SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.63 número3Flores, Julia Isabel y Ma. Fernanda Somuano, La socialización política de los niños en MéxicoHéctor Zamitiz Gamboa (coord.), Un balance de gestión gubernamental. Enrique Peña Nieto (2012-2018) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Foro internacional

versión impresa ISSN 0185-013X

Foro int vol.63 no.3 Ciudad de México jul./sep. 2023  Epub 08-Sep-2023

https://doi.org/10.24201/fi.v63i3.2723 

Reseñas

Shauna L. Shames, Out of the Running. Why Millennials Reject Political Careers and Why it Matters

1El Colegio de México amosqueda@colmex.mx

Shames, Shauna L.. Out of the Running. Why Millennials Reject Political Careers and Why it Matters. Nueva York: New York University Press, 2017.


Desde hace algunos años, existe la opinión de que la generación nacida entre 1981 y 1996, los llamados millennials, muestran apatía por la política y no están interesados en participar en nada relacionado con ella. Sin embargo, cada vez más estudios señalan que este grupo joven más bien está interesado en un tipo de política diferente. El libro de Shauna L. Shames, Out of the Running, profundiza en esta cuestión a partir de examinar el interés que tienen los millennials en contender por cargos públicos.

La investigación de la que parte el libro es una serie de encuestas realizadas a 764 estudiantes de derecho y política de las universidades de Harvard y Suffolk. Shames justifica esta selección por dos razones. La primera es que varios políticos a nivel nacional y estatal provienen de estas escuelas. En segundo lugar, el hecho de que sean estudiantes de derecho y política ya indica una propensión a formar una carrera profesional en estos ámbitos.

A partir de este contexto y de la información recopilada, la autora presenta en el primer capítulo, “Good Reasons Not to Run”, un problema doble. Por un lado, ¿por qué los jóvenes adultos especializados en derecho y política no están interesados en postularse para cargos públicos? Por otro lado, como son pocos los que ven mayores beneficios que costos en una candidatura, existe un grupo pequeño y poco diverso de aspirantes a puestos oficiales. En este sentido, Shames pregunta: ¿por qué los grupos con desventajas (como las mujeres y algunos grupos étnicos) están subrepresentados en el sistema político estadounidense?

En el segundo capítulo, “Political Ambition: What it Means and Why We Should Care”, la autora aborda en detalle esta preocupación debido a la falta de representación que padecen las mujeres y los grupos étnicos distintos al caucásico. Al respecto, es importante tener en cuenta que para explicar la ambición política (esto es, el deseo de ocupar un cargo político), Shames busca controlar por el estatus socioeconómico y está más interesada en observar la interacción entre las variables sexo y raza. La razón de ello es que la pertenencia a una escuela de elite nivela los efectos de los factores socioeconómicos.

El fenómeno que observa es que los hombres blancos son los más propensos a buscar cargos públicos. Piensa que las diferencias en las expectativas políticas ocasionadas por el sexo o la raza pueden explicar este fenómeno. De manera general, la hipótesis a demostrar es que “las mujeres, y especialmente las mujeres de color, son mucho más propensas que sus contrapartes masculinas a percibir las barreras de los cargos electorales como insuperables o como que no vale la pena superarlas, incluso cuando se reducen las diferencias socioeconómicas” (p. 28).

Para dicho propósito, Shames considera necesario delimitar cuáles son los costos y los beneficios que perciben los posibles candidatos. En primer lugar, a partir de la entrevista de 53 de las personas encuestadas, encontró cierto consenso en algunos de los costos principales de una candidatura, como la recaudación de fondos para campaña (en Estados Unidos el candidato debe pagar todos los gastos de campaña), el sesgo por género o raza, el peso del cabildeo en la política, el escrutinio público constante, el trato con los dirigentes de partido, entre otros.

Después de presentar la correlación entre los costos y haber pensado en postularse a un cargo público, Shames emplea tres modelos de regresión (dos binarios y uno ordinal) para observar la variación de la ambición política de un estudiante de acuerdo con los costos percibidos. Los resultados revelan que ser hombre y que se le haya pedido contender al estudiante provocan los efectos más llamativos. No obstante, la autora destaca que la percepción de las circunstancias determina la ambición política, por lo que piensa que puede activarse en muchas personas en otro momento, con condiciones distintas.

El capítulo que sigue, “The Rewards of Running”, contiene la contraparte de los costos. De manera similar al anterior, Shames hace un listado de los beneficios de presentarse a elecciones mencionados con mayor frecuencia: proponer políticas públicas; resolver grandes problemas; gusto por el liderazgo comunitario; ayudar a otros a solucionar problemas, entre otros. No obstante, advierte que debe distinguirse entre los diferentes niveles en los que puede buscarse un cargo público. Como ejemplos, señala que el cargo que suscita menor interés entre los estudiantes encuestados es el de presidente, mientras que un puesto en el ayuntamiento de la ciudad es el que llama más la atención de los jóvenes.

Al igual que con los costos, muestra la correlación entre los beneficios y si el estudiante ha pensado en participar en elecciones oficiales. En este caso, las variables que muestran mayores efectos son pronunciar discursos públicos, tener entusiasmo por competir, pensar que puede hacer historia como candidato y creer que puede ayudar a su comunidad. A partir de estos resultados podría pensarse que una persona puede obviar las fallas del sistema político si considera que un cargo público es útil para resolver los problemas que le preo cupan; sin embargo, la autora adelanta que los costos se sobreponen a los beneficios percibidos.

En el capítulo “Weighing the Costs and Rewards of Political Careers”, Shames sostiene que “en el resultado racional de esa combinación [percibir costos relativamente altos y ambivalencia de los beneficios posibles] está la disuasión de ser candidato” (p. 87). La autora observa que ni siquiera la percepción de beneficios medios o bajos convence a la población a postularse con mejor posición para ser candidatos. Para demostrar estas afirmaciones, propone un índice de costos y uno de beneficios que contemplen tanto el sentido del efecto de la percepción (negativo o positivo) como la magnitud de esta relación (fuerte o débil). Al emplear el índice de costos como variable explicativa, corrobora que la relación con la ambición política es negativa; en cambio, el índice de beneficios tiene un efecto positivo.

Shames es cuidadosa en mostrar que ambos índices no están midiendo el mismo efecto, pues es posible apreciar las diferencias entre las combinaciones posibles entre costos altos y bajos, y beneficios altos y bajos. El siguiente paso consiste en ver los resultados al comparar ambos índices: los beneficios percibidos no contrarrestan la percepción de los costos para la mayoría de los encuestados. En este sentido, sugiere que los beneficios son más importantes que los costos para producir ambición política entre los estudiantes.

A partir del capítulo siguiente, “Inefficient and Unappealing Politics”, la autora se enfoca en analizar las razones por las que el pequeño grupo de encuestados que sí querían ser candidatos está compuesto, en su mayor parte, por hombres. La evidencia indica que “las mujeres, más que los hombres, ven la contienda política como un juego que está en contra de ellas” (p. 135). El principal elemento que esclarece este fenómeno es que las mujeres tienen una tendencia mayor a considerar que la política no es el mejor modo de solucionar los problemas que les preocupan.

Shames toma en cuenta la explicación alternativa de las diferencias en las personalidades de hombres y mujeres. Sin embargo, argumenta que es más contundente el hecho de que casi todos los estudiantes encuestados encontraron grandes costos en considerar ser candidatos, pero muy pocos vieron beneficios que nivelaran la balanza. Para concluir esta sección del libro, insta a que otros investigadores estudien la relación positiva entre pensar que la política es útil para resolver problemas importantes y la ambición política, así como las causas de la percepción positiva de la política.

El penúltimo capítulo, “Not our Kind of Game”, presenta el que parece ser el tema conductor del libro: la subrepresentación de mujeres de color en puestos oficiales. Sobre este grupo, la autora muestra que existe una menor tendencia entre las mujeres de color a pensar en postularse como candidatas en relación con los hombres de color. Asimismo, ellas muestran el mismo comportamiento que la mayoría de la población encuestada: ven con más frecuencia costos altos y beneficios bajos al considerar una candidatura. No obstante, Shames afirma que la percepción se acentúa en su caso, pues incluso en comparación con las mujeres blancas, los costos percibidos tienen mayor peso entre las mujeres de color.

Otro hallazgo importante es que las mujeres de color ven más barreras para contender por una candidatura: tanto las mujeres negras como las asiáticas e hispanas encuestadas esperan recibir con mayor frecuencia un trato discriminatorio. A este hecho debe sumarse la observación de que también es el grupo con menor incidencia en pensar que la política sirve para resolver problemas importantes. El modelo de regresión corrobora lo anterior: los beneficios de ocupar cargos públicos tienen una percepción más baja entre las mujeres de color, a la vez que es el grupo con mayor disuasión de ser candidatas.

Las conclusiones aparecen en el capítulo “Change the System, Change the Candidates”. Ahí, la autora reconoce que la alternativa para muchos estudiantes jóvenes está en el sector privado. Ante tal situación, sostiene que ningún organismo privado puede sustituir al Estado. Dicha postura apunta a que ella no quiere un cambio del sistema, sino una modificación en la percepción de éste. Para lograrlo, propone que la política actual adquiera un carácter más significativo, lo cual implica incorporar respeto y civilidad a los debates públicos. No obstante, es enfática en decir que lo más importante es mostrar que la política puede solucionar problemas.

Valga mencionar que Out of the Running está relacionado con literatura sobre política con perspectiva de género, política étnica y sistema político estadounidense. Además, la autora se apoya en nueva literatura en torno a las ambiciones políticas. La novedad del enfoque se encuentra en considerar la ambición política como un concepto maleable y relacionado necesariamente con el contexto. Es notoria su experiencia en investigación de comportamiento político estadounidense, en especial en relación con género y raza.

Destacan dos aciertos metodológicos. Por un lado, es explícita en que la muestra de estudiantes elite no es representativa a nivel nacional. Sin embargo, considera la probabilidad de que personas con menos ventajas muestren las mismas o más razones para rehusar una candidatura, pues estos estudiantes perciben costos más grandes que beneficios al pensar en postularse como candidatos. Por otro lado, la autora admite que la relación causal que establece puede ser inversa, esto es, que quienes ya están interesados en ser candidatos minimicen los costos de algo que quieren. Cabe mencionar también el uso de ejemplos de las entrevistas para ilustrar los hallazgos estadísticos a lo largo del libro.

Por último, el punto de partida de la investigación fue la pregunta: “¿por qué los jóvenes adultos de elite, bien preparados, que ya están en camino hacia una carrera profesional en política o derecho, no tienen mayor interés en postularse para un cargo?” (p. 6). El predictor más importante que descubre sobre la variación en la ambición política de los encuestados es si recibieron o no la solicitud de contender con anterioridad. Sin embargo, para resolver la falta de diversidad en este sistema democrático, la autora recuerda que no debe menospreciarse la importancia que tienen el costo financiero y la sensación de privacidad.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons