Señor editor: La cirrosis hepática (CH) es un padecimiento crónico de etiología diversa. A nivel mundial, representa la causa número 12 de mortalidad global;1 en México ocupa el tercer lugar de mortalidad general.2 La solución a este padecimiento es el trasplante hepático (TH);3 sin embargo, esto representa gastos tanto para el sistema de salud como para el paciente. Por este motivo, parte importante de la evaluación del receptor del trasplante la realiza el departamento de trabajo social, determinando las características socioeconómicas.
En este trabajo, llevado a cabo en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en México, se investigaron las características socioeconómicas de los pacientes con CH que se encuentran en protocolo de TH. Se incluyeron 50 pacientes en el periodo comprendido de abril a diciembre de 2008. Se excluyeron 11, por datos incompletos. De los pacientes incluidos, predominó el género femenino en 55% (n=21); el nivel de estudios, en primer lugar, fue profesional, con 44% (n=17). 64% (n=25) son foráneos, y respecto a la etiología predominó la infección crónica por virus hepatitis C (VHC) en 31% (n=12)(cuadro I).
Solo 38% (n=15) de los sujetos trabaja en actividades remunerativas, y 36% (n=14) llevaba más de un año en inactividad laboral. En 31% (n=12), el proveedor económico fue el paciente, y el cónyuge en 41% (n=15) (figura 1). De toda la población evaluada, sólo en 12% (n=5) de los casos los costos fueron cubiertos por instituciones de salud.
Como mencionamos previamente, a medida que progresa la CH, los costos derivados de la atención incrementan. De acuerdo con el estudio de Torre-Delgadillo y colaboradores, el costo promedio anual fue de 88 326 pesos mexicanos (7 117.32 dólares estadunidenses) para el paciente en estadio Child-Pugh C.4 Si a esto le sumamos los costos de los estudios y valoraciones que se requieren para el protocolo de trasplante, las hospitalizaciones y los medicamentos de la inmunosupresión, el costo se incrementa de forma significativa.
Por otro lado, si tomamos en cuenta que la mayor parte de los casos de CH es causada por VHC, debemos considerar que esto complica la evolución postrasplante, ya que la recurrencia es universal, con 30% de probabilidades de ser nuevamente cirróticos en 5 años. Esto implica que los costos se incrementen debido a los esquemas de tratamiento con antivirales de acción directa; de acuerdo con un estudio,5 el rango de este incremento fue de 55 000 a 100 000 dólares, costos que se vuelven prácticamente inaccesibles para nuestra población.
En resumen, los gastos derivados de la atención médica superaron los ingresos económicos familiares, lo que ocasiona desajustes importantes en la dinámica familiar o el no ser aceptado en un programa de TH. Por este motivo, se requieren estrategias de salud pública que permitan el libre acceso a TH a todos los pacientes que lo requieran, independientemente de las condiciones socioeconómicas.