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Diánoia

versión impresa ISSN 0185-2450

Diánoia vol.53 no.60 Ciudad de México may. 2008

 

Reseñas bibliográficas

 

Laura Benítez y José Antonio Robles, De Newton y los newtonianos: entre Descartes y Berkeley

 

Alejandra Velázquez Zaragoza

 

Editorial Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2006, 375 pp.

 

Escuela Nacional Preparatoria/Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional Autónoma de México. avelazquezz@hotmail.com

 

En los siglos XVII y XVIII el desarrollo de la ciencia nueva o filosofía natural seguía caracterizándose, como en los siglos precedentes, por su estrecho vínculo con las adhesiones teológicas y metafísicas de sus autores. Ni las teorías, ni los métodos, ni los productos científicos de estos filósofos naturales se obtuvieron al margen de sus convicciones religiosas y ontológicas fundamentales, las cuales deben explorarse si se desea tener una comprensión cabal del quehacer científico del periodo. De este modo, preguntas como ¿cuál es la sede de Dios?; ¿cómo el Creador se hace presente en el mundo creado?; si Dios ha creado el mundo, distinguiendo su creación de sí, ¿tiene sentido concebir la creación como algo "fuera de Dios"?, ejemplifican la clase de interrogantes que estos científicos tenían en mente y de cuyas respuestas a menudo se derivaron teorías cosmológicas y espaciales, de la materia, de la percepción, etcétera.

En este libro, Benítez y Robles examinan las raíces teológicas y metafísicas de la filosofía experimental de Newton y señalan que, además de haber abordado una amplia variedad de temas, este notable científico nutrió su teoría acerca de la naturaleza del espacio, de la materia y de las fuerzas asociadas a ésta, tanto de sus convicciones teológicas (relativas, por ejemplo, a la presencia y acción de Dios en el mundo), como de su preocupación por combatir el escepticismo, derivado en su opinión del dualismo cartesiano.

En este sentido, la intención de los autores, según nos lo hacen saber en el prólogo, es alejarse de las lecturas prejuiciadas, de cuño positivista, que pretenden entregar al lector un Newton "depurado", soslayando las preocupaciones teológicas, alquímicas, escépticas y panteístas del resto de la filosofía natural de este autor.

La presentación de Shahen Hacyan introduce de manera amable y oportuna al lector, pues destaca, de entre otros aspectos biográficos de Newton, su afiliación al arrianismo, influyente corriente del cristianismo del siglo IV —después declarada herejía— de acuerdo con la cual Cristo es aceptado como hijo de Dios, pero no como consustancial al Padre; por ello, se trata de una doctrina antitrinitaria. La ironía del destino, observa Hacyan, consiste en que Newton estudió, paradójicamente, en la Universidad de Cambridge, adscrito al Trinity College.

Por otra parte, el investigador especializado encontrará un conjunto de textos que permiten adentrarse y profundizar en ámbitos aún insuficientemente explorados del pensamiento newtoniano. En efecto, el libro pone al alcance del estudioso la traducción al castellano, inédita, de dos textos tempranos de Newton ("De gravitatione et aequipondio fluidorum" y "De aere et aethere"), así como una serie de numerosos, ilustrativos y eruditos comentarios (escritos por Robles) al primero de estos textos, el cual se traduce en parte; así como un par de ensayos (elaborados por Benítez) que analizan el segundo, mismo que se presenta traducido en su totalidad.

El investigador dispondrá, además, de una serie de ensayos, separados en dos bloques, que ubican al lector en el amplio y rico contexto de las discusiones que dan marco y sentido a las preocupaciones de Newton. El primer bloque de ensayos, escritos por Laura Benítez, permite encontrar en la filosofía natural de René Descartes uno de los referentes de mayor importancia para entender el pensamiento de Newton, por cuanto éste se erige en oposición y enfrentamiento, en diversos aspectos, al cartesianismo. En el segundo bloque de ensayos, José Antonio Robles muestra los diversos puntos de contacto que podemos hallar en las teorías de George Berkeley y Newton, a quien considera un berkeleyano avant la lèttre.

Cada uno de estos ensayos pone de relieve, de manera muy original y propositiva, facetas particulares de la relación Descartes–Newton o Newton–Berkeley, fruto del estudio paciente y riguroso que Benítez y Robles han dedicado al examen de estos temas. En los escritos de Benítez, las herramientas metodológicas para el estudio de la historia de la filosofía, que ha venido elaborando a la luz de sus avances en la investigación del pensamiento filosófico de la Modernidad, le proporcionan, como en otras de sus obras, un fructífero servicio. De este modo, tras analizar la temprana concepción de materia que Newton expone en "De aere et aethere", Benítez descubre que ésta muestra a su autor alojado en una ruta de compromisos metodológicos, denominada: vía de reflexión epistemológica. Esta caracterización de la materia, similar a la que sostiene Descartes, asume como punto de partida la homogeneidad constitutiva. En palabras de Benítez:

si todos los cuerpos (minerales, líquidos, vegetales, etc.) pueden dividirse en partes hasta llegar a aire y éste, a su vez, se puede dividir hasta llegar a éter, entonces hay una homogeneidad material y ello no sólo es un principio cartesiano, sino que se encuentra en la vía de reflexión epistemológica desde la Baja Edad Media y con mayor énfasis en el Renacimiento.1

Sin embargo, en este mismo escrito, podemos apreciar el tránsito del autor hacia otra ruta metodológica; a saber, aquélla de la vía de reflexión crítica, pues, a diferencia de los corpuscularistas ortodoxos, Newton incorpora su noción de fuerzas "asociadas a la materia" y rechaza la concepción plenista del espacio aproximándose a las nociones del espacio interno y del atomismo. Son desacuerdos ontológicos y metodológicos los que alejan a Newton de sus predecesores en la filosofía natural y estas diferencias lo conducen, según nos explica Benítez, a sustituir los principios de la metafísica, propios de la filosofía cartesiana, por los principios matemáticos de la filosofía experimental.

En sus ensayos, Robles ofrece al lector, de una manera detallada, sugerentes asociaciones y enlaces de los argumentos en estudio con argumentos similares que han desarrollado filósofos y científicos en otros contextos históricos, del pasado o posteriores. Esta habilidad, muy poco frecuente, de José Antonio Robles como historiador, por cuanto requiere una amplia cultura filosófica y gran capacidad de análisis fino, se orienta en este volumen a dar cuenta de las adhesiones teóricas que emparentan a Newton y Berkeley (también, en algún caso, a Boyle), alejándolos, en contraste, del enemigo común: Descartes, a quien estos pensadores se oponen en vista de que en éste encuentran, al menos: (1) una teoría del sustrato que juzgan enteramente prescindible, en vista del fenomenismo e instrumentalismo hacia el cual encaminan sus filosofías; (2) el dualismo mente–cuerpo, cuya relación estiman imposible y motivo ineludible para sucumbir al escepticismo; (3) la identificación de materia y extensión inherente al plenismo y su concepción del movimiento relativo, pues ésta cancela la inteligibilidad del movimiento, y (4) el intelectualismo con respecto a la acción, inmutable, de Dios (potentia dei ordinata) que consideran, limita la voluntad divina. Así, la adopción del fenomenismo y del instrumentalismo, el rechazo al dualismo sustancial en favor de un monismo de cuerpos y de espíritus extensos, la defensa de la concepción del espacio externo, así como del voluntarismo divino, son algunos de los rasgos que comparten Newton y los newtonianos, oponiéndose a Descartes. A través de los comentarios a "De gravitatione..." y de sus ensayos, Robles nos explica que la concepción newtoniana del espacio, como emanación de la divinidad, es solidaria de la manera en que Newton concibe la presencia y acción de Dios en el mundo: "estamos contenidos en el seno de Dios; no hay distancia entre la divinidad y su Creación", Dios está cuidando permanente y plenamente el universo, pues éste es parte de su misma esencia divina.

Tras la revisión del volumen, el lector ratificará que el objetivo de presentar una lectura de la obra de Newton, alejada de la orientación positivista, se alcanza con creces ya que, con precisión analítica y gala de erudición, sin menoscabo de la claridad expositiva, Benítez y Robles diseñan un libro destinado a convertirse en una verdadera herramienta de trabajo tanto para el investigador especializado, como para el estudioso incipiente.

 

NOTAS

1 L. Benítez, "Sobre la noción de materia en el 'De aere et aethere' de Isaac Newton", p. 146.        [ Links ]

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