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Diánoia

versión impresa ISSN 0185-2450

Diánoia vol.64 no.82 Ciudad de México may. 2019  Epub 12-Mayo-2020

https://doi.org/10.22201/iifs.18704913e.2019.82.1540 

Reseñas bibliográficas

Niels Engelsted, Catching Up with Aristotle. A Journey in Quest of General Psychology, Springer (Springer Briefs in Psychology), Copenhague, 2017, 157 pp.

José María Llovet Abascal* 

1 Universidad Panamericana, Departamento de Humanidades

Engelsted, Niels. Catching Up with Aristotle. A Journey in Quest of General Psychology. Springer, Copenhague: 2017. 157p.


Este libro es un intento de rehabilitación de la psicología general, i.e., de una teoría comprensiva y sistemática de la psique humana. El autor, Niels Engelsted, se propone rehabilitar la psicología general a través, por un lado, de la filosofía de Aristóteles y, por el otro, de la historia de la psicología.

Este proyecto responde a lo que se ha llamado desde principios del siglo XX “la crisis de la psicología”: si la psicología es una ciencia -al menos con esas pretensiones se fundó en la década de 1870-, ¿cómo se puede explicar su estado de “incoherencia teórica” y de “incomprensión y conflicto” (p. 5)? ¿Cómo es que han proliferado tantas escuelas y tantas teorías inconmensurables entre sí, creando lo que George Miller llamó un “zoológico intelectual”? Engelsted denuncia el despropósito de intentar construir una ciencia sin abordar el problema de cuál es exactamente su objeto, lo cual implica determinar también cuál es el lugar que ocupa dentro de las ciencias de la naturaleza. El proyecto de Engelsted no es alcanzar una psicología general verdadera o bien fundada, sino más bien proveer a la psicología de un mapa “de la arquitectura de su dominio” (p. 6).

¿Por qué recurrir a la filosofía de Aristóteles para rehabilitar la psicología general? Según Engelsted, por más que muchos de los contenidos de la psicología aristotélica hayan sido falseados, está más adelantada que la psicología contemporánea desde la perspectiva de su “alcance y su intención”. La taxonomía que Aristóteles propone en sus tratados sobre la naturaleza es una “psicología general que traza la arquitectura del dominio psicológico desde las funciones animales más básicas hasta los rasgos propiamente humanos” (p. 10). Aunque no es evolutiva, la concepción aristotélica de la naturaleza supone una continuidad entre todos los seres vivos y exige una explicación sistemática de todas las funciones atribuidas al alma. Según Engelsted, en la aproximación aristotélica a la psicología está la solución a la crisis de la psicología: sólo hay que “ponerse al día con Aristóteles”, como reza el título del libro.

El autor ofrece un repaso de la historia de la psicología y reconoce en ella tres episodios fundacionales: primero, el nacimiento de la psicología en el siglo IV a.C., obra de Aristóteles, en el contexto de la oposición entre el naturalismo de Demócrito y el idealismo metafísico de Platón; segundo, en el contexto de la revolución científica del siglo XVII, el surgimiento de una psicología mecanicista, muy influida por Galileo y que se atribuye, sobre todo, a Hobbes; en ter-cer lugar, el surgimiento de tres corrientes psicológicas en la década de 1870: la psicología experimental de Wundt, la ciencia experimental del cerebro de Sechenov y la fenomenología empírica de Brentano. Según Engelsted, la crisis de la psicología se debe a la estricta separación entre estas diferentes corrientes psicológicas que se concentran en un ámbito o una perspectiva particular del fenómeno psicológico y cierran la posibilidad de que éste se estudie desde otro punto de vista o en otro nivel de análisis. Lo que propone es desarrollar una psicología general que sea al mismo tiempo materialista y biológica, fenomenológica y epistémica, y cognitiva en un sentido amplio -que incluya lo emotivo y lo conativo-: que sea al mismo tiempo una fenomenología real y una epistemología naturalizada (p. 20). Para ello, hay que integrar en una visión unificadora todas las manifestaciones de la psique en sentido aristotélico: ¿cómo se puede conectar, por ejemplo, el conductismo animal con el constructivismo social? Según Engelsted, la clave está en recuperar la taxonomía bio-psicológica de Aristóteles y establecer cuatro subdominios independientes pero interrelacionados: el subdominio de la sintiencia (seres vivos), el subdominio de la intencionalidad (animales), el subdominio de la mente (los mamíferos) y el subdominio de la conciencia (los seres humanos).

Por “sintiencia” Engelsted no entiende lo que Aristóteles llamó o Kant Wahrnemung, sino más bien una capacidad presente en todos los organismos en el nivel celular que les permite a las células recoger información del entorno e interactuar con él. Asegura que este nivel de análisis psicológico es en la actualidad el más misterioso de todos y sólo puede accederse a él desde la mecánica cuántica. De acuerdo con esto, el sistema nervioso de un ser vivo no produce la sintiencia, sino que sólo la procesa -y todo organismo, en la medida en que tiene células, es sintiente, incluso si no tiene sistema nervioso-.

Engelsted aborda los temas de la intencionalidad, la mente y la conciencia con las directrices propuestas por Aristóteles en De anima, los Parva naturalia y los tratados biológicos, pero con el lenguaje y los contenidos de la ciencia moderna. Las funciones del alma sensitiva se explican en términos de intencionalidad, mientras que la mente se describe como una máquina informática con inputs y outputs -según Engelsted, esto no se distancia demasiado de lo que Aristóteles observa en los animales que poseen -. La mente es, entonces, una internalización de la intencionalidad (p. 51). Por su parte, la conciencia es un rasgo propiamente humano, algo que hace de los humanos seres cualitativamente diferentes al resto de los animales: en contra de la opinión de Darwin, Engelsted cree que los procesos evolutivos no sólo producen diferencias de grado entre los seres vivos, sino también diferencias cualitativas gracias a las cuales podemos hacer distinciones tajantes entre algunas especies y otras y afirmar que en algunas se dan rasgos o capacidades propias. La conciencia, según esto, no se da en ningún otro animal, ni siquiera en un grado menor.

Engelsted se propone explicar el surgimiento de la conciencia humana a través de la búsqueda de un suceso detonante: según esto, un grupo de protohumanos -ya predispuestos biológicamente- se habría visto obligado a despertar a la vida de la conciencia como una forma de adaptarse a una situación particular. La conciencia no fue el producto de una actividad determinada -la socialización, la filantropía, el trabajo, la caza en manada-, sino sólo el ejercicio de una capacidad adquirida por vía mutativa y que trajo de manera inmediata enormes ventajas para la supervivencia y la proliferación de la especie. De acuerdo con el autor, lo que detonó el surgimiento de la conciencia humana fue lo absurdo de la situación a la que debieron enfrentarse los primeros homínidos que reservaron la caza para los machos y la recolección para las hembras. De acuerdo con esta forma de organización, el macho habría adquirido el papel de proveedor y protector, pero tarde o temprano habría tenido que presentarse ante la hembra en busca de alimento. La conciencia habría surgido entonces como respuesta a lo paradójico e incluso humorístico (p. 95) de esta situación. Mediante el aparato conceptual de los idealistas alemanes, Engelsted explica en forma dialéctica el origen de la conciencia: volverse cazador implica para el adolescente negar su condición de niño dependiente de la hembra, pero luego la necesidad lo hace regresar a esta condición, sólo que ya no en su estado original, sino a través de la negación de la negación. Tal situación, asegura Engelsted, habría sido posible gracias a la plusvalía generada por la recolección de los grupos de hembras: su capacidad de recolectar más de lo que se necesitaba para la mera supervivencia habría hecho posible que los machos se dedicaran a la caza sin poner en riesgo la supervivencia de la horda, pues cuando los machos no conseguían carne de todas maneras todos podían seguir alimentándose sólo con lo que recolectaban las hembras.

Una vez que Engelsted ha resuelto, al menos en su opinión, el misterio del origen de la conciencia, se propone explicar cómo fue que las protosociedades tribales se transformaron a medida que descubrían el lenguaje, el matrimonio, la agricultura, la esclavitud, etcétera. En la última parte del libro Engelsted combina conocimientos de antropología social, lingüística, filosofía política, social y económica, e incluso bioarqueología, lo que resulta en varios capítulos confusos y poco rigurosos en los que se trata de manera superficial y un tanto desarticulada un sinfín de materias, como la situación actual de la mujer en el mundo y la defensa de sus derechos, la práctica del canibalismo en algunas sociedades primitivas, la práctica del totemismo y el origen de los tabúes, entre otras.

El libro de Engelsted es, me parece, una prueba fehaciente de lo complejo que es hacer hoy en día una antropología filosófica, pues en realidad lo que quiere hacer no es una “psicología general”, sino, me parece, una antropología filosófica, es decir, una teoría integral del ser humano que considere lo que sabemos sobre él a partir de las ciencias de la naturaleza y de las ciencias del espíritu. Se trata de integrar la filosofía, la biología, la historiografía, la sociología, la psicología y cualquier disciplina que pueda decir algo relevante sobre el ser humano. Incluso si un proyecto semejante es posible, el libro de Engelsted no contribuye a mostrarlo. El resultado final es una colección de tesis desarticuladas y a veces pobremente argumentadas. El autor reconoce que lo importante de su libro no es tanto el contenido, sino el proyecto que propone: el trazo del “mapa de la arquitectura del dominio de la psicología general”. Sin embargo, nunca se eleva a un plano metateórico para dibujar tal mapa y explicar así, por contraste, el origen de la crisis de la psicología; tampoco reflexiona sobre el método o el conjunto de métodos que harían posible la psicología general. Afirma que habría que ponernos al día con Aristóteles para avanzar en la dirección correcta, pero nunca queda muy claro en qué consistiría eso exactamente -y al final el espacio dedicado a Aristóteles es mínimo, lo cual no necesariamente representa un problema en sí mismo, pero sí cuando “Aristóteles” está en el título del libro-. Con todo, creo que el libro de Engelsted es valioso como un recorrido ameno y erudito por algunos momentos clave de la historia de la psicología. Resultará informativo para quien desee tener un panorama muy general de los diversos problemas científicos y filosóficos que provocaron el surgimiento de la psicología moderna y resultará sugestivo para quien esté interesado en la posibilidad de una antropología transdisciplinar.

Referencias Bibliográficas:

Niels Engelsted , Catching Up with Aristotle. A Journey in Quest of General Psychology, Springer (Springer Briefs in Psychology), Copenhague, 2017, 157 pp. [ Links ]

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