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Nueva antropología

versión impresa ISSN 0185-0636

Nueva antropol vol.27 no.81 México jul./dic. 2014

 

Artículos

 

La nostalgia. Emociones y significados en la migración trasnacional

 

Shinji Hirai*

 

* Profesor-investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Unidad Noreste. Línea principal de investigación: Cultura e ideología, relaciones étnicas e identidades comunitarias.

 

Resumen

Este trabajo explora la dimensión emocional de la migración transnacional. Particularmente la visita de migrantes mexicanos y méxico-estadounidenses en el periodo vacacional, dando cuenta de las emociones que los migrantes experimentan en este proceso, tales como la nostalgia. A través de la descripción y el análisis de un caso etnográfico en una comunidad en el noreste de México, se discute que la migración transnacional no es un simple desplazamiento físico, sino también un "desplazamiento" de emociones y significados, del cual surgen nuevas prácticas espaciales que transforman la realidad social. Así, la nostalgia no sólo es una emoción que evoca el lugar de origen, sino que también contribuye a la construcción de un conjunto de actitudes relacionadas con las prácticas socioculturales y de movilidad.

Palabra clave: regreso, nostalgia, desplazamiento de emociones, migración transnacional.

 

Abstract

This article explores the emotional dimension of transnational migration in particular the visits of Mexican and Mexican-American migrants during vacation periods by examining the emotions that the migrants experiment in this process, such as nostalgia. Through the description and analysis of an ethnographic case in a community in northeastern Mexico, transnational migration is discussed not merely as a physical displacement, but also a "displacement" of emotions and meanings from which new spatial practices emerge transforming social reality. Therefore, nostalgia is not only an emotion that evokes the place of origin, but also contributes to the construction of a group of attitudes related to sociocultural and mobility practices.

Keywords: return, nostalgia, displacement of emotions, transnational migration.

 

He llegado y vengo a verte. Aunque ausente yo me encuentre, siempre te llevo en mi mente. No me importa la distancia. La distancia no es olvido. Es solamente testigo de un ranchito que no olvido [...] Siempre traten de inculcar a sus hijos y a sus nietos la nostalgia de un pueblito que siempre lleven en mente [...] Esta página es de ustedes.

Este es el comentario que hizo Joe, un ciudadano estadounidense de origen mexicano, en su bitácora de Internet, dedicado a Repueblo de Oriente, su tierra natal ubicada en el municipio de Los Ramones, Nuevo León. En septiembre de 2005 creó una página en Internet, donde ha subido los videos del arroyo, las fiestas y su gente que él mismo filmó en su lugar de origen, que tiene alrededor de 150 habitantes, viajando periódicamente de su lugar de residencia actual en el sur de Texas. El objetivo principal de crear un sitio web es compartir los recuerdos sobre su pueblo de origen con los paisanos que se encuentran en distintas partes de Estados Unidos, fomentarles la visita al pueblo de origen y promover un festival comunitario que él organiza a través de la colaboración de sus paisanos en diciembre, época en que cada año llegan a esta localidad numerosos migrantes méxico-estadounidenses procedentes de Texas, Washington y otras partes de la Unión Americana.

Joe nació en ese pueblo y pasó su infancia ahí. Después se fue con sus padres a vivir al estado de Washington, donde radican muchas familias originarias de su tierra natal, y creció en la comunidad de migrantes y méxico-estadounidenses en el noroeste del país. De ahí se fue a vivir a la región fronteriza texana, donde también se concentran muchos de sus parientes y paisanos.

Para él la nostalgia es un sentimiento que prevalece cuando piensa en sus padres, abuelos y familiares, cuando recuerda su infancia y algunos sitios de su tierra natal: la plaza, el arroyo, las casas antiguas, la escuela. A su vez, es la emoción que le motiva a viajar frecuentemente a su lugar de origen, promover la visita de regreso entre sus paisanos y organizar la fiesta comunitaria.

Sin embargo, llegar a la nostalgia no le resultó nada sencillo. Fue un proceso muy largo, ya que tardó varias décadas en encontrar esta emoción. En su niñez y adolescencia en Estados Unidos veía a México desde el lado norte de la frontera, con enojo y odio. Pasando años y décadas y una trayectoria migratoria larga, la nostalgia se despertó en él.

Del odio a la nostalgia fue un desplazamiento de emociones que experimentó en su trayectoria migratoria; esto fue una experiencia de transición que vivió antes de iniciar su frecuente visita de regreso a México e iniciar la promoción de su pueblo natal y el festival comunitario entre sus paisanos.

Este trabajo propone un enfoque que explora la dimensión emocional de los eventos de movilidad que se dan en torno a la migración transnacional. Particularmente nos interesan la movilidad de regreso de migrantes mexicanos y méxico-estadounidenses en el periodo vacacional, así como la nostalgia que sustenta este fenómeno de movilidad.

El viaje que realizan periódicamente los migrantes para ver a sus familiares que se quedan en los lugares de origen es una forma de movilidad poco explorada en los estudios de la migración internacional (Hirai, 2013a; 2013b). En el contexto actual en que los migrantes mexicanos construyen vínculos transnacionales entre los lugares de destino en Estados Unidos y los lugares de origen en México, los eventos de movilidad que se dan en el ciclo migratorio no sólo consisten en la emigración, la inmigración y la migración de retorno definitivo, sino que también existen otros eventos de movilidad que no implica el cambio del lugar de residencia, como el caso de la visita de regreso a sus lugares de origen en los tiempos liberados del trabajo migratorio (Hirai, 2013a; 2013b).

La movilidad de migrantes hacia sus lugares de origen para ver a sus familiares y amigos es una forma de regreso que contribuye al fortalecimiento de los lazos de las comunidades migrantes con sus lugares de origen. La "visita de regreso" es un evento de movilidad que se puede situar en una etapa intermedia del ciclo migratorio; es decir, entre la emigración/inmigración y la migración de retorno definitivo (Duval, 2002). En este sentido, "la visita de regreso debe ser considerada como una parte integral de ciclo migratorio" y "sirve para vincular los campos sociales que han sido creados más allá de las fronteras modernas geopolíticas" (Duval, 2002: 270-271).

Esta forma de regreso es sumamente importante para entender la migración transnacional, entendida como "el proceso por el cual los inmigrantes forjan y mantienen múltiples relaciones sociales simultáneamente entrelazadas, que unen sus sociedades de origen y las sociedades de asentamiento (Glick Schiller et al., 1995: 48). La movilidad de regreso en vacaciones es una de las modalidades en que los migrantes construyen y fortalecen lazos sociales y culturales con sus comunidades de origen; es una forma de buscar la "incorporación simultánea" tanto en la sociedad receptora como en la emisora (Levitt y Glick Schiller, 2004).

Lo que se pretende en este trabajo es explorar la dimensión subjetiva que sustenta este fenómeno de movilidad, a partir del enfoque en las emociones que se experimentan y expresan en distintas etapas del ciclo migratorio, y analizar la forma en que se moviliza la nostalgia como una emoción colectiva que impacta en la transformación de la comunidad de origen y de la vida de los migrantes y méxico-estadounidenses.

A través de la descripción y el análisis de un caso etnográfico de la movilidad de regreso en vacaciones en una comunidad de origen en el noreste de México,1 se presentará el siguiente argumento: la migración no es un simple desplazamiento físico, sino también un "desplazamiento de emociones y significados", del cual surgen nuevas prácticas espaciales y culturales que transforman la realidad social.

 

LO LOCAL, LO GLOBAL Y LO EMOCIONAL

Los estudios de las emociones y los estudios del vínculo entre lo local y lo global son dos líneas de investigaciones antropológicas que han venido desarrollándose desde la década de 1980. Quizás la primera no haya llamado tanta atención de los antropólogos como la segunda, que está ganando más reconocimiento dentro de la disciplina a través de los estudios del impacto de la globalización y los estudios de la migración internacional (Kearney, 1995).

¿Cómo estudiar culturas en el mundo contemporáneo caracterizado por la circulación transnacional de personas, objetos, dinero, ideas, información y símbolos? Esta cuestión es uno de los retos que enfrentó la antropología en los años ochenta, década en que se hablaba de la crisis de esta disciplina y de la necesidad de hacer etnografías experimentales (Marcus y Fischer, 1986). Desde la década de 1990 han sido propuestos los conceptos, aproximaciones teóricas y metodologías innovadoras que nos dan algunas pistas para hacer "macroetnografía" o "antropología transnacional" (Appadurai, 1991).

En esta nueva dirección de la disciplina o el desafío de hacer etnografía sobre los flujos globales y procesos transnacionales, los estudios de la migración internacional desde la óptica transnacional han cobrado importancia para la antropología. En esta nueva literatura se propusieron nuevos conceptos de espacio social, que se construye entre los lugares de destino y sus comunidades de origen (Glick-Schiller et al., 1992; Kearney y Nagengast, 1989; Rouse, 1989). Además de introducir las miradas antropológicas a los estudios de migración, que habían sido dominados tradicionalmente por la visión economicista y demográfica, los trabajos etnográficos que aportaron los antropólogos a esta nueva literatura han presentado una serie de estudios de casos ejemplares del análisis sobre vínculos entre lo local y lo global, han enriquecido el debate para repensar algunos conceptos clásicos de la antropología, tales como cultura, comunidad e identidad.

Mientras la antropología ha venido extendiendo su mirada hacia los espacios de estudio cada vez más amplios que una sola aldea, una comunidad, una ciudad o una región, también se ha preocupado de cómo elaborar un enfoque que nos permita acercarnos a las experiencias del sujeto de estudio y describir etnográficamente su aspecto interior, junto con el proceso social estudiado.

En los años ochenta, cuando se discutía intensamente cómo hacer etnografías experimentales, algunos antropólogos señalaron que las etnografías clásicas se basaban en un objetivismo que se caracteriza por la ausencia de la descripción del contexto social, político e histórico del campo en que se sitúan tanto el investigador como la población estudiada para realizar el trabajo de campo, el análisis y la descripción de culturas desde una mirada global para poder encontrar un sistema o un patrón; la idea de que la cultura y la sociedad son los que determinan la personalidad, junto con la decisión de individuos, y la descripción de culturas y sociedades como entidades ordenadas, estables, invariables y perdurables (Marcus y Fischer, 1986; Rosaldo, 1989).

Este modo clásico de descripción etnográfica ha sido criticado por haber excluido del marco de la etnografía y del análisis el punto de vista interno de la sociedad estudiada, relaciones de poder, económicas y cambios históricos para extraer un sistema o un patrón. El enfoque en las emociones es uno de los cortes del análisis sociocultural que proponen Marcus y Fischer (1986) y Rosaldo (1989), retomando estas limitaciones de las etnografías clásicas, para entender con profundidad la particularidad cultural a partir de las visiones internas de la sociedad estudiada.

Por su parte, el crítico literario marxista Raymond Williams (1977) aporta una discusión importante al estudio de las emociones y la cultura. Williams señala que hay dos tendencias dominantes en el análisis y la descripción objetivista sobre la cultura y la sociedad: la primera es que la cultura y la sociedad no se entienden ni se describen como lo que está en proceso de formación en el presente, sino como lo que ya se formó, por tanto, como productos que pertenecen al pasado; la segunda tendencia es que el pensamiento, la ideología, la visión del mundo y la creencia se entienden y se describen como lo "social", como lo que ya se formó y se opone a la conciencia, la experiencia y los sentimientos; es decir, aquellos elementos "personales", flexibles y vividos en el presente que escapan de lo fijo y lo establecido.

Para salir de estas tendencias del análisis sociocultural que no permiten entender la tensión y la articulación entre lo social y lo personal, y para analizar y describir el proceso de formación sociocultural, Williams propone el concepto de "estructura de sentimiento". En lo que se enfoca este concepto es la fase justo antes de que aparezca alguna estructura formada, fase intermedia del proceso en que los sentimientos, las conciencias, experiencias y personalidades se convierten en una nueva estructura social.

La virtud de este concepto es que, en el primer lugar, permite entender el punto de vista del sujeto de estudio que vive dentro de cierta situación social; en el segundo lugar, el enfoque en la articulación entre lo social y lo personal permite explicar cómo se relacionan los sentimientos con el entorno social que rodea al sujeto y cómo diversas fuerzas sociales, políticas y económicas penetran al aspecto interior del sujeto y se inscriben en el lenguaje, en los sentimientos y en la imaginación; por último, este concepto nos permite analizar y describir el proceso de formación sociocultural.

Aunque existen trabajos que abordan el análisis de las emociones en la antropología clásica, el creciente interés en lo emocional en esta disciplina tuvo que esperar hasta los años setenta y ochenta. Lutz y White (1986) hicieron una revisión extensa de los trabajos antropológicos sobre las emociones y presentan un estado de arte del estudio de las emociones, con la intención de consolidar la llamada antropología de emociones.

Entre varias aproximaciones propuestas en el estudio de las emociones en la antropología, las siguientes tres son las que nos gustaría rescatar. En primer lugar, a pesar de que han existido una serie de tensiones dicotómicas en la definición de emoción, podemos considerar la emoción como construcción social. Las emociones se construyen en un contexto social e histórico dado, y se experimentan por individuos y/o grupos a consecuencia de algún proceso social y como resultado de sus interacciones con el entorno social. En segundo lugar, las emociones tienen fuerzas motivacionales que estimulan y sustentan en individuos algunas acciones y prácticas; por lo tanto, impactan en el comportamiento, la organización y la vida social. Por último, incorporar el enfoque en las emociones a la etnografía permite describir lo "profundo" del proceso sociocultural y entender el fenómeno estudiado desde las visiones internas del grupo social (Hirai, 2012).

A pesar de que la dimensión emocional es un "vacío" que se ha dejado en los estudios de migración internacional, con la excepción de algunos trabajos (Besserer, 2000; Hirai, 2009; López Castro, 2007; Roca, 2007), el enfoque en las emociones es un punto de partida sumamente sugerente, tanto para la antropología como para los estudios de la migración transnacional. En éstos han sido objetos principales de estudio las redes de relaciones sociales, los flujos de personas, objetos, dinero, símbolos, las organizaciones políticas, las prácticas económicas, las instituciones y otras acciones de los migrantes, los cuales han sido vistos por los investigadores como actividades y elementos fundamentales para analizar el vínculo entre el país receptor y el país de origen de los migrantes, y para plantear nuevos modelos de espacio social. Sin embargo, como lo señala Besserer (1999), los trabajos que se enfocan solamente en estos objetos de estudio que se pueden observar de manera objetiva han marginado el punto de vista privilegiado de aquellos sujetos que viven sus vidas desde la transnacionalidad. Por lo tanto, cómo describir los procesos transnacionales en forma "émica" ha sido una de las tareas más importantes para estos estudios.

Para la línea de investigación antropológica sobre el vínculo entre lo local y lo global, la introducción del enfoque en las emociones podría ser una combinación poderosa y ambiciosa de dos perspectivas teóricas que no sólo permite describir y explicar el vínculo entre lo local y lo global desde la visión émica, sino también describir el impacto de la globalización y los procesos transnacionales en lo profundo de la vida personal y social del sujeto de estudio, así como el papel que juega lo emocional en la construcción y la reconfiguración del vínculo entre lo local y lo global (Hirai, 2012).

 

MIGRACIÓN DEL NORESTE DE MÉXICO A ESTADOS UNIDOS

La migración hacia Estados Unidos no es algo que recientemente se presentó en la vida familiar de Joe. Aunque se fue al norte con sus padres en 1972, sus abuelos maternos eran mexicanos nacidos en Estados Unidos, por lo cual se supone que la historia de la migración en su familia remonta, por lo menos, a la generación de sus bisabuelos. En este sentido, Joe es miembro de una "familia transnacional" que ha organizado "sus labores productivas y reproductivas" en generaciones, "a través de una frontera política-administrativa internacional" (Mummert, 2010: 168).

La antigüedad de la historia migratoria y la circulación de personas entre el lugar de origen en el noreste de México, la región fronteriza texana y otra región receptora en Estados Unidos no son algo exclusivo de la familia de Joe, sino que también se comparten por muchas otras familias originarias de Repueblo de Oriente y los pueblos circunvecinos del norte del municipio de Los Ramones. Según datos históricos encontrados en el archivo municipal y las historias orales sobre la experiencia migratoria familiar que recolecté durante el trabajo de campo realizado en 2009, en ese municipio de Nuevo León en la década de 1910 ya había pobladores que se iban a localidades del sur de Texas. Repueblo de Oriente y sus pueblos circunvecinos conforman la zona norte del municipio, donde la producción del campo ha sido inestable, debido a la falta de sistemas de riego, por lo que la gente se dedicaba tradicionalmente a la ganadería. La escasez de agua, por un lado, fue un factor que empujaba a la gente a buscar soluciones inmediatas de problemas económicos y de escasez de alimentos a través de la migración laboral hacia Texas; por otro lado, llevó a los habitantes a unirse para realizar algunas obras comunitarias como la construcción de una presa en la década de 1940.

A pesar de que la historia migratoria remonta a las primeras décadas del siglo XX, la salida masiva de los habitantes de la zona norte del municipio comenzó durante el periodo del Programa Bracero (1942-1964), particularmente en los años cincuenta. A mediados de esa década la sequía afectó la producción agrícola y ganadera en el norte del municipio.

Durante el periodo de dicho programa los migrantes se iban primero a Texas, para la pizca de productos agrícolas. Luego, cuando iniciaba la temporada de cosecha de otros productos en otros estados, viajaban a otros campos de cultivo. Así, en esa primera etapa de la emigración masiva se había desarrollado un patrón migratorio estacional y circular que consistía en la siguiente carrera de recolecta: los migrantes iniciaban sus labores en los campos en Texas, y luego viajaban a estados como Florida, Arizona, California, Alabama, Minnesota, Indiana, Oregon, Michigan, Nebraska, Dakota del Norte y Washington, para recolectar algodón, fresas, papas, betabel y otras verduras y frutas; cuando terminaba todo el ciclo agrícola en Estados Unidos, regresaban a Texas, y de ahí a sus comunidades de origen en México.

A lo largo de constantes viajes de ir y venir entre el noreste de México, Texas y los estados remotos del país del norte, los migrantes originarios de Repueblo de Oriente se han concentrado en dos regiones en el país receptor. Las localidades fronterizas en el sur de Texas constituyen una de estas regiones de destino, donde establecieron muchas familias originarias no sólo de Repueblo de Oriente, sino también de otras localidades del municipio de Los Ramones. Moses Lake, Warden, Othello, Tri-cities y Quincy son las áreas en el estado de Washington que constituyen la segunda región de destino donde se concentran numerosas familias migrantes originarias de Repueblo de Oriente.

En la década de 1950, cuando surgió una fuerte demanda de mano de obra barata en el noroeste de Estados Unidos, fueron introducidos los migrantes mexicanos a través del Programa Bracero. Después los méxico-estadounidenses del sur de Texas se incorporaron a esta corriente del sur al noroeste del país, viajando con familias enteras hacia el estado de Washington (García, 2007). Los migrantes originarios de Repueblo de Oriente se enteraron de la oportunidad de trabajo para mexicanos en el noroeste de Estados Unidos, a través de los ciudadanos estadounidenses de origen mexicano en Texas, quienes tenían conocimiento del trabajo agrícola en el estado de Washington. En este contexto, a mediados de los años cincuenta varios migrantes originarios de Repueblo de Oriente se fueron al estado de Washington. Pero lo interesante es que había varios casos en que los migrantes consiguieron la green card, que aseguraba la residencia permanente, y viajaron a Estados Unidos con el estatus migratorio legal.

En Los Ramones estos migrantes legales se denominan "pasaporteados", los cuales han sido una generación de migrantes sumamente importante para que las siguientes generaciones pudieran asegurar sus constantes viajes de ir y venir, además de facilitar la emigración de otros miembros de familia. A partir de esa generación se ha generalizado la migración legal hacia Estados Unidos hasta la fecha. Hoy en día la mayoría de los migrantes viajan a Estados Unidos legalmente, y en muchos hogares en el norte del municipio la migración es una "tradición" que ha durado en varias generaciones.

Hoy en día se ha diversificado el trabajo que ocupan los migrantes originarios de Repueblo de Oriente. Muchos de ellos siguen trabajando en la agricultura, pero sin hacer una ruta interestatal de pizca de frutas y verduras, como lo hacían antes. Otros se dedican a trabajar como mayordomos, es decir, jefe del grupo de trabajadores en los campos. También ahora es común trabajar no sólo en los campos, sino en las bodegas donde se guardan y empacan los productos agrícolas cosechados con máquinas. Incluso algún migrante llegó a ser propietario de este tipo de bodegas. En cuanto a los hijos de migrantes, la diversificación del trabajo es mucho más notoria. Hay méxico-estadounidenses que tienen trabajos en los sectores laborales no agrícolas. Incluso, algunas personas trabajan como profesionistas en otras áreas de trabajo en los lugares de destino.

A lo largo de la historia de migración hacia Estados Unidos, muchas familias migrantes originarias del norte del municipio de Los Ramones han expandido sus redes familiares entre Los Ramones, el sur de Texas y otros estados remotos, como el estado de Washington. Sin embargo, no podemos pensar que las familias migrantes permanecen en sus lugares de destino hasta que decidan abandonar sus vidas migratorias a través del retorno definitivo, una vez que se instalan ahí. Más bien, visitan frecuentemente sus lugares de origen en México, en sus tiempos liberados de las actividades obligatorias en el país receptor, circulando entre sus lugares de residencia, los lugares de residencia de otros miembros de familia y sus lugares de origen. En este sentido, para estas familias migrantes la idea de permanecer en una sola localidad y la residencia en un solo lugar es algo relativo.

 

VISITAS DE REGRESO EN VACACIONES2

En cuanto a los flujos de retorno, cabe mencionar que ha habido casos del retorno definitivo de migrantes para iniciar algún negocio en sus lugares de origen o por la jubilación. De hecho, en la presidencia municipal de Los Ramones, los retornados han ocupado cargos importantes en la última década. Sin embargo, los siguientes dos flujos de retorno temporal de migrantes han sido un fenómeno masivo. La primera forma de regreso son los viajes que hacen en invierno los migrantes, cuyas actividades productivas están sujetas al ciclo de producción agrícola. Muchos de estos migrantes, a pesar de tener condiciones legales para poder establecerse en los lugares de destino durante todo el año, viajan a sus lugares de origen con sus hijos de menor de edad, cuando llega la temporada de frío, por varias razones: porque sus ahorros rinden más en México; porque pueden solicitar la pensión de desempleo durante el invierno; y porque quieren estar liberados del trabajo tan pesado durante un tiempo largo para descansar.

Para este grupo de migrantes de retorno la estancia en sus lugares de origen inicia en noviembre y dura cuatro o cinco meses, hasta febrero o marzo, por lo cual sus hijos se reincorporan a la escuela primaria, secundaria y preparatoria en sus lugares de origen. Para apoyar a los niños que se mueven cíclicamente entre México y Estados Unidos en la incorporación y reincorporación a las escuelas y en la revalidación de los estudios realizados en el extranjero, la Secretaría de Educación del Estado de Nuevo León creó el Programa Educación, el cual se implementó primero en Repueblo de Oriente, donde el número de alumnos de la primaria alcanza cerca de cien entre noviembre y marzo, y reduce hasta la mitad cuando termina el invierno.3

La segunda forma de movilidad importante son las visitas de regreso que hacen los migrantes a sus lugares de origen en vacaciones de navidad. Para este grupo de migrantes, sus trabajos no están sujetos al ciclo agrícola en los lugares de destino, sino a otro calendario laboral que les permite realizar sólo una estancia corta en sus terruños desde la segunda mitad de diciembre hasta terminar la primera semana de enero. En este caso también los migrantes viajan, por lo general con sus familias, incluyendo sus hijos nacidos y/o crecidos en Estados Unidos. A esta corriente de regreso de la primera generación de migrantes en la temporada navideña se incorporan los méxico-estadounidenses adultos radicados en el estado de Washington y Texas, quienes viajan con sus esposas e hijos. En este sentido, esta visita de regreso durante la temporada navideña es una movilidad que involucra varias generaciones de migrantes.

En contraste con el silencio que reina en los pueblos ubicados en el norte del municipio y pocas personas que se ven en las calles y plazas en los pueblos, entrando en el mes de noviembre, en las calles de los pueblos del norte y en el camino que conectan a éstos con la cabecera municipal, comienzan a circular numerosas camionetas con placas de los estados de Washington, Texas, Nebraska, Dakota del Norte y otros estados del país del norte. Asimismo, se abren los restaurantes y otros negocios estacionales que estaban cerrados durante meses; se comienza a escuchar el inglés entre los niños que juegan en la plaza y entre los jóvenes que andan circulando en las calles en cuatrimotos; aunque estaban vacías la mayoría de las casas de lujo recién construidas en Repueblo de Oriente y sus pueblos circunvecinos, en invierno se ven personas viviendo y haciendo limpieza, o arreglando alguna parte de sus viviendas. Según datos del INEGI (2006), en 2005 Repueblo de Oriente contaba con 152 habitantes y con 201 viviendas, de las cuales sólo 46 estaban habitadas; 33 eran casas deshabitadas, y 122 eran de uso temporal. En el norte del municipio también hay otros pueblos que tienen demasiadas casas por su tamaño de población y el número reducido de familia que habitan todo el año. Estas casas clasificadas como de "uso temporal" son las viviendas que se ocupan por los migrantes y méxico-estadounidenses que visitan sus lugares de origen en invierno por semanas o por meses.

En la temporada navideña, la vida social y las actividades económicas y culturales se revitalizan y se vuelven más dinámicas. De diciembre y hasta la primera semana de enero llegan más migrantes y sus familias que radican en Estados Unidos; se celebra prácticamente a diario algún evento social en las casas o en los salones de fiesta en el municipio. Estas fiestas sociales son ocasiones para fortalecer los lazos entre los miembros de familia transnacional y hacer visible la familia extensa que está dispersa durante la mayor parte del año y fragmentada por las actividades laborales y escolares que realizan sus miembros en distintos lugares de Estados Unidos. Asimismo, el bautismo, la primera comunión, la confirmación y la fiesta de quince años son ritos de paso en que participan los hijos y nietos de migrantes, nacidos y/o crecidos en Estados Unidos. En este sentido, para los niños y adolescentes méxico-estadounidenses la visita de regreso a la tierra de origen ancestral en vacaciones es una oportunidad para terminar algunas etapas de socialización en México y se observa un proceso de transnacionalización de la infancia y adolescencia de méxico-estadounidenese (Smith, 2006: 283), en el cual el lugar de origen funciona como un centro ritual.

Por otra parte, se organizan dos fiestas comunitarias en Repueblo de Oriente durante la temporada de visita de regreso. La primera es la celebración del aniversario de la Revolución mexicana el 20 de noviembre. La segunda es la fiesta llamada Tradición RDO (Repueblo de Oriente) que se organiza cada 26 de diciembre desde 2005, con la iniciativa de Joe para festejar el aniversario de la fundación del pueblo.

 

DEL ODIO A LA NOSTALGIA

En su pueblo de origen, la gente llama a Joe de dos modos diferentes. Muchos le dicen Joe, pero otros que lo conocen desde niño le llaman José Luis. Joe pertenece a una generación de hijos de migrantes mexicanos, nacidos en México pero que se fueron de niños o de adolescentes a Estados Unidos, por lo cual no es la segunda generación de hijos de migrantes, sino la "generación 1.5" (Smith, 2006). Joe nació en 1961 en el municipio de Los Ramones, Nuevo León. Ahí fue bautizado en la Iglesia católica. Luego, en 1972 sus padres lo llevaron, sin tener el documento migratorio legal para él, al estado de Washington, donde vivió hasta 1980 y se convirtió en protestante, igual que sus padres y muchos de sus paisanos. En 1980 obtuvo la residencia permanente en Estados Unidos. En ese año se fue a vivir al sur de Texas porque sus padres le recomendaron que fuera a vivir en un lugar más seguro y lejos del estado de Washington, donde hubo una erupción catastrófica del monte Santa Helena en el mismo año. Ahí comenzó a trabajar como modelo y actor, oficio que tiene hasta la fecha. En 1988 se casó con una estadounidense de origen no hispano, y en la década de los años noventa obtuvo la ciudadanía estadounidense.

Aunque la nostalgia y el deseo de contribuir en favor de su pueblo de origen y de su gente son dos sentimientos que sustentan su frecuente visita de regreso y la organización de la fiesta comunitaria el 26 de diciembre, tardaron bastante tiempo en llegar estos sentimientos y en iniciar sus frecuentes viajes al lado sur de la frontera. Después de haber emigrado con sus padres y su familia al estado de Washington, al igual que sus paisanos, viajaba frecuentemente a México cuando terminaba el ciclo laboral de año en el lugar de destino. Llegando al sur de Texas, mientras otros miembros de su familia y sus paisanos cruzaban la frontera para regresar a Repueblo de Oriente, Joe tenía que quedarse en la casa de un familiar en el lado norte de la frontera porque no tenía el documento legal que le garantizaba el regreso seguro a Estados Unidos. Durante la entrevista realizada en la plaza de su pueblo de origen en 2009, me comentó que él veía a México con el odio desde el lado norte de la frontera, empezó a culpar a México por esta separación de su tierra natal y se preguntaba por qué el gobierno de México no hacía nada para que pudiera viajar con su familia y paisanos a su tierra natal, y luego volver a Estados Unidos cuando terminaban las vacaciones.

Gail Mummert (2010) argumenta que los hijos de migrantes criados a distancia experimentan los sentimientos de abandono, soledad, resentimiento e impotencia ante la separación física prolongada de sus padres. En el caso de Joe, la separación física de su tierra natal y el hecho de no poder viajar con su familia y sus paisanos a México por la falta del estatus legal en Estados Unidos, le hicieron dirigir los sentimientos negativos hacia México.

A pesar de haber crecido con el resentimiento hacia su país de origen, cuando ya tenía la mayoría de edad y la residencia permanente decidió viajar solo a México y a Repueblo de Oriente, porque sintió la necesidad de reconciliarse con sus sentimientos encontrados hacia México y una creciente curiosidad sobre su tierra natal.

Después de ese viaje se distanció nuevamente de México. Durante este segundo distanciamiento empezó a trabajar como actor y modelo, se casó, tuvo hijos y se naturalizó en Estados Unidos. Sin embargo, en los años recientes de repente empezó a sentir que estaba perdiendo algo dentro de él, y sentía que mientras "se americanizaba" cada vez más estaba perdiendo algo. Él explicó que ese algo era la "cultura". Durante la entrevista y varias conversaciones que tuve con él cuando venía a México, y en el otoño de 2009 —cuando vino a filmar algunas imágenes de su pueblo de origen para su blog—, me explicaba que para él la cultura que uno debe conservar consistía en las tradiciones, la ayuda mutua y otros valores que se le inculcaron en el lugar de origen.

Antes de iniciar las frecuentes visitas, que continúan hasta la fecha,4 sintió la necesidad de recuperar esa "cultura" que estaba perdiendo y actualizar los elementos mexicanos de su identidad. Además, experimentaba una fuerte nostalgia hacia su infancia vivida en Repueblo de Oriente. Su esposa fue quien le recomendó y motivó a viajar a su lugar de origen para resolver este conflicto interno. Desde que realizó esa visita de regreso décadas después de haber estado ausente en su tierra natal, comenzó a frecuentar a Repueblo de Oriente en su camioneta, a veces con su hijo, aprovechando la cercanía geográfica entre esa comunidad de Nuevo León y su lugar de residencia en Texas.

En septiembre de 2005 creó un blog en Internet, dedicado a su pueblo natal, con la idea de compartir las fotos y videos tomados en sus viajes, los recuerdos y la añoranza con sus parientes y paisanos que se encuentran en diferentes lugares de Estados Unidos; de esa manera intenta promover las visitas frecuentes de regreso entre sus paisanos.

En el blog Joe ha subido las fotos antiguas de una asociación de labradores y campesinos del pueblo fundada en 1926, de la presa que se construyó hace más de 50 años, del arroyo y de una casa del rancho; los videos de algunas canciones de la música ranchera, de entrevista con las personas mayores que hablan de sus recuerdos, de la plaza que recientemente fue remodelada y de la celebración de la fiesta Tradición RDO.

El 26 de diciembre de 2009, mientras la gente estaba esperando el inicio del desfile de carros alegóricos, Joe colocó su cámara de video digital con tripié en una esquina del pueblo, para filmar su reportaje de la celebración de la fiesta, dirigiendo el mensaje hacia sus paisanos que no pudieron volver en ese año: "A todos ustedes que nos están viendo de todas partes en Estados Unidos, les mandamos un saludo [...] desde aquí, Repueblo de Oriente. Los esperamos el año entrante. ¡Vengan! [...] ¡No se queden!"

Además de trabajar como actor y modelo para la publicidad, actualmente también se dedica a ser presentador comercial. Su experiencia de trabajar en los medios de comunicación le ha servido para elaborar el video del reportaje de Repueblo de Oriente. Joe me explicó que esta página de Internet era como un programa de televisión sobre su pueblo natal, pero dirigido a sus paisanos. Para promover el viaje de regreso, selecciona las palabras utilizadas en la narración, el ángulo de donde filma su reportaje y el sitio donde se para frente a la cámara. En un video subido a su blog en junio de 2009, Joe aparece sentado en la orilla de un arroyo. En el fondo se escucha la canción "Pueblo viejo" de Los Alegres de Michoacán y el sonido del agua que corre en el arroyo. "Como pueden oír el agua de nuestro arroyo. El sonido del agua cuando está pasando sobre las piedras. Esto sí es la vida. Esto es nuestro arroyo. Nunca lo habíamos visto en esta forma. Ahora que estamos tan lejos, pues lo extrañamos."

Tanto para Joe como para sus paisanos, quienes pasaron una parte de su infancia y juventud en el pueblo, sitios como el arroyo tienen significados especiales y evocan las memorias de su pasado. Precisamente para estimular a sus paisanos a recordar este sitio y la convivencia que se desarrollaba ahí, así como para despertar en ellos la nostalgia, Joe filma la imagen en sitios de este tipo. La transmisión del video de Repueblo de Oriente entre los paisanos a través de ese medio ha tenido respuestas muy positivas, dado que muchos aprecian los esfuerzos de Joe y le agradecen por haber visitado tantas veces su pueblo de origen para recordar a sus parientes, amigos y su lugar de origen. Por ejemplo, para promover la fiesta anual en diciembre Joe subió un video de slideshow de las fotos de la plaza y las calles del pueblo, el ganado en el rancho, el desfile, la bandera de México y el paisaje rústico del alrededor del pueblo. Se publicaron 11 comentarios sobre este video por parte de sus paisanos, uno de los cuales comentó lo siguiente: "I thank you for keeping the memory of the town where my parents grew up alive [...] I am glad that you take time out of your busy life to keep the memory of this town alive. I appreciate all of you efforts and I'm proud of Repueblo de Oriente." Otro escribió: "Thank you for the wonderful of us who couldn't be there [...] I miss my mom, my house and all of my friends. Hope to see everyone son [...] Te extraño Repueblo de Oriente, siempre estás en mi corazón".

El 26 de diciembre de 2005 se realizó por primera vez la fiesta Tradición RDO. Joe forma parte del comité directivo de la organización de la fiesta, junto con su pariente, una profesora y dos habitantes del pueblo. La idea de organizar esta fiesta le surgió a Joe cuando pensaba que en cada invierno venían muchos paisanos provenientes de Estados Unidos y celebraban las fiestas familiares, pero no celebraban alguna fiesta dedicada al pueblo ni habían tenido un evento que convocara a toda la gente que ahí se congregaba.

Para organizar esta fiesta comunitaria Joe consiguió el patrocinio de una cadena de tiendas de botas, sombreros y ropa de estilo vaquero en el valle de Río Grande, Texas, y la colaboración de una radiodifusora de McAllen, Texas. Los habitantes del pueblo y de algunas localidades circunvecinas también colaboran, poniendo puestos de venta de algunos platillos típicos de México y del noreste del país, postres y bebidas. El día de la fiesta, los habitantes que tienen negocios de abarrotes y restaurantes en el pueblo también colaboran, cerrando sus locales comerciales para que la gente consuma alimentos y bebidas únicamente en los puestos instalados en la plaza. Las ganancias de la venta de comida y bebidas se destinan a un fondo que se invierte en algunos proyectos comunitarios, como el mejoramiento de la infraestructura de las escuelas locales.

Los eventos de la fiesta inician con el desfile de carros alegóricos, en el cual participa un grupo que lleva el escudo de la Sociedad Mutualista de Labradores y Campesinos de Repueblo de Oriente, las camionetas con lonas de algunos negocios del pueblo y otras localidades cercanas, la escuela prees-colar, un equipo de béisbol, tractores, un grupo de jóvenes méxico-estadounidenses que manejan cuatrimotos, otro grupo de motociclistas de los pueblos circunvecinos y las caballerizas de un pueblo cercano. Numerosas personas observan el desfile que pasa por las calles principales del pueblo. Según un miembro del comité directivo de la organización de esta fiesta, el 26 de diciembre de 2008 había cerca de 2 000 personas. Ese día muchos niños y adultos se visten de pantalón de mezclilla, botas y sombrero para participar en la fiesta. Durante la fiesta también se realizan las presentaciones del baile folclórico, música ranchera por los cantantes originarios del norte del municipio y el bailable con la música norteña alrededor del quiosco.

Aunque en la fiesta se realizan el saludo y juramento a la bandera de México, además del canto de su himno nacional, Joe me explicó que por lo general en este desfile alguien llevaba las banderas de México y Estados Unidos, porque esta fiesta no sólo era para los habitantes de aquí y los migrantes, sino también para los méxico-estadounidenses y para representar la cultura binacional que han cultivado por generaciones los originarios de este pueblo.

Durante la fiesta celebrada el 26 de diciembre de 2009 las conductoras de la fiesta hablaban de sus recuerdos de la vivencia que tenían en la plaza del pueblo y la melodía que escuchaban en su infancia, y enfatizaron la nostalgia que sentían hacia su pasado y hacia este pueblo, y en la importancia de conservar las tradiciones y enseñar a los hijos la cultura y valores de su lugar de origen.

Entre los eventos que se presentaban en la escena principal instalada al lado de la plaza, las conductoras hicieron un concurso para premiar a la persona que llevaba más tiempo de no haber regresado desde que vino por última vez. La ganadora de este concurso recibió un cupón de 50 dólares que se pueden usar en la compra de productos en las tiendas de botas, sombrero y ropa estilo vaquero en el valle de Río Grande, Texas.

 

CONCLUSIONES

En este artículo he tratado de mostrar el itinerario subjetivo de un migrante mexicano, quien pasó su infancia en México, vivió su adolescencia en Estados Unidos y comenzó a realizar la frecuente visita de regreso a su pueblo natal después de haber transitado del odio a la nostalgia. Para Joe, la migración transnacional no sólo significa una serie de los eventos de desplazamiento físico entre México y distintos lugares en Estados Unidos. Conforme vino transitando distintas etapas del ciclo de vida y diferentes estatus migratorios ha vivido los cambios en su emoción, en la forma de percibir a su país y en la relación con su lugar de origen.

James Clifford (1999) argumenta que el término "desplazamiento" no sólo se refiere al movimiento físico de un lugar a otro, sino también una práctica que constituye diversos significados culturales. En el caso de Joe, hay un "desplazamiento de emociones", ya que primero experimentó el odio y resentimiento hacia su país de origen cuando vivía la separación prolongada de su tierra natal durante su niñez y adolescencia, debido a su condición de inmigrante indocumentado; luego, en el proceso de asimilación al país receptor que vivió en las siguientes etapas del ciclo de vida, a través de la legalización de su estatus migratorio, el matrimonio con una estadounidense, tener hijos y naturalizarse en Estados Unidos y trabajar como actor y modelo en los medios de comunicación, vivió la "americanización" con el temor de estar perdiendo algunos elementos importantes de su identidad méxico-estadounidense; y posteriormente llegó a la nostalgia y al deseo de recuperar las tradiciones de su lugar de origen y actualizar los elementos mexicanos de su identidad, y el deseo de contribuir para su gente y su pueblo.

De este desplazamiento de emociones surgieron algunas prácticas culturales que él desarrolla mediante el cruce fronterizo con la intención de construir una emoción colectiva que contribuya al fortalecimiento de los lazos sociales y culturales con su lugar de origen, compartiendo sus emociones y memorias personales con sus paisanos que radican en distintos lugares de Estados Unidos. Creó dos aparatos culturales, el blog de su pueblo natal en Internet y la fiesta comunitaria que se celebra en diciembre. La página de Internet funciona para crear la conexión virtual entre los miembros de la comunidad que se encuentran dispersos en distintos lugares de Estados Unidos y México, así como para promover la vista de regreso entre sus paisanos. Joe me comentó que sentía la necesidad de hacer algo para dar un rumbo a las acciones individuales a favor del pueblo de origen. De cierta manera, la creación del blog es una práctica que guía las emociones y memorias personales de cada uno de los miembros de la comunidad para convertirlas en lo colectivo.

Por su parte, la fiesta Tradición rdü es un aparato cultural en el cual se dan la "ritualización de las emociones" (Besserer, 2000: 376-377) y la "dramatización social" (Appadurai, 1991) del reencuentro con los paisanos a través del uso de la nostalgia por parte de las conductoras, como un discurso para recordar el pasado y por medio del concurso que premia a la persona que logró terminar la etapa de mayor distanciamiento del pueblo de origen.

Este caso etnográfico no sólo muestra cómo se forman las emociones, sino también el efecto de las emociones y el nexo entre emoción y acción. La nostalgia es un estado de ánimo, una emoción cambiante y fluida. Pero, a través de la celebración de este ritual y el uso de los medios de comunicación, se pretende transformar este estado de ánimo en una emoción estática, fija, permanente, e incluso legítima. Sin embargo, la nostalgia no sólo es una emoción que evoca el lugar de origen, sino que también contribuye a la construcción de un conjunto de actitudes relacionadas con el terruño y prácticas sociocul-turales y de movilidad.

Para entender este efecto de la nostalgia es importante hablar de la "fuerza cultural de emociones" (Rosaldo, 1989) y entender otro aspecto de las emociones: las emociones como lenguaje. Además del uso de las imágenes del paisaje del pueblo, el discurso emocional (Lutz y Abu-Lughod, 1990) que usa Joe en sus videos es lo que pretende orientar ideas, acciones y emociones de aquellos que escuchan sus narraciones sobre el pueblo de origen. Aquí podemos identificar una "estructura de sentimientos" (Williams, 1977) que surge no sólo de las experiencias emocionales de los migrantes, sino también del uso de las emociones como lenguaje y de la institucionalización de la manifestación de las emociones a través del ritual (Whitehouse, 2005). Esta estructura de sentimientos sustenta las prácticas de construir y fortalecer los lazos familiares, sociales y culturales entre los mexicanos de diferentes generaciones y de diferentes lugares de residencia, a través de la visita de regreso en vacaciones.

 

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Notas

1 El trabajo de campo, en el cual se basa este artículo, se realizó en Los Ramones entre julio y diciembre de 2009 en el marco de mi proyecto de investigación "Tres flujos migratorios transnacionales en el noreste de México".

2 Recientemente publiqué un trabajo sobre la reconceptualización de retorno desde la perspectiva transnacional y otro texto sobre la revisión de los trabajos que describen etnográficamente la movilidad de regreso de migrantes en vacaciones (Hirai, 2013a; 2013b).

3 Catalina Panait (2011) investigó las transiciones y rupturas lingüísticas de niños migrantes circulares que pasan la mitad del año escolar en escuelas de Minnesota y la otra mitad en Los Ramones, Nuevo León. Algunos investigadores denomina a este tipo de estudiantes "alumnos transnacionales" (Zúñiga et al., 2008).

4 Entre 2010 y 2012 Joe viajaba a su pueblo de origen con menos frecuencia que antes, debido al problema de intensidad que se expandió de la frontera con Estados Unidos hacia los municipios rurales de Nuevo León, posteriormente hacia el área metropolitana de Monterrey. Yo también tuve que suspender el trabajo de campo en Los Ramones y en la región fronteriza del noreste de México durante ese periodo.

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