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Perfiles educativos

versão impressa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.26 no.103 Ciudad de México  2004

 

Documentos

 

Sesión conmemorativa del XXV aniversario de Perfiles Educativos*

 

Commemorative session of the 25th anniversary of Perfiles Educativos

 

Perfiles Educativos

Axel Didriksson*

* Director e investigador del CESU. didrik@servidor.unam.mx.

Perfiles Educativos cumple 25 años de edición ininterrumpida. En esta ocasión nos reunimos para celebrar el número 100 de esta revista. En su historia se pueden contemplar claramente tres épocas, que comentaré brevemente.

 

PRIMERA ÉPOCA

Aparece por primera vez en junio de 1978, publicada por el Centro de Investigaciones y Servicios Educativos (CISE), bajo la dirección de Jorge Sánchez Azcona. En su origen, se plantea como un medio para comunicar y difundir el trabajo de investigación y docencia del CISE, dirigido a docentes, investigadores y alumnos inmersos en el campo educativo. Perfiles pretende "aportar y difundir ideas que promuevan y enriquezcan el debate sobre los problemas de la educación nacional", y establece como su finalidad contribuir al desarrollo de la educación como ciencia. Prioritariamente como canal de difusión de los trabajos del CISE, se publican 19 números de junio de 1978 a marzo de 1983. El Comité Editorial está integrado por académicos del CISE.

 

SEGUNDA ÉPOCA

En esta segunda época se dan dos periodos: el primero, de junio de 1983 a diciembre de 1984, en el que incluso cambia su seriación publicando 7 números (del 1 al 7); además de insistir en su especial interés por abordar la problemática educativa del país, particularmente de la UNAM, se invita a investigadores y maestros a colaborar en la revista. Es decir, Perfiiles ya no sólo publicará los trabajos del CISE, sino que se abre a la comunidad académica educativa del país. El director de Perfiles en este periodo fue Enrique Suárez-Iñiguez, el Comité Editorial continuó integrado por académicos del CISE, pero además, se crea un Consejo Consultivo con investigadores externos.

El segundo periodo va de 1985 a 1997; con el número doble 27-28, Perfiles retoma su numeración inicial y agrega a sus tareas la de contribuir a desarrollar escenarios para diversas líneas de investigación. En total, se publicaron 49 números. Los directores de Perfiles fueron: Graciela Pérez Rivera, Adriana Cosío, Rafael Velázquez Campos y José Manuel Álvarez Manilla. En el Comité Editorial, además de los académicos del CISE, participaron especialistas de otras instituciones y, con el fin de consolidarla en otros ámbitos, se invitó a especialistas internacionales a participar como asesores.

 

TERCERA ÉPOCA (1997 A LA FECHA)

En febrero de 1997, fecha en la que desaparece el CISE, se integra al programa editorial del CESU Perfiles Educativos.

Inicia entonces la tarea de la comunidad de investigadores del Centro, coordinada por su Comité Editorial, de definir los nuevos lincamientos de la revista. Después de varias reuniones de discusión sobre el tema, se decide crear la Tercera Epoca de Perfiles.

En 1999 se decidió someter Perfiles a la evaluación del CONACYT; fue aprobada por un periodo de un año en el 2000, y en el 2001 se renueva su pertenencia al índice Mexicano de Revistas Científicas y Tecnológicas por tres años más. Actualmente, Perfiles ha abatido el atraso que tuvo en su periodicidad y, por fin, ya estamos al día. Es un buen momento para pensar en cambios, y el Comité Editorial esta actualizando la incorporación de nuevas secciones.

En esta época, los directores, hemos sido Ángel Díaz Barriga (1997-2002) y, actualmente, yo.

El Consejo Editorial está integrado por: Michael W. Apple, Universidad de Wisconsin, Estados Unidos; Jacques Ardoino, Sciences de l’Education, Universidad de París, Francia; César Coll, Universidad de Barcelona, España; Carmen García Guadilla, Centro de Estudios del Desarrollo, Universidad Central de Venezuela; Pilar Gonzalbo Aizpuru, Centro de Estudios Históricos, El Colegio de México, México; Pablo Latapí Sarre, Centro de Estudios sobre la Universidad, Universidad Nacional Autónoma de México, México; Humberto Muñoz, Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México, México; Adriana Puiggrós, Universidad de Buenos Aires, Argentina; Dermeval Saviani, Departamento de Filosofía e Historia da Educaçao, Universidad Estadual de Campiñas, Brasil; Sylvia Schmelkes, Departamento de Investigaciones Educativas, CINVESTAV, Instituto Politécnico Nacional, México; Guillermo Villaseñor García, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México.

En el Comité Editorial, formado por investigadores del CESU, de 1997 a la fecha han participado: María Esther Aguirre, Martiniano Arredondo, Hugo Casanova, Edith Chehaybar, Ángel Díaz Barriga, Axel Didriksson, Nicolás Gutiérrez Cepeda, Araceli Mingo, Emma Paniagua, Stella Quan, Clara Inés Ramírez, Rosalina Ríos, Edwin Rojas, Mario Rueda, Estela Ruiz, Rafael Santoyo y Marcia Smith.

 

XXV Aniversario de Perfiles Educativos

Pablo Latapí Sarre*

* Investigador emérito del CESU. Participó en dos presentaciones anteriores: el 23 de abril de 1998, al asumir el CESU la revista; y el 26 de febrero de 2001, al inaugurarse la tercera época.

Nos reúne hoy, como se ha dicho, un doble aniversario: los 25 años de Perfiles Educativos (PE) y la aparición de su número 100. Ambos aniversarios son motivo de júbilo no sólo para el CESU y cuantos participan en la producción de la revista, sino para todos los investigadores de la educación que conocemos las dificultades, en nuestro medio, de mantener una publicación periódica de carácter científico y de preservar su calidad a lo largo del tiempo, como lo muestra fehacientemente su aceptación en el índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica del CONACyT, desde 1999.

Agradezco la oportunidad de participar en esta celebración y deseo invitarlos a reflexionar en el significado de estos aniversarios jubilosos, destacando particularmente las condiciones que han hecho posible producir la revista, sobre todo en su actual tercera época, a partir de 1997.

 

LA FISONOMÍA DE PERFILES EDUCATIVOS

PE se define a sí misma, en un texto que aparece en la segunda de forros, como sigue: "Es una publicación que da a conocer los resultados de la investigación en educación. Su línea editorial da cabida a los diversos aspectos de indagación, pues considera que las ciencias de la educación se han constituido en un campo inter- y pluridisciplinario; por esta razón en el ámbito educativo se desarrollan multiplicidad de enfoques teóricos, metodologías, temáticas y formas de reportar la investigación...". La revista publica "resultados de investigación que responden a desarrollos teóricos, investigaciones y referentes empíricos y aportes de experiencias educativas [...] Es una revista de difusión, intercambio y debate, abierta a todo investigador vinculado con las disciplinas educativas."

Es, por tanto, una publicación que resuelve varios dilemas a los que se enfrentan las revistas científicas en nuestro campo, como los siguientes:

• Es una revista de investigación, pero abierta también a análisis de experiencias de la práctica educativa.

• Es una publicación rigurosamente académica, pero que enfatiza la difusión de informaciones relevantes para el mundo de la educación.

• Da prioridad a la publicación de resultados de investigaciones, pero no excluye el género ensayístico, siempre y cuando se trate de ensayos rigurosos.

• En consecuencia, aunque sus destinatarios principales son investigadores, considera otros como los maestros de enseñanza básica y superior, funcionarios y administradores del sistema educativo y públicos más amplios que siguen con interés los avances del conocimiento y las tendencias y debates en el ámbito educativo.

• Por otra parte, es revista del CESU, institucionalmente comprometido con ella (house organ), que se ofrece primeramente a los trabajos de los investigadores de esta institución, pero abierta a otros investigadores del país y del extranjero, como lo muestra el recuento de autores que aparecen en sus índices.

• Finalmente, es una publicación que, por su prestigio ya ganado, legitima a quienes en ella publican, pero que extiende su hospitalidad también a los investigadores jóvenes que en nuestro gremio representan un número creciente y que deben escalar dos cordilleras: la de los grados académicos y la de las exigencias de publicaciones de calidad.

Por muchas de estas características PE tiene ya una fisonomía propia entre las demás revistas científicas de investigación de la educación que existen en México y en América Latina, y con esas características logra atraer manuscritos y textos valiosos de los que necesariamente se alimenta. Según un catálogo reciente contamos en México con seis revistas que pueden considerarse de investigación educativa en sentido estricto: la Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (del Centro de Estudios Educativos), que por cierto ha perdido el sitio prominente que tuvo en tiempos anteriores, la Revista Mexicana de Investigación Educativa (del Consejo Mexicano de Investigación Educativa), Educación Superior (de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior), Pedagogía (de la Universidad Pedagógica Nacional,), la Revista Electrónica (Baja California) y PE. Hay otras cuatro cuyo centro de gravedad está más en el ensayo que en la investigación; y unas 20 o 30 de divulgación de muy alta calidad, muchas propiciadas recientemente por las secretarías estatales de educación y destinadas principalmente al magisterio. Esto, sin incluir revistas de casas editoriales que difunden sus novedades o revistas de algunos programas específicos como Educare del Programa de Escuelas de Calidad.

 

CONDICIONES QUE LA HAN HECHO POSIBLE

Reflexionemos brevemente en tres condiciones que han hecho posible la producción de PE, no sólo como hechos que explican el pasado, sino como retos para el futuro.

1) Una primera condición, muy obvia, es el compromiso del CESU con ella. Ha habido un propósito institucional de producirla, cuidarla y vigilarla, atender a sus necesidades y promoverla. Este compromiso se materializa en las tareas de diversas instancias: las responsabilidades de su Consejo Editorial y sobre todo de su Comité Editorial que, número a número, se encarga del diseño, de la selección y dictaminación de las contribuciones recibidas (en los últimos 7 años, se daba a conocer en el Informe de Labores de la Dirección hace un año, (p. 53), que se se solicitaron 312 dictámenes para PE); el Comité Editorial se encarga también de inducir la colaboración de autores potenciales y de evaluar la calidad periódicamente. Hay que mencionar también las tareas minuciosas de la Coordinación Editorial, incluyendo las de diseño editorial e impresión; las de la librería del CESU y las de relación con otras librerías y puntos de venta y promoción de suscripciones y canjes; y las responsabilidades de la Dirección y de las secretarías Académica y Técnica del CESU que promueven y apoyan las relaciones con los centros de investigación o con instancias como el comie, la Secretaría de Educación Pública o el CONACyT. Debe también mencionarse la carga financiera que implica una publicación de esta naturaleza y que hay que cubrir sea con fondos presupuestales o con subsidios externos arduamente negociados. Es, en suma, este compromiso institucional la primera condición que ha hecho posible la producción perseverante de PE.

2) Una segunda condición ha sido la colaboración de los propios investigadores del CESU que publican en ella muchos de sus artículos, informes y reseñas, aportan documentos de interés y aprovechan sus contactos con otros colegas para atraerlos a esta publicación. Sin esta materia prima ninguna revista se sostiene, y se requiere una masa crítica constante de contribuciones para poder seleccionar aplicando criterios de calidad. Críticamente habría que señalar, sin embargo, que la participación de los investigadores del CESU como autores todavía no ha alcanzado su nivel deseable, situación que tiene varias causas que habría que examinar.

3) Agruparé bajo una tercera condición varias preocupaciones que han estado presentes en cuantos han contribuido a mantener la revista con su alto nivel de calidad (y que no son exclusivas de la Dirección del CESU, sino están presentes en muchos otros colaboradores):

• La preocupación por afirmar la visibilidad pública de la revista en el medio de la educación y de la investigación educativa, visibilidad que no se logra automáticamente sino requiere de vigilancia constante;

• La atención a "vender su imagen" en el complejo mercado de los autores potenciales y centros de investigación del país y del extranjero.

• La preocupación por vincular la revista al proceso de consolidación del CESU, como elemento esencial de su definición como centro de investigación.

• Y la búsqueda perseverante de esa fisonomía propia, antes mencionada, que implica varias cosas: acotar las temáticas tratadas (¿debe incluir más temas de educación básica o de superior, más temas mexicanos o internacionales, más artículos de investigación o de intervenciones pedagógicas empíricas, por ejemplo?); la fisonomía propia implica también aplicar estándares exigentes en la selección de lo que se publica, e intentar adoptar un estilo propio en algunas de sus peculiaridades editoriales.

Estas preocupaciones y actitudes compartidas por muchos que intervienen en la producción de la revista han sido también, aunque más sutilmente, condiciones de lo logrado en los últimos años.

 

CONCLUSIÓN

Decía yo que estas condiciones no sólo explican el éxito alcanzado en el pasado, sino representan también retos para el futuro. Habrá que continuar el esfuerzo para seguir perfeccionando la revista y adaptándola a las continuas transformaciones de la investigación y la práctica educativas en el país y en el mundo.

Termino felicitando a cuantos han hecho posible PE y deseando a esta revista una larga vida, llena de superaciones, en beneficio del CESU, de la Universidad Nacional y de la educación del país. Estos 25 años —y sobre todo los siete de su tercera etapa— son apenas un prometedor comienzo.

 

De Perfiles Educativos y el CESU

Humberto Muñoz García*

*Seminario de Educación Superior. Instituto de Investigaciones Sociales. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. UNAM.

El CESU celebró recientemente los 25 años de la revista Perfiles Educativos con la aparición del número 100. Hoy el Centro cuenta con una revista que sirve de vehículo para informar sobre los avances de investigación de sus académicos, y da cabida asimismo a trabajos de investigadores nacionales y extranjeros que nos benefician a todos los lectores. Perfiles cumple muy bien la función de difundir las reflexiones y hallazgos científicos en el campo educativo y en esa medida es un aparador de la labor del CESU que pone en la vitrina la calidad y pertinencia de su quehacer institucional.

Al revisar el número 100, uno es invitado a mirar al pasado. Y lo que se encuentra es que la revista ha tratado problemas novedosos a lo largo de su historia y abierto muchos temas a la indagación, tomados después para producir nuevo conocimiento. Una revisión detallada de todos sus números permitiría sostener que por medio de Perfiles se nota el principio de proliferación en materia de investigación educativa. Esto es, refleja bien las preocupaciones y la evolución del campo dedicado al estudio de la educación en el país.

Por el compromiso de quienes han hecho posible la revista, y pese a sus avatares, es evidente que ha subsistido en el complejo ambiente académico y editorial, y ha permanecido como un medio especializado vivo, actualizado y ágil.

Es motivo de satisfacción que el CESU cuente con una revista periódica, lo que en otros tiempos fue imposible. Desde mi perspectiva personal, Perfiles es una revista consolidada y con una amplia perspectiva. Llena un espacio académico fundamental junto con la revista de la anuies (Revista de la Educación Superior) y del comie (Revista Mexicana de Investigación Educativa). Pertenece al Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica del CONACyT. Pero fuera de las formas, lo cierto es que en cada número hay material de interés, por lo que revisarla y leerla es obligado y enriquecedor. Los textos que se publican por este medio es frecuente encontrarlos citados en artículos e informes de investigación.

Siendo Perfiles un ámbito académico de referencia, los investigadores esperamos que en el futuro inmediato la revista dé cabida a algunos trabajos más en sus próximos números, lo que señalo nada más de paso porque seguramente hay oferta entre los académicos. Aunque estoy absolutamente convencido de que el problema no es de cantidad sino de calidad. Y que esta última tiene la garantía de que los textos publicados en Perfiles son arbitrados por académicos del más alto nivel que no pertenecen al Centro. Además, no me cabe la menor duda de que hay un claro compromiso de todos para darle continuidad a la revista en el objetivo de alcanzar un mayor renombre y mayor calidad; tampoco tengo duda de su buena capacidad para ubicarse internacionalmente y de las condiciones que tiene merced a sus contenidos para cumplir nuestras aspiraciones de difundirla plenamente en América Latina.

Quienes seguimos de cerca a Perfiles desemos que continúe contribuyendo para resaltar la importancia de la educación en el desarrollo nacional —que, en ocasiones, se les pierde a los funcionarios del gobierno— y abriendo la agenda de investigación a nuevos problemas que sean relevantes para mejorar la educación que van a recibir las actuales y las futuras generaciones de jóvenes.

En este momento de la historia la discusión de problemas, temas y orientaciones abre debates en los que los universitarios no podemos dejar de participar. Ojalá algunos de ellos se vean reflejados en la revista. Deseo que en el porvenir PE siga como un medio del más alto nivel intelectual dándole al CESU y a la UNAM el prestigio y el liderazgo que se merecen.

 

Cien números de Perfiles Educativos

Ángel Díaz Barriga*

* Investigador del CESU, ex director de Perfiles Educativos.

Considero que puedo hablar de Perfiles Educativos desde varias perspectivas, pero he elegido abordar tres: como autor de varios trabajos académicos publicados en la revista, como responsable de ésta en una época y, también, me gustaría abordar el papel que tiene Perfiles Educativos en el ámbito de la investigación educativa nacional.

a) Como parte del grupo que la vio nacer en 1978. De hecho mi primer trabajo, ciertamente uno de los trabajos con el que más me identifico, fue publicado en 1980 bajo el título "Un enfoque metodológico para la elaboración de programas escolares". El proceso de aprobación del mismo implicó una discusión abierta con un significativo número de académicos del Centro de Investigación y Servicios Educativos (CISE), que no estaban del todo convencidos de su importancia. Ello se debía a la poca claridad que existía en ese momento sobre el proceso de dictaminación de sus artículos. Dos años después publiqué otro trabajo realmente importante con el título de "Tesis para una teoría de la evaluación y sus derivaciones para la docencia". En ambos estaba la génesis de lo que sería posteriormente mi libro Didáctica y currículo. Mi último artículo fue publicado en 1998, "La investigación en el campo de la didáctica. Modelos históricos". Lamentablemente este trabajo no ha tenido impacto en la comunidad académica, y siempre me he preguntado cuál es la razón de ello.

b) En julio de 1978 aparecía, en el recién creado CISE, el primer número de esta revista, en el que se establecía que su finalidad era contribuir al desarrollo del reconocimiento de la educación como ciencia, promoviendo un intercambio entre la comunidad interesada en cuestiones educativas. Varias épocas tuvo en esa institución. En 1983 abre sus páginas a los resultados de investigación producida por los investigadores de la UNAM o externos a ella. En 1985, se regulariza su numeración y se agrega a las tareas de la revista la de contribuir a desarrollar escenarios para diversas líneas de investigación. Y en 1997 se integra al CESU, en donde se publica el número 75.

c) Cabe analizar qué significó Perfiles Educativos en su nacimiento. En aquel momento había una aspiración en nuestra Universidad por establecer la investigación en el campo de la educación. En ese contexto sólo existían dos revistas nacionales: una claramente cercana a la investigación en educación (la Revista Latinoamericana de Estudios Educativos) y la Revista de la Educación Superior. En este sentido, Perfiles Educativos era a fines de los años setenta una expresión del compromiso de la Universidad Nacional por investigar con el rigor que la caracteriza los temas de la educación.

La investigación en temas educativos ha experimentado una significativa expansión y un importante desarrollo en nuestro país. A diferencia de lo que fue la primer mitad de este siglo, en la segunda, y particularmente a partir de los años setenta, el desarrollo de este tipo de indagación se ha efectuado tanto mediante la creación de instituciones que se abocan a esta tarea y el establecimiento de condiciones y reglas de operación al interior de ellas, como por la conformación de grupos de investigadores que han asumido paulatinamente las pautas de trabajo y valoración académica que se han generado en el país.

Se trata de un proceso múltiple de conformación de un campo de estudio y del establecimiento de una comunidad académica. Ciertamente la creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), en 1984, constituyó un factor básico para la generalización de diversas reglas y procedimientos de evaluación que se exigen a quienes se dedican a la investigación. La investigación en el ámbito de la educación no ha sido ajena a esta situación, y los procesos que se han gestado a partir del SNI también han afectado a las instituciones y a los académicos que se dedican a esta tarea.

La UNAM, en la riqueza cultural que la caracteriza, ha generado diversas estrategias en la búsqueda de consolidar el desarrollo de los conocimientos vinculados con la disciplina educativa, que han permitido la conformación de una planta de académicos que aborda diversas temáticas de manera muy profesional.

Hoy podemos afirmar que la investigación en educación que se realiza en Universidad Nacional muestra varios rasgos positivos, tales como la diversidad de temáticas que son objeto de estudio y la muldisciplinariedad con la que se abordan los asuntos educativos, así como un claro liderazgo académico en el desarrollo de diferentes temas sobre educación y en el seno de la comunidad de académicos interesados en esta problemática.

Como una forma de materializar este esfuerzo institucional el Centro de Estudios sobre la Universidad ha venido desarrollando, en sus poco más de veinte años de existencia, una serie de líneas de investigación que han caracterizado su labor. Los estudios sobre la Universidad que inicialmente definieron su perfil académico, paulatinamente se han visto incrementados con la indagación de diversos temas en relación con la educación. En este contexto resulta muy relevante reunirnos para festejar el número 100 de una de las revistas más importantes en el ámbito de la investigación en educación, una revista que desde hace casi siete años está bajo el cuidado académico del CESU.

Me correspondió asumir la responsabilidad institucional de la revista Perfiles Educativos y en la editorial del número 75, primero que se editaba en el CESU. Asumimos el compromiso de reintegrarla plenamente al ámbito de la investigación, y para ello se conformó un Consejo Editorial integrado por destacados académicos nacionales y del extranjero. El formato de la revista se modificó: atendimos a los criterios que establece el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) en el Padrón Nacional de Revistas de Científicas y, a su vez, se revisaron las características editoriales de diversas revistas internacionales del ámbito de la educación. La revista fue sometida a la evaluación del CONACyT en 1999 y en 2001. Desde el año 1999 fue aceptada en el Padrón de Revistas Científicas.

Debe destacarse que en la actualidad sólo dos de ellas (2 de 61) han obtenido su registro en el mencionado Padrón de Revistas Científicas del CONACyT. Esto es delicado porque significaría que en lo general las revistas mexicanas de educación no tienen la finalidad de promover y difundir los resultados de la investigación educativa, esto es, no son vehículos de comunicación de una comunidad científica.

La revista es el resultado de un trabajo colectivo del Consejo y Comité Editorial, de los numerosos dictaminadores que hay detrás de cada número, de los investigadores y académicos del campo de la educación que la consideran como un vehículo importante para difundir los resultados de su trabajo, de los editores y académicos que participan en su diseño y conformación. La revista es una manifestación de la calidad académica que el CESU ha logrado en sus ya casi treinta años de existencia. Mis felicitaciones para todos.

 

Perfiles Educativos desde la perspectiva editorial

Emma Paniagua Roldán*

* Coordinadora Editorial del CESU y editora de PE. emmaro@servidor.unam.mx

Mi participación en esta sesión es para hablar de PE desde la perspectiva editorial. Como editora, deseo expresar que me siento honrada por compartir la mesa con personas que han sido claves en mi carrera. Me refiero al doctor Latapí, de quien estuve cerca cuando hacía mis pininos como editora de una revista de investigación educativa, hace ya 20 años; al doctor Díaz Barriga, quien me invitó a regresar al alma mater y me dio la oportunidad de ser la editora de Perfiles; al doctor Didriksson, quien me ha permitido continuar con esta tarea y participar en esta celebración.

El CESU edita Perfiles a partir de su tercera época, que inicia en 1997, con el número 76-77 (26 números); hoy hemos publicado el número 101 y tenemos en prensa el 102.

Así, Perfiles Educativos cumple 25 años de edición ininterrumpida. Se dice fácil, más no ha sido así; un gran número de personas han estado involucradas en esta ardua tarea: directivos del CESU —y antes, del CISE—, integrantes de los consejos y comités editoriales; investigadores y maestros que han aportado su conocimiento por medio de artículos, ensayos, informes, reseñas, dictámenes; editores, diseñadores y formadores; impresores y, por supuesto, todos sus lectores, que han hecho posible que se publique año con año.

En suma, son más de 600 trabajos, y más de 1 000 autores quienes han hecho la historia de la revista. En esta historia se pueden contemplar claramente tres épocas. En las participaciones anteriores ya han hablado de ellas, y una relación más detallada sobre su trayectoria la podrán encontrar en la introducción del disco compacto que contiene los 100 números de Perfiles, realizado por el IRE-SIE. Sólo proporcionaré algunos datos concretos.

 

BREVE HISTORIA

En la Primera época, prioritariamente como canal de difusión de los trabajos del CISE, se publican 19 números de junio de 1978 a marzo de 1983.

En la Segunda época, que incluye dos periodos, se publican 7 números (del 1 al 7, pues incluso cambia su seriación) de junio de 1983 a diciembre de 1984. En 1985, con el número doble 27-28, Perfiles retoma su numeración inicial, y publica 49 números hasta 1997.

En febrero de 1997, fecha en la que desaparece el CISE, PE se integra al programa editorial del CESU.

Hago aquí un pequeño paréntesis para hablar del proceso editorial, en particular el de una revista.

La edición de una revista científica

La palabra edición proviene del latín editio, "parto" y de édere, "publicar, sacar a la luz"; de ella se derivan editar, editorial y editor. Así, cuando hablamos de un editor (o editora), entendemos que es la persona responsable de que se publique un libro o revista.

Es común considerar que, cuando se escribe un libro, en un breve tiempo estará publicado. El arduo trabajo de un editor es apreciado por las pocas personas que lo conocen, pero para la gran mayoría es casi inexistente, pues pocos saben de todas las tareas que anteceden a una publicación. En forma muy breve, les mencionaré las diferentes etapas que sigue la edición de cualquier publicación impresa (y que debería seguir también una publicación electrónica), es decir, el diagrama de flujo del proceso editorial; la dividiré en dos fases, pues así será más fácil explicar la diferencia entre un libro y una revista:

a) La primera fase está integrada por: propuesta de publicación, dictamen, aprobación, entrega final del original de autor, inicio de producción. Esta fase corresponde en gran medida a la dirección de una empresa editorial, en el caso de la edición universitaria, al Comité Editorial de la institución.

b) La segunda fase es la producción editorial, y está integrada por: revisión, corrección de estilo y marcaje; diseño de interiores y portada; formación tipográfica de galeras, de planas (primeras y segundas) y de prueba fina, y lectura de cada una de ellas; negativos, impresión y encuadernación; promoción y difusión; distribución y venta.

La edición de una revista sigue también este esquema, pero con características muy peculiares, pues aquí se trata de difundir información en forma periódica, de iniciar otro número cuando el anterior aún no sale de imprenta; trabajar sin interrupción para cumplir con la periodicidad definida.

En pocas palabras, puedo decirles que mientras en la publicación de un libro la parte más compleja, desde el punto de vista editorial, se localiza en la fase de producción, en una revista la carga más pesada está en la primera fase.

No sólo es necesario atender y coordinar las tareas de formación tipográfica, corrección, diseño e impresión, sino que antes debemos contar con el suficiente material para cerrar un número, palabra mágica entre quienes nos dedicamos a editar revistas. Es decir, la edición dependerá mucho más de la eficiencia y participación activa del comité editorial, del editor y de la comunidad académica para conseguir artículos de calidad que puedan pasar la barrera del arbitraje; de la agilidad para enviar a dictamen los artículos, solicitar a los autores que acepten las sugerencias de los dictaminadores y envíen las nuevas versiones de sus trabajos.

 

PERFILES EDUCATIVOS EN EL CESU

Regresemos ahora al caso específico de la edición de Perfiles. Con la incorporación de la revista al CESU, inicia la tarea de la comunidad de investigadores del Centro, coordinada por su Comité Editorial, de definir los nuevos lineamientos de la revista. Después de varias reuniones de discusión sobre el tema, se decide crear la Tercera época de Perfiles.

Lo primero que se planteó fue decidir cómo se quería que fuera la nueva Perfiles, tanto en el formato como en el contenido. Frente al compromiso de mantenerla en un distinguido lugar académico, se propuso como meta lograr su ingreso al Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica de CONACyT. Con ese objetivo, se redefinieron sus lineamientos, buscando que Perfiles fuese una publicación que difundiera resultados de investigación en educación de nuestro país, pero también de América Latina y de otros países, con artículos propuestos por investigadores nacionales y extranjeros cuyo contenido se relacionara con la problemática educativa.

Así, se planeó una revista de alta calidad académica, avalada por especialistas. Con esa mira, se decidió la conformación de un Consejo Editorial de reconocido prestigio, así como una cartera de investigadores y especialistas en la problemática educativa, ambos de carácter nacional e internacional, que apoyaran con un riguroso arbitraje de los trabajos propuestos a la redacción de la revista.

En relación con su formato, se procedió a adecuarlo a las características y normas internacionales de las revistas científicas. Entre otras cosas, se incluyeron resúmenes en español e inglés; palabras clave de cada artículo; cornisas para todas las páginas, con el título del artículo y foliación, autor, volumen y número de la revista; se proporcionó la adscripción institucional de los autores; se unificó el aparato crítico y se redactó una página de información para los colaboradores.

En cuanto al diseño de interiores y portada, se sometió a concurso y se consideraron varias propuestas. Fue el diseño de Diana López Font el que obtuvo la aprobación.

Así, después de haber realizado las modificaciones decididas por el Comité Editorial, se publicó el primer número de la Tercera época (76-77), en diciembre de 1997. En el artículo editorial de este número se esbozan los nuevos lineamientos de Perfiles: "buscamos apoyarnos en la trayectoria académica que ha desarrollado, potenciar la seriedad que la ha caracterizado y, fundamentalmente, aportar el proceso de consolidación académica del CESU para continuar con la relevante tarea de publicar resultados de investigaciones en el campo de la educación que contribuyan al desarrollo de este saber disciplinario".

En la edición de los números posteriores nos enfrentamos con un fuerte problema: los artículos que llegaban a la redacción no cubrían los requisitos de dichos lineamientos, pues se inclinaban más al campo de la divulgación de temas educativos que a la difusión de resultados de investigación; esta última característica era primordial para que Perfiles fuera aceptada en el Indice de excelencia de CONACyT.

Dar a conocer este cambio de perfil a los académicos e investigadores de la educación en el país, para así allegarnos artículos susceptibles de ser publicados en ella, fue difícil. En este punto, es importante para los colaboradores distinguir claramente entre un reporte de investigación, un artículo de divulgación educativa y un artículo académico de investigación. De cada ocho artículos propuestos, en promedio sólo uno pasaba el riguroso arbitraje de la cartera de dictaminadores. (Cabe aclarar que, actualmente, de cada 10 artículos que llegan a la redacción, 5 son evaluados positivamente.) La escasez de materiales, aunada a la huelga de la UNAM que duró casi diez meses (1999-2000), provocó un atraso en la periodicidad de la revista que hasta ahora hemos podido soslayar.

No obstante, después de publicar cinco números de esta nueva época, se decidió presentar Perfiles a la evaluación del CONACyT en 1999, para lo cual se elaboró un expediente muy detallado. En realidad, se pensaba que esa primera evaluación iba a servir como indicativo de aquellos aspectos que aún debían incluirse o modificarse; no había mucha esperanza de ser admitidos tan pronto, pues se sabía del difícil acceso a este Índice.

Afortunadamente, Perfiles fue aprobada por un periodo de un año en 2000, y en 2001 se renueva su pertenencia al Indice Mexicano de Revistas Científicas y Tecnológicas por tres años más. Éste es un claro indicio de que las transformaciones aplicadas a Perfiles y el esfuerzo realizado en su edición tuvieron buenos frutos: sólo dos revistas de investigación educativa pertenecen al Indice de CONACyT: PE y la Revista Mexicana de Investigación Educativa.

Un elemento importante en la evaluación de CONACyT es que la revista se encuentre en bases de datos internacionales. En la actualidad, además del Indice de CONACyT, PE forma parte de las siguientes bases de datos:

• Indice de Revistas de Educación Superior e Investigación Educativa, IRE-SIE.

• Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal, LATINDEX.

• Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades, CLASE.

• Catálogo Comentado de Revistas Mexicanas sobre Educación, CAMEX.

• Red de Revistas Científicas de América Latina y El Caribe, REDALyC.

Una de las tareas futuras, ahora que Perfiles ya está al corriente en su periodicidad, será incluirla en bases de datos internacionales, así como preparar una campaña de suscripciones, en el país y en el extranjero, que incremente su difusión.

 

EPÍLOGO

Antes de terminar mi exposición, me voy a tomar un minuto para agradecer a aquellos que, como es costumbre en el trabajo editorial, desde la sombra han hecho posible que lleguemos al número 100: Edwin Rojas, editor asistente, quien entre otras cosas ha tenido la ingrata tarea de solicitar dictámenes, darles seguimiento y pedir a los autores (en el 90% de los casos) las modificaciones sugeridas por los dictaminadores; Luis Cristóbal González, quien además de participar en el diseño, también se encarga de la formación tipográfica. Cabe destacar que Luis Cristóbal es el más antiguo colaborador de Perfiles, pues ha participado en el diseño de la revista desde el número 1, en 1978; José Parada, quién desde hace varios años está al tanto de las suscripciones; Diana López Font, diseñadora; Angélica Flores, quien con su servicio social nos brindó un gran apoyo; Juan Armendáriz, impresor, y, en general, a todo el equipo de la Coordinación Editorial: Enrique Saldaña, Graciela Bellon, Juan Leyva, Jerónimo Salazar, Magdalena Rubio, Julio César Gómez, Arturo Maldonado, Margarita Aguilar, Laura Trejo... pues si bien no todos han participado directamente en la edición de Perfiles, sin el granito de arena que cada uno ha puesto para que funcione esta Coordinación Editorial (que además de Perfiles edita más de 20 libros al año), no hubiera sido posible llegar a nuestro número 100.

Espero que con lo anterior tengan un visión de conjunto de la trayectoria editorial de Perfiles Educativos.

 

Nota

* Sesión llevada a cabo el 17 de febrero de 2004, en el Auditorio de la Unidad Bibliográfica, Centro de Estudios sobre la Universidad.

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