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Acta zoológica mexicana

versión On-line ISSN 2448-8445versión impresa ISSN 0065-1737

Acta Zool. Mex  no.82 Xalapa abr. 2001

 

XXV Aniversario del Instituto de Ecologia, A. C.

 

Crónica de su fundación y desarrollo1

 

Gonzalo Halffter

 

Fundador

 

 

El Dr. Sergio Guevara me ha invitado a presentar una retrospectiva del Instituto de Ecología: una crónica de su fundación y desarrollo. Mi exposición será por fuerza sintética y omisiva. Son muchos años, muchas acciones y pocos minutos. Al preparar esta exposición quería llegar hasta el momento actual. Resultó imposible, tomando en cuenta el tiempo de que dispongo. Excepto por alguna referencia muy concreta, me referiré a los años que terminan en 1995.

 

ANTECEDENTES Y FUNDACIÓN

En México, el desarrollo de la ecología como ciencia se inicia muy tarde. A principios de la década de los 70's dos circunstancias favorecieron su rápido desarrollo: la creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y dentro de éste la del Programa Nacional Indicativo de Ecología, y el lanzamiento por UNESCO del Programa Hombre y Biosfera (MAB).

El Programa Nacional Indicativo de Ecología entra en operación en julio de 1974. El Director General del CONACYT nombró Covocales Ejecutivos a los Doctores Arturo Gómez Pompa y Gonzalo Halffter. Los objetivos del Programa abarcaban más que el sólo apoyo a proyectos de investigación, pretendía "...Integrar, en un proceso interrelacionado, la generación de conocimientos, la formación de recursos humanos, la creación de centros de investigación, el suministro de servicios de apoyo, así como la innovación y la difusión tecnológica." (CONACYT, 1976). Los Covocales del Programa tenían una visión del papel de la ecología un tanto diferente de la que había sido tradicional. Consideraban que la ecología debía generar lineamientos y opciones para hacer el desarrollo sustentable a largo plazo. Este planteamiento coincidía totalmente con los postulados del Programa MAB-UNESCO, programa en el que participaron desde los primeros momentos Arturo Gómez Pompa y Gonzalo Halffter.

No se ha evaluado el impacto del Programa Nacional Indicativo de Ecología en el desarrollo de la ecología en México. Es indudable que a través de proyectos específicos, fomentando la colaboración entre instituciones para acciones conjuntas de envergadura y favoreciendo el intercambio internacional, el Programa tuvo una influencia decisiva en las primeras etapas de tres centro creados por CONACYT: el Instituto de Ecología, el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB) y el Centro de Ecodesarrollo, además de impulsar la investigación en ecología y la formación de ecólogos en el Instituto de Biología y en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas y en otras instituciones.

El Instituto de Ecología nace con el propósito consciente de romper una falsa disyuntiva, entonces dominante y que en parte subsiste. Distinguir los centros que pretenden hacer ciencia de excelencia, entendiendo a la excelencia como sinónimo de ciencia básica. En 1974 y ahora, en su gran mayoría estos centros no son exactamente de excelencia, aunque si responden a esta calificación unos pocos de sus investigadores. Por otra parte estarían los centros formalmente comprometidos en la resolución de problemas nacionales.

El Instituto de Ecología no pretendía sustituir a, ni competir con, ninguno de los centros que ya existía. Quería ser una institución nueva, que creciera sin distorsiones, en forma gradual. Una institución en la que la búsqueda de la excelencia no estuviera reñida con el compromiso inmediato con México.

Con un apoyo decidido del entonces Director General del CONACYT, Lic. Gerardo Bueno Cirión, el núcleo de lo que iba rápidamente a consolidarse como Instituto de Ecología inició sus estudios el 1° de Septiembre de 1974 en los locales anexos al Museo de Historia Natural de la Ciudad de México (Fig 1). El Instituto comienza como un experimento. Es el primer centro CONACYT que nace como asociación civil, es decir, como una acción conjunta de varios miembros asociados.

Al fácil arranque del Instituto de Ecología contribuyeron una serie de circunstancias: 1) El que dos de las líneas de trabajo se trasplantan con sus investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas al Instituto. 2) El que el incipiente Instituto no tuviera ninguna carga administrativa. 3) Una política muy definida de colaboración con instituciones extranjeras, de las cuales distintos investigadores pasaron largas temporadas en el Instituto. 4) La colaboración estrecha con el grupo de jóvenes botánicos congregados en torno al Dr. Arturo Gómez Pompa, entonces en el Instituto de Biología - UNAM, después en el INIREB. 5) La concentración de esfuerzos en líneas específicas de investigación.

Las líneas iniciales fueron dos ya comenzadas en la Escuela Nacional de Ciencias Biológica: el estudio de la Biología, ecología, taxonomía y biogeografía de dos grupos de insectos de Coleoptera; y el estudio ecológico de la región de Laguna Verde, Veracruz. La primera de estas líneas de investigación, a la que se han ido incorporando investigadores formados dentro o en relación con el grupo inicial, es posiblemente la que a la fecha ha dado, dentro del Instituto, más resultados publicados: calculo que unos 400 libros y artículos.

Los trabajos en Laguna Verde eran una continuación de los estudios preoperativos de la Planta Nucleoeléctrica. Estos estudios continuaron con el patrocinio de Comisión Federal de Electricidad hasta 1984 y fueron el inicio de otra actividad desarrollada con mucho éxito por el Instituto de Ecología: los estudios de impacto y ordenamiento ambiental.

A estos proyectos se añadieron dos más destinados a la creación de las Reservas de la Biosfera de Mapimí y La Michilía en el Estado de Durango. Pocos meses después de iniciadas las labores del Instituto, se añadiría un quinto proyecto enfocado al estudio del venado cola blanca en La Michilía y también inicio de otra línea fructífera: los estudios sobre manejo y conservación de fauna.

Así, el Instituto de Ecología nacía con una concentración temática que mantendría hasta 1984, en ecología y taxonomía animal y en manejo de áreas para conservación de la biodiversidad, así como una experiencia incipiente (entonces única en México) en estudios de impacto y ordenamiento ambientales.

El Instituto de Ecología se formaliza como Asociación Civil el 18 de Abril de 1975. La asociación quedaba integrada por el Departamento del Distrito Federal y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, siendo el Presidente del Consejo Directivo el Secretaria de Educación Pública. El Departamento del Distrito Federal aportaba las instalaciones anexas al Museo de Historia Natural de la Cd. de México, todos los gastos administrativos en México, y un cierto número de nombramientos adscritos al Museo. CONACYT pagaba los sueldos de los investigadores y el apoyo para la realización de los proyectos antes mencionados. Los otros gastos se tenían que cubrir con los fondos provenientes de proyectos.

La primera Asamblea General designó como Director General a Gonzalo Halffter para el periodo 1975 - 1978, siendo reelecto después para el periodo 1979 - 1982.

Los trabajos en las Reservas de Mipimí y La Michilía en el Estado de Durango recibieron desde el principio un apoyo más que decidido del Gobernador del Estado, Dr. Héctor Mayagoitia Domínguez. El personal del Instituto y un grupo numeroso de investigadores extranjeros asociados con nosotros encontramos en Durango condiciones excepcionales para trabajar. Este apoyo culminó con la creación de las dos primeras reservas de la biosfera de América Latina y se consolidó con la incorporación del Gobierno de Durango a la Asociación Civil el 25 de marzo de 1976.

 

PRIMEROS AÑOS: 1975 - 1979

En los primeros años las actividades en Mapimí y Michilía se ampliaron rápidamente. El apoyo cada vez mayor del Dr. Héctor Mayagoitia llevó a concentrar esfuerzos y mucha de la colaboración internacional en las reservas antes mencionadas.

El 5 de junio de 1978, el Presidente de la República inauguró el Laboratorio del Desierto en la Reserva de Mapimí. Este laboratorio, provisto de instalaciones para el trabajo de campo y la permanencia cómoda de los científicos por períodos prolongados, había sido construido y equipado por el Gobierno del Estado de Durango y entregado al Instituto. Así, el Instituto disponía de una instalación de campo excepcional, sin duda la mejor existente en México antes de la construcción por la UNAM de las modernas estaciones de Los Tuxtlas y Chamela.

Vista en forma retrospectiva, la importancia del Laboratorio del Desierto ha sido enorme. Al Instituto de Ecología le brindó una base de operación que permitió emprender trabajos ecológicos a largo plazo, como los que se han realizado sobre tortuga del desierto, dinámica de poblaciones y comunidades animales, vegetación, relación vegetación - ganado, hidrología y suelos, pero además se constituyó en un atractivo instrumento para intensificar la participación en los trabajos del Instituto de investigadores mexicanos y extranjeros de muy alto nivel. Por otra parte, El Laboratorio del Desierto permitió el contacto cotidiano entre científicos y habitantes de la región, realizando el Instituto trabajos de investigación que interesaban a la región e incorporando a las poblaciones locales a las tareas de la reserva. Con esto se sentaron las bases para el desarrollo de la "modalidad mexicana" de Reservas de la Biosfera.

A lo largo de los años la "modalidad mexicana" a influido en forma decisiva en las otras reservas de la biosfera que se han establecido en México, en la legislación mexicana, y en la política internacional sobre áreas protegidas, siendo la base de la Estrategia Sevilla aprobada por UNESCO y los países miembros del organismo internacional (1995) para la Red Internacional de Reservas de la Biosfera.

Lo que hacía el Instituto de Ecología en las Reservas de la Biosfera de Durango empezaba a tener una fuerte resonancia internacional. Por invitación del Director General de la UNESCO, en junio de 1979, se presentó en la sede del organismos internacional en París, el Ciclo de Conferencias intitulado "Reservas de la Biosfera en el Estado de Durango: un ejemplo de conservación ligada al desarrollo" que antecedió a la inauguración en la propia UNESCO de una exposición sobre el tema. Ha sido la primera, y única vez, que UNESCO ha dado esta importancia a las realizaciones de un país en reservas de la biosfera.

Uno de los éxitos de importancia nacional del Programa Nacional Indicativo de Ecología fue la creación en septiembre 1976 del Fideicomiso para la Selva Lacandona. Las metas del Fideicomiso eran salvar de su destrucción a la Selva Lacandona y racionalizar en ella los procesos de colonización y explotación de los recursos bióticos. Era un proyecto muy ambicioso, pero se iniciaba con fuerte soporte político. Gonzalo Halffter y Arturo Gómez Pompa pudieron exponer sus ideas al presidente de la república. Los doctores Fernando Beltrán y Gonzalo Halffter prepararon el estudio que fue base para la creación del Fideicomiso, iniciándose el 15 de septiembre de 1976 los trabajos con un apoyo entusiasta del Director General del CONACYT y del gobernador de Chiapas. En las labores del Fideicomiso participaban el Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste, el INIREB y el Instituto de Ecología. Este último con la tarea específica de crear una reserva de la biosfera para la conservación del germoplasma de la selva lluviosa mexicana (CONACYT, 1977).

En diciembre 1976, cambiaron Presidente de la República, Gobernador del Estado de Chiapas, y Director General del CONACYT. Los trabajos se continuaron mientras el Fideicomiso tuvo fondos, aunque ya sin prioridad política. La reducción de los trabajos científicos y de los esfuerzos para conservar la diversidad biológica en la Selva Lacandona (hasta fechas recientes en que entran a la tarea la UNAM y el Instituto Nacional de Ecología), es una de las experiencias más frustrantes derivadas de la falta de seguimiento de las acciones para la protección de la naturaleza en nuestro país. El Instituto de Ecología terminó los trabajos que tenía comprometidos y preparó los estudios base para la creación de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules. El decreto de ésta apareció en el Diario Oficial de la Federación el 12 de enero de 1978.

A principios de 1977 el Instituto contaba con dos libros publicados y dos más estaban en prensa. Con estos libros se inicia una fructífera labor de edición que a la fecha comprende 56 libros científicos y 5 series de publicaciones periódicas, de prestigio internacional, con 355 fascículos aparecidos.

Aún antes de terminar los trabajos de Laguna Verde, el Instituto inició otros grandes proyectos de impacto y ordenamiento. El proyecto siguiente fue el estudio de las características ecológicas y evaluación de medidas para reducir el impacto ambiental en el puerto petrolero de Dos Bocas, Tabasco. En 1995 el número de proyectos terminados o en proceso era de 44, incluyendo estudios tan importantes como el ordenamiento ecológico Cancún - Tulúm, los ordenamientos de Bahía de Banderas, Zihuatanejo, Punta Ixtapa, numerosos estudios sobre biología y conservación de elementos faunísticos, el ordenamiento de Bahía de Huatulco, de Costa Alegre (Jalisco), de Los Tuxtlas, la evaluación y estudios de seguimiento de impacto ambiental del proyecto hidroeléctrico Zimapán, etc.

Con una producción científica publicada muy importante y con sus estudios de impacto, ordenamiento y conservación, el Instituto ha demostrado plenamente que la misma institución, incluso los mismos investigadores pueden realizar investigación básica y contribuir con aportes mayores a dar lineamientos científicos para resolver los grandes retos ecológicos nacionales.

 

INICIO DE LA DESCONCENTRACIÓN 1980 - 1988

Durante este período el Instituto consolida su estructura académica y administrativa, crece e inicia un proceso de descentralización que estuvo implícito desde su fundación a través del desarrollo de las reservas de Durango.

El Laboratorio del Desierto de Mapimí era ya un polo de atracción para la elaboración de tesis y proyectos conjuntos de investigación con científicos de otras instituciones mexicanas y extranjeras. A partir de 1982 se inicia en Mapimí un proyecto mayor dirigido al estudio integral de las relaciones vegetación - suelo - agua que continúa con nuevo énfasis trabajos anteriores. Contó durante varios años con el apoyo de la Comunidad Económica Europea. Conceptualmente se asentó sobre la premisa de que la mejor política de conservación es aquella que permite el uso adecuado y sostenido de los recursos naturales.

En este proyecto ha jugado un papel muy importante la colaboración con la institución francesa ORSTOM. Mediante un acuerdo muy generoso a través de los años se han sucedido en Mapimí distintos investigadores de ORSTOM.

La importancia del proyecto vegetación - suelo - agua, así como la creciente actividad en la Reserva de la Biosfera de Mapimí, hicieron conveniente establecer una base local de operaciones. Así se crea el Centro Regional del Norte Arido a principios de 1982. Este centro, encabezado por el Dr. Carlos Montaña, fue el primer paso en el proceso de descentralización.

Durante este período, el Instituto participó con relevancia en el desarrollo de la base conceptual de lo que debe ser una reserva de la biosfera. Después de los estudios para la creación de la Reserva de Montes Azules (Selva Lacandona, Chiapas), se trabajó en la creación de la reserva de El Cielo, Tamaulipas y en la de El Pinacate, Sonora y se colaboró en las acciones para crear las reservas de Sian Ka'an, Quintana Roo y Sierra de Manantlán, Jalisco. Años más tarde, en 1997 y 1998, el Instituto tendría una participación muy importante en la creación de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas.

Durante sus primeros 10 años el Instituto había mantenido una concentración temática en las tres líneas ya mencionadas. No obstante, había publicado un libro sobre malezas del Valle de México, varios sobre ecología urbana de la ciudad de México, y un libro sobre la vegetación del Ajusco. Con la incorporación al Instituto (1984) de Jerzy Rzedowski y Graciela Calderón de Rzedowski se inicia una apertura importante hacia los estudios florísticos. Los doctores Rzedowski crean el proyecto Flora del Bajío que a la fecha ha publicado 87 fascículos monográficos. En abril de 1985, para albergar este proyecto, el Instituto instala en Pátzcuaro, Michoacán, el Centro Regional de el Bajío.

Hay que señalar que en conjunto el Instituto tiene tres de los proyectos más importantes de inventario de recursos vegetales de México: uno concluido, Flora Fanerogámica del Valle de México, y dos en pleno proceso, el ya mencionado Flora del Bajío y la Flora de Veracruz.

Durante 1988 se inició una nueva línea de trabajo, en micología, con el ingreso del destacado especialista Gastón Guzmán. A fines de 1988, el Instituto contaba con un personal regular integrado por 15 investigadores titulares a los que había que añadir dos titulares más pagados por ORSTOM, 25 investigadores asociados y 16 asistentes. De este personal 11 tenían el grado de doctor, 18 eran maestros en ciencias y 23 tenían la licenciatura. 18 de los investigadores eran miembros del Sistema Nacional de Investigadores. Se contaba con 14 plazas de personal de apoyo. La administración central no había crecido manteniéndose en 9 personas. Al personal académico antes mencionado había que añadir los tesistas que fluctuaban en un número próximo a 30. Las líneas de investigación vigentes a fines de 1988 eran 11.

Esta revisión de la actividad científica en este período no sería completa sin señalar el inicio de dos importantes revistas que se han mantenido hasta la fecha. En 1984 el Instituto toma a su cargo la Revista Acta Zoológica Mexicana, de la cual hasta la fecha se han publicado 80 números. En 1988 funda Acta Botánica Mexicana que ha publicado hasta el momento 51 números.

En diciembre de 1982 la Asamblea de Asociados y el Consejo Directivo designaron como nuevo Director General al M. en C. Pedro Reyes-Castillo, investigador fundador del Instituto, que desde 1981 se desempeñaba como Subdirector. Pedro Reyes-Castillo había trabajado en taxonomía, biología y biogeografía de Passalidae, teniendo también una intervención muy importante en la creación de las Reservas de la Biosfera de Mapimí, la Michilía, Montes Azules y El Cielo.

Durante el período que estamos examinando el Instituto contó con apoyos muy importantes del Departamento del Distrito Federal y de la Secretaría de Educación Pública, además de apoyos a proyectos por parte del CONACYT y de organismos internacionales y contratos específicos para la realización de estudios de impacto u ordenamiento ambiental. A partir de 1981 recibió un presupuesto regular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, entonces cabeza de sector de los Centros creados por CONACYT. Muy importante para la consolidación de la carrera académica fue la elaboración de un Reglamento Interno para el Personal Académico y el establecimiento de una Comisión Dictaminadora Externa (1985), ambas acciones en concordancia con el Reglamento para la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico de los Centros SPP-CONACYT.

 

EL GRAN CAMBIO. TRASLADO A XALAPA Y DURANGO. 1989 - 1993

El Instituto de Ecología no se traslada a Xalapa por solicitud propia sino a requerimiento conjunto de las autoridades de su Consejo Directivo, requerimiento fuertemente mantenido por las autoridades superiores de la República. El traslado, que fue a Xalapa y a Durango (a principios de 1989 se terminaron las instalaciones en esta última ciudad) se planteó con un pleno apoyo de las autoridades federales de las que dependía el presupuesto del Instituto. Pero inmediatamente después de acordado el traslado, con el cambio de gobierno, fueron otras las personas responsables de las instituciones federales. Así, el cambio se hizo en las peores condiciones políticas y administrativas posibles: se acordó en los últimos días de un sexenio y se realizó en los primeros días del siguiente.

Desde los primeros meses de 1989 y durante tres años, el Instituto resintió la falta de congruencia entre el presupuesto regular que se le otorgaba y la magnitud de las nuevas instalaciones. Aunque el número de plazas para personal académico y administrativo aumentó en forma muy importante, no se tomó en cuenta que el Instituto recibía una infraestructura 700% superior a la que tenía. El 30 de noviembre de 1988 aparece en el Diario Oficial de la Federación el Decreto Presidencial de liquidación del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB). En este Decreto se transfieren al Instituto de Ecología las instalaciones y bienes del INIREB, aunque en realidad sólo se recibieron sólo las que estaban situadas en Xalapa y el Morro de La Mancha. Con la misma fecha, el Consejo Directivo y la Asamblea de Asociados del Instituto de Ecología nombra por tercera vez como Director General al Dr. Gonzalo Halffter con el encargo expreso de organizar el traslado del personal académico a las instalaciones que recibiría el Instituto en Xalapa, así como las que se estaban terminando en Durango.

Gracias a una lealtad notable del personal y también al espíritu de trabajo que nuestro centro había desarrollado, la desconcentración a las nuevas instalaciones se realizó sin pérdida de personal científico. El Instituto de Ecología contrató a parte del personal del ex-INIREB, con objeto de continuar varios de sus proyectos más importantes. Las limitaciones en el presupuesto no permitieron contratar a todo el personal que se hubiera querido.

El cambio a Xalapa incluyó sorpresas. Una buena parte de la infraestructura estaba en un estado de mantenimiento mediocre, situación que no se conocía cuando se recibió la propuesta de desconcentración y cuya solución inmediata no estaba en los presupuestos aprobados.

El 2 de mayo de 1989 se trasladó a los nuevos edificios de Durango el personal de los proyectos La Michilía y Mapimí, en octubre de ese mismo año pasó a esas mismas instalaciones el personal del proyectos vegetación - suelo - agua que había venido funcionando en Gómez Palacio en un edificio rentado. En 1989 se compra un edificio propio en Pátzcuaro para el Centro Regional que había venido operando en una casa alquilada.

En julio de 1988 (ya realizados los cambios a Xalapa y Durango) trabajaban en el Instituto 163 personas con cargo a la nómina regular. Con fondos obtenidos de contratos y proyectos este número subía a 219, de ellos 144 personal académico. Pocos años después, en 1993 el personal académico con cargo a nómina regular o proyectos externos subía ya a 182. Del personal regular, 48 eran en 1993 miembros del SNI. Hoy en día los miembros del SNI en el Instituto son 54 (Patricia Moreno-Casasola, Circular por e.mail del 11 de Octubre del 2000).

En 1990 el Estado de Veracruz se incorpora a la Asamblea de Asociados y al Consejo Directivo del Instituto de Ecología. Con esta acción se formalizan las actividades en importante presencia académica del Instituto en este estado.

Al iniciarse 1990 era evidente que el presupuesto otorgado por la Secretaría de Programación y Presupuesto era insuficiente. No por el número de plazas para investigación, sino por no contemplar el personal suficiente para evitar el colapso de la infraestructura que habíamos recibido. Al cambiar en la Secretaría al Coordinador Sectorial no se tuvo éxito en las solicitudes de ampliación presupuestal y el Instituto se encontró ante el dilema de cancelar de inmediato todo gasto fuera del presupuesto aprobado, u obtener los fondos extra mediante contratos. Gracias a un esfuerzo notable se obtuvieron y realizaron contratos que permitieron seguir adelante. Con fondos externos se cubrió más del 30% del presupuesto ejercido en 1990. Así, en este año se firmaron 16 contratos con empresas privadas y 7 con el gobierno federal. En 1991, se realizaron 9 contratos con empresas privadas y 21 con el gobierno. Fue un esfuerzo extraordinario de una buena parte de un grupo de investigación, esfuerzo que permitió no sólo obtener los contratos, sino cumplirlos con muy buenos resultados, sin por ello provocar un deterioro de los proyectos científicos base cuyo rendimiento académico continuó siendo muy alto. En 1993 el Instituto se había recuperado totalmente de los equilibrios económicos derivados de su traslado a Xalapa y Durango.

En 1992, con la desaparición de la Secretaría de Programación y Presupuesto el Instituto de Ecología queda sectorizado en la Secretaría de Educación Pública, dentro del Sistema de Centros coordinados por CONACYT.

Un gran estímulo para el Instituto de Ecología fue la concesión por UNESCO del Premio Sultán Quabos para la Preservación Ambiental (1991) este premio, el más importante establecido por UNESCO en relación al medio ambiente, nos fue concedido en su primera asignación, lo cual aumenta aún más su relevancia. Con él se reconocían los esfuerzos para la creación y desarrollo de las reservas de la biosfera de México, así como la enorme repercusión en el ámbito internacional de los planteamientos del Instituto. A la fecha de entrega del premio los investigadores del Instituto y colegas asociados había generado 12 libros, 251 artículos y capítulos de libro, dirigido 5 tesis doctorales, 4 de maestría y 17 de licenciatura, todo ello en torno a la teoría y desarrollo de las reservas de la biosfera.

Desde 1992, al consolidarse el Instituto en sus nuevas sedes de Xalapa y Durango, Gonzalo Halffter había presentado su renuncia al cargo de Director General, manifestando su deseo de reincorporarse de tiempo completo a sus trabajos de investigación en el propio Instituto. El Consejo Directivo y la Asamblea de Asociados nombraron (el 8 de junio de 1993) nuevo Director General al Dr. Sergio Guevara Sada. El Dr. Guevara, fundador del Laboratorio de Ecología en la Facultad de Ciencias, UNAM, venía fungiendo como Director del Area de Vegetación y Flora desde el traslado del Instituto a Xalapa. Dedicado a la ecología vegetal, sus trabajos han enfocado a los procesos de regeneración de selvas húmedas. En los primeros años del Instituto en Xalapa, tuvo bajo su coordinación los importantes estudios de ordenamiento ambiental realizados en Oaxaca, Guerrero y Jalisco.

 

EL INSTITUTO MADURO. 1994 -

Como en su inicio la misión del Instituto sigue siendo realizar investigación básica y aplicada en ecología, biosistemática, conservación y uso de recursos naturales; divulgar, difundir y publicar los resultados de estas investigaciones; formar y entrenar recursos humanos; y promover y establecer programas de intercambio con científicos calificados de instituciones similares, tanto nacionales como del extranjero. Desde 1993 entraron al Instituto 14 investigadores, la mayor parte de ellos mediante acciones de repatriación.

Aunque en el Instituto siempre se dio gran importancia a la formación de elementos humanos altamente calificados, tanto a través de tesis que se desarrollaban dentro de los proyectos de la institución, como dando todo tipo de facilidades para que el personal académico pudiera terminar sus estudios de posgrado, no es sino hasta la creación de la Coordinación de Estudios de Posgrado que esta función termina de consolidarse. Los antecedentes del posgrado en el Instituto de Ecología están en el proyecto que la Subsecretaría de Enseñanza Superior de Investigación Científica encargó (1991) al propio instituto para analizar que se hacía en México y que debería hacerse en relación con los estudios de posgrado en ciencias ecológicas. El desarrollo de este proyecto fue dirigido por la Doctora Patricia Moreno-Casasola. El Posgrado en Ecología y Manejo de Recursos Naturales, recibe su primera generación de estudiantes en Septiembre 1994. Los posgrados en Sistemática y Manejo de Fauna Silvestre en 1997.

Como acciones relevantes en los últimos años señalemos la creación de el Centro de Investigaciones sobre la Sequía en Aldama, Chihuahua, y la renovación total de las instalaciones de La Mancha. Estas construcciones, con la de los edificios del Posgrado, Micología y Ecología Experimental, la ampliación del Edificio "B" y lo que ya está realizado del Edificio de Colecciones, han mejorado notablemente las instalaciones del Instituto de Ecología, en especial en la sede de Xalapa, en donde se han más que duplicado.

Revisando nuestra relativamente corta, pero movida historia, resaltan algunos puntos y otros aparecen para la reflexión con vistas al futuro. El Instituto, como conjunto de investigadores, directivos, y personal de administración y apoyo ha demostrado una capacidad excepcional para enfrentar y resolver importantes proyectos. Me refieron a proyectos que se han trabajado mediante grupos de estudiosos: de los grandes estudios de ordenamiento e impacto ambiental a las floras y los posgrados. Lo anterior se ha hecho sin abandonar la investigación personal relevante. Creo que una de las mejores características de nuestra institución es esta capacidad de reacción y versatilidad unida a una alta calidad académica.

Conservar estas cualidades requiere de un esfuerzo continuo para mantener la institución en sus cánones históricos.

 

FUENTES DE INFORMACIÓN Y BIBLIOGRAFÍA

Una información detallada y documentada sobre el período 1974 - 1995 se encuentra en: Halffter, G. y V. Halffter. 1998. Una Visión Histórica del Instituto de Ecología, A.C. Libro 25 Años del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT. México.         [ Links ]

Todas las cifras y fechas contenidas en este texto proceden de los informes presentados por el Director General del Instituto de Ecología al Consejo Directivo y Asamblea de Asociados del mismo, así como de los informes de los comisarios de la Secretaría de la Contraloría General de la Federación.

CONACYT, 1976a. Los programas indicativos: Evolución y perspectivas. Serie Documentos, número 23.         [ Links ]

CONACYT, 1976a. Subvenciones a proyectos de investigación en ecología terrestre. Serie Instructivos, número 8.         [ Links ]

CONACYT, 1977. Programa Nacional Indicativo de Ecología. Serie Documentos, número 24.         [ Links ]

Halffter, G. 1984. Las reservas de la biosfera: Conservación de la naturaleza para el hombre. Acta Zool. Mex. (n.s.), 5: 4-48.         [ Links ]

 

Nota

1 Conferencia presentada el día 30 de octubre del 2000, en el Auditorio del Museo de Antropología de la Ciudad de Xalapa de Enríquez, Veracruz.

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