Señor editor: En los últimos años se ha planteado que el cáncer de mama constituye mundialmente la primera causa de muerte en la mujer. En México se ha incrementado en los últimos treinta años, al pasar del decimoquinto al segundo lugar general como causa de muerte entre mujeres mayores de 25 años de edad, y ocupar el primer lugar en mujeres de 35 años.1 Se calcula que en México, 15.8 de cada 100 000 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama, lo que hace de esta enfermedad un factor importante en el sector de salud pública.
Esta enfermedad supone un desequilibrio en la vida de las pacientes, tanto por el diagnóstico como por el tratamiento, ya que el tratamiento no sólo afecta el estado físico, sino que también influye en otras áreas como el bienestar emocional, las relaciones sociales, la autoestima y el no poder realizar las actividades como antes, lo que hace que las pacientes tengan que adaptarse a cambios importantes.
Además, los efectos secundarios de los tratamientos como la pérdida del cabello, el aumento de peso, la infertilidad, los cambios en la menstruación, los cambios de pigmentación en la piel y en las uñas, la pérdida del seno, sudoración, dolores de cabeza, entre otros, afectan negativamente su bienestar emocional. Además, debido a que estos efectos secundarios son, en muchos casos, visibles, juegan un papel importante en la imagen corporal, y asimismo, en la autoestima de estas mujeres.
Es decir, las repercusiones del cáncer de mama se presentan en los ámbitos físico, social, emocional y cognitivo. Una de las consecuencias comunes es la distorsión en la imagen corporal de las pacientes, asociada con síntomas depresivos, ansiedad y baja autoestima.2,3
Para analizar estas variables, contamos con una muestra de 50 mujeres con cáncer de mama, quienes respondieron unos cuestionarios estandarizados (HADS, RSES y BDI).4-6 Posteriormente, estos datos se analizaron mediante el programa Statistical Package for the Social Sciences (SPSS).* En cuanto a los resultados, se observaron relaciones estadísticamente significativas entre la imagen corporal y la ansiedad (r=0.709, p<.01) la depresión (r=0.614, p<.01) y la autoestima (r=-0.542, p<.01).
Estos resultados nos indican que las pacientes que presentan una mayor alteración de su imagen corporal presentan mayores niveles de ansiedad y depresión, además de una autoestima más baja.
En este trabajo se puede ver la complejidad en cuanto a la afectación y repercusión que representa el cáncer de mama en la vida de las pacientes, puesto que están influyendo numerosas variables en la calidad de vida.
En este sentido, normalmente en las terapias psicológicas no se ahonda lo suficiente en la conciencia corporal y las cogniciones asociadas con ella. Creemos que hay que hacer hincapié en la investigación de dicha variable y adaptar los tratamientos psicológicos a esta población. También es importante brindar apoyo psicológico a las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama.