Los ciempiés (Clase Chilopoda) pertenecen a un grupo de depredadores terrestres voraces y oportunistas, con un aparato diseñado para inyectar veneno a sus presas, principalmente otros artrópodos, aunque también incluyen anfibios, reptiles y mamíferos (Lewis, 1981). Entre los representantes del orden Scolopendromorpha se incluye a los ciempiés que alcanzan las mayores tallas y quienes tienen la capacidad de matar a pequeños mamíferos de 45 gramos en tan solo 30 segundos (Undheim & King, 2011; Luo et al., 2018). Dentro del género Scolopendra se encuentran los representantes de mayor talla de ciempiés, especialmente en los trópicos, de los cuales en México se han registrado tres especies: Scolopendra heros Girard, 1853, Scolopendra robustaKraepelin, 1903 y Scolopendra sumichrasti Saussure, 1860 (Attems, 1930; Guizze et al., 2016; Cupul-Magaña et al., 2018). En los últimos años se han reportado cuatro ataques de ciempiés gigantes a murciélagos en Venezuela (Molinari et al., 2005), Brasil (Srbek-Araujo et al., 2012) y Estados Unidos de América (Lindley et al., 2017). Para México, en donde también habitan ciempiés gigantes, no se tenía ningún reporte de depredación de murciélagos hasta el momento. Así, el objetivo de este trabajo es documentar las tres primeras observaciones para el país del ataque de ciempiés gigantes a murciélagos en una cueva del estado de Chiapas.
Las tres observaciones fueron eventos fortuitos y ocurrieron en la cueva de “Los Laguitos”, que se localiza al noroeste de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. La cueva es una formación horizontal con una sola entrada que se abre sobre la ladera este de la loma el “Tarai”. En los primeros 18 metros existe una antesala con paredes ligeramente inclinadas, con altura promedio de 6 metros y anchura de 3 metros (Martínez-Coronel et al., 2010). En la cueva habitan nueve especies de murciélagos y se ha documentado que son depredados por una gran variedad de vertebrados (Martínez-Coronel et al., 2009), pero se desconocía de la presencia de los ciempiés gigantes y su depredación sobre los murciélagos.
El primer evento se registró el 22 de junio de 2012 a las 19:45 horas. En una pared de la cueva, a 2 metros de la entrada y a 4 metros de altura, se observó a un ciempiés gigante envolviendo a un murciélago Natalus mexicanus Miller, 1902. Tan pronto fueron descubiertos e iluminados, el ciempiés liberó al murciélago y buscó refugio entre las grietas de la pared, de donde no se volvió a observar esa noche ni en las dos noches sucesivas. El murciélago liberado permaneció unos segundos colgado del techo de la cueva y luego emprendió el vuelo.
El segundo evento ocurrió el 30 de agosto de 2014 a las 20:14 horas. Nuevamente se observó un ciempiés gigante con un murciélago de la misma especie, ambos estaban en posición similar al de la primera observación, solo que esta vez colgaban del techo de la cueva, a 8 metros del piso y a 10 metros de la entrada. Al igual que en el caso anterior, tan pronto fueron alumbrados el ciempiés liberó al murciélago y se retrajo entre las grietas del techo y no se volvió a observar. El murciélago permaneció colgado y después de aproximadamente 3 minutos se alejó volando.
El tercer evento se registró el 21 de noviembre de 2017 a las 19:20 horas. Sobre la pared de la cueva a 4 metros de altura y a 5 metros de la entrada, se observó un ciempiés gigante arrollado sobre la misma especie de murciélago documentada en los otros dos casos. Al iluminarlos, el ciempiés liberó al murciélago, pero en esta ocasión el artrópodo fue recolectado manualmente con ayuda de un guante de carnaza. El murciélago se encontraba muerto, pero no se tomaron registros morfológicos ni se revisó para observar marcas de depredación.
En los dos primeros eventos el murciélago se alejó volando momentos después de ser liberado por el ciempiés; por lo que se supone que el ataque apenas había iniciado sin ocurrir la mordedura e inoculación del veneno, ya que su efecto sobre la presa es muy rápido (Luo et al., 2018).
El ciempiés recolectado corresponde a la especie S. sumichrasti, registrada previamente para el estado de Chiapas (Cupul-Magaña et al., 2018) y se depositó en la Colección Entomológica del Centro de Estudios en Zoología (CZUG) del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara en Zapopan, Jalisco, con el número de catálogo CHI-CZUG00031. La longitud del ejemplar fue de 189.25 mm y 16.86 mm de ancho en el décimo terguito. Entre las características diagnósticas para su identificación, se observaron un par de suturas paramedianas longitudinales divergentes en la placa cefálica, sin proceso triangular en el segundo artejo de la segunda maxila de los pedipalpos y entre 23 a 26 segmentos en las antenas (Fig. 1) (Kraepelin, 1903; Attems, 1930; Cupul-Magaña et al., 2018). Por otra parte, es posible que esta especie de ciempiés, por sus dimensiones y comportamiento al ser iluminada, sea la misma que no se logró identificar en los primeros dos eventos de depredación.
Los ataques de S. sumichrasti sobre N. mexicanus ocurrieron al anochecer, cuando los murciélagos estaban activos y salían de la cueva. No fueron sorprendidos en su refugio diurno como se ha registrado en la mayoría de los reportes previos (Molinari et al., 2005; Srbek-Araujo et al., 2012; Noronha et al., 2015; Lindley et al., 2017).
Los ataques exclusivos de S. sumichrasti sobre N. mexicanus, posiblemente responda a los hábitos del murciélago de realizar los recorridos de vuelo de emergencia próximo a las paredes altas y techo de la cueva. Hemos observado que, durante el trayecto del sitio de refugio diurno a la salida de la cueva, algunos ejemplares llegan a perchar momentáneamente (Fig. 2). Así, es posible que, durante esta parada, los murciélagos pueden ser atacados por un ciempiés gigante. También es probable que el murciélago, al volar a escasa distancia de las paredes y por considerarse como una especie de vuelo lento (Akins et al., 2007), sea atrapado durante el vuelo. Por el contrario, las otras especies de murciélagos que viven en “Los Laguitos”, usan el espacio medio del túnel de la cueva durante su vuelo de emergencia, ya que son animales de vuelo más rápido (Morrison, 1980; Horner et al., 1998; Hopkins et al., 2003).
Algunos de los registros previos publicados de depredación de ciempiés gigantes sobre murciélagos, se documentaron con fotografías y notas de observación a poca distancia y, en algunos casos, por lapsos de hasta 30 minutos (Molinari et al., 2005). Sin embargo, los ciempiés de la cueva de “Los Laguitos” siempre huyeron cuando fueron descubiertos e iluminados. En Texas, Lindley et al. (2017) reportaron que S. heros liberó a su presa, Eptesicus fuscus (Palisot de Beauvois, 1796), ante la presencia humana y, aunque el murciélago fue mordido en el cuello, se observó arrastrarse media hora después del ataque. Finalmente, las observaciones realizadas en este trabajo, evidencian que S. sumichrasti es la cuarta especie de ciempiés del género Scolopendra que ataca murciélagos (Lindley et al., 2017).