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Perfiles educativos

versão impressa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.30 no.120 Ciudad de México Jan. 2008

 

Reseñas

 

Examen final: la educación en México (2000–2006)

 

Wendy Jazmín Monroy Jiménez*

 

Cherem, Silvia. México, CREFAL/El Equilibrista, 2006. Dos tomos.

 

* Alumna de la maestría en Desarrollo y Planeación de la Educación, de la Universidad Autónoma Metropolitana–Xochimilco (UAM–X). Esta reseña es producto del seminario de Política Educativa. Correo electrónico: wendyjmj@hotmail.com

 

La educación en México, un campo de tensión en el que actúan desde los padres de familia y alumnos –quienes pocas veces ejercen su poder en aras de una mejor formación y movilidad social–, hasta el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) –cuyas acciones apuntan a preservar su hegemonía–, manifiesta el rezago de años de inercias. Prueba de ello son los nada alentadores resultados obtenidos desde su inicio hasta la fecha en el Programa Internacional para la Evaluación de los estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). En los resultados dados a conocer el 4 de diciembre de 2007 de la prueba de 2006, México obtuvo el último lugar entre los países miembros de la OCDE y el 47 entre 57 naciones que participaron.1 Si esto no bastase para algunos, diferentes investigadores y analistas coinciden en su interpretación de la situación educativa del país, señalando la inequidad, ineficiencia y magros resultados existentes en el aprendizaje significativo de los alumnos y, por tanto, su distancia–miento con las necesidades presentes y futuras de México.2

Esbozando un panorama de los logros por cumplir y de los ya alcanzados del 2000 al 2006 en materia educativa, la periodista Silvia Cherem, con reconocida trayectoria en periodismo cultural y experiencia en reportajes, crónicas y especial interés en entrevistas a personalidades, presenta a profesores, padres de familia, alumnos, autoridades e interesados en la materia su obra en dos tomos Examen final.

Aunque no de manera explícita, se entiende que el propósito de la obra es, en primera instancia, que el lector acceda al testimonio y producciones críticas de funcionarios, intelectuales y académicos de la educación para comprender, a partir de textos serios y fundamentados, la situación del país en esta materia. Las expectativas al sacar a la luz pública esta obra, me parece, no se detienen ahí, sino que se proyectan con el fin de que sea un punto de referencia para las autoridades en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006–2012). En el libro se confrontan las opiniones con la realidad en temas tales como el programa Escuelas de Calidad (PEC), control sindical, evaluación, financiamiento, reestructuración de la Secretaría de Educación Pública (SEP), carrera magisterial, rezago educativo, entre otros, aportando elementos valiosos para construir un diagnóstico que encauce futuras acciones.

El primer tomo lo constituye una entrevista a profundidad realizada a Reyes Tamez Guerra, secretario de Educación Pública del periodo en cuestión. Relata cómo su camino inició con el sueño de ser un exitoso deportista, desviándose por una lesión a la investigación científica y ligándose a la docencia. Ya en el campo educativo, mostraba su disconformidad con la calidad de la educación. Fue rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León y ocupó la titularidad de la SEP en el gobierno de Vicente Fox. Después de este acercamiento a algunos aspectos de su itinerario previos a su nombramiento, es cuestionado por Cherem en torno a las decisiones tomadas en el sexenio.

Tamez hace énfasis en la evaluación como punto de partida fundamental, lo cual responde a los lineamientos de organismos internacionales. Resulta interesante la manera en que aborda la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), eje de su proyecto de trabajo. Reconoce que, contrario a las metas planteadas en el Programa Nacional de Educación, el INEE surgió por decreto como una entidad dependiente de la SEP y señala el riesgo que esto implica a la autonomía de su importante labor como un organismo que dé a conocer información sobre el desempeño del sistema educativo a la sociedad. También advierte sobre la posible politización de la junta directiva del INEE, que lo transformaría de una instancia académica a un aparato inútil e improductivo.

Sin embargo, me parece condescendiente y contradictoria su posterior afirmación sobre el consejo técnico pues lo enmarca como la fortaleza del INEE, que hace cumplir criterios técnicos que permiten evaluar lo que se pretende, eligiendo esta solidez de las evaluaciones que realiza sin importar que el costo pudiera implicar que el organismo no contara con autonomía. ¿Será que el INEE, sin que goce de autonomía, puede cumplir su función y aportar información útil a la sociedad? ¿Información que, aunque no convenga a los intereses de quienes conforman el citado consejo técnico, sea difundida con oportunidad y objetividad? Me atrevo a decir que la respuesta es negativa y que tan importante es el aspecto técnico de las evaluaciones, como garantizar que éstas no estén encadenadas a intereses de ciertos grupos, con el fin de que sus objetivos, el análisis y utilidad de la información generada, sirvan para la mejora de la sociedad mediante un sistema educativo que conozca y trabaje por satisfacer sus necesidades.

Al comentar sobre las peculiaridades de los diferentes niveles educativos, Tamez aborda hechos que ayudan a comprender la situación actual de la educación en México, aun cuando éstos no sean gratificantes para quien dirige la sep. En educación básica, identifica que la obligatoriedad del preescolar permitió orientar la educación inicial hacia el desarrollo de la creatividad, minimizando el papel que había tenido la memorización en el aprendizaje de los alumnos, aunque también esta reforma dio ventajas políticas al snte por la cobertura, financiamiento y las plazas adicionales requeridas. Tanto para la primaria como para la secundaria, retoma la relevancia de que los alumnos desarrollen capacidades que les permitan analizar y resolver problemas con mayor facilidad, relegando –como lo mencionó respecto a la educación preescolar– la memorización como una acumulación de contenidos.

Realza los programas de Escuelas de calidad, Enciclomedia, Bibliotecas de aula y Becas, por su influencia positiva tanto en el aprendizaje como en el impulso que dieron a los alumnos para aumentar su permanencia en el sistema educativo. Un ejemplo son las becas de Oportunidades en bachillerato y educación superior, con las que se intentó favorecer en especial a  las mujeres en extrema pobreza. Sin embargo, reconoce que estas acciones no fueron suficientes, pues casi 40% de los jóvenes que corresponden a estos niveles educativos dejan los estudios porque la escuela no les resulta atractiva ni útiles los aprendizajes que les ofrece.

Reyes Tamez, aunque en más de una ocasión reconoce tareas pendientes, lo cual podría ser evidencia de sinceridad al responder a la entrevista, reduce esta cualidad al expresarse con cierta autocomplacencia, tal vez con el ánimo de mantener y respaldar las decisiones tomadas. Se pueden identificar contradicciones en el discurso de Tamez, pues no obstante minimiza la influencia del snte en las decisiones de la SEP. Tras cuestionamientos de Cherem, acepta que ante el SNTE, la autoridad de la secretaría no es suficiente, por lo que la presión de la sociedad y la rendición de cuentas deben ocupar un  papel protagónico.

El segundo tomo, La voz de los expertos, reúne 26 interesantes ensayos de investigadores y otros actores de la educación, quienes apoyaron a la periodista en su esfuerzo por entrevistar a Tamez, dándole a conocer sus puntos de vista. Al considerar diferentes opiniones de expertos en la materia, Cherem pudo adentrarse en la problemática y enriquecer la obra en su conjunto, incluyendo en los ensayos opiniones y juicios que tienen como eje común la preocupación por la calidad educativa. Abordan puntos clave de la educación que se entrelazan en la compleja realidad, como son la calidad, la identificación y análisis de avances y retrocesos, la cobertura, la equidad, la participación social, las luchas históricas y la cultura.

Al considerar la educación básica, media y superior, se tratan temas tales como el financiamiento, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la educación para los adultos, la rendición de cuentas, la formación inicial docente, la trascendencia del papel del profesor, la transformación de la sociedad mediante la educación promoviendo el desarrollo de habilidades, las mediciones internacionales y la competencia de egresados en la aldea global.

La aportación de Felipe Garrido, Lectores antes que libros, acota como un obstáculo a la formación de lectores la ausencia de materiales destinados a que los docentes conozcan los libros que llegan al aula como parte del programa de Bibliotecas y considera que se retrocede en lo alcanzado con el programa anterior, Rincones de lectura. En el tomo I, Reyes Tamez, comenta sobre este programa. El resultado es muy rico para el lector, pues tiene al alcance dos enfoques opuestos, que puede analizar tomando en cuenta la trayectoria e intereses de ambos personajes, y obtener sus propias conclusiones. A diferencia de Garrido, Tamez considera que los profesores no requieren un manual para acceder y disfrutar de la lectura de libros que tienen en su salón, aunque sí se les capacita para que manejen diversas estrategias para el fomento a la lectura.

Este diálogo que se presenta entre los dos tipos de texto que constituyen la obra, entrevista y ensayos, no se restringe a la respuesta que da Tamez a los argumentos de Garrido por solicitud de Cherem al entrevistarlo, aunque tal vez sí sea una de las oportunidades más explícitas de verlo. Corresponde a quien haga escrutinio de sus páginas establecer estas relaciones de coincidencia o desacuerdo entre quienes colaboraron en su elaboración y en esto reside una de las principales contribuciones de esta publicación. Siguiendo este ejercicio, podrían contrastarse con la tibia postura de Tamez las opiniones sobre la actuación del snte que manifiestan Fernando Solana en "Un enfoque integral", Leonel Zúñiga en "Desafíos de la planeación educativa", Otto Granados en "Del gasto a la inversión", Eduardo Andere en "Rezagos y retos" y Carlos Ornelas en "El dominio del SNTE ".

Haciendo referencia a experiencias en ciertos estados de nuestro país, algunos de los ensayos abordan temas que son de interés general para el análisis de la situación educativa de México. Tal es el caso de "Viejos vicios, nuevos retos" de Alfredo Palacios, quien ubicándose en Chiapas, habla sobre las disputas de poder en el magisterio y sobre la urgencia de actuar frente a la deserción escolar, la reprobación y el analfabetismo. Jesús Ochoa en "Las lecciones de la Universidad Autónoma de Coahuila" pone en la mesa de discusión datos en torno a la heterogeneidad institucional, la dificultad de medición y comparación de la calidad y las prácticas de evaluación. Por desgracia, Palacios presenta en un exceso de brevedad sus ideas, cuando los tópicos que menciona son de gran relevancia y, por tanto, profundizar en ellos enriquecería aún más tanto la obra como a los lectores.

Por otro lado, las escasas líneas y superficialidad con que se aborda la educación especial muestran el retraso que México enfrenta en esta área, no sólo en formación y capacitación docente y la atención profesional que se brinda a la población que presenta barreras para el aprendizaje, sino también en cuanto al reconocimiento e interés de la sociedad en general. Aunque con mayor presencia en el contenido de la obra, no hay que olvidar el rezago nacional concerniente a la educación de los adultos, del cual hablan Ramón de la Peña en "Rezago educativo de adultos: un asunto de dinero" y Humberto Salazar en "Los grandes pendientes de la educación de adultos", así como los retos en cobertura y equidad de la educación indígena, de los que hace mención Sylvia Schmelkes en "Frente a la pluralidad cultural".

Examen final se lee ágilmente gracias a su estructura y redacción. El lenguaje empleado concuerda con el público a quien va dirigido y ambos tomos provocan el deseo de continuar su lectura, ya sea por la consecución de temas en la entrevista o bien por la fluidez y diversidad de los ensayos. Estos últimos integran las dimensiones política, económica, social y administrativa de la educación mexicana, sin que coincidan necesariamente con la mirada oficial, lo que representa una enriquecedora fuente de argumentos y semillas de problemas por analizar para la mejora de la educación.

Esta obra refleja un esmerado trabajo de investigación; además, establecer tiempos y espacios en común con cada uno de los expertos no debió ser labor fácil. La actualidad de los temas y el oportuno momento de su publicación (justo al finalizar el gobierno de Vicente Fox al que se hace examen de lo realizado en materia educativa) hacen de éste un texto valioso que lleva a la reflexión sobre los retos que impone la globalización y las carencias relacionadas que aún tenemos en México. Como se expone en Examen final, hay muchos frentes desde los cuales mejorar la educación en el país, que van de la modificación de la práctica individual de los actores, hasta las políticas educativas y acuerdos internacionales.

La opinión de las autoridades educativas hace hincapié en el impulso que traería consigo lograr mayor calidad y cobertura del Sistema Educativo Mexicano. Para materializar éste y muchos otros discursos sobre la materia, hay que involucrarnos y participar con responsabilidad, ser exigentes en los hechos y trabajar de manera conjunta; asignar el presupuesto necesario y respetarlo, cambiar los modos organizativos, establecer objetivos y parámetros que beneficien a la sociedad en su conjunto, atendiendo las características y necesidades específicas de los distintos grupos poblacionales. ¿Será posible que los dirigentes del snte y sus coludidos abandonen las prácticas corruptas y suelten el poder y el enriquecimiento?

Uno de los principales retos es incrementar la calidad educativa sin descuidar la cobertura. Tan apremiante es hacerlo en la educación preescolar como en los grados y niveles consecutivos hasta llegar a la educación superior. Las miradas se posan en la variación de los índices de reprobación, deserción, eficiencia terminal y pruebas de rendimiento. Pero, ¿quién establece qué es la calidad? Si de acuerdo a declaraciones y acciones, el gobierno entiende por calidad aquella educación vinculada a la demanda laboral, entonces la educación media y superior se restringen a la capacitación acorde al aparato productivo. Luego se asume una concepción de la sociedad encerrada en los aspectos tecnológicos y de comercio, los cuales –sin restarles la importancia que tienen– no son los únicos en los que como ciudadanos debemos formarnos. Además, ¿quién evalúa la cobertura? ¿Es considerada la infancia trabajadora? ¿Lo es la migrante, la callejera, la indígena o la explotada para el comercio sexual?

La educación es un elemento decisivo en la determinación del rumbo y establecimiento de las bases con que marcha la sociedad. Es necesario garantizar y hacer efectiva la educación como un derecho, que desarrolle y fortalezca las capacidades y habilidades de los ciudadanos. El empeño debe dirigirse no sólo a la formación de ciudadanos productivos, sino con pensamiento crítico, solidarios y responsables con el bien común.

Analizar el examen de lo obtenido en materia educativa al término de un sexenio que es parteaguas por la alternancia de partidos políticos permite hacer una pausa para reorientar las acciones y asumir el papel que cada uno desempeñamos en el mejoramiento de la educación en México. Por desgracia la administración anterior no se aplicó para mejorar el estado de la educación. Las perspectivas en el gobierno actual son pesimistas debido a la alianza explícita entre el presidente Calderón y la lideresa del SNTE. En esta alianza ganan ella y la dirigencia del sindicato, pero pierde la educación.

 

NOTAS

1. México pertenece desde 1994 a la OCDE, por lo que desde 2000, año de la primera aplicación del pisa, tuvo participación. pisa se aplica cada tres años (sin contar pisa Plus que se efectuó en 2002), dando cada vez énfasis a uno de los tres dominios evaluados: lectura, matemáticas y ciencias (Martínez Rizo, 2006: 153–167.)

2. Véase, entre otros: Conde, 2001; Ornelas, 2001: 135–185, Reimers, 2001: 187–226.

 

REFERENCIAS

CONDE, Silvia (2001), "Estrategias sistémicas de atención a la deserción, la reprobación y la sobreedad en escuelas de contextos desfavorecidos. Caso México", México, OEA–IPE–CONAFE–SEP.        [ Links ]

MARTÍNEZ Rizo, Felipe (2006), "pisa en América Latina: lecciones a partir de la experiencia de México de 2000 a 2006", Revista de la Educación, número extraordinario.        [ Links ]

ORNELAS, Carlos (2001), "Equidad: educación comunitaria y programas compensatorios" en Carlos Ornelas (coord.), Investigación y política educativas: Ensayos en honor de Pablo Latapí, México, Santillana Aula XXI.        [ Links ]

REIMERS, Fernando (2001), "Educación, exclusión y justicia social en América Latina", en Carlos Ornelas (coord.), Investigación y política educativas: Ensayos en honor de Pablo Latapí, México, Santillana Aula XXI.        [ Links ]

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