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Perfiles educativos

versión impresa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.22 no.88 Ciudad de México  2000

 

Artículos

 

Educación a distancia ¿Elitización o alternativa para democratizar la enseñanza?

 

Ernani Lampert*

 

* Profesor adjunto del Departamento de Educación y Ciencias de la Conducta, fundación Universidad de Río Grande. lampert_ernani@hotmail.com.

 

Resumen

Este estudio sitúa la educación a distancia dentro del contexto de la sociedad actual, a través de una retrospectiva histórica. Analiza las megauniversidades, la expansión, la tecnología y los recursos tecnológicos utilizados; las ventajas, las desventajas, los puntos neurálgicos, los desafíos y perspectivas de ese sistema de enseñanza, así como la posibilidad de que esa modalidad de educación democratice la enseñanza.

Palabras clave: Educación a distancia, Democratización de la enseñanza, Megauniversidades, Tecnología.

 

Abstract

The purpose of this paper is to put distance education within the context of today's society with the benefit of a historical hindsight. It analyses the mega-universities, the expansion, the technology and the technological ressources that can be used; the advantages and disadvantages, the crucial points, the challenges and the future of this teaching system, as well as the possibilities that this education system offers for the democratization of education.

Keywords: Distance education, Democratization of education, Megauniversities, Technology.

 

La segunda Guerra Mundial, que destruyó parte de Europa y algunas ciudades de Asia, y afectó la economía, las relaciones sociales, culturales y políticas de Occidente y Oriente, polarizó el mundo en dos bloques; por un lado, el capitalismo, comandado por Estados Unidos y, por el otro, el socialismo, coordinado por la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas. La guerra fría, lucha ideológica sin remisión entre las dos grandes potencias, redimensionó el mundo, generando gran cantidad de guerras y conflictos innecesarios que destruyeron países, mataron y mutilaron a miles de militares y civiles injustamente, dejando a otros tantos en la pobreza y la miseria.

La competencia provocada por las dos superpotencias dejó a la humanidad en alerta. Las naciones, para poder enfrentar los nuevos desafíos y competir entre sí, sin ser dominadas, se vieron obligadas a invertir de manera importante en el sistema educativo como forma de preparar científicos, investigadores, profesionales, técnicos, en fin, a la población en general. Había una gran expectativa en relación con la educación y la tecnología, por eso varios países realizaron reformas educativas, procurando adecuar el sistema obsoleto al nuevo orden mundial. En opinión de Morin y Kern:

la posguerra de 1945 asiste a la renovación de las grandes esperanzas progresistas. Se restaura un excelente porvenir, ya sea por medio de la idea de un futuro radiante prometido por el comunismo, o por la idea de un futuro sereno y próspero de la sociedad industrial (1995, p. 80).

La educación, que no había sufrido grandes alteraciones a lo largo de los tiempos, tuvo un impulso extraordinario. Se fueron aplicando y experimentando nuevos enfoques, teorías, ensayos y metodologías. Se volvió a pensar y a dimensionar la formación de profesores. Las universidades comenzaron a invertir en investigaciones y en tecnología. En ese escenario, se creó la Universidad Abierta (Open University) del Reino Unido en 1969, una reivindicación de los trabajadores, que sirvió y continúa siendo referencia para el mundo en educación a distancia. En lo que atañe a la creación de los sistemas de educación superior a distancia, Guimaraes se expresa así:

Así, en este fin de siglo, se diseñaron nuevas estrategias de políticas educativas que exigen una formulación concreta y una implementación inmediata por parte de los gobiernos y de la sociedad. En ese contexto, a partir de los años setenta, surgieron los grandes sistemas de educación superior a distancia, principalmente en Europa, y más tarde en Canadá, en Estados Unidos y en Australia. Más recientemente, a partir de mediados de la década de 1980, todos los países desarrollados crearon sus sistemas nacionales de educación a distancia, lo que también hicieron los países en proceso de desarrollo rápido, como los de la Cuenca del Pacífico y muchos otros de bajos recursos (1996, p. 29).

Actualmente, hay megauniversidades, instituciones de enseñanza que atienden a más de cien mil alumnos, esparcidas por distintas regiones geográficas: China, Indonesia, India, Corea, Tailandia, Turquía, Reino Unido, España, Francia y África del Sur, y que atienden a cerca de dos millones seiscientos mil alumnos. Si analizamos los datos en relación con el número de alumnos de cada megauniversidad presentados por Machado Sousa (1996), observamos que el mayor contingente de estos estudiantes se sitúa en los países del Continente Asiático, tal vez porque son países con mayor porcentaje de población que apuestan a la tecnología como recurso capaz de atender a la masa estudiantil, lo cual no sería viable sin esa alternativa. Se sabe que las megauniversidades son agencias educativas importantes para el desarrollo del país y del continente; producen una revolución en la enseñanza y permiten que un sector de la población tenga acceso a la información, a la enseñanza y a la educación, ya que llegan a gran número de alumnos a la vez y a bajo costo, lo que sería imposible realizar mediante la educación convencional. La educación a distancia se ha considerado una salida capaz de disminuir las diferencias entre las clases sociales, porque ofrece a todos, indistintamente, la oportunidad de estudiar y, al mismo tiempo, al Estado la posibilidad de reducir el déficit fiscal, eliminando los gastos en educación.

En 1993, los rectores de las universidades públicas brasileñas firmaron entre sí un convenio del Consorcio Interuniversitario de Educación Continua y a Distancia con el objeto de diversificar la oferta de oportunidades educativas. La implantación del "Brasilead", constituido por las cincuenta y cuatro instituciones públicas de enseñanza superior del país, tiene como espacio físico la Universidad Federal de Brasilia. Esa iniciativa de los rectores, digna de mención, estuvo en consonancia con las necesidades de la educación permanente y posibilita el dar oportunidad a millones de jóvenes y adultos con el fin de que se actualicen y se preparen para el ingreso o el reingreso al mercado de trabajo. Sin embargo, como normalmente la burocracia demora la realización de los proyectos, es preciso tomar diversas medidas políticas para dar cabida concreta a esa propuesta de modo que beneficie a la población brasileña; tenemos la esperanza de que dicha propuesta no se deseche antes de que produzca beneficios.

Para Blois (1996), es imprescindible que Brasil se adapte a un nuevo tiempo y utilice la educación a distancia o la teleeducación, que puede ser a través de la radio y la televisión, o del uso del satélite y de las parabólicas de fabricación nacional, si quiere cambiar el cuadro de atraso en todos los campos. Lo importante es que la educación a distancia se dé de inmediato, sin más discusiones académicas o políticas, para que la educación se democratice, pues la población brasileña ya maduró lo suficiente como para entender que las estructuras formales no conseguirán atender las demandas exigidas en el campo de la educación. Marchessou (1997) señala que los países que desean pasar del tercer mundo al desarrollo, con frecuencia utilizan la enseñanza a distancia como remedio posible para atender las carencias educativas, mientras que los países desarrollados recurren a la enseñanza abierta y a distancia para dar respuesta a las necesidades de educación permanente de las poblaciones altamente diversificadas en sus conocimientos, aspiraciones y expectativas, de manera que vuelven accesibles los nuevos descubrimientos fuera de los espacios restringidos, como es el caso de las instituciones escolares y universitarias.

Son innumerables los autores nacionales e internacionales que han definido la educación a distancia. Asimismo, con mucha frecuencia el término se ha utilizado en forma errónea. García Aretio, en su trabajo "Para una definición de la educación a distancia" (1987), presenta un sinnúmero de definiciones de autores internacionales y, después de un análisis, define la educación a distancia como:

un sistema tecnológico de comunicación de masas y bidireccional, que sustituye la interacción personal en el aula, de profesor y alumno, como medio preferencial de enseñanza, por la acción sistemática y conjunta de diversos recursos didácticos y el apoyo de una organización tutoral, que propician el aprendizaje autónomo de los estudiantes (p. 60).

Perraton, mencionado por la UNESCO (1997), describe la educación a distancia como:

Un proceso educativo en el que una proporción significativa de la enseñanza es dirigida por alguien distante en tiempo y/o espacio del aprendiz (1997, p. 25).

La educación a distancia es una organización de enseñanza-aprendizaje individualizada, que tiene objetivos, metodologías y sistemas de evaluación definidos, se apoya en una gama variada de recursos tecnológicos (material impreso, correspondencia escrita, audio, video y medios y redes basadas en la computadora), sin el contacto formal de profesor y alumno, con el objeto de democratizar la educación, y que propicia -sin distinción de edad, raza, credo religioso, ideología política o clase social-, la oportunidad de completar la escolaridad o actualizarse para enfrentar los desafíos de lo cotidiano.

La educación a distancia no es una propuesta alternativa del siglo XX. La comunicación para generar aprendizaje en individuos físicamente distantes tuvo sus orígenes en la edad clásica, con los griegos y los romanos, y ha acompañado a la humanidad a lo largo de su historia. En Brasil, ciertamente el paso inicial fue dado por Roquete-Pinto, en la década de los veinte, con la creación de la Radio Sociedad de Río de Janeiro y un plan de utilización de la radiodifusión para ampliar el acceso a la educación. Saraiva (1996), en su artículo "Educación a distancia en Brasil: lecciones de la historia", presenta una relación de experiencias y trabajos en relación con la enseñanza a distancia realizados por empresas, escuelas y universidades a lo largo del siglo XX, que puede servir de apoyo al lector interesado en profundizar en este tema. En síntesis, se puede concluir que:

Vivimos la etapa de la enseñanza por correspondencia; pasamos por la transmisión radiofónica y, posteriormente, televisiva; utilizamos la informática hasta los actuales procesos de utilización conjugada de medios -la telemática y el multimedia (Saraiva, 1996, p. 19).

García (1997) señala que en Brasil la educación a distancia tiene una historia que no puede ignorarse, ya que a lo largo de los años hubo organizaciones privadas que ofrecieron cursos a distancia a millones de brasileños, en una época en la que no existían las posibilidades actuales de comunicación y en la cual buena parte del territorio nacional únicamente contaba con el correo como vía de comunicación. Los cursos por correspondencia tienen una tradición que no puede desconocerse ni mucho menos despreciarse.

Castro Neves (1996), refiriéndose a las razones que justifican la significativa expansión de la educación a distancia, señala que, donde los recursos son escasos, ella amplía las oportunidades, permitiendo una educación más equitativa; familiariza al ciudadano con las tecnologías que están a su alcance, además de que ofrece medios para actualizar rápidamente el conocimiento técnico. Según la autora, la incorporación de la metodología de la educación a distancia en lo escolar cotidiano representa una estrategia para dinamizar la enseñanza, elevar su calidad y dar herramientas a profesores y alumnos, desarrollando en ellos actitudes autónomas y críticas, indispensables; por lo tanto, implica ofrecer a todo ciudadano una educación que prepare para la autonomía, la innovación, la creatividad y el aprendizaje continuo; para el desarrollo científico y tecnológico; para la reducción de las desigualdades sociales, y para el desarrollo de valores humanos, éticos y sociales. Para Blois (1996), lo más impresionante de la educación a distancia es que acompaña al proceso tecnológico, incorporando nuevos medios que se ponen al servicio de la educación, y que esta modalidad de enseñanza no presencial rompe con los preceptos hasta ahora considerados indispensables para que el aprendizaje se realice: a) la presencia física de quien enseña y de los que aprenden, b) espacio físico definido y específico (sala de aula), c) estructura organizacional básica (escuela), d) grupos de alumnos lo más homogéneos posible, e) discurso oral como medio de transmitir mensajes y f) tiempo definido de aprendizaje (año escolar, carga horaria). Guimaraes (1996) registra que el rápido desarrollo de los sistemas nacionales de enseñanza a distancia hace que sobresalgan tres tipos de diferencias en relación con la enseñanza presencial:

• Metodología de enseñanza. La enseñanza a distancia se basa en el principio de autoaprendizaje. El estudiante, al disponer de los recursos adecuados, de acuerdo con su predisposición, ritmo de aprendizaje y motivación, llevará a cabo el aprendizaje en locales determinados por él. La evaluación, por su parte, es formal y presencial.

• Estructura organizacional. El sistema de enseñanza a distancia requiere por lo menos un centro de producción de materiales de instrucción: editorial, estudio de producción de video y de audio, centro de producción de software. Es importante que existan redes organizadas de distribución de esos materiales (correo postal, emisoras de radio y TV, red de microcomputadoras). Para la realización de este proyecto, es necesario que se entrene al personal administrativo, ya que toda la interacción con los estudiantes se da a distancia: registro de inscripción, publicación de resultados, pagos, informes con notas, etc. La informatización de la institución es indispensable. El personal docente es reducido, ya que la relación docente/alumno no es sistemática.

• Orden económico. El uso de tecnología de producción y de difusión de información exige inversión de capital por un lado, pero, por el otro, permite reducir las necesidades de personal docente. Se debe considerar que los costos de producción de materiales de aprendizaje son generalmente elevados y varían de país en país.

En cuanto a los medios utilizados en la enseñanza a distancia, Yalli (1995) señala los textos impresos, la radio, la televisión, la computadora y el teléfono como los principales. El texto impreso permite que el alumno aprenda de acuerdo con sus posibilidades, dedicación y condiciones. La relación docente/alumno se consolidará a través del correo o algún medio equivalente. El éxito de ese medio dependerá de la adaptación de los objetivos didácticos a las posibilidades del texto; de la habilidad expresiva por parte del autor, junto con la planificación, la secuenciación y la adaptación de los mensajes a las características del alumno; de la habilidad de lectura y capacidad de asimilación de los contenidos por parte del alumno y de la tutoría disponible para el mismo. La radio, por su versatilidad, es un auténtico medio de comunicación de masas; disminuye la sensación de soledad en relación con el texto impreso. La relación entre docente y alumno es unidireccional. Por eso existe la necesidad de que el profesor, mediante la voz, despierte la motivación de los alumnos para el aprendizaje. El manejo de la radio como medio permite la realización de los objetivos de comprensión y expresión oral; la repetición de los programas emitidos; la disminución de la soledad del estudiante; economía en la producción y transmisión inmediata de los mensajes. La televisión, auténtico medio de comunicación de masas, que une el sonido y la imagen, ha sido sobresaliente como medio frío de comunicación de mensajes. Se ha usado en enormes campañas de alfabetización, en enseñanza especializada y técnica, en actualización profesional y como complemento de la escolaridad obligatoria. La utilización de la televisión con fines de instrucción está en auge por ser el medio más completo para la transmisión de contenidos, convirtiendo a la enseñanza en una actividad viva e interesante. Este medio implica necesariamente el apoyo de otros recursos, como materiales impresos, por ejemplo. La computadora, muy utilizada en las clases sociales media y alta, tiene la desventaja de ser un equipo caro, lo que prácticamente imposibilita el acceso de la población en general. Sin embargo, en el plano pedagógico, ha mostrado resultados favorables, ya que contempla las peculiaridades de los alumnos. El teléfono tiene una función más tutoral. Permite un intercambio entre el profesor y el alumno. Su utilización se recomienda en todo el sistema de enseñanza a distancia como elemento auxiliar o de refuerzo. Villegas Grijalva (1989), en su trabajo, resultado del ejercicio de la docencia en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de Costa Rica, durante más de once años de trabajo ininterrumpido, proporciona aspectos relevantes respecto de la tutoría telefónica. Según el autor, a pesar de los esfuerzos en la capacitación de los tutores, persiste la ausencia de un modelo didáctico con una referencia teórica para este tipo de servicio. Cevo, citado por Villegas Grijalva, dice que la cordialidad, el establecimiento de un nexo de confianza, la claridad en la expresión y el perfecto dominio del contenido son algunos de los requisitos que debe cumplir el funcionario que desempeñe esa función. González y otros, también citados por Villegas Grijalva, plantean ventajas y desventajas de la tutoría telefónica. Entre las desventajas, encontramos la existencia de una sola línea, que se congestiona en las horas "pico"; los estudiantes de la zona rural muchas veces no disponen de teléfonos; los alumnos no tienen suficiente claridad en la elaboración de las preguntas; la voz del tutor no parece traducir un buen servicio, y algunos conceptos son difíciles de explicar por teléfono. Villegas Grijalva también observa que más de 75% del tiempo de servicio de la tutoría telefónica no se utiliza. La consulta recae en los días inmediatamente anteriores a la entrega de los instrumentos de evaluación. Moore (1989) enfatiza que hay varias razones para usar los medios no impresos, ya que algunos son más fuertes desde el punto de vista de la instrucción, y permiten al estudiante mayor control sobre su material de aprendizaje, además de que ofrecen mejores formas de retroalimentación. Entre los más comunes están la radio, la televisión, el satélite, el audio y el videocasete, conferencias por teléfono, computadoras y microcomputadoras, teletextos y videodiscos. El videocasete permite al estudiante aumentar el poder de control de estudio. El alumno puede ver el programa con frecuencia, con pausas y repeticiones. Por medio de las conferencias telefónicas el estudiante puede aproximarse a su instructor y viceversa, lo que posibilita la interacción entre ellos. Las videoconferencias representan un campo atractivo para completar los recursos utilizados en la educación a distancia, pues permiten la comunicación audiovisual espontánea.

Maia (1998), en un estudio crítico sobre algunos aspectos esenciales en la enseñanza a distancia -la tutoría y la evaluación-, señala que ésta no puede considerarse un método, sino más bien un sistema en donde los objetivos, medios, técnicas y material resultan de una filosofía, una concepción de la enseñanza. Así, todos los componentes deberán funcionar en armonía. En cuanto a la tutoría, muchas universidades mantienen ese subsistema en el plano administrativo, es decir, en lo referente a la distribución de material. Para la autora, es requisito hacer de la tutoría una presencia, un apoyo, un auxilio para el alumno, donde, en horarios rigurosamente establecidos, obtenga respuesta a las consultas mediante entrevistas, contacto telefónico, fax, correo electrónico, etc. La evaluación es otro subsistema que merece analizarse. ¿Cuál o cuáles serán las formas e instrumentos de evaluación que se autorizarán? La forma reproductora, reconocedora, adaptadora y funcional tiene funciones claras e implicaciones ideológicas, al igual que los instrumentos de autoevaluación, trabajos individuales de investigación, pruebas presenciales, monografía final, etc. La tutoría y la evaluación no pueden considerarse de manera aislada; son subsistemas interactivos. En el funcionamiento del sistema, deben estar ontológicamente vinculadas entre sí, alimentándose y alimentando al sistema. En una investigación realizada de 1991 a 1992 con 2 806 alumnos de diferentes cursos académicos, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España, Ibarra Sáiz, Gil Flores y Rodríguez Gómez (1994) concluyeron que, en términos generales, los dos principales campos de mejoría señalados por los alumnos son la relación profesor/alumno y el sistema de evaluación. Los estudiantes reivindican claramente un contacto personal, que puede incrementarse con la convivencia en la tutoría. El sistema de evaluación requiere una revisión de algunos contenidos y de algunos de los materiales didácticos empleados. Para Fancholo (1997), las acciones de tutoría facilitan el aprendizaje del estudiante mediante el diálogo intersubjetivo, hoy cada vez más condicionado por los artefactos tecnológicos. Se trata de un proceso de comunicación en un continuum que va desde el más distante al más próximo, cara a cara. Las funciones básicas de la tutoría son: orientar didácticamente en contenido; administrar y favorecer hábitos de estudio; evaluar y corregir trabajos prácticos de campo; sugerir y asesorar académicamente en bibliografía; mejorar el aprendizaje, y dar apoyo motivacional. Letwin (1999) manifiesta que, en los noventa, la incorporación de redes de satélite, el correo electrónico, la utilización de internet y los programas especialmente planeados para los soportes informáticos son los grandes desafíos de la educación a distancia, ya que, a su vez, pueden resolver un problema crucial -la interactividad-, dado que los avances en las comunicaciones electrónicas permiten a los usuarios consultar a los especialistas e intercambiar opiniones, problemas o propuestas con los otros usuarios.

Diaz Bordenave (1998), en su estudio que pone en tela de juicio el hecho de que la educación a distancia pueda ayudar a resolver los problemas educativos de Brasil, presenta ventajas, desventajas, perspectivas y desafíos de esa modalidad de enseñanza. En cuanto a las ventajas, el autor plantea que la educación a distancia puede llegar a un gran número de personas y grupos, aunque las distancias físicas y sociales entre los individuos sean enormes; facilita el aprendizaje de las personas, permitiendo el uso del tiempo disponible sin la necesidad de que se muevan del hogar o del lugar de trabajo; se adapta al ritmo propio de aprendizaje de cada individuo, que se puede realizar en grupo o individualmente; reduce el costo de capacitación por estudiante, además de que disminuye los gastos personales (transporte, alojamiento, alimentación, etc.) del alumno; requiere pocos instrumentos para elaborar los contenidos y materiales didácticos, permitiendo, así, la contratación de los mejores especialistas en cada área del conocimiento; por la versatilidad de la metodología, sirve tanto a la educación formal como a la informal; utiliza una infinidad de recursos tecnológicos; desarrolla la capacidad del autodidactismo, esto es, aprender por uno mismo sin la presencia de un profesor. En relación con las desventajas, Diaz Bordenave señala la alta tasa de deserción; la desconfianza de las personas hacia un sistema de enseñanza sin la presencia física del profesor; la unificación de los cursos, sin tener en consideración la diversificación y descentralización de los contenidos; la frecuente falta de actualización de los materiales didácticos y de los contenidos propiamente dichos; la pasividad en el proceso y la imposibilidad de controlar varios factores (aparatos que se averían a la hora de la utilización de los programas, etcétera).

Por lo tanto, la educación a distancia, que presenta grandes ventajas y severas limitaciones, que hay que evaluar, analizar y volver a dimensionar para el éxito de esa importante y actualizada modalidad de enseñanza-aprendizaje, es capaz de aumentar las posibilidades de estudios de la población brasileña.

De acuerdo con Guadamuz (1997), la enseñanza a distancia conseguirá superar los desafíos en cuanto se asegure que el contexto de la educación permanente sea un componente esencial del sistema educativo; sea un conjunto sistémico que genere importantes economías para el Estado; el Estado invierta en particular en los dispositivos tecnológicos y en la ingeniería de los productos; corresponda a las necesidades y a las situaciones de vida de millones de usuarios del sistema educativo y del sistema productivo; la naturaleza de esa modalidad de enseñanza esté vinculada con el desarrollo de las tecnologías de la información y de la telecomunicación; las instituciones públicas de enseñanza a distancia incorporen los enfoques nuevos del aparato tecnológico para que permanezcan en el contexto de los intercambios de conocimiento globalizados; las instituciones colaboren y se asocien para encontrar respuestas a las nuevas demandas tecnológicas; la enseñanza a distancia sea accesible material y económicamente al conjunto de los ciudadanos; las instituciones puedan transformar su cultura organizacional en función de los objetivos que se presenten con los cambios, y las instituciones realicen investigaciones. Para el autor, en el futuro, la enseñanza a distancia tendrá como características estar descentralizada; ser interactiva e individualizada; estar adaptada a diferentes estilos de aprendizaje; ser manejada por el multimedia, con el propósito de estimular los distintos sentidos; facilitar el acceso a la información por medio de un enfoque en hipertexto; ser accesible desde las casas, en los centros específicos de capacitación y en el lugar de trabajo; utilizar las redes de telecomunicación; estar acompañada por una evaluación continua e integral y apoyada por el desarrollo de software de formación automatizada y soporte de sistemas inteligentes.

La educación a distancia pasó por distintos periodos históricos, está ganando posición y destacando en la sociedad moderna. Ciertamente será el sistema de enseñanza del siglo XXI tanto en los países desarrollados como en los emergentes. Los elevados déficits públicos en casi todos los países requieren recortes en las inversiones y reducción en los gastos, lo que implica recortes de personal y de material, mientras que la población continúa creciendo, principalmente en los emergentes. La educación a distancia es considerada una vía capaz de atender una demanda cada vez más creciente de la población en espera de educación básica, superior y profesional, y de cursos de actualización. Por otro lado, hay una preocupación generalizada en relación con el futuro del Estado, es decir, sobre la imposibilidad de atender los servicios sociales esenciales: educación, salud y previsión, indispensables para la convivencia saludable y productiva de la población. Así, a través del empleo masivo de la tecnología, los gobiernos han buscado caminos para hacer frente a las necesidades básicas de las personas, al mismo tiempo han realizado pruebas con el objetivo de obtener soluciones para los desafíos cada vez mayores y constantes, en un mundo en el que los cambios son veloces y presentan complejidad y contradicciones. Además de ese aspecto económico, es necesario considerar que una parte significativa de la población mundial está desempleada y necesita con urgencia actualizarse para tener alguna posibilidad de reingresar en el mercado de trabajo prácticamente saturado en todas las áreas del conocimiento y que exige recursos humanos creativos, actualizados en las nuevas tecnologías de punta. La educación a distancia es un recurso que, de inmediato, a corto plazo y a bajo costo, es capaz de actualizar a esos individuos al borde de la exclusión y de reintegrarlos como agentes productivos en un sistema competitivo.

Hoy día, principalmente en los países emergentes, la educación convencional no consigue atender cuantitativa y cualitativamente. Por ejemplo, en Brasil, el sistema educativo convencional excluye cada vez más a un mayor número de individuos por presentar una metodología de enseñanza arcaica, contenidos desfasados y profesores muchas veces mal preparados. La educación convencional tiene la finalidad de proporcionar tanto instrucción básica como superior a jóvenes y adultos para un mercado de trabajo que ya no existe y que no tiene perspectiva inmediata de crecimiento. Hay casi unanimidad entre los estudiantes en cuanto al tipo de enseñanza prestada por los agentes convencionales, teórica, abstracta, elitizante, desarticulada y que no coincide con la realidad. De acuerdo con esto, ¿vale la pena invertir los escasos recursos en la educación tradicional, o hay que intentar corregir esa caótica forma de enseñanza? Otro aspecto importante que merece analizarse es que la educación a distancia puede servir para complementar la convencional, o viceversa, sin el objetivo de competir o concurrir, una como complemento de la otra, cumpliendo intervalos de formación o propiciando nuevas lecturas, modos de pensar y enfrentar la vida. La complementariedad beneficiará a ambos sistemas de enseñanza, además de ofrecer al estudiante la posibilidad de escoger. "La educación a distancia ha demostrado ser el complemento ideal de la educación presencial, ya que ha permitido llevar la educación a grandes masas que, de otro modo, no hubieran podido alcanzarla" (Yee Seuret y Miranda Justiniani, 1995, p. 28). Se sabe que la educación a distancia, a diferencia de la escuela tradicional, ha acompañado más ágilmente los cambios, ya que incorpora las nuevas tecnologías al sistema, permitiendo a los alumnos una mayor aproximación con lo cotidiano, al mismo tiempo que el aprendizaje se vuelve más dinámico e interesante.

La metodología de la educación abierta y a distancia, por el contrario, ha demostrado su potencialidad de crecimiento y consolidación debido precisamente a la flexibilidad para incorporar, experimentar y evaluar nuevas formas de aprendizaje del conocimiento (Pontes González y Barrón Soto, 1996, p. 9).

La educación a distancia, que podrá llegar a grandes distancias en Brasil, es una alternativa viable de la cual el gobierno podrá echar mano para atenuar las alarmantes diferencias regionales, al proporcionar a la población del norte y del noreste las condiciones mínimas de escolaridad indispensables para convivir mejor con las pésimas condiciones de vida que se les imponen. En relación con este asunto, Luckesi dice que: "la enseñanza a distancia se manifiesta como una alternativa de mediación en la construcción de una sociedad culta, crítica y civilizada" (1989, p. 11).

Es imprescindible creer en la educación a distancia, no como única manera de recuperar el atraso, sino como una vía capaz de corregir el caos brasileño. La educación a distancia no es una panacea que vaya a resolver todos los problemas educativos, más bien es, con certeza, una perspectiva viable para llevarse a cabo experimentando, reflexionando y redimensionando la educación. Para obtener los resultados deseados, se necesitan altas inversiones, específicamente en la implantación de los programas. Para que tenga éxito, es condición indispensable la contratación de recursos altamente calificados en esa modalidad de enseñanza, en contenidos y tecnología. Por ejemplo, la Open University contrata a los mejores profesores de Gran Bretaña, lo que le confiere credibilidad.

Para el éxito de los programas de educación a distancia, existe la necesidad de constituir por lo menos tres núcleos: pedagógico, telecomunicativo y administrativo/financiero. El pedagógico es responsable de la organización y planeación de los cursos, programas, contenidos, metodología de enseñanza, sistema de evaluación, bibliografía, tutoría, etc. El buen funcionamiento de ese núcleo es de vital importancia para el desarrollo armónico de ese sistema de comunicación. Es importante que en el sistema de evaluación la especificación de los instrumentos y criterios sea clara, para dar al curso mayor confiabilidad; los instrumentos deben seleccionarse y probarse, atendiendo a los requisitos exigidos para cada curso. El núcleo de telecomunicaciones también ejerce un papel importante en ese sistema educativo; es responsable de los recursos tecnológicos que se utilizan en los programas, cursos, etc. Los técnicos necesitan tener preparación y entrenamiento específico en los diversos recursos: radio, televisión, material impreso, computadora, video, internet, etc. El núcleo administrativo y financiero debe servir de apoyo a los demás y dar sustento al sistema; los precios de los cursos fijados por este núcleo deben tener en cuenta los esfuerzos, por eso deben ser accesibles para democratizar la enseñanza.

A lo largo de su trayectoria, la educación a distancia ha alcanzado resultados favorables, en diferentes áreas, tanto en países industrializados como en los emergentes: alfabetización y educación de adultos, cursos de actualización, cursos profesionales, entrenamiento en servicios, educación básica, superior, enseñanza de posgrado; especialización, maestría y doctorado, y actualización de profesores. Al respecto, Todorou (1994) dice que la experiencia mundial demuestra que la enseñanza a distancia es de gran potencial para el desarrollo de programas de capacitación y actualización de profesores. En Brasil, hay diversas experiencias puntuales en ese sentido y los resultados obtenidos han colaborado en la mejoría de la calidad de enseñanza. Por lo demás, hay que señalar que los docentes, con algunas excepciones, muestran resistencia en relación con cualquier innovación o uso de la tecnología educativa. En un análisis de los problemas de la incorporación de tecnologías educativas modernas en los países en desarrollo, Poppovic (1996) dice que:

Algunas investigaciones han indicado que la actitud de los profesores en relación con las nuevas tecnologías educativas se distribuye en una curva normal. A la derecha, hay cerca de 7 a 10% de profesores altamente motivados por la incorporación de la tecnología. De éstos, buena parte tiene una computadora en casa: todos son favorables a lo "nuevo". A la izquierda de la curva, se verifica que cerca del 15% son "fóbicos" en lo que se refiere a la tecnología. Ellos "odian" las computadoras y racionalizan su miedo a las innovaciones usando toda clase de argumentos. Entre esos polos, la gran mayoría de los profesores está en un continuum. Representan aproximadamente a 75% del profesorado (p. 5).

Esta cita expresa claramente la resistencia del profesorado. Para que la incorporación de la tecnología educativa tenga éxito, en primer lugar es indispensable "alfabetizar en informática" a los docentes. Este proceso, aunque requiera tiempo y muchos recursos, es necesario, ya que sin esta preparación será inútil equipar las escuelas con computadoras, televisores y parabólicas. Los profesores temen que la tecnología los sustituya, pero en realidad, apenas cambiará la actuación del profesor y del alumno. Según Demo (1998), la resistencia no ayuda a la evolución, ya que los cambios que provienen de la informática no son opcionales en el sentido de que puedan ser borrados de la historia; son un hecho consumado y creciente. Es preciso jugar el juego como actor, sujeto capaz.

Demo, asimismo, analiza críticamente la teleeducación, y enfatiza algunas cuestiones en relación con esa modalidad de enseñanza. Según él, las evaluaciones han mostrado que los programas de teleeducación pueden fácilmente volverse más atractivos, con un buen montaje técnico, incluyendo la computación gráfica, diseños animados, interactividad, aunque el aprendizaje de los alumnos es muy poco significativo, muy inferior, si se comparan los resultados con los de la escuela convencional. La teleeducación es de extrema utilidad para los procesos educativos; sin embargo, apenas tiende a ser enseñanza. A distancia, por sí sola, no educa ni tiene nada de educativo, aunque sí puede facilitar la vida de los alumnos. Lo mismo sucede con las herramientas electrónicas que por sí solas tampoco son educativas o formativas. La teleeducación está marcada por facilidades dudosas, que no siempre corresponden al aprendizaje auténtico. Las críticas de Demo son procedentes y merecen reflexión. La propia ley 9394/96 -Ley de Directrices y Bases de la Educación Brasileña- confunde a lo largo del texto los términos educación y enseñanza, cuando se refiere a educación a distancia. Lo imperativo de este estudio no es analizar esa polémica porque hay innumerables indagaciones que estudian esa problemática y parece no ser el punto crucial. La intención es discutir la educación a distancia, ofreciendo al lector una visión de la organización, funcionamiento, la metodología, las ventajas, desventajas, desafíos y perspectivas de ese sistema educativo, y señalarlo como una alternativa para democratizar la enseñanza. Se reconoce que el sistema funciona bien en países del primer mundo, donde la cultura valora esa modalidad, lo que ciertamente no ocurre en general con la población de países en vías de desarrollo.

Se sabe que la educación a distancia tiene un camino enorme por recorrer y debe encontrar con urgencia salidas para los desafíos que realmente presenta. Para Costa, Fagundes y Nevada (1998), la educación a distancia se constituye en un cambio, en una nueva realización del quehacer educativo que contempla nuevos procesos, productos y servicios. Requiere investigación para ser mejor conocida y mejorada, también existe la necesidad de investigar para elaborar, consolidar o modificar el campo teórico que sustenta esa modalidad de enseñanza. Según Marín Ibáñez (1998), la educación a distancia es una de la tendencias más vigorosas e innovadoras del siglo XXI. Responde a los ideales de igualdad de oportunidades, de educación permanente y a las exigencias de una economía de escala, que supere los límites de tiempo y espacio y las restricciones económicas. Puede responder, por un lado, a una demanda global, ya inevitable, y por otro, a una adaptación a los intereses y las circunstancias personales. Cada uno estudia aprovechando cualquier tiempo y lugar propicio.

 

REFERENCIAS

BLOIS, M. M. (1996), "Educação à distância via rádio e TV educativas: questionamentos e inquietações", en Aberto, vol. 16, núm. 70, abril-junio, pp. 42-50.         [ Links ]

CASTRO Neves, C. M. (1996), "O desafio contemporáneo da educação à distância", en Aberto, Brasilia, vol. 16, núm. 70, abril-junio, pp. 34-41.         [ Links ]

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