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Revista mexicana de ciencias políticas y sociales

versão impressa ISSN 0185-1918

Rev. mex. cienc. polít. soc vol.56 no.211 Ciudad de México Abr. 2011

 

Presentación

 

El presente número reviste de importancia particular, no tanto por su contenido –interesante de por sí–, sino por el simbolismo en él implícito. No sólo abre año, sino que configura también un doble mensaje: de bienvenida –siempre alegre y festivo– y de despedida –con frecuencia triste y sombrío. Desde la primera palestra, el ejemplar 211 presenta un Consejo Editorial renovado que incluye, entre otros, a tres grandes de la investigación social a nivel mundial: Bernardo Kliksberg (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD), Philip Oxhorn (Universidad McGill en Montreal, Canadá) y Michel Wieviorka (Centro de Análisis e Intervención Sociológicas, CADIS, de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París, Francia). Estamos ciertos que su participación redundará en la optimización, tanto de forma como de contenido, de nuestro órgano editorial. De aquí la salutación.

Desde la segunda, nos duele decir adiós a otro grande: Juan Brom Offenbacher, fallecido el pasado 28 de marzo. Su partida, sin embargo, nos deja por lo menos un destello más de la luz que acostumbraba desperdigar: la grandeza de su aporte intelectual que seguirá honrando su memoria como profesor (emérito); su perfil como investigador (estimado); su quehacer como historiador (esencial) y su bonhomía como formador (egregio). En las últimas páginas de este número, encontrará el lector –como postrera herencia de toda una vida de pundonor, honestidad intelectual y valentía ante el infortunio–, uno de sus últimos legados. Por ello el adiós.

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Sin duda alguna la muerte reviste uno de los misterios más grandes de la vida. Como problemática existencial está presente en la filosofía y la religión de variadas maneras. Una de ellas es el símbolo. Más allá de metafísicas y escatologías, no hay duda de que éste, como muchos otros fenómenos histórico–culturales, priva sobre creencias, moldea imaginarios y esculpe, aquí y allá, esperanzas o frustraciones (y, en el caso específico del símbolo mortal, bienaventuranzas o amenazas, etapa de cambio o tiempo final). Sin tener realidad física, el símbolo ha sido protagonista central de la historia y tenido impacto y trascendencia en culturas, movimientos sociales y gente. Por su importancia, los símbolos han sido pasto de estudios y ciencias ad hoc, pues el hombre, amén de homo faber, es también un gran productor de ellos, de imágenes y sueños que coadyuvan a bien definirlo como complejamente humano. En este sentido, Blanca Solares publica, en la primera de nuestras tradicionales secciones, Perspectivas Teóricas, el artículo "Gilbert Durand imagen y símbolo, o hacia un nuevo espíritu antropológico". En este trabajo, la autora analiza el pensamiento del antropólogo y crítico de arte francés con énfasis en su noción de símbolo (homo symbolicus), punto de inflexión clave para la comprensión de la hermenéutica de este autor en general, de la ciencia de lo imaginario en particular. Penetrar–comenta la autora– en el significado de las imágenes de sentido o arquetipos que configuran la concepción de la existencia del hombre es conocer las imágenes que estructuran a los distintos complejos culturales y orientan el significado de sus vidas. Quizá sea ésta una de las tareas más urgentes de las "ciencias del hombre" o del "nuevo espíritu antropológico", espíritu eminentemente simbólico, ergo, humano.

Lo simbólico, llevado al cambo de la política, deviene generalmente en instrumento de poder que, a través de un imaginario social, impone modas, moldea ideas, fija tendencias o arma prospectos. La unipolaridad, la globalización, el neoliberalismo, entre muchos otros, pueden ser tomados como símbolos de una época determinada ante los cuales las sociedades se sienten identificadas, ora por la aceptación ora por el rechazo hacia ellos. Asimismo con el dominio y la hegemonía cuando son utilizados como instrumentos de análisis para entender las problemáticas de la siempre candente arena internacional. En este sentido, ¿Hegemonía o dominio norteamericanos en los inicios del siglo XXI?, de Francisco Dávila, es muestra patente de ello. En esta colaboración, con la que abre la sección Cuestiones Contemporáneas, el símbolo de una época que fenece –la hegemonía unipolar norteamericana– se convierte en el símbolo de otra que inicia –el dominio estadounidense vis–à–vis el de la Unión Europea. A través de su texto, el autor analiza las relaciones tirantes y hasta conflictivas que se han presentado entre estos dos bloques de poder que, palmo a palmo, se disputan en el presente el control mundial, sea mediante la imposición de la fuerza y la violencia (dominio), sea a través de la influencia de sus respectivas ideologías (hegemonía). En este juego y contrajuego, resulta evidente que la necesidad de distribuir el poder y encarar, como una mega unidad económico–política, los retos diversos que le aguardan a la humanidad en este todavía muy joven siglo XXI, se haga cada vez más perentorio.

Las grandes decisiones globales pasan por encima del hombre común y corriente; las delicadas estrategias del equilibrio geopolítico mundial suelen trascender la perspectiva ciudadana. Es poca la incidencia que la sociedad civil suele tener en las prospectivas de invasión de un país, en la firma de tratados de todo tipo, en la imposición de sanciones a tal o cual nación o en el querer, o no, solventar desde la cuestión climática mundial a las hambrunas africanas. Pero donde sí tienen decisiva actuación y su proceder resulta definitorio, es en las políticas internas de los Estados. Entonces, la participación ciudadana se convierte, en no pocos regímenes, en fiel de la balanza. Pero, ¿qué tanto?; ¿hasta dónde realmente la ciudadanía tiene el poder de convocar e incidir?; ¿en qué medida la democracia participativa permite a la ciudadanía la toma de decisiones?; ¿bajo qué condiciones las nuevas instituciones de participación incrementan el poder ciudadano o, por el contrario, quedan atrapadas bajo el control de los partidos y/o gobiernos? A través de una investigación de carácter comparativo, Orígenes y contradicciones de la participación ciudadana institucional. Análisis de las experiencias de Buenos Aires, Montevideo, Barcelona y Zurich, Yanina Welp y Cecilia Schneider analizan tales preguntas justifican la relevancia del contexto político institucional como dimensión explicativa; proponen una tipología de la participación ciudadana y aventuran posibles explicaciones que permiten al lector mejor comprender la no siempre fácil relación entre poder ciudadano, conveniencia partidista y política nacional.

En Sociedad y Política, dedicada por lo general a exponer las diversas problemáticas de nuestro país, publicamos un segundo estudio comparativo: La interacción entre los partidos políticos y los grupos parlamentarios: estudio comparativo entre España y México, de Gema Sánchez. En él, la autora analiza la relación que se entabla entre los partidos políticos y sus grupos parlamentarios para determinar la influencia que ejercen los primeros sobre los segundos en la Cámara baja. A través del muestreo de los principales institutos políticos de ambos Estados (el PP y el PSOE; el PRI y el PAN, respectivamente) y las diferencias entre el parlamentarismo español y la diputación mexicana, el artículo explora hasta qué punto parlamentos y cámaras están perdiendo relevancia a favor de los partidos políticos y qué papel desempeñan aquéllos en éstos. Algunas de sus conclusiones mueven a la reflexión: que los grupos parlamentarios son órganos de la cámara pero con una gran interdependencia con sus partidos políticos; que la autonomía de los grupos parlamentarios se encuentra continuamente condicionada por el control que ejerce el aparato de los partidos políticos.

Más allá de la gran política mundial, de la participación ciudadana nacional o de las incidencias de partidos y parlamentos en lo estatal, un cuarto nivel del juego político es pasto también del material de este número: el regional, más específicamente el de la –recordando al inolvidable Luis González–, matria. En efecto, la segunda contribución de esta sección, La política en San Francisco Oxtotilpan, aborda una problemática que si bien resulta lejana por su impacto nacional, es necesaria su comprensión por su influencia zonal. En su trabajo, Leif Korsbaeck, desde la herramienta teórica de la antropología política, aborda la problemática de esta pequeña comunidad indígena del Estado de México para, a través de ella, explicar un asunto asaz más complejo y trascendente que impacta, ése sí, el desarrollo nacional: la rivalidad que en México se suscita aún entre tradición y modernidad, colectivismo e individualismo, religiosidad y secularismo Trío necesario si lo que se desea es entender con seriedad el origen de no pocos de los problemas sociales que, lamentablemente, aún aquejan, con dolor, el devenir de nuestra patria; trío necesario si lo que se pretende es entender el porqué en San Francisco Oxtotilpan simplemente gobierna el pueblo, afirmación tan cierta como la gente que la ha hecho posible.

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El número cierra con cuatro reseñas. En la primera de ellas, "El espejo astillado", José Araque disecciona el libro de José Antonio Rivas Leone, En los bordes de la democracia La militarización de la política venezolana. En ella, se nos presenta este interesante volumen como una radiografía del deterioro de los partidos así como de las reiteradas distorsiones y crisis de gobernabilidad que el sistema venezolano ha padecido en sus dos últimas décadas, desde el abordaje del populismo radical y revolucionario que encarna Chávez hasta militarización de la política en la Venezuela contemporánea. Cualquier lector del texto percibirá que éste pretende ser (amén de una rigurosa investigación aderezada con cuadros, tablas y una bibliografía amplia, actualizada y especializada sobre democracia, partidos y procesos políticos, gobernabilidad y militarismo) seria advertencia para todos aquellos que aspiran y/o suspiran aún por estos modelos de gobierno.

Finalmente, el postrero adiós de Juan Brom quien nos lega, en "La sorprendente aportación de un fisiólogo al conocimiento de la historia", tres reseñas que en su momento hiciera de algunos de los textos de Jared Diamond y que, por los imponderables que suelen atestar la buena voluntad de los hombres de bien, nunca conocieron la luz... hasta ahora: Armas, gérmenes y acero. La sociedad humana y sus destinos; Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen y El tercer chimpancé. Origen y futuro del animal humano. Lástima que el amanecer de su publicación llegara al mismo tiempo que el ocaso de su autor. Y si bien es cierto aquello de que "vale más tarde que nunca", no dejamos, como la máscara del teatro griega, de lamentarnos por su partida, pero, al mismo tiempo, consolarnos por la luz que nos deja. Hasta siempre Maestro.

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