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Revista de la educación superior

versión impresa ISSN 0185-2760

Rev. educ. sup vol.37 no.145 Ciudad de México ene./mar. 2008

 

Análisis temático. La profesión académica: un mosaico internacional

 

La internacionalización: entre la promesa de la calidad y el riesgo de la homogeneización

 

Nelly P. Stromquist*

 

* Rossier School of Education, de la Universidad del Sur de California Correo e: stromqui@usc.edu

 

Resumen

En el artículo se discute, de manera teórica y con un caso específico de estudio, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUC), el tema de la internacionalización de las instituciones y sistemas educativos como resultado de la globalización. Compara las situaciones divergentes entre países desarrollados y en vías de desarrollo, y abre preguntas, críticas y posibilidades propias de este impulso que se acrecienta con los desarrollos atribuidos a la globalización.

Palabras clave: Internacionalización, profesión académica, intercambio académico, rentabilidad, globalización.

 

Abstract

The stand discussion on this article is based on the institutions internationalism and the education systems as a result of the globalization. It compares the divergent situation between developed and developing countries and proposes critical questions and possibilities that belong to this impulse that keeps on rising because of the expansion due to globalization. The study was inspired on a specific study case that comes from the Pontificia Universidad Católica del Peru (PUC), reached in a theorist manner.

Key words: Internationalism, academic profession, academic exchange, profitability, globalization.

 

Introducción

Desde sus orígenes, la universidad ha sido una institución cosmopolita pues emergió, por supuesto, mucho antes de la idea y establecimiento de los Estado–Nación y de los sentimientos y valores nacionalistas que los acompañan (Ramírez, 2006). Sin embargo, las características del carácter cosmopolita que posee actualmente y el abanico de estrategias que adopta, representan una transición profunda en su desempeño histórico.

La universidad ha sido una institución central en los procesos de globalización dada su conexión directa con la producción y diseminación del conocimiento así como en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, a las que cada vez más se les reconoce su contribución a la economía. Clave también son sus plantas de científicos y expertos que sostienen y propician gran parte de la movilización internacional y su coordinación. El importante papel de la universidad se ha incrementado debido a la necesidad de contar: "...con un mercado regional homogéneo que requiere un sistema uniforme de educación y capacitación basado en un conjunto común de calificaciones." (Bennell y Pearce, 1998: 21).

Por otra parte, la reducción en los costos de comunicación a través del teléfono, fax, correo electrónico e incluso los viajes hacen que las interacciones académicas adquieran una velocidad explosiva. En particular, el proceso de internacionalización —visto como la acción deliberada por parte de las instituciones para insertarse en la sociedad global— constituye una realidad desde los años ochenta.

En este artículo se presenta una discusión sistemática del proceso de internacionalización, haciendo visibles las principales dinámicas que ha presentado a la luz de los hallazgos de investigación a escala internacional. El texto busca, a su vez, mostrar la intersección entre la literatura de la que se da cuenta y un estudio de caso, con el fin de aportar una mirada más precisa sobre la internacionalización y sus múltiples lógicas y circunstancias. Más allá de la descripción de varias iniciativas y actividades, subyace la necesidad de responder a tres interrogantes: ¿Contribuyen los proyectos internacionales a incrementar la capacidad de docencia e investigación de la universidad? ¿Produce la internacionalización una homogeneidad indeseable en el conocimiento? ¿Lleva la internacionalización a que la universidad pierda sus propósitos sociales y públicos?

 

¿Qué es la internacionalización?

Existen varias interpretaciones. Los elementos comunes versan sobre estudios en el extranjero, intercambios de profesores y de estudiantes entre instituciones nacionales e internacionales, la realización de proyectos de investigación y programas de estudio conjuntos y, en menor grado, el compromiso de los gobiernos en la ejecución y apoyo de actividades internacionales en el mundo académico. Según Bennell y Pearce (1998), la internacionalización, generalmente, toma tres formas: la inclusión de estudiantes extranjeros como parte de la matrícula; mediante un proceso de aprendizaje que rebasa fronteras (estudios en el exterior, acceso a nuevos idiomas, la obtención de diplomas de carácter internacional) y, por medio de la exportación de servicios educativos (en cuyo caso se ofrecen cursos, diplomas, o grados, una especie de franquicia con socios institucionales en otros países, particularmente aquéllos en vías de desarrollo).

Un fenómeno que ha aumentado considerablemente desde 1992 lo constituyen los cursos validados en el extranjero (OVC) que permiten tomar las clases en el país de residencia y obtener un grado de una universidad extranjera sin tener que dejar el país. Los OVC se logran a través de programas de educación a distancia o mediante arreglos llamados twinning1 que permiten hacer parte de los estudios en el país de residencia y otra parte en donde se ubique la institución asociada.

Es necesario advertir, y es lo que va aclarándose poco a poco, que en el proceso de internacionalización los socios —las universidades internacionales y las nacionales– persiguen diferentes propósitos.

 

Las dinámicas en los países desarrollados

Si bien ha de reconocerse, y se acepta, que la economía global requiere de competencias más sofisticadas y uniformes para su alta eficiencia, también es cierto que la globalización, al estar acompañada por ideologías neoliberales que reducen las responsabilidades del Estado, ha implicado la búsqueda de recursos no–estatales por parte de numerosas universidades en los países industrializados. Por ello, países de habla inglesa –Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda— propician la internacionalización de la educación superior como un elemento nuevo a considerar en su desempeño y base financiera. Cabe recordar que Australia, el tercer país del mundo en la exportación de estudios universitarios (después de Estados Unidos y el Reino Unido), pasó de recibir del Estado el 85% de su presupuesto para la educación superior hace pocos años, al 48% en 2002 (Schappen y Mayson, 2005). Dinámicas similares se han registrado en los otros países anglosajones. La lógica económica queda plasmada en los compromisos de varios acuerdos de comercio en vigor y que examinamos más adelante.

El incremento en la matrícula de los estudiantes internacionales es un objetivo primordial para los países desarrollados. El sector educación genera 30 mil millones de dólares anuales a nivel mundial, 15 billones de los cuales los recibe EE.UU. (Larsen y Vincent–Lancrin, 2003). Dos tercios de los estudiantes internacionales en Australia funcionan en la modalidad off shore; es decir, están inscritos en universidades australianas pero estudian exclusivamente, o casi, en sus propios países (Harman, 2005). Actualmente, Hong Kong, Malaysia y Singapur constituyen los mercados más importantes para los OVC; este tipo de exportación se está difundiendo rápidamente en Europa, África y el Medio Oriente (Bennell y Pearce, 1998). En el caso del Reino Unido, 60% de sus OVC fueron en el nivel de pregrado en 1996–1997. Tanto en el Reino Unido como en Australia, los cursos que se ofrecen están orientados a asuntos prácticos como negocios, computación y contabilidad; a nivel posgrado predominan los cursos gerenciales (Bennell y Pearce, 1998). Como observan estos autores, conseguir un MBA (maestría en administración de negocios) de las escuelas prestigiadas de Europa y Norte América es lograr una "calificación global por excelencia" (p. 3).

No siempre prima el deseo de obtener mayores recursos a través de los derechos de enseñanza, cuotas, de los estudiantes. Por ejemplo, la mayoría de los estudiantes africanos estudia en Francia, país que otorga becas al 40% de ellos: factores como la preservación de la comunidad francófona y antiguos lazos coloniales influyen también en los esfuerzos de internacionalización.

Otro objetivo evidente en la internacionalización de las universidades en los países industrializados se orienta al mantenimiento de su prestigio, lo cual las lleva a la contratación de profesores de alto nivel y capacidad provenientes de países en desarrollo, aspecto que es ahora muy valorado. Muchos de estos recursos humanos iniciaron su vinculación con las universidades respectivas de manera temprana, al ser parte de los proyectos conjuntos de investigación e intercambios universitarios.

 

Las dinámicas en los países en desarrollo

Desde las condiciones de los países menos industrializados, la posibilidad de exportar sus servicios de educación superior es reducida. Algunos estudiantes extranjeros realizan sus estudios en tales países, en temáticas muy específicas como idiomas, cultura e historia. También siguen estudios de posgrado en los cuales países menos ricos pueden tener ventajas comparativas como, a manera de ejemplos, arqueología, comunicaciones y ciertos tipos de ingeniería.

En los países en desarrollo, que enfrentan la demanda social de formar personal muy calificado en la economía global, pero cuentan con pocos elementos para proporcionar buena capacitación, las universidades públicas buscan entrar en sociedad con universidades internacionales (Bennell y Pearce, 1998). La misma lógica afecta a los 28 países en transición que se formaron después de la caída de la Unión Soviética.

Las universidades de los países en desarrollo buscan socios internacionales por varias razones: (1) Tener acceso inmediato a la tecnología y los conocimientos de las universidades asociadas y así mejorar la propia capacidad. (2) Poder ofrecer a los estudiantes nacionales una educación de calidad y reconocimiento (mediante una doble titulación) que les permita desplazarse con facilidad por varios países, ya sea para proseguir estudios de más alto nivel o para obtener empleos bien remunerados. (3) La posibilidad (gracias a la acreditación internacional) de retener a los mejores estudiantes para estudios de maestría y doctorado en el propio país e impedir que se vayan al extranjero, donde se perdería tanto el ingreso de los estudiantes así como se aceleraría el proceso de pérdida de cerebros.

La entrada de China al proceso de internacionalización merece especial atención. Dada su enorme población (mil trescientos millones de habitantes) en la actualidad, ciertas metas son, comparativamente, muy considerables. China está abocada en una doble estrategia: por una parte busca recibir 120,000 estudiantes anuales, particularmente africanos, a partir del año 2007: la mayoría estudiantes de lengua y cultura china. Por otra parte, piensa crear "Institutos Confucio" (Yang, 2007) en varias universidades del mundo para apoyar la difusión del mandarín y la cultura china. Estas iniciativas denotan el interés de China por incorporarse a las nuevas condiciones producidas por la globalización y su creciente capacidad para afianzarse como una nueva potencia mundial.

 

Una mirada micro desde América Latina

Presentamos aquí un estudio de caso basado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (informalmente conocida como PUC), una antigua y prestigiosa universidad privada con una matrícula de 17,000 estudiantes, que ofrece 53 programas de maestría y 5 de doctorado, además de 5 adicionales con universidades internacionales a nivel de postgrado. Aunque es una universidad particular se define como humanista, significativamente diferente de la noción de universidad–empresa. El estudio original examinó temas más amplios sobre el impacto de la globalización en el profesorado, pero también incluyó aspectos en torno la internacionalización (Stromquist, 2006). Se entrevistó a siete administradores y 35 profesores en campos del saber que se consideraron importantes para la globalización (ingeniería, comunicaciones y administración de empresas) y en disciplinas menos apreciadas en ese proceso (las ciencias sociales).

Desde la aparición de varias universidades privadas con fines de lucro en el Perú, la PUC presta mucha atención al mercado y a la competitividad. Sus administradores y el cuerpo docente están muy conscientes de la globalización y la internacionalización. Esta última es vista como "el modo de penetrar en el mundo global para poder exportar y recibir ofertas de cualquier producto" y un gran incentivo para "adecuarnos a estándares internacionales de excelencia y ser reconocidos en el mundo." (Entrevista con administrador de alto nivel de la PUC; ver también PUC, 2000)

Reconocen que una universidad moderna debe tener un proyecto estratégico de largo alcance, la PUC cuenta con su Plan Estratégico Institucional (PEI) desde el 2000. Este plan hace referencia a la cooperación y creación de redes para enriquecer la formación de los estudiantes mediante experiencias educativas en instituciones y universidades extranjeras. La planeación estratégica, una actividad que se registra en muchos países, aparece como atributo de una universidad moderna, la cual debe explicitar su visión y misión. Hay consenso entre los entrevistados que el PEI llevó a la modernización en los ámbitos administrativo, financiero y académico de la PUC. El PEI contó con la participación de 200 miembros de la facultad en 200 talleres; ya lleva siete años de operación. Según algunos administradores, se ha encontrado con la resistencia de los académicos en ciertos aspectos (como la demanda de investigación pero con pocos recursos y nuevas prácticas administrativas, como la evaluación continua del profesorado y la rendición de cuentas semestral), pero piensan que se han agilizado muchos trámites administrativos en cuanto a los servicios estudiantiles y se han delegado importantes decisiones en el nivel de facultad.

Junto con tres otras universidades particulares peruanas de alto prestigio, la PUC creó en 1992 el Consorcio de Universidades con el propósito de ayudarse mutuamente, compartir recursos y desarrollar iniciativas y proyectos conjuntos. Según el Consorcio, se trata de promover una cultura de calidad pues "la universidad hoy está sometida a fuertes presiones que provienen de un mundo cambiante, que la obligan a iniciar un esfuerzo de adaptación ágil y profundo" (Consorcio de Universidades, 2005: 12). Reconociendo la importancia del inglés para las comunicaciones transnacionales por Internet, la PUC ahora otorga a los conocimientos de inglés el 10% de la calificación de ingreso a la universidad.

La PUC ha alcanzado muchos de sus objetivos en el ámbito de la internacionalización. Desde los años ochenta, un buen número de profesores ha salido al extranjero para mejorar sus metodologías de trabajo, estudiar el doctorado y desarrollar más interés y práctica en la investigación. Según los administradores, esto ha contribuido de buena manera para que la universidad fortalezca "la cultura de la investigación." Los intercambios de profesores son frecuentes en todas las facultades. En la Facultad de Ingeniería un profesor manifiesta que después de las visitas al extranjero, "han cambiado su identidad profesional porque conocen otra realidad, tienen otra actitud frente al cambio y manejan otro tipo de conocimiento."

Sin embargo, cambios de importancia adicionales no ocurren por la internacionalización en sí sino por las avances tecnológicos, como el poder examinar los programas de estudio y los sílabos de profesores en otras universidades del mundo quienes, habitualmente, colocan sus documentos en la Web. Práctica generalizada entre los profesores, que también usan Internet, entre otros motivos, para lograr un mejor conocimiento de las empresas e instituciones que puedan utilizar sus servicios. Se registraron varios casos de estudiantes que consiguen trabajo en el extranjero tras buscar ofertas en internet.

Aunque en décadas anteriores la PUC tuvo contactos internacionales, sobre todo con Holanda y Bélgica, estos contactos se han multiplicado en la actualidad. A través de varias modalidades (visitas docentes, intercambio de estudiantes, proyectos conjuntos, comunidades virtuales), muchos países están presentes en esta universidad. Los contactos incluyen: Canadá, Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Brasil, Chile, Cuba, Dinamarca, Italia, España, la Unión Europea, Australia, Argentina, Suecia, Colombia y Venezuela. La mayoría de los vínculos son con universidades de países industrializados aunque se realizan también intercambios con otros países de la región, Brasil, principalmente. Los contactos son, en su mayor parte, individuales pero también incluyen convenios institucionales y acuerdos entre la PUC y ciertos gobiernos. Existen proyectos de investigación pequeños, junto con otros de alta envergadura, como un proyecto sobre tecnología con la Unión Europea que abarca 13 instituciones europeas y latinoamericanas. La PUC sirve también como base para la Red Global de Aprendizaje para el Desarrollo, apoyada por el Banco Mundial. Esta Red permite el intercambio de conocimientos y experiencias con países de América Latina y el Caribe a través de tele conferencias en diversos temas, desde "salud alimentaria," "comunidad sudamericana," hasta "estrategias para la gestión del capital humano dentro de organizaciones." La Red da también cursos a distancia y diplomas de especialización a escala internacional.

Estos contactos más allá de las fronteras peruanas manifiestan el deseo de alcanzar estándares internacionales. Por ello, un esfuerzo prioritario en la PUC en estos momentos es lograr la acreditación internacional. Observando que este servicio, dado por agencias generalmente estadounidenses, es costoso (entre 30,000 y 50,000 dólares por programa), la PUC buscará la acreditación de forma gradual. Prioritariamente, se intenta acreditar la Facultad de Ingeniería, haciendo que seis de sus siete especialidades (la séptima es muy reciente) la logren. En función de este propósito, se están realizando conversaciones con ABET (Accreditation Board for Engineering and Technology)3, descrita por varios entrevistados como "la más antigua y experimentada agencia de acreditación en ingeniería y tecnología del mundo."

Según el Consorcio de Universidades "el objetivo de calidad en la gestión académica y administrativa requiere mecanismos de autoevaluación y autorregulación que conduzcan a un reconocimiento público de la calidad de la institución o de sus programas, a través de la acreditación" (2005: 4–5).

Las diversas facultades viven la internacionalización a ritmos distintos. En la Facultad de Ingeniería se despliega mucha proactividad, es la más sensible a la necesidad de contar con equipos modernos. Los ingenieros hacen referencia a clases transmitidas mediante video–conferencias con profesores de gran experiencia en los Estados Unidos; además, relatan que a menudo llegan académicos de fuera para dar seminarios y conferencias, y de esta manera, "mejorar la calidad de las maestrías de ingeniería." Otro aliciente para buscar la cooperación internacional en las ingenierías es la poca demanda por parte de la industria nacional.

Las facultades de ingeniería, comunicaciones y administración de empresas incorporan estándares internacionales, lo cual no sólo refleja la búsqueda de prestigio sino que, le permite a los estudiantes alcanzar niveles de competitividad Esto queda claro cuando, en la carrera de Ingeniería de minas, los docentes afirman que los estándares de calidad son necesarios para la movilidad de los estudiantes que ahora trabajan en Colombia y son trasladados, también, al Brasil o a Chile como parte de su trabajo; igualmente, el 20% de los egresados en la especialización de minas se va a trabajar a los Estados Unidos, país cuya producción interna de especialistas no alcanza a cubrir su demanda.

Únicamente dos sociólogos observan que los estándares internacionales pueden no responder a las necesidades nacionales y que "tal vez lo que se debería acreditar en el Perú sea diferente de lo que se deba acreditar en Pakistán, pues la estandarización traerá un solo modelo de desempeño universitario." Junto con los estándares internacionales viene la importancia de los rankings como criterio para conocer la realidad de la educación superior en otros países y el propio. La PUC es sensible a los rankings de Shanghai y Londres, y es miembro del segundo sistema.

Contrariamente a lo que se registra en otros países, especialmente en Asia, en el Perú no es común otorgar titulación doble. En la PUC tal ventaja existe sólo en CENTRUM, una especie de escuela de negocios de alto costo (pero menos cara que estudios similares en el extranjero), totalmente bilingüe y de enorme acceso a modernas tecnologías de aprendizaje. CENTRUM tiene arreglos para estudios de MBA con doble titulación con universidades de Holanda y los Estados Unidos. Actualmente, planea otorgar un Global MBA, que llevará al estudiante a realizar parte de sus estudios en el Perú, Holanda, Norteamérica y China.

Las tendencias de la internacionalización fomentan labores de investigación, y la dotación nacional a esta actividad es baja, lo cual resienten los académicos de las ingenierías. Sus profesores se quejan de que el apoyo nacional e institucional es mínimo. El Consejo de Ciencia y Tecnología tiene un presupuesto anual de 12 millones de soles (aproximadamente 4 millones de dólares) para apoyar la investigación de todo el Perú. En la PUC, aunque se otorga un sabático con duración semestral (en que la investigación es posible) luego de seis semestres de labor docente, sólo existen seis becas anuales para toda la universidad, lo cual crea gran competencia para tan limitada recompensa.

Considerada como un todo, los profesores de la PUC –en general– ven la internacionalización como un proceso positivo por varias razones: el acceso a los conocimientos recientes; el intercambio con profesores que cuentan con mayores recursos (equipos, metodologías de investigación, bibliografías); la participación en conferencias internacionales y la ejecución de proyectos de investigación con pares bien preparados, y, finalmente, porque conduce a aumentar la formación y grados académicos de los docentes nacionales.

 

Consecuencias de la internacionalización

La percepción optimista de la globalización por parte de los profesores de la PUC contrasta con los argumentos que se registran en la literatura. En este sentido, tres problemáticas salen a flote:

El conocimiento como mercancía

El principal referente en este rubro es el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS)4 un componente importante del comercio internacional supervisado por la Organización Mundial del Trabajo. Mediante este acuerdo, por primera vez en el mundo comercial, se incorpora la educación como objeto de compra y venta. El GATS contempla cuatro modalidades en la provisión de servicios educativos: Modalidad 1 o la provisión más allá de fronteras nacionales, generalmente mediante la educación a distancia; Modalidad 2 o el consumo en el extranjero, refiriéndose al movimiento de los estudiantes a realizar estudios en otros países; Modalidad 3 o la presencia internacional a través de sucursales de universidades extranjeras, y Modalidad 4 o el movimiento de docentes para enseñar en otros países.

La Modalidad 2 es común en los países anglosajones, quienes acogen al 85% de los estudiantes extranjeros (Larsen, et al., 2004, citado en Sidhu, 2007). Dada la cláusula de "igual trato" a toda empresa otorgada por el GATS, muchos observadores anticipan que las medidas dentro de la Modalidad 3 van a interferir con el papel del Estado en cuanto a la regulación y financiamiento de la educación superior. Estas proyecciones aún no tocan a América Latina en comparación con otras regiones del mundo quizá por una razón económica: los altos costos que significan los pagos de matrícula. Esta condición no ha generado nichos atractivos para los inversionistas en educación.

La calidad como acreditación externa

La transnacionalización del conocimiento conlleva la certificación formal. Como observa Ramírez (2006), avanzamos rápidamente hacia "una sociedad mundial basada en certificados." En esta nueva era, los sistemas estandardizados de rankings, el otorgamiento de diplomas y la acreditación juegan un papel crucial (Meyer, et al. 2006). Es claro que aunque la internacionalización implica un conjunto variado de actividades, el impulso tiende a culminar con la comercialización de la educación. En principio, la provisión de servicios educativos por agentes particulares sirve para atender la demanda insatisfecha por educación superior. Se asegura que con la certificación vendrá la acreditación como medida para asegurar la calidad y promover la rendición de cuentas institucional. Pero hay que reconocer dos puntos: (1) acreditaciones externas no puedan ser adecuadas para juzgar ciertas disciplinas en otros contextos nacionales, y (2) pocos países tendrán la capacidad de exportar el conocimiento, aun con certificación internacional. Para la exportación competitiva se necesita contar con un idioma altamente compartido, como es el inglés en la actualidad, y la capacidad financiera de inversión en infraestructura de comunicación y en la contratación de recursos humanos.

La homogeneización del conocimiento

Hasta nuestros días el conocimiento fluye de Norte a Sur. Existe también un flujo de Sur a Norte, pero circunscrito aun pequeño número de campos del saber. Con un movimiento unidireccional, se teme que los problemas sean vistos exclusivamente desde la perspectiva del mundo industrializado. Aun más: las metodologías de investigación que sean vistas como ejemplares estarán marcadas por preferencias del Norte. Dado que las publicaciones académicas se expresan principalmente en inglés —la lengua franca de la globalización— las publicaciones de los países menos industrializados tendrán que acoplarse a las prioridades y a los debates intelectuales de los académicos del Norte (Curry y Lillis, 2007). Y como los recursos en el Tercer Mundo son limitados, las investigaciones que allí se originan tendrán menos éxito en ser publicadas debido a su escasa bibliografía y sus enfoques "pasados de moda."

Se ha observado que en la educación a distancia se usan lecciones modulares que permiten ritmos de aprendizaje que respetan las características individuales de los estudiantes. Pero si bien eso es cierto, tales cursos y módulos generalmente vienen diseñados por universidades de los países industrializados, lejos de los múltiples contextos en los que se ofrecerán. Así, apuntan hacia ciertas definiciones y no necesariamente reconocen las particularidades nacionales. El estudio de caso de una importante institución superior en Australia, Monash University, aporta hallazgos que ameritan reflexión. Monash elaboró una serie de objetivos para lograr la internacionalización de sus currículos, en un esfuerzo para hacerlos más sensibles a la diversidad cultural de sus estudiantes. Debe observarse que este tipo de iniciativas —la internacionalización del currículo– raramente se da. Pese a ello, fuerzas que propician la eficiencia hicieron que este objetivo fracasara. Lo que se obtuvo en su lugar fue la estandardización del currículo y los mismos criterios para su evaluación, con textos elaborados en los Estados Unidos y "solamente referencias anecdóticas a otros países." Los autores concluyeron que "la estandardización de los cursos roba a los académicos su autonomía y juicio profesional, así como la participación intelectual activa" y que, consecuentemente, "la internacionalización ejercita una influencia centralista y armonizadora en el trabajo académico al fortalecer la hegemonía cultural del pensamiento angloamericano tanto en el contenido como en los enfoques de enseñanza en nuestros cursos" (Schappen y Mayson, 2005: 191).

 

Haciendo un balance

Sin duda, la internacionalización ofrece ventajas y desventajas. Desde la perspectiva de los países menos industrializados, este parece ser el balance emergente:

Aspectos positivos

Una encuesta realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sobre el impacto de la internacionalización (UNESCO, 2006, citado en Knight, 2007), reveló que según los países encuestados, los dos beneficios de mayor importancia para los países menos industrializados fueron el desarrollo de un profesorado y estudiantado con orientación internacional, y la mejoría de la calidad académica, la investigación y el currículo (Knight, 2007). Podemos añadir otros beneficios: un mayor y rápido acceso a ideas nuevas mediante el intercambio de documentos e informes y a ciertas tecnologías gracias a los contactos internacionales, ya sea individuales o en conferencias y proyectos conjuntos. Niveles de educación más altos para profesores mediante la colaboración de universidades socias. El desarrollo de redes académicas sólidas y consecuentemente la creación de comunidades epistémicas activas. La democratización del conocimiento al contar, tanto profesores como estudiantes, con tecnologías similares y disponibles.

Aspectos negativos

La misma encuesta de la UNESCO sobre los efectos de la internacionalización encontró que las respuestas variaron significativamente por región. Las instituciones africanas perciben riesgos debido a la comercialización del conocimiento y la baja calidad de los que suministran programas educativos en el contexto transnacional. En contraste, las instituciones latinoamericanas observaron que los principales riesgos yacían en la fuga de cerebros, la promoción del elitismo y la pérdida de la identidad cultural. Para el Medio Oriente, el riesgo primordial era la pérdida de identidad cultural (UNESCO, 2006, citado en Knight, 2007). A ello, debemos añadir las siguientes desventajas:

La circulación de ideas tiene sus bemoles. Las personas obtienen ahora más y muy reciente información; en ese sentido, la gente expande sus horizontes mentales. Pero como la información fluye de Norte a Sur su relevancia es limitada.

Mediante la tecnología se pretenden borrar las particularidades ubicadas en un tiempo y espacio específico, pero eso no debería darse pues los contextos definen muchas situaciones y problemas.

Al hacer que todo conocimiento sea acreditado por instituciones extranjeras, disminuye la importancia del conocimiento local y fomenta la dependencia intelectual. Aunque ciertos procedimientos, como los que se llevan a cabo en ingeniería, pueden ser modernizados, subsiste el hecho que hay muchas maneras de crear y producir en el mundo material.

Una creciente debilidad de la misión de la universidad en cuanto a sus objetivos nacionales, sobre todo aquellos no ligados con el mercado sino con la sociedad, como aquellos relacionados con la igualdad y justicia social.

Las tendencias mundiales hacia una definición del profesorado como alguien que se dedica básicamente a la investigación tiene poco sentido en países donde la difusión del conocimiento todavía dista de ser masiva. Además, los modelos del investigador–docente presentan parámetros difíciles de alcanzar. Como vimos en el estudio de la PUC, aún tratándose de una universidad de alto prestigio, no se dan los recursos de tiempo y financieros para lograr actividades constantes de investigación.

Ya que las universidades pobres no tienen acceso a la internacionalización y aún menos a la acreditación internacional, se van creando instituciones desprestigiadas así como profesionales de escaso reconocimiento en el mercado laboral. Paradójicamente, aunque el acceso a la educación superior va en marcado aumento, también se viene incrementando la estratificación de los graduados universitarios. Como observan Schappen y Mayson (2005), la internacionalización no diluye las relaciones asimétricas de poder. Esto ocurre tanto entre como dentro de los países.

 

Conclusiones

Con la globalización, la internacionalización por parte de las universidades se torna en una transición inevitable, especialmente para universidades de prestigio. Empero, las lógicas que dominan tal transición se rigen por racionalidades distintas en los países industrializados y aquellos en desarrollo. Retomando las preguntas iniciales, se puede aseverar que los intercambios entre docentes ayuda a incrementar la capacidad de enseñanza y de investigación. La homogeneidad del conocimiento es un resultado colateral cuyas repercusiones no parecen ser completamente reconocidas en el Tercer Mundo. Ya que la mayoría de los intercambios persiguen propósitos de rentabilidad por parte de las universidades dominantes, no queda claro qué espacios se protegen para asegurar —más allá del prestigio y la captura de un estudiantado amplio y preparado— una mirada social y crítica de la sociedad desde la universidad.

 

Referencias

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Notas

1 (OVC) siglas que provienen del inglés: overseas validated courses.

2 Término que generalmente se le da a ciudades o instituciones hermanadas.

3 ABET es la institución que se encarga de acreditar los programas universitarios en ciencia aplicada, computación, ingeniería y tecnología. Para mayor información consultar: http://www.abet.org/

4 GATS por sus siglas en inglés General Agreement on Trade in Services

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