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Cuicuilco

versión impresa ISSN 0185-1659

Cuicuilco vol.21 no.60 México may./ago. 2014

 

Reseñas

 

Las TIC en los desarrollos habitacionales de México

 

Miguel Ángel Adame Cerón

 

Maximino Matus Ruiz y Rodrigo Ramírez Autrán (coords.), Las TIC en los desarrollos habitacionales de México, México, Fondo de Información y Documentación para la Industria (Infotec), 2013, 189 pp.

 

Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH.

 

Se trata de un libro innovador respecto de los estudios antropológicos y etnográficos tradicionales sobre espacios habitacionales en barrios, colonias, unidades urbanas, periurbanas, suburbanas o rururbanas. Es coordinado y en buena medida escrito por dos antropólogos jóvenes que investigan problemáticas contemporáneas a partir de un proyecto bien estructurado y proyectado, y además ordenada e integralmente expuesto en sus resultados desplegados a lo largo de todo el libro. Llama la atención esto último, pues eso facilita enormemente su lectura y entendimiento, con el plus, que es de alabar, de que está escrito con claridad y precisión.

A continuación expongo brevemente algunos aspectos por los que considero que este libro es innovador en la literatura de la etnografía urbana.

En primer lugar, se trata de un estudio comparativo de siete unidades habitacionales, y digo unidades porque, por lo leído en el libro, queda en duda si realmente o en qué sentido se podrían llamar "desarrollos" (concepto que habría que discutir y en el que habría que profundizar). Las unidades están ubicadas y clasificadas en diferentes regiones, zonas y niveles de tamaño, aunque predominan las ubicadas en el norte del Estado de México; es cierto que es una muestra pequeña, pero mínimamente suficiente en su representación y su caracterización para hacer un diagnóstico antropológico de sus dinámicas socioeconómicas y político-culturales internas, y de sus vínculos externos, como se plantea al final de libro. A lo largo de éste van reconociéndose los diferentes actores colectivos involucrados en relaciones tensas y de negociación. Dichos actores y relaciones se presentan, es decir, se reconstruyen en la investigación, como comunes a las siete unidades, algo que casi no se realiza en estudios etnográficos.

También considero que el equipo de trabajo de cuatro investigadores, dos de ellos antropólogos (no se sabe si los otros dos también lo son), manejó perspectivas, metodologías y lenguajes de redacción unificados, lo que tiene sus ventajas para su accesibilidad a los lectores.

En segundo lugar, el hilo conductor de la investigación es la cuestión tecnológica, específicamente las tecnologías actuales llamadas de información y comunicación (TIC). En México existen pocas etnografías sobre ellas en sus variados aspectos, aunque van en crecimiento dada la centralidad y el impacto que están teniendo en la vida sociocultural de individuos, familias, comunidades, empresas, gobiernos, etc. Por ello este libro abona en este rubro, que considero va a ser cada vez más importante y que va a estar ubicuamente presente en los estudios venideros, no sólo los antropológicos sino los de todas las llamadas ciencias sociales. Es un tema nodal que llegó definitivamente para quedarse.

El tercer aspecto innovador que quiero destacar aquí es que tanto las unidades habitacionales seleccionadas como el eje tecnológico de las TIC está asociado a proyectos de una institución de fomento a la vivienda de los trabajadores (Infonavit), lo que hace que la investigación misma sea antropología aplicada en vinculación directa con esa institución tripartita (gobierno, trabajadores y empresas). Esto obviamente tiene ventajas y desventajas en relación con la libertad y la ética de la investigación etnográfica y antropológica. Sin embargo, considero que el proyecto de investigación ejecutado, aunque está anclado en los proyectos y subproyectos, mantiene niveles de exploración y creatividad investigativa a partir de los aspectos y las problemáticas detectadas en campo y en su relación con los conceptos y enfoques manejados por los autores.

Un cuarto aspecto innovador en cuanto a los hallazgos de esta investigación es que el eje de las tecnologías de información y comunicación en sus implementaciones, en sus expectativas, en sus promesas, en sus fraudes, en sus limitaciones, y en su aplicabilidad y uso en los actores (sobre todo y principalmente de los habitantes ciudadanos de los siete conjuntos habitacionales), sirve como sonda para detectar y dar cuenta de situaciones, relaciones y problemas socioeconómicos, políticos, culturales y morales macros, mesos y micros. En suma, se describen, analizan y comentan antropo-etnográficamente problemáticas integrales, aunque, dado el tipo de objetivos, se tratan a nivel elemental.

El quinto y último aspecto innovador e importante es que, como una dimensión esencial de la antropología en acción, el texto, sobre todo en su § última parte, enfatiza recomendaciones obtenidas por los autores, englobadas en una propuesta con miras a impulsar desarrollos digitales inteligentes.

En lo que sigue haré algunos comentarios y observaciones que la lectura del libro me suscitó, lo cual indica, sin duda, que el texto cumplió su función de provocar la reflexión. Ellos versan sobre algunos rubros que considero hay que observar con mirada crítica para continuar con la investigación y el análisis. Así pues, no digo que el texto tenía que resolverlos o decir la última palabra, sino que están allí para los lectores y futuros investigadores que quieran reapropiarse de ellos a nivel teórico o etnográfico.

I. Primero, la cuestión de la vida sociocultural y económico-política de los conjuntos habitacionales. La situación de la inseguridad, de la carencia de empleos y de servicios municipales, de miedos convivenciales y comunicativos. El papel de los gobiernos locales y regionales, así como del nacional. La expresión, en suma, de una situación de crisis y zozobra que se ve reflejada en alguna medida en esta investigación: la dinámica de la dificultad de la asociación, concretamente en la organización intervecinal y que llega a la creación de barreras materiales y simbólicas, separaciones, confrontaciones y competencias grupales al interior de las unidades. Creo que todo ello se da en un contexto nacional e internacional que permea los modos de vida locales y regionales, pero que en el libro no se toca lo suficiente, se habla sólo del factor económico que interviene en la "constitución de los ecosistemas tecnológicos" [p. 168]; sin embargo, más que sólo intervenir, permea la vida sociocultural y la condiciona, y a veces la determina micro y macroestructuralmente, de manera que es relevante tenerlo como referente importante.

II. El papel de las empresas, instituciones, administraciones y constructoras que confluyen en los proyectos, procesos y mantenimientos de las unidades habitacionales. La falta de coordinación, la falta de seriedad, las constantes negociaciones, tomas y dacas, rupturas y alianzas conducen a inestabilidades de las propias familias en términos de su vida cotidiana. Así, este texto en algunos momentos se convierte en una crónica de las insatisfacciones, dudas, inconformidades, quejas y desmoralizaciones. Atrás de ello se asoma el negocio, las ganancias, la conveniencia por delante y las deficiencias en los servicios digitales que se prestan a los usuarios (clientes potenciales).

III. La importancia de la relación digital-real, virtual-cara a cara o presencial. Creo que a pesar de ser una investigación sobre el papel de las TIC, en el nivel de la investigación antropo-etnográfica se muestra que finalmente existe esta dinámica de relación sociocultural entre la vida integral presencial y la creación de un espacio tecnológico virtual. La cuestión es, desde mi óptica, dejar claro que lo prioritario son las relaciones cara a cara, y que lo virtual, en buena medida, reproduce lo vivencial sociocultural: la tecnología es fundamentalmente un medio y no un fin. Por ello es importante que al leer este libro se ponga mucha atención en las iniciativas colectivas y en la importancia de las socializaciones y los espacios públicos cara a cara, en la administración y gestión comunitaria, las prácticas populares, las redes de solidaridad, las ecotecnias, los huertos caseros y vecinales, etcétera.

IV. Vemos que la alfabetización y la adquisición de las habilidades tecnológicas son un medio o exigencia de los tiempos que tienen que coadyuvar, si los actores así lo desean e interiorizan, a resolver problemas personales y sociales. Pero también se ha usado para banalizar e incluso alienar la vida sociocultural. En efecto, la digitalización de todos los ámbitos del ser social y cultural (cibercultura) ha sido una dinámica impulsada por el propio sistema capitalista; por tanto, hay que ponderarla y evaluarla constantemente en sus manifestaciones concretas. Por ejemplo, el antropólogo francés Marc Augé habla de los no lugares y sus interpelaciones a los urbanitas, como los anuncios en el metro y en las avenidas, los cajeros y la televisión en los camiones. Tenemos, por ejemplo, el caso del control y el del diseño de las reglas de juego de instrumentos tan importantes como la red global de Internet, recientemente convertida en un problema político mundial con los casos de la vigilancia y el espionaje de gobiernos y actores clave para los intereses estadounidenses. Pero veamos varias problemáticas relacionadas con esta situación, inquietud que me ha sugerido la lectura de este interesante libro.

V. El caso de los programas y proyectos analizados en este libro, concretamente "Hogar digital", "Casa y computadora", "G7 Hábitat" y "Comité para la Democratización Democrática", tienen que considerar y sensibilizarse con respecto a que forzar inclusiones o alfabetizaciones tecnológicas lleva a dificultades, sobre todo, como señalan los autores en la página 152 y la 100, porque no basta con tener equipamiento tecnológico, infraestructura y servicios; además es necesario coordinar una suerte de instituciones y actores para utilizarlos de forma adecuada, factores (sociales, económicos, culturales e inclusive éticos) que promueven o inhiben su adopción.

VI. Es cierto, como los autores señalan en algunos de los apartados del libro, que para algunos habitantes de los conjuntos habitacionales las TIC no son prescindibles [p. 113]. Las disyuntivas imprescindibles vs. imprescindibles, prioritarias o no prioritarias, están presentes y actuantes. Así, me surgen los siguientes cuestionamientos: A qué niveles lo están, según grupos, necesidades, intereses (por ejemplo para profesionistas o para amas de casa, para estudiantes o para obreros, etc.) Lo mismo ocurre con la jerarquización de las TIC básicas mismas, pues son diversas y diferenciadas (y se amplían en el sentido de que se extienden al mundo de los aparatos electrodomésticos y de todos los ámbitos de las actividades socioculturales: desde lo comunicativo a lo ideológico, desde la producción al consumo). En el caso de aparatos: telefonía celular y fija, computadoras móviles y fijas, televisión de paga o abierta, Internet alámbrica o cableada, sectores de la web como e-mail, blogs, Facebook, Twiter, etcétera.

VII. Por último se insiste, y es correcto, en señalar la importancia de las potencialidades de las TIC al utilizarse en los conjuntos habitacionales; de hecho, se tienen ya rudimentos realizados en áreas como: 1) seguridad vecinal, 2) organización intervecinal, 3) administración local, 4) comunicación con el exterior, 5) diversión y entretenimiento, y 6) control vehicular. Sin embargo, ¿hasta qué nivel se pueden desarrollar o avanzar, dadas las condiciones de un país como México u otro latinoamericano? El objetivo o aspiración enfatizada de conseguir cerrar brechas digitales o lograr ciudades inteligentes, creo que no corresponde del todo, sino sólo muy modestamente, a dichas condiciones, pues, sobre todo, el avance tecnológico en el sistema capitalista es de suyo desigual, es decir, las brechas son estructurales e inherentes a las polarizaciones de la globalización neoliberal.

Así pues, este libro, realizado desde perspectivas, metodologías y técnicas antropológicas-etnográficas, tiene un rico contenido a seguir explorando y trabajando, y creo que posee la virtud de que sus autores lo sitúan (junto con el libro sobre el acceso y uso de las TIC en áreas rurales, periurbanas y urbano marginales de México, que ofrece una perspectiva antropológica y fue editado por los mismos patrocinadores) en el meollo de algunas problemáticas tecnoculturales importantes de nuestra época. Es, en síntesis, un libro de vanguardia en las investigaciones socioantropológicas tecnourbanas.

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