentaje de participación de mujeres en las administraciones rectorales es de 36% en las universidades públicas, en tanto que en las privadas sólo participan el 26%, lo que destaca la brecha entre hombres y mujeres en los espacios de decisión. De hecho, Gallego, Rocha y Rueda (2015) documentan que la primera rectora en España fue nombrada en 1982, no habiendo a la fecha más de 10.

En México, según Bustos (2001-2002), es hasta 1999 cuando fue electa por primera vez una mujer rectora, en la Universidad Autónoma de Querétaro. Blázquez y Bustos (2013) señalan que en las instituciones de Educación Superior existen pocas rectoras de universidades; se tiene evidencia de mujeres rectoras en la Universidad Autónoma de Tabasco, Universidad de Michoacán, Instituto Politécnico Nacional, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad Autónoma de la Ciudad de México (Bustos, 2003 y 2008) y, más recientemente, Universidad Veracruzana.

Por su parte, De Garay y Del Valle (2012) revisan 14 Universidades, encontrando que en promedio el 75.4% de los puestos relevantes (rectorías, direcciones de escuelas, divisiones e institutos) están ocupados por hombres, poniendo en relieve la existencia del techo de cristal. Ver Tabla 4.

Tabla 4 Personal directivo en universidades públicas de México, 2010 

Institución %
hombres
%
mujeres
Institución %
hombres
%
mujeres
Universidad Autónoma Metropolitana 93.3 6.7 Universidad Autónoma de Sinaloa 75.6 24.4
Universidad de Guanajuato 92.3 7.7 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 75.0 25.0
Universidad Autónoma de Zacatecas 88.5 11.5 Universidad Nacional Autónoma de México 69.0 31.0
Universidad Autónoma de Baja California 77.8 22.2 Universidad Autónoma de Yucatán 66.7 33.3
Universidad Autónoma de Nuevo León 76.9 23.1 Universidad Autónoma del Estado de México 65.4 34.6
Universidad de Guadalajara 76.3 23.7 Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca 63.2 36.8
Universidad Autónoma de Chiapas 76.2 23.8 Universidad Veracruzana 59.4 40.6

Fuente: De Garay y Del Valle, (2012).

Como un ejercicio adicional al presentado anteriormente, se realizó un comparativo entre 29 Universidades públicas, indagando en las páginas oficiales la composición de los espacios de decisión a nivel central de las instituciones, como son rectorías, secretarías y direcciones que dan rumbo a las funciones sustantivas, ya que tomando en cuenta los resultados de Galaz y Viloria (2004), la administración central es la que determina el plan de desarrollo institucional. Los resultados se muestran en la Tabla 5, y en promedio para las 29 universidades seleccionadas, sólo el 32.18% de los puestos de la administración central están ocupados por mujeres. Dentro de esta muestra de instituciones, destaca la Universidad Autónoma de Querétaro donde el 64.29% de los cargos están ocupados por mujeres, y en sentido opuesto la Universidad Autónoma de Guerrero y la Universidad de Guanajuato donde las mujeres ostentan sólo alrededor del 13% de los puestos. Estos resultados podrían estar sustentando lo que señalaban Tomás y Duran (2009), que a medida que se asciende en el nivel de poder y responsabilidad en las universidades, disminuye la presencia del género femenino.

Tabla 5 Personal en administración central en instituciones de educación superior. México, 2018 

Universidad Hombres Mujeres
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE AGUASCALIENTES 76.19 23.81
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA 64.71 35.29
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR 62.50 37.50
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CAMPECHE 64.29 35.71
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIAPAS 81.82 18.18
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA 68.18 31.82
UNIVERSIDAD DE COAHUILA 73.91 26.09
UNIVERSIDAD DE COLIMA 57.89 42.11
UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO 53.33 46.67
UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO 86.36 13.64
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO 86.67 13.33
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE HIDALGO 59.18 40.82
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 54.55 45.45
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO 64.71 35.29
UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLAS DE HIDALGO 70.00 30.00
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NAYARIT 69.23 30.77
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEON 85.71 14.29
BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA 75.00 25.00
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERETARO 35.71 64.29
UNIVERSIDAD DE QUINTANA ROO 57.14 42.86
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSI 66.67 33.33
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA 66.67 33.33
UNIVERSIDAD DE SONORA 48.15 51.85
UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO 60.00 40.00
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE TAMAULIPAS 75.00 25.00
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE TLAXCALA 71.43 28.57
UNIVERSIDAD VERACRUZANA 77.78 22.22
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATAN 85.71 14.29
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ZACATECAS 68.42 31.58

Fuente: Páginas electrónicas de las instituciones, enero de 2018. Elaboración propia.

Otro caso interesante resulta la Universidad Autónoma de Nayarit que, al principio de la actual administración rectoral, dio indicios de una equidad en la designación de cargos de primer nivel (50-50), aunque, a poco menos de dos años, la participación de mujeres en dichos puestos se reduce al 30.8%. Así, de un total de ocho Secretarías, sólo tres son encabezadas por una mujer (Investigación y Posgrado, Docencia y Educación media superior); aunado a ello, de un total de 25 direcciones con que cuentan esas ocho secretarías, sólo 7 son ocupadas por una mujer.

Así mismo, resaltan la Universidad Veracruzana cuya rectoría recae en una mujer, o la Universidad de Guanajuato que cuenta con un programa institucional de género, pero en ambos casos la mayor parte de los cargos de primer nivel están en un varón.

Conclusiones

Aun cuando en México se ha avanzado en la paridad de la matrícula universitaria, el avance de las mujeres en los espacios de decisión tiene aún camino largo por recorrer, como lo señalan Kiss, Barrios y Álvarez (2007). La integración de las académicas a los procesos de toma de decisión no dependerá de la paridad numérica, sino de sus capacidades al momento de identificar y modificar las actuales relaciones de poder desde los espacios en los que ellas participan, considerando que la mayor parte de las y los académicos actuales crecimos dentro de un entorno donde la mujer es evaluada desde una visión masculina y generalmente desde el paradigma de la “meritocracia”. Primar a las mujeres en el acceso a puestos de poder y decisión, implica considerar el talento femenino que ha estado invisibilizado, más allá de un desplazamiento por menor cualificación.

Es por ello que debe resaltarse la importancia de impulsar y fortalecer las políticas de acción afirmativa dentro de las instituciones de Educación Superior, como un mecanismo y estrategia de acortar los tiempos para lograr de manera efectiva la equidad de género (Blázquez y Bustos, 2013). Tal como lo señala Bustos (2008), no existen razones para que las mujeres que cuentan con las capacidades requeridas, sean excluidas de los puestos de dirección y ejercicio del poder. En primer lugar, este principio debe ser reiterado, aceptado y puesto en práctica en el sector de la educación superior.

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1Así es el término utilizado por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) de Conacyt, independientemente del sexo de la investigadora.

Recibido: 21 de Febrero de 2017; Aprobado: 31 de Octubre de 2018

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