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Cuicuilco

versión impresa ISSN 0185-1659

Cuicuilco vol.15 no.42 México ene./abr. 2008

 

Presentación

 

A pesar de ser un tema relevante de la antropología simbólica, presente en numerosas monografías sobre los pueblos indígenas de México, el ritual no ha llegado a constituirse en un espacio de reflexión privilegiado para la etnología mexicana. Cuando el fenómeno ha sido examinado a la luz de las innumerables ceremonias que caracterizan a las comunidades indígenas contemporáneas, suele concebirse como una manifestación de la mitología local o como un escenario sobre el que se proyectan las sombras del pasado prehispánico. La tendencia a considerar la diversidad cultural como una manifestación superficial, argumentando que la unidad histórica reinaría en lo profundo, ha llevado en efecto a sugerir que la herencia prehispánica es predominante para comprender las prácticas ceremoniales de numerosas comunidades indígenas que se distribuyen a lo largo del país. Es posible, sin embargo, que la articulación lógica de los rituales indígenas no sea un atributo exclusivo del pasado prehispánico, y pueda por el contrario encontrarse entre los grupos indígenas contemporáneos cuando se examina el sistema ceremonial en su conjunto. Hablar de sistema supone en este caso considerar a los distintos eventos del ciclo ritual como las partes de un conjunto más amplio, articulado por relaciones de distinta naturaleza, y no como prácticas aisladas que pueden ser examinadas de manera autónoma e independiente.

En la medida en que los sistemas rituales son ante todo representaciones, en el sentido que se otorga a una danza o a una ceremonia como medios que expresan algo distinto de sus propias ejecuciones, el análisis del simbolismo se ha convertido en las últimas décadas en una herramienta indispensable para examinar ese tipo de representaciones. Las teorías modernas sobre el simbolismo ritual, desde Victor Turner [1967] hasta Houseman y Severi [1998], han permitido elaborar instrumentos de análisis más eficientes que intentan ajustarse a la medida del fenómeno, diseñando marcos conceptuales que hacen posible comprender la universalidad y la singularidad de las prácticas ceremoniales. En este proceso, la teoría del simbolismo ritual ha transitado por los caminos que le indica la semiótica contemporánea, en un esfuerzo por examinar las acciones rituales desde el punto de vista de la sintaxis, la semántica y la pragmática. Aun cuando los resultados no han sido homogéneos, muestran sin duda una tendencia a concebir el ritual como un medio que pone de manifiesto los mecanismos esenciales de una cultura, cuya reproducción no es ajena a la codificación de las acciones que ponen en marcha los sistemas ceremoniales.

Con todo, no siempre es sencillo determinar qué es un ritual ni cuáles son los límites conceptuales que lo definen. De acuerdo con la definición canónica, propuesta por Turner en 1967, un ritual es ante todo una conducta formal prescrita en aquellas ocasiones que no se encuentran "dominadas por la rutina tecnológica, y relacionada con la creencia en seres o fuerzas místicas" [Turner, 1980:2]. Las conductas formales, sin embargo, no remiten necesariamente a nociones místicas y pueden, por el contrario, encontrarse en numerosas prácticas seculares que se presentan como conductas extremadamente ritualizadas y que no siempre involucran la creencia en seres o fuerzas sobrenaturales. La característica esencial de la actividad ritual reposaría así en su extrema codificación, ya que cada acto se organiza en secuencias previamente establecidas que formulan una sintaxis rígida, con un margen muy reducido de variación. Más que un juego de sombras en el que se proyectan imágenes fantasmagóricas, el ritual asume la forma de un "código restricto", para emplear la fórmula que Mary Douglas [1973] propone cuando intenta definir ese tipo de actividad en la que las posibilidades sintácticas se encuentran rígidamente ordenadas.

La interpretación de los rituales indígenas puede resultar un desafío intelectual enloquecedor cuando los miembros de una sociedad no se encuentran tan articulados como los ndembu de Victor Turner. Este es el caso, sin duda, de numerosos pueblos amerindios que han convertido a sus sistemas ceremoniales en el receptáculo de distintas tradiciones religiosas, cuya integración no siempre resulta evidente a primera vista. La tarea se dificulta entre aquellos pueblos indígenas donde los vínculos entre el ritual y las exégesis locales resultan extremadamente tenues, ya que "ciertas ceremonias se presentan al observador con su código interpretativo, otras sin ese código o únicamente con parte de él" [Galinier, 1990:30]. Desprovista a menudo de exégesis e interpretaciones locales, la acción ritual se presenta bajo un doble desafío, que consiste en saber en qué medida el orden ritual corresponde a una visión del mundo en el sentido kantiano del término y hasta qué punto esa visión sigue siendo hoy en día realmente colectiva [Ibid.].

Destinado a examinar las relaciones entre simbolismo y ritual, el presente número de la revista Cuicuilco responde en buena medida a estas inquietudes. En México, el análisis del simbolismo ritual es una disciplina que reúne a una veintena de investigadores, muchos de los cuales han aceptado colaborar en una empresa conjunta, a fin de servir de guía a numerosos estudiantes que actualmente canalizan sus proyectos hacia las fiestas, ceremonias y rituales indígenas. Este número se propone, por tanto, como una guía metodológica que, si bien parte de estudios monográficos, refleja las tendencias contemporáneas para el análisis teórico de los sistemas rituales. El factor común que distingue a los artículos considerados no reside tan sólo en una problemática común, sino también en un equilibrio entre la reflexión teórica y la descripción etnográfica. Adscritos a distintas instituciones, pero preocupados por ofrecer nuevos enfoques a la teoría del ritual, los colaboradores son especialistas en grupos amerindios, entre los que han trabajado aspectos vinculados al simbolismo ceremonial. Sus textos son la síntesis de investigaciones más amplias, reunidas en esta ocasión con el objetivo de ofrecer a los lectores un panorama de la diversidad que encierran los sistemas ceremoniales y las posibilidades teóricas que uno puede extraer de sus enseñanzas.

Saúl Millán

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