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Estudios de cultura maya

versión impresa ISSN 0185-2574

Estud. cult. maya vol.56  Ciudad de México  2020  Epub 09-Dic-2020

https://doi.org/10.19130/iifl.ecm.2020.56.2.0012 

Reseñas

Pablo Alberto Mumary Farto, Los señores de la serpiente. Poder y organización de la dinastía Kaan

Lynneth S. Lowe1 

1Centro de Estudios Mayas, Instituto de Investigaciones Filológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México

Mumary Farto, Pablo Alberto. Los señores de la serpiente. Poder y organización de la dinastía Kaan. México: Palabra de Clío, 2019. 332p. ISBN: 978-607-98296-5-0.


Desde el punto de vista de la organización política y territorial, las tierras bajas mayas del periodo Clásico estuvieron divididas en numerosos reinos, señoríos o ciudades-estado, que interactuaban constantemente entre sí, sosteniendo relaciones de intercambio, alianzas diplomáticas o enfrentamientos bélicos. Los hallazgos recientes, tanto en el ámbito de la arqueología como de la epigrafía, han contribuido a profundizar notablemente nuestra comprensión acerca de los detalles específicos de la dinámica histórica y cultural de la región. Es en este contexto que podemos inscribir el libro que ahora reseñamos, Los señores de la serpiente. Poder y organización de la dinastía Kaan, de la autoría de Pablo Mumary Farto, que nos ofrece un estudio original y minucioso sobre la historia dinástica de una de las más importantes entidades políticas mayas de la zona central a lo largo de varios siglos.

La obra, centrada en el antiguo reino de Kaan o Kaanul, fue resultado de una sobresaliente investigación de tesis doctoral presentada en el Posgrado en Estudios Mesoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, que ahora sale a la luz como una publicación de la Editorial Palabra de Clío. Este estudio tuvo como objetivo central determinar la configuración interna de esta dinastía en sus diversos contextos históricos, distinguiendo sus jerarquías sociales, económicas y religiosas con base en un detallado análisis historiográfico, epigráfico e iconográfico; para ello resultó de gran utilidad la aplicación del concepto de heterarquía, adaptado a las sociedades mayas del Clásico por los investigadores Ana Luisa Izquierdo y Guillermo Bernal, perspectiva que permite identificar una autoridad vertical y una línea de mando horizontal con sus posibles interacciones. Es importante señalar también que esta obra es el resultado de muchas horas de sondeo, no solamente bibliográfico, sino de trabajo de campo y de archivos, que implicó la visita de la mayor parte de los sitios que ahí se mencionan, con el análisis y registro fotográfico de los monumentos esculpidos, y la revisión de los informes técnicos derivados de las exploraciones arqueológicas, en conjunto con la valoración de un marco conceptual que permitiera la adecuada interpretación de los hallazgos.

Desde los reportes iniciales realizados en los años treinta del siglo pasado por Cyrus Lundell y Enrique Juan Palacios, pasando por las descripciones y exploraciones posteriores de Sylvanus Morley, Karl Ruppert y John Denison, hasta llegar a los proyectos arqueológicos modernos encabezados por Peter Schimdt, William Folan y Ramón Carrasco, la relevancia de la gran urbe de Calakmul resulta indiscutible en el ámbito actual de los estudios mayas. En conjunto con ello, el avance de las investigaciones regionales y el desciframiento de las inscripciones jeroglíficas ha generado, en las últimas décadas, diversas propuestas sobre la presencia del glifo de la Cabeza de Serpiente, al afirmar diversos especialistas que se trataba del símbolo identitario de un grupo familiar que había trasladado periódicamente su capital política, estando primero en Nakbé y luego en Mirador para establecerse después en Dzibanché y posteriormente en Calakmul.

El estudio de los Glifos Emblema, identificados inicialmente por Heinrich Berlin, ha llevado a una mejor comprensión de la dinámica territorial de las tierras bajas mayas y de las diversas entidades políticas que las conformaron. El autor presenta aquí una síntesis de los avances a este respecto y señala que, de acuerdo con diversas propuestas, si bien en un principio tales glifos pudieron funcionar como referencias toponímicas, posteriormente se ligaron a grupos de poder o familias dominantes, entendidas como dinastías, que ejercían su autoridad y se perpetuaban, "sirviéndose" del Glifo Emblema como elemento distintivo. Independientemente de los debates en curso sobre la función de tal elemento en la escritura jeroglífica, el Glifo Emblema de la Cabeza de Serpiente ha quedado asociado a la dinastía o grupo de poder que durante el Clásico Tardío fijó su capital en Calakmul, estableciendo complejas redes de actuación con muchas entidades políticas, tanto dentro como fuera de su área regional; todo ello sin perder de vista las posibles opciones de otras capitales tempranas, tanto en el Petén guatemalteco como en el sur de Campeche y Quintana Roo, y cuyas evidencias arqueológicas y epigráficas se presentan con detalle en el primer capítulo del libro, dedicado a analizar el desarrollo y las características de este señorío.

Un aspecto de gran interés, que explicaría la configuración y expansión temprana de los señores de Kaan, es la propuesta del autor de que los intereses políticos del grupo hubiesen estado enfocados hacia el control del agua, tomando en cuenta la importancia de los sistemas hidráulicos en esta región, como presas, aguadas, canales o chultunes, identificados en numerosos sitios arqueológicos, y cuyo manejo conferiría a los gobernantes una mayor autoridad, incrementando la interacción con la colectividad y el dominio de nuevos territorios y recursos naturales, a lo cual se asociaban también las frecuentes actividades bélicas.

Por otra parte, el análsis de las evidencias iconográficas y epigráficas relacionadas con esta dinastía ha permitido identificar su marcada asociación con ciertas entidades anímicas o deidades patronas, como sería el caso de los mitos del Dios del Maíz que se ilustran en las vasijas pintadas, o de Chaahk, dios de la lluvia y el trueno, cuyas advocaciones están presentes en relatos fundacionales y en ceremonias de toma del poder. También se señala la presencia destacada, aunque no exclusiva, de la serpiente acuática en la iconografía local como puede apreciarse, por ejemplo, en las Estelas 51 y 52 de Calakmul, donde el gobernante Yuknoom Took K’awiil lleva a este ser sobrenatural como parte de su tocado, con lo cual se fortalecería el énfasis propuesto hacia el control y manejo del agua. De acuerdo con el autor, la vinculación con tales entes poderosos podría obedecer también a un programa de revaloración dinástica como respuesta a una crisis socio-política que se agudizó a partir del siglo viii de nuestra era y que culminó con la caída de la dinastía.

De gran relevancia resulta, asimismo, el apartado que se dedica a la organización de las cortes mayas y al caso específico de los señores de Kaan con base en los textos jeroglíficos asociados a ellos. Las cortes funcionaban como unidades primordiales para la regencia y el gobierno de las ciudades clásicas e implicaban una compleja red de relaciones de competencia, diplomacia y consumo alrededor de la figura del gobernante sagrado, el kuhul ajaw, su familia y los miembros de la nobleza, que empiezan a conocerse mejor gracias al desciframiento de diversos cargos. La corte giraba alrededor del monarca, aunque había una amplia gama de personajes que formaba parte de ella: los miembros de la familia real y los cortesanos, incluyendo los “favoritos” del rey, los sirvientes y acompañantes, enanos y bufones, sacerdotes y militares, esclavos, y ocasionalmente, aliados y visitantes extranjeros. Una gran variedad de cargos es mencionada en los textos, tanto de tipo religioso como militar o político-administrativo. En el ajawlel de Kaan, específicamente, destacaban las ix kaan ajaw y los ch'ok kaan ajaw, es decir, las esposas y los hijos del señor, a través de los cuales se consolidaban las alianzas y la herencia dinástica; entre los funcionarios se menciona al baah ajaw, el "primero" o el "principal", que quizás tenía el privilegio de representar a los señores ante el kuhul ajaw, o al lakam, posible miembro de alguna entidad corporativa de prestigio, así como los ebet, emisarios diplomáticos, los ch'an, guardianes o mentores de los jóvenes de otras entidades políticas, los yajaw te, enviados militares, o los itz'aat, hombres sabios, por mencionar sólo algunos de los que se describen ampliamente en este apartado.

El siguiente capítulo aborda el análisis de los vasos dinásticos, un conjunto de piezas decoradas con textos jeroglíficos, de procedencia desconocida, que se distinguen por su estilo particular y parecen haber sido elaborados en la zona circundante durante el Clásico Tardío. Se caracterizan por presentar listas de gobernantes, probablemente con el fin de legitimar la dinastía desde tiempos míticos, precedidas por una fecha de rueda calendárica. De las 17 piezas conocidas sólo unas cuantas siguen el orden tradicional de la Secuencia Primaria Estándar, señalando que se trataba de vasos (yukib) o vasijas trípodes (jawanté) para diversas bebidas afrutadas (yutal), de cacao o de maíz. En la mayoría se menciona "la recepción del k’awiil", en el sentido de ascender al poder, seguido por el Glifo Emblema de Kaan, por lo que se deduce que se refieren a la sucesión dinástica. Para dar sustento a dicha propuesta, Mumary realiza una detallada comparación con los listados de gobernantes conocidos a partir de los monumentos esculpidos y otras piezas, y presenta también el análisis epigráfico de 14 de estos vasos con su respectiva transliteración, transcripción y traducción.

Finalmente, el último capítulo del libro explora la narrativa iconográfica registrada en los monumentos tallados. Desde mediados del siglo VI d.n.e. los señores de Kaan mostraron su poderío a través de diversas representaciones escultóricas, en coincidencia con los cánones de las expresiones simbólicas e ideológicas compartidas en el área maya, con ricos atavíos, tocados, cetros y otros objetos relacionados con la escena. Destaca entre ellas el tema del gobernante victorioso, utilizando títulos de alto rango, como bakab o kalomté, y con imágenes de cautivos a sus pies. Este tipo de representaciones se vuelve más frecuente a partir de las primeras décadas del siglo VII y las referencias a las gestas militares de ciertos "señores sagrados" del reino de la Serpiente serán recordadas en muchas ciudades de las tierras bajas. La descripción y análisis de las estelas de Calakmul y otros sitios de la región aportan elementos concretos para comprender el "mensaje" plasmado en las expresiones plásticas de esta poderosa dinastía, cuyo ocaso llegaría al poco tiempo tras las derrotas sufridas ante las fuerzas de Tikal, su principal adversario.

En síntesis, se trata de una obra original y de alta calidad, que sintetiza avances interdisciplinarios y aporta lecturas e interpretaciones novedosas en relación con la historia de una de las dinastías más importantes de la región maya, como lo fue el antiguo reino de Kaan.

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