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Estudios de historia moderna y contemporánea de México

versión impresa ISSN 0185-2620

Estud. hist. mod. contemp. Mex  no.36 Ciudad de México jul./dic. 2008

 

Artículos

 

Los años leoneses de Toribio Esquivel Obregón. De partidario a opositor del régimen porfirista, 1864–1911*

 

Mónica Blanco**

 

** Es profesora–investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: mobla01@yahoo.com.mx

 

Resumen

Con base en una amplia información de archivo, la autora analiza las vicisitudes de la carrera política de Toribio Esquivel Obregón en León, Guanajuato. Ligado en sus inicios al régimen de Porfirio Díaz, el personaje transita hacia el campo de la oposición política. En un primer momento se enfrenta al grupo de los Científicos para luego incorporarse como vicepresidente del Centro Antirreeleccionista de México. El artículo muestra también las dificultades de un liberal–positivista que intenta hacer carrera en el sector público, en ciudades donde la presencia de la Iglesia era dominante y extendida.

Palabras clave: Toribio Esquivel Obregón, historia política, Porfirio Díaz, positivismo, liberalismo.

 

Abstract

By means of a wide research on archive sources, the author analyzes the events around Toribios Esquivel political career at León, Guanajuato. Esquivel, who was initially connected to the regime of Porfirio Díaz, turned to political opposition afterward. First of all Esquivel became against the Científicos and then he joined to the Centro Antirreeleccionista de México as a vice president. The paper also examines some difficulties opposed to a liberal–positivist in those cities where the power of Church was dominant and widespread.

Key words: Toribio Esquivel Obregón, political history, Porfirio Díaz, positivism, liberalism.

 

En el campo historiográfico son abundantes los trabajos sobre los protagonistas del Porfiriato y más aún los referidos a los líderes de la Revolución Mexicana. En cambio, el estudio de los personajes que actuaron en la oposición política ha empezado recién a conformarse como objeto de investigación, en el ámbito de los historiadores profesionales. El caso de Toribio Esquivel Obregón es de especial interés. Integrante de la clase dirigente —como munícipe en su natal León— del gobierno de Porfirio Díaz, empezó a caminar hacia la oposición a inicios del siglo XX, primero manifestando su desacuerdo con la política llevada adelante por el gobernador de Guanajuato, Joaquín Obregón González, y el influyente grupo de los científicos, hasta integrarse como vicepresidente del centro antirreeleccionista de México en 1909. Distanciado de Francisco Madero, un poco más tarde aceptó ser secretario de Hacienda en el gobierno de Victoriano Huerta, decisión que le costó el exilio. En Nueva York militó activamente en los grupos políticos de exilados antirrevolucionarios y al volver a México, en 1924, se relacionó con la corriente de oposición política a la revolución y fue miembro fundador del Partido Acción Nacional en 1939.

Si bien en su plenitud y complejidad la biografía de Toribio Esquivel Obregón no ha sido estudiada, el personaje es muy citado en algunos momentos de su actuación política, particularmente por su polémica con Joaquín Demetrio Casasús respecto de la política económica implementada por el secretario de Hacienda José Ives Limantour.

En 1908, Esquivel publicó una serie de artículos en el diario El Tiempo; el tema central de su argumentación fue el de la necesidad de trazar una política crediticia para el campo, diferente de la elaborada por el gobierno. El cuestionamiento tuvo un gran impacto en la clase política, en el sector empresarial y en la opinión pública. Tal es así, que el gobierno se vio en la necesidad de responder desde sus más altas esferas y para esto designó a un destacado miembro del grupo de los Científicos, Joaquín Demetrio Casasús.

Esquivel resulta, indudablemente, un personaje controvertido. Por ejemplo, sus afirmaciones y el significado de la polémica con los Científicos han suscitado posiciones encontradas entre los principales historiadores económicos de México. Luis Chávez Orozco elogia a Esquivel. Considera que su estudio es importante por haber sido la primera crítica seria a la política económica de Limantour y por expresar el autor la manera de pensar y de sentir de los terratenientes mexicanos en su condición de deudores de los bancos de emisión. Incluso equipara la importancia del descontento expresado por Esquivel en el estallido de la Revolución Mexicana, con el peso que tuvo la famosa Representación de los labradores1 de Abad y Queipo como detonante de la revolución de independencia.2

En una postura diametralmente opuesta, Fernando Rosenzweig afirma que "A Casasús le resultó atrayente la invitación de Victoriano Agüeros, director del periódico que había acogido las críticas de Esquivel, para refutar a éste, cuya débil e inconsistente embestida permitía hacer lucir en toda su sabiduría y solidez la política bancaria oficial".3

El artículo que presento a continuación refiere al periodo en que nuestro personaje vivió y actuó en León; va desde 1864 hasta 1911. Esquivel permaneció en su ciudad natal poco más de la mitad de su larga vida. Se abordarán las características familiares que incidieron en su personalidad y los aspectos distintivos de su formación. Pero el hilo conductor será su actuación política: ¿qué cargos ocupó y qué tipo de acciones propuso o realizó en el ejercicio de la función pública?; ¿en qué grupo de la clase política estuvo inserto?; ¿cuáles fueron sus ideas como periodista político?; ¿cuáles fueron los espacios de la oposición política en los que actuó y ejerció su influencia, en los que cuestionó o luchó por el poder?, y ¿cuál fue su actuación en el terreno de los procesos electorales y de los partidos políticos?

 

Los años iniciales

Toribio Esquivel Obregón nació en la ciudad de León, Guanajuato, el 5 de septiembre de 1864, en el seno de una familia de clase media. A pesar de no ser el hijo mayor fue bautizado con el nombre de su padre, seguramente porque éste, un médico propietario de tierras y político liberal, originario de Jalisco, murió poco antes de su nacimiento. Toribio fue un niño enfermizo; la ausencia del padre propició que la influencia de su madre, Rafaela Obregón y Martín del Campo, fuera muy marcada.

Por el lado materno perteneció a una típica familia guanajuatense de origen español, que actuaba en un medio donde la presencia de España era fuerte y sostenida, pues se nutría constantemente con la llegada de nuevos migrantes y en la cual, por lo tanto, se conservaban las costumbres y tradiciones de la considerada por ellos la "madre patria". Este origen fue muy importante para Esquivel; prueba de ello son los numerosos escritos, a lo largo de su vida, donde aparece su preocupación por aquilatar el significado de la presencia de España en la historia de México.

También dejó huella en su personalidad la contradicción entre haber nacido en una familia empobrecida pero poderosa. Los Obregón sufrieron un deterioro económico luego de la muerte de su abuelo, un próspero comerciante. Pero, por otro lado, tanto Obregón como Martín del Campo eran apellidos de familias que integraban la elite de la región, en las que se conjuntaba el poder, el prestigio y el dinero.4

Toribio creció en un hogar culto, donde la lectura común de obras literarias a la luz del candil era una práctica cotidiana: desde niño le gustó pintar. Además de su madre y su padrastro, Sebastián Morgado, convivía con su único hermano mayor, enrique, dos primos y un tío materno que tenía alteradas las facultades mentales.

La trayectoria de su padre fue muy importante para Toribio. Los libros que habían pertenecido a Esquivel Carlín, que su padrastro le había prohibido leer por considerarlos sospechosos de contener ideas liberales, estaban guardados bajo llave en una armario que permitía verlos a través de un cristal. Luego de observarlos como un tesoro durante un tiempo, a los doce años Toribio no pudo resistir la tentación de violar la cerradura e irlos leyendo en secreto uno a uno.

Así se fue nutriendo de los clásicos de la literatura universal, como los diez tomos de Las mil y una noches, textos griegos y latinos como La odisea de Homero y las Vidas paralelas de Plutarco, y una de las más populares novelas del costumbrismo mexicano, El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi. Pero además del ejemplo que significó la trayectoria liberal de su padre, del orgullo que sentía por el hecho de que éste nunca transigiera con el imperio, sus libros despertaron en Toribio un profundo cariño por la lectura y un afán de erudición, y le brindaron un punto de referencia para tomar conciencia del oscurantismo muy extendido en León y de los aspectos negativos, sobre todo en el plano de la cultura y el conocimiento, que conllevaban la profunda religiosidad de su madre y su padrastro Sebastián Morgado.

 

Profundos cambios

A inicios del Porfiriato, en 1878, Toribio ingresó al Colegio de León, creado en ese año, y del cual su tío Manuel Muñoz Ledo fue nombrado primer rector por el gobernador general Francisco Mena. Los conflictos entre su tío y su madre afectaron la vida estudiantil de Toribio y su hermano. Como buen liberal, Muñoz Ledo dispuso que en el colegio sólo se suspendieran las labores en los días establecidos por la ley como feriados. La madre de Esquivel no consentía que sus hijos asistieran a clases en fechas que la iglesia señalaba como fiestas de guardar. Ante reiteradas ausencias no permitidas, los jóvenes fueron castigados y quedaron en calidad de alumnos oyentes, es decir, sin obligación de asistir a las cátedras y sin derechos. El asunto se arregló meses después, debido a la salida de Muñoz Ledo de la rectoría del colegio por haber sido electo diputado por León al Congreso Nacional; Toribio y su hermano fueron reincorporados por el nuevo rector el licenciado Miguel Lara.5

Mientras Toribio realizaba sus estudios preparatorios la modernidad porfiriana fue llegando a León. Además de la apertura de la educación oficial en la enseñanza media, en la década de los setenta empezó a trabajar en la ciudad una planta eléctrica y a inicios de la década de los ochenta se inauguró el Teatro Doblado, comenzó la circulación de tranvías y llegó el ferrocarril.6

A pesar de los conflictos de su familia con Muñoz Ledo, el ejemplo y las enseñanzas de su tío como abogado y como político influyeron en el ánimo del joven Esquivel para decidir estudiar la carrera de Leyes. Esta influencia se notó también en el liberalismo anticatólico que Toribio empezaba a abrazar con pasión por aquellos años. ¿Por qué fue su liberalismo tan intenso? podemos aducir varias razones. Por un lado su juventud; suena lógico que los jóvenes fueron desprendiéndose de sus hábitos y tradiciones para adoptar los principios liberales que les reclamaban romper con su pasado. También la necesidad de madurar, de crecer, de hacerse adulto, lo llevaba a tratar de encontrar su propia identidad, diferente de la de su madre, de acendrada tradición católica.

Pero, además de las cuestiones personales e inherentes a su edad, ¿qué significaba ser liberal en esa época en León? La contraposición entre liberales y católicos fue allí profunda. Esquivel nació en un estado donde el avance del proceso de secularización estaba retrasado y en una ciudad donde el dominio de la curia era muy marcado. Los interesados en la política solían tomar apasionado partido.

A fin de estudiar Leyes eligió la Escuela Nacional de Jurisprudencia; por lo tanto, debía trasladarse a vivir a la ciudad de México. Su primer viaje a la capital fue suspendido porque no pudo separarse de su madre que estaba enferma, y quien además no veía con buenos ojos el alejamiento de Toribio, pues temía que éste abandonara sus deberes religiosos. Además, y siguiendo la tradición familiar, inició una relación amorosa con Laura Torres, una joven que provenía de San Pedro Piedragorda, un pueblo situado en los linderos de la región de Los Altos, en el que abundaban las familias de origen español, hija, al igual que Toribio, de un médico y ranchero, dueño de una finca en dicha región, quien sería años más tarde su esposa. Toribio tenía diecinueve años y Laura quince.7

Finalmente se trasladó a México. A principios de 1885 rentó un cuarto en una casa particular y se matriculó como alumno en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, institución a la que asistían los jóvenes que buscaban un lugar en la política y donde se formaba la elite de la época.8 En diciembre de 1886 decidió terminar la carrera desde su casa. O sea, que fue dos años alumno regular en la escuela nacional de Jurisprudencia y luego preparó las materias de tercero, cuarto, quinto y sexto años de la carrera desde León y viajó a México para rendir los exámenes correspondientes.9

A pesar de lo irregular de sus estudios y lo breve de su estancia en México, el impacto y los cambios generados en él durante su formación como abogado fueron muy grandes. Como su madre temía, abandonó la religión. ¿Esto qué significa? según lo relataba el mismo Esquivel a sus familiares, en México perdió la fe, se alejó de las prácticas religiosas hasta abandonarlas totalmente en esa época.10 Pero sobre todo, la estancia en la capital plasmó en él un cambio profundo que se venía gestando desde hacía un tiempo: dejó de creer en la interpretación teológica del mundo apoyada en la autoridad de la fe, y en cambio pasó a confiar plenamente en la capacidad del intelecto para entender y descifrar no sólo la naturaleza sino también la sociedad, y a creer además que, mediante el conocimiento humano, podían mejorarse las condiciones económicas y sociales de México. En este proceso desempeño un papel central su contacto con la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Desde inicios del gobierno de Porfirio Díaz se había ido acrecentando una transformación en la enseñanza del derecho acorde con los cambios políticos y económicos en el país y en el mundo. El conjunto de ideas políticas predominantes en México en ese momento pueden caracterizarse como un liberalismo oficial, que fue variando gradualmente con la adopción de los postulados positivistas. En consonancia con lo anterior, el estudio del derecho se adaptó para responder a la realidad social, de acuerdo con la filosofía y la sociología positivas entonces en boga, rechazando todo apriorismo, toda metafísica, todo lo prácticamente indemostrable. Además los estudios jurídicos debían tener un carácter eminentemente pragmático y relacionarse con las otras ciencias sociales: la economía, la política, la sociología y la historia.11

En sus memorias Toribio nos cuenta que regresó a León sin terminar la carrera de Leyes debido a que su madre y su novia estaban enfermas. Sin embargo, y sin restarle importancia a sus problemas personales, hubo además otros motivos en su apresurado regreso. Esquivel era antes que nada un provinciano que tenía muy buenas oportunidades de hacer carrera política y asociar el ejercicio de la profesión y la práctica de los negocios en su ciudad natal. A nivel personal, era un joven capaz y brillante muy bien conectado desde la cuna con la burguesía local y con los grupos liberales dominantes. Además las relaciones de Esquivel con el gobernador de Guanajuato, Manuel González, eran excelentes y prometedoras. La buena predisposición del gobernador hacia Esquivel se puso de manifiesto en enero de 1887 cuando, apenas regresó de México y con sólo dos años de avance en la carrera de Leyes, lo nombró profesor de la cátedra de Raíces Griegas en la Escuela de Instrucción Secundaria de León.12

 

El periodo gonzalino

Durante los primeros tramos de su carrera política, Toribio Esquivel trabajó muy cerca del gobernador González. En el momento en que ingresó como profesor la ya tradicional rivalidad entre la Escuela de Instrucción Secundaria y el Seminario de León, dependiente de la curia local, se había agudizado. González apoyó la enseñanza laica y la escuela obtuvo beneficios: se hicieron mejoras edilicias; se adquirieron aparatos, instrumentos y útiles para las clases y para el observatorio meteorológico; se publicaron libros de texto, y se fundó la biblioteca.

En poco tiempo se puso de manifiesto la vocación de liderazgo de Esquivel. Éste se materializó cuando en 1890 fue nombrado subdirector y luego profesor interino de la estratégica cátedra de Filosofía Positiva. Sus clases estaban imbuidas de positivismo. Unos meses después fundó el bisemanario La Prensa, del que era director.13 Es posible que para darle un título a su publicación se haya inspirado en el periódico del mismo nombre dirigido por José María Vigil, por sentirse identificado con la trayectoria de un connotado liberal que se sumó al gobierno.14

Alrededor de La Prensa se formó un núcleo de profesores que empezó a tener una activa presencia en el campo educativo, científico, cultural y político de León. El periódico se dedicaba a promover el conocimiento científico. Los artículos eran escritos por profesores que abordaban cuestiones referidas a química, física, mecánica, historia, geografía, astronomía, meteorología, botánica y zoología. Se publicaba una sección de fórmulas industriales, como por ejemplo cómo hacer jabón, fabricar espejos, limpiar metales, telas y madera, hacer tinta o engrudo. Esta sección, junto con la de horticultura, nos muestra la importancia que para los colaboradores de la revista tenía la aplicación de los conocimientos científicos a través de fórmulas precisas y relativamente sencillas dirigidas a los artesanos a fin de que progresaran y estimularlos a ingresar a nuevos campos de la industria. También había tópicos novedosos como la fotografía, pues el plantel contaba con un pequeño laboratorio y en cuanto a la meteorología, la escuela tenía aparatos modernos para la medición y se hacían cálculos que influían en la vida local, e incluso en el país.

Toribio Esquivel estudió mucho en esos años, acrecentando así el bagaje intelectual que ya poseía. Puso gran pasión en la labor periodística. Su interés por la historia se plasmó en una larga serie de artículos titulada Elementos de historia general, luego otra sobre Elementos de historia de México. Dedicó también numerosos escritos a temas relacionados con las políticas públicas, en especial los planes de estudio, las materias y los contenidos de la instrucción profesional y secundaria. Cultivó la economía, una ciencia poco conocida en ese momento. Así, una parte de su obra como periodista estuvo dedicada a la promoción de sus ideas en relación con la política económica de la época. Su formación en este campo fue autodidacta.

El protagonismo de Esquivel en el grupo gonzalino tomó forma en su labor periodística. Junto con políticos locales partidarios del oficialismo, en 1892 fundó el periódico La Unión y tuvo una activa labor en los trabajos en favor de la reelección de Porfirio Díaz.15 Vale la pena hacer notar que ese año y la coyuntura electoral marcan la irrupción de nuevas generaciones en la política porfiriana, más jóvenes y formadas en el pensamiento positivista. Fue la cercanía con esta corriente de pensamiento y su trabajo en la escuela de instrucción secundaria lo que contribuyó a que ésta tuviera una presencia extramuros en la sociedad leonesa, lo que hizo que Esquivel fuera atacado por el grupo de políticos intransigentes ligados a la curia local. El conflicto puede catalogarse como político, pues en esa época la batalla por la secularización cobró intensidad en el campo educativo.

Las condiciones para el grupo gonzalino cambiaron radicalmente con la muerte de Manuel González a principios de mayo de 1893. Con la llegada del nuevo gobernador, Joaquín Obregón González, el Partido Gonzalista fue descabezado y la política de conciliación con la iglesia llegó a Guanajuato. Las nuevas condiciones políticas dieron pie para que la mitra de León arremetiera contra la enseñanza laica. Así, El Pueblo Católico, vocero de las autoridades eclesiásticas, redobló sus ataques contra los establecimientos oficiales. El periódico aplaudió que se estuvieran clausurando colegios de instrucción profesional y trajo a colación el ejemplo de Jalisco para solicitar que se suprimiera la escuela de instrucción secundaria de León. Dijo también que la enseñanza del positivismo era "el más funesto de los errores" pues produce "ciudadanos gangrenados por el vicio",16 y en una clara alusión al grupo liderado por Toribio Esquivel solicitó "que el actual gobierno del estado […] [retire] los elementos maléficos que en el ramo introdujo el gonzalismo de infeliz memoria".17

Los ataques de la prensa dieron frutos. Esquivel se vio obligado a abandonar la labor periodística. El 15 de junio de 1894 fue el último número que apareció como director de La Prensa, aunque nadie ocupó su lugar ni se dieron explicaciones de por qué dejó ese cargo. A pesar de lo álgido de la confrontación, en ese momento el costo no fue tan grande: Esquivel mantuvo su cátedra y continuó como subdirector de esa escuela.

Por esos días, en un cuaderno de tapas negras, una especie de diario de prolija caligrafía que tituló Efemérides de la ciudad de León de los Aldamas, Esquivel escribió unas notas en las que podemos ver su enojo y el desprecio que sentía hacia el grupo de opositores políticos que lo quitó de la carrera periodística. Así, refiriéndose a un artículo publicado por el profesor Francisco Aguirre sobre las transformaciones químicas que sufre el cadáver comentó: "el artículo en sí nada tenía, pero por filiarse su autor entre los positivistas, El Pueblo Católico le lanzó improperios e insultos calificándolo de materialista y ateo y diciendo otros mil despropósitos repugnantes". Aguirre quiso entrevistarse con el autor. Al respecto Toribio opinó: "ni Aguirre debió haber dado valor a lo que se escribía en un periódico tan zoes [sic] que por sí mismo se refuta ni menos aceptar explicaciones con gentuza como la que forma su redacción".18

Sin embargo, el enfrentamiento con la mitra de León acarreó serias consecuencias a la carrera política de Esquivel. El conflicto lo dejó catalogado como un "liberal positivista radical", lo que tenía una connotación de anticatólico. Esto hizo que para la elite local la relación con Toribio tuviera siempre un dejo de sospecha y se convirtió en un impedimento para lograr el apoyo de ésta a sus posteriores aspiraciones políticas, en especial su interés de convertirse en gobernador de Guanajuato en 1909 19 y 1911 20 y en candidato a vicepresidente por el Partido Antirreeleccionista.

 

Un joven munícipe

Esquivel integraba la nueva generación que, comprometida con el régimen de Porfirio Díaz, tenía interés por desarrollar una carrera política dentro de la corriente liberal–positivista. Sus posibilidades de lograrlo eran altas. Ser el sobrino de Muñoz Ledo, un ex gobernador, y cuñado del general Manuel Orellana Nogueras, quien era el jefe de la Séptima Zona Militar y un hombre muy cercano al presidente Díaz, fueron importantísimas cartas de presentación para un joven que ingresaba en la función pública. Sus primeros trabajos los realizó como juez municipal y abogado consultor de la séptima Zona Militar, donde adquirió experiencia en el oficio de litigar.21

También tenía buenas cartas de presentación para incorporarse —mediante el ejercicio profesional— en el mundo de los negocios de la ciudad de León. Su abuelo materno había sido un destacado comerciante y su padrastro el administrador de Jalpa, la Hacienda de los Cánovas, empresarios muy poderosos de la región. Desde su bufete de abogado Esquivel estableció una relación con miembros de la elite local ligados al proceso de modernización agrícola e industrial de León.

En 1899 Esquivel fue nombrado regidor del ayuntamiento de León. Se incorporó a la institución en un momento en que ésta perdía atribuciones ante la creciente centralización de competencias políticas y administrativas que se produjo durante el Porfiriato.22 En Guanajuato la situación era especialmente grave. Después de la promulgación de la Ley Orgánica de Jefaturas Políticas la autonomía de los ayuntamientos había sufrido serias limitaciones. La máxima autoridad de la institución, el presidente municipal —que en gran parte de los estados de la República era un cargo de elección popular— la ocupaba el jefe político, un funcionario que era nombrado y respondía a las directrices del gobernador.23 Además favorecía la subordinación de los ayuntamientos al Ejecutivo estatal la sensible disminución de los ingresos municipales que hubo por esos años, producto de la abolición del sistema de alcabalas.

Sin embargo, los ayuntamientos resistían. Así, durante los cuatro años en que Esquivel fue munícipe la tensión fue permanente. Esto reavivó la tradicional pugna entre León y Guanajuato. Ambas eran ciudades muy poderosas y rivales. León era la cabecera de la región agrícola del Bajío; además allí se encontraba la sede de la diócesis y la jefatura de la Séptima Zona Militar. Guanajuato era la ciudad capital, asiento de las autoridades centrales y centro del distrito minero más importante del estado.

En el fondo de esta rivalidad estaba la pugna entre los intereses mineros y agrícola–industriales del estado. Desde mediados del siglo XIX León había ido tomando la delantera: mientras la producción minera descendía la agricultura del Bajío tendía a crecer. En la década de los noventa un proceso de modernización fortaleció su presencia económica. En el sector agrícola el fraccionamiento de algunas de las grandes haciendas y la venta en secciones de parte o de la totalidad de las mismas.24 Es posible suponer que la venta de parcelas estuviera motivada por el interés de obtener recursos a fin de invertirlos en el sector fabril, que se estaba gestando en el marco de un antiguo y extenso sector artesanal.

La vanguardia de la modernización fue la fábrica de hilados La Americana, montada en 1879, que introdujo maquinaria de vapor propiciada por la presencia de la energía eléctrica. Luego se creó otra fábrica de hilados, La Constancia. Por esos años surgieron también fundidoras, como la Compañía Manufacturera, que fabricaba objetos de hierro, artefactos de carrocería y muebles.25 El capital para la creación de nuevas empresas fue preponderantemente de origen local, reproducido mediante actividades comerciales en la misma ciudad de León, y había, en general, una marcada conexión personal de sus dueños con la región jalisciense de Los Altos.

La gestión de Esquivel estuvo indisolublemente ligada al grupo de empresarios modernizadores de León, interesados en generar la infraestructura urbana necesaria para el desarrollo industrial. Así, trabajó en consonancia con ellos en la organización de una exposición industrial y propició la construcción de obras públicas dirigidas al saneamiento y a dotar de alumbrado y agua potable a la ciudad.26 Un tema relevante de fricción con el gobernador fue la disputa por la adjudicación de los servicios públicos a empresas privadas. Otro problema fue la falta de una política estatal que incrementara la enseñaza pública. Así, a pesar de sus esfuerzos, el cuerpo de regidores de León no pudo evitar el cierre de dos escuelas primarias decretado por el gobierno.

El conflicto hizo crisis a mediados de 1901, cuando por mayoría de votos el Ayuntamiento de León se opuso a que se declarase al gobernador Joaquín Obregón González benemérito del estado. Esquivel encabezó la oposición y fue el encargado de redactar la respuesta negativa al Ayuntamiento de Irapuato, gestor de la iniciativa.

El ser visualizado como el líder de la oposición del Ayuntamiento de León tuvo consecuencias desastrosas para la carrera política de Esquivel. Ahora sí fue separado de la Escuela de Instrucción Secundaria de León;271902 fue su último año como munícipe y no obtuvo ningún otro puesto público en la administración del estado. Además de iniciar su actuación en una institución que perdía progresivamente poder, agravado el asunto por la rivalidad entre León y Guanajuato, este desplazamiento de un hombre joven de la función pública debe verse en el contexto del envejecimiento que sufría la clase política en todo el país y su carácter cerrado y excluyente en donde no cabían las necesarias renovaciones generacionales.

 

Oposición a los Científicos

Lo cierto es que Esquivel transitaba —tanto a nivel local como nacional— hacia el campo de la oposición política. Al respecto es sintomático que no haya participado en ninguno de los grupos que se formaron en León para apoyar la reelección de Porfirio Díaz en 1900.28 Por esos años se unió a un buen número de abogados para protestar por la que consideraba pésima administración de justicia que sufría Guanajuato. También fue claro su creciente desencanto y consecuente distanciamiento del gobierno nacional, sobre todo por su oposición a las actividades del grupo de los científicos.

En 1903 Esquivel publicó en el Diario del Hogar, un importante espacio de crítica periodística, dos artículos en los que propone reconstruir el Partido Liberal, en respuesta al discurso de un destacado miembro del grupo de los Científicos, Francisco Bulnes, justificando una nueva reelección de Porfirio Díaz. En esos años el perfil social, ideológico y político de Esquivel era muy similar al de los personajes que colaboraban en dicho periódico. Era un liberal urbano de clase media, que se sentía heredero genuino del liberalismo histórico de la Reforma, defensor del constitucionalismo y enemigo del liberalismo conservador dominante en las altas esferas del poder. Una parte sustancial de su reprobación al régimen porfirista se centraba en la política de conciliación del gobierno con la iglesia católica. Esquivel era un crítico de las ineptitudes y corrupciones de las autoridades estatales y locales y, al mismo tiempo, del sistema político caracterizado por un federalismo formal y un ejercicio centralizado del poder. Finalmente, defendía la autonomía municipal.29

Al año siguiente Esquivel participó en la organización de una manifestación en León en desagravio de las "injurias" vertidas por Francisco Bulnes en su libro El verdadero Juárez,30 a la que asistieron alrededor de 220 personas. Con mucho entusiasmo Esquivel escribió a Filomeno Mata, director del Diario del Hogar, que "era digno de verse el espectáculo del pueblo agolpándose a las puertas del Teatro Doblado y vitoreando al autor de la Reforma".31 Conjuntamente se publicó en la prensa local una "Protesta" 32 en la que se desmienten algunas de las aseveraciones que hace Bulnes sobre la actuación de Juárez durante la intervención francesa y se reitera la crítica que había hecho Esquivel con anterioridad respecto de la inconsistencia de la argumentación de Bulnes al proponer la reelección de Porfirio Díaz: "pintó al general Díaz con los colores más negros, para inferir de allí que por patriotismo debía reelegirse presidente de la República".33 Por solicitud de Esquivel el documento fue publicado, además, en el Diario del Hogar.

La oposición al grupo de los Científicos tuvo su momento más importante en 1908 cuando Esquivel criticó —en una serie de artículos publicados en el diario El Tiempo— la política económica gubernamental. La coyuntura política era por demás delicada. México se encontraba sumido en una profunda crisis económica a la que se unió una agudización de la crisis política, debida a las dificultades de encontrarle una salida negociada —que dejase conforme a la elite— a la sucesión del casi octogenario presidente Porfirio Díaz.

Fue entonces cuando el secretario de Hacienda José Ives Limantour anunció el propósito de modificar la función de los bancos de emisión, prohibiéndoles, como era acostumbrado, hacer préstamos a largo plazo. En respuesta Esquivel escribió varios artículos en los cuales defendió el derecho de los agricultores al crédito.34 En sus escritos explicitó, en primer lugar, su sentir; Esquivel quería ser hacendado. Hacía pocos años había comprado tierras en el norte del estado de Michoacán y su ilusión era reconstruir la Hacienda de Aramútaro. Sin embargo, supo palpar la posibilidad de que el gobierno restringiera el crédito para el sector agrícola y vendió su propiedad.

Esquivel expresó también los intereses del grupo de empresarios modernizadores de León y, en un sentido más amplio y como puede comprobarse por las repercusiones periodísticas de la polémica, de la burguesía agraria del centro de México, que pretendía modernizar sus ranchos y haciendas mediante la venta de parcelas y para esto buscaba ampliar el crédito a los pequeños propietarios, posibles compradores.

 

Participación en el Centro Antirreeleccionista de México

Su postura como opositor político se concretó a mediados de 1909 cuando aceptó, no sin reservas, una de las dos vicepresidencias del Centro Antirreeleccionista de México. ¿Por qué se comprometió Esquivel con la fuerza política que estaba construyendo Francisco Madero? es claro que ambos eran opositores al gobierno de Porfirio Díaz. Además, pesó mucho en la decisión de Esquivel el hecho de que sus opiniones coincidían en gran parte con los planteamientos de Madero en su libro La sucesión presidencial, en el cual éste condena las revoluciones y por lo tanto el uso de la violencia en política.35 También las coincidencias son claras en las críticas expresadas por Madero sobre el régimen de Díaz, muy presentes en la administración del gobernador de Guanajuato: el gobierno dictatorial, la no aplicación de la ley expresada fundamentalmente en la ausencia de respeto a la Constitución de 1857, la mala aplicación de la justicia en todos los tribunales del país y la falta de una política adecuada para ampliar la educación pública.

Sin embargo, como Esquivel preveía desde un principio, pronto surgieron los desacuerdos. Siendo éste un hombre con un capital político propio y miembro de un estado donde el prestigio de Madero era poco menos que inexistente, la rivalidad entre ambos no tardó en presentarse. Así, a pesar de que Esquivel tenía condiciones para hacer un buen papel como candidato a la gubernatura de Guanajuato en las elecciones de julio de 1909, Madero no apoyó su postulación.36 A su vez, aquél no realizó las tareas de agitación y propaganda en favor del antirreeleccionismo en Guanajuato a las que se había comprometido, lo que generó un amargo reproche de Madero en su correspondencia.37

Al año siguiente Esquivel presentó su renuncia. A pesar de ya no ser miembro del antirreeleccionismo, su prestigio le permitió rivalizar con Madero cuando fue propuesto como candidato a presidente primero y a vicepresidente de la República después, durante la convención del Partido Antirreeleccionista en abril de 1910. La postulación de Esquivel fue hecha por políticos guanajuatenses encabezados por Alfredo Robles Domínguez y congregados en el Partido Nacionalista Democrático. La importancia de la candidatura de Esquivel entre los opositores al Porfiriato se reflejó en el alto número de votos obtenidos. Su candidatura a vicepresidente logró 82 votos y la del candidato oficial, Emilio Vázquez Gómez, 113.38

Su distanciamiento con Madero se hizo aún más claro cuando, invitado por Óscar Braniff, actuó como mediador entre el gobierno y los rebeldes en ciudad Juárez. La situación fue problemática para Esquivel, pues fue acusado de instigar a Orozco contra Madero. Este negó la acusación y a fin de aclarar la situación, escribió un libro, Democracia y personalismo, en el que resulta premonitoria la afirmación del autor —hecha por cierto en el momento de mayor popularidad de Madero justo en la coyuntura de la caída del porfirismo— en el sentido de que un régimen cuyo poder emanaba de la boca del fusil no podría construir la democracia.39

 

Reflexiones finales

Nos hemos referido a los primeros años de la actuación de nuestro personaje, indisolublemente ligados a su ciudad natal, donde permaneció más de la mitad de su vida y por la que sintió siempre un profundo amor. Consideramos que el estudio a profundidad de su periodo leonés —el menos conocido— es fundamental para tener un panorama biográfico completo de Toribio Esquivel Obregón. Sin embargo, en su extensión y complejidad dicho periodo tiene todavía partes oscuras. Este artículo constituye una primera aproximación.

De su infancia y juventud podemos destacar la falta de padre y la cercanía con su madre, una mujer de una extraordinaria fortaleza, quien lo formó en un ambiente donde la cultura española era una presencia cotidiana. El ser un niño que se enfermaba con facilidad, lo mantuvo alejado muchas veces de los juegos infantiles y esta situación influyó también en su inclinación a la lectura.

Su temprano y sobre todo intenso liberalismo positivista anticatólico puede atribuirse, en parte, a una reacción frente al radicalismo católico, al que acompañaba un oscurantismo cultural, de su madre y su padrastro. Aunque en su pasión liberal fue importante también la identificación con su padre mediante el legado de sus libros, su tío Muñoz Ledo desempeñó la función de figura paterna.

Además de su vocación por la docencia, el periodismo y la práctica del derecho, Toribio tuvo, desde muy joven, un marcado interés por participar en la vida política. A pesar de ser un hombre de clase media, lejos de aquellos que desde la cuna podían conjuntar el poder y el dinero, su entorno familiar creaba una situación propicia para las intenciones de Esquivel de desarrollar una carrera en el sector público. Además, su descollante capacidad intelectual, en especial sus conocimientos sobre economía y política económica, generaban un atractivo para que la clase política leonesa tuviera interés por contarlo entre sus miembros.

Su actuación más importante a nivel local fueron los cuatro años en que fue munícipe, durante los cuales desarrolló una intensa actividad. Como regidor del Ayuntamiento trabajó en consonancia con el grupo de empresarios de León interesados en generar la infraestructura necesaria para el adelanto del proceso de modernización en marcha en la ciudad.

Después de su gestión en el municipio, su carrera política se detuvo. Éste es un aspecto sobre el que es preciso profundizar. La indagación debe dirigirse a las dificultades que tuvieron los grupos que adoptaban el liberal positivismo en las regiones y a su práctica en el ejercicio de la función pública, durante la cual Esquivel tuvo muchos roces con el gobernador Joaquín Obregón González.

Así, a inicios del siglo XX Esquivel se convirtió en un opositor político. La diferencia de fondo con el gobernador guarda relación con la postergación que éste realizó de los intereses de León, una ciudad poderosa en lo económico y relegada en lo político. Además lo distanciaba de Joaquín Obregón González su política en favor de la conciliación con la iglesia, en especial en lo referido al aplazamiento de la enseñanza pública frente a la religiosa y lo que calificaba como una pésima administración de justicia en Guanajuato. También, desde la pluma y desde la acción trabajó en contra del grupo de los científicos.

Un momento clave de esta etapa de la vida de Toribio Esquivel se dio en 1908 por la amplia repercusión nacional que tuvo su oportuna crítica a la política agraria y bancaria del secretario de Hacienda José Ives Limantour. Otro momento igualmente significativo tuvo lugar cuando decidió sumarse a la fuerza política encabezada por Madero. Sin embargo, sus coincidencias con éste sólo estaban en los motivos de crítica a Porfirio Díaz y no en las características que debía asumir una fuerza de oposición en México. Por lo tanto su permanencia en el antirreeleccionismo fue breve.

El periodo leonés de Esquivel terminó en 1911. Aquí hay otro tema a investigar: ¿por qué decidió —a los cuarenta y seis años— abandonar su ciudad natal, donde había vivido toda su vida, cerrar su estudio de abogado y trasladarse con su familia a la ciudad de México? ¿parte de la explicación podría estar en una decadencia económica de su región? ¿pesó en su decisión la desilusión por no haber sido elegido candidato a gobernador de su estado? ¿tenía expectativas de que, a pesar de sus diferencias con Madero, fuera convocado a colaborar con el gobierno?

 

FUENTES CONSULTADAS

Archivos

Archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional

Archivo Toribio Esquivel Obregón, Área de Acervos Históricos de la Universidad Iberoamericana.

Archivo Leal de Araujo, Colección Particular, León, Guanajuato.

Archivo Histórico Municipal de León, Guanajuato.

Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Periódicos y revistas

Diario del Hogar, México, 1903.        [ Links ]

¡Libertad!, León, Guanajuato, 1911.        [ Links ]

El Obrero, León, Guanajuato, 1909, 1911.        [ Links ]

La Prensa, León, Guanajuato, 1890–1894.        [ Links ]

El Progreso, León, Guanajuato, 1899.        [ Links ]

El Pueblo Católico, León, Guanajuato, 1893, 1894.        [ Links ]

El Tiempo, México, 1908.        [ Links ]

 

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Notas

* Este artículo surge de una ponencia presentada en el II Congreso Internacional de Historia e Historiografía Guanajuatense, realizado del 6 al 8 de septiembre de 2007. La investigación que originó este ensayo se benefició del financiamiento del programa de apoyos para la superación del personal académico, de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México.

1 Manuel Abad y Queipo, Representación en nombre de los labradores y comerciantes de Valladolid de Michoacán, en que se demuestra con claridad los gravísimos inconvenientes de que se ejecute en las Américas la real cédula del 26 de diciembre de 1804, sobre la enajenación de bienes raíces y cobro de capitales de capellanías y obras pías para la consolidación de vales.

2 Luis Chávez Orozco, La crisis agrícola de México en su aspecto crediticio, México, Publicaciones del Banco Nacional de Crédito Agrícola y Ganadero, 1954.

3 Fernando Rosenzweig, "Moneda y bancos", en Daniel Cosío Villegas, Historia moderna de México. El Porfiriato. La vida económica, México, Hermes, 1965, v. 2, p. 859.

4 Algunos historiadores guanajuatenses relacionan a la familia Esquivel y Vargas, a la que pertenecía su padre, con uno de los guanajuatenses de mayor proyección a nivel nacional en el siglo XIX, el historiador y político Lucas Alamán. por otro lado, la familia Obregón estaba ligada con uno de los mineros más ricos de la época colonial, Antonio de Obregón y Alcocer, conde de Valenciana. Juan Francisco Javier Salceda Andrade, Estudio genealógico de la familia de don Lucas Alamán, inédito. David Brading, Haciendas y ranchos del Bajío. León, 1700–1860, México, Grijalbo, 1988.

5 Toribio Esquivel Obregón, Recordatorios públicos y privados. León, 1864–1908, prólogo, estudio introductorio y selección fotográfica de Guillermo Zermeño Padilla, México, Universidad Iberoamericana/Ayuntamiento de León/Consejo para la Cultura de León/Patronato Toribio Esquivel Obregón, 1992, p. 139–140.

6 Carlos Arturo Navarro Valtierra, El doctor Jesús D. Ibarra y sus obras en León, México, Archivo Histórico Municipal de León, 2005, p. 1.

7 Guillermo Zermeño padilla, "La retórica del amor romántico: familia y matrimonio en León, 1884–1907. El caso de Toribio Esquivel Obregón", en Pilar Gonzalbo y Cecilia Rabell (coords.), Familia y vida privada en la historia de Iberoamérica: Seminario de Historia de la Familia, México, El Colegio de México /Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Sociales, 1996, p. 501–504.

8 José C. Valadés, El porfirismo. Historia de un régimen, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1977, t. II, p. 237.

9 Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México, General, Alumnos, exp. 16181.

10 Cuenta su nieta que Toribio decía que en aquellos años había perdido la fe y que les pedía a sus familiares que rezaran pidiéndole a Dios que pudiera recuperarla. entrevista de la autora con Laura D'acosta, junio de 2005.

11 Lucio Mendieta y Núñez, Historia de la Facultad de Derecho, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1975, p. 148.

12 Nombramiento de Toribio Esquivel Obregón como catedrático de Griego de la Escuela de Instrucción Secundaria de León, 17 de enero de 1887, Áárea de Acervos Históricos de la Universidad Iberoamericana, Archivo Toribio Esquivel Obregón, sección documental (en adelante, UIA, ATEO, sd), caja 9, exp. 3, f. 1.

13 Fue nombrado subdirector el 4 de enero de 1890. Ibid., caja 9, exp. 15, f. 1. En cuanto al nombramiento como profesor de Filosofía positiva, véase Mariano Leal, "Reseña leída por el director de la Escuela de Instrucción Secundaria en la Solemne Distribución de Premios que tuvo lugar la noche del 16 de noviembre del presente año", La Prensa, León, Guanajuato, 1 de diciembre de 1890. El primer número de dicho bisemanario se publicó el 1 de octubre de 1890.

14 Vigil había fundado un periódico con ese mismo nombre, con la intención de apoyar la candidatura de Porfirio Díaz en 1884. Daniel Cosío Villegas, Historia moderna de México. El Porfiriato. La vida política interior, primera parte, México, Hermes, 1983, p. 670–671.

15 "Nuestro programa" y "discurso pronunciado por el Sr. Lic. Toribio Esquivel Obregón, primer secretario del comité, la noche de su instalación", La Unión, León, Guanajuato, 2 de abril de 1892.

16 "Establecimientos profesionales", El Pueblo Católico, León, Guanajuato, 5 de noviembre de 1893.

17 Idem.

18 Toribio Esquivel Obregón, Efemérides de la ciudad de León de los Aldamas. Año de 1894, p. 19, UIA, ATEO, sd, caja 72, exp. 11.

19 "Más candidatos para gobernador del estado de Guanajuato", El Obrero, León, Guanajuato, 8 de mayo de 1909; "El Comité 'Sufragio Libre' instalado a última hora, postula para gobernador del estado al viril e inteligente abogado Toribio Esquivel Obregón", El Obrero, León, Guanajuato, 24 de julio de 1909.

20 "El Sr. Lic. D. Toribio Esquivel Obregón aceptó su candidatura para gobernador del estado", El Obrero, León, Guanajuato, 30 de septiembre de 1911. Véase también ¡Libertad!, León, Guanajuato, 6 de octubre de 1911.

21 Esquivel fue nombrado abogado consultor de la Séptima Zona Militar en 1894 y luego en 1898 su nombramiento cambió al de asesor con consideraciones militares de teniente coronel de infantería. Archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional, Toribio Esquivel Obregón; nombramiento que hace Porfirio Díaz a Toribio Esquivel como asesor de la 7a. Zona militar, 17 de diciembre de 1898, UIA, ATEO, sd, caja 15, exp. 2, f. 10–11.

22 Ariel Rodríguez Kuri, La experiencia olvidada. El Ayuntamiento de México: política y gobierno 1876–1912, México, El Colegio de México /Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, 1996, p. 51.

23 Mónica Blanco, Revolución y contienda política en Guanajuato, 1908–1913, México, El colegio de México/Universidad Nacional Autónoma de México, 1995, p. 39–44.

24 El ejemplo más notable de este último grupo lo proporciona la Hacienda de San Nicolás, que en 1894 fue dividida en diez ranchos por la viuda y los hijos de Miguel Urteaga Septién. Este proceso está ligado al hecho de que era frecuente que los propietarios sólo cultivaran las tierras irrigadas o húmedas y alquilaran el resto de la tierra a arrendatarios y a medieros. Véase David Brading, Haciendas y ranchos del Bajío León, 1700–1860, México, Grijalbo, 1988, p. 345–346.

25 El proceso de industrialización continuaría en los años venideros. Se instaló la fábrica de artículos de punto La Purísima y La Compañía Manufacturera se amplió y se transformó en la fundidora La Esperanza. María de la Cruz Labarthe Ríos, León entre dos inundaciones, México, La rana/Instituto de la Cultura del Estado de Guanajuato, 1997, p. 264–274.

26 Actas de las sesiones celebradas por el H. Ayuntamiento Constitucional de esta ciudad en 1899, sesión ordinaria del 28 de marzo, p. 75; Libro suplemento, sesión ordinaria del 5 de septiembre, p. 114–115, y sesión ordinaria del 26 de diciembre, p. 210. Actas de las sesiones celebradas por el H. Ayuntamiento Constitucional de esta ciudad en 1900, sesión ordinaria del 17 de julio, p. 201. Actas de las sesiones celebradas por el H. Ayuntamiento Constitucional de esta ciudad en 1902, sesión ordinaria del 14 de julio, p. 144–145. Archivo Histórico Municipal de León, Guanajuato.

27 Carta de Mariano Leal a Joaquín Obregón González, 23 de noviembre de 1901, y carta de Mariano Leal a Joaquín Obregón González, 6 de diciembre de 1901, Archivo Leal de Araujo, Colección particular, León, Guanajuato.

28 "Instalación de la Junta Menor de la Convención Nacional", El Progreso, León, Guanajuato, 9 de noviembre de 1899.

29 Nora Pérez Rayón, "La crítica política liberal a fines del siglo XIX. el Diario del Hogar", en Claudia Agostoni y Elisa Speckman (eds.), Modernidad, tradición y alteridad. La ciudad de México en el cambio de siglo (XIX–XX), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2001.

30 Francisco Bulnes, El verdadero Juárez y la verdad sobre la intervención y el imperio, México, Librería de la Vda. de ch. Bouret, 1904.

31 Carta de Toribio Esquivel a Filomeno Mata, 11 de septiembre de 1904, UIA, ATEO, sd, caja 16, exp. 1, f. 495.

32 Protesta que los habitantes de la ciudad de León formulan en contra de las injurias que se hacen a Juárez en el último libro de d. Francisco Bulnes, UIA, ATEO, sd, caja 17, exp. 5.

33 Idem.

34 La serie de artículos fue publicada en los meses de marzo y abril de 1908 en El Tiempo. A éstos siguieron otros artículos publicados en junio y julio, de nuevo sobre asuntos bancarios y además críticos de la política ferrocarrilera. Limantour hizo algunas declaraciones a un reportero de El Imparcial defendiendo la política gubernamental, pero quien protagonizó la polémica fue Joaquín casasús, que respondió a las críticas de Esquivel en una serie de veinticinco artículos que aparecieron durante los meses de julio y agosto en El Tiempo. La respuesta de Esquivel a Casasús fue publicada de agosto a octubre y Casasús finalmente dio por terminada la polémica en ese último mes, aunque Esquivel continuó criticando la política bancaria del gobierno durante el resto de 1908.

35 Francisco Madero, La sucesión presidencial en 1910. El Partido Nacional Democrático, Coahuila, 1908.

36 Carta de Francisco Madero a Toribio Esquivel, San Pedro, Coahuila, 27 de julio de 1909, en Francisco I. Madero, Epistolario (1900–1909), México, Comisión Nacional para la Celebración del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y el 75 Aniversario de la Revolución Mexicana, 1985.

37 Carta de Francisco Madero a Toribio Esquivel, 15 de agosto de 1909, en Francisco I. Madero, Epistolario, op. cit.

38 "Acta de la Convención Nacional Independiente de los Partidos Aliados Nacional Antireeleccionista y Nacionalista Democrático", en Roque Estrada, La Revolución y Francisco I. Madero, primera, segunda y tercera etapas, 1912, p. 200 y 201, citado por Mónica Blanco, Revolución y contienda política en Guanajuato, op. cit., p. 29.

39 Toribio Esquivel Obregón, Democracia y personalismo. Relatos y comentarios sobre la política actual, prólogo de Javier Garciadiego, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Patronato Toribio Esquivel Obregón, 1997.

 

Información sobre el autor:

Mónica Blanco, mexicana, es doctora en Historia por El Colegio de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Es profesora–investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México y autora de tres libros sobre historia de Guanajuato. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: Desde el exilio: correspondencia de Toribio Esquivel Obregón, 1914–1924, y "La banca, la agricultura y el crédito. Una polémica sobre el rumbo de la política económica a fines del Porfiriato".

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