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Perfiles educativos

versión impresa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.22 no.89-90 Ciudad de México  2000

 

Reseñas

 

Democracia, educación y multiculturalismo. Dilemas de la ciudadanía en un mundo global

 

Armando Alcántara Santuario*

 

Carlos Alberto Torres, México, Siglo XXI, 363 pp.

 

* Investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad.

 

La obra es la versión española del original en inglés publicado en 1998 por la editorial Rowman and Littlefield. El centro de interés del autor es la relación entre el Estado, la educación, la ciudadanía y el multiculturalismo. Estos temas constituyen elementos clave en los actuales debates que se realizan en muchos países del mundo, y en México en particular. Torres logra articular con gran pericia las dimensiones económica, política y sociológica de los temas en cuestión. Aunque el tratamiento de los tópicos se realiza con rigor y exhaustividad, el análisis también se nutre de un conjunto de experiencias del autor, al que anima un gran sentido de humanidad, compasión y amor. Se trata entonces de un libro muy reflexivo sobre los temas arriba mencionados, aunque también es una obra muy personal, como puede verse en las distintas vivencias que narra el autor a lo largo de la obra.

Utilizando como principal herramienta de análisis la sociología política de la educación, el autor busca aclarar algunos de los dilemas clave de nuestra época para una audiencia compuesta por profesionales de la educación, maestros e investigadores, aunque también se dirige a ciudadanos informados y a todos aquellos interesados en conocer las interacciones entre los temas bajo estudio. El acucioso examen a que el autor somete las diferentes teorías de la ciudadanía, la democracia y el multiculturalismo lo llevan a identificar las fortalezas y los puntos débiles de cada una de ellas. Así, en lo correspondiente a la ciudadanía, destacan su crítica a la tendencia a la homogeneización y su propuesta de incluir una teoría que permita articular una ciudadanía multicultural. En lo que toca a las teorías de la democracia, Torres señala que su mayor limitación ha sido la falta de capacidad para impedir la exclusión sistemática de grandes segmentos de la población. Por lo que se refiere a las teorías del multiculturalismo, puntualiza que dichas teorías no han estado en disposición de incluir una teoría de la ciudadanía y la democracia que sea éticamente viable en el contexto de las actuales sociedades civiles capitalistas.

Uno de los capítulos que me parecen fundamentales para el análisis que se realiza en el transcurso de toda la obra es el que el autor dedica al examen de las diversas teorías del Estado, de su naturaleza y de la política. Asimismo, sugiere que cualquier análisis de la relación entre la educación y el Estado debería tomar en cuenta el carácter de múltiples niveles, complejo y dinámico de esta relación, lo cual revela la multitud de tensiones y contradicciones surgidas de las fuerzas históricas y sociales que se desarrollan en las instituciones políticas y educativas. Estos elementos se consideran cruciales para entender la naturaleza política de la educación como política pública y las conexiones entre la ciudadanía, la democracia y el multiculturalismo. Un concepto fundamental de este segundo capítulo es la doble consideración del Estado, como actor y como terreno en el que se desarrollan las más diversas luchas políticas y sociales. Asimismo, se destaca el hecho de que el Estado se ve obligado a intervenir, ya sea como legislador, regulador de intercambios sociales, ejecutor de leyes o persona que aplica la coerción. El análisis de este capítulo culmina con una disección de los modernos estados neoconservadores y neoliberales, hoy predominantes en muchos países del orbe.

La globalización es el tema de otro capítulo en el que se postula que dicho fenómeno constituye la principal limitación de la autonomía estatal y la soberanía nacional. Los límites también se expresan en la tensión entre la dinámica global y local en casi cada decisión y campo político en las esferas social, cultural y económica. En consecuencia, la globalización no sólo borra las fronteras nacionales, sino también mueve solidaridades dentro y fuera del Estado nacional. Asimismo, el autor señala de manera reflexiva las grandes paradojas y contradicciones del mundo global, tales como el hecho de que mientras el capital sigue siendo regulado de manera muy flexible, el trabajo continúa estando fuertemente controlado. Esto se observa de manera más aguda en los países en vías de desarrollo. De ese modo, se sostiene que la globalización tiene profundas implicaciones no sólo en los niveles económicos, sino en la construcción simbólica del orden social en el mundo.

Carlos Torres dedica tres capítulos a examinar y profundizar las teorías de la ciudadanía, de la democracia y las correspondientes al multiculturalismo. En la sección dedicada a las primeras, el análisis se centra alrededor de la obra de T. H. Marshall, así como a las refutaciones de sus detractores. Una conclusión de dicho escrutinio es que sin una distribución aceptable de los recursos se puede argumentar que los niveles de pobreza cada vez mayores afectan drásticamente la constitución de una ciudadanía democrática, lo cual da por resultado la dualización de la sociedad y, por consecuencia, la dualización de la ciudadanía. También se examinan en esa parte de la obra los retos más graves de la tradición liberal ante la noción de ciudadanía. Algunos de los principales desafíos provienen del feminismo y del poscolonialismo, así como de las teorías críticas de la raza y de diversos movimientos sociales. Torres argumenta en este sentido que, sin las proposiciones de la Ilustración — promoción de reglas y normas de conducta moral representadas en leyes, instituciones y estados que respetan la vida, la libertad, la igualdad, entre otras— no se puede llegar a una teoría de la ciudadanía.

El capítulo correspondiente al examen de las teorías de la democracia se enfoca primeramente al recuento crítico de los grandes enfoques: aristotélico, medieval y contemporáneo. Se hace además una distinción entre la democracia formal y la sustantiva para centrarse posteriormente en la obra de C. B. Macpherson. Siguiendo a este último autor, se identifican cuatro distintos conceptos de democracia: protectora, desarrollista, del equilibrio y participativa. Se pone de relieve que una democracia eficaz parece ser una precondición para alcanzar una cierta igualdad social. En el mismo capítulo también se indagan de manera sistemática las condiciones de la educación democrática y sus retos políticos. A partir de las contribuciones de Paulo Freire (especialmente las que corresponden a la constitución del sujeto pedagógico, el señalamiento de la diversidad cultural entre los sujetos pedagógicos y la educación dialógica), se hacen además diversas consideraciones sobre la democracia y el socialismo, teniendo como referente empírico diversas experiencias latinoamericanas, entre las cuales se encuentran los casos de Cuba, Chile y Nicaragua.

La sección relacionada con el multiculturalismo cobra gran importancia para las discusiones que hoy se llevan a cabo en torno a la controvertida Ley de Derechos y Cultura Indígena. En este sentido, la exhaustiva revisión que el autor hace de diversos conceptos y teorías puede proveer valiosos elementos para ilustrar los debates sobre un aspecto de nuestra realidad nacional del cual apenas comenzamos a cobrar conciencia. En el multiculturalismo mexicano radica lo que tan espléndidamente ha sintetizado Miguel León Portilla como "la riqueza más grande de su propio ser: la sinfonía viviente de sus muchas lenguas y de sus variadas formas de creatividad cultural". Para Torres el multiculturalismo es una orientación filosófica, teórica y política que rebasa la reforma escolar y aborda los problemas de la raza, el género y los vínculos de clase dentro de la sociedad. Al relacionar el multiculturalismo con la educación democrática, no se puede y no se debe separar las cuestiones sobre quiénes son los ciudadanos que habrán de ser educados, cómo cambian dichos ciudadanos con el tiempo según su propia configuración demográfica, política, cultural e incluso simbólica y, a su vez, de qué manera perciben estos ciudadanos tales cambios en la construcción de la diferencia. En otras palabras, para el autor el debate sobre el multiculturalismo y la educación multicultural no sólo se da sobre el canon y la cultura, sino sobre el futuro de la ciudadanía y la democracia en las sociedades capitalistas formadas por culturas diversas. Dicho debate muestra, con inusitada claridad, la inconmensurabilidad de los discursos y las limitaciones de las respuestas técnicas a los problemas políticos.

El séptimo y último capítulo proporciona los elementos que habrán de conducir a una teoría de la ciudadanía democrática multicultural. Para Carlos Torres, el problema central de la educación es cómo contribuir al pacto democrático y de qué modo podemos prepararnos para abordar adecuadamente la ciudadanía democrática cultural. El autor también oberva que la diversidad cultural es uno de los principales subproductos del creciente proceso de globalización económica, cultural y política, que ha adquirido una intensidad sin paralelo en la historia mundial. Finalmente, el profesor Torres considera que una filosofía antirracista, antisexista y anticlasista que se base en la tolerancia, en una epistemología de la curiosidad a la Freire, en un rechazo de las posturas cínicas y nihilistas, en una espiritualidad secular del amor y en un diálogo que con habilidad se entable como método, pero también como proceso cognitivo, constituyen las virtudes centrales de la ciudadanía democrática multicultural y un puente entre los cánones y las culturas fundamentales.

En mi opinión, y por lo que conozco de la prolífica obra que a lo largo de veinticinco años ha venido desarrollando Carlos Alberto Torres, este libro, junto con el que el autor escribió hace poco más de cinco años (1995) con Raymond Morrow (Social theory and education: A critique of theories of social and cultural reproduction, Albany, Nueva York, suny Press), refleja una madurez intelectual excepcional y un manejo profundo y erudito de los temas, sin que por ello quede ausente una singular capacidad de asombro ante las muchísimas vivencias de su incansable andar por el mundo. Es por ello que recomiendo ampliamente su lectura.

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