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Cuicuilco

Print version ISSN 0185-1659

Cuicuilco vol.19 n.54 México May./Aug. 2012

 

Reseñas

 

Una mirada desde la ENAH del devenir de la antropología física

 

Albertina Ortega Palma

 

Anabella Barragán Solís y Lauro González Quintero (coords.) La complejidad de la antropología física INAH/ENAH, 2011, tomo I, 329 p., tomo II, 498 pp. ISBN: 978-607-484-205-0

 

Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH, México.

 

En la página oficial de internet del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en su sección de cultura y enunciación de sus especialidades, encontramos que la antropología física es definida como una ciencia que estudia al hombre de manera integral, conformada por dos subdisciplinas: "la Somatología, que investiga a las poblaciones vivas y la Osteología que estudia los restos óseos de poblaciones extintas" (<http://huesos.cultura-inah.gob.mx/>). De lo anterior, podemos advertir tres cosas; por una parte, la visión limitada que se tiene de la disciplina dentro del instituto, que no es más que el resultado del desinterés hacia nuestra labor, tema muy conocido y al que no me adentraré más. Por otra, que, desafortunadamente, dicha visión también se tiene dentro del ámbito académico, producto de muchos años en los que la antropología física destacó por los trabajos realizados en poblaciones indígenas para conocer sus somatotipos y clasificarlos, así como, del tradicional estudio de la osteología, que dio origen en sus inicios a la descripción detallada de la anatomía ósea de los restos hallados, la clasificación y la acumulación de datos. Y, finalmente, la confusión que se continúa sosteniendo de ver a las fuentes de datos (poblaciones vivas y extintas) como una división epistemológica y no metodológica de la disciplina.

El libro La complejidad de la antropología física contribuye a tratar de romper con este estereotipo que se tiene de la disciplina: como la simple descripción corporal y su clasificación. En él se incluyen investigaciones que permiten desmentir, una vez más, dicha aserción y ampliar a sus lectores los horizontes que la disciplina aborda.

La publicación científica consta de dos tomos e incluye siete apartados de cada una de las especialidades a las que se han abocado los estudios antropofísicos en la última década. Y reúne un total de 32 aportaciones firmadas por 34 autores que proceden de instituciones educativas nacionales e internacionales, todos ellos profesores de la ENAH, especialistas en las temáticas que imparten, que dan a conocer las tendencias generales vigentes de la disciplina y dejan entrever la manera en que la antropología física se construye en México. Asimismo, la gran pluralidad de origen institucional de los autores nos habla de la multidisciplinariedad que la caracteriza, así como de las diferentes metodologías y formas de abordar al hombre como parte de la sociedad.

Los trabajos son coordinados por la doctora Anabella Barragán Solís y el doctor Lauro González Quintero, profesores de la Academia de Licenciatura, que a través de la docencia y sus estudios han influido positivamente en la actitud, la formación y la visión de sus alumnos.

En este libro, como bien lo señala su nombre, se plasma la "complejidad" no sólo de la disciplina, también la del hombre; una unidad que está conformada por diversas esferas interrelacionadas que van de lo biológico, lo social, lo psicológico a lo ambiental, que, interconectadas, conforman un conjunto intrincado, pero que a su vez puede ser abordado desde cada una de ellas sin caer en la simplificación excesiva del fenómeno, ni quedando sólo en la consideración de los medios con exclusión de los fines. A lo largo de los artículos se observa el desarrollo de herramientas conceptuales y metodológicas para abordar al hombre desde esta perspectiva en sus distintos niveles: individuo, grupo social, especie, en sus distintas dimensiones: biológica, social, cultural, política, ecológica y, desde diversos enfoques: genético, evolutivo, ontogenético, comportamental, esquelético, mortuorio; en un lenguaje sencillo y elocuente.

El primer apartado versa sobre la historia de la antropología física. En él se hallan dos breves escritos de dos especialistas en los que, a través de su narrativa histórica, podemos acercarnos a los orígenes, a las posturas teóricas que aún motivan la investigación y a los cambios sufridos en los últimos doscientos años en la disciplina, haciendo patente que desde sus inicios ya se planteaba la problemática del hombre y su relación con el medio, y recientemente, el interés por dejar de ser una disciplina tradicional embebida en la descripción y la medición para convertirse en una ciencia analítica y racional asistida por la inserción de nuevas técnicas, tecnologías y modelos de análisis.

El segundo apartado da cuenta de una temática que ha sido piedra angular en el origen de nuestra ciencia, me refiero a la evolución humana. Con una mirada a los lazos familiares, se presentan las bases de la primatología, que permiten desarrollar estudios de la conducta humana y primate, para establecer puntos de confluencia y de divergencia entre estos dos parientes, para después centrarnos en el debate de la evolución humana, sus predecesores y los modos en que ocurre, al ritmo unísono de la cultura. También se ocupa de los problemas evolutivos del siglo XIX, sumergidos en el positivismo científico y centrados en anatomía comparada, embriología, morfología y paleontología. Marco teórico y experimental que permitió el nacimiento de una nueva ciencia, la genética.

La genética antropológica es una línea moderna que pretende dar respuesta a las preguntas de evolución y a la variabilidad en las poblaciones actuales, que tiene su mayor impulso en la mitad del siglo pasado gracias tanto al desarrollo de nuevas tecnologías como a la aplicación de modelos matemáticos poblacionales. Resulta así, un ejemplo de labor interdisciplinaria en busca de elementos para la interpretación de los datos.

En estos tres primeros apartados queda claro que la diversidad humana es una condición interactiva y dinámica, por ello necesaria de revisar desde una perspectiva evolucionista.

Un tema por demás interesante que se inició con el objetivo puesto en poblaciones antiguas, pero que actualmente está volviendo su mirada a los pueblos contemporáneos, es la antropología demográfica, en algunas ocasiones confundida con la demografía antropológica. Para aclarar este desconcierto está el escrito de la doctora Patricia Hernández, quien da cuenta de cada una de ellas, de sus diferencias y de sus puntos de convergencia. En un segundo artículo se revisa un hecho tan humano como animal, el aspecto de la reproducción, pero con las connotaciones culturales que la producen y la rigen en nuestra especie.

Finalmente, en el tomo uno, se incluyen dos estudios de somatología y ontogenia, en los que se abordan problemáticas ya antiguas como la variabilidad morfológica del cuerpo humano y el crecimiento físico, pero ahora bajo una crítica al interior de la especialidad con el interés de desarrollar nuevos enfoques, nuevas aplicaciones. En este sentido, los aspectos complejos son revisados bajo la lente de la interacción social, cultural, física y ecológica en la que crecen y se desenvuelven los individuos.

En el tomo dos encontramos el apartado de osteología, con las líneas de investigación que giran en torno a ella, como son la morfometría, la antropología dental, la tafonomía, el estudio de momias y las prácticas funerarias. En este amplio apartado se establecen las problemáticas, los protocolos de trabajo sistemático a seguir y se enfatiza la importancia del antropólogo físico en la proyección de trabajos interdisciplinarios con arqueólogos. Esto último es un esfuerzo por el que la osteología antropológica sigue pugnando desde 1977, cuando se planteaba la necesidad del enfoque bioarqueológico, para el estudio de las prácticas funerarias, y la importancia de los estudios de tipo biocultural para una interpretación integradora y amplia de los resultados, que desafortunadamente no hemos logrado del todo. Es posible consultar una semblanza histórica y reflexiva de la propia disciplina en uno de los artículos aquí contenidos. Por otro lado, un logro en esta área es la aplicación de novedosas técnicas de medición, de análisis, así como, nuevas inquietudes o paradigmas como el de salud-enfermedad y la actividad física, entre otros; que permiten sortear ligeramente la tradición descriptiva e individual a través de una visión poblacional y biocultural a partir de preguntas concretas de investigación. Los estudios en morfometría geométrica y antropología dental son un ejemplo de la búsqueda de la sistematización de los caracteres morfoscópicos y tratamientos estadísticos, así como los estudios tafonómicos, de momificación y funerarios lo son de la aplicación de nuevas técnicas de análisis del material y el examen de los contextos ambientales.

Una última sección, titulada por los coordinadores como "Horizontes transdiciplinares", aglomera investigaciones de tipo etnográfico, ético, comportamiento humano, semiótica, ecología y cultura, temáticas que en otras ocasiones han sido reunidas en un apartado denominado como "otras aportaciones". Sin embargo, es en ellas donde más evidente resulta la diversificación de los problemas de interés, la necesidad de que el antropólogo físico se inmiscuya en las distintas esferas de análisis del hombre, la obligación de explorar fenómenos complejos en ocasiones inexplicables dentro de sus propias fronteras, además de contar con los métodos necesarios para dar cuenta de ellos. De esta manera, no son "otras aportaciones", sino ejemplo claro de la bisectriz que se busca entre los dos enfoques que rigen a nuestra disciplina: el social y el biológico.

En la mayor parte de los artículos de este último apartado resalta el uso de métodos cualitativos más que cuantitativos, la producción de conocimiento que responde a contextos sociales con enfoques y metodologías transdisciplinares, heterogéneos y flexibles. Se abordan temas de interés como el comportamiento humano en específico la agresividad y la violencia; la actividad física, su importancia en el crecimiento corporal y la salud; la ética en la docencia, en la práctica y el quehacer antropofísico; las dificultades del trabajo de campo, y la utilidad de trabajo etnográfico.

Ante la necesidad de que la antropología responda a nuevas demandas sociales y a la producción de conocimiento innovador, surgen enfoques que abordan el cuerpo, pero ya no desde la clásica perspectiva de la anatomía sino desde su interrelación, su adaptabilidad con el medio ambiente a través de la ergonomía, la alimentación y la actividad física, de un abordaje fenomenológico del cuerpo. Los problemas en sí mismos son ahora complejos, multidimensionales; en consecuencia se realizan las respuestas a los mismos.

De manera general, los autores a lo largo de sus textos ponen en claro las líneas de investigación que cada una de las especialidades persiguen, presentan la definición de conceptos, las bases teóricas, fáticas y metodológicas de cada una, así como el desarrollo, la apropiación de técnicas y tecnologías de otras disciplinas, la necesidad de nuevos enfoques y las nuevas problemáticas por resolver. Comparten la idea de abandonar el enfoque descriptivo y el síndrome de la cuantofrenia, mostrándose más dispuestos a trabajar con información poblacional y cualitativa como herramienta auxiliar para entender los fenómenos biológicos y culturales en los que se encuentra inmersa nuestra especie, concatenados en un enfoque evolutivo, ecológico, socio-cultural, que vuelve significativo su conocimiento.

A mediados del siglo XX, el estudio de lo humano debía ser considerado como un todo, en sus partes y en sus relaciones con la naturaleza. Pero, como Durkheim señala: "el todo es más que la suma de sus partes", y es ese plus, consecuencia de la suma de todos sus elementos, lo que hay que estudiar, los fenómenos que surgen de la interacción social y están más allá de los sujetos, con el cuidado, además, de no caer en el estudio del "todo" como simples fenómenos yuxtapuestos sino explicados desde la interrelación de unos con otros.

Es así como este trabajo da cuenta histórica de los cambios en los enfoques teóricos y metodológicos, de las novedades y el marco conceptual de la disciplina y de lo que todavía falta por hacer, dando la pauta para los nuevos caminos por los que la disciplina tiene que transitar en un marco pluridisciplinario de tipo multinacional, debido a que los problemas no pueden ser resueltos trabajando de manera independiente. Estos artículos, sin duda, contribuirán a quitar ese velo reduccionista que empaña los ojos propios y ajenos cuando oigan hablar de una "no sé qué... antropología física".

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