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Cuicuilco

Print version ISSN 0185-1659

Cuicuilco vol.18 n.52 México Sep./Dec. 2011

 

Métodos cualitativos de investigación

 

La entrevista en profundidad: una técnica útil dentro del campo antropofísico

 

The in-depth interview: a useful technique in the field of physical anthropology

 

Bernardo Robles

 

Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH.

 

Resumen

Los métodos cualitativos se apoyan en la "interpretación" de la realidad social, los valores, las costumbres, las ideologías y cosmovisiones se construirán a partir de un discurso subjetivo, ya que el investigador asignará un sentido y un significado particular a la experiencia del otro.

Dentro de los estudios cualitativos existen diferentes técnicas que ayudan a aproximarse a los fenómenos sociales, entre estas la entrevista en profundidad juega un papel importante, ya que se construye a partir de reiterados encuentros cara a cara del investigador y los informantes con el objetivo de adentrarse en su intimidad y comprender la individualidad de cada uno. En este texto describiré las características principales de las entrevistas en profundidad como una forma clave de profundizar en la subjetividad social dentro del ámbito antropológico.

Palabras clave: entrevista en profundidad, estudios cualitativos de investigación, técnicas de investigación, subjetividad, experiencia.

 

Abstract

Qualitative methods are based on the "interpretation" of social reality, values, customs and ideologies, whilst worldviews are constructed from a subjective discourse, given that the investigator assigns a specific meaning and a particular significance to the experience of others.

In qualitative studies there are different techniques that help us approach social phenomena, among these, the in-depth interview plays an important role as it is founded on repeated, face-to-face meetings between the researcher and interviewees with the goal of getting deeper into their personal intimacy and thus understanding each individual.

This text will describe the main features of in-depth interviews as a key form of deepening social subjectivity within the anthropological field.

Keywords: in-depth interview, qualitative research studies, research techniques, subjectivity, experience.

 

Introducción

Hace algunos años me encontré en un texto de investigación cualitativa, el concepto de "entrevista en profundidad". Al principio me sorprendió e imaginé que se trataba sólo de una forma elegante de llamar a las conversaciones intensas y de fondo, "entrevistas a profundidad", sin embargo, poco tiempo después comprendí que me había equivocado, pues más allá de tratarse de un término que dimensiona el contenido de la entrevista, la intencionalidad principal de este tipo de técnica, es adentrase en la vida del otro, penetrar y detallar en lo trascendente, descifrar y comprender los gustos, los miedos, las satisfacciones, las angustias, zozobras y alegrías, significativas y relevantes del entrevistado; consiste en construir paso a paso y minuciosamente la experiencia del otro. La entrevista en profundidad sigue el modelo de plática entre iguales, "encuentros reiterados cara a cara entre el investigador y los informantes" [Taylor y Bogdan, 1990: 101], reuniones orientadas hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras.

Para Cicourel, consiste en adentrarse al mundo privado y personal de extraños con la finalidad de obtener información de su vida cotidiana [Cicourel, 1982]. Aquí, no hay intercambio formal de preguntas y respuestas, se plantea un guión sobre temas generales y poco a poco se va abordando. En este sentido, la creatividad debe estar a flote constantemente, pues se debe evitar hacer preguntas directas y cerradas, amenazantes y ambiguas, más adelante hablaré un poco de ello.

En esta técnica, el entrevistador es un instrumento más de análisis, explora, detalla y rastrea por medio de preguntas, cuál es la información más relevante para los intereses de la investigación, por medio de ellas se conoce a la gente lo suficiente para comprender qué quieren decir, y con ello, crear una atmósfera en la cual es probable que se expresen libremente [Taylor y Bogdan, 1990: 108]. Asimismo, se tiene un carácter cercano y personal con el otro, logrando construir vínculos estrechos, inmediatos y fieles; en este sentido, no es casual que en ocasiones estos contactos deriven en conexiones sólidas e intensas con los entrevistados; por lo que ser sensato, prudente e incondicional, forma parte fundamental para el desarrollo de esta técnica, no sólo en el desarrollo de la entrevista, también durante la construcción de los datos.

Por otra parte, debemos enfatizar que como este tipo de entrevista depende en gran medida de la información que obtengamos del entrevistado, factores tales como la intimidad y la complicidad, permiten ir descubriendo, con más detalle y con mayor profundidad1, aspectos que ellos consideren relevantes y trascendentes dentro de su propia experiencia,2 por lo que es indispensable realizarla no sólo de forma individual, sino también, en espacios donde el entrevistado se sienta cómodo y seguro.

En la entrevista en profundidad la construcción de datos se va edificando poco a poco, es un proceso largo y continuo; por lo que la paciencia es un factor significativo que debemos rescatar durante cada encuentro. Las reuniones no deben rebasar las dos horas de duración para evitar el cansancio o la fatiga por parte del entrevistado; se aconseja ser frecuente, tener encuentros programados con un máximo de dos semanas de diferencia entre cada uno; las sesiones concluirán cuando se llegue al punto de saturación, momento en el cual las pláticas ya no aportan nada nuevo a la información que ya tenemos [Blasco y Otero, 2008].3 Asimismo, debemos evitar sancionar, restringir o limitar a los entrevistados, pues atmósferas impregnadas de inseguridad, dudosas o vacilantes, disminuirán la posibilidad de obtener respuestas concretas, sinceras u honestas.

 

Cómo iniciar nuestras entrevistas

Antes de hacer mención de cómo estructurar las entrevistas en profundidad, es importante enfatizar que debemos construir perfiles específicos de estudio, aspectos básicos tales como edad, sexo, estado civil o nivel de estudios, por mencionar algunos. Lo anterior permitirá tener claras las características de las personas que serán entrevistadas para buscar y diseñar las más estrategias adecuadas de vinculación.

La entrevista en profundidad se basa en el seguimiento de un guión de entrevista, en él se plasman todos los tópicos que se desean abordar a lo largo de los encuentros, por lo que previo a la sesión se deben preparar los temas que se discutirán, con el fin de controlar los tiempos, distinguir los temas por importancia y evitar extravíos y dispersiones por parte del entrevistado.

El guión debe estructurase con base en la hipótesis y los objetivos de nuestra investigación, en él se incluirá una introducción donde el entrevistador dará a conocer el propósito de la entrevista, cómo estará estructurada y qué alcances se desean obtener. Es importante que los entrevistados tengan claro que toda la información que se obtenga se analizará con atención y cuidado, atendiendo en todo momento la confidencialidad de los datos. Asimismo, el guión contendrá todas las temáticas a estudiar y que deberán desarrollarse a lo largo de todas las sesiones.

 

Del tipo de participantes

Como hemos mencionado anteriormente, las entrevistas en profundidad son técnicas cualitativas de investigación que se estructuran a partir de objetivos concretos, en este sentido, resulta complicado determinar un número mínimo o máximo de entrevistados, pues la finalidad no obedece a una representación estadística, sino que consiste en el estudio minucioso de la información que se obtenga de las conversaciones con los entrevistados, por tanto, podemos comenzar realizando un par de entrevistas por cada uno de los perfiles ya delineados al principio de la investigación [Patton, 1990], conforme se cubran los tópicos del guión, se verá qué tanta información hace falta y, a partir de ahí, determinar cuántas entrevistas más será necesario hacer.

 

De frente al entrevistado

La entrevista en profundidad es un proceso que podríamos dividir en dos fases; la primera denominada de correspondencia, donde el encuentro con el entrevistado, la recopilación de datos y el registro, son la base para obtener la información de cada entrevista.4 La segunda, considerada de análisis, donde se estudiará con detenimiento cada entrevista y se asignarán temas por categorías, con esto, podremos codificar de manera eficiente toda nuestra información para su futuro análisis.

 

Nuestro primer encuentro

Iniciaremos por medio de preguntas básicas y generales, podemos abrir el diálogo platicando rutinas elementales de nuestra vida cotidiana o sobre temas sencillos y de fácil acceso. Esta primera aproximación permitirá darle confianza al entrevistado, poco a poco, iremos adentrándonos en su individualidad, es decir introduciéndonos en la profundidad de su intimidad y con ello, lograr construir el significado, el valor y la trascendencia de su experiencia.

En este sentido, es recomendable comenzar relajadamente y con preguntas abiertas; evitar que el entrevistado conteste con afirmaciones o negaciones simples, permitirá distinguir las formas de expresión y enunciación de situaciones, lugares o experiencias vividas; no terminemos las frases o las ideas que esté desarrollando, pues necesitamos construir a partir de la apreciación individual, e irrumpir o concluir puede delimitar el sentido de la interpretación; establecer criterios u opiniones personales durante la entrevista, puede acotar el libre albedrío, restringir la comunicación y limitar el diálogo, procuremos no excluirlo, cuestionarlo u objetar su punto de vista. Por último, formular preguntas ambiguas, polémicas o de conflicto en una primera cita, puede constreñir, reducir o liquidar la posibilidad de nuevos encuentros, consideremos que a lo largo de las entrevistas se podrán construir preguntas con más profundidad y con un mayor nivel de compromiso.

Si el entrevistado conduce sus argumentos con temor, le cuesta trabajo expresarse o admite estar bloqueado o saturado, se puede recurrir a la estrategia de "relanzar la entrevista", este procedimiento consiste en intentar motivar nuevamente al entrevistado por medio de técnicas fáciles de utilizar. Ruiz e Ispizua [1989] describen algunas: aplicar la repetición de las últimas frases, palabras o idea con el fin de continuar con el discurso; comentar brevemente lo que se ha platicado a lo largo de la sesión, resulta provechoso por partida doble; por un lado, el interlocutor observa cómo se ha interpretado la plática y por otro, se puede registrar los objetivos cubiertos hasta ese momento; hacer pausas o recesos cortos, pueden mantener la conversación fresca y elocuente, asimismo ayuda a ordenar las ideas, esclarecer dudas, buscar nuevos temas y replantear preguntas para conversar.

Si después de esto persisten los bloqueos, hay nerviosismo o falta de fluidez, lo mejor será posponer la plática para otro momento, recuerda que lo importante es obtener un diálogo abierto, libre y sin cortapisas.

 

A lo largo de las entrevistas

Durante las entrevistas deben tenerse claros los objetivos de la investigación y desarrollar poco a poco los temas; mantener un diálogo asertivo y abierto conduce a una conversación espontánea ágil y dinámica.

Algunos autores consideran adecuado formular preguntas en tres niveles de análisis; las descriptivas, las estructurales y las de contraste [Spradley, 1979, en: Varguillas y Ribot, 2007], en las primeras; averigüemos las formas en cómo el entrevistado realiza sus actividades cotidianas, cómo registra y describe objetos, espacios, hechos, lugares y acciones, tanto de forma general como específica. En las segundas, verifiquemos explicaciones de fenómenos definidos en entrevistas previas, así, podremos corroborar si los sucesos descritos se han interpretado adecuadamente y si han logrado significar la experiencia del entrevistado. Por último, las preguntas de contraste serán de utilidad para extraer las diferencias de los términos utilizados por los informantes, con ello, podremos explorar si algunos conceptos específicos son comprendidos por la forma en como se relacionan con ellos, por el uso que se les da, o por la similitud que existe con otros.

 

La recopilación de datos y el registro

Para lograr entrevistas con abundante información, es indispensable contar con todos los recursos posibles para recolectar los datos; las grabaciones, tanto de audio como de imagen, son de gran utilidad ya que con ellas no sólo se logran trascripciones puntillosas, también permiten descripciones detalladas de las inflexiones, modulaciones, estilos y acentos que se utilicen a lo largo de las conversaciones, sin embargo, para hacer uso de estas herramientas (magnetófonos o vídeos) debe existir un acuerdo previo con el entrevistado, y ya sea que lo acepte o lo rechace, acatar y respetar sus decisiones es nodal para la investigación; en el caso de acceder, recomendamos concertar los encuentros en lugares con poca gente y no muy concurridos,5 con el fin de obtener información nítida y clara. Valoremos que este tipo de aparatos pueden inhibir la espontaneidad y libertad del entrevistado, por lo que tener sistemas de grabación ocultos o en lugares discretos sería una forma prudente de proseguir. Al iniciar la grabación es imprescindible registrar la ubicación de la cita; la hora, el día y el lugar, esto permitirá delinear el contexto de cada encuentro. Asimismo, es importante hacer anotaciones continuas en la libreta de campo, pues la comunicación, tanto verbal como no verbal, es clave, por lo que es conveniente dar cuenta de los detalles [Grinnell, 1997 en: Hernández et al., 2003]. La presencia, la postura, la forma de expresarse, de moverse y de gesticular, así como las frases, las repeticiones, omisiones o titubeos, son datos que deben ser registrados; apuntar brevemente aspectos, acciones y actitudes relevantes, facilitará, una vez terminada la plática, detallar particularidades del entrevistado.

Todas estas estrategias, ayudarán a evaluar el nivel de avance de la entrevista, permitiendo reconocer los datos que se deben enfatizar, profundizar o matizar en las siguientes citas.

Por último, realizar la trascripción de la última entrevista, antes de programar la siguiente, permitirá descubrir cuántos temas del guión han sido cubiertos, cuáles tópicos no se han abordado o están incompletos, una vez que se ha llegado al punto de saturación daremos fin a las entrevistas e iniciaremos el análisis de la información.

 

El momento del análisis

Durante esta etapa nos ocuparemos de construir la realidad de los entrevistados, sin embargo, debe tenerse claro que la percepción será indirecta, subjetiva y parcial, pues no es posible comprobar o comprender la experiencia del otro tal y como la ha vivido.6

El análisis es un proceso de reflexión donde "vamos más allá de los datos" para acceder a la esencia del fenómeno de estudio, es decir, a su entendimiento y comprensión [González y Cano, 2010], por medio del cual "el investigador expande los datos más allá de la narración descriptiva" [Coffey y Atkinson, 2005] y conforme va desarrollándose va sufriendo modificaciones de acuerdo a los resultados [Dey, 1993]. Para dar inicio a este proceso algunos autores hacen recomendaciones pertinentes: Hernández y colaboradores [2003], proponen que se revisen todos los materiales antes de cualquier inicio; etiquetarlos, organizados y clasificarlos por criterios lógicos, así como evaluarlos por lo completos, legibles y claros que estén. Ratcliff [2002], considera que el desarrollo, tendría resultados óptimos si se trabaja a partir de códigos, categorías y subcategorías; éstas, deberán comprobarse y vincularse con los temas conforme se avance en la investigación [Ratcliff, 2002, en: Scribano, 2007: 138]. Por su parte, Taylor y Bogdan [1990], recomiendan que el análisis se trabaje en tres niveles: descubrimiento, codificación y relativización.

En la etapa de descubrimiento, se examinarán y ordenarán todos los datos registrados y se buscarán los temas vinculados a éstos. Se iniciará revisando cuidadosamente cada trascripción, cotejándola con las notas, apuntes, comentarios y anécdotas que se hayan escrito durante todos los encuentros, recorramos lógicamente el transcurso de los temas, pues lo importante es ir construyendo conceptos e interpretaciones; si encontramos temas emergentes, incluyámoslos, toda esta información nos permitirá elaborar clasificaciones y tipologías, que nos ayudarán a desarrollar argumentos más sólidos.

La codificación consiste en concentrar todos los datos que se refieren a temas, ideas y conceptos similares y analizarlos. Para ello, Hernández y colabores [2003], especifican dos fases de codificación, en la primera, se recopilan por categorías de análisis y en la segunda, se comparan entre sí, agrupándolos en temas y buscando posibles vinculaciones.

Por último durante la etapa de relativización de los datos, se interpretará la información dentro del contexto en el que fueron obtenidos, especificando los datos directos e indirectos, describiendo los contextos, eventos, situaciones trascendentales y significativas para los entrevistados; para comprender y sistematizar mejor la información, se puede hacer uso de diagramas, cuadros, dibujos, matrices y todo tipo de esquemas que permitan encontrar patrones y categorías para explicar sucesos y construir argumentos sólidos.

 

Algunas consideraciones más sobre el análisis

Una vez finalizada la interpretación y con el propósito de verificar y fortalecer el análisis, la investigación se puede exponer a una serie de elementos como son: revisión de la validez, la fiabilidad y la precisión de los datos; marca Scribano [2007], comprobación de la credibilidad, aseguran Díaz [1995], Castillo y Vásquez [2003] así como constatar la confirmabilidad y trasferibilidad de la información [Ulin et al., 2006], por mencionar algunos.

Todos estos estudios permitirán realizar un documento mucho más sólido pues se debe tener claro que los discursos que se construyan de los grupos culturales que se estén analizando, llevan una subjetividad a partir de tres aspectos básicos: el primero, del contexto en el que se desarrollen; el segundo, de la mirada de quien los juzga o los valora y, por último, la interpretación; la cual quedará reflejada por el tipo de sociedad con la que se contraste [Díaz, 1995: 260].

Asimismo, algunos autores consideran que una forma de reforzar nuestro conocimiento y poder verificar la validez de los resultados es por medio de la triangulación, la cual "supone utilizar diferentes estrategias para estudiar el mismo problema7: diferentes técnicas para obtener los mismos datos, diferentes sujetos para responder la misma pregunta, diferentes investigadores para un mismo análisis, o diferentes teorías para explicar un mismo fenómeno" [Amezcua y Gálvez, 2002]. En este sentido, la triangulación consiste en: seleccionar la información obtenida en el trabajo de campo (pertinente y relevante); triangular la información por categoría (concordantes y divergentes); triangular la información entre todos los estratos investigados (comparación entre los entrevistados); triangular la información con los datos obtenidos mediante otros instrumentos (historias de vida, visitas etnográficas, grupos de discusión) y; triangular la información con el marco teórico (retomar la discusión bibliográfica y discutirla con los resultados)" [Cisterna, 2007].

 

A modo de recomendación

Como hemos observado, la entrevista en profundidad es una técnica de investigación cualitativa de mucha utilidad siempre y cuando se mantenga el grado de exactitud en las descripciones e interpretaciones de las entrevistas. Así, González Martínez [2002] argumenta que la honestidad, la adecuación de las herramientas y los procedimientos utilizados durante las fases del estudio así como la capacidad de corroborar las conclusiones con evidencias, son la base para validar y reconocer un buen trabajo [González Martínez en: Amezcua y Gálvez, 2002].

Cabe resaltar y no dejar de lado, que los informantes son los que conocen su mundo y éste puede ser muy distinto al que nosotros percibamos, por lo que el investigador tiene la tarea de reconstruir el mundo del informante de la mejor manera que él lo pueda conocer, creer o concebir [Castillo y Vásquez, 2003].

Por otra parte, se debe lograr que la interpretación y análisis del fenómeno a estudiar contenga elementos suficientes de "neutralidad", para que cualquier investigador pueda, siguiendo los mismos métodos, llegar a resultados similares, es importante comprobar que los resultados sean confiables y corroborar que el procedimiento de la investigación haya sido consistente durante su recorrido. Como entrevistador se debe tomar distancia, ya que es importante disminuir las cargas de valor que se incluyan en el estudios, pues los datos tienen que reflejar lo más posible las perspectivas y las experiencias de los participantes [Ulin et al., 2006].

Para finalizar, el empleo de otras técnicas de investigación cualitativas tales como la observación participante y autoobservación, los relatos de vida e historia oral, la fotobiografía, la narrativa o análisis narrativo, los grupos focales y de discusión, serán de mucha ayuda para cubrir los espacios y silencios que puedan ocurrir dentro de las entrevistas en profundidad.8

 

Bibliografía

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Notas

1 La profundidad y el contexto personal que muestra el entrevistado significa que debe asegurar que las respuestas emociones en la entrevista van más allá de evaluaciones simples como "agradables" o "desagradables". La meta es más bien "un máximo de comentarios de revelación de sí mismo, respecto a cómo el material de estímulo fue experimentado" por el entrevistado [Merton y Kendall, 1946: 554-555 en: Flick, 2004: 91].

2 Entendemos la experiencia "como aquello vivido, a lo experimentado en la realidad através de las sensaciones, percepciones, emociones o sentimientos, pero no solamente las experiencias directamente percibidas por el sujeto, sino también, aquellas trasmitidas por otras personas de su contexto social y cultural" [Barragán, 2005: 53].

3 Cabe enfatizar que cuando se llega a la saturación teórica se tiene la seguridad de haber identificado un fenómeno que no sale del imaginario del investigador ni del entrevistado, sino que es una expresión de lo social a través de las voces individuales [Bertaux, 1993, en: Erviti, 2005].

4 Consideremos, retomando a Fernández [2003], que una forma óptima de iniciar las entrevistas es cuando el antropólogo ha concretado la etapa de "integración", que es "el estado en el que el antropólogo se encuentra ubicado y los demás también le han ubicado con sus diferentes roles y estatus" así se "produce el encuentro y, a la vez, comienza la negociación entre uno mismo y los demás" [Ibíd., 2003: 156].

5 Cabe enfatizar que invitaciones a desayunar, comer o cenar, pueden ayudar a construir y fortalecer vínculos de comunicación -Arnold Van Gennep lo describe como "comensalidad"- [Van Gennep, 1986].

6 Entendemos percepción subjetiva como la particular concepción, única e individual de asir la vida y el mundo del sujeto; constituida por el conjunto de percepciones, tanto concientes como inconcientes, físicas, intelectuales afectivas y eróticas de aprehender la realidad, moldeándose todas ellas a partir de normas, valores, creencias y lenguajes y expresándose a partir de sus comportamientos, actividades y acciones [Erviti, 2005].

7 Autores como Flick (2004), enfatizan que la triangulación también consiste en la combinación de métodos cualitativos con los cuantitativos.

8 En el campo antropofísico y sólo como botón de muestra, podríamos mencionar los destacados trabajos doctorales de Herrera (2004), Barragán (2005) y Ramírez (2005), quienes han combinando diferentes enfoques, normativos, interpretativos, hermenéuticos y fenomenológicos, con el fin de comprender cómo se construye socialmente la subjetividad de la salud y la enfermedad (enfatizando en fenómenos como la violencia, el dolor y el estrés) en la experiencia de vida.

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