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Estudios de historia moderna y contemporánea de México

versión impresa ISSN 0185-2620

Estud. hist. mod. contemp. Mex  no.51 Ciudad de México ene./jun. 2016

https://doi.org/10.1016/j.ehmcm.2016.03.003 

Reseñas

Alexander Betancourt y José Guadalupe Mendieta, Territorios y fronteras: miradas desde las ciencias sociales y las humanidades, Madrid, Anthropos/Siglo XXI/Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2015, 190 pp.

Gustavo Herón Pérez Daniela 

aUniversidad Autónoma de Ciudad Juárez, Cuauhtémoc, Chihuahua, México.

Betancourt, Alexander; Mendieta, José Guadalupe. Territorios y fronteras: miradas desde las ciencias sociales y las humanidades. Madrid: Anthropos, Siglo XXI, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2015. 190p.


El topos -es decir, el espacio/lugar- parece algo importante y difícil de captar.

ARISTÓTELES, Física

Las reflexiones sobre el espacio son tan antiguas como el conocimiento humano. Pero es desde la época moderna donde toma una fuerza inusual. Fue Descartes uno de los primeros pensadores modernos en intentar darle al espacio una centralidad conceptual; se sabe que consideraba todavía al espacio en términos de continuidad sustancial, todavía sin dar paso al vacío newtoniano; por ello Descartes dividía el mundo entre dos sustancias: la res cogitans y la res extensa ; esta última es la sustancia que representa el mundo material, incluyendo el cuerpo humano, desde el cual se puede predicar como esencial solo la propiedad de extensión. Sería hasta Newton cuando ya se plantearía que el movimiento de los cuerpos, por medio de la atracción, posee como presupuesto un espacio vacío. Después sería Kant el que intentó proponer que el espacio newtoniano debía designarse mediante la vía preconceptual. En sentido kantiano, el espacio sería una intuición pura, primer fundamento formal del mundo sensible. Einstein, desde el pensamiento de la física, sería el que hablaría de la unidad del espacio y el tiempo.

Un libro perdurable que trata del tema del territorio como espacio de reflexión sobre la fragmentación de los asentamientos humanos es, sin duda, esta compilación de Alexander Betancourt y José Mendieta. El libro, publicado por Siglo XXI, es un intento por mostrar la presencia de espacios de frontera por todo el septentrión americano; al decir del texto, esta presencia se va entendiendo como parte de fenómenos históricos y sociales diversos, muchas veces marginales y porosos. Este nuevo volumen pretende desarrollar su discurso sobre el territorio y la territorialidad:

La complejidad y multiplicidad de sentidos que tiene en el concepto de frontera puede encontrarse en los trabajos que integran el presente volumen porque los trabajos que lo integran proponen una aproximación multidisciplinaria a una zona que se constituye en laboratorio de análisis: el septentrión novohispano que llega a devenir en el actual noreste mexicano. Las diversas aproximaciones espaciales y temporales que se pueden hacer a esta área de estudio demuestran la complejidad de sentido que incumben al territorio y la frontera como herramientas de análisis en las diferentes disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades (p. 8).

El volumen cuenta con diez trabajos con temas que van desde geografía, esclavitud, literatura, paisaje, hasta ecología e internet. Es un crisol de convergencia de las ciencias sociales y humanas; es un enclave de solemnidad, sin salvajismo transdisciplinario. Es un inicio donde se puede sentir el arranque de un gran poder de explicación social, que emana tanto de la tierra (el paisaje, la geografía y el territorio) como de la majestuosa y profunda concordia en el modo que se alzan las líneas de reflexión individual de cada uno de los autores. El poder de la reflexión social permanece por lo general siempre contenido en la hiperespecialización que tanto aburre a los jóvenes de hoy; sin embargo, en este nuevo libro podemos entrever un amplio oleaje territorial-reflexivo que se sucede de un modo a veces susurrante, como si proviniera de un lejano mar tormentoso que agita las aguas tranquilas y solemnes de la academia siempre glaciar.

En el texto destacan los trabajos de Horacio Crespo, que traza rutas de búsquedas conceptuales en torno a la frontera y el territorio, pero desde la constitución de espacios de encuentro y transformación ecológica cultural. También el de Cynthia Rading, que habla de la producción de espacios con significado cultural sumado a procesos históricos, partiendo del interés por conocer las pautas ecológicas en relación con la corona española, los biomas vegetales, mismos que dan forma a los paisajes y subregiones históricas. De igual forma sobresale el trabajo de Alexander Betancourt, el compilador, donde estudia la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, acentuando el largo proceso de producción de conocimiento científico en México, atestiguando una transformación y una valoración de los aportes que hicieron sus forjadores a lo largo del siglo XIX. Otros trabajos que destacan son el José Rivera González sobre internet y el escenario de nuevos esquemas identitarios para la juventud.

Lo que resulta realmente interesante y sugestivo desde la perspectiva del estudio de los espacios y la territorialidad es sin duda todavía la idea del vacío, y de cómo esta idea articula los distintos modos de establecer lugares hasta entonces desconocidos. El lugar no existe antes que la descripción del mismo exista; las descripciones en ciencias sociales son las que producen lugares desde donde intentamos hablarnos. En su sencillez y complejidad se van instaurando nuevos conceptos de espacio, territorio y frontera. Se trata no de una nueva superficie que envuelve a los lugares dados, sino de un conjunto de estudios que son generados por la peculiar interrelación, es decir, por la congragación de otros lugares. Decía Goethe: "No es siempre necesario que lo verdadero tome cuerpo; basta con que se expanda espiritualmente y provoque armonía; al igual que el son de las campanas, basta con que se agite por los aires con solemne jovialidad".

Correo electrónico: gustavo.perez@uacj.mx

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