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Revista de la educación superior

Print version ISSN 0185-2760

Rev. educ. sup vol.41 n.163 Ciudad de México Jul./Sep. 2012

 

Investigaciones

 

Los hábitos de estudio y motivación para el aprendizaje de los alumnos en tres carreras de ingeniería en un tecnológico federal de la ciudad de México

 

Claudia Alejandra Hernández Herrera*, Nicolás Rodríguez Perego** y Ángel Eduardo Vargas Garza***

 

* Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco. Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA–IPN). Correo e: al9505@gmail.com

**Doctor en Administración Pública por la Universidad Autónoma de México, Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA–IPN).Correo e: nicorroper@gmail.com

*** Doctor en Ciencias Sociales (Sociedad y Educación) Universidad Autónoma de México, Xochimilco. Profesor–investigador del Centro de estudios Económicos, Administrativos y Sociales del Instituto Politécnico Nacional. Correo e: evargas@ipn.mx

Ingreso: 27/02/12.
Aprobado: 14/05/12.

 

Resumen

Se da a conocer los resultados obtenidos del diagnóstico de los hábitos de estudio y motivación para el aprendizaje de los alumnos de tres carreras de ingeniería en gestión empresarial en un Tecnológico Federal de reciente creación en el Distrito Federal, entre octubre y noviembre de 2011, con la participación de 414 alumnos. Se hizo un estudio comparativo por carrera sobre los hábitos y motivaciones que influyen en la vida académica de los estudiantes universitarios. Los resultados que se obtuvieron reflejan que los alumnos tienen problemas por la organización y planeación del estudio, las técnicas de memorización, la comprensión de lectura, el estudiar en casa y la carencia de estrategias para incrementar la motivación y la autoestima.

Palabras clave: Hábitos de estudio, Educación superior, Motivación para el aprendizaje.

 

Abstract

This paper shows the results of a diagnosis on the motivation levels and studying habits of students enrolled in three Engineering programs at a recently created Federal Technology College, in Mexico City. Thus habits and motivation, which influence students' academic lives, were compared through a study conducted between October and November 2011, whereby 414 students from three business management engineering programs were surveyed. The results show that their studying habits present several issues regarding organization, planning, mnemonics, reading comprehension, studying at home and a lack of strategies for increasing motivation and self–esteem.

Key words: Studying habits, Higher education, Motivation for learning.

 

Introducción

La educación superior en México es un aparato complejo integrado por 2,397 instituciones, las cuales están encargadas de ofrecer carreras en el nivel de Técnico Superior o de Licenciatura. En este sentido, en el ciclo escolar 2010–2011 se atendió a un total de 2, 773,088 alumnos (SEP, 2011); en tanto que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó en su censo de población y vivienda del 2010 un total de 9, 892,271 habitantes en el rango de edad de 20 a 24 años, lo que equivale al 28% de la población atendida en educación superior (se exceptúa posgrado). Lo anterior retrata el triste panorama de que sólo 3 de cada 10 jóvenes en edad de cursar la educación superior consiguen pisar las aulas universitarias.

El Sistema Nacional de Educación Superior Tecnológica (SNEST) está constituido por 249 instituciones distribuidas en el territorio nacional. Actualmente este subsistema de educación superior atiende a una población escolar de 387,414 estudiantes en licenciatura y posgrado. Así, el bajo porcentaje de cobertura de educación superior llevó a desarrollar estrategias de creación de unidades académicas capaces de ofertar servicios educativos. Por ello, en el año 2008 comenzaron a operar en el Distrito Federal tres Institutos Tecnológicos, y para el año 2012 se encuentran en funcionamiento 11 planteles, distribuidos en las delegaciones que conforman esta entidad.

Cabe aclarar que la presente investigación se realizó en un Tecnológico que comenzó sus operaciones en el Distrito Federal en el año del 2009. Actualmente la escuela cuenta con 818 alumnos inscritos en las carreras de ingeniería en gestión empresarial, ingeniería en tecnologías de la información y comunicaciones e ingeniería en logística, que son atendidos por 57 docentes, de los cuales el 56% tiene licenciatura, el 40% maestría y 1% ostenta un doctorado (INFOMEX, 2011). Con respecto a la deserción en las tres carreras, en el 2011 se reportó un porcentaje promedio de 9.83% y del 18.14% de reprobación.

El arrancar proyectos de esta magnitud no es sencillo. Buscar el terreno en donde se construirán los edificios, el tramitar los permisos, el diseñar los programas de difusión de las carreras, la contratación de profesores y la captación de los alumnos son algunas de las tareas que debe realizar el personal encomendado para iniciar la operación de la Universidad. Además, el conseguir alumnos es una labor compleja y más cuando es una opción de educación que compite con las que ya existen en el área de influencia que rodea la escuela. En un inicio, el único requisito para ingresar fue tener las ganas de hacerlo y el certificado de estudios del nivel inmediato anterior. En esta investigación no se pretende profundizar en el análisis de los procesos de admisión ni tampoco cuestionar sí vale la pena seguir apostando en abrir estas nuevas opciones educativas. Los alumnos que se han incorporado son los que ya están y son el material más valioso con el que se debe aprender a trabajar, por lo anterior, se convierte en una necesidad investigar sobre algunas de las características generales que rodean el entorno del estudiante, también sus motivaciones para aprender y hábitos de estudio, para así diseñar estrategias que permitan reducir posibles deficiencias académicas de los alumnos en los primeros semestres, para que en el futuro inmediato se logre disminuir los porcentajes de deserción y reprobación.

Considerando el anterior contexto, el camino que inician los jóvenes que tienen la oportunidad de acceder a la educación superior en México es difícil y en ocasiones está lleno de obstáculos, los cuales se pueden sobrellevar con motivación, voluntad, deseo y hábitos de estudio que apoyen a los alumnos a concluir la carrera universitaria. Así, el salto de la enseñanza media (preparatoria) a la educación superior para algunos alumnos es una experiencia complicada, debido al ritmo de trabajo, los programas de estudio con demasiada carga de contenidos, el número de materias inscritas, la cantidad de exámenes, los trabajos finales, las tareas, los horarios y el contexto familiar, económico y social, todas ellas variables que pueden influir en la conclusión de sus estudios universitarios.

Las investigaciones sobre el tema de hábitos de estudio se han desarrollado en su mayoría con jóvenes que cursan la educación superior, y se enfocan en los niveles de conocimientos que puede tener un alumno para enfrentarse a una materia y las actitudes propias del estudio (Vidal, Gálvez y Reyes, 2009; Reyes y Obaya, 2008). Existen estudios que interrelacionan los hábitos de estudio con la alimentación y la actividad física (Téllez, 2005). Además, hay publicaciones que reflejan hallazgos sobre la eficacia en la aplicación del programa de tutorías para la mejora de hábitos de estudio y sus aportaciones para detener el fracaso escolar (Arco y Fernández, 2001; Fernández, Arcos, López y Heilborn, 2011; Torres, Tolosa, Urrea y Monsalve, 2009). También se tiene una investigación efectuada por De Garay (2006) quien trabajó con trayectorias escolares en 54 Universidades Tecnológicas y encontró que los hábitos asociados al trabajo académico en lugar de fortalecerse durante el tránsito de la universidad, se van debilitando.

En las investigaciones encontradas no se detectaron publicaciones que hablen sobre los hábitos de estudio y la motivación para el aprendizaje en Tecnológicos Federales de reciente creación. Lo anterior, justifica la investigación y los resultados que aquí se presentan, en aras de que los mismos coadyuven a la reflexión del quehacer y la función de los docentes y se trabaje de forma integral en la creación e implementación del programa de tutorías.

El investigar sobre los hábitos de estudio y motivación para el aprendizaje en un Tecnológico de reciente creación nace de la inquietud de conocer más sobre las características de los alumnos que deciden tomar esta opción para estudiar la educación superior. El presente trabajo se sustenta en cuatro ejes principales, el primero es la intención de conocer algunos factores que rodean la vida de los estudiantes como son: escuela de procedencia (nivel bachillerato), el promedio obtenido, la posible pérdida de años escolares, su estado civil, si tienen hijos, con quién viven, escolaridad de los padres, si trabajan, el ingreso familiar y el tiempo que tardan en trasladarse a la escuela. Lo anterior, con el propósito de contar con un escenario que ayudara a imaginar las condiciones de vida y familiares que rodean a los alumnos. El segundo eje consiste en estudiar los siguientes hábitos: i) el interés general por aprender, 2) la organización, 3) la atención y esfuerzo en clase, 4) la memorización, 5) la comprensión de lectura, 6) el estudiar en casa, y 7) los controles y exámenes. El tercer eje pretende evaluar la motivación de tipo intrínseca de los alumnos. Y el cuarto eje consiste en determinar si la escolaridad de los padres influye en las calificaciones obtenidas en el bachillerato de los alumnos. Lo anterior, con el objetivo de conocer si el contexto que tiene un joven cuyos padres han alcanzado niveles de escolaridad de preparatoria o licenciatura trae consigo el acceso a otro nivel de vida. y por lo tanto, si esto tiene repercusiones en el desempeño de los alumnos.

 

Los hábitos de estudio y la motivación intrínseca

Los hábitos son conductas que las personas aprenden por repetición. Se tienen hábitos buenos y malos en relación con la salud, la alimentación y el estudio, entre otros. Los buenos hábitos, sin duda, ayudan a los individuos a conseguir sus metas siempre y cuando estos sean trabajados en forma adecuada durante las diferentes etapas de la vida. El hábito, en sentido etimológico, es la manera usual de ser y, por extensión, el conjunto de disposiciones estables que, al confluir la naturaleza y la cultura, garantizan una cierta constancia de nuestras reacciones y conductas. El hábito, es el conjunto de las costumbres y las maneras de percibir, sentir, juzgar, decidir y pensar (Perrenoud, 1996).

El hábito es un tipo de conducta adquirido por repetición o aprendizaje y convertido en un automatismo. El hábito, como la memoria y los instintos, es una forma de conservación del pasado. Las dos fases del hábito son: 1) de formación y 2) de estabilidad. La primera corresponde al periodo en que se está adquiriendo el hábito y la segunda cuando ya se ha conseguido y se realizan los actos de forma habitual con la máxima facilidad y de manera automática (Velázquez, 1961).

Los hábitos son factores poderosos en la vida de las personas. Dado que se trata de pautas consistentes, a menudo inconscientes, de modo constante y cotidiano expresan el carácter y generan nuestra efectividad o inefectividad. El hábito requiere de tres elementos para ponerlo en acción: a) el conocimiento, b) las capacidades y c) el deseo (Covey, 2009). Autores como Bajwa, Gujjar, Shaheen y Ramzan (2011) mencionan que un estudiante no puede usar habilidades de estudio eficaces, hasta que no está teniendo buenos hábitos y argumentan que un individuo aprende con mayor rapidez y profundidad que otras personas debido a sus acertados hábitos de estudio. Además, reiteran que el estudiar de forma eficaz y eficiente consiste más que en la memorización de hechos, en saber dónde y cómo obtener la información importante y la capacidad de hacer uso inteligente de la misma. Al igual que cualquier otra actividad la habilidad y la dedicación son los puntos claves para el aprendizaje.

Los hábitos de estudio son los métodos y estrategias que acostumbra a usar el estudiante para asimilar unidades de aprendizaje, su aptitud para evitar distracciones, su atención al material específico y los esfuerzos que realiza a lo largo de todo el proceso (Cartagena, 2008). Un hábito es un patrón conductual aprendido que se presenta mecánicamente ante situaciones específicas generalmente de tipo rutinarias, donde el individuo ya no tiene que pensar ni decidir sobre la forma de actuar. Los hábitos se organizan en forma de jerarquías de familia, en función al número de refuerzos que las conductas hayan recibido. Los hábitos de estudio son un conjunto de hábitos de trabajo intelectual que capacitan al sujeto para una más fácil y profunda asimilación, transformación y creación de valores culturales (Fernández, 1988).

A través del proceso de aprendizaje, el sujeto deberá adquirir una serie de habilidades y contenidos que, internalizados en sus estructuras mentales, le permitirá aplicarlos en distintas situaciones y/o utilizarlos como recursos para adquirir nuevos conocimientos. Para lograr este tipo de conductas, la escuela debe proporcionar al alumno, diferentes metodologías de trabajo que impliquen técnicas de estudio variadas para que, con su adquisición, interiorización y aplicación constante, se desenvuelva en su vida académica (Núñez y Sánchez, 1991).

Los hábitos que tiene una persona los puede perder, pero también se pueden aumentar o recobrar (Díaz y García, 2008). La adquisición de los hábitos requiere formación, así el cambio que implica no es tarea sencilla, debido a que tiene que estar motivado por un propósito superior, por la disposición a subordinar lo que uno cree que quiere ahora a lo que querrá más adelante.

Para la investigación los hábitos de estudios se conceptualizan como los métodos y estrategias que suele usar un estudiante para hacer frente a una cantidad de contenidos de aprendizaje. El hábito de estudio requiere fuertes cantidades de esfuerzo, dedicación y disciplina. Pero también se alimenta de impulsos que pueden estar generados por expectativas y motivaciones de la persona que desea aprender. Por ello es necesario entender que el proceso de aprendizaje es complejo y requiere de una adecuada planeación y organización del tiempo.

El mejorar el aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes, especialmente en la educación superior, juega un papel esencial en el proceso de desarrollo de la sociedad. La motivación de los estudiantes es crucial por lo que hay que desarrollar un mejor entendimiento de los factores de la motivación académica; es posible que el contexto social diferente pueda ser uno de los elementos que influyan en la motivación y el auto–concepto académico (Isiksal, 2010).

En este sentido, el estudio de la motivación hace distinción entre la intrínseca y extrínseca. Es intrínseca cuando la motivación es autorregulada, existe un grado de reflexión y de autodeterminación para las acciones que se realizan; en cambio cuando es extrínseca se basa en incentivos externos dados por las consecuencias, como las recompensas o los castigos (Furnham, 2004). Un estudiante motivado intrínsecamente muestra más interés en lo que está aprendiendo, logra mayor satisfacción por lo que hace, tiene más empeño, es persistente, experimenta una sensación de control personal, eleva su autoestima y su creatividad (Tirado et al., 2010).

 

Materiales y método

La obtención de los datos se realizó mediante la construcción de un cuestionario dividido en dos bloques. El primero se centró en las variables que recolectan información de tipo general de los alumnos, tales como sexo, edad, escuela de procedencia, promedio, antecedentes familiares y situación económica. El segundo ayudó a reunir datos sobre la percepción que tienen los estudiantes de los hábitos de estudio y motivación para el aprendizaje. El instrumento tiene un total de 59 ítems que los jóvenes evaluaron, según una escala tipo Likert. El cuestionario se elaboró haciendo uso de los inventarios de hábitos de estudio y motivación de los autores Almela (2002), Oñate (2001) y Pozar (1985) (ver Cuadro 1).

El método que se usó para la investigación fue de tipo transversal descriptivo, el cual se caracteriza porque los datos se recolectan en un solo momento y tiempo único. El levantamiento de datos se efectúo en los meses de octubre y noviembre del año 2011, la información recabada fue analizada haciendo uso de Excel.

El muestreo se trabajó usando los pasos que proponen Fox y López (1981). El primero, consistió en obtener el universo de los alumnos de las tres ingenierías, teniéndose un total de 818. En el segundo se fijó el criterio para seleccionar a los alumnos que pudieran responder el cuestionario, el cual consistió en que fueran estudiantes que se encontraran inscritos en el semestre agosto–diciembre del 2011. Se repartieron 500 cuestionarios y se hizo la invitación a los jóvenes a participar en la investigación. La muestra productora de datos fue de 414 alumnos que accedieron a responder el cuestionario: 150 son estudiantes de ingeniería en gestión empresarial, 76 de ingeniería en logística y 188 de ingeniería en tecnologías de la información y comunicaciones. Aquí es necesario hacer énfasis en que un poco más de la tercera parte de los alumnos están cursando sus estudios en el turno vespertino y el resto en el matutino. Dado lo anterior, se decidió repartir 350 cuestionarios en la mañana y 150 en la tarde.

 

Resultados

El perfil de los alumnos

El 55% de los estudiantes que participaron en el estudio son mujeres y el 45% hombres; la edad promedio es de 20.5 años, con una desviación estándar de 2.15 años. Los alumnos de la carrera en ingeniería en tecnologías de la información y comunicación tuvieron mayor porcentaje de participación en el estudio, con un 45%; en segundo lugar se encontraron los jóvenes de la carrera en ingeniería en gestión empresarial, con el 36%; y en tercer lugar los estudiantes de ingeniería en logística. Es importante señalar que el 71% de los participantes asisten al turno matutino y el 29% al vespertino. El 61% de la población encuestada se ubica en el primer semestre, el 13% en segundo semestre, el 10% en tercer semestre, el 4% en cuarto y el 12% en quinto.

La escuela de procedencia donde estudiaron el bachillerato son principalmente Centros de Estudios Tecnológicos Industriales y de Servicios (CETIS), los que representan el 45.9%, le siguen las preparatorias oficiales, el Colegio de Bachilleres y el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (ver gráfica 1).

El promedio de las calificaciones obtenidas en el bachillerato es de 7.93, con una desviación estándar de 0.76. A los encuestados se les preguntó si habían perdido años antes de entrar al Tecnológico, el 48% dijo que sí, en tanto que el 52% restante mencionó que no. Ahora bien, de los jóvenes que habían dejado de estudiar, el 39% señaló que fue entre 1 y 2 años. También se les cuestionó sobre si habían intentado ingresar al IPN, UANM o UAM, y el 75% aseveró que sí; dede éstos el 70% lo intentó más de dos veces, lo que refleja la escasa cantidad de lugares en la educación superior.

En relación con el estado civil de los alumnos participantes, el 92% señaló ser soltero y el resto dijo estar casado o vivir en unión libre. El 93% señala no tener hijos y el 7% mencionó que sí. El 85% de los estudiantes viven con sus padres. La escolaridad de las mamás es un factor que permite contextualizar el medio familiar de los estudiantes, en ese sentido, el 23% de las madres tienen primaria, el 34% cuenta con secundaria, el 33% han obtenido la preparatoria, el 9% posee estudios de licenciatura y tan sólo el 1% tiene estudios de maestría. Las mamás que se dedican principalmente al hogar son el 51% y las demás trabajan por su cuenta, entre ellas el 23% tiene un empleo formal, el 12% se desempeña en una empresa privada y el 14% labora para el gobierno.

Con respecto a la escolaridad de los padres de familia se observó que el 16% tiene primaria, el 34% secundaria, el 29% preparatoria, el 13% licenciatura y el 2% cuenta con estudios de maestría, en tanto que el 6% restante no respondió. El porcentaje de papás que trabajan por su cuenta es el más alto y representa el 43%, mientras que el 23% cuenta con trabajo en la iniciativa privada, el 20% labora en el gobierno, el 4% está desempleado, mientras que el 10% no respondió a la encuesta.

Se efectúo un cruce de variables que consideró el género, el promedio obtenido en el bachillerato y la escolaridad alcanzada por la mamá y el papá. En cuanto al promedio se encontró que las mujeres tienen mejores promedios que los hombres (ver gráficas 2 y 3). En tanto que no se detectaron diferencias significativas entre el promedio y la escolaridad de los padres. Tanto en el caso de las mujeres como de los hombres se observó que a mayor escolaridad de la mamá no se presentaron diferencias significativas en los promedios, se pudo constatar que los promedios de los chicos con mamás que cuentan sólo con la primaria son muy similares a los promedios de los estudiantes con madres que tienen licenciatura. La escolaridad alcanzada por el padre tampoco resultó ser un factor que influyera en los promedios del bachillerato, debido a que los padres que no cuentan con escolaridad tienen hijos que han obtenido buenos promedios. Sin embargo, se evidencia que la imagen del padre sí influye en un incremento de los promedios de las mujeres estudiantes.

En cuanto al ingreso mensual promedio que en ese momento percibían los hogares de los alumnos fue de 6,732 pesos, con una desviación estándar de 4,137 pesos. Cabe aclarar que en el Tecnológico el 33% de alumnos trabajan y su sueldo mensual promedio es de 2,944 pesos, con una desviación de 1,968 pesos.

Considerando lo anterior, el poder acceder a una beca es un apoyo importante para los estudiantes. En el Tecnológico se cuenta con las becas del programa del gobierno federal denominado PRONABES, sólo el 13% de los alumnos encuestados afirmaron tener una beca, el resto no cuenta con este valioso recurso. En el estudio se preguntó acerca de la cantidad de dinero que suelen llevar a diario a la escuela para solventar sus gastos de comida, copias y transporte, y en promedio fue de 41 pesos, con una desviación estándar de 20 pesos. El porcentaje de alumnos que adeudan materias es bajo, sólo el 13% de los encuestados, el resto son estudiantes regulares.

 

El comparativo de los hábitos y la motivación por carrera

Los hábitos de estudio que se analizaron en la investigación fueron siete. El primero es el hábito que se refiere al interés que tienen los jóvenes por aprender. En general, el resultado para las tres ingenierías fue favorable, al encontrarse en una escala de "alto" (ver gráfica 4), lo que indica que los estudiantes tienen una fuerte disposición por estudiar. El hábito dos evalúa la organización y planificación para el estudio, en él se hallaron variaciones en los porcentajes obtenidos (ver gráfica 5). En la mitad de los alumnos de las tres ingenierías se observaron técnicas adecuadas que permitieron obtener una puntuación alta en la evaluación de ese hábito, sin embargo, existe aproximadamente un 40 y 50% de alumnos a quienes sus costumbres no ayudan mucho para poder fortalecer la organización y planificación del estudio. Lo anterior de no ser atendido puede provocar problemas de estrés y sentimientos de frustración al no conseguir buenos resultados durante el semestre.

El hábito tres estudia la capacidad de los alumnos para desarrollar técnicas que permitan mantener la atención y el esfuerzo en las clases. Por ejemplo, preguntar, tomar apuntes, participar y evitar distracciones. En ese sentido se observó que casi dos terceras partes de la población de las tres carreras cuentan con estrategias adecuadas que coadyuvan a prestar atención en clase. Asimismo se obtuvo que casi una tercera parte de los estudiantes desarrollan pero no del todo las técnicas necesarias para obtener un nivel adecuado de atención. En la evaluación de este hábito se encontraron porcentajes altos de jóvenes que dicen que sólo pocas veces preguntan lo que no entienden, casi no evitan distracciones y no participan de forma activa en clase (ver gráfica 6).

El hábito cuatro mide las posibles técnicas que aplican los alumnos en el proceso de memorización. De acuerdo con los resultados obtenidos los jóvenes de la carrera de gestión empresarial obtuvieron el mayor porcentaje, en el nivel de "alto". Pero las ingenierías en logística y TIC'S son carreras donde los estudiantes carecen de buenas técnicas que los apoyen a memorizar ideas, objetos, conceptos, etc. En general, en las respuestas de los ítems se halló que la mitad de los jóvenes participantes declararon que les cuesta trabajo recordar, resumir un tema, que casi no tienen estrategias para memorizar y carecen de las herramientas necesarias para trabajar a través de esquemas e imágenes algún tema (ver gráfica 7).

El hábito cinco estudia la comprensión de lectura, al respecto los datos arrojaron resultados de porcentajes que preocupan: en la carrera de TICS el 50% de los alumnos caen en un nivel "medio" de lectura, muy cercana a este porcentaje se encuentra la carrera de logística con el 40% de estudiantes en el mismo nivel "medio", la ingeniería en gestión obtuvo los mejores resultados, el 70% de los muchachos están en el nivel "alto" de comprensión de lectura (ver gráfica 8). El análisis de la muestra generadora de datos revela datos alarmantes, debido a que únicamente la mitad de los alumnos, ocasionalmente, hace constantes lecturas de un texto cuando no les queda clara la idea central del mismo, y pocas veces lee subraya y hace anotaciones; casi no trata de relacionar el contenido de la lectura con lo que ya sabe y casi no intenta ejercitarse para recordar lo leído.

El hábito seis se refiere a la costumbre que tienen los alumnos de estudiar en casa. En relación con ello se encontró que aproximadamente dos terceras partes de la muestra, en cada una de las ingenierías, procuran mantener técnicas que estimulan el estudio en casa (ver gráfica 9).

El último hábito, el número siete, estudia los controles que los jóvenes desarrollan para los exámenes. Se halló que el 75% de los estudiantes de la ingeniería en gestión cuenta con buenas herramientas que permiten mantener control sobre los exámenes a los que tienen que enfrentarse. Le siguen los alumnos de las carreras de logística y TIC'S. En general, un poco más de la mitad de los chicos encuestados dijeron que sólo algunas veces fomentan los repasos, estudian los apuntes intentando averiguar las posibles preguntas de examen, tienen una planeación del tiempo para preparar sus exámenes y aplican estrategias para presentarlos (ver gráfica 10).

La motivación intrínseca es considerada como la fuerza interior de los jóvenes, la cual es alimentada por factores como la seguridad, el optimismo, la confianza y las expectativas. En la investigación se encontró que más del 80% de los estudiantes de las tres carreras mantienen un nivel de motivación intrínseca "alta". Se tiene un porcentaje elevado de alumnos que se sienten capaces y confían en sí mismos, saben felicitarse después de haber logrado un objetivo y consideran que estudiar les ayudará a mejorar su calidad de vida.

Siguiendo con los resultados obtenidos sobre la motivación intrínseca se logró identificar que a pesar de que los alumnos se sienten motivados, ello se debe de cuidar y procurar alimentar su autoestima, ya que se identificó que el 50% de los alumnos participantes dijeron que sólo algunas veces inician sus tareas con prontitud y entusiasmo, no saben cómo superar las fallas que se pueden presentar en su rendimiento, reconocen que no sienten seguridad cuando hablan frente a los demás, sienten flojera cuando tienen que estudiar y prefieren trabajar en equipo que solos (ver gráfica 11).

 

Discusión

El estudiar los hábitos de estudio de la comunidad estudiantil contribuye a conocer las técnicas y estrategias que los alumnos aplican día a día para superar las exigencias de trabajo y la demanda de tiempo que conlleva el estudiar una carrera universitaria. La investigación mostró resultados que reflejan que los alumnos que se encuentran estudiando son jóvenes optimistas y que cuentan con capacidades físicas e intelectuales. Sin embargo, se obtuvieron resultados bajos en algunos hábitos que de no atenderse en forma prioritaria por parte de autoridades y profesores podrían provocar que los alumnos reprueben, fracasen y en el peor de los casos abandonen la escuela.

Los resultados de los hábitos sobre planeación y organización, atención en clase, memorización, comprensión de lectura, estudio de casa y estrategias para enfrentar los exámenes se asemejan al análisis de las investigaciones realizadas por Zuñiga (1993 y 1998), Reyes y Obaya (2008), Vidal, Gálvez y Reyes (2009), Torres, Tolosa, Urrea y Monsalve (2009), donde se evidencia lo difícil que representa para los alumnos organizar y desarrollar su proceso de aprendizaje, subrayando la necesidad de implementar un conjunto de estrategias que permitan mejorar sus hábitos, y por tanto, su rendimiento escolar.

Por ello, una medida adecuada para enfrentar los problemas de los malos hábitos y de falta de motivación por parte del alumno podría ser a través de la tutoría. Sin embargo, el Programa Institucional de Tutorías, actualmente no está en operación en el Tecnológico. La tutoría es el acompañamiento y apoyo docente de carácter individual, que favorece una mejor comprensión de los problemas que enfrenta el alumno en lo que se refiere al ambiente universitario, a las condiciones individuales para un desempeño aceptable durante su formación y para el logro de los objetivos académicos (ANUIES, 2000). En la tutoría se propicia una relación pedagógica diferente a la que establece en la docencia ante grupos numerosos, en este caso el profesor asume el papel de consejero en un ambiente mucho más relajado y amigable (Latapí, 1988). En ese sentido, el Programa Sectorial de Educación 2007–2012, señala que se deben aplicar estrategias en la educación superior para establecer servicios de orientación educativa, tutorías y atención a las necesidades de los alumnos, principalmente de aquellos que están en riesgo de abandono o fracaso escolar.

El estudio de los hábitos de estudio y motivación de los alumnos es un buen inicio que propicia las áreas susceptibles de mejora orientadas a trabajar con la implementación de talleres que apoyen a los alumnos en desarrollar habilidades y estrategias para mejorar sus hábitos de estudio, además de iniciar con las trayectorias académicas para así orientar a los jóvenes en su proyección académica y laboral.

 

Conclusiones

Una de las funciones fundamentales de las Instituciones de Educación Superior es brindarle a la sociedad la posibilidad de que sus jóvenes logren una formación profesional que responda a las necesidades del mercado laboral y que en un futuro inmediato les permita incorporarse a actividades profesionales. Sin embargo, el afán de abrir más opciones educativas que apoyen en mitigar el problema de la falta de lugares disponibles en las instituciones de educación superior, ha llevado al desarrollo de Tecnológicos en el Distrito Federal, que con el propósito de captar alumnos, cuentan con procesos de admisión con requisitos mínimos. Los alumnos son personas que por continuar con su formación profesional, y después de varios intentos infructuosos por ingresar a algunas de las escuelas de prestigio, depositan su confianza y deseos de superación en estas instituciones.

La problemática especial relacionada con el origen de los tecnológicos y con las características de sus estudiantes, resalta la necesidad de poner atención a las deficiencias con las cuales ingresan, fundamentalmente en cuanto a la carencia de hábitos de estudio, lo cual dificulta el proceso de adaptación a las exigencias del nivel educativo superior y el desarrollo de habilidades imprescindibles para la asimilación adecuada del conocimiento.

La detección oportuna de dichas deficiencias permitirá a las autoridades académicas implementar mecanismos de apoyo que no solamente faciliten el aprendizaje, sino que disminuyan los riesgos de deserción, evitando en lo posible frustraciones y otros efectos negativos sobre la vida futura de los jóvenes.

En los exámenes de admisión, el estudiante proporciona información sobre factores socioeconómicos que es almacenada y en ocasiones no es presentada a los profesores en un formato de reporte final que proporcione un posible perfil de los alumnos que están por ingresar. Por lo anterior, los resultados que se obtuvieron permiten observar algunas de las variables sobre el contexto de los alumnos, además de las motivaciones y hábitos de estudio del estudiantado. Ahora se tiene un diagnóstico que apoyará en la implementación del programa de tutorías y en la construcción de talleres dirigidos a los profesores y a los alumnos, en los que se aborden técnicas de estudio, pero también cursos que incrementen autoestima de los jóvenes. El proceso de admisión puede también ser mejorado mediante la estructuración de exámenes para detectar las fortalezas y debilidades de los aspirantes, permitiendo así el diseño de cursos propedéuticos cuyo objetivo sea reforzar las áreas de oportunidad.

Esta investigación coadyuva a generar más temas de investigación; se tiene pensado, iniciar con las trayectorias escolares de los alumnos de nuevo ingreso de las tres carreras, se usará la metodología propuesta por De Garay (2006) quien divide en tres momentos el estudio de las trayectorias escolares (inicio, parte media y culminación). Además, en el 2013 se tendrá la primera generación de egresados lo que significa que se tendrá la necesidad de realizar un estudio que podrá dar cuenta de la inserción laboral de los alumnos.

Los Tecnológicos de reciente creación tienen el reto de abrir espacios educativos, pero también de conservar al estudiantado en el proceso de formación; no se puede seguir pensando en la reprobación y la deserción como fenómenos que son cotidianos en las escuelas, se tiene que repensar un método de atención integral para los alumnos, capaz de detectar deficiencias y atenderlas de inmediato. Es necesario, que las escuelas cuenten con departamentos de desarrollo académico y orientación juvenil, con personal altamente calificado, que apoye de forma inmediata a los alumnos que acudan a solicitar ayuda. Además, es necesario ofrecer a los profesores, cursos de capacitación y especialización en tutoría y psicología educativa. Es imprescindible, pensar en un docente sensible a los problemas sociales que aquejan a los estudiantes y que cuente con la capacidad y la motivación de querer ayudarlos y contribuir a su formación, no sólo como profesionistas, sino también como seres humanos.

 

Referencias

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