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Acta zoológica mexicana

versión On-line ISSN 2448-8445versión impresa ISSN 0065-1737

Acta Zool. Mex vol.28 no.3 Xalapa dic. 2012

 

Artículos originales

 

Presencia del oso andino Tremarctos ornatus (Carnivora: Ursidae) en el bosque tropical amazónico del Perú

 

Andean bear Tremarctos ornatus (Carnivora: Ursidae) presence in the Amazon tropical forest of Peru

 

Judith Figueroa1,2

 

1 Asociación para la Investigación y Conservación de la Biodiversidad (AICB). Av. Vicús 538. Lima 33. Perú.

2 Grupo de Investigación de Zoología de Vertebrados. Universidad de Alicante. España. <aicb.peru@gmail.com>.

 

Recibido: 11/07/2012.
Aceptado: 26/09/2012.

 

RESUMEN

En el Perú, el oso andino (Tremarctos ornatus) habita principalmente en el bosque montano, entre los 1900 y 2350 msnm. En contraposición, los registros del oso en el bosque tropical amazónico (BTA), debajo de los 650 msnm, son considerados como raros. Se evaluó la presencia de esta especie en el BTA en el límite del Parque Nacional Yanachaga Chemillén con la Reserva Comunal Yanesha (PNYC-RCY, 32.8 km), en febrero/2005 y julio/2007, y en la Reserva Comunal Amarakaeri (RCA, 190.96 km) en abril-mayo y agosto/2008. Para el primer caso, se encontró una abundancia relativa del oso andino, de 0.081 registros/km en la época de lluvias y de 0.829 registros/km en la época de estiaje. En el segundo, fue ausente en la época de lluvias y 0.032 registros/km en la época de estiaje. Su presencia en el BTA durante la época de estiaje, estaría relacionada al consumo de las palmeras (Arecaceae), ya que la maduración de los frutos de los cuales se alimenta en los bosques premontano y montano se realiza en la época de lluvias. Además, en el PNYC-RCY, el BTA sería utilizado como un corredor para los desplazamientos del oso hacia otras áreas montañosas, aprovechando el menor caudal de los ríos debido a la disminución de las lluvias.

Palabras clave: oso andino, oso de anteojos, bosque tropical amazónico, distribución, Perú.

 

ABSTRACT

In Peru, the Andean bear (Tremarctos ornatus) inhabit primarily montain forest, between 1900 to 2350 m of altitude. In contrast, the records in the Amazon tropical forest (BTA), under 650 m of elevation, are rare. The presence of this species was evaluated in the BTA of the boundaries of the Yanachaga Chemillén National Park with the Yanesha Communal Reserve (PNYC-RCY, 32.8 km), during the months of February/2005 and July/2007, and the Amarakaeri Communal Reserve (RCA, 190.96 km) during the months of April-May and August/2008. In the first case, a relative abundance of 0.081 records/km during the rainy season and 0.829 records/km during the dry season. In the second, the Andean bear was absent during the rainy season and of 0.032 records/km in the dry season. The presence in the BTA during the dry season, could be related to the consumption of palms (Arecaceae), because the fruits that are the base of its diet in the montane and premontane forest are mature in the rainy season. In addition, at PNYC-RCY, the BTA could be used as a corridor for the movement of the Andean bear to other montane areas, taking advantage of the low water level on the river due to the lack of rain.

Key words: Andean bear, spectacled bear, amazon tropical forest, distribution, Peru.

 

INTRODUCCIÓN

El oso andino u oso de anteojos (Tremarctos ornatus), es la única especie de la familia Ursidae que habita en América del Sur, a lo largo de la Cordillera de los Andes, con poblaciones residentes desde Venezuela hasta Bolivia (Peyton 1999) y con algunos registros en Panamá (Elmore 1939, Jorgenson 1984, Goldstein et al. 2008) y el norte de Argentina (Del Moral & Bracho 2005). En el Perú se distribuye entre los 210 y 4750 msnm, abarcando un área aproximada de 82,200 km2 (Patton et al. 1982, Peyton 1999), en donde ocupa diversos ecosistemas, como el bosque seco ecuatorial (<1500 msnm), el bosque tropical amazónico (<700-800 msnm), el bosque seco interandino (<2000 msnm), el bosque tropical del Pacífico (<1000 msnm), el bosque premontano (800-1800 msnm), el bosque montano (1800-3400 msnm), la puna (3400-5000 msnm) y el páramo (>3500 msnm). En estos ecosistemas aprovecha todos los recursos disponibles, alimentándose de una gran variedad de especies botánicas (Figueroa & Stucchi 2009).

De estos hábitats el oso andino muestra preferencia por el bosque montano, entre los 1900 y 2350 msnm, debido a la mayor disponibilidad de los frutos de los cuales se alimenta; así como por el bosque seco ecuatorial, en la cordillera occidental de los Andes, a partir de los 250 msnm, cuando hay disponibilidad de agua (Peyton 1980). En contraposición, sus registros en el bosque tropical amazónico, en la cordillera oriental de los Andes, son considerados como raros (Peyton 1999) (Cuadro 1).

El bosque tropical amazónico, también denominado bosque húmedo tropical, selva baja o llanura amazónica (Onern 1976, Brack 1986), se caracteriza por ser uno de los ecosistemas de mayor complejidad estructural, estratificación y diversidad de especies en el mundo (Etter 1998). Presenta un clima extremadamente húmedo y caluroso, que si bien no constituye el hábitat "típico" del oso andino, no debería ser excluyente para su vida, debido a la evidencia histórica y geográfica (Yerena 1987). Al respecto, algunos autores asumen que esta especie apareció en América Central de un antepasado que provino de América del Norte (Kurtén 1966), ingresando a América del Sur por Panamá hace 15,000 a 25,000 años atrás (Ruiz-García 2003). En este país, el oso andino ha sido registrado desde aproximadamente los 200 msnm (López de Gómara 1922 [1510-1560], Elmore 1939).

Por ello, es posible que los pocos registros de la especie en el bosque tropical amazónico sean consecuencia de los escasos estudios que se han desarrollado sobre el mismo en este tipo de ecosistema. En la mayoría de los casos, se trata de reportes ocasionales de inventarios generales de mastofauna (Emmons & Pacheco 1997, Borman 2002, Zapata-Ríos et al. 2006, Borman & Quenamá 2009, Boddicker et al. 2009). El objetivo de este trabajo fue registrar la presencia del oso andino en el bosque tropical amazónico en el centro y sur del Perú, y discutir las razones por las cuales se encontraría en este tipo de ambiente.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio. La primera evaluación se llevó a cabo en el Parque Nacional Yanachaga Chemillén (PNYC), que se localiza en la región Pasco (selva central del Perú). Está ubicada entre los 340 y 3800 msnm y tiene una extensión de 1220 km2, donde aproximadamente el 10% está conformado por el bosque tropical amazónico (BTA) (Inrena 2006). Para el presente estudio, se recorrió el BTA del sector Paujil (10°19'S y 75°15'W), que limita con la Reserva Comunal Yanesha (RCY), entre los 340 y 700 msnm (Fig. 1). Esta área se caracteriza por tener una temperatura y humedad promedio anual, de 25°C y 75%, respectivamente, con precipitaciones anuales que varían entre 2000 y 6000 mm (Inrena 2006). Los bosques del sector Paujil, son por lo general siempre verdes, con un dosel forestal de 30 m y árboles emergentes que llegan hasta los 45 m de altura. Entre las familias registradas más importantes, tanto de hábito arbóreo y arbustivo como herbáceo, están Anacardiaceae, Annonaceae, Apocynaceae, Araceae, Araliaceae, Arecaceae, Bignoniaceae, Burseraceae, Cyatheaceae, Euphorbiaceae, Fabaceae, Heliconiaceae, Lauraceae, Malvaceae, Melastomataceae, Moraceae, Myristicaceae, Piperaceae, Rubiaceae, Sapotaceae, Siparunaceae, Urticaceae y Vochysiaceae. Entre las palmeras destacan Iriartea deltoidea, Astrocarium huicungo, Geonoma spp., Catoblastus sp., Euterpe precatoria, Oenocarpus bataua y Phytelephas macrocarpa (Vásquez et al. 2005).

La segunda evaluación se realizó en la Reserva Comunal Amarakaeri (RCA) (12°47'S y 70°57'W) que pertenece a la región Madre de Dios (sureste del Perú). Está ubicada entre los 300 y 2700 msnm y tiene una extensión de 4,023.35 km2, donde el 50% está conformado por el BTA (Inrena 2009). Para el presente estudio, se recorrieron áreas ubicadas entre los 320 y 700 msnm (Fig. 2), donde abundan especies vegetales de las familias Acanthaceae, Annonaceae, Araceae, Arecaceae, Euphorbiaceae, Fabaceae, Malvaceae, Melastomataceae, Meliaceae y Rubiaceae. Entre las palmeras destacan Astrocaryum murumuru, Euterpe precatoria, Geonoma macrostachys, Iriartea deltoidea y Socratea exorrhiza. Esta área se caracteriza por presentar una temperatura entre los 25°C y 38°C, con una humedad y precipitación promedio anual de 90.3% y 3810 mm, respectivamente (Inrena 2009). En las áreas evaluadas, las mayores precipitaciones (época de lluvias) se realizan entre diciembre a marzo, y las menores (época de estiaje) entre abril y noviembre.

Métodos. En el PNYC-RCY se evaluaron 12.3 km entre los días 15 al 25 de febrero de 2005 (época de lluvias) y 20.5 km entre el 12 y 30 de julio de 2007 (época de estiaje). En la RCA se recorrieron 65.69 km entre el 13 de abril y 17 de mayo de 2008 (época de lluvias) y 125.27 km entre el 28 de julio y 22 de agosto de 2008 (época de estiaje). El trabajo de campo se realizó entre las 8:00 a.m. y 5:00 p.m. Se abrieron senderos de 1 m de ancho, los cuales se recorrieron a una velocidad aproximada de

1.5 km/h, observando cuidadosamente desde el dosel hasta el suelo para detectar la presencia de los posibles rastros dejados por el oso andino, como huellas, rasguños, restos de alimentación, caminos, madrigueras, pelos y excrementos; anotándose la posición geográfica y la altitud. También se registró la presencia de otros mamíferos grandes en las áreas donde se encontraron rastros del oso andino. La abundancia relativa (AR), se obtuvo dividiendo el número de registros del oso entre la distancia recorrida, de forma independiente para cada época evaluada (Figueroa 2004). Adicionalmente, se entrevistó a los guardaparques de las áreas protegidas visitadas, así como a los pobladores Yaneshas de Iscozasín (PNYC-RCY) y a los pobladores Harakmbut de las comunidades de Shintuya y Huasaroquito (RCA).

 

RESULTADOS

Parque Nacional Yanachaga Chemillén-Reserva Comunal Yanesha

Durante la época de lluvias, solo se encontró en el Mirador de Paujil (10°19'57"S y 75°15'37"W, 631 msnm) senderos de oso que no presentaron un uso reciente. Sin embargo, en la época de estiaje se encontraron 17 rastros frescos entre los 370 y 635 msnm, cerca del río Danubio Azul y las quebradas Krause y Pescado (dentro del PNYC), y la quebrada Osuz (dentro de la RCY). Estas consistieron en senderos, huellas, así como rasguños por marcaje de territorio en la corteza de árboles de Tachigali sp., Ormosia sp., Macrolobium gracile (Fabaceae) y Virola sp. (Myristicaceae), y rasguños por trepar árboles de M. gracile, Inga sp. (Fabaceae), Guatteria boliviana (Annonaceae), Meliosma sp. y Pouteria sp. (Sapotaceae). También se encontraron restos de alimentación de los frutos y médula de Wettinia longipetala y Geonoma sp. (Arecaceae). La AR del oso andino en la época de lluvia fue de 0.081 registros/km y en la época de estiaje de 0.829 registros/km. Por otro lado, en las áreas donde se encontraron rastros del oso, también se registraron otras especies de mamíferos como el machín negro (Cebus apella), el mono choro común (Lagothrix lagotricha), el puerco espín (Coendou bicolor), el jaguar (Panthera onca), la nutria de río (Lontra longicaudis), la huangana (Tayassu pecari), el sajino (Pecari tajacu), el tapir amazónico (Tapirus terrestris) y el venado colorado (Mazama americana). Se observaron rastros del jaguar por toda el área evaluada, incluso al regreso de nuestros recorridos se encontraron sus huellas al lado de las nuestras, y se escucharon sus rugidos durante la noche en el campamento en la quebrada San Carlos. La AR del jaguar en la época de lluvias fue de 0.407 registros/km y en la época de estiaje de 0.927 registros/km.

En las entrevistas, los guardaparques comentaron que el jaguar había atacado a un perro que acompañaba a dos niños Yaneshas que se dirigían a la comunidad de Osuz, una semana antes de nuestra evaluación. Asimismo, en el año 1988 los guardaparques trataron de domesticar a un oso joven que encontraron en el Mirador de Paujil, llevándole diariamente frutas, sin embargo, al intentar construirle un refugio, después de una semana, se marchó del área. También, en diciembre de 2001 observaron huellas y bromelias terrestres comidas por el oso cerca de la quebrada San Carlos. En Iscozasín, nos señalaron que en varias oportunidades, durante la época de estiaje, se han encontrado las médulas de ungurahui (Oenocarpus bataua, Arecaceae) comidas por el oso cerca de la quebrada Azulís, en el límite del PNYC con el Bosque de Protección San Matías San Carlos (10°28'34"S y 75°07'56"W, 654 msnm) (Fig. 1).

Reserva Comunal Amarakaeri

Durante la época de lluvia no se observaron rastros del oso andino en el área de estudio. En la época de estiaje, se encontraron restos de alimentación frescos de Tillandsia sp., Guzmania sp. (Bromeliaceae epífita) y Asplundia sp. (Cyclanthaceae epífita), así como troncos doblados a lo largo de un sendero (12°43'36"S y 70°59'41"W, 385 msnm). Estos presentaron una AR de 0.032 registros/km. Adyacente al área donde se encontraron los rastros, se registraron otras especies de mamíferos como el armadillo (Dasypus sp.), el oso bandera (Myrmecophaga tridactyla), el pichico común (Saguinus fuscicollis), C. apella, el majaz (Cuniculus paca), el puma (Puma concolor), P. onca, P. tajacu, T. terrestris y M. americana. Al igual que en el PNYC-RCY, se encontraron huellas del jaguar paralelas a las nuestras e incluso, se nos comentó que un mes antes de nuestra visita, este había atacado a un colono que fue a pescar a la zona. La AR del jaguar en la época de lluvias fue de 0.365 registros/km y en la época de estiaje de 0.543 registros/km.

Según las entrevistas, cuando parte de la población Harakmbut vivió en las orillas del río Azul hasta mediados del siglo XX, observaron osos andinos cruzando este río, principalmente en la época de estiaje, siendo eventualmente cazados para el consumo de su carne. En 1978, un oso fue cazado en Shintuya cerca al río Madre de Dios. También se reportó la presencia reciente de machos y una hembra con cría entre los 390 y 470 msnm, entre marzo y octubre de 2007, en las zonas aledañas a los ríos Cupodnoe, Azul y Blanco, donde el oso se alimentó de la médula y frutos de ungurahui. En áreas aledañas a Shintuya, que se encuentran dentro del Parque Nacional Manu, también se ha registrado al oso andino. En el 2003, un oso le dio un zarpazo en el brazo a un niño, cerca de la Comunidad de Yomibato (11°47'35"S y 71°54'54"W, 400 msnm). En marzo de 2005, en la quebrada Gallinazo (12°24'00"S y 71°17'58"W, 408 msnm) se encontró restos de la médula de Bactris sp. e Iriartea deltoidea (Arecaceae) comidos por el oso. En abril de 2007, se observó un individuo caminando a las 6:00 p.m. cerca del límite con Palotoa (12°37'36"S y 71°28'03"W, 698 msnm) (Fig. 2).

 

DISCUSIÓN

Uso del bosque tropical amazónico

Peyton (1999) señaló que el oso andino no es residente permanente del BTA, siendo encontrado raramente por debajo de los 650 msnm. En base a los resultados aquí presentados, se piensa que, si bien esta especie ciertamente no es residente permanente, no se puede considerar rara su presencia en los BTA evaluados. En este trabajo se propone que el oso andino visita este hábitat de forma estacional, principalmente durante la época de estiaje. Esto concuerda con la época de sus registros en el bajo Urubamba (Perú) a 465 msnm, en el mes de mayo (Boddicker et al. 2009), y en Bermejo (Ecuador) a 450 msnm, entre julio y agosto (Borman 2002).

Teniendo en cuenta que el oso andino utiliza los hábitats de acuerdo con la oferta alimenticia (Peyton 1980), aprovechando todos los recursos que el bosque le provee cuando las condiciones climáticas le son favorables ―que podría estar relacionado a una menor cantidad de lluvias, lo que significaría menos deslizamientos de tierras y crecidas intempestivas de los ríos, así como menores temperaturas―, en este trabajo se plantea que se desplazaría en la época de estiaje hacia el BTA en busca de otros recursos alimenticios, cuando la maduración de los frutos de los cuales se alimenta en los bosques premontano y montano disminuye. Estas fuentes de alimento en el BTA y en su límite con el bosque premontano, serían básicamente las palmeras (Arecaceae), cuyos frutos tienen altos niveles de energía, siendo ricos en carbohidratos, proteínas y grasas. Asimismo, la médula (cogollo), aunque es baja en calorías, tiene una digestión rápida (INS 2009), por lo que su consumo en altas cantidades cubriría las necesidades del oso. Esta familia ha sido registrada anteriormente como un componente importante en la dieta de esta especie en otras áreas a altitudes menores de 1000 msnm (Figueroa 2004, Ojeda & Pesca 2006). Asimismo, en el BTA el oso andino podría tener un consumo ocasional del C. paca y Mazama sp., especies que han sido registradas como parte de su dieta a mayores altitudes (Herrera et al. 1994, Poveda 1986).

En la época de estiaje, debido a la disminución de las lluvias, los ríos bajan su caudal, no significando una barrera para el desplazamiento del oso andino a otras áreas en busca de alimento o traslado hacia otras montañas. Esto estaría acorde con lo señalado por los Harakmbut en la RCA sobre los avistamientos de esta especie cruzando los ríos, así como las huellas de individuos solitarios e incluso hembras con crías, encontradas en las playas.

Según Yerena (1987), en Venezuela, la población del oso andino se presenta básicamente en dos regiones que actualmente se encuentran separadas por llanuras de baja altitud con bosques húmedos, pantanos y sabanas. Esto sugiere que los individuos que se trasladaron al oriente tuvieron que haber cruzado estas zonas bajas, que en la actualidad están transformadas en áreas agrícolas, lo que constituye una barrera real que les impide regresar. En el caso de las áreas evaluadas en el PNYC-RCY y RCA, estas no están fuertemente impactadas por la intervención humana, a pesar de existir algunos centros poblados menores en su zona de amortiguamiento, por lo que se observan bosques continuos donde el oso andino puede trasladarse hacia otras áreas.

En base a la abundancia relativa del oso andino en la época de estiaje en el PNYC-RCY (0.829 registros/km) y la RCA (0.032 registros/km), este presenta un mayor uso del BTA en el primero. En el caso del PNYC-RCY, el BTA del sector Paujil se encuentra rodeado por bosques premontanos, de los cuales los registros más distantes de la especie estuvieron en un máximo de 8 km, por lo que es posible que algunos individuos utilicen el área como un corredor entre la cordillera de Yanachaga y la cordillera San Matías (Bosque de Protección San Matías San Carlos), en donde, en ambos lados, se ha registrado a la especie (Figueroa & Stucchi 2009). En su traslado se alimentarían principalmente de las palmeras y de otras fuentes que el bosque le provee. Por otro lado, en la RCA, el registro más distante del oso andino al bosque premontano se ubicó a 25 km hacia el este, continuando en esta misma dirección extensas áreas de BTA. Por ello, es probable que en la época de estiaje, algunos individuos visiten de forma eventual estas zonas en busca de alimento y exploración del territorio, como una continuación del bosque premontano.

¿El jaguar limita la presencia del oso andino en el bosque tropical amazónico?

Anteriormente se señaló que el oso andino parecía evitar al jaguar, ya que sus rangos altitudinales en el Perú y Bolivia no se superponían en la ladera de una misma montaña (Peyton 1999). Sin embargo, en este estudio se determinó que en las mismas áreas donde se registró al oso andino en el PNYC-RCY y la RCA, se encontró una alta actividad del jaguar, presentando una mayor abundancia relativa que el oso. Incluso en el PNYC, en un árbol de Ormosia sp. (Fabaceae) se encontró marcajes de territorio tanto del oso andino como de un felino, que muy posiblemente correspondería a un jaguar.

Esto nos sugiere que la presencia del jaguar no influiría en el desplazamiento del oso andino hacia y en el BTA, al menos en las zonas evaluadas y de forma directa. Aunque se ha documentado que el puma y el jaguar se evitan mutuamente en la región del pantanal y de los llanos, usando este último áreas con cobertura densas más que los pumas (Schaller & Crawshaw 1980, Emmons 1987, Scognamillo et al. 2003), esto no ocurriría con el oso andino, debido a que este se alimenta en las zonas de traslape con el jaguar (BTA y bosque premontano) básicamente de palmeras (Arecaceae) y otros frutos de Sapotaceae y Fabaceae, no siendo un competidor por alimento.

Este tipo de coexistencia entre el jaguar y el oso andino queda demostrada en el bosque premontano bajo, donde el primero se registra hasta los 1500 msnm (Peyton 1999) y donde el oso andino presenta una explotación más frecuente que en el BTA, debido a que esta es un área de transición donde se empiezan a encontrar frutos de las familias Chloranthaceae, Clusiaceae, Ericaceae y Myrtaceae, abundantes en el bosque montano, de los cuales se alimenta. Si bien, en la RCA el oso andino no se había registrado anteriormente en el BTA, su presencia ya había sido reportada en altitudes bajas dentro del bosque premontano, entre los 800 y 1000 msnm en el mes de septiembre, cuando aún no se inician las lluvias fuertes (Fernández & Kirkby 2001), y de igual manera en el PNYC (datos no publicados). Por otro lado, también existen registros del oso en el bosque premontano dentro del Santuario Nacional Megantoni (Cusco) a 960 msnm (Figueroa 2004) y en la Cordillera de Colán (Amazonas) desde los 1000 msnm (Butchart et al. 1995).

Otro ejemplo de coexistencia entre un úrsido y el jaguar, existe en el bosque mesófilo de montaña (800-1400 msnm) en la Reserva de Biósfera El Cielo, en México, donde el oso negro (Ursus americanus) y el jaguar conviven en este hábitat marginal. Al parecer, ambas especies no presentarían competencia en esta área, ya que el jaguar se alimenta principalmente del ganado y el oso negro de los cultivos de maíz (Vargas & Hernández 2001).

Impacto humano

Las crónicas de los siglos XVI al XVIII parecen indicar que la distribución del oso andino incluía las áreas del BTA en mayor grado que en la actualidad (López de Gómara 1922 [1510-1560], Yerena 1987, Vespucio 1992 [1503?]). Este cambio se podría haber originado debido a la transformación de estos hábitats por el hombre, por lo que algunas zonas bajas habrían dejado de proveer espacio y alimento al oso andino, así como de ser corredores naturales entre las áreas montañosas. Uno de los grupos más importantes en la dieta de la especie en el BTA y bosque premontano son las palmeras, las cuales han sido las más utilizadas por los humanos y por tanto, las más susceptibles de agotarse (Johnson 1998). Con el crecimiento de la población humana, este uso se ha ido intensificando, reduciendo la cantidad de palmeras disponibles para el oso andino. Por ejemplo, en la Serranía de las Quinchas (Colombia), en altitudes menores a los 1000 msnm, el oso andino compite con el hombre por los frutos de Oenocarpus mapora, una de sus principales fuentes de alimento en el área, debido a que es consumida por la gente como un reemplazo de la leche por su alto valor en proteína y aceite (Ojeda & Pesca 2006).

En el caso del Perú, muchas áreas de bosques amazónicos se mantuvieron en buenas condiciones, entre otros factores, debido a la falta de vías de comunicación y a la guerra interna (terrorismo), que mantuvo a distancia a los colonos y extractores por décadas. No obstante, en la actualidad dentro de la RCA, existen otros peligros potenciales que podrían conllevar a diversos impactos negativos sobre la fauna y flora. Estos son la extracción maderera, la presencia de concesiones petroleras y el asentamiento de pequeños campamentos de extractores de oro en el sureste de la reserva, que podrían expandirse a otras zonas. Todas estas actividades generan ruidos fuertes, contaminación de las aguas, deforestación de los boques y cacería de animales silvestres para consumo. En el caso del PNYC-RCY, el área de BTA se encuentra bien conservada debido a su difícil acceso y a la ubicación estratégica de la Estación Biológica de Paujil, que les permite una vigilancia continua. Sin embargo, el establecimiento de innumerables, aunque aún pequeños, centros poblados en los alrededores de las áreas protegidas evaluadas (Figs. 1 y 2), en un futuro podrían formar una barrera, originando el aislamiento de algunas poblaciones de la fauna.

 

AGRADECIMIENTOS

A Avelino Sebastián, Tomás Ciriaco, Manuel Soto, Abad Utani, Samuel Enempa, Samuel Mankebe y Trinidad Tapia por su valioso apoyo en el trabajo de campo. A Abel Monteagudo por su ayuda en la identificación de las especies botánicas que formaron parte de la dieta del oso. A Marcelo Stucchi y Paul Velazco por sus valiosos comentarios al manuscrito. A Rocío Rojas y Rodolfo Vásquez del Centro para la Conservación y Desarrollo Sostenible del Jardín Botánico de Missouri, por el financiamiento y apoyo logístico para el trabajo de campo en la selva central. A Idea Wild por la donación de los equipos. A Gilmer Pretell y Humberto Cristóbal por compartir sus observaciones sobre la presencia del oso en las inmediaciones de Paujil. A Roxana Rojas por el diseño de los mapas. Al revisor anónimo por sus acertados comentarios.

 

LITERATURA CITADA

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