SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.22 número88Educación a distancia: De la teoría a la práctica índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Perfiles educativos

versão impressa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.22 no.88 Ciudad de México  2000

 

Reseñas

 

Epistemología y sociedad. Acerca del debate contemporáneo

 

Bertha Orozco Fuentes*

 

Roberto Follari, Santa Fe, Argentina, Homo Sapiens, Ediciones 2000 (Serie Estudios Sociales), 125 pp.

 

* Investigadora del CESU-UNAM.

 

¿Por qué y para qué una lectura como ésta?

Cuando recomendamos un determinado libro, siempre es por alguna razón incitante, motivadora y provocadora, y también porque nos es útil o sugerente en un momento y contexto particular, por ejemplo, cuando enfrentamos e intentamos construir nuevas preguntas o modos nuevos de interrogar a nuestras actuales y complejas realidades sociales, quizá porque las herramientas teórico-conceptuales con las que trabajamos, aun cuando son vigentes en ciertos sentidos, en otros ya no son del todo suficientes lógica y conceptualmente.

Desde esta perspectiva, ¿por qué recomendar la lectura del libro que nos ofrece Roberto Follari, Epistemología y sociedad. Acerca del debate contemporáneo? En esta reseña intentamos comunicar a los lectores interesados ciertas provocaciones que el libro nos deja al leerlo e invitamos a compartir su lectura para participar en los debates en un doble sentido: a) con relación al texto mismo que Follari nos ofrece y b) en torno a la discusión en la cual se enmarca —el campo de la reflexión epistemológica y teórica de las ciencias sociales y de la cultura—, pero en el contexto particular en el que se sitúan los agentes sociales latinoamericanos.

Lo primero que llama la atención es el tono polémico que emplea el autor, tanto en la forma textual de su obra, como en el de su práctica o modo de juego discursivo. Llama la atención a primera vista cómo, al abordar y discutir los problemas del conocimiento de lo social, el autor evita quedar atrapado en un logos deshumanizado, a-historizado y des-ideologizado de ciertas tendencias teóricas actuales, como por ejemplo, el enfoque de la posmodernidad, la corriente de pensamiento poscolonial, las posiciones sobre el problema de la ciencia contemporánea, o el de la clarificación no reductible del concepto "epistemología" en el debate contemporáneo del conocimiento.

La estrategia de discusión que emplea Follari consiste en marcar su propia identidad y ubicación de pensador y educador latinoamericano frente a otro autor, ante una posición teórica, o en relación con algunas tendencias ideológico-políticas cuyos efectos repercuten en la comprensión y en la actuación de los agentes sociales en cuanto a la ciencia y al problema del conocimiento.

La forma en que Follari teje sus argumentos provoca un efecto inesperado y poco usual entre los teóricos sociales latinoamericanos. No rechaza la discusión en los debates de frontera de la teoría social, de la ciencia y de la reflexión epistemológica —por cierto, temas todavía no abordados seria y profundamente en algunos espacios sociales, políticos, intelectuales y académicos de nuestra región, dicho esto sin demeritar otros espacios que sí están comprometidos seriamente con la actual discusión de la teoría social—. Cabe citar un tema concreto que se aborda en el libro, el de la posmodernidad, el cual algunos teóricos importantes en nuestra región se niegan a debatir por considerarlo un tema ajeno a nuestra realidad, o porque es propio de una sociedad desesperanzada y nihilista generalmente localizada en la topografía del primer mundo.

Follari, por el contrario, se pone a la altura de estas discusiones, pero sin diluirse en ellas, sin mimetizarse o subordinarse a las miradas y proposiciones de estas corrientes de pensamiento y, sobre todo, lo más rico y provocador que nos ofrece es precisamente que el posicionamiento geo-político-gnoseológico que adopta lo lleva a abrir un interés diferencial y en particular latinoamericano del conocimiento; es como recuperar la importancia de la observación desde donde se posiciona el observador para conocer su realidad.

Con esta operación conciente o juego de su argumentación, la obra que comentamos recupera la lógica del pensar posmoderno al aceptar un tipo de "racionalidad" distinta que nos libera de los amarres del pensamiento esencializado, absoluto, fundamentalista y universalizante de la ciencia moderna occidental, cuyas consecuencias son la neutralidad ideológica del conocimiento y el inmovilismo de la imaginación político-cultural.

Tal operación de la forma de racionamiento que permea a la obra, nos parece sugestiva por el tratamiento y el tipo de problemas realmente novedosos que plantea; por ejemplo: a) reivindicar y reactivar la reflexión y la producción teórica sobre el vínculo conocimiento-interés-sociedad desde una perspectiva latinoamericana, y b) la recuperación de la materialidad de la producción de conocimiento y del debate sobre la ciencia, reivindicando en la materialidad una re-lectura diferente y una recuperación del potencial epistemológico del pensamiento marxista, el cual se desprende de otra lectura positivizada, dogmática y limitante de la teoría social marxista.

A esta operación, entre recuperación de teorías tradicionales o clásicas del pensamiento moderno y su tejido con nuevas lógicas de inteligibilidad de la teoría social posestructuralista y/o posmoderna, pocos autores de esta región la abordan, de ahí la importancia de la perspectiva que brinda este libro. Así pues, merece una atención especial este reciente texto publicado por Follari, el cual nos parece una novedad útil y no pasajera en el desarrollo histórico del pensamiento social latinoamericano.

Con esta forma de presentar los argumentos, el autor expone siete aspectos que en conjunto constituyen la trama que articula los mismos siete capítulos del libro. si bien cada uno de ellos posee un tratamiento, tópica y conceptos de discusión específicos, dos rasgos o características los entrelazan para producir la jugada o práctica reflexiva y crítica del autor sobre lo epistemológico. Estos rasgos son:

1. Su posición epistemológica para debatir, retar y oponerse a los problemas del "empirismo" y del "tecnocratismo" que permanecen sedimentados en la discusión epistemológica contemporánea, explícita e implícitamente. En lo medular de este aspecto, Follari reconoce "la imposibilidad de criterios apriorísticos universales de constitución y evaluación de las teorías científicas".

2. Su punto de partida en el problema del conocimiento y del debate sobre la ciencia es siempre la sociedad y la cultura, no como aspectos de un pasado muerto, sino como el contexto vivo desde donde se analiza y critica el problema del conocimiento de lo social, por esto mismo estudia —como parte de la vida contemporánea— la cultura massmediática y pos-modernizada.

Al comprometerse con estos problemas de la epistemología contemporánea, lo hace desde sus fuentes teóricas y a partir de sus fundamentos epistemológicos mismos, sin dejar el autor de posicionarse en su propia identidad diferencial frente a importantes pensadores posmodernos del primer mundo y también frente a autores latinoamericanos, para sostener una postura y una preocupación propia, que consiste —según el mismo autor— en un rechazo y no regreso a "sustancialismos superados, pero tampoco abandonar toda dirección y guía, aun cuando ésta sea contingente y de un valor limitado a lo circunstancial" (Follari, 2000, p. 8). Por esta intención materializada en la obra sostenemos que el escritor ensaya una práctica discursiva, entendiendo su discurso como una jugada intencional con efectos prácticos, políticos y culturales en la arena del conocimiento y del debate de las ciencias sociales.

 

Estructura y contenido de la obra

El libro consta de siete capítulos cuyo tratamiento es distinto; unos son una síntesis de discusiones sobre la ciencia y la epistemología, otros sobre temas y autores puntuales; de éstos, cinco han sido publicados y han permanecido dispersos hasta este momento en que se nota el interés de acercarlos bajo la intención polémica que los agrupa. Estos cinco trabajos han aparecido en publicaciones especializadas en diversos espacios editoriales y contextos distintos (Madrid, Venezuela, Argentina). Dos trabajos más son inéditos pero se incorporan a esta intención polémica que continúa fortaleciendo el debate.

Por medio de los títulos de cada uno de los capítulos, los lectores pueden constatar las líneas de tematización y problematización que el autor propone. Éstos son:

1. La ciencia como "real maravilloso" muestra los principios gnoselógicos y reflexiones críticas básicos que el autor analiza a lo largo de su obra y a la vez sostiene lo inagotablemente maravilloso que resulta ser la realidad social y el conocimiento acerca de ella.

2. Sobre el surgimiento de las ciencias sociales, este trabajo, más que un recuento histórico de los diferentes enfoques teórico- sociales importantes, ofrece una rica discusión para entender la génesis de las polémicas entre tipos de explicación, como el individualismo y lo particular por un lado, y el holismo por otro; así muestra el peso de lo ideológico en la constitución de las ciencias, reconociendo a la ideología como una orientación y valoración de un enfoque y no como un concepto estrecho de la ideología.

3. Alan Sokal: la insuficiencia de pruebas. Este capítulo constituye una aguda crítica al libro Imposturas intelectuales escrito por Sokal para negar el carácter de cientificidad y seriedad de las ciencias sociales. Follari inteligentemente evidencia el atrevimiento de Sokal al criticar temas y autores sociales que desconoce y confunde.

4. Sobre la desfundamentación epistemológica contemporánea. Por su extensión y por el tratamiento, en este trabajo Follari aborda inteligentemente el problema del término "epistemología", sus acepciones y problemáticas contemporáneas, lo cual resulta útil en momentos de incertidumbre; en tiempos de la posmodernidad, sus explicaciones resultan productivas porque des-sacralizan el concepto y evitan el peligro del relativismo de la teoría. Introduce como parte del capítulo una fundamentada crítica a autores latinoamericanos que, creyendo seguir una línea de pensamiento crítico como la teoría poscolonial, se enajenan de su contexto cultural y quedan atrapados dentro de una retórica de dominación, aunque revestida de un lenguaje supuestamente emancipador.

5. Procesos de objetivación y constitución social de la mirada. El trabajo teje genialmente ciertos planteamientos centrales del debate sobre el conocimiento de autores críticos de la modernidad, caso concreto es el planteamiento de Habermas sobre la relación entre conocimiento e interés, y la recuperación del pensamiento marxista al asumir la conformación del sujeto de conocimiento desde las condiciones socialmente materiales que hacen posible la producción de tal conocimiento.

6. La verdad de otro modo cuestionada: el problema del progreso científico de Kuhn a Laudan. Este acápite trae a discusión los actuales puntos de vista que se están debatiendo en torno al desenvolvimiento de la ciencia y a la aportación de Thomas Kuhn sobre el tema. Esto es importante dado que constantemente se habla de Kuhn, pero no se precisan ángulos de su lectura como los que aquí expone Follari. El último capítulo,

7. Sobre la inexistencia de paradigmas en las ciencias sociales, resulta muy útil formativamente para los estudiosos de lo social, al recordar los límites conceptuales de la noción de paradigma de T. Kuhn en cuanto aquél es un concepto usado no siempre con rigor. Clarifica sobre el concepto de paradigma y sus límites de uso en el campo de las ciencias sociales; esto es importante porque en educación el término circula profusamente y sin apego al sentido originario que le dio Kuhn, mucho menos a esta clarificación que ofrece Follari.

 

Algunos énfasis interesantes

El autor pone énfasis en áreas temáticas específicas a lo largo de su texto. Aquí mencionamos sólo dos más, aparte de las ya señaladas. un tratamiento cuidadoso y sólidamente argumentado acerca del carácter social del conocimiento y del debate de las ciencias sociales, el cual aparece como constante preocupación en su obra, no abandona la idea del conocimiento como práctica social, el reconocimiento de la dominación y la expectativa de la emancipación. Estas convicciones alejan a Roberto Follari del relativismo y de lo que él llama "un alivianamiento" cultural, despolitizado, no comprometido.

Presenta una reflexión fuerte sobre la importancia de no perder de vista las condiciones sociales de la producción de conocimiento y su relación con el conocimiento en la actualidad; con esto muestra el autor un compromiso con la historia presente y la firme decisión de constituirse en agente social activo, en su "cancha" de juego: la reflexión teórica sobre el conocimiento y las ciencias sociales. Con ello, manifiesta la función importante de la tarea del intelectual en la sociedad latinoamericana.

Al apelar a la dialéctica como problema y en relación con ésta, recupera la idea habermasiana del nexo entre conocimiento e interés; al hacerlo reconoce la relación entre poder y conocimiento, sin dejar de lado las implicaciones que encierra el carácter técnico y el interés instrumental de la ciencia de nuestro tiempo. Al hacer tal reconocimiento puede citar lo mismo fragmentos de la obra de Habermas que de Lyotard, autores que si bien entre ellos polemizan, Follari los recupera en cuanto a su potencial teórico y los hace equivalentes en términos de un tratamiento bien planteado y con una fundamentación conceptual consistente que soporta el manejo de diversas fuentes del pensamiento moderno y posmoderno. Este tejido no es fácil de lograr en resultados problemáticos que se sostienen por la calidad de su fundamentación teórica.

Otro tema de las preferencias del autor es la ideología, a la cual re-valora con relación al planteamiento del vínculo interés-conocimiento, no como sentido común, sino concibiendo lo ideológico como componente del conocimiento que tiene que ver con el posicionamiento del sujeto científico. Aunque para algunos contextos y líneas de pensamiento el tema de la ideología ya no reviste actualidad, en la argumentación de Roberto Follari sí existe; él le asigna una función de inteligibilidad para comprender los debates de las ciencias sociales y humanas, la cientificidad y el problema de la legitimación del conocimiento.

 

Preguntas pendientes

Hasta aquí nuestro comentario e invitación a la lectura de este libro. Confiamos no equivocarnos al seleccionar y sugerir su lectura, porque en estos tiempos en donde se exalta el carácter utilitario del conocimiento, en términos de mercancía y generación de ganancias, bien vale la pena detenernos a pensar acerca de las consecuencias sociales y humanas del debate sobre el papel de la teoría, de la epistemología y sobre la legitimación de la ciencia en la llamada sociedad del conocimiento.

Sólo nos resta esperar, lo cual es deseable, una nueva visita del autor a nuestro país o un encuentro cara a cara quizá en otros lugares, para seguir este diálogo con él, que hoy se tejió entre líneas con su libro. Nuestra expectativa parte de un interés por profundizar en las vetas que abre Follari sobre la discusión epistemológica en una perspectiva latinoamericana.

Podríamos preguntarle, en caso de que él acuerde con la intención de plantear una especie de "agenda de discusión pendiente", por ejemplo: ¿Cuáles son las condiciones sociales propias de nuestros países en desarrollo para fortalecer y potenciar más este tipo de discusiones? Esta pregunta no es casual ante la lógica que circula prestigiosamente en el orbe acerca de que el conocimiento debe ser valorado como producido en su contexto de aplicación, en alusión al Modelo 2 de conocimiento planteado por Michael Gibbons (1998), en el marco de la discusión sobre la visión y las perspectivas de la educación superior en el siglo xxi. Tal idea podría ser retomada en nuestro contexto a condición y bajo el imperativo de no perder de vista el ángulo de nuestras precisas condiciones históricas, sociales y culturales de existencia, como atinadamente señala Roberto Follari.

Y cabe hacer otra pregunta: ¿Por qué para él el tema de la ideología y su relación con la producción de conocimiento es importante y por cuáles vetas específicas se profundizaría el problema de la ideología? Finalmente, ¿cómo fortalecer la constitución de grupos de discusión acerca de estos temas, en el campo específico de la educación como un campo de conocimiento particular de las ciencias sociales y humanas?

Tales preguntas, creemos, compartiría Follari con nosotros debido a su labor educativa, pues por los resultados de algunas investigaciones (Buenfil, et. al., 1993) sabemos que el eje de la teoría, la filosofía y la epistemología son productivas, pero de escasa visibilidad aún en el campo educativo.

Por último, resta agradecer el gesto de Roberto Follari al interesarse por nuestros breves comentarios.

 

REFERENCIAS

BUENFIL Burgos, Rosa Nidia, et. al. (1993), Filosofía, teoría y campo de la educación, Cuaderno 29, Estados de Conocimiento. II Congreso Nacional de Investigación Educativa, México, Consejo Mexicano de Investigación Educativa.         [ Links ]

GIBBONS, Michael (1998), "Pertinencia de la educación superior en el Siglo XXI", documento de trabajo presentado en la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior. La Educación Superior en el Siglo XXI. Visión y Acción, París, UNESCO, octubre.         [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons