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Estudios de cultura maya

versión impresa ISSN 0185-2574

Estud. cult. maya vol.31  Ciudad de México  2008

 

Reseñas

 

Ancient Maya Commoners, edición de Jon C. Lohse y Fred Valdez Jr.

 

Liwy Grazioso Sierra

 

Austin: University of Texas Press, 2004.

 

Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH.

 

El título del libro ("Antigua población común maya") despierta la imaginación acerca de la vida cotidiana de la mayoría de la población maya prehispánica. Aunque el tema ya ha sido abordado por especialistas, los investigadores que contribuyen en este volumen intentan entender el lugar y el papel de la gente común en la antigua civilización maya. El libro está dividido en tres secciones. La primera comprende la introducción y un artículo de contenido etnográfico. La segunda y más extensa sección está conformada por contribuciones de investigadores de la región maya que proveen información y perspectivas de aplicaciones a los estudios de la población común de los antiguos mayas, desde el Preclásico hasta el Posclásico. La tercera sección está compuesta por dos artículos sobre metodología y puntos de vista acerca de la manera de ver a la población maya del común.

El primer capítulo, de Lohse y Valdez, introduce el volumen y resalta los aspectos más importantes de cada contribución. También llama la atención sobre la falta de conocimiento acerca de la población común de los antiguos mayas, a pesar de que muchos investigadores han reconocido la necesidad de este tipo de investigaciones y análisis. Proporcionan comentarios acerca de como "ver" a la gente común en el registro arqueológico, ya sea en contextos domésticos, artesanales o ideológicos. Los editores enfrentan el hecho de que no todos los autores comparten la misma postura y ello refleja la realidad de los trabajos hasta el presente y enfatiza la necesidad de hacer mayor investigación al respecto.

Evon Vogt proporciona información de su estudio etnográfico realizado en los Altos de Chiapas en los años cincuenta. El valor que tiene son las observaciones sobre lo que podemos llamar la población común de nuestros días y sus actividades cotidianas. La información resulta muy valiosa para los arqueólogos en su intento por entender el pasado de estos pueblos.

La búsqueda de una relación entre la cerámica y el consumo de alimentos es el enfoque de la contribución de Terry Powis. De interés son no sólo los datos directos acerca de la cerámica y los alimentos del pueblo común, en contraposición con los de la elite, sino las implicaciones sociales, políticas y económicas. Aunque Powis se enfocó en contextos del Preclásico y los patrones son muy generales para discernir entre las distinciones de elite y no elite, queda claro que este enfoque podría tener gran valor al aplicarse a la sociedad maya más tardía (Clásico Temprano y Tardío).

Bárbara Arroyo presenta información y un acercamiento hacia la gente común de la costa sur de Guatemala. Aunque a los habitantes de esa región del Pacífico a menudo no se les considera como mayas, es muy importante incluir a esta región en el volumen ya que sus pobladores definitivamente interactuaron con dicho grupo. Los desarrollos a lo largo de la costa con frecuencia ocurren paralelamente a aquellos del área maya. El trabajo de Arroyo está bien estructurado, pues menciona al inicio ciertos problemas potenciales como el de definir población común y continúa con datos interesantes que empiezan desde el Formativo Temprano. El importante papel de la población común se refleja en ciertos aspectos del origen y de la evolución de las sociedades tempranas de la región. A pesar de que la información sobre la gente común de la zona es escasa, Arroyo proporciona información sobre las formas de las casas a través del tiempo y enfatiza la necesidad de más investigación específica.

En la contribución de Dunning se discute detalladamente el papel de la población común en la agricultura, con énfasis en el periodo Clásico. Toma una interesante perspectiva al analizar las "granjas" (farmstead) o áreas de cultivo de manera más amplia al incluir aquellas que se han definido tradicionalmente como unidades domésticas. Considerando que la gente común es la principal fuerza de trabajo (en el sistema agrícola), Dunning la considera conformada tanto por linajes desprovistos de tierra así como por miembros desposeídos de la sociedad. También observa lo que parecería obvio, pero que a menudo no se le da mucha importancia: el apabullante número de estructuras en el paisaje que alguna vez albergaron a la gente común, tan importante para el sostenimiento de la civilización.

Relacionados con el paisaje están los estudios de Lohse acerca de los asentamientos intrasitio y la organización de la población común cerca del centro de Dos Hombres en el noroeste de Belice. Propone un modelo de organización comunitaria para el Clásico Tardío donde mucha de la gente común podría haber tenido voz en la toma de decisiones. Las implicaciones de estos datos y este modelo tienen aplicación más amplia en muchas áreas de Mesoamérica.

Yaeger y Robin presentan datos interesantes de dos comunidades, San Lorenzo y Chan Noohol, que son parte del señorío de Xunantunich. Ellos enfatizan el valor de la investigación contextualizando a las pequeñas comunidades, ya que ellas tenían gran impacto en el crecimiento, desarrollo y la historia de los centros mayores.

El artículo de Inomata presenta un fascinante concepto y argumentación acerca de la movilidad social de los grupos no pertenecientes a la elite. Después de la significativa argumentación y definiciones relacionadas con la población común versus las elites, se aboca a la cuestión o concepto de movilidad por medio de cinco cuestiones teóricas. Aunque algunos aspectos de la movilidad social permanecen en duda, Inomata es convincente al proponer que "los grupos no de elite no estaban atados a un lugar fijo".

Masson y Peraza Lope proporcionan un panorama de la gente común en el Posclásico. Información derivada de los estudios en Mayapán, Laguna de On y Cayo Coco dejan claro que es difícil identificar los restos materiales de la población común. Concluyen revisando la identificación de la gente común teniendo como base un sitio específico y tratando de tomar datos de las actividades que probablemente eran de toda la comunidad, pero que a lo mejor eran emprendidas por la gente común.

Las últimas dos contribuciones se suman al volumen de manera significativa. Gonlin reitera la necesidad de realizar estudios acerca de la población común si queremos entender a la sociedad en general. Se discuten varios enfoques metodológicos y posteriormente se enfoca en las casas como elementos específicos para estudiar a la gente común. Un tema recurrente en varios artículos y que Gonlin señala es el "que la población común del periodo Clásico maya no era una entidad monolítica y que por lo tanto no se le debe tratar como tal".

El trabajo de Marcus va muy bien con este libro. En muchas formas también hubiera podido ser la introducción, ya que reseña mucha de la historia de la investigación acerca de la población común así como la definición y criterio para identificarla. Un punto importante es el hecho de que la población común es un sujeto amplio en donde existe la inequidad entre los propios comuneros y no sólo la desigualdad entre gente común y elite. Como Marcus afirma: "Un gran reto consiste en ponerle cara a la gente sin rostro, en convertir a un grupo estereotipado de gente común en individuos".

Por otra parte, con excepción de los capítulos de Vogt y Arroyo, los demás artículos se refieren a las tierras bajas mayas, en particular al área central, por lo que hubiera sido enriquecedor que el volumen hubiera incluido además contribuciones sobre las tierras bajas del norte e información de la época prehispánica de tierras altas. Cuando se habla de mayas es conveniente hacer un balance entre las diversas regiones, a menos que se especifique de cuales mayas se trata. No obstante, este volumen cubre una gran variedad de áreas y de información sobre el tema de la población común. Queda claro que es un tema complejo, pero que resulta crucial si realmente deseamos comprender a la civilización maya. Este libro es una valiosa aportación sobre el tema y es altamente recomendable para cualquier estudio sobre los mayas, Mesoamérica e inclusive para el estudio de otras sociedades antiguas.

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