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Perfiles educativos

versión impresa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.23 no.92 Ciudad de México  2001

 

Reseñas

 

Educación holista. Pedagogía del amor universal

 

Norma Durán Amavizca*

 

Ramón Gallegos Nava México, Pax México, 1999, 250 pp.

 

* Investigadora del CESU-UNAM.

 

La ciencia comenzó a sufrir una sacudida con el ingreso de la física cuántica. Tal suceso la ha llevado a replantear tantos de sus postulados que en la actualidad se ve transformada por un cambio de paradigma que ha modificado también, desde hace dos décadas, el campo de la comunicación, simple y sencillamente porque ésta es el espacio donde se forman las generaciones futuras que han de exigir, en breve, ingresar en la nueva visión.

En este libro del mexicano Gallegos Nava se expone dicha incursión, hecha, también, por otros países en busca del sentido que deberá continuar la educación. Para adecuarse con el nuevo paradigma, desde la última década del siglo XX, los pedagogos involucrados le han denominado "educación holista" y se concibe como la visión integral de los procesos educativos. Es con ese mismo título que esta obra se presenta.

En este libro, Gallegos Nava expone los que se han considerado como principios de la educación holista que, sin lugar a dudas, nos muestran el cambio en educación. Nos dirá: "En estos momentos estamos transitando de un paradigma educativo científico industrial a uno de carácter integral y para la sustentabilidad basado en los principios de la visión holista[...]"(p. 35). El cambio al que se refiere Gallegos Nava va de una filosofía mecanicista-materialista a una visión holista-espiritual de los procesos educativos. En esta última, se percibe al ser humano con un potencial ilimitado, como un ser espiritual orientado al significado y con una curiosidad innata para aprender en cinco niveles de totalidad que deben verse como contextos de aprendizaje, a saber: el ser humano, la comunidad, la sociedad, el planeta y el kosmos. Así, el alumno es un ser humano total (corporal, afectivo, cognitivo, social, estético y espiritual) inserto en un proyecto social, perteneciente a una comunidad (familia, escuela) que interactúa con la sociedad, tanto emocional como ideológicamente, y no sólo es un cerebro receptor de información.

En el contexto planetario se dice: "Para los educadores holistas el planeta es Gaia, un organismo complejo y armonioso de procesos dinámicos, una totalidad integrada que se autorregula y tiene vida y de la cual las sociedades humanas, así como los sistemas económicos, político y cultural son subsistemas dependientes" (p. 42). El quinto y último contexto es el kosmos como totalidad y corresponde a nuestra fuente genuina de identidad; es la totalidad primaria, es el contexto completo que da significado al ser, pues lo conecta con la dimensión universal y los valores humanos espirituales: "Es en donde se superan completamente el dualismo y la fragmentación, y la identidad con todo lo que existe llega como un despertar de la conciencia a su real naturaleza" (p. 43).

La educación holista tiene como premisa básica la no fragmentación de las disciplinas, la llamada especialización; propone la transdisciplinariedad, la cual elabora desde un contexto epistemológico más amplio que el de la ciencia: "va más allá del conocimiento intelectual e intenta una integración pero no sólo de disciplinas científicas, sino también de otros campos del conocimiento como el arte, las tradiciones, la espiritualidad, la literatura." (p. 46). Se concibe, también, como una alternativa a la tensión entre educación religiosa y educación laica por medio de la espiritualidad, que se perfila como la posibilidad de que el ser humano se percate de que es parte de todo. Dicha espiritualidad tiene como base una educación consciente fundada en los valores de belleza inherente, verdad, compasión, alegría, humildad e interrelación. "La espiritualidad es la energía creadora del universo y la esencia de la educación holista; la espiritualidad no se puede enseñar académica o linealmente porque trasciende las disciplinas académicas. En educación es también un estado de la conciencia, un estado de orden interno que como educadores sólo podemos estimular a través de la propia conducta y el diálogo holístico" (p. 55). Más adelante, el autor anota: "La espiritualidad está en la base de toda actividad educativa permitiendo el florecimiento de las potencialidades del estudiante; es el lugar de residencia de los auténticos valores humanos y el sentido estético inherente a la conciencia humana; es el contexto global de nuestras actividades tanto educativas como de cualquier otra índole: es la percepción directa de lo ilimitado" (p. 66).

En esta nueva visión educativa no existe separación entre aprender y vivir. Además de los postulados señalados por la UNESCO: aprender a aprender, aprender a ser, aprender a hacer, la educación holista ha incorporado uno nuevo y de vital importancia en nuestra época: aprender a vivir juntos, el cual implica aprender a vivir responsablemente, cooperando y respetando a otros seres humanos y en general a todos los organismos vivos del planeta. con este último se incorpora la necesidad de otra dimensión en el aprendizaje, además de la social, la científica y la espiritual; la ecológica, basada en el reconocimiento directo de nuestra relación con la Tierra. "[...] ello significa no confundir la ecoeducación y la formación de una conciencia ecológica con la enseñanza de la biología o la geografía, que es general mente lo que ocurre en los programas de educación ambiental tradicional. La ecoeducación es una forma de aprender a vivir con límites en una cultura sustentable" (p. 65).

La dimensión científica, desde el punto de vista holístico, se concibe como un aprendizaje totalmente relacionado con el autoconocimiento; parte del principio de que sólo se puede comprender adecuadamente el orden universal si este conocimiento está articulado con el de uno mismo, lo cual permite incluir un sentido de sabiduría en la ciencia y un sentido ético de responsabilidad por el conocimiento producido y sus posibles aplicaciones prácticas. "La importancia de la ecoeducación es fundamental para vivir en una cultura sustentable; esta educación no se logra con una visión fragmentada, cientificista y materialista. El despertar del amor a la Tierra no se consigue a través de la racionalidad instrumental o del desarrollo de habilidades cognitivas; requiere un enfoque holístico y un sentido estético profundo. La tesis fundamental de la ecoeducación es que los problemas causados en el medio ambiente tienen su origen en el ambiente interior de la subjetividad." (p. 162)

La interconexión de las dimensiones en la educación holista significa una articulación muy estrecha: lo que suceda para bien o para mal en alguna de ellas repercutirá, asimismo, en las otras, sea para favorecerlas o para desfavorecerlas. Con el fin de estar atento a dichas repercusiones, el nuevo paradigma educativo sugiere una forma de diálogo holístico y una comunicación inteligente. Así, para ingresar a una nueva cultura lo primero que se tiene que prever es la disposición a dialogar y con ello encontrar significados comunes; es menester una conciencia común que ayude a resolver los problemas colectivos. La transformación de la cultura comienza por pequeños grupos de gente que quieran una nueva forma de vida. Así, el tipo de diálogo que se propone tiene fuertes y profundas implicaciones y aplicaciones en el ámbito de la educación, constituye un proceso creativo que trasciende la tipicidad sobre la charla y el intercambio de conversación, pues explora la forma en que el pensamiento se genera y sostiene colectivamente. Así, servirá tanto para hacer comunes ciertas ideas, como para crear conjuntamente algún significado compartido, que viene a ser el que aglutina y sostiene los vínculos entre las personas y entre las sociedades.

En los grupos de diálogo con estas características, el pensamiento colectivo es una corriente que fluye entre todos los participantes. El objetivo del diálogo no consiste en analizar las cosas ni en imponer un determinado punto de vista o argumento, tampoco en modificar las opiniones de los demás, sino en suspender las creencias y observarlas; escuchar las opiniones y darnos cuenta de su significado. "En un grupo de diálogo, el intento de persuadir o de convencer a alguien carece de todo sentido, no es coherente ni racional ya que, si algo es correcto, no es preciso persuadir a nadie. En un grupo de diálogo debemos acompasar nuestra velocidad a la del grupo para no ir más aprisa ni más despacio de la cuenta. También deberíamos aprender en este sentido a respetar los periodos de silencio. El diálogo puede hacer que alguno se sienta enojado, frustrado e incluso asustado." (p. 188) citaré un párrafo más respecto al diálogo: "El diálogo es uno de los recursos de la educación holista más importantes para una socialización genuina, para aprender a cooperar, para crear comunidades de aprendizaje y una nueva cultura humana. cuando el diálogo se aplica al ámbito educativo, los resultados suelen ser extraordinarios, los valores humanos genuinos despiertan y la espiritualidad brilla" (p. 190).

En el penúltimo capítulo, Gallegos Nava abunda sobre la relación entre educación y espiritualidad, porque en la educación holista la segunda se considera el aspecto más distintivo: representa el corazón mismo y una práctica educativa cotidiana. Lejos de ser o representar una creencia religiosa, la espiritualidad es vista como una experiencia individual, natural y directa de lo sagrado, de lo trascendente, del fundamento último de la esencia de todo lo que existe. se refiere a una fuerza viva dentro de nosotros, a una profunda y real naturaleza.

En la educación actual — la mecanicista— se estimula a los estudiantes para que sean competitivos, exitosos, disciplinados, ambiciosos, agresivos. Estos son valores compatibles con la sociedad industrial depredadora, alejados de los genuinamente humanos; son valores que exaltan el ego. La nueva visión se apoya en la necesidad de trascender el ego y conectarse con la esencia de sí mismo; en ella las necesidades espirituales son transpersonales, no pueden ser satisfechas egocéntricamente: "cuando el ego, que es memoria y pensamiento, muere o disminuye, hay meditación; ésta se logra por la total atención a lo que es, a lo que está presente frente a nosotros. Meditar es vaciar la mente de todas las cosas, es purificar la mente de su actividad egocéntrica; en la meditación no hay deseo de lograr éxito, es morir para lo conocido, para el tiempo, para las ilusiones. Krishnamurti señala que la meditación es el florecimiento de la bondad y la percepción de lo ilimitado" (p. 217).

Gallegos Nava finaliza el libro refiriéndose a la misión del educador holista, cuya característica es la interdependencia. Su labor educativa pone énfasis en las relaciones y conexiones para integrar y armonizar la red de la vida, destacando la correspondencia entre: pensamiento lineal e intuición; mente y cuerpo; tipos de conocimiento; comunidad e individuo, y de éste consigo mismo. "El educador holista no es una figura de autoridad que conoce todas las respuestas correctas, sino un asesor para indagar junto con el estudiante las preguntas, compartiendo la curiosidad, la persistencia, tomar riesgos, la duda." (p. 232)

Nos encontramos en el momento histórico en que la crisis de valores en nuestro país se muestra en algunos de los contextos mencionados por Gallegos Nava: el mexicano afectado como sujeto individual por la violencia social, a consecuencia de la falta de diálogos constructivos que lo involucren en el valor de la cooperación; los más altos índices de contaminación como resultado de la desarticulación de los seres humanos con el planeta; la extrema fragmentación de las formas de vida desde las disciplinas y la burocracia, que se refleja en la comunidad y la familia desintegradas. Por todo ello, este libro es sin duda un estímulo para redireccionar la educación en todo el planeta y particularmente en México.

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