PÁGINAS DE SALUD PÚBLICA

Dr. Miguel A Alvarez.

Investigador titular Instituto de Neurología y Neurocirugía. La Habana, Cuba. Correo electrónico: malv@infomed.sld.cu

C. David Jenkins. Building a better health. A handbook of behavioral change. Washington, DC: Organización Panamericana de la Salud, 2003, 378 pp.

Existe en la actualidad una extensa gama de literatura acerca de los factores conductuales moduladores de la salud ¿Es necesario leer más sobre el tema?

Generalmente, estos materiales persiguen un primordial objetivo: desentrañar las influencias relativas entre los factores biológicos, ambientales y psicológicos en la salud, partiendo del principio de las dificultades de la psicología para ser compatible metodológicamente con las ciencias biomédicas duras. El éxito de los mismos está confinado a los lectores de formación psicológica que infrecuentemente se encuentran en posición de dictar políticas de salud integrales.

La aplicación de la psicología, como comúnmente se imparte en las universidades, a los problemas de salud se ha visto lastrada por tres problemas fundamentales interrelacionados entre sí: archipiélagos de teorías, no hallazgo de invariantes y poca atención a problemas de complejidad media.

El archipiélago de teorías tuvo su origen cuando, en la búsqueda de su propia credibilidad científica, la psicología de manera ingenua mimetizaba estrategias de la biología o de la física, o renegaba de todo método semejante al de las ciencias naturales o exactas, al proclamar su carácter distintivo.

A diferencia de la física y la químicaque se desarrollaban sobre la negación de las teorías precedentes, la psicología creó corrientes paralelas que respondían a una orientación global de la relación del hombre con el mundo. Estos modelos brindaron entidades teóricas relativamente independientes, que no pretendían probar o refutar las hipótesis de las otras construcciones teóricas rivales, por esto, independientemente de la genialidad de sus creadores, asumían un cierto provincianismo que se expresaba en el aislamiento de sus sistemas. La integración no era el propósito de los generadores de estas corrientes, sino el reclutamiento de adeptos.

Este enfoque trajo como consecuencia que la psicología fuera poco eficiente en el hallazgo de invariantes. Las disciplinas científicas tienden a la búsqueda de regularidades. Leyes como la gravitación universal o las tablas periódicas predicen, dentro de ciertos límites, estados futuros de un proceso, sin embargo, las ciencias psicológicas han quedado al margen de esta tendencia tomando mecánicamente métodos de otras disciplinas con resultados de pobre generalización.

Justificaciones son muchas; lo ideográfico del fenómeno psicológico, es una ciencia joven, su objeto de estudio es lo subjetivo y por lo tanto no medible, para asumir que las ciencias que buscan invariantes tienen instrumentos metodológicos certeros y que la psicología no.

La condición humana individual no es susceptible de una taxonomía, y en eso estamos todos de acuerdo, pero no es menos cierto que los encargados de establecer políticas de salud agradecerían a las ciencias psicológicas un esfuerzo para ofrecer algunas orientaciones generales y mejorar el estado de morbilidad y mortalidad de la población; en otras palabras, la psicología generalmente no ofrece soluciones a problemas de complejidad mediasino que aborda problemas de alto grado de complejidad, con diferente nivel de éxito como la dinámica del desarrollo de la personalidad, que formulada de manera tan general es imposible de refutar. La psicología experimental ofrece excelentes modelos de bajo nivel de complejidad relacionados con particularidades del aprendizaje, también exitosos, ya que muchas veces se formulan preguntas a las cuales se les puede dar respuesta.Sin embargo, existe un insuficiente desarrollo en las investigaciones de nivel de complejidad intermedio, que son los que enfrenta la sociedad en el campo de la salud.

¿Qué pasaría si se detuvieran las investigaciones en estas áreas y se integrara el estado del arte para aplicarlo inmediatamente? Probablemente nos encontraríamos con el material desarrollado en Building better health, que salva las tres insuficiencias mencionadas en los enfoques psicológicos para la salud. El rasgo meritorio del libro es justamente que logra, tendiendo puentes interdisciplinarios, enlazar problemas de nivel medio de complejidad mediante una teoría que rebasa escuelas o corrientes y que encuentra regularidades, que debe ser leído por lo médicos sin sospechas de intrusismo profesional, por los psicólogos como la ayuda tan esperada para poder ponerse a tono con los problemas de salud integrales de la comunidad y por los políticos de salud como una brújula para orientarse con criterio propio ante aparentes demandas prioritarias irreconciliables.

Este libro se divide en cinco partes, que van desde los fundamentos teóricos, los aspectos críticos en el ciclo vital desde la infancia, hasta las edades mayores, los principales contribuyentes por mortalidad y morbibilidad, intervenciones eficientes y un epílogo del autor.

En este caso resulta imposible separar el contenido del libro de la vida del autor. Esta obra, de aparente simplicidad, sólo puede ser alcanzada por quien domina profundamente las teorías pasadas y contemporáneas y que, en su extensa y fecunda vida profesional, ha tenido una visión de primera mano y efectuado intervenciones de salud en contextos tan diversos como bosques tropicales, desiertos y en grandes metrópolis.

Con excelente humor, optimismo realista y con extraordinaria originalidad Jenkins aborda magistralmente problemas de nivel medio de complejidad de aplicación inmediata para la salud individual y comunitaria, ofreciendo al lector una ayuda práctica e inestimable. Atraerá el interés no sólo del lector familiarizado, sino también el de los más reacios al tema. El sitio en linea de la librería de la Organización Panamericana de la Salud está disponible en: http://publications.paho.org