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Perfiles educativos

Print version ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.43 n.spe Ciudad de México  2021  Epub May 01, 2022

https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2021.especial.61023 

Artículos

Memorias de Paulo Freire: conversaciones con Ana Maria Araújo Freire

Carmem Silva Machado** 

Andréia Teixeira Ramos*** 

Claudia Patricia Sierra Pardo**** 

**Profesora en el Ayuntamiento de Salto de Pirapora (Brasil). Doctora en Educación. Especialista en pedagogía teatral y artes escénicas. CE: karmemmachado@yahoo.com.br

***Profesora del Centro de Educación de la Universidad Federal de Espírito Santo (Brasil). Doctora en Educación. CE: professora.andreia.ramos2020@gmail.com

****Profesora asociada de la Universidad Nacional de Colombia (Colombia). Doctora en Educación. Coordinadora del Grupo de Investigación sobre Educación Popular y Procesos Comunitarios, EnRaizAndo. CE: cpsierrap@unal.edu.co


Preámbulo

Tres mujeres, investigadoras y profesoras, van al encuentro de otra. El vínculo que las reúne está dado por el afecto y la afinidad con el pensamiento de Paulo Freire. Todas ellas eran, en el momento de la entrevista, estudiantes de doctorado del profesor Marcos Reigota. Las tres buscaban los caminos recorridos por Freire que no están descritos en los libros. Este texto recrea el encuentro que tuvieron con Ana Maria Araújo Freire (Nita Freire), en su casa de la ciudad de São Paulo. A diferencia de una entrevista, tuvieron la oportunidad de mantener una larga conversación y de exponer sus inquietudes sobre la pedagogía freireana. Como sucede en las acciones educativas, cada persona en esta conversación representa una diversidad de experiencias, conocimientos, emociones y lugares intelectuales, geográficos y culturales. Este encuentro se publica en el centenario del nacimiento de Paulo Freire, como una evocación de la presencia y el legado de este importante intelectual y educador.

¿Quiénes participaron en la conversación?1

La primera mujer en participar en el encuentro con Ana Maria Araújo Freire fue Andréia Teixeira Ramos. Ella es capixaba, de Espírito Santo, y vive en Vitória, capital de ese estado. Al momento de la entrevista era estudiante de Doctorado en Educación y viajaba frecuentemente a Sorocaba, donde participaba en actividades académicas del Programa de Posgrado de la Universidad de Sorocaba (UNISO), Brasil. Se desempeña como docente en instituciones de educación superior en el campo de la educación, donde realiza prácticas pedagógicas de investigación, extensión, docencia y formación de docentes, desde la cotidianidad escolar y comunitaria, a través del diálogo con las perspectivas ecológicas de la educación y con el pensamiento de Freire. Actualmente realiza investigaciones en las áreas de educación ambiental, perspectivas ecológicas sobre la educación, educación de las relaciones étnico-raciales, prácticas pedagógicas, cine, educación y literatura afrobrasileña, y todo lo relacionado con la vida escolar cotidiana y otras redes educativas.

La segunda persona, Patricia Sierra, es colombiana y vive en Bogotá, la capital de ese país. En junio de 2015, recién llegada a Sorocaba como estudiante del Doctorado en Educación, realizó una estancia en el programa de posgrado de la UNISO. Patricia es trabajadora social y tiene un gran interés en los procesos educativos presentes en los movimientos y organizaciones sociales y comunitarias. Ha sido profesora en la Universidad Nacional de Colombia durante 20 años, una de las universidades públicas más importantes de su país. Profesora en el campo de las metodologías para el trabajo con comunidades, e investigadora social, también es reconocida como educadora popular y actualmente es doctora en Educación con enfoque en la construcción de subjetividades emancipadoras.

La tercera mujer es Carmem Machado. Artista-docente e investigadora, vive en el estado de São Paulo y en el momento de la entrevista era estudiante de Doctorado en Educación. Trabaja como maestra en escuelas públicas de la ciudad de Salto de Pirapora, estado de São Paulo, y enseña arte a niños y adolescentes. También trabaja en instituciones de educación superior en el campo de la educación y el arte con una perspectiva ecológica de la educación, además de practicar la actuación y la danza. Sus investigaciones están orientadas a innovar en diferentes espacios-tiempos, con énfasis en la construcción-creación de pensamiento artístico a través de la utilización del cuerpo en movimiento. Procura intervenir con su arte en todos los lugares por los que pasa. Actualmente, realiza investigaciones en el campo de la educación y el arte, y trabaja en la formación de maestros, artistas físicos, bailarines, actrices y actores a través de talleres en diferentes espacios culturales. Como artista, busca la construcción de un ser corporal humano en su totalidad.

Y, finalmente, la cuarta mujer es Nita Freire. Esposa, intelectual, compañera de uno de los más grandes pensadores de la educación en Brasil. Nita es profesora, investigadora, fue interlocutora de Paulo Freire y, según Marcos Reigota (2013), tuvo una influencia decisiva en el pensamiento político y pedagógico de Freire, especialmente en la última década de su vida.

¿Cuáles eran nuestras expectativas de esta conversación?

Para Andréia, el momento fue muy especial. Ser acogida en la casa de la sucesora de la obra de Paulo Freire, su viuda, resonó en mí como una riqueza íntima, una oportunidad única en mi vida. Cuando el profesor Marcos Reigota dijo que Nita Freire nos recibiría en su casa para conversar, me sentí eufórica. ¡Sentía que tanta alegría no cabía dentro de mi cuerpo! Comencé a preparar el gran viaje. ¿Qué le diría?, ¿qué le preguntaría?, ¿cómo sería la conversación? La espera para el encuentro se avivó con las ganas que tenía de percibir a Paulo Freire más de cerca mí; sentía, además, un profundo agradecimiento.

Para Patricia, el encuentro estuvo teñido de emociones. Siendo muy joven conocí a Paulo Freire a través de la lectura de uno de sus libros, titulado en español como Educación y cambio. No podía imaginar que fuera posible estar tan cerca de él, así como nunca pensé que conocería tierras brasileñas. Patricia conocía a Nita Freire a través de fotografías. La imaginaba como una mujer muy especial: creativa, cariñosa, buena conversadora… Pero, ¿cómo sería la conversación?, ¿cómo ordenar el cúmulo de inquietudes que incluía la curiosidad por su vida cotidiana con Freire, sus últimas obras más relevantes, e incluso haber llegado al entorno de Freire con la teología de la liberación y ser la recipiendaria de su legado para las nuevas generaciones de intelectuales y educadores en Brasil? Las preguntas daban vueltas en su cabeza, y poco a poco fueron tomando forma y ganando claridad.

Carmem hablaba de sus expectativas así: quería hablar con la mujer Nita Freire; descubrir quién es esta persona que guarda y mantiene vivo el recuerdo de uno de los más grandes educadores de Brasil. ¿Cómo tocar los recuerdos sin dejarse embriagar por el recuerdo y el dolor de ya no estar juntos? También me gustaría saber de ella como mujer, sus aspiraciones para el futuro, sus ideas acerca de la educación. Tener la oportunidad de ser invitada a la casa de Nita, donde había vivido con Paulo Freire, despertó mi curiosidad. “Dicen que quien alguna vez vivió en una casa, la sigue habitando para siempre, aunque ahora esté en otra parte” (Bonfim y Medeiros, 2012: 31). Mi curiosidad se dirigía a ese lugar: ¿cómo se relacionaría mi cuerpo con ese entorno?, ¿cómo sería entrar a ese lugar?, ¿cuál sería el ambiente en el que nos recibiría Nita?, ¿qué libros elegiría ella para “componer” el lugar?, ¿tendría algunas flores? Mis expectativas se referían al encuentro con Nita y con su casa, y a las reverberaciones que generarían nuestras conversaciones. Hogar, lugar de refugio. Entrar en esa casa fue para mí como salir de todos los demás lugares y entrar a un espacio donde sólo había horizonte. Por ello, minutos antes de entrar tuve la sensación de haber llegado a un punto a partir del cual todo comenzaba.

Así inició nuestro encuentro…

La puerta del ascensor se abrió y nos encontramos con Nita Freire. Nos recibió con un cálido abrazo y nos pidió que nos acomodáramos en su sala.

Iniciamos la conversación con un frasco de caramelos de colores. “¿Dónde está Marcos?, ¿no vendrá?, ¡qué pena!, ¡tenía tantas ganas de verlo!”. Marcos Reigota había tenido que atender una reunión en la Universidad de Sorocaba y no pudo estar presente; además, él esperaba que aprovecháramos que el encuentro se llevaría a cabo sólo entre mujeres. Muy pronto, con el calor y el sabor del café que nos sirvió la propia Nita, comenzó la conversación como seguramente lo haría Paulo Freire: nos dijo que primero quería conocernos, y empezó a hacernos preguntas y recoger detalles de cada una de nosotras.

Todas habíamos pensado cuidadosamente las preguntas y los temas para hablar con ella. Por ejemplo, entre las preguntas de Andréia estaban: ¿cómo ejercer una práctica docente en la vida escolar diaria de manera crítica, en la sociedad contemporánea, globalizada y capitalista?, ¿cómo contribuyeron los procesos de colonización y dictadura que vivió Paulo Freire a su comprensión de la educación?, ¿cómo pensar las perspectivas éticas, estéticas y políticas de Paulo Freire en nuestra vida diaria?

En cuanto se presentó y mencionó que ella era capixaba y vivía en Vitória, Nita comentó que conocía a un profesor de la Universidad Federal de Espíritu Santo. Aprovechando la coincidencia, comenzó a hacer varias preguntas.

Nita Freire: ¿conoces a Itamar Mendes? Él era mi alumno, luego mi monitor e incluso hoy, cuando me escribe, se refiere a mí como “mi maestra”. Me tiene mucho cariño.

Andréia Ramos: Itamar Mendes es profesor del Centro de Educación de la Universidad Federal de Espíritu Santo (UFES), donde actualmente enseño como profesora suplente, y es uno de los coordinadores del Grupo de Estudios e Investigación Paulo Freire de la UFES.

Nita mencionó las manifestaciones que tuvieron lugar en varios lugares de Brasil para pedir juicio político (impeachment) a la presidenta Dilma Rousseff. Específicamente se refirió a la manifestación del 15 de marzo de 2015 en Brasilia, donde mostraron un cartel que decía “¡basta de Paulo Freire!”. Después de eso, el Grupo de Estudio e Investigación Paulo Freire de la Universidad Federal de Espíritu Santo redactó la “Carta abierta: ‘gracias Paulo’” (2015), en defensa del patrono de la educación brasileña y de sus obras, y en memoria de las injustas acusaciones y declaraciones de odio de los grupos conservadores.

Nita Freire: ¿y con qué trabajas? ¿Tú qué enseñas?

Andréia Ramos: trabajo en el nivel de licenciatura en la UFES, en el Centro de Educación. Estudiamos las ideas de Paulo Freire con Pedagogía del oprimido, Pedagogía de la autonomía y Miedo y osadía, que escribió con Ira Shor. Las prácticas pedagógicas, proyectos académicos y de investigación en los que participo, involucran a grupos y personas en desventaja socioeconómica. Paulo Freire es un gran referente. Pedagogía de la autonomía, por ejemplo, es un libro que figura en las bibliografías obligatorias de algunas asignaturas del primer periodo de determinadas titulaciones, y permite a los estudiantes acercarse a las perspectivas freireanas en educación.

Nita Freire: hay gente que dice que Pedagogía de la autonomía es la biblia para los que tienen sed y luego van al pozo. Yo digo que es un libro testamento de Paulo. Es como si adivinara que iba a morir, que no escribiría el próximo libro, que no completaría la Pedagogía de la indignación. Yo organicé y completé este trabajo con el fin de comentar sus tres cartas y reunir otros ensayos y las cartas pedagógicas. Aunque la editorial se metió mucho; decía que a la gente no le gustan los libros con título de “cartas”, y que se vendería poco. Es gracioso, porque Cartas a Cristina es el libro más hermoso de Paulo, el mejor escrito. Paulo pasó más de un año escribiéndolo y tiene un enorme encanto lingüístico. Creo que es una joya. Al final lo titulé Pedagogía de la indignación, debido a la carta que escribió sobre la muerte del indio pataxó en Brasilia, y añadí “cartas pedagógicas y otros escritos”.

Nita Freire: entonces, ¿qué les enseñas en la universidad a los alumnos de los cursos diurno y nocturno?

Andréia Ramos: en mis experiencias como docente en educación superior, tuve la oportunidad de trabajar unos años en escuelas privadas que contaban con título en pedagogía. En esa ocasión me encontré con estudiantes de pregrado y posgrado que residen en barrios periféricos, cuyos pobladores viven en los márgenes de la sociedad. Los estudiantes que asistían a la modalidad de educación de jóvenes y adultos (EJA) experimentaban muchas limitaciones y enfrentaban muchos obstáculos para poder ingresar y permanecer en una institución de educación superior. Eran estudiantes que venían de los márgenes. Son trabajadores que estudian de noche.

Nita Freire: ¿por qué trabajadores?, ¿trabajadores de fábrica?, o ¿son profesores?

Andréia Ramos: porque la gran mayoría trabaja durante el día y estudia de noche. La mayoría son mujeres que trabajan en educación durante el día además de ejercer las funciones sociales que se les asignan, como el cuidado de la familia, la comunidad y la iglesia. Aunque trabajan como docentes, no son docentes efectivos, sino pasantes, becarios o monitores que se encuentran en el proceso de construir su práctica docente. Son profesoras en formación.

Nita Freire: la universidad donde estudiaba Itamar la considerábamos de mejor calidad que la PUC, pero 99 o 98 por ciento de los alumnos eran de estrato, digamos, C y B [media baja y media, según indicadores del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, IBGE]. Se trataba de chicas y chicos, todavía jóvenes, o de personas mayores que habían trabajado durante muchos años, habían tenido dificultades para terminar sus carreras profesionales y regresaban para cursar una licenciatura en pedagogía, en el caso de profesores, u otros cursos. Por ejemplo, las personas que trabajaban en la compañía telefónica que no tenían título universitario, nunca serían promovidas. Mucha gente iba para tener un título universitario, sin importar cuál fuera. Ingresaban a cursos de historia, lengua portuguesa y pedagogía. Los que trabajaban en contabilidad, ingeniería, arquitectura, etc., ingresaron a matemáticas y al final del curso acabaron disfrutando el estudio. Logramos despertar esto en ellos, porque lo importante para el docente no es enseñar contenidos. Paulo ya decía: “nadie enseña conocimientos a nadie, hay que provocar al otro para que quiera saber, provocar curiosidad”. ¡Eso es lo importante!

Andréia Ramos: pensando en lo que nos acaba de decir, es necesario el compromiso ético, estético y político de los educadores en relación a nuestro hacer docente.

Nita Freire: [asiente]

[Para concluir esta primera parte de la conversación, sentimos que el aspecto obligatorio de la pedagogía de Freire era conocer al interlocutor/a, escuchar, leer al otro/la otra, tejer relaciones, no sólo contactos. Porque los seres humanos somos seres de relaciones (Freire, 1969). Después, la charla fue incorporando los temas de interés para todas...]

Teología de la liberación: del presente a los recuerdos

[En otro momento de la conversación quisimos profundizar en la relación de Paulo Freire con la teología de la liberación, corriente crítica de la Iglesia latinoamericana en la que la práctica pastoral es, a la vez, práctica pedagógica para transformar la realidad. Las investigaciones contemporáneas fueron el punto de partida.]

Patricia Sierra: mi tesis doctoral tiene que ver con la teología de la liberación y los procesos educativos en Colombia, porque en la década de los ochenta, en Bogotá, muchos grupos de jóvenes trabajaban en comunidades y en barrios populares con la perspectiva de educación propuesta por el profesor Freire. Me gradué en uno de estos grupos con la influencia de la educación popular y la teología de la liberación. La tesis trata sobre estos grupos de trabajo que realizaban actividades educativas con niños, jóvenes y adultos en los barrios, y que buscaban la transformación social. Desde mi experiencia en estos procesos sociales y políticos fue muy importante la confluencia del pensamiento freireano con los valores y criterios de la teología de la liberación. En general, esta articulación pedagógica, política y teológica fue muy significativa para nosotros en Colombia.

Nita Freire: esto es muy importante. Si puede ayudarlas, les puedo dar una copia de la carta que le escribí al Papa [Francisco]. Yo digo que su papado es el único que se ha preocupado [por lo fundamental]. Hay que pasar por lo humano, es decir, por lo concreto. No puedes evangelizar ni santificar a la gente sin saber quiénes son. ¿El católico o el ateo sólo tienen alma y no cuerpo [en el sentido de necesidades materiales]?, ¿cómo está la cosa? Entonces, éste es uno de los principios fundamentales en Paulo y está contenido en el tema de la teología de la liberación. Eso es, sí, vengo a salvar almas, pero tengo compasión por los hombres y las mujeres que tienen hambre, que no tienen hogar, que no tienen escuela, que no tienen medicinas; tengo empatía con la lucha en favor de que tengan condiciones de dignidad humana, para que estas condiciones sean la norma. Creo que éste es un punto de partida muy importante para que lo desarrolles. Gustavo Gutiérrez le pidió a Paulo una cara más pedagógica, una cara más didáctica [de la teología de la liberación], y eso fue lo que hizo Paulo.

No puedes escribir una tesis sobre este tema sin leer el libro Acción cultural por la libertad y otros escritos. Debes estudiar este libro en profundidad.

[En el momento de la entrevista no había leído los demás escritos incluidos en la edición de este libro. Nita fue muy certera en su recomendación. Otro escrito de este libro se titula “El papel educativo de las Iglesias en América Latina”, que se publicó en su primera versión en inglés como Education, Liberation, and the Church (1973). En él, Freire habla del propósito político de concientización de la educación y también sobre la neutralidad educativa y religiosa. Durante la entrevista no pudimos profundizar en estos contenidos, pero el lector interesado puede consultar directamente el texto, especialmente la parte que trata sobre la teología de la liberación.]

Patricia Sierra: profesora, ¿qué tan frecuente fue la comunicación del profesor Freire con los sacerdotes de la teología de la liberación?

Nita Freire: no hubo sólo una comunicación activa entre ellos. Paulo sistematizó y “pedagogizó” la teología de la liberación. La relación fue muy profunda; de ahí mi interés en publicar sobre el tema. Tengo algunas cartas de Paulo de las que llevé una copia manuscrita al Papa. La copia que hice especial para él quedó muy bonita. Esa carta la dirigió Paulo a una persona que estudiaba en Alemania y en ella habla sobre la teología de la liberación. Paulo vivía en Suiza y el asesor del estudiante le dijo: “¿por qué no te encuentras con Paulo Freire? ¡Está muy cerca!”. Pero siempre está presente esa historia de no tener dinero. El intercambio de cartas sobre la teología de la liberación con el estudiante siguió y de ahí surgió el libro. Cuando este estudiante terminó el seminario dejó el sacerdocio y, muchos años después, cuando ya estaba de regreso en Brasil, me dijo que pensaba que como había estudiado en Alemania y sus estudios los habían financiado los salesianos, los escritos les pertenecían. Entonces me dio copia de una de las cartas. Esa fue la única carta con la que me quedé.

[Nita recuerda que, por esa razón, una de las peticiones que le había hecho al Papa Francisco era que le permitiera abrir los archivos vaticanos con algunos sacerdotes para rescatar las cartas de Freire y luego poder analizar la influencia del pensamiento freireano en la teología de la liberación. Éste es un importante tema de investigación.]

Olvidar las preguntas por las que llegaron desde la experiencia de la conversación

Carmem Machado: Marcos Reigota nos pidió formular tres preguntas que nos gustaría hacerle a Nita Freire y enviarlas por correo electrónico antes de nuestra reunión. Yo no pude formular las preguntas, porque todas se referían a las obras de Freire y no a su esposa, Nita. Sin embargo, yo quería saber quién fue la mujer con la que Paulo Freire compartió sus pensamientos, y aunque no envié las preguntas por correo electrónico, tuve la oportunidad de participar en la reunión. De hecho sí redacté algunas preguntas antes de ir a la casa de Nita, pero las guardé conmigo.

Así que me veo en la oficina de Nita Freire, una fría tarde de junio. Sentada en el sofá, escuchando las preguntas que prepararon mis compañeras. Mientras escucho las respuestas de Nita, mis ojos vagan por la habitación. ¡Cuántos objetos de arte!, ¡cuántos recuerdos y cuántos momentos vividos! ¿Cómo es revivir y contar las historias vividas de alguien a quien amas sin dejarte consumir por la nostalgia?

Las fotografías de Paulo Freire están por todas partes: en la pared, en los aparadores, en los cuadros y entre los muchos obsequios que recibieron durante sus viajes. Su presencia es tan viva que nos da la sensación de que, en cualquier momento, aparecerá en la habitación y nos saludará.

Nita Freire: entonces, ¿usted fue la única que no me envió las preguntas por correo electrónico? [risas].

[Las preguntas que había preparado ya no tenían sentido después de lo vivido y escuchado esa tarde. Pero surgieron otras durante nuestra conversación. El siguiente texto es un relato reflexivo, que trae algunas preguntas y respuestas.]

Carmem Machado: miro esta habitación y veo el cuidado puesto en la estética con los objetos elegidos, los colores, el ambiente que creaste para recibir a las personas que vienen a tu casa, un lugar para entrevistas e intercambio de experiencias. Hay belleza en este lugar. Hay una pedagogicidad indiscutible en la materialidad de este espacio, pero también una belleza femenina. ¿Cuál es tu relación con la estética y el arte?

Nita Freire: estoy organizando un libro para publicar que se llama La lectura de la palabra “bonita” en Paulo Freire, porque a Paulo le dio por llamarme “bonita”. Solía escribir notas diciendo “mi bonita”. En la portada del libro Nós dois (2012) hay una de esas notas donde escribe “bonita”. Yo insistí en ponerla. Es una palabra que está en el diccionario, pero nadie la usa; él, en cambio, le dio mucho valor. Paulo comenzó a usar la palabra “bonita” en la literatura educativa después de nuestro matrimonio. Entonces, si él escribió más bonito, si valoró lo bonito, esto es sinónimo de estética y ética.

[Nita nos cuenta que Paulo raras veces se reía a carcajadas, pero tenía buen humor, tenía alegría constante…]

Nita Freire: y cuando le decía cosas como “qué guapo andas, Paulo”, sus ojos se iluminaban como un faro. Las relaciones se hacen de amistad, confianza, complicidad y también de plantear tus opiniones, discutir sobre las cosas. Paulo era un hombre muy divertido: cuando discutíamos porque nuestras opiniones diferían, yo hacía críticas contundentes, con respeto, pero a veces él no estaba de acuerdo y se quedaba ahí, pensativo. Hubo discusiones, pero nunca faltas de respeto con gestos o peleas; nunca hubo eso entre nosotros. Volviendo a la estética, ese cuidado por la estética despertó tanto en el interior de la casa como en la pedagogía y en la forma de vestirse: sin riqueza, pero siempre bien arreglado.

Carmem Machado: y el viaje a España...

Nita Freire: yo fui quien lo llevó a conocer España. Se quedó asombrado con el baile típico, que es una cosa lindísima. Le gustaban los tangos cantados y bailaba; le gustaban las sambas, la música brasileña y la música clásica desde antes de que estuviéramos juntos. Conocí a Paulo cuando tenía cinco años. Fue a estudiar a la universidad para la cual mi padre le otorgó una beca. Sin ella no habría podido continuar sus estudios. Tengo buena memoria y recuerdo al Paulo de este tiempo. Era una presencia muy fuerte en nuestra casa. Estaba enormemente agradecido con mis padres, decía que como intelectual estaba hecho de generosidad y de ayuda.

Carmem Machado: pero, ¿quién es Nita?

Nita Freire: Paulo se convirtió en una persona querida en la vida de mis padres, quienes siempre tuvieron mucha fe en él y mucha esperanza. Sentían que era una persona diferente. Paulo tenía poco más de 20 años cuando mi madre se fue al interior; hay una carta, que transcribo en un libro, en la que decía: “Ven Anísio, ven, quédate aquí unos días, deja que Paulo Freire se encargue de la escuela”. Yo era muy joven, por eso esta carta muestra el grado de confianza que mis padres le tenían. Me acostumbré a ver a Paulo toda mi vida.

Carmem Machado: pero, ¿y Nita?

Nita Freire: cuando me casé por primera vez me fui a vivir a São Paulo; al final de cada año iba a Recife para quedarme con mis padres. Paulo siempre estaba ahí. Cuando murió mi hermano nos visitaba todos los días. Era una presencia muy viva en nuestra familia.

[Nita fue alumna de Paulo en la escuela de su padre, a los 11 años. En medio de nuestra conversación recuerda las clases de portugués.]

Nita Freire: Paulo se convirtió en lo que forjó a través de su esfuerzo, porque las personas se transforman desde sí mismas; sin embargo, es importante que otras personas también crean en nuestro potencial, por eso necesitamos de otras personas... como dice Ortega y Gasset... “yo soy yo y mis circunstancias”. Necesitamos al otro para que pueda darnos su opinión. “Tú eres eso”, es lo que te da el otro. Mis padres le dieron esto: “eres un chico capaz, inteligente, involucrado, serio, comprometido”. Todo este apoyo se le dio a través del bachillerato. El primer trabajo que le dio mi padre fue como inspector de estudiantes. Se quedó un año o dos y poco después fue profesor de portugués.

Carmem Machado: ¿y Nita como mujer, madre e investigadora?

Nita Freire: viví un periodo muy complicado en la maestría, con una profesora aún más complicada que era mi asesora. Antes de llegar al final me di por vencida y decidí dejar el estudio. Poco después falleció mi esposo Raúl y la universidad donde yo trabajaba comenzó a exigir ese título. Fue a principios de los ochenta que fui a la universidad y pedí volver y, por suerte, había tanta deserción que el Ministerio de Educación había abierto la posibilidad de que la gente regresara sin perder sus créditos, pero con una condición: escribir la tesis en el curso de un año. Decidieron que Paulo sería mi asesor, así que no fue mi elección. Paulo regresaba del exilio y yo regresaba a mi maestría. En esa época Paulo perdió a su esposa.

[Nita nos dijo que Freire no trabajó durante varios meses.]

Nita Freire: un día lo llamé y le dije que me iba a dar por vencida. Era el sostén de muchas cosas: mis tres hijos ya eran independientes, pero mi hija menor todavía dependía de mí. También mi suegra, y no podía atender el tiempo de clase y pagar todo lo que había que pagar. Paulo escuchó con atención y dijo: “ah Nita, tú sabrás, pero te haré una sugerencia: terminas la tesis y luego decides” [risas].

Carmem Machado: eran amigos, entonces. ¿Podría decirnos cómo se dieron cuenta de que había algo más que una relación de amistad?

Nita Freire: tengo esto muy presente. Sucedió en 1987, pero es como si hubiera sido ayer. Lo tengo grabado en mi cuerpo, en mi piel, en mi ser. Y no sólo éste, sino todos los momentos que viví con Paulo. Fue más o menos así… Siempre estaba en la casa de Paulo. Solía recibir a sus aprendices en su casa. Yo y otros estudiantes llegábamos temprano y nos quedábamos hasta la hora del almuerzo. Paulo nos leía, nos mostraba cosas, escuchábamos música, recomendaba libros y siempre nos invitaba a almorzar. Siempre hice grabaciones de estas reuniones. Ya me había echado el ojo, pero yo todavía no me había dado cuenta. En una de estas reuniones me pidió que me quedara un poco más. Ese día me dijo, en un tono muy sutil: “Nita, te ves preciosa”. Luego, por segunda vez el mismo día, volvió a decir: “Nita, te ves muy hermosa, como en tu juventud”. Ese momento fue sólo emoción, pero luego me dijo: “mira, me voy a cortar el pelo porque voy a viajar, pero quisiera que te quedaras aquí, que me esperaras”. Le dije que no podía quedarme, que tenía que irme a casa, pero insistió. Cuando regresó me preguntó si me gustaba su cabello, y luego volvió a decir “Nita, eres tan hermosa”. Cuando lo dijo por tercera vez estaba segura de que quería acercarse a un cariño hombre y mujer. Fueron mis risas las que dijeron “quiero”… y así empezamos.

Carmem Machado: entonces, cuando decidieron permanecer juntos, ¿él era su asesor?

Nita Freire: sí, pero de inmediato Paulo le informó al director del programa en la PUC que la naturaleza de nuestra relación había cambiado. Hablando muy en serio, dijo: “fui su tutor, maestro, consejero y ahora soy su compañero amoroso, así que ya no puedo seguir siendo su consejero”. Nos casamos a principios de 1988 y vivimos juntos 10 años muy intensos. Él era muy ético.

Carmem Machado: ¿y la Nita profesora?

Nita Freire: un día Paulo me preguntó: “¿cómo va a ser esto?, ¿enseñas de noche y mientras tanto yo te espero? Nos casamos siendo mayores y ahora no podré aceptar invitaciones internacionales, no puedo hacer esto o aquello”. Me quedé pensando en eso durante varios días. En ese momento trabajaba en la Faculdade Moema, que se estaba vendiendo y la mayoría de los profesores se había ido. Aproveché el momento y decidí irme también. No me arrepiento. Llevaba tres años enseñando en la universidad y dejé de trabajar para sorpresa de todos. La gente decía: “¿qué quieres decir con que tú, mujer emancipada, que sabe cosas, deja de trabajar?, ¿por qué te casaste?”. Me casé con Paulo Freire, pero no como un simple acto de casarme. Si se hubiera tratado de otra persona no me hubiera detenido. Las circunstancias que me fueron dadas, ofrecidas por el destino, como regalo, por la gracia de Dios, me permitieron acercarme a Paulo como mi esposo, como mi hombre. No podía dejarlo de lado, así que elegí quedarme con él. No creo que eso me hiciera menos porque crecí mucho intelectualmente a su lado, así como discutiendo con otros intelectuales. Elegí quedarme con él y no me arrepiento en absoluto.

[Según Nita, esta dinámica convivencia de la vida con otros pensadores contribuyó a su crecimiento intelectual. Siguió los pensamientos de Paulo Freire, pero no se estancó; siguió estudiando, investigando y haciendo su doctorado después de casarse.]

Nita Freire: entonces, respondiendo a tu pregunta, soy más o menos así: soy una mujer inquieta, una mujer valiente; he pasado por muchos desafíos y muchas frustraciones. Los dos vivimos una historia de vida plena en todas las dimensiones que un hombre y una mujer pueden vivir en la construcción amorosa de su vida cotidiana.

[Nita nos cuenta que la misión de continuar el pensamiento y el trabajo de Paulo la hizo recrear la vida.]

Nita Freire: cuando comencé a organizar los materiales y a publicar sus escritos inéditos, esto le dio sentido a mi nueva vida sin su presencia, aunque él seguía a mi lado todo el tiempo. Han sido tiempos difíciles, de trabajo emocionalmente duro y, a veces, agotador.

Carmem Machado: en los libros de Paulo Freire siempre nos invita a caminar por el patio trasero de su casa, y cuando llegamos a ese patio trasero nos invade una atmósfera de olores, sonidos y colores de este lugar. ¿Cuáles serían los colores, olores y sonidos que podrían describir estos momentos de inmenso amor en los que vivieron juntos?

Nita Freire: ¡no creo que me hayan preguntado eso nunca antes! [los ojos de Nita se vuelven hacia adentro; sus ojos se ponen llorosos y tras un profundo suspiro responde]: un color... creo que era el azul. Pasábamos horas y horas mirando al cielo, sin decir una palabra.

Carmem Machado: una música que te recuerde un momento entre tú y Paulo.

Nita Freire: una canción... creo que era Bachiana No. 5 de Villalobos. Es una canción que me conmueve mucho. En la película sobre la vida de Villa- lobos lloré tanto... Hizo esta canción para su segunda esposa. Hay cierta similitud con mi propia vida entre su primera y su segunda esposa. Es algo que hasta el día de hoy me conmueve mucho.

Carmem Machado: un olor de un momento especial que hayan vivido juntos.

Nita Freire: yo diría que Chanel No. 5, porque huele a jazmín y Paulo amaba el jazmín. Creo que es el mejor perfume del mundo. Nunca lo tuve hasta... la última vez que fuimos a Nueva York, un mes antes de su muerte. Dijo que lo iba a comprar, y yo le dije que no, porque era muy caro.

[Nita nos contó que al regresar a casa de ese viaje todavía estaba muy herido por ese incidente y había ido a quejarse con el hijo de Nita de que había rechazado un regalo suyo.]

Nita Freire: mi hijo trató de convencerme y me dijo: “madre, piensa cuántas veces usarás este perfume, cuánto durará este perfume”. Me habló de costos y beneficios. Al día siguiente, fuimos a una tienda y compramos el perfume.

[Nita nos cuenta que el día que compraron el frasco de perfume las vendedoras estaban repartiendo carteles que tenían un frasco de perfume pintado.]

Nita Freire: ...entonces hice pintar un cartel para recordar ese olor, su cariño y sensibilidad, porque hay esposos cuyas esposas hablan toda su vida de querer algo y ellos fingen que no escuchan.

La crianza que me dio mi madre fue así: una mujer no le pide cosas a un hombre, así que cuando llega algo valioso, es como si estuviera obteniendo algo de él. Pero no fue así, porque desde el principio fue espontáneo. Nunca -o rara vez- pedí cosas. Paulo fue generoso. Recuerdo una vez que fuimos a Japón. Mi cuñada compró muchas joyas con perlas, a pesar de que en Japón las perlas son muy caras. Paulo y yo fuimos a una demostración, me dieron una cajita de regalo y, cuando la abrí, encontré un collar de perlas. Casi me muero de alegría. Regresamos al hotel porque teníamos una cena programada. Quería usar el collar que me compró, así que al abrir la caja vi la palabra “simulación” en un sello. Paulo venía saliendo de la ducha; le mostré el collar y el sello. Me abrazó y me dijo que me daría uno de verdad. Cuando estábamos en Ginebra, dijo que saldríamos a comprar el collar que me había prometido. Yo le dije que no lo necesitaba, que era asunto concluido, que lo dejara ir. Pero Paulo insistió. Fuimos a la tienda donde siempre compraba sus relojes y compró el collar. Todavía lo tengo.

Te digo, la sensibilidad de Paulo en las cosas conmigo, sus ganas de darlo todo eran muy fuertes. Paulo se entregó por completo a mí, como yo también a él. Mi forma de ser lo influenció tanto como su forma de ser a mí.

Afectos en la vida cotidiana

Nita Freire: siento modestamente que estoy reconociendo más mis cualidades, sobre todo después del encuentro que tuve con el Papa. Nuestra conversación provocó algo en mí que me dio poder. Era como si escuchara una voz interior que decía: mira a la mujer que eres, mira lo que estás provocando aquí en el Vaticano, mira lo que estás despertando.

Soy una mujer extremadamente seria y congruente. No me vendo, no tengo precio. Cuando no me gusta una cosa, una persona, me pongo en contra de forma obstinada. Y cuando me gusta, me pongo obstinada a favor, es decir, no soy flexible, voy y lo digo todo desde el principio. Creo que es muy importante para mí encontrar mi destino como persona, como cristiana, como continuadora de la obra de Paulo. Sé exactamente cuál es mi función y eso me da una gran tranquilidad, me da seguridad. Yo soy eso, no sé si más que eso. Me siento muy orgullosa de saber que fui muy amada por dos hombres. Y sólo eres amada por lo que haces. El amor se construye todos los días; el amor del hombre y la mujer se construye así, todos los días.

Patricia Sierra: pero ¡construir la relación cada día es muy difícil! Muchas de las cosas que experimentó con el profesor Freire son cosas que a todas las mujeres les gustaría experimentar con su pareja.

Nita Freire: qué hombre se te acerca y te dice: “¿qué quieres que hagamos juntos hoy?”. Eso es complicidad. Hay que vivirla y valorar al otro que te está dando la oportunidad. Y si la mujer responde “lo que sea”, se cortará toda la diversión. Hay que tener reciprocidad. Hay gente que me pregunta cómo logré ser tan feliz, yo respondo que, primero, por la madurez que teníamos. Yo elegí estar con Paulo; dejé de trabajar y viajé con él, trabajé con él y estaba ahí siempre; con esa complicidad, esa confianza. Y nunca pensé que Paulo saldría a la calle y me engañaría con otra mujer; aunque hay que reconocer que tenía muy pocas oportunidades, porque yo siempre estaba a su lado. Hay que confiar el uno en el otro, hay que tener mucho amor y amistad y hay que tener una vida sexual muy gratificante, muy acoplada, porque sin esta parte sexual el matrimonio no va bien. Sobre todo en los primeros años de matrimonio, Paulo se escondía detrás de la puerta y me silbaba para que lo buscara. Tenía esas cosas de niño. Los intelectuales en general tienden a ser fanáticos y prejuiciosos, engreídos, como pavorreales. Paulo nunca fue así. Éstas son las pequeñas cosas que hacen grande la relación, las pequeñas cosas que experimenté con Paulo. En la biografía transcribo una carta de Eduardo Galeano que escribió después de leer las crónicas que yo había escrito. Por la forma en que la carta está en el libro Nós Dois, Galeano hace una parodia de la alegría de Paulo con el balón de cuero. Paulo en parte se quedó como niño. Se dio el derecho de vivir su lado de niño mientras que los adultos generalmente no se dan ese derecho; a veces no saben cómo vivir ese lado y se avergüenzan de él. Fue éste el parecido que encontré entre Paulo y el Papa, porque no le da vergüenza contar chistes en medio de sus discursos serios, en momentos serios.

Andréia Ramos: ¡eso es realmente bueno! Qué importante es el afecto en nuestra vida... Yo también estoy en mi segundo matrimonio, él es maestro y trabajamos juntos, nos criamos juntos, y es una gran experiencia de aprendizaje, pero todavía tengo mucho que aprender después de escucharle. Creo que él realmente apreciará que haya venido aquí.

Nita Freire: creo que este intercambio de amor es muy importante; lo que tiene que salir mal, si algo sale mal, nos sale mal en el primer matrimonio. Cuando somos muy jóvenes y estamos casados cometemos muchos errores. Yo siempre cometí errores. El error, como solía decir Paulo, es el término lógico de un salto cualitativo para hacer lo correcto. En términos emocionales, podemos reconocer los errores que cometimos para no cometerlos más. Por eso creo que el segundo matrimonio tiene esta ventaja.

Después de dejar Roma, mi hija y yo hicimos un pequeño viaje porque a ella le encanta Italia. Fuimos a la Costa Amalfitana y, en el hotel en el que nos estábamos quedando, había una mesa justo en la esquina desde donde se veía el mar. Era la mejor vista del mar. Muy lindo. Después tratamos de reservar esa misma mesa para la noche, pero la recepcionista nos dijo que ya había sido apartada por una pareja, y que era una cita especial para ellos. Más tarde llegó la pareja, que venía de India. Vimos al hombre muy enamorado y a ella enamorada del celular. Toda la noche con el celular. Y yo pensé: ¿hasta cuándo este hombre amará a esta mujer? Imposible que dure mucho tiempo, porque la reciprocidad es lo que construye.

Ética, posicionamiento político y la presencia siempre actual de Freire

Andréia Ramos: ¿y cómo fue la relación con la ética en Paulo Freire, es decir, respecto del posicionamiento político y ético en la educación, especialmente en este mundo capitalista contemporáneo?, ¿cómo podemos pensar en esto siendo maestros?, ¿cómo sería la perspectiva ética en nuestra vida, no sólo en la enseñanza, sino en nuestra vida cotidiana en general?

Nita Freire: Paulo creó una ética, porque había una ética tradicional, la ética que viene desde los primeros tiempos, en la que hombres y mujeres se organizaban en sociedad y creaban códigos, códigos de ética de lo que se puede y que no se puede, lo que se hace bien y lo que se hace mal; y esto se manifiesta de diferentes formas en las distintas sociedades del mundo. Lo que es ético para nosotros no siempre es ético para el estadounidense o para otras personas. Ahora, en general, se trata más de moralidad, que es diferente; la ética está más orientada hacia una ética humana universal.

El filósofo argentino y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, Enrique Dussel, dice que Paulo creó la ética de la vida, porque la ética busca la vida. ¿Cuál es el fundamento de la ética? Dussel dice que, para Paulo Freire, la base de la ética es la vida. Paulo defendió la vida de los oprimidos, los desvalidos, los vilipendiados. Toda la literatura de Paulo se basa en esto, en la defensa de los sometidos, que son los oprimidos. Es la ética de la vida, de dignificar la vida. La ética tradicional no es ética; es la ética del mercado o lo que creó el neoliberalismo, el dios es el dinero, el lucro, el capitalismo. Por eso a veces me irrita cuando la gente dice que sólo hay corrupción en Brasil. La corrupción es un hijo directo del capitalismo. El capitalismo no puede vivir sin corrupción. Para que se hagan una idea: mi segundo hijo, que vive en Estados Unidos, envió una lista de los mil y tantos políticos estadounidenses que están encarcelados porque recibieron sobornos. En el mundo donde existe el capitalismo, el soborno es parte de su naturaleza y forma parte de la ética del mercado; aceptas un soborno y finges no recibirlo: “no es culpa mía, es culpa del tipo que vino a corromperme”. Luego el corruptor dice que no podría hacer negocios si no corrompía a la otra persona. Estamos en esta dinámica perversa.

Paulo crea la ética que justifica la vida humana: lo que da dignidad es la vida. Y dicen que era ecologista, porque valoraba la vida, tanto la vida humana como la de todos los demás seres animales y vegetales. Paulo incluso valoraba los minerales y recogía las pequeñas piedras que encontraba en el camino. Amaba a los seres que forman parte de la vida. Tenía una enorme lealtad por su perro, tanta que incluso aparece en una de las crónicas. Fue un intercambio de lealtad: el perro le dio seguridad, custodiaba la casa, y Paulo le dio a él la fidelidad de considerarse su amigo, de llorar profundamente cuando murió.

Esta cuestión de la ética en Paulo se refiera a que Paulo estaba a favor de todo lo que pudiera funcionar a favor de la vida, de ahí que desarrollara virtudes como la tolerancia. Él decía que era inconcebible un maestro que no perfeccionara sus cualidades con tolerancia, con respeto. Paulo luchó contra la violencia, contra lo que existe en el mundo hoy: las guerras, la homofobia; luchó contra toda forma de intolerancia, de explotación y de humillación. Contra todas esas cosas que existen en el mundo y de las cuales Paulo se hizo consciente, porque él decía:

...tienes que ser definido, porque la vida es una decisión política; el conocimiento, la educación, son de naturaleza política; yo educo a mi hijo para que sea un hijo de ricos que va matando gente yendo a 200 kilómetros por hora y faltándole el respeto a todos, o yo educo a mi hijo para embellecer el mundo, en el sentido de la cuestión estética.

Para Paulo, la ética y la estética van de la mano. No sé si te lo expliqué bien.

Andréia Ramos: lo que usted me dijo explica lo que me gustaría saber. Usted mencionó que el libro Pedagogía de la autonomía es como un testimonio de Paulo Freire. Hoy, en la academia, me pregunto por el trabajo de disertaciones y tesis que hacen muchos investigadores. ¿Por qué estudias? ¿Por qué haces una investigación? Hemos visto que muchas investigaciones están archivadas y no tienen un carácter transformador hacia la autonomía, hacia la dignidad de la vida de ese sujeto que allí está. Por tanto, leer Pedagogía de la autonomía es un ejercicio para ser docente político. Evita que uno se quede atrás, en un estilo de vida sedentario intelectual, en el que es más fácil acomodarse que transformar. Paulo Freire no era así.

Nita Freire: no, Paulo no era así. Paulo luchó hasta el último día de su vida por hacer un mundo más democrático, más bello. Luchó con toda la fuerza que ya no tenía para que el mundo fuera mejor. Sobre este tema de la ética, Paulo decía: “mira, los seres humanos creamos ética y, porque creamos la ética, somos los únicos que podemos oponernos a la ética, somos seres antiéticos”. Porque es un hecho cultural que hacemos lo que queremos con lo que creamos. Creamos un comportamiento ético y también un comportamiento poco ético. Quiero decir, Paulo decía: “nunca escuché que, en una familia de leones, un león haya visitado a la familia que perdió a uno de sus cachorros pretendiendo sufrir por el cachorro que murió. No hay tal cosa entre los leones, ni entre los perros ni entre los animales; sólo existe entre los animales humanos, que son capaces de transgredir la ética”. Paulo se ocupó de las cosas obvias y por eso fue tan radical y profundo. El analfabeto lo es del lenguaje escrito, pero habla, así que para saber más partiré de la alfabetización de palabras conocidas. Esto es algo más que obvio, pero nunca antes se había pensado en ello.

Andréia Ramos: estar aquí, como dije, es un gran placer y una alegría. Mañana les contaré a mis estudiantes que tuve esta oportunidad, si me lo permites, porque ellas prepararon un seminario sobre el pensamiento de Paulo Freire. Son, en su mayoría, chicas muy jóvenes apasionadas por las ideas de Paulo Freire.

Nita Freire: Paulo tenía la capacidad de tocar a la gente. La presencia de Paulo, su figura, expresaban su propósito; a donde llegaba, así fuera al mercado, todos miraban a Paulo, lo observaban.

Patricia Sierra: hasta hoy, profesora, Paulo Freire nos sigue marcando. Cuando los alumnos que trabajan conmigo en Colombia lo leyeron por primera vez, no lo olvidaron; quedaron marcados. Mi conclusión es que Paulo Freire vive, porque sus ideas son válidas para nuestra sociedad actual.

Nita Freire: sí, eso me dijo el Papa [Francisco] que era un joven estudiante cuando se publicó en inglés Pedagogía del oprimido. La primera edición sólo salió en inglés porque en Brasil era la época de la dictadura del general Médici, que fue la peor de todas. En 1970 salió en Estados Unidos y se tradujo al español, italiano y francés, y recién saldría en Brasil en 1974, cuando la censura soltó un poco la cuestión de los libros. Como poca gente leía, allí lo soltaron.

Toda conversación sobre la vida pasa por las fotografías que activan los recuerdos

[En la parte final de la entrevista, Nita nos permitió conocer algunas de las fotografías tomadas con el Papa Francisco en el año 2015. Con las imágenes en la mano, la conversación continuó con más soltura...]

[En una foto se lee la siguiente dedicatoria del Papa:] “A Nita Freire, con la alegría de haberla conocido. Que Dios le conceda fuerza, bondad y sentido del amor. Saludos cordiales, Francisco”.

Nita Freire: eso fue fantástico. Anunciaron a Ana María Freire, Ana María Freire y cuando entré el Papa recordó que me conocen como Nita.

Carmem Machado: ¿por qué “Nita”?

Nita Freire: es el apodo que me puso mi madrina cuando nací. Ana María era muy grande, y como yo era muy pequeña, Nita se quedó.

[Nita continuó leyendo la dedicatoria:] “Cordialmente Francisco. Vaticano, 24/04/2015”. Luego lo lee y pregunta si estaba bien. Es una generosidad, una gran humildad.

[Otras fotografías fueron apareciendo y con ellas otros recuerdos...]

Nita Freire: cuando Paulo tomaba un libro, en cualquier lugar (bibliotecas, por ejemplo), lo miraba, leía la contraportada, la solapa, cerraba el libro, a veces lo olía, miraba el índice y así sabía cómo sería. Paulo era muy delicado al tocar a la gente. Tenía la costumbre de tocar el hombro, y una vez en Chile, caminando al lado de un amigo, tocó el hombro de otro. Este joven se agitó bastante y le reclamó diciendo que no debería hacer eso porque era cosa de homosexuales. Paulo se disculpó diciendo que en Brasil lo hacía todo el tiempo y que allá era normal. El joven se volvió para proferir palabras muy fuertes sobre los hombres de Brasil. Paulo se quedó quieto, callado. Unos años más tarde, en un seminario en África, durante el receso el decano se acercó a él, le tomó la mano y comenzó a caminar con él. Paulo pensó: “¡Dios mío, si algún brasileño me ve así, estaré frito!”. Luego empezó a fingir que tosía para soltar la mano del decano y dijo: “pude ver la fuerza de la cultura”.

[Al finalizar nuestro encuentro, Nita hizo un balance de la conversación con las siguientes palabras.]

Nita Freire: creo que ayudaron mucho [con esta conversación]. Veo en sus ojos la sonrisa contenida en la provocación de esta charla. No puedo hablar con la gente, con el público, con todos los que me miran sin mostrar una expectativa positiva respecto de lo que sé, lo que puedo trasmitir y decir, así que creo que ustedes como mujeres son muy sensibles. Los hombres rara vez se ponen así, en esa posición. Rara vez. A veces cuando empiezo a decir que Paulo era así, algunos se relajan un poco, pero la educación es muy estricta para los hombres y no lo es tanto para las mujeres. Nosotras podemos manifestar nuestros deseos y ansiedades con mucha mayor facilidad que los hombres, y creo que ustedes lo hicieron plenamente. Fue hermoso. Disfruté mucho hablar con ustedes, intercambiar ideas, responder a la provocación que hicieron. Creo que mis respuestas también fueron provocadoras para ustedes; creo que van a pensar mejor algunas cosas.

Lo que queda de este encuentro y conversación entre mujeres…

Andréia Ramos: la presencia de Paulo Freire se hizo más fuerte en mi vida con mi ingreso al Doctorado en Educación en la UNISO, cuando tuve la oportunidad de recontextualizar su pensamiento. Conocí a Paulo cuando era una joven estudiante en el curso de docencia en la escuela secundaria y, como licenciada en pedagogía, leí Pedagogía de la autonomía. Realicé más lecturas, de manera más intensa, en el doctorado, con el estudio de los artículos y los libros que indicaba el profesor Marcos Reigota. Estas lecturas potenciaron en mí el deseo de profundizar aún más en las formas de pensar freireanas.

Este deseo se manifestó con más intensidad en el encuentro con Nita Freire, un momento bordado de dulzura y cariño. En este evento pude sentir la presencia ética (Freire, 2009) de Paulo Freire en la sala de la casa, sentado entre nosotras, con su mirada serena y a la vez pensativa, escuchando la conversación entre mujeres. El encuentro estuvo marcado por un diálogo amoroso (Freire, 2014a), impregnado por el ambiente del lugar, los objetos de la casa, las risas y los afectos, que hicieron aún más hermosa esa tarde de invierno.

Durante la conversación con Nita imaginé la vida de Paulo Freire con ella. Una escucha sensiblemente poblada por las ideas de los libros que ya había leído de Paulo Freire y de los libros que aún no he leído; por mi compromiso ético, político, estético y pedagógico como mujer, madre, alumna, docente, investigadora, compañera; como personas, personas que aman y quieren cambiar las cosas, inspiradas en Paulo Freire.

Hoy, después de este encuentro, pienso en lo que quedó registrado en mi cuerpo, en mi piel, y que resonó, cariñosamente, con las palabras de Nita Freire. Fortaleció en mí el interés por el pensamiento de Paulo Freire y me motivó a ejercitar prácticas freireanas en el aula, con estudiantes de grupos sociales marginados (Reigota, 2010), inspiradas en las ideas que Paulo Freire dejó, principalmente, en Pedagogía del oprimido (2014a), Miedo y osadía (Freire y Shor, 1986), Pedagogía de la autonomía (2009), Pedagogía de la indignación (2014b) y Acción cultural por la libertad y otros escritos (1981).

Así, continuamos nuestra conversación esa fría tarde de invierno, que se hizo acogedora gracias a las redes de afectos. Hacia el final del encuentro, Nita nos regaló un libro que Paulo escribió con Donaldo Macedo, Alfabetização: A leitura do mundo, precede a leitura da palavra (2011). Me conmovió su amabilidad porque escribió una hermosa dedicatoria: “Para Andréia, con mi alegría de haberla conocido”. Incluso nos llevó a su estudio y nos dio una tarjeta con sus datos personales para que pudiéramos seguir con contacto. Una actitud perfumada de afectos.

Salí de la casa de Nita Freire sorprendida por su bienvenida, conmovida por el cariño de Paulo Freire y respirando gratitud. El sabor del café y de los dulces, el olor de la sala de estar quedan grabados en mis memorias afectivas, llenas de encanto. Y con las buenas energías del atardecer y el gorjeo de los pájaros, cerramos provisionalmente nuestra perfumada conversación.

Carmem Machado: me parece imprescindible decir algo sobre la importancia del momento en que me preparé para escribir sobre la entrevista con Nita Freire, también sobre el proceso en el que me inserté mientras escribía este texto que ahora estoy leyendo. Este proceso implica la comprensión crítica del acto de leer y escuchar, pero que no termina con la decodificación de la palabra hablada, sino que exige la comprensión de la palabra sentida. Escuché sin juzgar. ¿Realmente no me ha traicionado la memoria, ni mis propios juicios sobre lo que aquí se ha dicho? En este esfuerzo al que me he entregado, recreo y revivo en el texto la experiencia vivida de este rico entendimiento cuando nos lanzamos más allá de las palabras.

Durante la conversación, que no quisiéramos que se convirtiera en una entrevista, cada una de las profesoras-investigadores buscó lo más cercano a sus prácticas pedagógicas para asegurar un encuentro especial. Llevé conmigo la escucha atenta; me avoqué con todo mi cuerpo a escuchar. Recordé el primer contacto que tuve con Nita Freire en la Facultad de Educación Física, en Sorocaba (FEFISO), cuando ella hizo reorganizar todo el escenario para estar más cerca de la gente. Priorizó la conversación a la conferencia y se puso a disposición de la audiencia para responder cualquier pregunta que se le hiciera. Sólo cuando no hubo más preguntas dio por terminada la conversación. Con nosotros eso fue exactamente lo que sucedió: la conversación que comenzó después del almuerzo terminó hasta el atardecer.

Patricia Sierra: esta conversación con Nita Freire fue muy especial para todas. Para mí en particular, como colombiana, significó la realización de un sueño. Paulo Freire marcó mi vida de tal manera que no me ha sido posible separarme de él. Está vivo en mi práctica docente y en mis opciones educativas y políticas. El encuentro con Nita Freire, el desarrollo de una conversación entre mujeres recompuso en mí la fuerza de la circularidad femenina. Para los seres humanos, las relaciones son fundamentales. Somos “seres de relaciones, no de contactos”, dice Freire en La educación como práctica de libertad (1969), por lo que sólo la conversación puede construir el vínculo que caracteriza a las relaciones humanas. En el diálogo, en el intercambio de experiencias de vida, aprendizajes y recuerdos, nos volvemos más ontológicamente.

La amabilidad de la maestra al recibirnos en su casa sin conocernos, la sencillez de su trato, la familiaridad con la que fuimos recibidas y el reconocimiento del valor de la experiencia fueron cosas muy valiosas que estuvieron presentes en el encuentro. La conversación planteó la posibilidad de recordar que el trabajo de Paulo Freire es peligroso porque combina educación con acción política, ¡algo que para muchos profesores e investigadores es impensable en la actualidad! Vivimos tiempos de asepsia: la educación y la política son campos separados. No se reconocen las relaciones de poder y subordinación que están presentes en la educación, y que impiden la construcción de sujetos sociales y políticos. El legado freireano en este momento de la historia latinoamericana es fundamental para el rescate de la autonomía de los pueblos, del valor y la integralidad de la vida, así como de la ética universal del ser humano.

Tras el encuentro mis compañeras y yo continuamos hablando durante varias horas, intercambiando impresiones, inquietudes, compartiendo experiencias laborales… El encuentro con Nita Freire activó la conversación, el análisis, las preguntas sobre la vida, sobre nuestras opciones como mujeres y sobre nuestra propia práctica.

Este diálogo-encuentro con una parte de Brasil fue para mí como un regalo; una oportunidad para aprender y poder replicarlo luego con otros y otras en mi práctica como docente, como investigadora, como mujer. Una experiencia que ha marcado mi vida hasta el día de hoy.

Referencias

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Bonfim, Raiça y Vânia Medeiros (2012), O que é uma casa?, São Paulo, Baobá Artes Impressas. [ Links ]

“Carta aberta do Grupo de Estudos e Pesquisas Paulo Freire”, en: “Carta aberta do Grupo de Estudos e Pesquisas Paulo Freire”, en: https://www.geledes.org.br/carta-aberta-do-grupo-de-estudos-e-pesquisas-paulo-freire/ (consulta: 25 de abril de 2018). [ Links ]

Freire, Paulo (1969), La educación como práctica de la libertad, México, Siglo XXI. [ Links ]

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Freire, Paulo (2009), Pedagogia da autonomia: saberes necessários à prática educativa, São Paulo, Paz e Terra (Coleção Leitura). [ Links ]

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Freire, Paulo e Ira Shor (1986), Medo e ousadia, Río de Janeiro, Paz e Terra . [ Links ]

Reigota, Marcos (2010), “A contribuição política e pedagógica dos que vêm das margens”, Teias, año 11, núm. 21, en: 21, en: http://periodicos.proped.pro.br/index.php/revistateias/article/viewFile/533/446 (consulta: 31 de julio de 2013). [ Links ]

* Conversaciones con Ana Maria Araújo Freire

Profesora honoraria de la Universidad de Lanús (Argentina). Doctora en Educación. Doctora Honoris Causa por la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul-Campus Três Lagoas (UFMS). Viuda de Paulo Freire, ha continuado con la publicación y difusión de su obra. En 2007, la biografía Paulo Freire: una historia de vida fue galardonada con el segundo lugar del premio Jabuti.

1La Dra. Ana Maria Araújo Freire (Nita) revisó el texto y autorizó su publicación. Las protagonistas de estas conversaciones agradecen a la profesora Nita Freire por haberlas recibido amablemente en su casa. También agradecen al profesor Marcos Reigota por su motivación y el contacto que hizo posible esta conversación, así como por su delicadeza al permitir que este encuentro fuera una conversación entre mujeres. Traducción al español: César Ortega, Mtro. en Estudios Latinoamericanos.

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