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Estudios de cultura náhuatl

Print version ISSN 0071-1675

Estud. cult. náhuatl vol.41  Ciudad de México Nov. 2010

 

Volumen 41. Caudillos nahuas en la guerra de independencia

 

En este 2010 se celebra en México el inicio de la guerra de independencia y el de la revolución de 1910. Estas fechas sin duda son objeto de reflexión. Los historiadores "discuten" estos episodios trascendentales y enriquecen el conocimiento acerca de ellos.

Pero, en este contexto, importa preguntarse "¿y los indios qué?" O dicho en otras palabras: ¿cuál fue su participación?, ¿hubo caudillos indígenas?, ¿qué los movió a actuar?, ¿qué obtuvieron de su participación?

En busca de respuestas a estas preguntas, el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México celebró un congreso del 22 al 26 de febrero de 2010. En dicho congreso se presentaron ponencias directamente relacionadas con la participación de hombres y mujeres nahuas en esas luchas. La memoria del congreso dará a conocer tales contribuciones. Aquí sólo evocaremos la participación de algunos de ellos.

Uno fue el tlahuica Pedro Ascencio Alquiciras. Nació hacia 1778 en el pueblo de Acuitlalpan, en el actual estado de Guerrero. Por sus méritos en varios combates, José María López Rayón le confirió el grado de capitán. Estuvo asimismo con Vicente Guerrero y combatió en varios lugares del centro del país y llegó a derrotar en una ocasión a Agustín de Iturbide en el tiempo en que éste militaba como realista. Fue gracias a Guerrero y a Alquisiras que la revolución continuó cuando parecía que estaba ya derrotada.

Mientras Iturbide comunicaba a Guerrero que podían llegar a un acuerdo para alcanzar la Independencia, Pedro Ascencio Alquisiras continuó combatiendo y atacó el pueblo de Tetecala en junio de 1821. Los realistas concentraron entonces numerosas tropas. La consecuencia fue que la mayoría de los insurgentes perdieron ánimo y en el enfrentamiento final Alquisiras pereció. Su cabeza fue expuesta en Cuernavaca como escarnio.1

Es interesante recordar que un hijo de Pedro Asencio, llamado Pedro Bernardino, siendo aún muy joven se sumó a los insurgentes. Cuatro años antes de la muerte de su padre fue apresado en el Real de Zacualpan, en el antiguo distrito de Sultepec (Estado de México). Sometido a juicio en 1817, se le indultó y envió al hospicio para pobres en la ciudad de México para que ahí se corrigiera. De él se dijo que era muy valiente y capaz.2

En 1811 se siguió un juicio en contra de varios indígenas de Mexquitic en Jalisco, José Nicolás Martínez, José de Jesús Caleria y otros seis por haber participado en el levantamiento independentista. Una vez más la tierra y el deseo de venganza contra españoles y criollos los habían movido a participar en la rebelión. Vencidos y apresados por los realistas, fueron condenados a ser fusilados por la espalda. Aunque hubo anomalías en el juicio, fueron ejecutados.3

También en 1811 Felipe Anselmo, gobernador indígena de Tecozautla, en el antiguo distrito de Huichapan, incitó a muchos a rebelarse. Vencido, fue acusado, se le condenó a muerte y fue ejecutado.4

Fueron numerosos los indios de la región de Zacoalco y pueblos vecinos en Jalisco que tomaron parte en la revolución. Uno de ellos fue José Antonio Irineo que, apresado, fue condenado a muerte y ejecutado.5 Encarnación Rojas, natural de Mezcala, pudo reunir cerca de 200 indios y derrotó a los realistas en varios lugares cercanos al lago de Chapala.6

Indio valeroso que se alistó en las filas insurgentes fue Ignacio Casimiro, natural de Nopala en territorio de Puebla. Capturado en 1811 cuando marchaba hacia Tepic, se le condenó a ser azotado. Se dice de él que al ser interrogado con la expresión "¿quién vive?", manifestó que Ignacio Allende.7

Caso particular fue el de Eugenio Gregorio, acusado de haber dado muerte a otro indio que era espía de los realistas y con el que se encontró cerca de Huitzilac. Apresado, fue condenado a muerte y ejecutado en Cuernavaca en 1816.8

Las ejecuciones de indios insurgentes fueron relativamente frecuentes. Por ejemplo, en Cuernavaca, los indios José Hipólito Medrano y Juan José Manuel, acusados por gente de Coajomulco en el actual estado de Morelos, fueron condenados a muerte y ejecutados en 1816.9

Descendiente de la antigua realeza indígena fue Dionisio Cano Moctezuma, gobernador de la parcialidad de San Juan Tenochtitlan en la ciudad de México. Al igual que otros indios, tuvo que participar en la integración de un nuevo ayuntamiento según lo prescrito por la Constitución de Cádiz. En dicho ayuntamiento predominaron los indígenas que aparecieron como sospechosos de ser partidarios de la independencia. Considerado participante en tales propósitos, fue detenido y, a la postre, liberado.10

Del mismo año de 1813 procede la noticia incluida en el "Diario de la expedición del Sr. Morelos, de Oaxaca a Acapulco, del 9 de febrero al 15 de abril". Al consignarse en él los hechos del ataque a dicho puerto, se alude a la llegada allí de una mujer indígena, natural de Taxco. Se llamaba ella María Manuela Molina, aunque hay quienes la apellidaban Medina, adjudicándole siempre el apelativo de Capitana, grado que le había sido concedido por la Suprema Junta. Fue el día 9 de ese mes y año cuando se presentó en el campamento con los hombres que comandaba para entrevistarse con Morelos y ponerse a sus órdenes.

Morelos, que sabía que la capitana había participado en siete batallas y había hecho el viaje expresamente para conocerlo en persona; la recibió con agrado. Entre otras cosas manifestó ella entonces que después de haberlo conocido, "moriría gustosa aunque la despedazara una bomba en Acapulco".11 La capitana María Manuela sobrevivió a la consumación de la Independencia, ya que murió en Tezcoco hasta marzo de 1822.

Son numerosas las noticias que se conservan acerca de indígenas de nombre y actuaciones conocidas a lo largo de la revolución de independencia. Citaré un caso más, memorable por la saña que denota en contra de los españoles. Se trata del indio Vicente Gómez que, desde 1812, participó en varias acciones por el rumbo de San Martín Texmelucan y en otros lugares del centro de México. Lucas Alamán aduce testimonios que hablan del modo como se comportaba con los españoles que apresaba. El sobrenombre con que llegó a ser conocido, "el capador", lo recibió precisamente por castrar a cuantos españoles caían en sus manos. Fue derrotado en 1816 mientras peleaba bajo las órdenes de Manuel Mier y Terán en las Lomas de Santa María. Cuando varios cabecillas insurgentes fueron hechos prisioneros, condenados y ejecutados, Vicente Gómez pudo escapar a la sentencia y continuó sublevado.12 Más tarde, ya consumada la independencia, en el norte de México volvió a tomar las armas en plan rebelde.

En no pocos casos los factores desencadenantes estuvieron ligados a problemas agrarios y de tributos como a arraigados enconos en contra de los españoles. Como ya lo vimos, desde el siglo XVIII, y luego, desde los inicios de la revolución de independencia, el tema de la tierra fue determinante por sí mismo y como un señuelo para atraer seguidores. Esto ocurrió con muchos indígenas que, bien sea espontáneamente o inducidos por caudillos insurgentes, no sólo tomaron las armas sino que en ocasiones actuaron por su cuenta. El político conservador Lucas Alamán expresó a este respecto: "En cuanto al cura Hidalgo y sus secuaces intentan persuadir y persuaden a los indios que son [ellos] los dueños y señores de la tierra, de la cual los despojaron los españoles por conquista y que, por el mismo medio, ellos la restituirán a los mismos indios."

Esta sumaria recordación muestra que entre los pueblos de lengua y cultura náhuatl hubo caudillos que participaron activamente en la guerra de independencia. Sus nombres merecen ser recordados al lado de otros bien conocidos cuyos hechos no opacan los méritos de estos otros de filiación náhuatl.

 

Notas

1 Hay noticias acerca de Alquisiras y su participación en la insurgencia en Alamán, Historia de Méjico, t. IV, p. 92-93 y 662-664; así como en la Gazeta de México, 9 y 14 de junio de 1821. Acerca del mismo Alquisiras existe una amplia biografía apoyada en fuentes documentales, algunas del Archivo Histórico del Estado de México y del Archivo de Cancelados en la Secretaría de la Defensa Nacional: Edmundo Roa García ¡Viva Pedro Ascencio!, Almoloya de Alquisiras, Gobierno Municipal, 2008.         [ Links ]

2 Archivo General de la Nación de México (AGNM), Infidencias, v. 107 exp. 25.         [ Links ]

3 AGNM, Infidencias, v. 16, exp. 20.         [ Links ]

4 Juan E. Hernández y Dávalos, Documentos para la historia de la guerra de independencia de México, de 1801 a 1821, 6 v., México, 1867-1872, t. III, p. 267.         [ Links ]

5 Hernández y Dávalos, op. cit., t. III, p. 267.

6 Alamán, op. cit., t. III, p. 461.

7 Hernández y Dávalos, op. cit., v. II, p. 477.

8 AGNM, Infidencias, v. 79, exp. 13.         [ Links ]

9 AGNM, Infidencias, v. 62, exp. 3.         [ Links ]

10 Gazeta de México, 2 de diciembre de 1812.         [ Links ]

11 Hernández y Dávalos, op. cit., v. V, p. 29.

12 Alamán, op. cit., t. ii, p. 527 y Gazeta de México, 12 de septiembre de 1816.

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