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Perfiles educativos

versión impresa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.25 no.99 Ciudad de México  2003

 

Artículo

 

Una aproximación a la dimensión regional de los programas de posgrado en Ciencias Sociales en México

 

Norma Georgina Gutiérrez Serrano*

 

* Investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM. gala@servidor.unam.mx

 

Resumen

En los años recientes en México, los estudios de posgrado se han mantenido en constante crecimiento y expansión, lo que se relaciona no obstante con una heterogénea distribución geográfica en el país de estos programas, de las instituciones que los imparten y de su matrícula respectiva. Este trabajo presenta una descripción general de la situación actual de los posgrados en Ciencias Sociales (CS) en México, un acercamiento a la expansión regional de estos programas, una caracterización general de la forma en que han llegado a operar posgrados en CS de una región delimitada, y de la situación ocupacional que presentan egresados de estos mismos programas. Los datos que se reportan en este trabajo se desprenden de una investigación sobre la situación ocupacional de egresados de programas regionales de posgrado en Ciencias Sociales, en seis estados de la región centro sur de la república mexicana (RCS): Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala.

Palabras clave: Posgrado, Ciencias sociales, Programas de estudio, Egresados, Ocupación.

 

Abstract

During the last decade, the postgraduate studies in Mexico have been growing and expanding constantly; however, we must take into account a heterogeneous distribution in the country, amongst the institution that impart them and the features of their respective enrollment. In this article, the author deal with a general description of the current situation within the Social Sciences postgraduate programs in México, with an approach to the regional expansion of those programs, a general characterization of the way in which postgraduates programs have been working in a specific geographical area, and to the occupational situation showed by the students who graduated from those programs. The data informed in this paper are taken form a study about the occupational situation of students who graduated from regional postgraduate programs in Social Sciences in six federated states located in the central-southern area of the Mexican republic: Mexico State, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla and Tlaxcala.

Keywords: Postgraduate studies, Social Sciences, Study programs, Graduated students, Occupation.

 

INTRODUCCIÓN

A partir de las políticas oficiales de Educación Superior y de Ciencia y Tecnología de la década de los noventa y principios de este siglo, los programas de posgrado han mostrado una dinámica constante de crecimiento y expansión, fuertemente relacionada con una distinta distribución geográfica de los mismos, de las instituciones que los imparten y de su matrícula respectiva. Este trabajo presenta una descripción general de la situación que guardan, en la actualidad, los posgrados en Ciencias Sociales (CS) en México, un acercamiento a la expansión regional de los mismos, una caracterización general de la forma en que han llegado a operar posgrados en CS de una región delimitada, y de la situación ocupacional que presentan egresados de estos mismos programas.

Los datos que se exponen aquí se desprenden de una investigación sobre la situación ocupacional de los egresados de programas regionales de posgrado en Ciencias Sociales, en seis estados de la región centro-sur de la república mexicana (RCS): Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala.

Este artículo está organizado en dos partes: la primera consiste en una caracterización del contexto general de los posgrados en México, tomando como eje de análisis el proceso de crecimiento de este nivel educativo en los últimos años, y con este mismo eje de análisis se caracteriza la expansión regional de estos posgrados. La segunda parte presenta una caracterización de 20 programas de posgrado seleccionados en cuanto a trayectoria, programa académico, orientación formativa predominante y planta docente. En esta sección también se presentan los resultados obtenidos en la aplicación del instrumento elaborado para indagar sobre la situación ocupacional de los egresados de dichos posgrados. Los resultados hacen referencia a un grupo de 279 egresados y en ellos se consideran: características de edad y género, las distintas funciones de su desempeño, y dentro de ellas la función de más alta frecuencia y los distintos lugares de ocupación.

 

EL CRECIMIENTO DEL POSGRADO EN MÉXICO

La historia reciente de los programas de posgrado en México está caracterizada por un notable crecimiento que ha sido resultado, fundamentalmente, de políticas oficiales educativas y de las políticas para la ciencia y la tecnología puestas en marcha, en particular, desde la década pasada.1 Tanto en el sector educativo como en el de la ciencia y la tecnología se ha puesto el acento en incrementar la cantidad de investigadores y especialistas con formación en el nivel de posgrado que puedan atender a las demandas contemporáneas de desarrollo social y económico que enfrenta el país dentro de un sistema económico globalizado.

El dinámico crecimiento de este nivel educativo ha promovido cambios de distinto orden e impacto social, como por ejemplo, en la organización académica de las instituciones educativas; en los criterios de evaluación para el ingreso, permanencia y promoción del personal académico de estas instituciones; en la distribución de la matrícula en todo el sistema educativo; en el desarrollo mismo de los campos de conocimiento; en distintos aspectos del mercado laboral para los profesionales e investigadores con formación de posgrado y, de manera concomitante, en el desempeño de las funciones, en el nivel de sus percepciones y en el acceso a distintas oportunidades de empleo.

Los siguientes rasgos permiten un acercamiento a la dinámica de crecimiento global de los posgrados en México, que constituye el contexto general para el análisis regional de posgrados especializados en el área de conocimiento de las CS.

 

Principales rasgos en el crecimiento de los programas de posgrado en México

1) Un incremento en las instituciones que ofrecen estos programas, en el número de programas de posgrado y en la población escolar de este nivel de estudios.

En 1990, las instituciones que impartían posgrado alcanzaron la cantidad de 171, el registro de los programas de posgrado era de 1 700 y la matrícula para este nivel educativo fue de 43 965 estudiantes (ANUIES, 1991).

En el año 2000, la cantidad de instituciones aumentó a 468 y los programas de posgrado a 4 072, y en cuanto a la matrícula se obtuvo un registro de 118 286 estudiantes (ANUIES, 2001).

2) Una distribución diferenciada de la matrícula por áreas de conocimiento y nivel.

La distribución de la matrícula por área mostró los siguientes porcentajes: ciencias agropecuarias, 2.1%; ciencias de la salud, 16.2%; ciencias naturales y exactas, 5.0%; ciencias sociales y administrativas, 46.2%; educación y humanidades, 16.8% e ingeniería y tecnología, 13.7% (ibid., 2001).

En cuanto a la distribución de la población escolar por nivel, para 2000 se presentaron los siguientes datos: especialidades con 27 406 estudiantes, maestría con 82 286 y de doctorado con 8 407 estudiantes (ibid., 2001).

3) Un proceso de descentralización de los programas de posgrados hacia los distintos estados de la república.

Mientras que en la zona metropolitana, en el periodo que va de 1990 a 1998, el número de programas de posgrado aumentó en 36.7%, entre las otras cinco regiones que componen el país se informó, para el mismo periodo, un incremento de 210.4% de programas de posgrado (véase cuadro 2).

4) Una diversificación en la especialidad académica de los programas que se ofrecen.

De acuerdo con la clasificación por áreas de conocimiento de los programas de posgrado de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), tan sólo en el área de CS se pueden distinguir 20 subáreas que representan distintas especialidades.

5) Un considerable soporte financiero que se aplica de manera diferencial para apoyar a instituciones que imparten programas con reconocimiento oficial, es decir, programas con registro en el Padrón de Excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), y a los estudiantes inscritos en estos programas por medio de un sistema de becas.

Entre el año de 1995 y el año 2000 se atendieron a 36 255 becarios, cifra que corresponde al 37% de becas que el CONACYT otorgó a lo largo de treinta años de existencia (CONACYT, 2000, p. 32). Por otro lado, de 1996 a 1998 el CONACYT logró mantener la asignación del 40% de su presupuesto en cada año para el programa de becas (CONACYT, op. cit. p. 24).

En el cuadro 1 se muestra el notable crecimiento global del posgrado en México, con los datos de población escolar por área de conocimiento.

La dinámica de crecimiento de los estudios de posgrado en México puede atribuirse a una estrategia de política oficial hacia el sector educativo y al de la ciencia y la tecnología acorde con el modelo de desarrollo económico vigente, en el cual la transferencia de conocimiento científico y tecnológico adquiere un papel relevante en la actual sociedad reconocida como sociedad del conocimiento (Sakaiya, 1992) o incluso sociedad del conocimiento y el aprendizaje (OCDE, 2000). Debido a que el nivel de estudios de posgrado constituye un espacio ideal para la generación y transferencia de conocimiento científico y tecnológico, se han orientado importantes esfuerzos para incrementar la participación del mismo dentro de la matrícula nacional para todos los niveles educativos, de tal suerte que se ha pasado de una participación de 3.4% del posgrado en el Sistema de Educación Superior para 1989 a una participación de 4.9% en 1996 y de 6.1% en 2000 (ANUIES, 2001).

 

LA EXPANSIÓN REGIONAL DE LOS POSGRADOS EN CIENCIAS SOCIALES

Si el nivel educativo de posgrado creció de manera notable en el ámbito nacional, regionalmente este proceso de crecimiento alcanzó dimensiones sobresalientes. En una interpretación general del cuadro 2, se puede notar que, mientras el crecimiento de instituciones que imparten posgrado en la zona metropolitana fue de 118.7% en ocho años y el crecimiento en la cantidad de programas fue de 36.7% para dicha zona en el mismo periodo, en las otras cinco regiones el crecimiento en cuanto a instituciones que imparten posgrado estuvo por arriba de 100% y respecto a los programas el incremento fue desde 22.5% (región noreste) hasta 260.6% (región centro-sur).

Para la región centro-sur, región de interés en este trabajo, se puede hacer notar que entre 1990 y 2000 alcanzó el porcentaje más alto de crecimiento tanto en instituciones que imparten posgrado (con 276.0%) como en los programas de posgrado (con 260. 2%).

Un aspecto fuertemente relacionado con el notable crecimiento de los posgrados en las regiones tiene que ver con políticas de descentralización que se vienen impulsando en todos los ámbitos y sectores del país, incluyendo el de la educación y el de la ciencia y la tecnología. En el Sistema de Educación Superior, esta descentralización se ha reflejado, entre otras cosas, en la creación de nuevas Instituciones de Educación Superior (IES), por ejemplo, las universidades estatales y un Sistema de Universidades Tecnológicas de la Secretaría de Educación Pública (SEP); en el desplazamiento de instituciones ya existentes a través de la conformación de nuevas unidades hacia el interior de la república, como lo han hecho la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional (IPN); en el impulso a la investigación a través de programas específicos como los Sistemas Regionales de Investigación de CONACYT; en la canalización de mayores recursos financieros mediante programas nacionales, como puede ser la asignación de montos más elevados, por parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), para los investigadores que radican en el interior de la república, y en la conformación de organismos u oficinas regionales para la organización de la educación superior y la actividad científica y tecnológica por parte de entidades como la ANUIES y el CONACYT.

Todos estos rasgos de desconcentración y descentralización de actividades educativas y científico-tecnológicas, de alguna manera constituyen el escenario en el cual se ha visto favorecido el crecimiento regional de los programas de posgrado. Tal escenario parece acorde con las nuevas lógicas de desarrollo político, social y económico que impulsa el modelo económico de globalización, en el cual la regionalización permite el acercamiento a la mejor comprensión y satisfacción de las necesidades locales.

En este modelo, la educación está enmarcada como factor de desarrollo, y en el ámbito específico de la región juega el papel de impulsora o soporte de las capacidades productivas y de servicios con que cuenta la localidad, lo cual podría interpretarse como la tendencia a la construcción de bloques de competencia local o incluso dentro de la propuesta de impulso a polos de desarrollo regional.

Aunque dentro del contexto específico de México el notable crecimiento regional de los programas de posgrado puede entenderse como parte de la estrategia de impulso a la descentralización política, administrativa y educativa de fuerte presencia en los últimos gobiernos federales el estudio de programas de posgrado en una región específica del país permite generar información que apoya la comprensión de la dinámica desarrollada en el ámbito regional de un proceso nacional de expansión educativa.

La incorporación de una perspectiva regional en el estudio de los posgrados permite generar información sobre las dinámicas, capacidades y entornos que se encuentran presentes en el funcionamiento y el desarrollo de un nivel educativo dentro de las regiones y, además, posibilita la explicación de aspectos más puntuales dentro de contextos delimitados por condiciones educativas específicas.

En particular, en el caso de la región centro-sur (RCS), el acercamiento a una perspectiva regional permitió revelar, tan sólo en el marco de lo educativo, aspectos importantes de diferencia y disparidad entre los distintos estados que conforman la región y que dan un sesgo específico al escenario local en el cual se desarrollan los programas de posgrado, pero al mismo tiempo se pudo observar las capacidades comunes en que se soportaría el desarrollo futuro de este nivel educativo.

 

Infraestructura institucional y cantidad de programas disponibles por estado

El cuadro 2 aporta los datos necesarios para conformar el panorama de la infraestructura institucional y la cantidad de programas de posgrado que se ofrecen en la región. Los datos de los siete estados de la RCS muestran importantes variaciones entre ellos.

Una característica significativa de esta región es la colindancia de la mayor parte de estos estados con el Distrito Federal. Esta cercanía supone acceso a la oferta educativa más grande y diversificada de todo el país. Sin embargo, este rasgo común en la mayoría de ellos puede estar jugando un distinto papel.

Por un lado, la población de estos estados ha tenido posibilidades reales de formarse en el ámbito superior en instituciones educativas ubicadas en el Distrito Federal y su zona metropolitana, ya sea por la cercanía de éstos a la ciudad o, incluso, para el caso del Estado de México, por la ubicación de las instituciones educativas en la zona conurbada.

Para algunos estados de la región, esta cercanía pudo haber constituido una limitación en el impulso y el desarrollo de la enseñanza superior y de investigación científica dentro de su propio espacio, pero también es cierto que, en ciertos casos, particularmente el del estado de Puebla, existe una fuerte tradición educativa y una importante infraestructura institucional para la educación superior, por lo cual mantiene un lugar privilegiado dentro de la región.

 

Población escolar de posgrado en la RCS

Con un total de 19 432 estudiantes de posgrado en el año 2000, la RCS representó 16.4% del total nacional; con ello se ubica en la tercera región con mayor concentración de matrícula, siendo la zona metropolitana del Distrito Federal (ZMDF), con 45 231 estudiantes o 38.2% del total de la matrícula, la que ocupa el primer lugar y en segundo término está la zona noreste con 18 313 alumnos, que corresponde a 15.5% de dicho total.

 

Actividades científico-tecnológicas en la región de estudio

Debido a que los programas de posgrado tienen una relación directa con las actividades científicas y tecnológicas, y que la planta docente de estos programas debe nutrirse de investigadores de alto nivel en ejercicio, conviene considerar cuál es la proporción de investigadores pertenecientes al SNI que se registra para la región delimitada y para cada estado que la compone.

Los 1 121 investigadores del SNI registrados en esta región en 1998 no son ni siquiera la mitad de los registrados en este Sistema Nacional en el Distrito Federal (3 561 investigadores), pero la proporción de la región es alta: 16.62%, si se considera que se trata sólo de seis estados de los 32 con que cuenta la república. Por otra parte, si se excluye del padrón del SNI al Distrito Federal (que concentra a 52.8% de los investigadores), y se toma como dato de referencia a 3 181 investigadores ubicados fuera de él, entonces el porcentaje de investigadores en la región de estudio asciende a 35.24 por ciento.

Una explicación de este elevado porcentaje de investigadores pertenecientes al SNI en la región, sin duda es su proximidad geográfica al Distrito Federal, que permite suponer que los investigadores pueden vivir en estos estados pero trabajar en el Distrito Federal y a la inversa.

Todavía es posible comentar que entre los seis estados se presentan interesantes diferencias respecto del SNI. El Estado de México, Morelos y Puebla concentran 96% de los investigadores del SNI, mientras que 4% que se distribuye entre los otros tres estados no llega a significar, en ninguno de los casos, las dos decenas de investigadores (cuadro 3).

Los investigadores pertenecientes al SNI en la región de estudio se distribuyen, por áreas de conocimiento, de la siguiente manera:

 

PROGRAMAS DE POSGRADO EN CIENCIAS SOCIALES EN LA REGIÓN CENTRO-SUR DE LA REPÚBLICA MEXICANA

El primer cuadro de este trabajo muestra el crecimiento de la población escolar de posgrado de 1990 a 2000, por área de conocimiento de acuerdo con la clasificación de la ANUIES. En los datos de este cuadro se observa que las ciencias sociales y administrativas (CSYA) concentran, con 46.2%, a la mayor parte de la población escolar de posgrado, y que entre 1990 y 2000 se dio un aumento de más de dos puntos porcentuales en esta área de conocimiento.2 Por otro lado, del total de 402 instituciones que imparten posgrado en el país,3 63% (242) imparte algún programa en CS. Del total nacional de programas de posgrado (4 072), 33.7% (1 374) pertenece al área de CS.

Éste es el contexto general de expansión de los posgrados en CS, en el cual se sitúan los posgrados regionales de esta misma área de conocimientos; sin embargo, cada región del país presenta particularidades en este crecimiento.

La región centro-sur es la zona del interior del país que concentra el mayor número de posgrados en CS, con 279 programas en 2000, y la que más se acerca a los programas registrados en la zona metropolitana en la que se identificaron 318. Una observación importante es que no todos los programas reportados por la ANUIES en ese año se encontraban vigentes; 61 programas de los 279 de la RCS aparecieron en el anuario de la ANUIES como sin registro o sin datos disponibles. Esta situación se repite para todas las regiones en distintas cantidades, pero de todas formas la situación sigue siendo sobresaliente en la RCS.

En cuanto al número de instituciones que imparten estos posgrados, se observa que la región sólo está dos instituciones por debajo de las que se registran para la zona metropolitana. El cuadro 5 permite observar importantes diferencias sobre los posgrados en CS entre los estados que conforman la región.

El Estado de México y el de Puebla presentan una cantidad considerable de programas e instituciones que los imparten, que contrasta fuertemente con el caso de Querétaro, y muestran una importante diferencia con relación a los demás estados. Para una apreciación más completa de los posgrados de CS en esta región conviene observar la tendencia de crecimiento de la población escolar en un periodo de cuando menos cinco años (cuadro 6).

En los cinco años que refieren los datos del cuadro anterior, la población escolar de la región se elevó en alrededor de 1480%, con interesantes diferencias entre los estados. Los casos de mayor crecimiento fueron los de Guerrero, Hidalgo y Tlaxcala, aunque dado el número tan pequeño de matriculados que se registraron en 1995, la matrícula en 2000 no logra acercarse a las cantidades de las entidades con mayor población escolar como los estados de México y Puebla. El caso de Morelos es interesante porque en los cinco años muestra leves ascensos iniciales para, finalmente, presentar una baja moderada en los dos últimos años.

Por último, es necesario considerar cómo se distribuyen los 274 programas de posgrado de los seis estados de la RCS, respecto de especialidades, maestrías y doctorados en cada entidad (véase cuadro 7).

Entre 1998 y 2000 se desarrolló un proyecto de investigación para analizar cuál era la situación ocupacional de los egresados de posgrados en CS en estos seis estados de la RCS de la república mexicana.4

Con dicho trabajo fue posible caracterizar una dinámica regional de crecimiento de este nivel educativo en el área de las CS en cuanto a características académicas de los programas y características de egreso y ocupación de los posgraduados de estos programas.

La investigación se orientó, de manera fundamental, a posgrados con especialidades disciplinares que se acercan más al conocimiento de las ciencias sociales como tal, dejando fuera aquellas disciplinas de corte más administrativo y jurídico.

Se siguieron dos líneas de indagación. Una permitió caracterizar los programas en cuanto a su proyecto académico, su trayectoria, la planta docente y, en general, el modelo de formación que se proponen. Para esta línea se desarrolló una entrevista a los responsables de los posgrados y se recabó información de los programas académicos. La otra se orientó a caracterizar la situación ocupacional de los egresados de estos posgrados; aquí fue posible ubicar y caracterizar los rasgos esenciales del grupo de egresados como edad promedio, distribución por género, su situación ocupacional al finalizar el programa y en el momento de aplicar el cuestionario, las principales funciones de su desempeño, las principales líneas temáticas de su formación.

Estas dos líneas de trabajo e indagación se siguen para el desarrollo de esta segunda parte del trabajo, es decir se presentarán primero los rasgos generales de los programas seleccionados y posteriormente se analizará la información de los distintos instrumentos mediante los cuales se levantaron los datos. Las características más relevantes de estos instrumentos son las siguientes:

• Guía de entrevista: está dirigida a los responsables de la coordinación de los posgrados para obtener información sobre los antecedentes y la trayectoria de los programas, la planta docente y datos de localización de los alumnos.

• Cédula de identificación de los programas: organiza datos sobre la identificación general de los programas y rasgos generales sobre su actual operación.

• Cuestionario para los egresados: indaga sobre tres categorías centrales: 1) características generales de los egresados: formación obtenida, edad, género y motivos de ingreso a los posgrados y situación ocupacional al egreso; 2) actual situación ocupacional de los egresados: empleados o desempleados; 3) lugar de desempeño, puesto y principales funciones.

 

Los programas seleccionados, su conformación y trayectoria

En total se consideraron 20 programas regionales de posgrado, de los cuales 19 fueron maestrías y sólo uno doctorado (cuadro 9). En primera instancia, la selección se basó en los programas que aparecen registrados en los Anuarios Estadísticos de la ANUIES de 1997 y 1998, y por lo tanto también se retomó la clasificación con la que, de acuerdo con ANUIES, se agrupa a los programas de posgrado por áreas y subáreas de conocimiento.

El área de principal interés fue la de ciencias sociales, aunque también se consideraron dos casos de programas registrados dentro del área de educación y humanidades. De las 20 subáreas en que la ANUIES clasifica a las CS, los casos seleccionados correspondieron a cinco de estas subáreas: antropología y arqueología, ciencias sociales, economía y desarrollo, estudios latinoamericanos y psicología.

Los programas seleccionados y las instituciones responsables de impartirlos se encontraron distribuidos entre los estados de la siguiente manera: el estado de Puebla con ocho programas y tres instituciones; el Estado de México, con cinco programas y dos instituciones, y en tercer lugar el estado de Morelos, con tres programas impartidos por una sola institución. En el estado de Guerrero se tomaron en cuenta dos programas y en los estados de Tlaxcala e Hidalgo se consideró un solo caso para cada uno.

Los posgrados se encuentran ubicados, institucionalmente, de la siguiente forma: 18 programas adscritos a siete universidades, de ellos cinco se imparten en centros de investigación pertenecientes a estas instituciones, y dos programas más en centros de investigación independientes, es decir, sin adscripción a universidades. De estas nueve instituciones, siete son públicas y dos privadas.

La mayor parte de los posgrados están inscritos en instancias académicas de universidades que pueden tener la figura de facultades, escuelas o centros; aunque se podría suponer que la pertenencia institucional de los mismos a universidades les brinda un respaldo sólido que les aseguraría su permanencia, resulta interesante que los cuatro programas suspendidos pertenezcan a universidades. Sólo dos pertenecen a instancias académicas que adoptan la figura de colegios, cuyos posgrados no registran suspensiones, cuando menos en el periodo de los últimos diez años.

En cuanto a la fecha de inicio de los programas, 12 de ellos se conforman entre 1991 y 1995; un caso registra la fecha de 1947, la maestría en Antropología de la Universidad de las Américas; dos programas de la Universidad Autónoma del Estado de México inician en 1974, las maestrías en Estudios Latinoamericanos y en Estudios Urbanos y Regionales, y cinco programas se registraron entre 1980 y 1989, por lo tanto, la mayor parte se conformó a partir de la década de los noventa, y aunque se puede considerar que se trata de programas jóvenes, 17 de estos casos ya han tenido modificaciones a sus planes de estudio.

Con los datos del cuadro 9 se puede considerar que en cuanto a su trayectoria, estos programas muestran rasgos que reflejan poca o baja estabilidad o madurez: inestabilidad en la matrícula, bajo egreso y bajos índices de titulación.

De acuerdo con la información proporcionada por los responsables de estos programas, cuatro posgrados se encontraron suspendidos temporalmente. Sobre otros cinco no se obtuvieron datos precisos de manera directa (en cuatro de estos casos se retomaron los datos registrados por ANUIES).

Respecto a la población egresada de estos programas, se muestran diferencias en cuanto al número de egreso alcanzado a lo largo de su existencia: el programa de maestría en Planeación y Desarrollo Urbano de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos informa de 92 egresados; la maestría de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma del Estado de México con 58 egresos; la maestría en CS de la UAG con 43 egresos; la maestría en Análisis Regional con 66 egresos (los tres últimos casos con muy bajos índices de titulación), y programas que reportan ocho egresados, como la maestría en Antropología de la UAP, y la maestría en Sociología con énfasis en Análisis Regional de la Universidad Autónoma del Estado de México, con tres egresados.

En general, ocho de estos programas no tienen más de dos decenas de egresados y 18 no habían alcanzado a titular ni a la tercera parte de sus egresados.

En el momento de la investigación, siete programas pertenecían al Padrón de Excelencia del CONACYT y tres habían perdido su registro cuatro años atrás.

 

Sobre la planta docente

Respecto a la planta docente de los programas, sólo se logró obtener información de 17 de ellos y, sin embargo, la información recabada resultó ser relevante para el estudio. Para el periodo de 1998-1999 se identificaron, entre los 17 programas, a 269 docentes, de los cuales 124 eran doctores, 18 candidatos a doctor, 123 maestros, dos candidatos a maestro y dos profesores sin grado determinado. De ellos, 58 docentes pertenecían al SNI.

Resalta el hecho de que la mayor parte de los profesores contaba con el grado de doctor o es candidato a este grado y también que 17 programas cuenten con doctores en su planta docente (cuadro 10).

 

La orientación formativa de los programas académicos

La revisión de los programas académicos permitió identificar los principales rasgos que distinguen el modelo de formación al que se apega cada uno de los 20 programas académicos de posgrado que se revisaron. Los rasgos de los programas que se tomaron en consideración son: los objetivos del programa, los requisitos de ingreso, las líneas de formación, el perfil de egreso y los campos de desempeño profesional establecidos por los propios programas. Se trató de observar la congruencia entre los distintos rasgos de cada programa académico. Con esta primera revisión fue posible ubicar la orientación general y global del modelo de formación al que se apegan los programas; tres fueron los rubros para esta clasificación: a) con orientación profesionalizante, es decir tendiente a profundizar la formación profesional, b) con orientación a la docencia y c) con orientación hacia la investigación. Con frecuencia, los programas presentaron una combinación de dos o hasta tres de estas orientaciones.

La orientación profesionalizante se presenta en la mayor parte de los programas; para 11 de ellos programas es la orientación prioritaria y para otros cinco representa una orientación adicional. Docencia es la orientación principal en tres programas y constituye una orientación adicional en otros cinco programas. La orientación a la investigación domina en cinco programas y también está presente con menor importancia en ocho más. Un programa parece insistir en dos orientaciones, docencia e investigación (gráfica 1).

En cuanto a la modalidad de enseñanza que se refleja mediante la lectura de los programas, se encontró que 16 siguen una modalidad escolarizada, tres una modalidad semiescolarizada y sólo uno es tutoral.

Otro aspecto relevante en el modelo de formación de los programas es el enfoque disciplinar, es decir si es que están orientados a cultivar una disciplina en específico o se dirigen más a la resolución de problemas desde enfoques transdisciplinarios. Esto se pudo diferenciar a partir de la revisión de los objetivos de los programas, las áreas temáticas o líneas de investigación y/o formación, e incluso en la consideración de la denominación que se da a los programas.

Los de corte más disciplinar se especializan en: sociología (maestría y doctorado en Sociología de la BUAP y maestría en Sociología de la UAE de México), antropología (maestría en Antropología de la UDLA) y economía (maestría en Economía de la BUAP y maestría en Economía de la UDLA), todos ubicados en universidades. Una parte de los programas desarrollan especialidades disciplinares: maestría en Historia Contemporánea de la UAE de Morelos, maestría en Historia Regional de la UAG, maestría en Economía con énfasis en Economía Financiera y maestría en Sociología con énfasis en Análisis Regional de la UAE de México y maestría en Psicología Social de la BUAP.

Otros programas se orientan hacia los estudios de especialidades: maestría en Estudios de Población de la UAEH, maestría en Estudios sobre Estados Unidos de la UDLA, maestría en Estudios Latinoamericanos y maestría en Estudios Urbanos y Regionales de la UAE de México, maestría en Administración del Desarrollo Urbano y maestría en Planeación y Desarrollo de la UAE de Morelos. Por último, otros tres programas adoptan la denominación genérica de ciencias sociales y se especializan en temáticas emergentes como género, movimientos sociales, pobreza, democracia y cultura (de la UAG, de El Colegio Mexiquense y de El Colegio de Puebla).

 

Ubicación, identificación y principales características de los egresados

Entre los 20 programas de posgrado se informó para 1998 un total de egreso de 572 alumnos. En la investigación fue posible ubicar y aplicar el cuestionario a 299 egresados; la edad promedio de éstos se ubicó en los 36 años, 46.8% (140) mujeres y 53.2% (159) hombres. De ellos, en el momento de la aplicación del cuestionario, 46.5% (139) se encontraba titulado y 53.5% (160) no había obtenido el grado.

Al egresar, 84.3% (252) se encontraba empleado y 15.7% (47) sin trabajo; al aplicar el cuestionario 96.3% (288) tenía trabajo, uno de ellos estudiaba el doctorado, ocho elaboran tesis y sólo dos casos ni elaboraban tesis, ni trabajaban.

Desde el inicio de la investigación, una de las primeras características importantes que se observó fue que existía un bajo número de desempleados entre los egresados; sin embargo, esto pareció estar relacionado con su situación ocupacional antes y durante sus estudios de posgrado. Los datos mostraron que un porcentaje alto de los estudiantes se encontraba trabajando antes de iniciar el posgrado (218 o 72.9%), otros obtuvieron su trabajo mientras cursaban sus estudios (20 o 6.7%) y 50 (16.7%) al terminar el posgrado (gráfica 2).

 

Funciones, ámbito y lugar de desempeño laboral

Es claro que el ámbito académico,5 ya sea del sector público o privado, tiene una participación muy importante. El lugar específico de su desempeño es el de las instituciones de educación superior, y las funciones que en mayor proporción desempeñan son las de administración (138), docencia (118) e investigación (70). En el contexto actual de promoción de la carrera académica de los docentes universitarios por parte de la política educativa nacional, específicamente mediante el Programa de Mejoramiento del Profesorado de las Instituciones de Educación Superior (PROMEP) (ANUIES, 1997), parece ser que los posgrados en CS resultaron ser una buena opción para las IES, en el sentido de aumentar el nivel de la formación académica de su planta docente y de investigadores, y en otra importante proporción, funcionarios medios que coordinen actividades académicas dentro de las IES.

El segundo lugar lo ocupa el ámbito de servicios con funciones relacionadas con administración, asesoría, desempeño profesional (realización de estudios técnicos y/o investigaciones puntuales) y capacitación, y fue el sector público en donde se ubicaron, en su mayor parte, los lugares de desempeño laboral de este ámbito.

Puede resultar útil señalar los lugares de desempeño en servicios, en los cuales, de acuerdo con el cuestionario, laboran los egresados, como una forma de inferir en dónde se derivan demandas de servicios de posgraduados en CS en las localidades de la región.

Lugares de desempeño laboral. Ámbito servicios:

• Salud: DIF, Servicios de Salud, IMMS, Hospitales, oficinas estatales de la Secretaría de Salud.

• Partidos políticos: Partido del Trabajo, Partido de la Revolución Democrática, Fundación Colosio.

• Oficinas gubernamentales estatales: Gobierno de Toluca, ayuntamientos, municipios, Aduana Fronteriza.

• Secretarías: Agricultura y Desarrollo Rural, Comercio y Fomento Industrial, Salud.

• Paraestatales: PEMEX.

• Otras dependencias gubernamentales: INEGI, PGJ, FONAE, Dirección General de Desarrollo Urbano, Tribunal Federal Electoral, Cámara de Diputados, Comisión Nacional del Agua, Casa de Cultura, Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro.

• Sector privado: Despacho Privado de Consultoría Jurídica.

Estos lugares de trabajo dibujan un panorama general del ámbito laboral en el que se insertan los egresados de posgrados en CS, y las funciones de administración son las que realizan con mayor frecuencia, tanto para el sector servicios como para el de educación superior.

Sin embargo, al revisar los programas académicos de estos posgrados en ningún caso se encontró que hubiese objetivos de formación o una definición de los perfiles de ingreso o egreso relacionados con funciones administrativas.

Lo que sí es posible confirmar respecto a lo observado en el apartado de modelo de formación de este mismo trabajo, es que la orientación profesionalizante que domina en buena parte de los programas académicos corresponde a las funciones que desempeña la mayoría de los posgraduados en CS, ubicados ya sea en el ámbito de servicios o en el académico.

 

CONCLUSIONES

La dinámica de crecimiento regional de los posgrados en México y la situación particular de los posgrados en CS de la RCS

El notable crecimiento y expansión de los estudios de posgrado en los años recientes se ha reflejado en el aumento en el número de programas, en las instituciones que los imparten y en la población de este nivel educativo en el ámbito nacional.

Este crecimiento también ha mostrado importantes diferencias entre las distintas áreas de conocimiento, entre las cuales las CS concentran la mayor parte de la población escolar de este nivel educativo. Los posgrados en CS reunían en 2000 a 46.2% de la población escolar nacional y son los que se atienden en el mayor número de IES del país (63.0% impartía algún ramo de las CS en el nivel de posgrado en el país).

Otro rasgo relevante de este proceso de crecimiento y expansión es el cambio en la distribución regional de estos programas. Así, mientras que en 1990 los programas de posgrado que se encontraban ubicados en distintas regiones del país constituían 56.62% del total de estos programas en el nivel nacional, en el año 2000, 76.7% de los ellos eran regionales.

La RCS presentó el más alto porcentaje de crecimiento, en diez años, de programas de posgrado (260.2%) y de IES que los imparten (276.0%) con relación a las otras cinco regiones que componen el país. También fue la zona del interior de la república que en 1998 contó con el mayor número de posgrados pertenecientes al Padrón de Excelencia del CONACYT (11) y con la mayor cantidad de investigadores reconocidos por el SNI (35.24% de investigadores que radican fuera del Distrito Federal).

En el caso de los posgrados en CS se refleja una distribución geográfica variable de crecimiento entre las seis regiones que componen el país.

Después de la zona metropolitana del Distrito Federal que concentra la mayor cantidad de posgrados en esta área de conocimientos (318) y de instituciones que los imparten (66), la región centro-sur de la república mexicana es la que tiene la mayor cantidad de posgrados regionales en CS (279) e instituciones que los imparten (65). Destaca el hecho de una notoria desigualdad en el crecimiento de los mismos entre las distintas regiones que componen el país. Esta situación permite concluir que la RCS cuenta con una fuerte y creciente infraestructura institucional para la operación de programas de posgrado, especialmente en el área de CS, y que dadas las diferencias que se presentan al respecto entre los estados, no se trata de una situación homogénea para la región.

 

Conformación, trayectoria y orientación formativa de 20 programas de posgrado en CS en la RCS

En cuanto a la conformación del grupo de programas seleccionados se encontró que la mayoría de éstos están inscritos en instancias académicas de universidades; que 12 de ellos se conformaron en la década de los noventa y que, por lo tanto, son parte del proceso de crecimiento y expansión al que se hizo referencia anteriormente.

Respecto a su trayectoria, se pudo observar que este grupo de posgrados muestra rasgos variables con relación a su permanencia, matrícula, egreso y titulación. Cuatro de los programas considerados se encontraban suspendidos entre 1999 y 2000. La población escolar inscrita en esos años varió entre los programas que tenían entre 80 y 66 inscritos, hasta aquellos con sólo cinco o seis estudiantes. En general, cuentan con índices bajos de titulación; a excepción del programa de maestría en Planeación y Desarrollo de la UAE de Morelos adscrito al área de psicología social, la mayor parte de ellos (18) no había logrado titular ni a la tercera parte de sus egresados.

Otro rasgo interesante de su trayectoria es que en 17 posgrados se habían realizado modificaciones a los programas académicos.

No se trata, entonces, de un grupo de programas de posgrado con características de trayectoria uniforme, pero en general se puede decir que muestran importantes rasgos de baja consolidación en permanencia, egreso y titulación.

En contraste con lo anterior, resalta la fortaleza de su planta docente; puede afirmarse que los posgrados en CS de la región de estudio muestran un sólido soporte académico por el nivel de formación de su planta académica y la cantidad de miembros del SNI existentes dentro de los programas.

La orientación formativa dominante es la profesionalizante, situación que parece congruente con las funciones administrativas que realizan los egresados, aun cuando estén ubicados en IES. La orientación hacia la investigación estuvo presente en 13 programas desde la definición de sus objetivos; sin embargo, en ocho de ellos no se marcó como requisito de ingreso la aprobación o, al menos, la presentación de un proyecto de investigación, situación que en parte puede cuestionar las posibilidades formativas en investigación de estos programas.

 

Situación ocupacional de egresados de posgrado en CS en la RCS

Los primeros resultados de la investigación respecto al bajo índice de desempleo de los egresados de los posgrados en CS de la RCS (apenas 4% se encontró desempleado y 1% laborando fuera del campo de las CS), parecían muy alentadores en el sentido de confirmar la existencia de una demanda social, de tipo local o regional, de especialistas en el área. Sin embargo, una vez que se contó con los datos sobre la ubicación laboral de los egresados, fue posible constatar que éstos mantenían o regresaban a su antiguo lugar de desempeño y que la mayor parte de ellos (55.8%) laboraba en IES. Esta situación bien puede ser considerada un reflejo de la influencia de la política gubernamental, específicamente el PROMEP que se puso en marcha a finales de la década pasada (ANUIES, 1997), en el cual las instituciones impulsan a sus docentes a formarse en el nivel de posgrado y dentro del programa citado les otorgan tiempo para la realización de estudios o les reducen la jornada laboral. Las actividades que desempeñan estos egresados involucran la investigación y docencia, pero en su mayor parte se dedican a la coordinación y a labores administrativas de programas académicos, y en algunos casos se trata de la coordinación y administración de los programas de los cuales egresaron.

La segunda tendencia ocupacional importante que se pudo distinguir se refiere al sector público de servicios. Resultó significativo que 39.2% de los egresados a quienes se aplicó el cuestionario (117 egresados) se encuentre laborando en distintas entidades del sector servicios: gubernamental y no gubernamental; federal, estatal y municipal. Parece que el espectro de lugares posibles para el desempeño laboral se está ampliando en la región más allá de las IES.

Estos datos sugieren que el crecimiento de los posgrados regionales en CS, al menos en la región delimitada, fue influido, en parte, por la demanda de profesores universitarios que requerían elevar su nivel de formación académica.

Esta situación significó que los posgraduados tuviesen asegurado su futuro ocupacional dentro del área de conocimiento de las CS, e implicó cierto matiz a la apreciación inicial sobre la aparente fuerte capacidad de absorción de estos recursos humanos por parte de la región en estudio.

Por otro lado, también resultó interesante observar que se empieza a perfilar otra tendencia ocupacional de estos egresados en el sector público de servicios.

Finalmente, se puede concluir que el crecimiento regional de los posgrados aún no ha permitido consolidar la mayor parte de las propuestas existentes en CS en la RCS, y menos aún se han logrado prácticas de integración entre las mismas.

Si los programas muestran algunas inconsistencias en sus trayectorias, también es cierto que presentan fortalezas que no parecen ser aprovechadas, como es el caso de una planta académica con formación de posgrado que no mantiene relación entre los distintos profesores o interacciones en encuentros académicos como seminarios, proyectos o líneas de investigación conjuntas, ni estudiantes compartidos o promoción de estancias académicas entre las propias instituciones.

Con relación a las orientaciones formativas, la revisión de los programas académicos muestra la necesidad de desarrollar una mayor congruencia interna de los objetivos con los perfiles de ingreso y egreso, así como de la consideración de las actividades reales que están desempeñando los egresados para contar con elementos que apoyen sus futuras reformas académicas.

Los resultados de este trabajo permiten considerar que los estudios de egresados son un importante recurso de investigación para acercarse a la dinámica prevaleciente en el nivel de estudios de posgrado, y en particular conocer el impacto de este nivel educativo en el ámbito regional.

Anexo

 

REFERENCIAS

Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (1991), Anuario Estadístico 1990. Población Escolar de Posgrado, México, ANUIES.         [ Links ]

---------- (1996), Anuario Estadístico 1995. Población Escolar de Posgrado, México, ANUIES.         [ Links ]

---------- (1997), Anuario Estadístico 1996. Población Escolar de Posgrado, México, ANUIES.         [ Links ]

---------- (1998), Anuario Estadístico 1997. Población Escolar de Posgrado, México, ANUIES.         [ Links ]

---------- (1999), Anuario Estadístico 1998. Población Escolar de Posgrado, México, ANUIES.         [ Links ]

---------- (2001), Anuario Estadístico 1998. Población Escolar de Posgrado, México, ANUIES.         [ Links ]

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (1996), Programa Nacional de Ciencia y Tecnología. 1994-2000, México, CONACYT.         [ Links ]

---------- (1998), Indicadores de Actividades Científicas y Tecnológicas, México, CONACYT, www.conacyt.mx/indicadores/indice/htm        [ Links ]

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Programa de Mejoramiento del Profesorado de las Instituciones de Educación Superior (PROMEP) (1997), en Revista de la Educación Superior, núm. 101, enero, marzo, pp. 99–173.         [ Links ]

SEP-CONACYT (2000), Main Results. 30 years of Conacyt' scholarship program: Evolution results and impact, México, CONACYT.         [ Links ]

Sakaiya, Taichi (1992), The knowledge value revolution or a history of the future, Nueva York, Tokio y Londres, Kodansha International.         [ Links ]

Secretaría de Educación Pública, Dirección General de Planeación, Programación y Presupuesto (1999), Compendio Estadístico por Entidad Federativa, 1998, México, SEP.         [ Links ]

 

PÁGINAS WEB CONSULTADAS

www.anuies.com.mx

www.conacyt.mx

 

NOTAS

1. Los ejemplos más palpables de estas políticas se plasman en programas como: Programa Nacional de Ciencia y Tecnología 1996-2000, Programa Nacional para el Mejoramiento del Profesorado (1997).

2. Si se revisa la distribución de la población escolar desde 1984 (ANUIES, 1999) se puede notar que la participación de las CS y Administrativas (CSA) bajó un poco de 1984 (39.4%) a 1988 (37.2%), para recuperar su tendencia de crecimiento a partir de 1989.

3. El anuario estadístico de la ANUIES de 1998 registra 402 instituciones considerando a la UNAM como una unidad dentro del Distrito Federal y como cuatro unidades dentro del Estado de México (ANUIES,1999). Para efectos de análisis, en el presente trabajo, no se consideraron las unidades de la UNAM ubicadas en el Estado de México.

4. La elección de los estados se fundamentó en la existencia de flujos poblacionales importantes que se suceden en la región entre estos seis estados, tomando como referencia el de Morelos.

5. Dada alta frecuencia de egresados situados en IES, el ámbito académico fue separado del ámbito de servicios.

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