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Nueva antropología

versión impresa ISSN 0185-0636

Nueva antropol vol.22 no.71 México jul./dic. 2009

 

Reseñas Bibliográficas

 

Scott Robinson Studebaker, Héctor Tejera Gaona y Laura Valladares de la Cruz (coords.), Política, etnicidad e inclusión digital en los albores del milenio

 

Jesús Aguilar López*

 

México, Miguel Ángel Porrúa/UAM-I, 2007.

 

* Doctor en Estudios sociales-procesos políticos, El Colegio de México y Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes, A. C. [jesuspolitologo@gmail.com].

 

El libro recopila diversas investigaciones presentadas en 2006 en el Seminario Simbolismo y Poder del Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana. La recopilación de los textos analizan tres líneas problemáticas: política, cultura y ciudadanía; etnicidad y procesos políticos en la globalización, y nuevos medios. Bajo estas temáticas diversos autores exponen sus hallazgos de investigación que dan cuenta de una sociedad que inicia un nuevo milenio. Una sociedad que se caracteriza por sus contrastes, pero que convive, a veces con ciertas dificultades, con el modelo que desea alcanzar y las prácticas del siglo pasado que no abandona, sino que las transforma. Son en todo caso los retos que las ciencias sociales deben enfrentar, en particular la antropología.

El lector encontrará en la primera parte del libro una rica discusión sobre ciudadanía, participación, accountability, identidad política, cultura política y, siempre como telón de fondo, la democracia y el poder. Es imperante ya hablar de procesos de consolidación democrática. El régimen político mexicano ha cambiado de tal forma que permite ensayar ciertos ejercicios democráticos que van más allá de la participación electoral. Ejemplo de ello es lo que afirma Héctor Tejera al inicio de su participación: "La configuración cultural de la identidad ciudadana resulta de su interacción con los partidos políticos y las instituciones gubernamentales locales. Dicha identidad influye en su comportamiento político, el cual propicia u obstaculiza el establecimiento de relaciones democráticas en la ciudad de México" (p. 15). Esboza una especia de hipótesis. La identidad política de los ciudadanos, su cultura política, estará determinada por la interacción con los objetos de poder. A partir de ahí se analizan las características y virtudes democráticas de ambas partes. Por ello se ve en el estudio que en las prácticas de los partidos políticos y de los ciudadanos existe una aceptación de los valores democráticos, pero en los hechos las prácticas clientelistas tienen un alto nivel de aceptación y efectividad. Lo que en otros contextos era criticable ahora debe ser visto como una práctica "natural" de la política.

Por su parte, el texto de Roberto Gutiérrez y Rosalía Winocur obliga a repensar el concepto de participación, pues en todas las esferas de la democracia es el elemento esencial para que ésta funcione: "[...] aunque con frecuencia se asocia directamente democracia con participación, es necesario adjetivar esta última para que efectivamente podamos hablar de una participación propia de tal sistema de convivencia, competencia y representación" (p. 50). En este tenor, afirman que "[...]la institucionalización efectiva de un sistema político democrático, cuestión clave para los organismos institucionales inscritos en él, depende de que exista un convencimiento real de los distintos sectores que conforman la comunidad nacional sobre la bondad y ventajas de dicho sistema[...]" (p. 80). Y reconocen que precisamente la falta de un sentido compartido sobre el sistema democrático es lo que frena en buena medida la posible consolidación del sistema democrático. En otras palabras, se debe partir de un entendimiento de las diferentes partes acerca de lo que se quiere como sistema de gobierno. Por ello la insistencia de los investigadores en entender los significados de la participación en diversos contextos políticos y sociales para así comprender la disonancia entre lo que quiere la sociedad como sistema democrático y el rol que juegan las instituciones públicas.

En esta misma tesitura, Eleazar Ramos reflexiona sobre el imaginario político de los jóvenes en México. Los jóvenes son el grupo de edad mayoritario en el país, y por esa razón cuantitativa reviste importancia la atención que se le dedique a ellos, pues son con quienes se consolidará el sistema democrático. Efectivamente, el texto de Ramos motiva a la reflexión y al debate cuando concluye que los jóvenes están alejados de la política y que "[...] en su mayoría hayan considerado a la corrupción como el término definidor de la política por excelencia [...]" (p. 91). En todo caso, para los jóvenes la participación política es entendida en su acepción formal-procedimental: elegir gobernantes mediante mecanismos electorales. Y esto es así porque hay un evidente divorcio entre los conceptos que se idealizan (democracia) y la vida cotidiana en que se desenvuelven los jóvenes. Eleazar Ramos afirma que: "A la democracia se le piensa y ejemplifica no en términos formales y procedimentales, acerca de lo que 'debiera ser', sino en términos de las técnicas y estrategias -muchas de ellas consabidas- a que recurren los actores y partidos políticos para asegurarse el triunfo en las urnas" (p.113). En todo caso, lo que se resalta es que no hay un contexto favorable para que la democracia como sistema de gobierno y de vida sea ampliamente adoptado por los jóvenes, lo que hace que se corra el riesgo de que la democracia mexicana no se consolide, sino que se repliquen los esquemas autoritarios.

Se tiene entonces una democracia en términos minimalista, procedimental, que cumple con el hecho de que el país celebre elecciones de manera regular. Pero lo que se quiere es ir más allá, hacia una democracia que involucre más a los ciudadanos, para "[...] reducir los efectos de dominación y poder arbitrario" (p. 131). Esto es lo que Alejandro Monsiváis Carrillo expone, dado que "La competencia electoral adquiere su pleno sentido cuando existen alternativas significativas para promover las políticas públicas" (p.144). Es por ello que considera el accountability público como el mejor mecanismo para alcanzar una democracia amplia y consolidada. El accountability genera la legitimidad ciudadana que requieren los gobiernos para lograr llevar a los ciudadanos de la desconfianza a una mayor y mejor interacción con el sistema político.

Una de las conclusiones más interesantes a las que llega Monsiváis Carrillo es que observa una relación positiva entre quienes consideran que las organizaciones civiles y los ciudadanos tienen influencia en la política, y que las leyes y políticas públicas responden a las preferencias de la ciudadanía y su satisfacción con la democracia.

Ahora bien, una temática que complementa y enriquece el conjunto de estudios abordados es el de la etnicidad en los procesos políticos. Si en el mundo no indígena la democracia no se ha consolidado del todo, en el mundo indígena los retos no son menos complejos. Por ello es valioso tener cinco trabajos -producto de la investigación de campo- en los que se exponen de manera clara y hasta apasionada las diferentes problemáticas de la relación entre los pueblos indígenas y el Estado mexicano.

Los discursos y reflexiones expuestas van más allá de una simple evaluación de la aceptación o rechazo de los procesos políticos del Estado mexicano, sino que se expone la forma cómo se trata de resolver añejas y nuevas problemáticas

Como bien dice Laura Valladares, los textos se pueden agrupar en dos grandes temas: "[...] la larga y compleja lucha del movimiento mexicano indígena por lograr una nueva relación entre los pueblos indígenas y el Estado mexicano, y la fuerza que en las últimas décadas ha adquirido la construcción de identidades étnicas e identidades políticas" (p. 157); y "[...] la construcción de novedosas y esperanzadoras experiencias locales que desde diferentes trincheras intentan resolver problemáticas nuevas y añejas que se viven en los pueblos indígenas [...]" (p. 157).

En mayor o menor medida los estudios tienen presente el fenómeno del EZLN, ya sea como punto de partida o telón de fondo para tratar de explicar mejor los fenómenos políticos entre los pueblos indígenas.

El lector encontrará interesantes reflexiones sobre a) el papel que ha tenido el movimiento indígena en la construcción de la nueva democracia en México; b) el papel que jugó y juega el concejo municipal en el proceso de transición política en Chiapas; c) la emergencia de nuevas instancias de justicia comunitaria en distintas regiones del país, impulsadas unas por el Estado y otras al margen de éste; d) la cosmovisión y movimiento maya de Guatemala desde la problemática de género, y e) también desde la perspectiva de género, un interesante ejercicio de interpretación de la Ley Revolucionaria de Mujeres del EZLN en una comunidad tojolabal neozapatista.

Estas exposiciones son ricas en cuanto al contacto directo que tuvieron los investigadores con su objeto de estudio. Las herramientas de la antropología son de provecho al momento de tratar de explicar los procesos de inclusión de elementos ajenos en las culturas indígenas. Aun para entender la difícil situación por la que pasan las mujeres de estos grupos ante su inclusión activa en los procesos de participación social y política.

Finalmente, las herramientas digitales vienen a dar una nueva interpretación de los fenómenos de influencia, de poder en la sociedad mexicana y mundial. No en vano se afirma que representa un nuevo reto para la antropología. Nuevamente, aquí se encuentra un escenario en el que los jóvenes juegan un papel importante, pues son los usuarios naturales de las nuevas tecnologías, y también se observan acciones erráticas y grandes retos por parte del gobierno mexicano para introducir a los mexicanos en este mundo.

Los tres trabajos apuntan hacia el mismo sentido, México navega sin brújula en el mundo de las comunicaciones digitales, especialmente Internet y las herramientas digitales en el campo de la enseñanza.

Scott S. Robinson deja en claro que la "[...] reconfiguración de las redes de comunicación afecta también a las tradicionales redes de poder y los mecanismos para la reproducción de los grupos que ejercen este poder en las sociedades contemporáneas" (p. 355). Pone en evidencia la ausencia por parte de las autoridades, particularmente en el periodo de Vicente Fox (2000-2006), de una política de inclusión digital diseñada y comprometida con la sociedad a la que se quiere incluir en el mundo de la informática y la comunicación. El caso que se estudia es e-México, la política de Estado que por su diseño y resultados, se afirma, acrecentó la brecha digital, pues el gobierno de Vicente Fox intentó operar un programa de conectividad en lugar de facilitar que surgiera de la misma sociedad.

En este orden de ideas María de la Paz Silva problematiza el papel de las organizaciones civiles en la construcción de la sociedad de conocimiento. Se reconocen los principales asuntos que deben atenderse, todo ello para ayudar a estructurar, o por lo menos entender, el camino que se debe seguir para consolidar la emergencia de la sociedad de la información.

El programa Enciclomedia y las dificultades para su efectividad en la inclusión de la vida escolar, y sobre todo como punta de lanza para la formación de una rica cultura digital, es lo que se expone en el último de los trabajos por parte de Diana Sagástegui Rodríguez. Nuevamente la observación directa de la población de estudio: buscar la interacción directa de los alumnos y profesores con los programas de cómputo resultó revelador para entender mejor lo que pasa realmente con la adopción de nuevas prácticas en el campo digital y del conocimiento.

Como se mencionó arriba, lo digital es prácticamente inherente al mundo de los niños y jóvenes. Pero como señalan los tres autores que abordan esta problemática, el gobierno no abona para un encuentro fructífero entre el individuo y las nuevas tecnologías, sino que el escenario es más bien complejo y lleno de retos.

En síntesis, el libro retoma una serie de temas que tienen una pertinencia social y política indiscutible. Constituye un mosaico de objetos de estudio que integra los retos que tienen que afrontar la antropología y las ciencias sociales en general, pues se tienen que revisar y generar nuevas explicaciones para estos fenómenos.

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