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Salud Pública de México

versión impresa ISSN 0036-3634

Salud pública Méx vol.51 no.3 Cuernavaca may./jun. 2009

 

CARTAS AL EDITOR

 

Consumo de bebidas saludables en México

 

 

Señor editor: Las Recomendaciones para la población Mexicana sobre el consumo de bebidas para una vida saludable1 son un paso adelante en el esfuerzo por reducir de manera efectiva el creciente consumo de bebidas azucaradas y refrescos, que contribuye incuestionablemente a las epidemias de obesidad y enfermedades crónicas. Enfatizo efectiva puesto que las recomendaciones van más allá de describir el horror de la invasión de las gaseosas azucaradas, las cuales entre 1999 y 2006 se convirtieron en la fuente más importante de calorías líquidas para todos los grupos de edad y todos los estratos sociales en la sociedad mexicana; representan además un triste y poco meritorio éxito comercial de escala mundial.2

La quintaesencia de las Recomendaciones..., si se busca un equilibrio entre ciencia y praxis, podría estar alrededor de lo siguiente: el agua es vital y debería ser la fuente más importante de los líquidos consumidos en un día (52% de los ~2 500 ml recomendados); si se bebe café, hasta tres tazas es razonable (20%) pero sin azúcar; la leche es preferible sin grasa o reducida en grasa (15%). Se dice fácil, pero estamos, sin duda, ante una tarea formidable, y es por eso que las Recomendaciones... no son exclusivamente un aviso de servicio público (y que cada quien se las arregle), sino que se acompañan de instrumentos de política pública. Tres de ellos merecen especial mención.

Primero: el agua, que recibe atención central en la sección "Directrices sugeridas". Allí se propone que en escuelas, edificios y programas públicos el agua potable esté disponible para todos. Estamos frente a una pelea que será ganada no sólo con regulaciones -como no vender bebidas azucaradas o refrescos en las escuelas-, sino que requerirá necesariamente reponer el agua en la conciencia, la conveniencia, la economía y el paladar de los mexicanos. En muchos países latinoamericanos la industria de bebidas aprovechó la epidemia del cólera de inicios de los noventa y el temor al agua de la llave para introducir agua embotellada y refrescos con una mercadotecnia agresiva. El agua -potable- de la llave perdió prestigio, cayó en desgracia y ahora es preciso levantarla para convertirla en la irresistible primera opción a la hora de beber. Esto requiere, por cierto, además de voluntad política y concertación intersectorial, agua incuestionablemente pura y buena mercadotecnia.

El agua es también un recurso renovable que cumple un ciclo de vida y cuyo flujo no es ilimitado. Es un bien público que hay que cuidar y hay que invertir para preservarlo. El agua en botella no es una opción de salud personal y tampoco ambiental, por eso es que numerosos gobiernos nacionales y locales han establecido legislación para limitar el uso de agua en botella y promover el agua potable de la llave. Los países donde esto está ocurriendo son Estados Unidos de América, Italia, Dinamarca, Canadá, Francia, Inglaterra y Australia.3

Segundo: dada la importancia nutricional de la leche, es imperativo hacer lo que otros ya hicieron sin mayor trámite ni melodrama: cambiar los precios relativos y colocar la leche entera al mismo precio de la descremada. Y otro tanto debería pasar con el yogur.

Tercero: las recomendaciones anteriores hacen bien en acompañarse de medidas regulatorias como impuestos ("impuestos por cada gramo de azúcar agregado en bebidas...") e incentivos para la industria e instituciones -caso de las escuelas-, que adoptan tales recomendaciones. Las regulaciones sobre el etiquetado obligatorio, los reclamos de salud asociados con el producto y la publicidad comercial son también pieza clave de este esfuerzo. Y no sólo porque es preciso usar el garrote -en realidad muchos en la industria se avienen a cambiar-, sino porque reglas iguales para todos contribuyen a un mercado competitivo y más eficiente.

 

Enrique Jacoby MD, MPH
Asesor regional en Alimentación
Saludable y Vida Activa
OPS/OMS, Washington DC

 

Referencias

1. Rivera JA, Muñoz-Hernández O, Rosas-Peralta M, Aguilar-Salinas CA, Popkin BM, Willett WC. Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana. Salud Publica Mex 2008;50:172-194.        [ Links ]

2. Barquera S, Hernández-Barrera L, Tolentino ML, Espinosa J, Ng SW, Rivera J, et al. Energy Intake from Bevarages is Increasing hmong Mexican Adolescents and Adults. J Nutr 2008;138:2454-2461.        [ Links ]

3. Gies E. Is water a human right or a commodity? WorldWatch 2009;22(2):22-27.        [ Links ]

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