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Diánoia

Print version ISSN 0185-2450

Diánoia vol.67 n.88 Ciudad de México May. 2022  Epub Nov 21, 2022

https://doi.org/10.22201/iifs.18704913e.2022.88.1898 

Reseñas bibliográficas

Carlos Sánchez, Emilio Uranga’s Analysis of Mexican Being. A Translation and Critical Introduction

Guillermo Hurtado1 

1 Instituto de Investigaciones Filosóficas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Correo electrónico: gmhp@unam.mx.

Sánchez, Carlos. Emilio Uranga’s Analysis of Mexican Being. A Translation and Critical Introduction. Bloomsbury Academic, Londres: Nueva York: 2021. 232p.


El libro más reciente de Carlos Sánchez es la puerta de entrada de Emilio Uranga a la filosofía anglosajona y, por lo mismo, a la filosofía mundial, porque, nos guste o no, el inglés se ha convertido en lo más cercano que hay a una lengua franca de la filosofía en el siglo XXI.

Emilio Uranga’s Analysis of Mexican Being es un indicio, acaso el más contundente, de que la historia de la filosofía en México se ha convertido en una disciplina bilingüe y binacional. La cantidad y la calidad de los estudios sobre filosofía mexicana que se hacen en los Estados Unidos ha crecido de manera impactante en la última década y, seguramente, esta tendencia seguirá en aumento en los próximos años. Quienes nos dedicamos en México a este campo de estudio no podemos sino congratularnos por esta nueva realidad. A decir verdad, se había tardado, si la comparamos con otras ramas de la historia de México, como la historia social o política. La próxima publicación del Journal of Mexican Philosophy, editado por el propio Carlos Sánchez y por Robert Sánchez, le dará un impulso todavía mayor al campo, impulso que había comenzado antes con la Newsletter on Hispanic/Latino Issues in Philosophy de la American Philosophical Association y el Journal of Inter-American Philosophy.

No se puede perder de vista que el interés por la historia de la filosofía en México desde los Estados Unidos no está desconectado de un renacimiento de dicho interés también en México. Después de un lapso en el que fueron pocos quienes se ocuparon del tema, desde hace varios años se observa un crecimiento considerable en las publicaciones especializadas sobre la historia de la filosofía mexicana. No es éste el sitio para hacer una lista de todas esas investigaciones, pero podemos decir con confianza que la cantidad y calidad de esos estudios supera todo lo que se había hecho antes. Un ejemplo de esta tendencia son los estudios sobre Uranga que han aparecido recientemente. Destaco el libro editado por Adolfo Castañón, Emilio Uranga. Años de Alemania (1952-1956), que incluye el diario que escribió Uranga durante su residencia en Alemania, su correspondencia con Luis Villoro y Alfonso Reyes, así como otros textos inéditos de ese periodo. Este libro, de más de 700 páginas, es un sumario de la investigación crítica más avanzada sobre el pensamiento de Uranga. Pero no sólo eso; quizá sea la obra más importante de este tipo que se ha publicado en años recientes sobre cualquier filósofo mexicano. Por lo anterior, podemos confiar en que la sintonía entre las comunidades filosóficas de México y los Estados Unidos anuncia un boom en el campo de la historia de la filosofía en México.

Aunque desde hace décadas figuras como Patrick Romanell (The Making of the Mexican Mind, 1952), Henry Schmidt (The Roots of Lo Mexicano, 1978), John Haddox (Vasconcelos of Mexico. Philosopher and Prophet, 1967), Ofelia Schute (Cultural Identity and Social Liberation in Latin American Thought, 1993) y James Maffie (Aztec Philosophy, 2014) nos habían ofrecido estudios de alta calidad sobre la filosofía mexicana, podríamos decir que sus trabajos habían sido el resultado de admirables esfuerzos solitarios. Hoy en cambio existe un grupo consolidado de especialistas que produce investigaciones de frontera en todos los campos de la disciplina, desde la filosofía prehispánica hasta la más reciente. Dentro de esta pléyade, destaca Carlos Sánchez tanto por la extensión como por la profundidad de su obra. Sánchez ha llegado a Uranga después de un largo recorrido. En 2012 publicó The Suspension of Seriousness. On the Phenomenology of Jorge Portilla. En 2016 Contingency and Commitment. Mexican Existentialism and the Place of Philosophy. En 2017, junto con Robert Sánchez, Mexican Philosophy in the 20th Century. Essential Readings. Y en 2020, junto con Francisco Gallegos, The Disintegration of Community. On Jorge Portilla’s Social and Political Philosophy.

La introducción de Sánchez a Emilio Uranga’s Analysis of Mexican Being es tan importante como la traducción misma. La mayoría de los estudios sobre Uranga se han escrito para el público mexicano. En cambio, Sánchez escribe para un público internacional. Además, para un público que sabe poco o nada sobre filosofía mexicana. Para remediar esta situación, Sánchez le brinda al lector los datos más importantes del contexto de la filosofía mexicana de la primera mitad del siglo XX. Asimismo, presenta a Uranga de tal manera que pueda resultar de interés incluso para alguien que apenas tenga una idea vaga de la filosofía mexicana de aquel periodo. Sin la introducción de Sánchez, el libro de Uranga no sería comprensible para la enorme mayoría de los lectores extranjeros. Incluso los lectores mexicanos del Análisis del ser del mexicano requieren conocer el contexto en el que se concibieron sus ideas, pues de otra manera resulta una obra difícil de entender. Y tanto los lectores nacionales como los extranjeros necesitan también contar con una introducción filosófica que desgrane los temas, los razonamientos y los conceptos centrales del libro. En mi reedición del Análisis del ser del mexicano que apareció en 2013 yo realicé esa tarea, pero ahora veo que mi introducción se ha quedado corta frente a los nuevos desarrollos y que mi selección de textos de Uranga sobre la filosofía de lo mexicano resultó incompleta. Es un hecho que cada vez entendemos mejor a Uranga y que eso se nota en los estudios más recientes. Por ejemplo, pronto contaremos con un libro de largo aliento de José Manuel Cuéllar en el que nos mostrará, con sumo detalle, la manera en la que el Análisis del ser del mexicano se fue construyendo a partir de 1948. En la esperada obra de Cuéllar también se destacarán otras influencias filosóficas de Uranga que, hasta el momento, no han sido suficientemente subrayadas.

El lenguaje teórico de Uranga en Análisis del ser del mexicano siempre tuvo mala fama. Osvaldo Díaz Ruanova acusó a Uranga de complicar su discurso con una terminología oscura cuando pudo haber dicho lo mismo con un lenguaje más claro. Tal sería la razón, aduce Díaz Ruanova, de que el libro no tuviera una mejor recepción entre un público más amplio. La acusación de Díaz Ruanova es injusta. Sin esa terminología, Uranga no hubiera podido formular las tesis de su ontología de lo mexicano. Por desgracia, dentro de la comunidad filosófica, e incluso de la más preparada, el lenguaje teórico de Uranga tampoco fue bien recibido. Para algunos, se trataba de una jerigonza que lo que ocultaba era, como alguna vez dijera Alejandro Rossi, “un grotesco enredo”. Ahora sabemos que los conceptos centrales de la ontología de Uranga no sólo son sólidos y tienen raíces hondas en las corrientes filosóficas de las que surgen, como la fenomenología alemana y el existencialismo francés, sino que, por lo menos algunas de ellas, como las de “zozobra” o “nepantla”, son aportaciones originales de Uranga a la filosofía mundial. Estos conceptos no sólo nos ayudan a entender el ser del mexicano, sino el ser humano en cualquier tiempo y momento. Además, son categorías que Uranga supo extraer de las dimensiones más profundas del pensamiento mexicano. La historia pone las cosas en su sitio. Ya nadie piensa que la filosofía de lo mexicano sea “un grotesco enredo”. Por si hiciera falta recordar la importancia de la filosofía de Uranga, podemos decir que es una irrupción en la historia de la filosofía occidental, entendida como una tradición greco-europea. Uranga entra sin pedir permiso al sanctasanctórum de esa tradición milenaria, la ontología, y una vez ahí dentro pone todo al revés. No hay nada equivalente en la filosofía mexicana ni en la filosofía latinoamericana ni en la filosofía americana entera, con la excepción de William James, quien también tomó por asalto la filosofía europea con su crítica a la definición tradicional de verdad y fundó una nueva tradición de pensamiento. Desde el balcón del siglo XXI, Uranga se nos muestra como uno de los filósofos más originales de todo el siglo XX. Tiene razón Sánchez cuando dice que, si bien la noción de accidentalidad es la noción más básica, más operativa de la ontología de Uranga, las de zozobra y nepantla son, acaso, sus contribuciones más importantes a la filosofía global. Por eso mismo, me parece que fue un acierto que Sánchez no intentara traducirlas al inglés y las dejara en su expresión original, en idioma español. Cualquier traducción hubiera distorsionado los conceptos. Y, por esa misma razón, tengo mis dudas sobre la traducción que ofrece Sánchez de la “corazonada” uranguiana como intimation. Yo me hubiera decantado por la más convencional hunch o, quizá, por no traducirla y dejarla en español, porque incluso en esa lengua la palabra “corazonada” tiene una riqueza de significaciones que ha sido aprovechada por otros filósofos hispanoparlantes, como Juan David García Bacca.

La prosa de Uranga es inconfundible. Se trata de uno de los grandes estilistas de la filosofía mexicana del siglo pasado. En momentos, su escritura es ágil, afilada, abundante en destellos aforísticos. En otras ocasiones, se torna densa, no sólo por sus giros conceptistas y sus peculiares neologismos, sino por la complejidad misma de los temas de los que se ocupa. Pues bien, yo diría que Sánchez acabó con el mito de la ininteligibilidad de la filosofía de Uranga, ya que ¡se lo lee con sorpresiva facilidad en inglés! Esto es un mérito del traductor, por supuesto. No está de más recordar que no se traduce del español al inglés. Eso es una abstracción o, cuando mucho, eso es lo que hacen las máquinas traductoras. Lo que normalmente sucede es que se traduce de un español o un inglés. En este caso, el Análisis del ser del mexicano se tradujo del español de Emilio Uranga al inglés de Carlos Sánchez. La coincidencia entre estos dos idiolectos ha resultado muy afortunada. Cuando Uranga habla por la voz de Sánchez, su mensaje adquiere una insólita transparencia.

Nunca olvidaré que la primera vez que leí el Análisis del ser del mexicano quedé impactado por el espejo de obsidiana que Uranga nos plantaba en sus páginas, un espejo de piedra negra en el que los mexicanos podíamos ver nuestro reflejo más profundo. Desde entonces he releído el libro incontables veces y cada una de ellas me resulta distinta. Ahora, cuando lo leo en inglés, la sensación de extrañeza es difícil de explicar. Quizá es una cuestión de costumbre. Lo más importante, sin embargo, es que al leerlo en ese idioma puedo constatar que el camino de autodescubrimiento que nos ofreció Uranga no sólo estaba pensado para los mexicanos, sino para todos los seres humanos. Uranga quería que todos los humanos encontraran en la accidentalidad del mexicano su propia accidentalidad soterrada y que aprendieran a adoptarla para llevar así una existencia más auténtica. El espejo de obsidiana uranguiano tiene la magia de poder reflejar el rostro oculto de cualquier ser humano. Recuerdo que cuando impartí en Jerusalén un curso sobre el Laberinto de la soledad, quedé asombrado de que mis alumnos, tanto israelíes como palestinos, me aseguraran que se reconocían en el mexicano descrito por el poeta. Ahora que la obra de Uranga está en inglés, estoy seguro de que los lectores de cualquier parte del mundo descubrirán en ella facetas de sí mismos que no conocían.

Carlos Sánchez es, sin duda, uno de los principales impulsores de una Mexican Philosophy en gestación no sólo por sus estudios sobre la historia de la filosofía mexicana, sino por sus reflexiones filosóficas sobre fenómenos actuales como la violencia del narcotráfico que afecta por igual a nuestra comunidad en ambos lados de la frontera. Su traducción del Análisis del ser del mexicano es un paso más en la construcción de ese nuevo camino para la filosofía contemporánea.

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