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Perfiles educativos

versión impresa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.27 no.109-110 Ciudad de México ene. 2005

 

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Ponencias presentadas en el Primer Encuentro Internacional de Editores y Autores de Revistas de Educación efectuado del 30 al 1º de julio de 2005

 

Las revistas académicas y su impacto en los respectivos ámbitos disciplinario

 

Duncan Waite**

 

*Traducción de Laurette Godinas

**Investigador de la Texas State University. Editor y fundador de The International Journal Of Leadership in Education.

 

Como los demás editores presentes en esta mesa redonda, recibí una lista de preguntas destinadas a encauzar mi reflexión y a enmarcar la discusión que se llevaría a cabo en este Primer Encuentro Internacional de Editores y Autores de Revistas sobre Educación. La pregunta que más me llamó la atención tenía que ver con el impacto de la revista de la que nos encargamos, The International Journal of Leadership in Education, y es la publicación en la que centraré principalmente mi atención. Sólo hablaré brevemente de los aspectos más básicos y prosaicos del funcionamiento de la revista —asuntos relacionados, por ejemplo, con los dictaminadores, los criterios editoriales, la distribución, el punto de vista y similares— para poder llevar a cabo, en cambio, un análisis de corte más bien temático de nuestra publicación y, de forma más amplia, de las revistas en general.1 En efecto, hay una pregunta que no ha dejado de perseguirme desde que empecé a trabajar con la revista hace casi diez años: ¿Cuál es, a fin de cuentas, el valor exacto de todo el tiempo que los demás colaboradores y yo hemos invertido en este proyecto? ¿Cuál es su uso real? ¿Realmente vale la pena y alcanza las metas que planteé cuando propuse el proyecto?2

Mi análisis del impacto de las revistas en su campo disciplinario se basa en tres enfoques distintos y complementarios: epistemológico, político y psicológico. Y el análisis que propongo es, por las limitaciones de tiempo y de espacio inherentes a la presentación que estamos llevando a cabo, un análisis breve y superficial.

 

LOS ASPECTOS EPISTEMOLÓGICOS DE LAS REVISTAS ACADÉMICAS

A pesar de todos los intentos de garantizar la objetividad y la imparcialidad, las revistas académicas y los artículos que en ellas se publican están presos en una red epistemológica. Las revistas son, para decirlo de un modo sencillo, otra empresa humana y no pueden, por lo tanto, ser estériles al cien por ciento. Además, la misión principal de toda revista es la de difundir el conocimiento del campo en el que se ubican. El conocimiento es un dominio epistemológico. ¿Cómo se estructura el conocimiento de un campo disciplinario específico? ¿Cómo se produce? ¿Cuáles son las normas para la producción del conocimiento en un campo determinado? La respuesta a cada una de estas preguntas nos permite ver cómo se juzgan los originales que se envían a las revistas y llegan en manos de los distintos dictaminadores.

Se podría afirmar que el Journal of the American Medical Association (JAMA) es la publicación periódica más prestigiada de Estados Unidos, si no del mundo entero. Los editores de dicha revista y su comité editorial llevan a cabo un control permanente de la publicación y de su contenido y publican, a continuación, los resultados de sus investigaciones. Uno de los reseñistas del JAMA afirmó al respecto:

Un artículo de investigación científica es un ejercicio de retórica: es decir, el artículo se construye con el propósito de convencer al lector de un punto de vista particular, o al menos de comunicárselo. Tanto para los lectores como para el editor las opiniones expresadas en un artículo de investigación se ven dominadas por fuerzas que no son evidentes para nadie, incluso para los propios responsables de la publicación. Ahora bien, ¿quién determina lo que se escribe y por qué se escribe? (Horton, 2002, pp. 2777–2778).3

Algunas de las fuerzas invisibles son sin duda de naturaleza epistemológica y se ven orientadas por las epistemologías de los actores clave.

Otro de los investigadores del JAMA cuestionó la calidad de los artículos publicados y los estándares para juzgar si debían o no ser publicados.

A pesar de este sistema [de dictámenes] [... ] son pocos los obstáculos reales para la publicación de los trabajos. Ningún estudio parece demasiado fragmentario, ninguna hipótesis demasiado insignificante, ninguna referencia bibliográfica demasiado parcial o ególatra, ninguna construcción demasiado retorcida, ninguna metodología demasiado chapucera, ninguna presentación de resultados demasiado imprecisa, demasiado obscura y contradictoria, ningún análisis es demasiado autocomplaciente, ningún argumento demasiado circular, ningunas conclusiones demasiado insignificantes o injustificadas, y ninguna formulación demasiado agresiva para un artículo destinado a la circulación impresa (Rennie, 2002, p. 2760).4

A pesar de que las políticas editoriales de la revista están pensadas para asegurar la calidad por medio de procesos como el de la dictaminación por los pares, de forma anónima o no, Rennie sintió que dichos procesos no impedían que los peores originales pudieran colocarse en algún lugar. Y si esto no fuera suficiente para convencer a los positivistas más convencidos de que el conocimiento es una construcción efímera y humana (y, por lo tanto, sujeta a las manipulaciones y a las incertidumbres de todas las construcciones humanas), un artículo de publicación reciente en jama informa acerca de un estudio que dio a conocer que casi una tercera parte de los estudios médicos de mayor renombre cuyos resultados fueron publicados entre 1990 y 2003 (JAMA, The New England Journal of Medicine, Lancet) habían sido posteriormente contradichos o considerados como fuertemente exagerados (Tanner, 2005).

Tomados en conjunto, estos ejemplos hablan de los elementos subjetivos e inconscientes que influyen en el proceso de publicación. Las revistas, como hemos dicho, no son estériles. No son, ni pueden ser, neutrales en cuanto a los valores que difunden. Además de la fuerza epistemológica, otras fuerzas influyen en la vida de las revistas académicas.

 

LOS ASPECTOS POLÍTICOS DE LAS REVISTAS ACADÉMICAS

La carga política de las revistas académicas y el impacto que causan puede ser observado en tres alcances distintos: el micro, el medio y el macro. La revista de la que soy editor, por ejemplo, es distinta de las otras revistas académicas del campo disciplinario (es decir, la administración, la gestión, el liderazgo y la supervisión en la educación). Es indudablemente progresista, tanto en sus metas como en su diseño. Se podría incluso afirmar que es la revista académica más progresista en el campo. El campo de la gestión universitaria y las revistas que se publican en su seno son por lo general extremadamente conservadores, representando cierto status quo. Pero nuestra revista no lo es. Además de adoptar una posición ideológica progresista, nuestra revista también opta por una postura inclusiva hacia el liderazgo: vemos el liderazgo desde todos los ángulos y en todos los niveles de la educación. Ésta es una dimensión de la cara política de las revistas: la postura o inclinación política que defienden.

La dimensión micropolítica de las revistas está a menudo vinculada con las posturas del editor, quien conforma su propio equipo editorial, y con las relaciones que aquél tiene con la institución que acoge la publicación y su material humano. Sé por experiencia que las universidades e instituciones de educación superior pueden tener, con respecto a sus revistas académicas, actitudes muy diferentes. Algunas instituciones de educación superior buscan activamente equipos editoriales para sus facultades y les brindan todo el apoyo. Otras instituciones y sus responsables sólo están dispuestas a otorgar a los editores la ayuda mínima para el funcionamiento de sus revistas. En algunas, el responsable de una revista goza de cierto prestigio; en otras, apenas se le toma en consideración.

Aprendí desde muy temprano que es muy grande la carga política del puesto de editor responsable de una publicación académica. Cuando se me ocurrió por primera vez la idea de crear esta revista, tenía que granjear apoyo para el proyecto. Negocié con la administración de la universidad donde laboraba antes, la cual no fue, debo confesarlo, muy cooperativa, puesto que la universidad albergaba ya varias revistas. Sin embargo, una vez fundada la revista, mi universidad anterior quiso compartir de algún modo la gloria y el prestigio (y, claro, los fondos) que se lograron gracias a la publicación. Ésta es la situación política cuando se edita una revista que funge como órgano difusor de una asociación de profesionales. Las asociaciones de profesionales suelen tener sus propias directrices políticas y sus criterios internos. Los editores de revistas que pertenecen a asociaciones profesionales deben supeditarse a la postura política de las organizaciones, si no quieren exponerse a un despido.

La vertiente política opera realmente a nivel medio, cuando el editor tiene que lidiar con las fuerzas regionales o nacionales y con los individuos en ellas implicados. Las reuniones de asociaciones profesionales suelen evidenciar las políticas de nivel medio. He participado a menudo en mesas redondas como ésta, en las que cierto número de editores de revistas se reúnen, aunque por lo general en el ámbito nacional. En este tipo de reuniones la postura individual y la de la revista que uno representa se ve sujeta a las fuerzas políticas de nivel medio.

En el ámbito macro, las fuerzas nacionales y mundiales suelen influir de muchas maneras en la vida de una revista. Las tendencias mundiales en el ámbito de la educación y, a su vez, las revistas sobre educación incluyen la globalización, la mercantilización y los cambios en la administración pública. Estados Unidos, y tal vez el mundo entero, están yendo hacia posturas cada vez más conservadoras. Esta tendencia ideológica está influyendo en el gobierno federal y en las políticas que éste adopta –por citar sólo unos ejemplos, el rechazo al protocolo de Kioto, la adopción de la así llamada "política de planeación familiar para la ciudad de México" (en el marco de la cual se congela el financiamiento a los gobiernos u organizaciones no gubernamentales que mencionan entre sus prioridades o que practican el aborto), las luchas ideológicas en el ámbito de las ciencias (la investigación sobre células madre, el "derecho a morir" de Teri Shaivo, problemas como la deforestación y los altos niveles de mercurio en el agua potable a nivel nacional, etc.). Cuando comenté esos problemas me di cuenta de que la ideología siempre domina la investigación (Waite, 2004). Por ello no es de extrañar que la ideología se haya colado en las políticas federales sobre educación (por ejemplo, en las consideraciones acerca de los bonos para la educación privada o religiosa, decisiones acerca de qué enseñar y sobre qué examinar). Tanto en los estados (la mayor parte de las políticas educativas en Estados Unidos dependen de cada gobierno federado) como en el ámbito nacional, se observa un movimiento concertado hacia la inclusión de la enseñanza de corte religioso (por ejemplo, el creacionismo o su nueva versión, llamada "diseño inteligente") en las escuelas públicas. Las escuelas normales están bajo el fuego de la derecha por ser lugares caracterizados por una ideología (progresista) desenfrenada, pero del mismo modo se le acusa a la derecha. A lo largo de Estados Unidos muchos estados han optado o han pensado seriamente en adoptar un proyecto de ley académico de derechos que impone de forma insidiosa la inclusión de puntos de vista conservadores en los campus y, en sus versiones más fuertes, podrían llegar a exponer a los académicos a un veto ideológico o incluso a investigaciones (Cadena nacional, 6 de abril de 2005). El gobierno de Estados Unidos ha logrado colar, con la Secretaría de Educación de por medio, la ideología en los procesos educativos nacionales mediante la restricción de los subsidios a los programas de investigación que se ajustan a, e incluso apoyan, lo que el gobierno considera como sistemas de enseñanza y de difusión de conocimientos eficientes y funcionales.

Estas fuerzas no pueden sino ejercer una influencia en las revistas académicas, en los artículos que publican, en los tras–fondos políticos que tras ellos subyacen, en sus autores y en los lectores. Cuando recién empecé con esta revista, sentía la necesidad de llamar personalmente por teléfono a los autores para incitarles a ser más provocadores en sus afirmaciones. Me parecía que los autores se sometían a una especie de autocensura, que escribían para lo que sentían como un campo disciplinario extremadamente conservador (claro ejemplo del impacto que puede tener el campo sobre la publicación periódica por medio de sus autores).

Además, cabe destacar que las políticas, así como afectan al discurso y la epistemología del campo, afectan a su financiamiento. Así, mientras más conservador se vuelvan el campo y la política nacional y mundial, más progresista parecerá, en comparación, nuestra revista. En el peor de los escenarios, nuestra revista podría verse marginada a medida que el campo de estudios, el país y el mundo entero se vuelven cada vez más conservadores.

 

LOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LAS REVISTAS ACADÉMICAS

Del mismo modo que las organizaciones pueden tener una fisonomía propia, en gran parte influenciada por la personalidad de su líder o directivo (Kets de Vries, 2001), las revistas también tienen su personalidad. Toman, de hecho, la personalidad del editor. La personalidad de la revista se ve afectada por las mismas fuerzas que afectan al editor y a sus colaboradores o colaboradoras más cercanos.

La observación de los aspectos psicológicos en el acto de editar revistas, sobre todo por lo que respecta, como en este caso, su impacto, revela las limitaciones de lo que Kets de Vries (2001, p. 5) llamó el modelo de acción racional: "Hay limitaciones al modelo de acción racional [...] pues algunas fuerzas extra–racionales pueden influir en el liderazgo, en relaciones interpersonales, en el comportamiento de grupo y en la organización (es decir, la revista) en un sentido amplio" (p. 48).5

Las revistas académicas se ven afectadas por la psicología de sus editores y de otros actores clave que aparecen en su elaboración. La gente parece en parte buscar trabajo en el mundo editorial de las revistas académicas para colmar necesidades y deseos psicológicos. Pueden éstos ser positivos, lo cual produce efectos positivos en la revista y su campo disciplinario, o negativos (es decir, disfuncionales), y tener en la revista un impacto negativo. Una de las manifestaciones negativas de la psicología de una revista o de su editor puede ser, por ejemplo, el arte de llevar siempre la delantera, por el cual un editor se siente obligado a superar de algún modo a las otras revistas académicas que se publican en el campo de estudios. Esos procesos, como el cálculo de "factores de impacto", el uso de índices de rechazo y la política de competitividad para la clasificación de las colaboraciones, contribuyen al establecimiento de relaciones negativas entre revistas y entre las revistas y sus autores o autores potenciales. Estas tendencias negativas, diríamos hasta machistas, pueden derivar de una gran inseguridad psicológica, o de una necesidad inconsciente de ser amado y aceptado. Pero cualquiera que sea su estructura psicológica profunda, el espíritu negativo, el conservadurismo y una ontología deficitaria tienen un impacto negativo en nuestros ámbitos disciplinarios. He tenido la oportunidad de participar en mesas redondas como éstas donde los editores hacían alarde de las tasas de rechazo de sus respectivas revistas. He estado en otras donde, consciente o inconscientemente, los editores levantaban paredes infranqueables entre sí y el público en cuyo beneficio laboran, es decir, los autores y los autores potenciales. Mark Twain dijo una vez que las únicas personas que deberían emplear el así llamado "yo mayestático"6 eran los reyes, los editores y la gente con lombrices. A los editores, entre cuyas filas me cuento, nos queda mucho trabajo para romper el muro que se yergue entre nosotros y nuestros colegas, entre nosotros y nuestros colaboradores, los autores. Es ésta una de las razones por la que nosotros (y empleo aquí, más que un "yo mayestático", un verdadero "nosotros editorial") en nuestra revista ponemos el énfasis en nuestro papel como docentes y como gente al servicio (poniendo en práctica una especie de liderazgo al servicio de los demás), en vez de adoptar el papel crítico y acumulativo por el que han optado muchos editores en su intento de conservar una postura de desarrollo hacia los que nos confían su vida y su carrera. Es ciertamente una postura ideal la nuestra, y la lucha por atenernos a ella es diaria. Siempre está rondando la tentación de ser críticos; sin embargo, hay formas humanas y no humanas de llevar a cabo las tareas de editor. La elección entre ambas modalidades depende, según yo, en gran parte de factores psicológicos.

 

LA RELACIÓN DE UNA REVISTA ACADÉMICA CON SU CAMPO DISCIPLINARIO

Puesto que nosotros, como revista, no tenemos ningún interés en conservar el status quo en nuestro campo de estudios, me asombra a menudo la forma en la que un campo crece y evoluciona. Csikszent–mihalyi y Wolfe (2002) desarrollaron un análisis sistémico de las interacciones entre los individuos, los dominios y los campos epistemológicos (véase la fig. 1) con un interés específico por la creatividad y la capacidad innovadora. Observaron cómo el campo debe ser receptivo para que haya creatividad o posibilidades de que se acepten las ideas nuevas:

el punto es que el índice de creatividad presente en cualquier momento del desarrollo del campo no es sólo determinado por la cantidad de individuos que se proponen introducir cambios en él, sino también por lo receptivo que puede ser el campo hacia la innovación (p. 90).7

Las disciplinas o los campos disciplinarios pueden recibir la influencia de actores clave, de líderes de opinión: "Las ideas innovadoras no suelen ser aceptadas o adoptadas a menos que sean sancionadas por un grupo capaz de tomar decisiones como lo que debería o no debería incluirse en el campo de estudio" (p. 89).8

Éste es uno de los papeles que desempeña una revista académica al preparar un campo para la innovación: las revistas y sus editores toman decisiones acerca de lo que debe o no debe incluirse; es decir, sobre lo que es aceptable y lo que no. Esto incluye no sólo el contenido, sino también la epistemología (véase arriba) que subyace a dicho contenido. Los estándares de "ciencia" o método, las fórmulas y plantillas para la redacción de un artículo pasan por la revisión de los editores y sus comités editoriales y son, como lo he dicho ya, de naturaleza parcialmente o esencialmente epistemológica.

Pero como lo notaron ya Csikszent–mihalyi y Wolfe (2002), los dominios necesitan ser atractivos para los estudiantes, que prestarán al campo su creatividad y la capacidad de desarrollar nuevas ideas:

• Para que se pueda dar un proceso creativo es necesario que los individuos lleguen a tener cierto interés por la asimilación de los contenidos de un campo disciplinario y por que la información que en él se contiene se transmita a otros. Sin importar el dominio, si la información no está vinculada con los intereses y las necesidades de los estudiantes, pocos de ellos se sentirán motivados a aprender más de lo estrictamente necesario [...] y por lo tanto serán incapaces de detectar las lagunas que hay en el conocimiento de una materia en particular y no se verán inducidos a formular nuevos problemas (p. 89).9

Otra vez, los editores pueden trabajar para lograr que los campos disciplinarios se vuelvan más atractivos y gocen de mayor aceptación. Pero no lo lograrán si su preocupación principal es la conservación del statu quo, si optan por una actitud exclusiva en vez de inclusiva, y si su propia curiosidad intelectual se cierra ante los modos alternativos de conocer y de aprehender el mundo.

 

CONSIDERACIONES FINALES

El impacto de nuestra revista, de cualquier revista, se mide con el impacto que tiene en los individuos, uno por uno. Las ideas son abstracciones. Las ideas sólo cobran vida cuando los individuos las retoman y actúan sobre ellas. Cuando los profesores con liderazgo en educación retoman nuestras ideas y las incorporan en sus enseñanzas, cuando sus estudiantes, líderes futuros o ya activos en el ámbito de la educación, las ponen en práctica, las ideas expresadas en las revistas cobran vida. El impacto de una revista no se puede medir a partir del número de citas, por los índices de rechazo o por la cantidad de páginas electrónicas localizadas por los buscadores. Esto es absurdo, pues estas herramientas de medida son meras aproximaciones del efecto real que la revista, como sistema, tiene en la vida de los estudiantes, los administradores, los autores y los editores.

 

REFERENCIAS

KETS DE VRIES, M. F. R. (2001), Struggling with the demon: Perspectives on individual and organizational irrationality, Madison, CT: Psychosocial Press.        [ Links ]

HORTON, R. (2002), "The hidden research paper", en: Journal of the American Medical Association, vol. 287, núm. 21, pp. 2775–2778, recibido el 19 de julio de 2005 de www.jama.com        [ Links ]

National Public Radio (2005). "States eye protections for campus conservatives", abril 6, descargado el 19 de julio de 2005 de www.npr.org/templates/story/story. php?story–Id=1814014        [ Links ]

RENNIE, D. (2002), "Fourth International Congress on Peer Review in Biomedical Publication", en: Journal of the American Medical Association, vol. 287, núm. 21, recibido el 19 de julio de 2005 de www.jama.com        [ Links ]

TANNER, L. (2005), "Medical studies: A second opinion", en The Austin American–Statesman, 13 de julio de 2005, p. A8.        [ Links ]

WAITE, D. (2004, April), "Canons to the left of us, canons to the right of us: On the over–determination of method in qualitative research", comunicación presentada en el encuentro anual de la American Educational Research Association, San Diego, California.        [ Links ]

 

NOTAS

1.    Para más datos acerca de la revista se puede visitar el sitio web http://www.tandf.co.uk/journals/titles/13603124.asp

2.    Para una breve historia de la publicación, véase el vol. 1, núm. 1.

3.    En el original: "A scientific research paper is an exercise in rhetoric; that is, the paper is designed to persuade or at least convey to the reader a particular point of view. . . . For both readers and editors, the views expressed in a research paper are governed by forces that are clear to nobody, perhaps not even to the contributors themselves. Who determines what is written and why?".

4.    En el original: "Despite this system [of review]. . . there are scarcely any bars to eventual publication. There seems to be no study too fragmented, no hypothesis too trivial, no literature citation too biased or too egotistical, no design too warped, no methodology too bungled, no presentation of results too inaccurate, too obscure, and too contradictory, no analysis too self–serving, no argument too circular, no conclusions too trifling or too unjustified, and no grammar and syntax too offensive for a paper to end up in print".

5.    En el original: "There are limitations to the rational–action model, . . . extrarational forces can strongly influence leadership, two–person relationships, group behavior, and the organization [i.e., the journal] at large." He asserted that "organizational pathology mirrors individual pathology".

6.    En inglés, se llama "editorial we", es decir "nosotros editorial" (N. de la. T).

7.    En el original: "The point is that how much creativity there is at any given time is not determined just by how many original individuals are trying to change domains, but by how receptive the fields are to innovation".

8.    En el original: "Novel ideas are not recognized or adopted unless they are sanctioned by some group entitled to make decisions as to what should or should not be included in the domain".

9.    En el original: "In order for a creative process to begin, it is necessary that individuals become interested to assimilate the contents of a domain, and for the information contained in the domain to be transmitted to the person . . . . Regardless of the domain, if the information is not connected to the students' interests and needs, few students will be motivated to learn beyond [the minimum] . . . and hence few will be in a position to know where the lacunae in knowledge are located, or will be moved to formulate new problems.

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