Introducción
En este artículo se revisa la importancia de los tocados mayas dentro de un discurso político que abarcaba las identidades sociales de quienes los portaban. Existen antecedentes de este tema que nos hablan del significado social y político de la vestimenta durante el periodo Clásico (Taylor, 1984; Le Fort, 2002; García y Vázquez, 2011; Tremain, 2017). Se pretende aquí problematizar este mecanismo general a través de un estudio de caso, como son los tocados de serpiente acuática durante el Clásico Tardío (650-900 d. C.), y se busca abordar la función de los tocados como elementos para identificar a sus portadores dentro de un grupo social, partiendo de la hipótesis de que pudieron ser marcadores de identidades políticas dentro de la sociedad maya. Para ello se realizó una revisión de monumentos mayas de este periodo, donde aparecen personajes portando tocados de la serpiente acuática. Una vez conformado el corpus, se analizó cada uno de ellos para obtener información que, desde una perspectiva comparativa, indicara patrones con respecto a la distribución espacial y temporal del tocado de la serpiente acuática, así como el género y rango social de quienes lo portaron. Con base en ello, el trabajo comprende tres partes. La primera nos habla de los tocados en general dentro del área maya, su simbolismo y significado; la segunda discute la información espacial y temporal de los tocados de serpiente acuática, y la tercera interpreta los patrones detectados con respecto al paisaje sociopolítico en las tierras bajas mayas.
Los tocados mayas
El tocado es el conjunto de elementos utilizado por un individuo sobre la cabeza, incluye plumas, diademas, mascarones u otros objetos de valor simbólico y estético (Morselli, 2004; Gómez, 2015). La función de estas prendas en el mundo prehispánico radicó en otorgar identidad y acentuar la posición jerárquica de quien lo portaba, otorgándole un estatus diferente al momento en el que era colocado (López Austin, 1973: 116; Ramírez y Arellano, 2001: 69; Grube, 2001: 72-73; Gómez, 2015: 44). Ejemplos de ello los tenemos en el Palacio de Tetitla, Teotihuacán, donde existe registro de la práctica de cierto ritual que culminaba con la colocación del tocado de la Deidad Ave Principal, legitimando así el mandato del portador mediante el cambio de estatus que adquiría al vestirlo (Helmke y Nielsen, 2015: 36). De igual forma, las composiciones de los tocados provenientes del Altiplano Central representaron animales como aves y jaguares, así como el famoso tocado de borlas que aparecerá en Teotihuacán y Tikal durante el Clásico Temprano, dato que ha ayudado a entender la conexión entre teotihuacanos y tikaleños (Paulinyi, 2001: 9).
En el caso maya, podemos apreciar en la Estela 22 de Naranjo al mandatario K’ahk’ Tiliw Chan Chaahk con un tocado que lleva inscrito su nombre personal (Grube, 2001: 75). Si bien Stephen Houston y David Stuart (1998: 79) consideran que el gobernante está personificando al dios Chaahk, Nikolai Grube (2001: 74-76) propone que se trata del nombre personal del mandatario. Sin embargo, ambas propuestas se complementan, pues al adquirir el nombre K’ahk’ Tiliw Chan Chaahk (literalmente “Chaahk que enciende el cielo con fuego”), el gobernante asume una relación identitaria con Chaahk y el tocado refleja esta fusión entre hombre y dios (Colas, 2004: XV). Dicho caso deja ver que el simbolismo de los tocados era muy complejo y podía expresar varios mensajes sobrepuestos.
Gracias a los trabajos arqueológicos se han encontrado tocados dentro de algunos recintos funerarios de mandatarios mayas. Este hecho es importante, pues nos habla de que los tocados fueron objetos materiales utilizados en la vida ritual y no se trata solamente de representaciones gráficas. Uno de estos ejemplares fue hallado en la tumba de Yihch’aak K’ahk’, gobernante de la dinastía Kanu’l, en la Estructura II de Calakmul (Carrasco et al., 1999; Cordeiro, 2008; Carrasco, 2011).1 En el entierro se encontraron también restos de una máscara funeraria en la que se menciona que el portador personifica al dios Yax Chit Juun Witz’ [Naah Kan], deidad que aparece como mascarón central en el tocado del fallecido, un dato que señala la armonía entre el ser personificado y el tocado portado.2
La personificación fue una de las prácticas recurrentes durante el Clásico Tardío para legitimar la posición sagrada del gobernante frente a la población (Stone, 1986: 194). El soberano realizaba un ritual que lo colocaba en lo alto de la estructura sociopolítica del mundo maya mediante la obtención de una carga divina (Nehammer, Thun y Helmke, 2009: 187). Una entidad sobrenatural poseía a los individuos, que seguían una serie de pasos para lograrlo, y que nunca perdían su esencia pues “a pesar de que los figurantes estaban poseídos por los dioses y mantenían una parte de su espíritu externado, asumían la responsabilidad moral de sus acciones” (Velásquez, 2010: 221). Los tocados eran parte medular de los rituales que buscaban establecer un vínculo con lo sagrado (Velásquez, 2010: 215), así como relacionar a los mandatarios con su pueblo y, a la vez, marcar y reforzar la jerarquía existente entre los distintos grupos sociales (Durkheim, 1964: 375). Es por ello que dichas prácticas eran ejecutadas en lugares de encuentro social con el objetivo de ser presenciadas por un público determinado (García y Valencia, 2007: 34-35). Los rituales de personificación son señalados en algunos casos con elementos iconográficos, como sería el glifo T533 (AJAW) que aparece en lo alto de algunos tocados (Velásquez, 2010: 217). Con base en esto, se sugiere que la colocación del tocado era la parte culminar del ritual de personificación, cuando el agente humano seguía una serie de pasos que le permitían portarlo para señalar que estaba siendo poseído por el dios invocado.
Los dioses personificados pueden categorizarse en dos tipos, los de culto general y los patronos, que fungían como protectores de un linaje y se veneraban con alimentos y dedicación de edificios (Baron, 2016: 76, 85). La poca información que se conserva del periodo Clásico no permite explicar por qué había una jerarquía entre los dioses patronos (García Capistrán, 2014: 75, 79). No obstante, se sabe que se utilizaron para pactar alianzas y legitimar a otros gobernantes, pues en el Panel 1 de Cancuén y en la Estela 35 de Piedras Negras es mencionado Ch’e’n II de Calakmul acompañado del dios patrono de los Kanu’l, Yax Ha’al Chaahk, con el fin de legitimar a los recién entronizados (García Barrios, 2014: 59; Baron, 2016: 168-169). La imagen de los dioses patronos también fue utilizada para legitimar la posición del gobernante frente a otros grupos, tal es el caso del Dintel 6 de Tikal, donde se representa a Jasaw Chan K’awiil portando un traje del dios patrono K’in Bahlam, con el objetivo de mostrarse como un gobernante apoyado por el dios patrono del linaje (Le Fort, 2002: 34).
En otros casos, como el del traje de red, se ha estudiado que fue una prenda utilizada por mujeres relacionadas con la dinastía Kanu’l (Reese-Taylor et al., 2009; García y Vázquez, 2011). Si bien los primeros ejemplares del Clásico Temprano fueron utilizados como un elemento pan maya, es durante el Clásico Tardío cuando se tiene suficiente información para pensar que los Kanu’l, en su afán expansionista, utilizaron el traje de red como un código de vestimenta entre sus aliados con el fin de generar una cohesión bajo el símbolo de su dios patrono impreso en el atuendo (García y Vázquez, 2011). El traje de red parece vincularse al mito del dios del maíz (García y Vázquez, 2011: 81-82; Helmke y Kupprat, 2016: 47), pero también representaba a otras deidades acuáticas3 como GI, la diosa de la luna (Reese-Taylor et al., 2009) y Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan, dios patrono de la dinastía Kanu'l (Baron, 2016: 173). Vemos en la Estela 34 de El Perú y en el Panel 6 de la Corona a mujeres con trajes de red relacionadas con la dinastía Kanu’l cuyo objetivo era pactar alianzas con los señoríos locales mediante el matrimonio. Con base en esto, se puede decir que las prendas con motivos de dioses patronos, como trajes -e incluso tocados, de los que se hablará más adelante-, eran utilizados tanto dentro como fuera de las ciudades con el fin de crear alianzas y legitimar señoríos locales (Le Fort, 2002: 34; Tremain, 2017: 112).
La vestimenta fungió como un marcador social que podía englobar a grupos dentro de un mismo núcleo. Alexander Parmington (2003: 49-52), a través de su estudio de los sajal mayas, propone que había un código de vestimenta exclusivo de este grupo que los diferenciaba del resto de la corte maya.4 Con base en tales datos, Cara Tremain (2017: 140) propone que la vestimenta maya tuvo una función social, que se dividía en tres tipos: uniformes de grupos sociales que son utilizados por grandes grupos, como los sajal; de rol individual, que sólo era ocupado por una persona, como el k’uhul ajaw o el kalo’mte’, y como grupo social, utilizados para unificar grupos de diversas ciudades o señoríos mayas sin importar títulos.5 Con base en ello, se puede decir que los tocados en el área maya fueron importantes símbolos cuyo significado englobaba la vida política y religiosa de las sociedades. Su presencia no sólo tenía fines estéticos sino que respondía a la creación de un canon visual que abarcaba toda la parafernalia del individuo que lo portaba.6
Contexto sociopolítico maya del Clásico y estrategias de integración
Algunas investigaciones sobre la configuración sociopolítica de los sitios clásicos en el área maya se han enfocado en el entendimiento de las entidades políticas regionales llamadas súper estados o estados hegemónicos. A partir del trabajo de Simon Martin y Nikolai Grube (1994, 2008: 20-21) se ha prestado mayor atención a la conformación de los dos estados hegemónicos más extensos en el Clásico Tardío, con centros en los sitios de Tikal y Calakmul, los cuales establecieron alianzas, vasallajes7 y pactos con otros sitios en el área maya (Martin y Grube, 2008: 16-18).
Dos ejemplos de las alianzas que se establecieron en Calakmul se han registrado en La Corona y El Perú, a donde fueron enviadas mujeres para contraer nupcias con los mandatarios locales (Martin, 2008; Canuto y Barrientos, 2010; 2013: 1; García Capistrán, 2012: 47; Acuña, 2014: 63; Vázquez, 2015, 2017). Además, en la Escalinata Jeroglífica 4 de Dos Pilas se mencionó que Bajlaj Chan K’awiil, fundador de la casa gobernante local, fue el yajaw de Ch’e’n II de Calakmul (Houston y Mathews, 1985: 14; García Capistrán, 2012: 53). Estos tres centros manifestaron en sus inscripciones una clara relación con los señores Kanu’l, dinastía asentada en el sitio de Calakmul en el Clásico Tardío. No obstante, en Palenque y Yaxchilán es difícil afirmar que los Kanu’l tuvieron una presencia significativa en la política local, pues en el primero se menciona que Janaab Pakal gobernó la ciudad tras un ataque organizado por los gobernantes Kanu’l (Grube, 1995: 5; Martin y Grube, 2008: 156-161; Bernal, 2011: 36); mientras que en Yaxchilán, se indica que Yaxuun Bahlam IV fue hijo de una Ix Kanu’l (Mathews, 1997: 195). Sin embargo, los textos no ofrecen más información en torno a la posible presencia de los gobernantes de Calakmul en las mencionadas dinastías.
La integración a la red política desarrollada por los Kanu’l durante el siglo VII, se logró mediante matrimonios y pactos, intercambio de regalos, banquetes y ritualidad compartida, en donde los miembros de las dinastías participantes utilizaban elementos visuales que los identificaban como miembros de un grupo (Vázquez, 2015, 2016, 2017). Tal es el caso de las estelas pareadas que representan a parejas gobernantes, así como paneles del juego de pelota que aparecen en los espacios construidos por los Kanu’l y sus aliados (Helmke et al., 2015: 1, 8, 12 y 19; Vázquez, 2015, 2016, 2017). Otros ejemplos de ritualidad compartida8 fue el envío de gobernantes de otros sitios mayas a la ciudad de Calakmul para ser entronizados y legitimar sus mandatos,9 el culto a ciertos dioses y la creación de protocolos visuales ya mencionados.
Tras la muerte de Yihch’aak K’ahk’ en 698 d.C., la red política de Kanu’l fue decayendo de manera gradual durante el siglo VIII (Martin y Grube, 2008: 111). Esto llevó a que las estrategias de integración disminuyeran poco a poco, pues ya para el siglo IX es difícil relacionar las prácticas mencionadas arriba con los Kanu’l. No obstante, aún para dicha temporalidad vemos ciudades ubicadas en el Usumacinta, Petexbatún y Pasión llevando a cabo estas prácticas, las cuales pudieron ser adaptaciones post-Kanu’l a fin de otorgarle legitimidad a sus gobiernos, de lo cual se hablará más adelante.
Los tocados de serpiente acuática: características iconográficas
La serpiente acuática aparece en diversas escenas palaciegas mayas a lo largo de toda la época prehispánica, y su presencia señala que la escena representada se llevó a cabo en un lugar acuático (Ishihara, Taube y Awe, 2006; Acuña, 2014: 63). La deidad que encarna la serpiente acuática es conocida como Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan, ‘primera serpiente de agua’ o ‘gran serpiente de la cascada’ (Stuart, 2007; Lacadena, 2011: 231; Zamora, s.f.: 75-94).10 Gracias a los avances epigráficos se ha leído en la Estela 54 de Calakmul que Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan fue un dios patrono de la dinastía Kanu’l, para el cual se ha reconstruido un culto estatal en Calakmul (Baron, 2016: 173; Vázquez y Kupprat, 2018: 90-91). Ligado a esto, en el Dintel 28 de Yaxchilán se menciona a una Ix Kanu’l Ajaw, madre de Yaxuun Bahlam IV, que integra el téonimo facultativo de Juun [Witz’] Naah Kan en su fase nominal. De igual forma, el Monumento 2 de Calakmul menciona a un señor Kanu’l que integra el teónimo […] Naah Kan en su nombre (Vázquez y Kupprat, 2018: 90), así como en la máscara funeraria de Yihch’aak K’ahk’ ya mencionada. Estos datos, provenientes del Clásico Tardío, indican una relación entre la deidad acuática y la dinastía Kanu’l durante tal periodo, es por ello que el presente escrito parte de una relación existente entre la mencionada dinastía y los tocados de serpiente acuática.
Ahora bien, los tocados de serpiente acuática aparecen en la iconografía maya desde el Preclásico; hay ejemplares de éstos en el Mural Oeste de San Bartolo, la Estela 5 de Izapa y la Vasija K 4562. Mientras que para el Clásico Temprano se pueden ver en la Estela 1 de Caracol y la Estela 5 de Naranjo. No obstante, es en el Clásico Tardío cuando tenemos una gran cantidad de representaciones. Los rasgos diagnósticos de los tocados de serpiente acuática se ven notoriamente en la vasija K1162 (Figura 1A) (Kerr, 2008: K1162), y son una cabeza de ofidio con labio superior hacia abajo (W),11 que porta un tocado con un pez (Z), el cual mordisquea una flor de nenúfar (Y) atada a una concha (X). En otras representaciones del Preclásico y el Clásico Temprano se puede apreciar una serpiente acuática con ligeras variantes. No obstante, este ejemplar proveniente de un diente de un felino (Figura 1B) ilustra a una serpiente de labio superior alargado hacia arriba (U), con un tocado que en lo alto lleva una voluta (V) posada sobre una flor de nenúfar (Y) atada a una concha (X). Ambas representaciones de cabezas de serpiente acuática nos dejan ver similitudes entre ellas que son consideradas como elementos diagnósticos y se señalan en la Tabla 1.
Figura 1A | Figura 1B | ||
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Cabeza de ofidio labio hacia abajo | W | Cabeza de ofidio labio hacia arriba | U |
Pez | Z | Volutas | V |
Nenúfar | Y | Nenúfar | Y |
Concha12 | X | Concha | X |
Con base en los elementos diagnósticos señalados en la tabla, se han identificado tres variantes de tocados de serpiente acuática, señalados en la Tabla 2. Estos tres tocados los encontramos distribuidos a lo largo del territorio maya durante el Clásico Tardío y fueron utilizados por diversos miembros de la élite.
Variante 113 Figura 2 A-C | Variante 214 Figura 3 A-C | Variante 415 Figura A-C | |||
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Ofidio labio hacia abajo | W | Pez | Z | Ofidio labio hacia arriba | U |
Pez | Z | Nenúfar | Y | Concha | S |
Nenúfar | Y | Concha | X | Ofidio nariz cuadrada | T |
Concha | X | Bandas cruzadas | R | ||
Marca de brillo 16 | Q |
Distribución espacial y temporal de los tocados de serpiente acuática
Los tocados de variante 1 (Figura 2 A-C) fueron utilizados por hombres y mujeres gobernantes, así como por algunos sajal a lo largo de las tierras bajas centrales mayas. Los tocados de variante 2 (Figura 3 A-C) se aprecian en gobernantes de ciudades y en aquellos que ostentaron el título de sajal. En la mayoría de las escenas se muestra a los portadores practicando el juego de pelota y, en algunas otras, con glifos calendáricos sobre sus manos. Para el caso de los tocados de variante 3 (Figuras 4 A-C), son las mujeres las únicas que se representaron utilizándolos, quienes además visten en su mayoría un traje de red, que fungiría como un protocolo visual de orientación política.
Los primeros tocados de serpiente acuática representados durante el Clásico Tardío se hallan en la zona del Petén. La Estela 9 de Calakmul ilustra a un personaje llamado Ho’ Hu’n? Sipiil? portando un tocado de variante 1, mientras que en la vasija de Schaffhausen aparece una mujer, cuyo nombre no ha sido descifrado, con un tocado de variante 3 durante el siglo VII (Figuras 5A, 5B y 6).
En El Perú aparece el gobernante local, Bahlam II, portando un tocado de variante 1 en la Estela 33 con fecha 692 d.C. En su monumento par, la Estela 34, se observa a su esposa proveniente de Calakmul, Ix K’abel, quien porta un tocado, y además lo personifica, de Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan. En los paneles 3 (662 d.C.) y 6 (731 d.C.) de La Corona se ilustraron a dos mujeres relacionadas con la dinastía Kanu’l portando tocados de variante 3. Es importante mencionar que en los sitios de La Corona y El Perú comenzaron a representarse personajes con tocados de serpiente acuática al establecerse la alianza con los Kanu’l.
En las tierras bajas centrales y el Usumacinta hay una presencia notoria de tocados de serpiente acuática. En Palenque se conservan tres monumentos elaborados después del mandato de Janaab Pakal que ilustran personajes con tales tocados. El primero de ellos es un portaincensario con el rostro de la sacerdotisa Ix Aj Pay K’ab que lleva un tocado de variante 1. El segundo ejemplar, de variante 3, es llevado por la esposa de Janaab Pakal, Ix Tz’akbu Ajaw, en el Tablero del Templo XIV; mientras que el último es un tocado de variante 2, que aparece en el Tablero del Palacio utilizado por Janaab Pakal. En el Tablero del Templo XIV, Ix Tz’akbu Ajaw porta además un traje de red. Lo mismo ocurre en Pomoná, donde se aprecia a Ix K’an Balun con un tocado de serpiente acuática de variante 3 con traje de red en el Elemento 30 y el Panel de Dallas. Otros tocados de serpiente acuática de variante 2 aparecen en los Paneles 3 y 1, de los cuales sólo se ha fechado el último para el 731 d.C.
En Yaxchilán hay tocados de serpiente acuática de las variantes 1, 2 y 3 que fueron representados durante el mandato de Yaxuun Bahlam IV (752-768 d.C.). Los tocados de variante 1 fueron utilizados por Yaxuun Bahlam y sus sajal, mientras que la variante 3 fue portada por Ix Uh Chan Lem?, quien, de acuerdo con la lectura de la Estela 10 de Yaxchilán, pertenecía al linaje de los Kanu’l (Mathews, 1997: 173). En el Dintel 2 de Laxtunich se representa a Kokaaj Bahlam IV, hijo de Yaxuun Bahlam IV, con un tocado de variante 2 representándose a sí mismo como la manifestación de Yax [Chit] Juun Witz’ [Naah Kan]; mientras que en la Estela 2 de Bonampak, se aprecia a una mujer con un tocado de variante 1 personificando a Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan, misma que ha sido identificada como la hija de Yaxuun Bahlam IV. Otro miembro de la élite de Yaxchilán que utilizó estos tocados fue la señora Ix Chak Joloom, esposa de Yaxuun Bahlam IV, quien personifica a la misma deidad en el Dintel 1 de Yaxchilán. Este caso deja ver una cohesión familiar en la que la abuela, el padre (Yaxuun Bahlam IV), la madre y los hijos se atavían con tocados de serpiente acuática y personifican a Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan en diversos monumentos.
En las zonas del Petexbatún y el río de La Pasión, los tocados de serpiente acuática fueron utilizados entre los siglos VIII y IX. Una de las ciudades donde hubo una clara influencia de los Kanu’l es Dos Pilas, donde se aprecia a Kokaaj Bahlam con un tocado de variante 1 en la Estela 15. Otros sitios donde se representaron tocados de serpiente acuática fueron Machaquilá, Arroyo de Piedra, Ixkún, Ceibal y La Amelia. Por último, hay dos ejemplares más de tocados de la variante 1 que aparecen durante el siglo VIII. El primero de ellos es la Estela N de Copán, ubicado cerca del río Motagua, mientras que en la Estela 18 de Chactún se distingue a un personaje antropomorfo con el mencionado atributo.
Discusión
La distribución espacial y temporal de las tres variantes de tocado de serpiente acuática estuvo centrada en tres zonas. La primera de ellas es el Petén durante el siglo VII, en donde la dinastía Kanu’l tenía una gran influencia política dentro de las tierras centrales bajo el mandato de Ch’e’n II (Martin y Grube, 2008: 109). Aquí los portadores de estos tocados mostraron un vínculo sanguíneo entre los Kanu’l y sus aliados representados en La Corona y El Perú.
La segunda zona identificada es la parte occidental de las tierras bajas, donde es complicado hablar de una influencia directa de los Kanu’l, pues en el caso de Palenque ninguno de los portadores personifica a Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan. No obstante, la presencia de Ix Tz’akbu Ajaw de Palenque e Ix K’an Balun de Pomoná con traje de red y tocado de variante 3 durante el siglo VII, fecha paralela al auge hegemónico de los Kanu’l (siglo VII) (Bernal, 2011: 61), abre la posibilidad que ambos sitios recibieron influencia política de ellos. Ahora bien, para Yaxchilán se tiene el registro de que durante el siglo VIII la familia gobernante se representó personificando a Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan, fecha en la que el poderío de los Kanu’l estaba en decadencia, lo que me lleva a pensar en dos posibilidades. Por un lado, se infiere que hubo influencia de los Kanu’l en la política interna de Yaxchilán durante el mandato de Yaxuun Bahlam IV, misma que se vio reflejada en la práctica de rituales compartidos y en la madre del gobernante que se nombra a sí misma como Ix Kanu’l Ajaw. Por otro lado, puede que en realidad se tratara de un recurso retórico utilizado por Yaxuun Bahlam IV para legitimar su posición como gobernante de la ciudad mediante la práctica de ritos y el uso de títulos relacionados con los Kanu’l. En ambos casos, se refuerza la idea de que el tocado, así como la personificación de Yax Chiit Juun Witz’ Nah Kan, estuvieron relacionados con la dinastía Kanu’l que, de alguna forma directa o indirecta, estaba involucrada en la política local del Usumacinta. Ligado a esto, el hecho de que la aparición del tocado en Yaxchilán coincida, más o menos, con la representación de Ix Uh Chan Lem?, señora de Kanu’l, refuerza la idea de una unidad política bajo el uso de este tipo de tocados en la zona.17 Lo mismo ocurre con Palenque y la entronización de Pakal tras la invasión de Calakmul en el siglo VII d.C.
La tercera zona donde aparecen tocados de serpiente acuática son las cuencas del Petexbatún y La Pasión; todos sus sitios, además de encontrarse muy cerca geográficamente hablando, representaron a gobernantes portando tocados de serpiente acuática en su variante 1 a finales del siglo VIII y principios del siglo IX. Aquí es complicado hablar de una presencia Kanu’l dentro de la política interna,18 por lo que en realidad podría tratarse de una fase post-Kanu’l con el fin de legitimar los gobiernos locales a través de relacionar su señorío con otro más poderoso o bien, puede en que estas zonas siempre se mantuviese el culto a la serpiente acuática de una manera independiente.
Por último, la poca información de monumentos provenientes de Becán y Chactún no permite establecer una interpretación clara, pues las dinastías locales tuvieron un nuevo auge después de la caída de los Kanu’l durante el siglo VIII (Šprajc, 2015: 95), razón que los pudo llevar a adoptar practicas rituales que involucraron el uso de ciertos símbolos de prestigio como los tocados de serpiente acuática. Después de la caída de los Kanu’l los tocados pudieron adquirir prestigio por su asociación con un poder hegemónico precedente, algo similar a lo que ocurre con los símbolos teotihuacanos en el Clásico Tardío.19 Para el caso de Copán se sabe que mantuvo una alianza con Tikal. No obstante, la relación diplomática de la familia gobernante de Copán frente a los Kanu’l es hipotética, por lo que no se puede afirmar que hubiese una enemistad entre ellos. También debe tomarse en cuenta que K’ahk’ Yipaj Chan K’awiil era hijo de K’ahk’ Joplaj Chan K’awiil, quien fue el gobernante de Copán que reestableció la dinastía después de un hiato en la escritura que duró 17 años, por lo que es complicado afirmar que la dinastía de Copán era aliada de Tikal para esas fechas. No obstante, tampoco debemos caer en el error de relacionarla con los Kanu’l; sino que más bien su orientación política es desconocida aún.
Interpretación de resultados
El patrón de representación de tocados de serpiente acuática durante el Clásico Tardío sugiere el siguiente modelo de difusión. Aparece durante el siglo VII en Calakmul y su red política de aliados como La Corona y El Perú. Todos los portadores ostentan el título más alto de la jerarquía política y son mujeres y hombres que gobernaron en sus respectivas ciudades. Hacia finales del siglo VII y a principios del VIII, el tocado empieza a ser representado en la región del Usumacinta. Primero aparece en Palenque y Pomoná, cuyas relaciones con las tierras bajas centrales en esta época aún son hipotéticas, pero hay elementos como los lazos sanguíneos mencionados en inscripciones que hubo entre gobernantes locales y miembros de la dinastía Kanu’l; así como una ritualidad compartida, mencionada al inicio, que apoyan la idea de una presencia Kanu’l en la zona. Posteriormente, en la segunda mitad del siglo VIII, los tocados de serpiente acuática fueron utilizados en Yaxchilán, Bonampak y Laxtunich por diversos estratos de la élite como los sajal y los gobernantes. Los textos jeroglíficos de los monumentos ubicados en estas tres ciudades confirman que Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan fue personificado por los portadores de tocados de variantes 1, 2 y 3. Otro dato que refuerza la presencia de los Kanu’l en el Usumacinta, es el origen de la madre de Yaxuun B’ahlam IV. Sin embargo, ya se ha hablado del posible discurso retórico que se manejó en dichas fechas.
En el área del Petexbatún y La Pasión prevalecen los tocados de variante 1 y, aunque es difícil hablar de una presencia de los Kanu’l en la zona por la pérdida gradual del poder que la dinastía experimentaba durante el siglo VIII, se puede considerar que la tradición perduró y se convirtió en una adaptación local del culto a la serpiente acuática. Es decir, el tocado de serpiente acuática sobrevivió y se fue transformando con el paso del tiempo en cultos locales practicados en los siglos VIII y IX.
Los tocados de serpiente acuática durante el Clásico Tardío muestran una distribución que favorece la hipótesis de que están relacionados con la dinastía Kanu’l, así como el hecho de que no haya ejemplares representados en monumentos relacionados con los enemigos de ésta; como la dinastía de Tikal. A pesar de que es una hipótesis ambiciosa, hay elementos que la sostienen, tales como la relación entre Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan y la dinastía Kanu’l en la onomástica, la ritualidad compartida y el protocolo visual basado en la indumentaria de mujeres relacionadas con Kanu’l. Es importante recalcar que este estudio se centró solamente en el Clásico Tardío, pues es cuando más ejemplares se conocen y el modelo construido aquí se basa en dicha periodicidad. No obstante, se tendría que analizar el patrón desde el Preclásico para así conocer el significado político de este tipo de tocados y sus variantes, si todos corresponden a una tradición pan maya o desde un inicio está vinculado a un grupo político.
Otro tocado de serpiente acuática
Los tocados de serpiente acuática de variantes 1, 2 y 3 han sido analizados en los anteriores párrafos. No obstante, hace algunos años se propuso la existencia de otro tipo de tocado de serpiente acuática que se compone de una cabeza de ofidio con un par de volutas conformadas por pequeñas cuentas sobre su cabeza, que han sido interpretadas como gotas de agua o nubes (Figura 6 A-C) (Zamora, s.f.: 66). Visualmente, este tocado se deriva de una cabeza de ofidio con una sola voluta, la cual estaba acompañada de un nenúfar sobre una concha de mar durante el Clásico Temprano. Ejemplos de esto se observan en un diente de felino grabado, antes mencionado, proveniente de una colección privada (Figura 1B) y en las Estelas 63 y 24 de Copán. Es por lo que en este trabajo ha sido nombrado como variante 4, pues de igual forma representan a la serpiente acuática con algunas variaciones que veremos en la Tabla 3.
Variante 4 | Fig. 1B | ||
---|---|---|---|
Cabeza de ofidio labio hacia abajo | U | Cabeza de ofidio labio hacia abajo | U |
Volutas | V | Volutas | V |
Cabeza de ofidio labio hacia arriba20 | W | Nenúfar | Y |
Caparazón | X |
Estos tocados fueron utilizados exclusivamente por mandatarios durante los siglos VII a IX. La mayoría de los ejemplares que se conocen provienen de Dos Pilas, pero también aparecen en Tamarindito, Aguateca, Naranjo y Calakmul (Figura 5B). Es importante mencionar que los portadores del tocado de variante 4 en Dos Pilas y Naranjo comparten lazos consanguíneos a raíz del matrimonio de la Señora 6 Cielo con el gobernante de Naranjo.
Los tocados de variante 4 no aparecen en relación con el teónimo Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan, así que hay que considerar la posibilidad de que represente a otra entidad sobrenatural. Se ha propuesto que las volutas diagnósticas representan agua o nubes, lo que podría ser una referencia al dios de la lluvia Chaahk o a Yopaat, cuyo signo nominal incluye este elemento (Looper, 2003: 4; Pallán, 2009: 25; Zamora, s.f.: 66). En la Estela 13 de Naranjo, el tocado se relaciona con una referencia textual a la personificación de los dioses remeros y un aspecto de Yopaat (Colas, 2004: 274). Este tocado es idéntico al de las Estelas 9 de Calakmul; 17, 5 y 11 de Dos Pilas; 12, 6 y 7 de Naranjo; 3 de Tamarindito y 7 de Aguateca, así como el del Panel 19 de Dos Pilas. Sin embargo, la Estela 15 de Dos Pilas nos muestra un tocado acompañado de una máscara facial en forma de yelmo compuesto de un mosaico de teselas (ko’haw) que incluye el conjunto del nenúfar atado típico del tocado de serpiente acuática en la variante 1. Lo mismo ocurre en la Estela 1 de Ixkún, donde se observa al personaje del lado izquierdo con un tocado que lleva una cabeza de ofidio acompañada del nenúfar atado con un pescado y el par de volutas en lo alto.
Es complicado afirmar que el tocado de variante 4 representa a una sola entidad sobrenatural, pues el rostro con rasgos zoomorfos que lo compone muestra variaciones iconográficas. Los tocados de las Estelas 1 de Dos Pilas, 6, 7 y 13 de Naranjo, ilustran a un ser con el labio superior hacia abajo; mientras que en las Estelas 5, 9 y 11 de Dos Pilas, 12 de Naranjo y 3 de Tamarindito el labio superior está levantado. El ofidio con labio superior hacia abajo podría tratarse de una personificación del dios Yopaat, pues en la Estela 13 de Naranjo se manifiesta esta acción en la escritura jeroglífica. Es posible que en el Panel 19 de Dos Pilas haya una correspondencia entre el tocado de doble voluta y un signo no descifrado (K1) con el mismo elemento icónico que representa parte del nombre del portador (Felix Kupprat, comunicación personal, 2018). No obstante, falta estudiar más aquellos mascarones cuyas características iconográficas muestran a un ofidio con labio superior levantado.
Si bien las variantes de los tocados de variante 4 no nos dejan tener una interpretación certera de la entidad representada, podemos ver que su distribución está sumamente relacionada con la dinastía gobernante de Dos Pilas, que pudo utilizarlos como símbolo entre sus confederados. Es decir, la estrategia manejada por los Kanu’l en el siglo VII para desarrollar una red de aliados a través del uso de elementos visuales en prácticas rituales fue adoptada por su coligado Dos Pilas y distribuida entre los sitios ubicados en el Petexbatún (Aguateca y Tamarindito) y Petén (Naranjo). No obstante, esta hipótesis necesita ser desarrollada a profundidad por los diversos problemas que ya he señalado al momento de conocer su origen. Esta variante será analizada en futuras investigaciones, pues por motivos de espacio no es posible abordar todos los componentes que presenta.
Consideraciones finales
En este trabajo se consideraron cuatro tipos de tocados de serpiente acuática representados durante el Clásico Tardío (Tabla 4). Con base en el análisis de la distribución temporal y espacial de las variantes 1, 2 y 3 se puede señalar que estuvieron relacionadas con la dinastía Kanu’l durante el siglo VII e inicios del VIII, de tal forma que su red política de aliados utilizó estos atributos de poder con el propósito de generar identidad entre las élites de diversos linajes, mientras que las apariciones tardías señalan que los tocados fueron adaptaciones locales con fines políticos en una fase post-Kanu’l (segunda mitad del siglo VIII y IX). Es una evolución que experimenta este símbolo que surge como elemento pan maya, y que posteriormente es utilizado por los Kanu’l y sus aliados como una estrategia de integración, al grado de convertirse en un culto post-Kanu’l en época tardías. Sin embargo, no debemos olvidar que hay sitios en los que es complicado definir su orientación política, como Palenque y Yaxchilán. Además, hay otro tocado que posiblemente sea de serpiente acuática que está relacionado con la dinastía gobernante de Dos Pilas, que parece adoptar una estrategia de integración similar a la de los Kanu’l a través del uso de elementos visuales.
Falta aún por profundizar sobre la distribución de los monumentos dentro de la ciudad, lo que contribuirá al desarrollo de hipótesis que indiquen hacia qué público eran dirigidos los mensajes plasmados en ellos.21 De igual manera hace falta analizar el uso familiar del teónimo Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan entre la familia real de Yaxchilán, pues todos sus miembros personifican a la mencionada divinidad.
En este estudio solamente se analizaron los tocados de serpiente acuática desde el Clásico Tardío, faltaría por realizar un estudio más detallado desde el Preclásico para conocer su evolución y a qué necesidades responden.
Tocados de variante 1 | |||||
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Sitio | Monumento | Personaje | Género | Fecha | Referencias |
Calakmul | Estela 9* | Ho’ Hu’n? Sipiil? | F | 672 d.C. | Dibujo de Eric Von Euw, archivo del CMHI** (1977) |
El Perú | Estela 33 | K’ihnich Bahlam II | M | 692 d.C. | Wanyerka, 1996: 74, figura 2; Acuña, 2014: 61-62 |
Palenque | Porta incensario | Ix Aj Pay K’ab | F | 692 d.C. | Ruz, 1953: 91, figura 9; Bernal, 2011: 160 |
Dos Pilas | Estela 15 | Kokaaj K'awiil | M | 721 d.C. | Houston, 1993: 91, Vega, 2014: 205, figura 99 |
Chactun | Estela 18 | Desconocido | NI | 731 d.C. | Esparza, 2015: 72, figura 4.47a |
Machaquila | Estela 10 | Etz'nab? Chaahk | M | 731 d.C.? | Lacadena, 2011: 214, figura 6 |
Copan | Estela N | K'ahk' Yipyaj Chan K'awiil | M | 761 d.C. | Baudez, 1994: 80-87, figura 34-35 |
Yaxchilán | Dintel 6 | K'an Tok Wayib | M | 752-768 d.C. | Graham, 1982, figura 23; Mathews, 1997: 30 |
Machaquila | Estela 18 | Chak Bahlam | M | 776 d.C. | Chocón y Laporte, 2002: 21 |
Yaxchilán | Esc. J. 2: 1 | ¿Yaxuun Bahlam III? | ¿M? | 752-768 d.C. | Graham, 1982, figura 156; Mathews, 1997: 35 |
Bonampak | Estela 2* | Ix Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan | F | 789 d.C. | Mathews, 1978:62, fig. 2 |
Ixkun | Estela 1 | ¿? | M | 790 d.C. | Graham, 1980, figura 137; Laporte et al., 1994: 42 |
Ixkun | Estela 4 | ¿? | M | 790 d.C. | Graham, 1980, figura 148; Laporte et al., 1994: 45 |
La Amelia | Estela 1 | Lajchan K'awiil Ajaw Bot | M | 807 d.C. | Barrois y Tokovinine, 2005: 4, figura 2a |
Machaquila | Estela 3 | Siyaj K'in Chaahk II | M | 816 d.C. | Graham, 1967, figura 49; Lacadena, 2011: 230, figura 10 |
Machaquila | Estela 4 | Siyaj K'in Chaahk II | M | 820 d.C. | Graham, 1967, figura 51; Lacadena, 2011: 230, figura 11 |
Machaquila | Estela 8 | Jun Tzak Tok' | M | 825 d.C. | Lacadena, 2011: 230, figura 11 |
Machaquila | Estela 7 | Jun Tzak Tok' | M | 830 d.C. | Graham, 1967, figura 57; Lacadena, 2011: 230, figura 12 |
Ceibal | Estela 11 | Aj Balun Haabtal Wat'ul K'atel | M | 849 d.C. | Just, 2007: 24, figura 14; Graham, 1996: figura 34 |
Arroyo de Piedra | Estela 2 | Chakbi[..]ahk | M | 731 | Houston y Mathews, 1985: 16, figura 11; Escobedo et al., 1995: 398, figura 3 |
Itzimite’ | Estela 10 | Desconocido | NI | Clásico Tardío | Von Euw,1977: 25 |
Tocados de variante 2 | |||||
Laxtunich | Dintel 2* | Kokaaj Bahlam IV | M | 769 d.C. | Jackson, 2013: 133, figura 42 |
Palenque | Tablero Palacio | Janaab Pakal | M | 720 d.C. | Schele, 1979: 52, figura 10; Bernal, 2011: 321, 325 |
Pomoná | Panel 1 | ¿? | M | 771 d.C. | Stuart, 2004: 3, figura 4 |
Pomoná | Panel 3 | ¿? | M | Desconocido | García Moll, 2005: 113, 117, láminas 6-17 |
Yaxchilán | Esc. J. 2: IV | ¿Yaxuun Bahlam IV? | NI | 752-768 | Graham, 1982, figura 157; Mathews, 1997: 35 |
Yaxchilán | Esc. J. 2: V | Desconocido | NI | 752-768 | Graham, 1982, figura 158; Mathews, 1997: 35 |
Yaxchilán | Esc. J. 2: X | […]Jol | NI | 752-768 | Graham, 1982, figura 163; Mathews, 1997: 35 |
Yaxchilán | Esc. J. 2: XII | K’an Tok Wayib | M | 752-768 | Graham, 1982, figura 164; Mathews, 1997: 35 |
Tocados de variante 3 | |||||
La Corona | Elemento 19/ Panel 3 | Ix Chak Tok Chahk | F | 662 d.C. | Stuart et al., 2013: 447; Stuart, Canuto y Barrientos, 2015: 9 |
Calakmul | Vasija de Schaffhausen | Ix […]Tok[…] | F | 672 d.C. | Prager, 2004: 37, figura 13 |
El Perú | Estela 34* | Ix K’abel? | F | 692 d.C. | Wanyerka, 1996: 73, figura 1; Guenter, 2014: 156-158 |
Palenque | Templo XIV | Ix Tz’akbu Ajaw | F | 685 d.C. | Schele y Freidel, 1990: 272, figura VII.2; Bernal, 2011: 323-324 |
La Corona | Panel 6 | Ho’? h’un? | F | 731 d.C. | Martin, 2008: 1, figura 1 |
El Chorro | Estela 1 | Ix Sak Mo’ Bahlam. | F | Desconocido | Mayer, 1989. |
Pomoná | Elemento 30 | Ix K’an Balun | F | Desconocido | García Moll, 2005: 113, 117, láminas 6-17 |
Pomoná | Panel de Dallas | Ix K’an Balun | F | Desconocido | García Moll, 2005 |
Pomoy | Estela 3 | Ix Ook Ahiin | F | 700 d.C. | Teufel, 2001: 173, figura 260 |
Yaxchilán | Dintel 32 | Ix Uh Chan Lem? | F | ¿SIGLO VIII? | Mathews, 1997: 31 |
Tocados de variante 4 | |||||
Calakmul | Estela 9 | Yihch’aak K’ahk’ | M | 672 d.C. | Dibujo de Eric Von Euw archivo del CMHI** (1977) |
Dos Pilas | Estela 17 | Bajlaj Chan K'awiil | M | 682 d.C. | Vega, 2014: 159, figura 69 |
Dos Pilas | Estela 1 | Kokaaj K'awiil | M | 706 d.C. | Vega, 2014: 199, figura 93 |
Dos Pilas | Estela 5 | […] Ti’ K’awiil | M | 716 d.C. | Houston, 1993: 82; Vega, 2014: 225, figura 112 |
Dos Pilas | Panel 19 | Kokaaj K'awiil | M | 726 d.C. | Houston 1993: 115; Vega, 2014: 234, figura 122 |
Dos Pilas | Estela 11 | Kokaaj K'awiil | M | 731 d.C. | Houston 1993: 93; Vega, 2014: 204, figura 97 |
Naranjo | Estela 12 | Itzam Kokaaj K'awiil | M | 800 d.C. | Graham y Von Euw, 1975: 35; Martin y Grube, 2008: 82-83 |
Tamarindito | Estela 322 | Desconocido | M | Siglo VIII | Gronemeyer, 2013: 42 |
Naranjo | Estela 13 | K'ahk' Ukalaw Chan Chaahk | M | 780 d.C. | Graham y Von Euw, 1975: 37; Martin y Grube, 2008: 80-81 |
Naranjo | Estela 6 | K'ahk' Ukalaw Chan Chaahk | M | 780 d.C. | Graham y Von Euw, 1975: 23; Martin y Grube, 2008: 80-81 |
Aguateca | Estela 7 | Tahnte’ K’ihnich | M | 790 d.C. | Graham, 1967; Vega, 2014: 292, figura 148 |
Naranjo | Estela 7 | Itzam Kokaaj K'awiil | M | 810 d.C. | Martin y Grube, 2008: 82-83 |
* Monumentos donde se menciona que el portador del tocado de serpiente acuática personifica a Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan.
** Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions.
F: femenino/mujer, M: masculino/hombre, NI: no identificado, Esc. J.: Escalinata jeroglífica.