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Salud Pública de México

versión impresa ISSN 0036-3634

Salud pública Méx vol.53 no.1 Cuernavaca ene./feb. 2011

 

PÁGINAS DE SALUD PÚBLICA

 

 

 

Ávila-Burgos L, Ventura-Alfaro C, Barroso-Quiab A, Aracena-Genao B, et al. Las lesiones por causa externa en México: lecciones aprendidas y desafíos para el Sistema Nacional de Salud. Ciudad de México/ Cuernavaca, México: Instituto Nacional de Salud Pública , 2010. (Perspectivas en Salud Pública, Sistema Nacional de Salud).

La realidad social que hoy vive el país está marcada por la inseguridad y la violencia que día con día nos asedia camino a la escuela, al trabajo, al mercado o a los espacios públicos de entretenimiento. Las señales de esta penosa realidad nos rodean en las noticias de la radio, en casi todos los programas de la televisión, en los titulares de los periódicos, en las conversaciones con amigos y familiares, y llena de preocupación a padres de familia por igual, ya sean ricos o pobres. El signo de nuestros tiempos es la violencia, y más preocupante y dañino es aún el hecho de que se acompaña de una ola de tolerancia que crece sin que al parecer existan fuerzas sociales preocupadas por detenerla.

El documento que lanza el Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes, a través de un trabajo de investigación realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), es una gota de agua en el desierto de diagnósticos y propuestas para atender este inmenso problema de salud pública que no sólo abruma a México sino a todo el mundo. Basta decir que 9% de las muertes en el mundo (más de 5 millones anuales) están provocadas por lesiones, y que sólo en 2002, ocho de las 15 principales causas de muerte en personas de 15 a 29 años estuvieron relacionadas con accidentes de tránsito, ahogamientos, envenenamientos, caídas, quemaduras, violencia, suicidios o traumatismos causados por actos de guerra. Por cada persona que muere se estima que existen 30 personas que son hospitalizadas y 300 que son atendidas en los servicios de urgencias. En nuestro país, significa que existen casi 1.5 millones de hospitalizaciones y alrededor de 15 millones de casos atendidos en los servicios de urgencias.

Para llegar a estas cifras, el INSP realizó un esfuerzo considerable por organizar la información de consultas, hospitalizaciones y defunciones disponible en las principales instituciones públicas (SS, IMSS e ISSSTE) de 2003 a 2007, además de analizar las Encuestas Nacionales de Salud (ENSA-2000) y de Salud y Nutrición (ENSANUT 2006). Este ejercicio se vio complicado por la falta de homogeneidad en los registros institucionales, carencia de registros en ciertos servicios ambulatorios, mala calidad en la clasificación de los eventos, problemas de actualización y a la ingerencia institucional para dificultar el acceso a las bases de datos. Son notables los esfuerzos metodológicos para corregir estos problemas de subregistro y calidad y para introducir nuevas métricas, como el análisis de los años de vida productiva perdidos (AVPP), alentados por FUNSALUD desde hace más de 15 años y que poco a poco van permeando los espacios académicos e institucionales.

Las evidencias del diagnóstico son contundentes. Las lesiones como causa de atención ambulatoria, hospitalización y muerte van en ascenso. El 6.4% de las hospitalizaciones es producido por las lesiones; los egresos hospitalarios subieron de poco menos de 290 000 a cerca de 340 000, del año 2003 al 2007, y son responsables de 9% de los días estancia que ascienden a poco más de 1.7 millones de días de camas ocupadas. Los casi 10 millones de consultas anuales atendidas por el IMSS y la SS han tenido un incremento de 2.8% y de 12%, respectivamente. En la consulta de urgencias, 18.6% de las atenciones en el IMSS y 15.6% en la SS fueron por estas causas. En el país ocurren alrededor de 53 480 muertes anuales en promedio debido a las lesiones y equivalen a 10.7% del total nacional, que afecta primordialmente al grupo de 15 a 44 años de edad, que es la población joven del país, y a los hombres más que a las mujeres. Los datos están bien organizados, descritos con detalle, desplegados por institución, servicio, sexo, edad y entidad federativa, lo que hace del documento un diagnóstico completo y actualizado cuya consulta resulta impostergable para los tomadores de decisiones, investigadores y público en general.

Para identificar posibles soluciones al problema es indispensable conocer las causas que provocaron dichos eventos. En ese ámbito existen serias deficiencias en los registros institucionales para identificar esas causas pues existe una mayor preocupación por consignar el tipo de lesión (traumatismo, quemadura, intoxicación) que las causas externas (caídas, accidentes de tránsito, agresiones, suicidios, etc.). En ese sentido, además de ser deficiente, la información está sesgada a lo reportado principalmente por la SS, pues el IMSS y el ISSSTE no han promovido esquemas operativos en sus sistemas de información para mejorar el registro.

No obstante, el panorama nos indica que las caídas son la causa más frecuente de lesiones, seguidas por las agresiones fuera del hogar, los suicidios y las agresiones dentro del hogar; su crecimiento tanto en hombres como en mujeres es muy acentuado. El registro de los espacios donde ocurren las agresiones nos indica, por ejemplo, que la mayoría ocurre en la vía pública (56%), en el hogar (22.3%), en la escuela (6.2%) y en el trabajo (4.5%). Es aún más destacable el hecho de que en el espacio doméstico la agresión es ejercida por la pareja o por un familiar.

Sería importante conocer si las lesiones en vía pública se debieron a las irregularidades de las banquetas en todas las calles del país, a la falta de señalizaciones de tránsito, a la poca protección urbana hacia los peatones, al exceso de velocidad o torpeza de los conductores del transporte público y privado, o simplemente a la distracción de los peatones. Un hecho que sí se señala en el documento es que, en el caso de los accidentes de tránsito, 12% está asociado con el consumo del alcohol y drogas. La falta de un análisis de las determinantes como pobreza, marginación, educación y otros factores de riesgo es un vacío de información que deberá subsanarse en el futuro para comprender mejor la problemática.

Para todos estos espacios hay soluciones específicas, no por ello menos complejas de aplicar. El documento adolece de un señalamiento de los desafíos y de las evidencias disponibles sobre las intervenciones específicas, aunque acotadas a ciertos problemas como la violencia doméstica, o a la implantación del alcoholímetro, de medidas de seguridad en el trabajo o de esquemas de regulación urbana y de tránsito. No obstante, esta investigación constituye un diagnóstico actualizado sobre una realidad que a todos nos preocupa, aunque no a los políticos encargados de impulsar las medidas necesarias para proteger a la sociedad de muertes prevenibles, evitables o postergables. Estos serán los principales desafíos de este documento:llegar a los escenarios de decisión y política y sensibilizar a la ciudadanía sobre la magnitud del problema que todos enfrentamos y del que todos somos actores fundamentales para su control.

 

Dr. Héctor Gómez Dantés
Investigador del INSP

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