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Estudios políticos (México)

versión impresa ISSN 0185-1616

Estud. polít. (Méx.)  no.48 Ciudad de México sep./dic. 2019  Epub 04-Jun-2020

 

Reseñas

José Fernández Santillán, Populismo, democracia y globalización

Dora Elvira García González* 

* Directora/Decana Asociada de Investigación, Escuela de Humanidades y Educación, Tecnológico de Monterrey; México. Coordinadora de la Cátedra UNESCO de Ética, Cultura de Paz y Derechos Humanos. Directora de la revista En-claves del pensamiento. Revista de Humanidades del Tecnológico de Monterrey.

Fernández Santillán, José. Populismo, democracia y globalización. Fontamara, México: 2018.


El libro Populismo, democracia y globalización da cuenta de la histórica existencia y expone elementos fundamentales sobre el populismo, para comprender las especificidades propias en su naturaleza; desde aquellas que se emplearon en los usos iniciales en las diferentes latitudes y en los momentos históricos en los que surgió. Así, se abordan dichos populismos y sus relaciones con la democracia desde los diversos espacios y tiempos en los que nació, pasando por las caracterizaciones que le siguieron, y asimismo, aquellas que se han ido añadiendo en la actualidad y matizando en las formas democráticas y globales contemporáneas.

Con ello, el texto nos ilustra sobre las cuestiones teóricas que son centrales para la teoría y la filosofía política, pero también nos sitúa en los contextos reales en los que el mundo contemporáneo se ha movido. Para ello -en los entresijos del libro- se da cuenta de los diversos tipos de populismo de izquierdas y de derechas en nombres que resuenan con fuerza en nuestros oídos por su presencia tan radical y tan clara para el mundo que nos ha tocado vivir.

Si bien, como señala José Fernández Santillán, la frase acuñada hace 50 años por Ghita Ionescu y por Ernst Gellner que hacía eco a la emitida en el tan conocido Manifiesto del Partido Comunista, hoy día toma fuerza, pero con diversas coloraturas: “Un fantasma se cierne sobre el mundo: el populismo”. Pero en la consideración de dicho populismo sólo una parte del pueblo aparece realmente y este grupo va contra la otra parte. En ese sentido y como bien lo señala el autor, el populismo es excluyente, porque su planteamiento político es el conflicto y la confrontación; a diferencia de la democracia, que es incluyente en tanto busca la conciliación, el diálogo y el entendimiento entre los participantes.

Las bases argumentales de los diversos populismos se van esgrimiendo a lo largo del libro, y la pregunta detonante que se plantea su autor busca analizar el por qué del avance del populismo si la democracia tuvo sus logros al vencer al comunismo y al nazi fascismo. La respuesta que el autor brinda, apunta a un hecho: la globalización, pero quizá, y como se establece en el mismo texto, la causa más fuerte son los procesos migratorios. El autor lo asienta con claridad cuando afirma: “no lo olvidemos: el populismo se nutre del conflicto y de mantener un constante estado de emergencia. Lo que ha sucedido con el incremento de los emigrantes, es el aumento del racismo, la xenofobia y el conservadurismo” (p. 18).

Para comprender toda esta impronta que se viene cerniendo sobre el mundo, es fundamental entender lo que significa el populismo, y esta obra desarrolla justamente una investigación teórico-histórico-crítica sobre la noción de populismo. El prolífico decurso argumental que sigue Fernández Santillán, parte del análisis teórico del tema del populismo que se ha desplegado en diferentes lugares del mundo y se muestra su presencia. Este decurso histórico del populismo como forma de gobierno inicia con el populismo ruso que da cuenta de lo vivido por Herzen, quien luchaba por la libertad e intentaba desligarse de la opresión y del dominio, buscando igualdad y justicia social. Por ello su mayor exhorto era ir al pueblo y liberarlo. El problema radicó en que este populismo se conformó a partir de los intelectuales, sin la legitimación ni el apoyo rural y de los campesinos.

En un segundo momento, en el libro se analiza el populismo norteamericano surgido en el siglo XIX pero en un ámbito muy diferente del ruso, debido a que era un país de inmigrantes que tenían la ilusión de igualdad y de libertad. De este modo, se plantean los diversos populismos surgidos en el siglo XIX, que si bien desaparecieron casi del todo, algunas herencias se recogieron de alguna manera en lo que fue el New Deal de Franklin Delano Roosevelt, quien urgía a atenuar los efectos sociales que la crisis del 29 había conllevado en las clases populares.

El siguiente capítulo de este libro (p. 47) se orienta en analizar el populismo en América Latina, en donde durante el siglo XIX se presentaron los movimientos independentistas. Pero no fue sino hasta el siglo XX cuando los movimientos revolucionarios pretendieron igualdad política y material de ciudadanos y trabajadores. De ahí que la opción comunista se convirtiera en una proclama que confrontaba a las clases sociales, la cual se resolvió con la revolución. Ésta conllevó la superación de la política y a la abolición del Estado. Además, se aspiraba a la superación de la explotación y el dominio, y se inquiría y exigía una sociedad sin clases, fuera por vía democrática o por cualquier otra vía.

En ese marco de ideales revolucionarios se presentaron tendencias reformistas que buscaban transformaciones sociales al generar mejores condiciones de vida para la mayoría de la población. Ambos procesos de cambio, el reformista y el revolucionario, son bastante disímbolos entre sí y se enfrentaron al colonialismo, al neocolonialismo, a las oligarquías terratenientes aristocráticas, comerciales e industriales, que se aliaban con frecuencia al clero y a la milicia y eran reforzadas por corrientes anti-iluministas y antiracionalistas.

La narrativa crítica histórica que se despliega el populismo latinoamericano, sigue en su etapa clásica. Tal populismo da cuenta de la movilización de las masas aliadas con el Estado en pos de buscar el bien de la nación, incluyendo a quienes se habían excluido de la vida política. Por ello, a estas pretensiones gubernamentales se dio el nombre de populismo y se enlazan con la presencia de dirigentes políticos como Gertulio Vargas, Juan Domingo Perón, José María Velasco Ibarra y Lázaro Cárdenas en México. Las causas de estas maneras de gobernar se presentaron, como lo puntea el autor, a partir de las prácticas oligárquicas que beneficiaron a las clases privilegiadas de la mano de la participación extranjera.

En México, estas prácticas dieron paso al descontento social y con éste al movimiento armado de 1910, que derivó en la Revolución. Los vaivenes de la política en México se movían de la izquierda, al centro y la derecha -según cada presidente en turno- y tenían como rasgo común el autoritarismo, el paternalismo y el populismo. En tiempos más cercanos, las caracterizaciones gubernamentales fueron más claramente neoliberales, a través de su construcción, con ese tono como sistema no sólo económico. Las herencias nefastas de este rumbo tuvieron tintes de pobreza, por un lado, y de apreció por la concentración de la riqueza, por otro. Esto propició -como lo apunta nuestro autor- propuestas políticas populistas que buscan formas de lograr la justicia social. Llegado este punto, el autor introduce algunas reflexiones en torno a dicha justicia social y refiere a autores tales como John Rawls y Amartya Sen, quienes han reflexionado sobre las formas de alcanzar la justicia y acercarse a la pobreza desde perspectivas inéditas que, como sostuvo Sen, cancelan la libertad. En este sentido es que estas situaciones impactan en la construcción de una democracia bien construida y fundamentada.

Como puede advertirse, José Fernández Santillán va llevando de la mano al lector a partir de los análisis geopolíticos localizados en primer lugar,-como ya se vio- en Rusia, luego en Estados Unidos, para más adelante indagar en los espacios de los países de Latinoamérica en los marcos de la Modernidad, los cuales generaron cambios políticos relevantes.

Es de enorme relevancia la visibilización que realiza el autor en relación con la articulación democracia y liberalismo, cuestiones que tienen una relación complicada. En esta relación se enlazan los derechos y libertades ciudadanas, pero el papel y la definición de la versión liberal que se tornó neoliberal básicamente en su interpretación económica, fue un elemento influyente en el ascenso del populismo. El Estado dejó de ser benefactor debido a las crisis económicas y se convirtió en un ente adelgazado y con un tinte empresarial. Se impulsaron las privatizaciones socavando de manera importante las conquistas laborales. Por ello, democracia política y liberalismo económico difícilmente se compaginan por diversas razones que nuestro autor esgrime (p. 131). Esta relación da paso al neopopulismo latinoamericano en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, y da cuenta de los elementos que lo configuraron de manera clara.

Es digna de destacar la crítica que nuestro autor elabora en torno a Ernesto Laclau sobre su “razón populista”, la que ayuda a comprender esta forma política. Para José Fernández Santillán, el posicionamiento de Laclau no aclara lo que significa el concepto de populismo y, lejos de eso, Fernández piensa que Laclau asienta que dicho populismo es un término de enorme ambigüedad. Pero justamente, y ahí la crítica, si no se le define, pues menos claridad existe para su comprensión. Para Laclau el populismo complica el discurso de lo que él “llama ideologías políticas más maduras” ante lo que Fernández Santillán anota: “su blanco polémico es la democracia liberal” (p. 193). Nuestro autor muestra las contradicciones y errores de Laclau para justificar el populismo. De este modo, el politólogo señala críticamente en esta obra que asumir que Gramsci está a la base teórica del populismo, es insostenible debido a que el filósofo italiano luchó contra el fascismo.

Con todo esto, y después de lo señalado, el ascenso del populismo es hoy día una impronta clara a nivel mundial. Por ello, este libro es tan oportuno en este momento, como puede apreciarse si analizamos los gobiernos presentes en el escenario mundial, pues el ascenso global del populismo en el mundo se ubica tanto hacia la derecha como hacia la izquierda y en países como Rusia, Reino Unido, Holanda, Francia, España y Polonia. Ante la irrupción del populismo en los horizontes mundiales debemos tener la claridad que el libro nos ofrece, para dilucidar con criterios críticos lo que ante nuestros ojos está apareciendo en la escena global. Así, Populismo, democracia y globalización habrá de ser una obra obligada para cualquier ciudadano que desee informarse sobre lo que significa el populismo de manera teórica y lo que ha significado a lo largo de la historia en las diferentes latitudes del globo terráqueo.

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