Libros

Espacios de identidad. La centralidad urbana y el espacio colectivo en el desarrollo histórico de Yucatán de Marco Tulio Peraza Guzmán

por Louise Noelle

Mérida, UADY, 2005

El tema de la ciudad, su problemática y sus múltiples expresiones ha ido adquiriendo en la actualidad cada vez mayor relevancia. Por una parte, surgen interesantes textos de la historia del urbanismo, como los de Leonardo Benévolo; por la otra, algunos estudiosos se acercan con mayor detenimiento a ciertas ciudades, en algunos casos con un punto de vista histórico y en otros con una propuesta por demás sensible y atractiva, como Christian Norberg-Schulz, en Genius Loci, 1979; final mente debemos recordar libros como el de Joseph Rykwert, La idea de ciudad, 2002 (originalmente The Idea of a Town, 1976), que constituyen una investigación acuciosa sobre el germen y construcción primera de la ciudad a través de la historia. También podemos agregar The City Assembled. The Elements of Urban Form Through History, 1992, de Spiro Kostof.

Es dentro de la propuesta de estos últimos donde adquiere valor el libro de Marco Tulio Peraza, Espacios de identidad. La centralidad urbana y el espacio colectivo en el desarrollo histórico de Yucatán, recién publicado por la Universidad Autónoma de Yucatán. Se distingue por ser un acucioso trabajo de investigación sobre las cuatro principales ciudades de la península de Yucatán durante el periodo del virreinato, donde el autor buscó los orígenes de las ciudades actuales destacando la importancia del entorno urbano. La idea principal que guía este estudio es la de dilucidar el valor patrimonial de esos centros históricos, más allá de un simple recuento o una descripción; busca así analizar la situación actual de esos núcleos urbanos cuyas edificaciones y equipamiento proveniente de otras épocas está aún vigente, proponiendo un "llamado a revalorar el papel del espacio colectivo y la centralidad urbana".

El trabajo está organizado en siete capítulos, agrupados en tres temas principales: "Los referentes", "La estructura barrial" y "La espacialidad", además de "Las conclusiones", contenidas en un octavo capítulo, amén de una extensa bibliografía; de estos asuntos, el que trata de la espacialidad tiene comprensiblemente una mayor preponderancia, ya que ocupa las dos terceras partes de la publicación, rasgo particularmente novedoso cuando la mayoría de estos estudios se contentan con un análisis histórico o sociológico dejando de lado la cualidad intrínseca de la arquitectura y el urbanismo: el espacio. Cabe recordar que el estudio se concentra en cuatro ciudades, a saber: Mérida, Campeche, Valladolid e Iza mal, ofreciendo los instrumentos para un cabal y justo análisis de esas poblaciones, basado en la información recabada a lo largo de varios años de trabajo y de una investigación exhaustiva; se trata de las principales localidades fundadas entre 1540 y 1545, que, en la actualidad, concentran el mayor número de habitantes.

En un principio, en el apartado de "Los procesos", no sólo desmiente la calificación del origen virreinal de esos espacios urbanos, al demostrar que cuentan con importantes pervivencias de la cultura maya; concluye entonces que "no hay bases sólidas para pensar que el diseño y la proporción de la plazas virreinales se haya prefigurado e importado en abstracto de principios renacentistas, teniendo una realidad mesoamericana concreta" (p. 87).Plantea así una interesante tesis, donde el acto fundacional de una ciudad española trataba, por una parte, de apropiarse y de legitimar los asentamientos preexistentes y, por la otra, de consolidar lo precedente dentro de las nuevas trazas. Con ello, las propuestas de Marco Tulio Peraza apuntan hacia un "regionalismo" que "se debe sin duda a su particularidad geográfica constituida de condiciones ambientales [...] pero también a circunstancias relacionadas con su especificidad histórica y por ende cultural" (p. 28).Para este investigador, las edificaciones públicas y religiosas, que llama de servicio, no sólo constituyen ámbitos especiales, sino que se convirtieron en hitos urbanos que propiciaron la consolidación de los núcleos habitacionales y los cambios ocurridos en el devenir histórico; esta circunstancia redundó en un enriquecimiento del espacio urbano colectivo, tomando en cuenta a la vez lo social y lo edificatorio. Peraza sustenta para ello su análisis en una serie de principios que, una vez definidos, le sirven para organizar el estudio de las poblaciones seleccionadas: continuidad, concentración, jerarquización, centralidad, homogeneidad, segregación y semantización.

En cuanto al que hemos señalado como tema central, "La espacialidad", lo trata el autor en tres capítulos: "Los símbolos del poder: equipamiento y centralidad urbana", "Los espacios de la fe: evangelización y periferia urbana" y "Los espacios estratégicos: defensa y fortificación urbana". De este modo, queda claro cuáles son los establecimientos y las construcciones heredadas de los poderes del virreinato: el civil, el religioso y el militar, ya que para los dos primeros siguen vigentes en muchos casos. Asimismo, comprendemos cómo estas construcciones dieron forma a las poblaciones, cuyos establecimientos se derivaron de la calidad e importancia de los diversos ejemplos. Resulta por lo tanto indispensable conocer los orígenes constructivos que expone este libro para poder pasar entonces con el autor a aquilatar los actuales resultados en el terreno del urbanismo.

Aunque aún es mucho lo que se puede decir sobre este libro, no pretendo ser tan perfeccionista y minuciosa como el propio autor, puesto que resultará siempre mejor la lectura directa de sus indagaciones y conceptos. Cabe agregar tan sólo que la publicación, de clara organización y fácil lectura en sus casi quinientas páginas, cuenta con buen número de ilustraciones tomadas de documentos coloniales y fotografías del pasado, que coadyuvan a la comprensión de la información, las opiniones y los juicios que contiene.