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Estudios de cultura maya

versão impressa ISSN 0185-2574

Estud. cult. maya vol.50  Ciudad de México Set. 2017

https://doi.org/10.19130/iifl.ecm.2017.50.862 

Artículos

Reflexiones arqueológicas a partir de un libro: esculturas de Tajumulco y el Soconusco, Guatemala y Chiapas

Archaeological Considerations from a Book: Sculptures of Tajumulco and Soconusco, Guatemela and Chiapas

Réflexions archéologiques à partir d'un livre : Sculptures de Tajumulco et el Soconusco, Guatemala et Chiapas

Carlos Navarrete Cáceres1 

1 Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM, México.


RESUMEN:

El artículo retoma la información arqueológica de Tajumulco, Guatemala, publicada por Bertha Dutton y Hulda R. Hobbs en 1943, a partir de la cual el tipo cerámico Tohil Plumbate cobró relevancia mesoamericana como artículo de intercambio comercial a larga distancia, constituyéndose a la vez en referente cronológico (1000-1200 d.C.). Su calidad de factura y los símbolos representados marginaron la importancia que debió habérsele dado a la expresión escultórica presente en 29 ejemplares. El hallazgo de esculturas comparativamente semejantes, en la región fronteriza de Chiapas, ofrece la posibilidad de establecer paralelismos formales y temporales, dado que los sitios de donde proceden evidencian una sola época de ocupación: Posclásico Temprano, con fuerte presencia de la cerámica Plumbate.

Palabras clave: Soconusco; Posclásico; cerámica Tohil Plumbate; arqueología de Chiapas; arqueología de Guatemala

ABSTRACT:

The article retakes the archaeological information of Tajumulco, Guatemala, published in 1943 by Bertha Dutton and Hulda R. Hobbes, in which the Tohil Plumbate ceramic type became a Mesoamerican referent, as a long distance article of commercial exchange and a chronological marker (A.D. 1000-1200). Its facture quality and the symbols represented on it took attention away from the importance that should have been given to the sculptoral expression of 29 pieces. The finding of comparatively similar sculptures in the borderland region of Chiapas offers the possibility of establishing formal and temporal parallels given that the sites they come from have only one occupation period: Early Postclassic, with strong Plumbate ceramic presence.

Keywords: Soconusco; Postclassic; Tohil Plumbate ceramics; Chiapas archaeology; Guatemala archaeology

RÉSUMÉ:

Cet article reprend l'information archéologique de Tajumulco, au Guatemala, publiée en 1943 par Bertha Dutton et Hulda R. Hobbs á partir de laquelle publication le type céramique Tohil Plumbate a pris de l’importance á l’échelle mésoaméricaine comme objet d'échange commercial à longue distance, en se constituant en même temps comme une référence chronologique (1000-1200 ap. J.-C.). Sa qualité de facture et les symboles représentés ont réduit l'importance que l’on aurait dù accordée à l'expression sculpturale présente en 29 exemplaires. La découverte de sculptures comparativement semblables, dans la région frontalière du Chiapas, offre la possibilité d'établir des formels et temporels, étant donné que les sites de provenance mettent en évidence une seule époque d'occupation : Le Postclassique Ancien, avec une forte présence de la céramique de type plumbate.

Mots-clés: Soconusco; Postclassique; céramique Tohil Plumbate; archéologie de Chiapas; archéologie de Guatemala

Casi olvidado en los estudios de arqueología contemporánea, el libro de Bertha Dutton y Hulda R. Hobbs Excavations at Tajumulco, Guatemala (1943) permanece en las sombras, tal como ocurre con otras monografías pioneras de las Tierras Altas mayas publicadas en los años cuarenta del siglo pasado, cuyas metas privilegiaban las secuencias cronológicas y las tipologías de materiales. La nueva lectura de aquel libro significa reabrir una página significativa en la historia de los estudios cerámicos: haber colocado en el rango de problema mesoamericano la mayor muestra de piezas Plumbate hasta entonces conocida, proveniente de una excavación arqueológica controlada en la que se suman artefactos y figuras líticas, ornamentos de metal, cabezas de huso o “malacates”, placas de pizarra y un conjunto de 29 esculturas.

Entre los materiales la atención mayor recayó en la cerámica plomiza, y la misma Dutton (1943) escribió el primer resumen histórico del tipo. Poco tiempo después apareció el famoso estudio de Anne Shepard (1948), origen de la saga de publicaciones especializadas, enriquecida a la fecha con nuevas interpretaciones y proyectos de campo (Fahmel, 1988; Neff, 2002, 2005; Navarro, 2015). Es entendible, se trata de una cerámica singular que posee, independiente de la alta calidad de su factura, formas novedosas entre las que destacan representaciones humanas y zoomorfas, deidades y símbolos religiosos hasta entonces ajenos al área maya meridional, al parecer originados en el Centro de México, fechados entre 1000 y 1200 d.C.

El atractivo que tan peculiar producto ejerció en los arqueólogos, marginó la apreciación que merecían las esculturas asociadas vistas como conjunto, tanto por el contenido iconográfico como por las variantes de estilo. Mucho se habría logrado de no haber quedado separadas ambas manifestaciones.

El recorrido de prospección emprendido a lo largo de la costa de Chiapas en los años sesenta reveló la existencia de algunos sitios que, sin tener las dimensiones de Tajumulco ni su riqueza escultórica, permiten replantear la relación. Asentamientos como La Unidad, Santo Domingo, San Jerónimo y Mixcum, forman una cadena sobre la antigua ruta que parte de la cabecera de Cacahuatán hacia las faldas del volcán Tacaná en el municipio de Unión Juárez, o toma por el descenso de Tuxtla Chico a la parte baja de la costa.

De los numerosos monumentos documentados en la región, trataremos únicamente de aquellos en donde la muestra cerámica indica que la ocupación del sitio correspondió a una sola época, en este caso centrada en el tipo Tohil plomizo del Posclásico Temprano, tal como ocurre en Tajumulco, en donde su presencia es dominante.

Las esculturas serán descritas siguiendo la ubicación de los sitios en dirección norte-sur, condicionada por la cuenca del río Suchiate (Figura 1).

Figura 1 Sitios arqueológicos y poblaciones mencionados en el texto. 

Sitios arqueológicos

1. La unidad

Finca cafetalera situada en las afueras de Cacahuatán, a orilla de la carretera que conduce a Unión Juárez. El sitio arqueológico prácticamente fue arrasado por el crecimiento de la cabecera municipal; sólo quedan en pie dos montículos separados de la casa patronal por un río que corre a través de las instalaciones de la finca. Los montículos promedian 3 m de altura, el más completo se alza en una de las cabeceras de la cancha de futbol y el otro fue partido por una excavación de saqueo. Las esculturas aparecieron al trazarse la calle del pueblo detrás del montículo y al ampliarse la carretera que pasa junto a la casa patronal. Enfrente se encontró una estela preclásica, al parecer de la misma época del montículo: la cala excavada en el núcleo contuvo cerámica temprana (Navarrete, s/f). Queda fuera del artículo por obvias razones de temporalidad.

En las márgenes del arroyo y en las cepas abiertas en el área de siembras se recolectó en superficie cerámica Tohil Plumbate, área de donde proviene un fragmento de vasija zoomorfa (véase la Figura 23a, en la sección sobre cerámica).

Escultura 1

Dimensiones: 0.62 m de altura. Se encontraba en el jardín de la casa patronal, trasladada en 1965 al Museo de Arqueología de Tapachula (Figura 2a).

Figura 2 La Unidad: a, b, Esculturas 1 y 2. 

Burdamente esculpida, sigue la forma natural de la roca basáltica. El pecho y el vientre del personaje son abultados. Los brazos y las piernas nacen detrás, adelantados en posición forzada, con los dedos representados por medio de líneas incisas. Los pies no fueron señalados. En medio de las caderas asoma una especie de cola corta redondeada. Tiene el rostro someramente representado y dos pequeñas líneas señalan las mejillas. Está asentada en una base circular que no le corresponde.

Escultura 2

Dimensiones: 0.52 m de altura. En 1963 permanecía en el jardín de la casa principal (Figura 2b).

Representa un mono. La cabeza es la única sección realista de la escultura. Las cejas están indicadas por una línea sobresaliente ondulada. Lleva un adorno en el cuello en forma de gorguero. El vientre es abultado y las extremidades simplificadas, en función de base las inferiores.

Escultura 3

Dimensiones: largo 0.93 m; ancho 1.05 m; grosor 1.20 m. Localización: in situ a orilla del río Pancero, afluente del Suchiate (Figuras 3a y b).

Fotografía y dibujo de la roca con el jaguar esculpido, 1963.

Figura 3 La Unidad: Escultura 3. 

En una depresión situada en la margen del río emerge una roca cuyas protuberancias naturales fueron retocadas con intención de representar un felino. Los ojos circulares, las orejas pequeñas y redondas, las fauces abiertas y los cachetes inflados. Las extremidades flexionadas simulan movimiento. Parecida a la Escultura L de Tajumulco y al relieve de La Montaña (Figuras 4a y b).

Figura 4 Tajumulco: a, Escultura L. El jaguar resaltado en una roca (Tejeda, 1947); b, Relieves de La Montaña (Stone y Ericastilla, 1998). 

2. Cuatimoc

Antigua finca cafetalera hoy ejido, situado a 4 kilómetros a la izquierda del camino Cacahuatán-Unión Juárez, a un kilómetro del desvío. Los montículos están en la recta que conduce a las modernas instalaciones. Desafortunadamente el sitio fue partido por la construcción del camino y los montículos destruidos, haciendo imposible conocer la disposición que guardaban.

Dos esculturas “sacó el tractor” al nivelarse el terreno. En 1963 paraban en una casa particular. La mitad de la cerámica de superficie fue del tipo Plumbate Tohil, entre otros ejemplares reconocibles del Posclásico Temprano.

Escultura 1

Dimensiones: 0.36 m. de largo (Figura 5a).

Figura 5 Cuatimoc: a, b, Esculturas 1 y 2. Esquematización de la figura humana. 

Buen ejemplo del aprovechamiento de una roca basáltica en su forma natural ovoidal, a la que esculpieron un rostro sobresaliente con la boca y los ojos vaciados, la nariz prominente y el contorno de la mandíbula.

Escultura 2

Dimensiones: altura 0.46 m (Figura 5b).

Está decapitada. Las extremidades nacen en la espalda, definiéndose alrededor de una base cilíndrica.

3. Santo Domingo

Finca cafetalera, hoy ejido, pertenece al municipio de Unión Juárez. El sitio arqueológico se localiza en el kilómetro 17, a la derecha del camino Cacahoatán-Unión Juárez. Los montículos fueron arrasados como banco de material; solamente quedan restos de dos, el principal de aproximadamente 4.50 m de altura. En el área se recolectó cerámica Plumbate Tohil y un muestrario de soportes típicos del Posclásico Temprano.

Escultura 1

Dimensiones: 0.63 m. de largo. Se encontraba en el corredor de la antigua casa patronal (Figura 6).

Figura 6 Santo Domingo: Escultura 1. 

Roca alargada a la que esculpieron rasgos humanos: un rostro resaltado y los brazos sobre el pecho, las manos entrelazadas y las piernas al frente sin los pies. El resto mantuvo su condición natural con el extremo inferior en función de espiga.

4. San Jerónimo

Finca cafetalera, hoy ejido agrícola, más o menos en el kilómetro 7 a partir de Unión Juárez. Pequeño grupo de montículos, la mayoría destruidos para el mantenimiento del camino y de las instalaciones del beneficio de café. Enfrente de la casa principal se ve un montículo de aproximadamente 3.00 m de altura. El área está regada por el río Shujubal, afluente del Suchiate.

Los hallazgos ocasionales son corrientes (García, 2012: 20). En el área de siembras se encontraron fragmentos Plumbate de las variedades San Juan y Tohil y otros tipos cerámicos contemporáneos. De un pozo de prueba practicado frente al montículo provienen dos ejemplares completos: una pequeña vasija con un personaje escarificado y otra en forma de ave (véanse las Figuras 22a y b en la sección de cerámica).

En la región son comunes las rocas volcánicas que afloran en superficie, y en San Jerónimo dos presentan motivos esculpidos. La única mención conocida se debe a Rafael Orellana (1952: 22, 24) y es producto de una corta inspección en la costa de Chiapas. Según testimonios orales a él se debe el rescate de la pieza que encabeza la lista.

Escultura 1

Dimensiones: altura 0.59 m, largo 0.79 m. Ubicación: Museo Regional de Tuxtla Gutiérrez (Figuras 7, 8 y 9).

Figura 7 San Jerónimo: Escultura 1. Fotografías de Mario Vega, 1970. 

Dibujo de Ramiro Jiménez P., 1965.

Figura 8 Altar de San Jerónimo. ¿Hombre-pájaro u hombre-mariposa?.  

Figura 9 Variantes en las alas y otros diseños. Dibujos de Ramiro Jiménez P., 1965. 

Altar exento con la cara superior lisa y los lados esculpidos entre dos molduras, la inferior biselada; entre ellas hay dos personajes de frente y dos de perfil a horcajadas. Los primeros podrían interpretarse como hombres pájaros que extienden las alas, cuyas manos reposan sobre la moldura. En un lado las alas se componen de bandas horizontales rematadas por grandes roleos; en la cara opuesta son lisas y “fileteadas” en el borde. Llevan pulseras y orejeras, y uno de los tocados está adornado con un chalchihuite y una banda posterior doble. En ambos el rostro está borrado.

Los otros personajes podrían ser insectos humanizados, probablemente mariposas, dada la forma de la boca, las antenas enrolladas atrás de la cabeza y las alas en la espalda. Están agachados, las rodillas dobladas y los brazos arriba de la moldura. Hay ligeras variantes en la forma de las orejeras, en los adornos bucales y en el chalchihuite con dos bandas sobre la nariz. Podría tratarse de máscaras. En las esquinas la moldura baja en forma de escapulario.

Escultura 2

Dimensiones: largo 2.10 m, ancho 1.05 m. Se encuentra in situ en la orilla izquierda del acceso a la finca (Figura 10).

Figura 10 San Jerónimo. Escultura 2: a, jaguar visto de frente, 1963; b, hombre-mariposa. Fotografía de Rafael Orellana, 1952. 

Roca volcánica, emerge 0.56 m de la superficie en la actual zona habitacional al oeste del montículo mayor. El contorno está esculpido con motivos zoomorfos casi todos realistas e individuos con disfraces de animales.

De acuerdo a la guía esquemática (Figura 11), en la parte superior hay un tlacuache o tacuazín del que se ven tres patas (a); la cola seccionada posiblemente representa las bandas de color propias del animal; muestra los genitales. La cabeza alargada toca con la de otro ejemplar difícil de identificar por la forma sumamente larga de la cola curvada y el extraño perfil de la cabeza; carece de extremidades traseras (b). Para Orellana (op. cit.) ambos son lagartos “que juntan las cabezas con gran naturalidad y sencillez”.

Figura 11 Dibujo esquemático de los motivos representados en la Escultura 2 de San Jerónimo. C. Navarrete, 1963. 

En el centro (c), de acuerdo a la forma y posición de las patas traseras, un batracio carente de cabeza y un solo miembro delantero, parece saltar con la parte superior del cuerpo inmersa en el agua. En esta sección fueron grabados símbolos geométricos, dos en círculos concéntricos y el tercero con dos líneas entrecruzadas. En los cantos irregulares del lado norte hay dos personajes de perfil, el primero ataviado con yelmo y alas de mariposa adornadas con dos filas de círculos; el otro está desnudo, difícil de identificar por tener destruida la cabeza (d).

En la sección inferior un conejo posa de frente, las orejas caídas de lado; sostiene dos elementos, uno ondulado y el otro en forma de gancho (e). Siguen un venado con la cabeza girada hacia atrás (f), una tortuga con el caparazón en forma de espiral (g), y un saurio con el cuerpo cubierto de círculos de diversos tamaños que simulan las protuberancias características del animal; el cuerpo es corto y la cola está abierta en tres apéndices (h). Una cabeza vista de frente luce melena, probablemente de gato de monte, al lado derecho hay un objeto extraño (i). En el lado opuesto aparece un felino sentado sobre sus patas traseras (j).

En el borde inferior un tejón o pizote tiene las patas sobre el hocico (k); otro animal humanizado, encorvado y de vientre abultado, sostiene un bastón con la mano izquierda (l). Sigue la silueta de un pájaro con las alas recogidas (m), junto a dos estilizaciones de mariposa (n) y un ave acuática de pico alargado y curvo (ñ). En el centro hay una figura extraña, está de hinojos, su trompa es alargada y colgante, con las fosas nasales señaladas; tiene cubierta la espalda de cerdas largas (¿un senso o “coche de monte”?) (o).

Dispuestos en el bloque se distribuyen pequeñas concavidades en forma de morteros con huellas de uso. La disposición de las figuras recuerda los altares I, 1 y 6 de Tajumulco (Figura 12).

Figura 12 Tajumulco. Hombres y animales: a, Escultura I; b, Escultura 1, con el rostro de un personaje solar; c, Escultura 6. Dibujos de A. Tejeda, 1947

Escultura 3

Dimensiones: largo 1.70 m, ancho 1.00 m, alto 0.65 m. Localización: in situ en una choza local (Figura 13).

Figura 13 San Jerónimo. Escultura 3. Representa un cocodrilo. Apunte reconstructivo. 

Se encuentra a unos 20 m de la escultura anterior, en el interior de una choza campesina. Cuando repartieron los lotes del ejido el relieve quedó en medio del espacio asignado para casa. Debido a que siempre ha servido de fogón se encuentra sumamente ahumada. El lugar ha cambiado de propietario varias veces y los vecinos relatan que poca gente se atreve a vivir en la choza, debido a que el animal “se enoja, rompe muebles y ollas y con la cola golpea a las personas”. Les disgusta vivir acompañados de “esa piedra de la gente de antes”. Rafael Orellana la menciona en su informe citado.

Es un bloque semirectangular, en la parte superior lleva esculpida la figura de un lagarto con las extremidades flexionadas. La cabeza está mutilada. Algunos diseños rectilíneos imitan las protuberancias superiores. En la parte central del cuerpo hay pequeñas concavidades con forma de mortero o “tacita”.

Escultura 4

Dimensiones: altura 1:00 m. Localización actual: desconocida.

El primero en prestarle atención fue el ministro evangélico José Coffin, autor de una fotografía fechada el 14 de diciembre de 1935. Posteriormente Matthew Stirling (1947: 143) la publicó como extensión de sus observaciones en Izapa (Figura 14). Extraña que no le mostraran las cercanas esculturas de San Jerónimo. Personalmente la registré en febrero de 1963. Diez años más tarde fue robada y nunca se supo su paradero (Figura 15). De los alrededores procede una figura efigie tipo Plumbate Tohil.

Figura 14 San Jerónimo. Escultura 4: a, Fotografía de J. Coffin, 1935; b, Fotografía de M. Stirling, 1947

Figura 15 Bosquejo de la Escultura 4 de San Jerónimo-Mixcum. Diario de campo, 1963. 

Con cierta cautela aceptamos que proceda de San Jerónimo. Según comunicación oral, a principio de los años treinta fue encontrada al excavarse una zanja cerca de la casa grande, de donde la trasladaron a la “rinconera” o mojonera como señalización de límites con la antigua finca Mixcum.

Representa un mono parado sobre una base circular de cemento. Viste un grueso cinturón y máxtlatl, en el cuello porta una especie de gorguera de la que se desprenden dos bandas sobre su espalda. Las manos descansan sobre el vientre.

5. Muxbal

De Unión Juárez a Muxbal hay entre cuatro y cinco kilómetros. De la finca cafetalera parte el camino a Tajumulco, Guatemala, a una distancia un tanto elástica debido a lo accidentado de la brecha que corre entre cafetales y cerros, obligando a realizarlo a pie, puesto que el vehículo entra apenas dos kilómetros hasta un punto conocido como Los Michis. Para acceder a la finca se cruza el río Bolsón, más adelante unido al Providencia cerca de Muxbal.

El sitio arqueológico está exactamente en la línea divisoria entre los dos países; cruza el montículo principal separando dos propiedades: Muxbal del lado mexicano y la finca María Cecilia del lado guatemalteco. Muxbal está a 1370 m.s.n.m., en las faldas del volcán Tacaná.

El montículo visible tendrá unos tres metros de altura, formado de tierra y cantos rodados sin evidencia de recubrimiento. En los alrededores se encuentran pequeñas elevaciones dispersas, quizá de fondos habitacionales. En la casa patronal conservaban un lote de once vasijas, la mayoría fragmentadas, provenientes de los montículos rebajados, cinco de ellas del tipo Tohil Plumbate (véase la Figura 24, en la sección de cerámica); los demás pertenecen a otros tipos contemporáneos. De dos esculturas que informaron, una paraba en el corredor de la casa.

Escultura 1

Dimensiones: largo 0.48 m; altura 0.28 m; grosor 0.23 m. Localización: en 1963 permanecía en el corredor de la casa patronal sin datos de procedencia (Figura 16a).

Figura 16 Personajes en posición de hinojos: a. Muxbal, Escultura 2; b. Tajumulco. Escultura Q. 

Roca volcánica trabajada en forma de bloque, con la representación de un individuo postrado. El rostro está tallado, los demás detalles fueron grabados: ojos circulares, nariz ancha y boca trapezoidal en un todo geométrico. Las extremidades corren hacia los lados y presentan las manos dobladas al frente. Las piernas nacen de la base, prolongándose hacia atrás. Lleva un pectoral de forma circular. En extremo esquematizada, guarda el mismo concepto de la Escultura Q de Tajumulco (Figura 16b).

Escultura 2

Dimensiones: altura 0.39 m. Localización: en “custodia” de la oficina migratoria de Unión Juárez.

Requisada a una pareja de saqueadores que señalaron la procedencia, confirmada por el administrador de la finca, quién declaró que la sacaron de noche “cerca de los cerritos” (Figura 17).

Figura 17 Muxbal: Escultura 1. 

Tallada en roca volcánica, representa a un individuo sentado con los brazos sobre el pecho, la cabeza redonda, los ojos y la boca moldurados y la nariz prolongada desde los arcos superciliares. Únicamente muestra la oreja izquierda. Tiene las piernas al frente, con los pies girados, y el ombligo señalado. Hay paralelismo con las esculturas 4, 6 y 9 de Tajumulco (Figura 18).

Figura 18 Tajumulco: a, b y c, Esculturas 4, 6 y 9. Según A. Tejeda, 1947

6. San José Metapa

Sitio extenso perteneciente a la parte baja del Soconusco, compuesto de varios grupos situados en los alrededores de la cabecera municipal de Metapa. El grupo trabajado en los años cuarenta por Bertha P. Dutton (1943: 48-54) ya no existe, la destrucción de los montículos fue total debido a la bonanza algodonera y después por las siembras de yuca para la planta de Resistol allí instalada. De los terrenos arados obtuvimos una muestra numerosa de tiestos del Posclásico Temprano.

Dutton reportó dos esculturas de pedestal pertenecientes al Preclásico Superior, pero el mayor desarrollo del sitio ocurrió en el Posclásico Temprano, confirmado en el recorrido de 1963-64. Por nuestra cuenta reportamos dos esculturas semejantes a las de Tajumulco ilustradas en la Figura 18.

Escultura 1

Dimensiones: altura 0.40 m. Localización actual: Museo Regional de Tuxtla Gutiérrez (Figura 19a).

Figura 19 Metapa: a y b, Esculturas 1 y 2. 

Representa un animal con las extremidades resaltadas en curva de atrás hacia el frente. Carece de manos y pies. Cabeza pequeña y ovoidal, se distinguen en forma vaga los ojos y la nariz.

Escultura 2

Dimensiones: altura 0.46 m. Localización actual: Museo Regional de Tuxtla Gutiérrez (Figura 19b).

Individuo de cabeza pequeña y redonda con los ojos circundados por aros y una pequeña depresión para la boca; de vientre abultado, resaltan encima los brazos sin manos. Los rasgos brotan de un respaldo cilíndrico que sirve de base.

7. Colonia Ignacio Zaragoza I

Pertenece al municipio de Frontera Hidalgo, al lado derecho de la carretera Metapa-Suchiate a la altura del kilómetro 19. Se le ha dado el número I para diferenciarlo de otros asentamientos arqueológicos de a la misma localidad. El sitio no se ve desde el camino por estar situado en el desvío que conduce a la estación ferroviaria El Dorado.

Lo componen doce montículos visibles, el mayor con 3.00 m de altura, y pequeñas elevaciones seguramente domésticas, casi desaparecidas por el cultivo de algodón. Imposible reconstruir su disposición. La mayor parte de la cerámica recolectada en superficie perteneció a los tipos San Juan -en presencia menor- y Tohil Plumbate.

Escultura 1

Dimensiones: 0.51 m de altura. En 1963 se encontraba en el ejido en manos particulares (Figura 20).

Figura 20 Ignacio Zaragoza: Escultura 1. 

Figura humana con las manos unidas a la altura del pecho, giradas hacia arriba; los dedos están indicados por líneas incisas. El rostro emerge de una especie de orla, con los ojos y la boca enmarcados por el mismo relieve que forma la nariz y las cejas. El tocado posee una saliente hacia el lado derecho. El cuerpo corresponde a la espiga.

8. El manzano

Situado entre el rancho conocido como Dorado Viejo y la estación ferroviaria Dorado Nuevo. Varios conjuntos de montículos se encontraban en proceso de destrucción para facilitar las fumigaciones aéreas en una amplia planicie cubierta de algodonales. El último montículo semicompleto medía 5.00 m de altura, ubicado a unos doscientos metros de la estación. La tierra recién arada facilitó la recolección de cerámica con fuerte presencia Tohil Plumbate.

En la oficina de la estación guardaban un fragmento de escultura encontrado por el tractor al nivelar un terreno cercano.

Escultura 1

El fragmento mide 0.28 m de altura. Se ignora el paradero actual (Figura 21a).

Figura 21 Rostros parecidos. El Manzano: a, fragmento de altar. Tajumulco: b, c y d, Esculturas 5, 13 y J. Chaculá: e, Monumento 2. 

Lateral de altar con un rostro tallado. Lleva el pelo recogido por un moño sobre la frente y las orejeras combinan tres elementos. Tiene los ojos, la nariz y la boca formada por una línea incisa corrida. Rostros semejantes se aprecian en monumentos de Tajumulco y Chaculá (Figuras 21b-e).

Apuntamientos cerámicos

De los ocho sitios, La Unidad es el único con ocupación preclásica. Los materiales cerámicos de San Jerónimo, Ignacio Zaragoza I y El Dorado cubren dos momentos Plumbate: San Juan del Clásico Tardío y Tohil del Posclásico Temprano. El resto de sitios es dominantemente Tohil. Las dos épocas enmarcan el problema temporal de las esculturas. Para distinguir ambas fases nos acogemos a las establecidas en la columna cronológica de Izapa, tomando en cuenta la cercanía geográfica y la similitud cerámica (Lee, 1973; Lowe, Lee y Martínez, 1982). Es preciso aclarar que los detalles de los tipos serán publicados en un trabajo especial sobre los materiales recolectados a lo largo de la costa chiapaneca (Navarrete, s/f).

La muestra total de tiestos es de 3106. El siguiente cuadro presenta la distribución por sitio. Las columnas segunda y cuarta pertenecen a los tipos asociados a los dos momentos, Plumbate del Clásico Tardío y el Posclásico Temprano.

Fase Peistal (700-900 d.C.)

El tipo San Juan Plumbate se presenta en tres sitios, dos de ellos en la franja costera. Quizá en ello intervenga la topografía: San Jerónimo está sobre terreno cerril, los otros en ambiente llano con mayores facilidades para permitir asentamientos humanos.

Esta cerámica se caracteriza por la pasta fina y el cocimiento no siempre completo, cubierta por un engobe menos pulido que el Tohil; los cambios de color le son propios, de naranja a café claro, a veces en manchas pequeñas. Las formas en general son semejantes a las que ilustra Lee (1973). De la muestra obtenida en San Jerónimo presentamos dos pequeñas vasijas (Figura 22).

Figura 22 Vasijas tipo San Juan Plumbate procedentes de San Jerónimo. Un ave y un rostro escarificado. Dibujos de Fernando Botas 

Fase Remanso (900-1100 d.C.)

Durante el Posclásico Temprano aparece el tipo cerámico Tohil Plumbate, cuya principal característica es su alta calidad de cocimiento y el engobe firme y pulido; su color emblemático es plomizo, variando a rojizo naranja, a veces completo o con manchas grises. Las formas básicas son las tradicionales: vasijas zoomorfas, vasos de cuello alto y base de pedestal, vasos efigie y figuras con representaciones antropomorfas (Figuras 23, 24, 25, 26), fragmentos pequeños de vasijas de cuello alto y cuerpo globular en forma de calabaza o con representaciones de Tláloc. Las similitudes pueden consultarse en las ilustraciones de Dutton y Hobbs (1943: Figs. 46-76), en las que destacan las vasijas efigie; también en Shepard (1948) y con ejemplares del magnífico conjunto publicado por Smith (1957).

Figura 23 Cerámica Tohil Plumbate. La Unidad: a, cabeza de venado. Cuatimoc: b, “Caballero águila”. 

Figura 24 Vasijas Tohil Plumbate procedentes de Muxbal. 

Figura 25 Fragmentos antropomorfos Tohil Plumbate: a. San Jerónimo; b. Ignacio Zaragoza 

Figura 26 Fragmentos de vasijas Tohil Plumbate: a, Metapa; b, El Manzano. Dibujos de Fernando Botas. 

De los demás tipos contemporáneos sobresalen las vasijas trípodes de soportes cortos con función de cascabeles y los sahumerios de cuerpo globular calado, con dos soportes delanteros huecos y mango largo sólido (Navarrete, s/f).

Consideraciones sobre la escultura

Ya se explicó que el objetivo de este trabajo fue replantear la información contenida en las exploraciones de Tajumulco en 1943, gracias a las cuales el tipo Plumbate Tohil cobró fuerte presencia arqueológica, fechado por Dutton y Hobbs entre 950-1250 d.C. Referente cronológico que ayuda a situar las esculturas con las que se asocia, tanto en Tajumulco como en los ocho sitios ubicados en la cuenca del río Suchiate del lado de Chiapas, principalmente en los asentados en la región alta. Cuentan aquí las facilidades de comunicación entre estos con Tajumulco. En la región es común encontrar sitios con ocupación de una sola época, en que domina la cerámica plomiza por sobre otros tipos diagnósticos del Posclásico Temprano. Para este trabajo fueron seleccionados aquellos en los que aparecen esculturas, por implicar contemporaneidad y presentar semejanzas formales con Tajumulco.

En este sitio los altares ofrecen variedad de formas: redondos o cuadrangulares, con soportes o ápodos, planos de la mesa de ceremonias o con una depresión. La constante son los motivos decorativos: repetición de cabezas humanas en los cantos o personajes en convivio con animales, como aparecen en los Monumentos I y 6 (Figuras 12a y c). Quizá el mejor ejemplo sea el Monumento 1, consistente en un bloque esférico, cóncavo arriba, rodeado por una escena en que una deidad solar centra la devoción de dos personajes, acompañados de hombres y diversos animales entre los que es posible identificar un jaguar, un mono, un coyote y un águila (Figura 12b). En las tierras altas del Soconusco el equivalente sería la Escultura 1 de San Jerónimo (Figuras 7-9), con cuatro representaciones de hombres-pájaros u hombres-insectos, quizá mariposas. Para mayor abundancia de animales están los relieves de la Escultura 2 (Figuras 10 y 11).

Quizá puedan incorporarse otros ejemplares que paran dispersos, pero de los que se desconoce el contexto arqueológico. Uno de esos relieves se localiza en La Montaña, Municipio de Malacatán, Guatemala, en donde a un individuo de hinojos lo acompañan un mono, un posible batracio y una pequeña figura humana (Figura 4b). Respecto a la decisión de incluir como monumento escultórico esta aparente manifestación de arte rupestre -duda que ha permeado la caracterización de algunos ejemplos del presente artículo-, Stone y Ericastilla (1998: 689) señalan: “El hecho de que la pieza esté asociada a un montículo arqueológico y que probablemente fue transportada al sitio actual, es ejemplo típico de escultura monumental, no así de arte rupestre”. Aunque es de considerar lo contrario: que en algún lugar en la que hubiera una roca adecuada para ser esculpida fuera construido un montículo.

En Tajumulco hay relieves trabajados en rocas que conservan la forma original, retocadas con representaciones humanas y animales, como las Esculturas 13, K y L (Figura 4a), la última con un jaguar labrado en la misma forma que la Escultura 3 de La Unidad (Figura 3).

Un parentesco cercano se percibe entre la Escultura Q de Tajumulco (Figura 16b), una de las cuatro piezas de individuos en posición de hinojos que hay en el sitio y la Escultura 2 de Muxbal, en extremo esquematizada (Figura 16a).

Semejantes son los rasgos faciales de algunos ejemplares de Tajumulco -5, 13 y J- (Figuras 21b-d), ya sea pertenecientes a cuerpos enteros o a cabezas solas, con la del fragmento de altar de El Manzano (Figura 21a). De acuerdo al diseño del rostro, la técnica de talla y el fechamiento, habría que citar, aunque lejano, el Monumento 2 de Chaculá (Figura 21e; Navarrete, 1979: Fig. 2).

Tajumulco reúne un grupo de esculturas de difícil fechamiento, a no ser por la presencia del Plumbate, situación que -repetimos- ocurre en el Suchiate en razón a los contextos arqueológicos que comparten. Con las Esculturas 1, 3, 4, 6, 7 y 9 de Tajumulco (Figura 18), pueden equiparse los ejemplares 1 y 2 de La Unidad, 1 y 2 de Cuatimoc, 1 de Santo Domingo, 1 de Muxbal, 1 y 2 de Metapa, 1 de Ignacio Zaragoza y 1 de El Manzano (Figuras 2, 5, 14, 15 y 17). La simplificación de los rasgos humanos, la posición de las extremidades, principalmente las superiores, y la prolongación del cuerpo en espiga, corresponden al complejo escultórico englobado en el “estilo de brazos cruzados” de la Mesoamérica centroamericana (Navarrete, 1979). Analizadas individualmente resulta difícil asignarles temporalidad, forman parte de una larga tradición.

La escultura de Tajumulco posee estilo propio -quizá regional-, con rasgos diferentes a los de otros sitios con que concuerda en algún momento del tránsito del Clásico Tardío al Posclásico Temprano. Un ejemplo sería Chaculá, Huehuetenango. Son formas escultóricas difíciles de rastrear en su origen, y menos afirmar que surgen en tiempo paralelo, aunque posteriormente corran juntas. En esta área geográfica de Chiapas-Guatemala la relación se daría durante la fase Peistal, en el marco dominante de la cerámica Tohil Plumbate.

Seguir el desarrollo de esta cerámica no es problema a tratar aquí. Al parecer es un tipo producto de una tradición alfarera, tal como anota Lee (1973: 82): “… podemos apuntar la posibilidad de un desarrollo estratigráfico, estilístico y técnico, desde la cerámica Tiquisate a la cerámica Plumbate vía el Grupo Cerámico San Juan. De ahí que el grupo Cerámico Tohil sea el producto final de una larga y gradual evolución”.

Dadas las condiciones fisiográficas, es posible que las rutas de distribución de esta cerámica desde los sitios de producción costeros a través del territorio que cubre este trabajo, fueran las mismas que actualmente siguen los comerciantes mames: Unión Juárez-Muxbal-Buyaj-Santa Rita-Tajumulco y Unión Juárez-Talquián-Chocau-Sibinal-Tacaná.

Algunos de los sitios aquí presentados, además de otros vecinos, figuran en el listado hecho por Fahmel (1988: 93-94, 117-19) de los lugares en los que ha sido reportada la presencia de este tipo cerámico, aparte de señalar la cercanía con los posibles talleres alfareros en dicha región de la costa.

Quizá a futuro sea posible incorporar otros ejemplos en los que la relación Plumbate-escultura pueda cimentarse. Ayudaría a entender la circulación de expresiones culturales después del Clásico, en una época de intercambio de formas artísticas y símbolos religiosos gracias al comercio a larga distancia. El haber aislado el presente conjunto por pequeño que parezca, dentro de un contexto fechable, es recobrar una de tantas posibilidades olvidadas. La escultura de Tajumulco merece un estudio mayor.

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Recibido: 19 de Septiembre de 2016; Aprobado: 13 de Diciembre de 2016

es

Carlos Alberto Navarrete Cáceres. Guatemalteco. Arqueólogo, narrador y ensayista, nació en Quetzaltenango en 1931. Radica en México desde 1952. Obtuvo la licenciatura en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y la maestría en Antropología por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala y por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Actualmente es investigador de tiempo completo en el Instituto de investigaciones Antropológicas de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Ha sido profesor de arqueología mesoamericana y etnohistoria del área maya en la ENAH desde 1964, y catedrático invitado en distintas universidades de América Latina. Ha obtenido las siguientes distinciones: Premio de ensayo “Adrián Recinos” en el Certamen Centroamericano de Ciencias, Letras y Bellas Artes del Ministerio de Educación Pública de Guatemala, 1962; Premio Chiapas 1984, rama de Ciencias, por su obra antropológica en conjunto; Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias” por el Gobierno de Guatemala. carlangasn@hotmail.com

en

Carlos Alberto Navarrete Cáceres. Archaeology from the Escuela Nacional de Antropología e Historia and a Masters in Anthropology from the Facultad de Filosofía y Letras of the Universidad Nacional Autónoma de México. Doctor Honoris Causa by the Universidad de San Carlos de Guatemala and by the Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. He is currently a full-time researcher at the Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM and a member of the National System of Researchers in México. He has been professor of Mesoamerican archaeology and ethnohistory of the Maya area at the ENAH since 1964, and an invited professor in different universities in Latin America. He has obtained the following distinctions: "Adrián Recinos" Essay Award in the Central American Contest of Sciences, Letters and Fine Arts of the Ministry of Public Education of Guatemala, 1962; Chiapas 1984 Award, branch of Sciences, for his anthropological work as a whole; National Prize of Literature "Miguel Angel Asturias" by the Government of Guatemala. carlangasn@hotmail.com

fr

Carlos Alberto Navarrete Cáceres. Guatémaltèque. Archéologue, narrateur et essayiste, il est né à Quetzaltenango en 1931. Il réside au Mexique depuis 1952 et a obtenu la licence en archéologie à l'Escuela Nacional de Antropología e Historia, et la maîtrise dans la même discipline à la Facultad de Filosofía y Letras de l'Universidad Nacional Autónoma de México. Il est Docteur Honoris Causa de l’Universidad de San Carlos de Guatemala et de l'Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Actuellement, il est chercheur à plein temps à l'Instituto de Investigaciones Antropológicas de l'UNAM, et membre du Sistema Nacional de Investigadores. Il a été professeur d'archéologie méso-américaine et d’ethnohistoire de l'aire Maya à l'ENAH depuis 1964, et professeur invité au sein de différentes universités de l'Amérique latine. Il a obtenu les distinctions suivantes : Premio de ensayo « Adrián Recinos » du Certamen Centroamericano de Ciencias ; Letras y Bellas Artes du Ministerio de Educación Pública de Guatemala, 1962 ; Premio Chiapas 1984, pour la branche des sciences, et grâce à son œuvre anthropologique dans son ensemble ; Premio Nacional de Literatura « Miguel Ángel Asturias » par le gouvernement du Guatemala. carlangasn@hotmail.com

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