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Salud Pública de México

versão impressa ISSN 0036-3634

Salud pública Méx vol.54 no.6 Cuernavaca Nov./Dez. 2012

 

CARTAS AL EDITOR

 

Cara y cruz de las actitudes en seguridad clínica de pacientes y profesionales

 

 

José Joaquín Mira, D en PsicI, *; Susana Lorenzo, D en MII; Virtudes Pérez-Jover, D en PsicI; Julián Vitaller, D en MI, III

IUniversidad Miguel Hernández. Elche, España
IIHospital Universitario Fundación Alcorcón. Madrid, España
IIIInspección Médica. Consellería Sanitat. Elche, España

 

 

Señor editor: Es conocido que la actitud de los profesionales ante los eventos adversos (EA) es crucial para lograr una atención sanitaria segura y que las actitudes defensivas impiden un análisis sosegado de las causas de los EA, dificultan que se adopten medidas que los eviten en el futuro y no contribuyen a generar un entorno seguro.1,2 También es conocido que la seguridad de los pacientes no es sólo responsabilidad de los profesionales.3 Los pacientes también contribuyen a crear un entorno sanitario más seguro.4

Por esta razón, en el desarrollo de un proyecto de investigación sobre implicación de los pacientes diabéticos o con insuficiencia renal en la seguridad clínica", financiado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias de España y por Fondos FEDER (referencia PI08-90118), comparamos la percepción que pacientes y profesionales tienen de la frecuencia con que en la práctica clínica se producen EA. Ambas patologías fueron seleccionadas porque en ellas coincide un elevado riesgo de sufrir daño o lesión involuntaria asociada a la atención sanitaria.5 Para llevar adelante este estudio, entrevistamos a una muestra aleatoria de 98 diabéticos y de 101 pacientes con insuficiencia renal crónica (mayores de edad y en tratamiento un mínimo de tres años) y a una muestra de conveniencia de 60 profesionales (entre tutores de residentes, especialistas de hospital, médicos de familia y enfermeras de centros de atención primaria y de unidades de hemodiálisis, todos ellos con una experiencia de al menos tres años, miembros de sociedades científicas y asociaciones profesionales o que habían realizado formación reglada en seguridad del paciente). Menos de 5% de pacientes rechazaron responder. Un 20% de los profesionales no respondió en el plazo indicado. Se compararon sus respuestas mediante ji cuadrada con un intervalo de confianza de 95% (p<0.05). A los pacientes se les preguntó: pensando en el conjunto de los pacientes diabéticos/renales que conoce ¿Con qué frecuencia cree que se producen fallos o errores clínicos (médicos o de enfermería) durante el tratamiento? A los profesionales se les preguntó: con qué frecuencia sufren los pacientes diabéticos/renales un EA: daño o lesión atribuibles directamente a la intervención o atención sanitaria que reciben.

En este caso, hasta nueve veces más de profesionales (n=28, 46.7%) que de pacientes (n=10, 5%) dijeron que los EA eran frecuentes. Estas diferencias estadísticamente significativas se mantuvieron en las submuestras de ambas patologías, diabetes tipo I (p<0,0001) e insuficiencia renal (p<0,0001) (cuadro I). Cabe destacar que en el caso de la insuficiencia renal los profesionales consideraron que el número de EA era menor al del tratamiento de la diabetes (37 vs 54.5%). En este caso, 63% de los profesionales consideraron que los EA en el curso del tratamiento de la insuficiencia renal eran poco frecuentes y, lo más destacado, 10% consideraron que era muy raro que se produjeran EA en el curso del tratamiento de la diabetes.

Creemos que es positivo que los pacientes diabéticos y con enfermedad renal confíen en los profesionales, pero no es tan positivo que estos pacientes de mayor riesgo consideren improbable que puedan llegar a ser víctimas de un error clínico, sobre todo porque no adoptarán ninguna medida de precaución y es improbable que adopten un papel como segundo control que contribuya a evitar EA.4,5 Por otro lado, aunque un elevado número de profesionales parecen alerta ante la posibilidad de un EA, confirmamos que todavía hay profesionales que infravaloran el riesgo de que se produzcan EA.6

Estos resultados confirman que los pacientes con mayor riesgo de sufrir un EA se comportan de modo similar a otros pacientes y no esperan que pueda producirse un EA.7,8 Lograr la implicación de los pacientes en su propia seguridad sigue siendo por tanto una de las asignaturas pendientes. Primero, para no alertar a la población de forma innecesaria; segundo, para no minar innecesaria e irresponsablemente la confianza de los pacientes en el sistema de salud y, tercero, para convertir la pasividad en una actitud proactiva que reduzca los riesgos inherentes a la prestación sanitaria. Estos resultados de forma indirecta indican que aún queda camino por recorrer para desarrollar una cultura de seguridad que promueva conductas proactivas que eviten la ocurrencia de los EA prevenibles. En este sentido, en el caso de los pacientes, todo apunta a que estamos todavía eligiendo el camino a recorrer y que las experiencias que involucran a los pacientes como segundo control tendrán que esperar todavía a que sepamos trasladar mejor la información sobre los riesgos inherentes de la atención sanitaria. En el caso de los profesionales, parece que ya hemos andado un importante trecho, pero aunque resulta intrínsecamente positivo que una parte importante de los participantes en el estudio reconozca que existen riesgos, no deja de generar cierta preocupación el porcentaje de quienes consideran que en ambos procesos la ocurrencia de EA es infrecuente o de muy rara ocurrencia.

 

Referencias

1. Singer SJ, Gaba DM, Falwell A, Lin S, Hayes J, Baker L. Patient safety climate in 92 US hospitals: differences by work area and discipline. Med Care. 2009;47:23-31.         [ Links ]

2. Gallagher TH, Waterman AD, Ebers AG, Fraser VJ, Levinson W. Patients' and Physicians' Attitudes Regarding the Disclosure of Medical Errors. JAMA. 2003;289:1001-1007.         [ Links ]

3. Mira JJ. Pacientes por la seguridad de los pacientes. El papel del paciente en la seguridad de los pacientes. Medicina Preventiva. 2011; XVI: 5-11.         [ Links ]

4. Schwappach DL. Review: engaging patients as vigilant partners in safety: a systematic review. Med Care Res Rev 2010;67:119-148.         [ Links ]

5. Aranaz-Andrés JM, Limón R, Mira JJ, Aibar C, Gea MT, Agra Y, and the ENEAS Working Group. What makes hospitalized patients more vulnerable and increases their risk of experiencing an adverse event? International Journal for Quality in Health Care 2011; 23:705-711.         [ Links ]

6. Robinson AR, Hohmann KB, Rifkin JI, Topp D, Gilroy CM, Pickard JA et al. Physician and Public Opinions on Quality of Health Care and the Problem of Medical Errors. Arch Intern Med. 2002;162:2186-2190.         [ Links ]

7. Evans SM, Berry JG, Smith BJ, Esterman AJ. Consumer perceptions of safety in hospitals. BMC Public Health. 2006;6:41        [ Links ]

8. Mira JJ, Lorenzo S, Vitaller J, Ziadi M, Ortíz L, Ignacio E, et al. El punto de vista de los pacientes sobre la seguridad clínica de los hospitales. Validación del Cuestionario de Percepción de Seguridad. Revista Médica de Chile. 2009; 137;1441-1448.         [ Links ]

 

 

* jose.mira@umh.es

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