Señor editor: La migración de profesionales de la salud es un problema creciente, y suele darse de países en vías de desarrollo hacia países más desarrollados. En Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Australia, aproximadamente 25% de los médicos son migrantes, y hasta 75% de éstos se han formado en países de bajos ingresos.1 Este fenómeno contribuye a la carencia de médicos en los países menos desarrollados y, consecuentemente, dificulta mejorar los pobres indicadores de salud en estos países.2,3
Esta problemática es multifactorial; sin embargo, el ingreso económico promedio de los médicos es uno de los factores que influencian la dirección de estas migraciones médicas,4 por lo que es necesario que los países con altas tasas de migración conozcan e intervengan en esta variable.
Para evaluar las diferencias en el ingreso económico de los médicos en varios países, revisamos la base de datos de la Organisation for Economic Co-operation and Development5 que cuenta con información de 19 países para el periodo 2011-2013, y del Medscape Physician Compensation Report 2015,6 que cuenta con información de Estados Unidos para el año 2014. Además, evaluamos su relación con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de cada país, que valora los precios de una canasta familiar estándar, y con el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de cada país que se aproxima al ingreso promedio del mismo.
Los ingresos económicos encontrados son variables, fluctuando de 17 000 a 261 000 dólares anuales para médicos generales, y de 20 000 a 328 000 dólares para especialistas (Cuadro I).7,8 Estas cifras se encuentran directamente asociadas con el PIB per cápita de cada país (Spearman p<0.001 en ambos casos). Esto explica por qué se ha calculado que un descenso de un punto porcentual en el PBI per cápita incrementa la migración de médicos hasta 3.6%.2
Ingreso anual: se refiere a la suma de todos los ingresos económicos que recibe el médico, sin descontar impuestos7,8
Sin embargo, los ingresos económicos de médicos generales y especialistas no están relacionados con el IPC de cada país (Spearman p=0.339, y p=0.173, respectivamente). Es decir, en países con mayores ingresos, el costo de una canasta familiar estándar no es proporcionalmente más alta, por lo que los médicos en dichos países tendrían una mayor capacidad adquisitiva.
El PIB per cápita de muchos países pobres está aumentando, pero este aumento es aún lento, por lo cual serán necesarias varias décadas para que los ingresos económicos de sus médicos lleguen a ser competitivos en comparación con los extranjeros. Mientras tanto, la diferencia en ingresos seguirá siendo un fuerte incentivo para la migración médica, lo que aumenta la inequidad de la salud a nivel mundial.9
Ante esta problemática, resulta necesario que los países pobres estudien el ingreso promedio de sus médicos generales y especialistas, así como sus expectativas salariales, de manera que se determine cuál es el monto necesario para desanimar la migración y se puedan implementar políticas al respecto. Además, se debe evaluar la factibilidad y efectividad de otras estrategias de retención como mejoras en la empleabilidad, satisfacción laboral, oportunidades de desarrollo personal, incentivos, políticas de retorno y reinserción, y regulación de las contrataciones por parte de las naciones receptoras.1