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Revista de investigación clínica

versão On-line ISSN 2564-8896versão impressa ISSN 0034-8376

Rev. invest. clín. vol.56 no.2 Ciudad de México Abr. 2004

 

Rev Invest Clín 2004; Vol. 56(2):122-123
EDITORIAL

 

A 20 años del descubrimiento del VIH

 

Dra. Angelina Villasís Keever*

*Departamento de Infectología. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Vasco de Quiroga 15, Tlalpan 14000, México, D.F.

 

A principios de los años ochenta nos encontrábamos frente a una nueva enfermedad mortal. En junio de 1981 se describieron por primera vez la presencia de brotes de enfermedades poco frecuentes: neumonía por Pneumocystis carinii, sarcoma de Kaposi y linfadenopatía persistente, todos en hombres jóvenes homosexuales. 1 En octubre las agencias de salud de Estados Unidos habían catalogado a la enfermedad como una epidemia y el tema alcanzó un elevado interés periodístico, con una gran difusión en los medios. En muchos casos esta epidemia fundó la sección científica de diarios y programas radiofónicos. Grupos conservadores aprovecharon la enfermedad para atacar la homosexualidad con críticas que iban desde frases como "lo bueno es que yo no me voy a infectar" hasta "castigo divino".

Poco a poco fue evidente que la condición que fue bautizada posteriormente como síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) no afecta sólo a la población homosexual: a partir de 1982 se describieron casos en niños, usuarios de drogas intravenosas, hemofílicos y haitianos. La afección en estos grupos de riesgo se explicaba si la enfermedad era causada por un agente infeccioso transmitido por vía sexual, transfusiones sanguíneas o por vía vertical o perinatal. 2 Poco después se evidenció que la enfermedad producía alteración de la respuesta inmune con afección predominante de linfocitos CD4+ 3 . Se observó que existía un largo periodo de tiempo entre la exposición y la presencia de enfermedades oportunistas, producto del estado de inmunosupresión característico de esta afección. La búsqueda por el microorganismo causante fue intensa. Los mecanismos de transmisión, la afección específica de una línea de linfocitos y el síndrome de desgaste, orientaron a algunos investigadores a considerar que el microorganismo causante podría ser un retrovirus. 4,5

Finalmente, en 1983, el grupo de Luc Montagnier en Francia publicó los resultados de estudios experimentales en los que se asociaba la nueva enfermedad a un retrovirus llamado inicialmente HTLVIII y posteriormente VIH (virus de la inmunodeficiencia humana). 6

El descubrimiento del virus permitió el rápido avance en el conocimiento de la infección por el VIH, la patogénesis, historia natural y epidemiología de la enfermedad. Muy pronto, después del descubrimiento del agente causal del SIDA, se desarrollaron pruebas serológicas muy eficientes, que han sido esenciales en salud póblica, ya que permiten establecer el diagnóstico de la infección aun en individuos asintomáticos y de esta manera conocer la verdadera prevalencia de la enfermedad, así como su historia natural al tener la capacidad de detectar la infección desde la seroconversión. Por otro lado, la prueba de ELISA se ha utilizado para escrutinio de unidades de sangre y de esta manera se han podido evitar millones de infecciones por transfusión. 7 Se ha aprendido mucho de la patogénesis de la infección, desde la identificación de la molécula CD4 como receptor primario del virus y los receptores de quimiocinas como receptores secundarios, el ciclo de replicación del microorganismo y la identificación en el mismo de blancos para el desarrollo de nuevas drogas. Así, en 1987, fue aprobado zidovudina (inicialmente desarrollada como antineoplásico) como el primer medicamento antirretroviral. Zidovudina inhibe la enzima transcriptasa inversa del virus, enzima que desafiando el "dogma central de la biología molecular" convierte el RNA viral en DNA que se incorpora en el nócleo de la célula infectada. El rápido impulso que la infección por VIH produjo en la ciencia básica ha permitido en apenas unos años el desarrollo de móltiples drogas con actividad antiviral en diferentes fases del ciclo de replicación del VIH. La disponibilidad de estos medicamentos ha traído como consecuencia una notoria mejoría en la calidad y expectativa de vida en aquellos individuos que tienen acceso a lo que hoy se conoce como tratamiento antirretroviral altamente efectivo.

La Organización Mundial de la Salud estimaba que en el año 2000 existirían alrededor de 40 millones de portadores del letal virus en el mundo. Sus cálculos fueron acertados: hoy en día, 36 millones de personas están infectadas por el VIH y 22 millones han muerto debido al SIDA. 8

El SIDA hizo que se modificara diametralmente la dirección de la investigación clínica, logró atraer fondos póblicos y privados que favorecieron uno de los progresos científicos más rápidos en la historia de la medicina, lo que influyó en el mejor entendimiento de la respuesta inmune y de su alteración en esta enfermedad. Nos ha permitido entender las diferencias no sólo funcionales sino moleculares entre linfocitos T citotóxicos y linfocitos T de ayuda, hemos visto un desarrollo aón más acelerado de la biología molecular, así como el desarrollo de técnicas hoy en día utilizadas en diversos ámbitos de la investigación científica, como la PCR cuantitativa.

Ahora sabemos que la epidemia no está confinada a homosexuales, y que el riesgo de contagiarse se presenta en cualquier relación sexual (hetero u homosexual), hecho que ha modificado en forma por demás sorprendente la enseñanza y el comportamiento sexual en prácticamente todo el orbe. Hoy ya no nos sorprende recibir un paquete de preservativos al entrar a un centro nocturno, o que se presenten anuncios comerciales que fomentan su uso y hagan hincapié en evitar todo contacto sexual casual aunque se esté protegido. Los jóvenes actuales tienen mayor acceso a educación sexual.

A pesar de todos estos avances producto de 20 años del estudio del VIH, aún hay mucho por conocer y muchos problemas sin resolver. La pandemia está lejos de haberse controlado, se calcula que diariamente hay 14,000 nuevas infecciones en el mundo. El tratamiento es accesible sólo a un bajo porcentaje de la población infectada y está asociado a efectos colaterales indeseables.

Este número especial de la Revista de Investigación Clínica a 20 años del descubrimiento del VIH, tiene la idea de realizar un recuento de los logros de la investigación científica y el impacto que estos avances científicos han tenido en el curso de la epidemia, especialmente en México.

 

REFERENCIAS

1. Gottlieb MS, Schroff R, Schanker HM, Weisman JD, Fan PT, Wolf RA, Saxon A. Pneumocystis carinii pneumonia and mucosal candidiasis in previously healthy homosexual men: evidence of a new acquired cellular immunodeficiency. N Engl J Med 1981; 305: 1425-31.         [ Links ]

2. Francis DP, Curran JW, Essex M. Epidemic acquired immune deficiency syndrome: epidemiologic evidence for a transmissible agent. J Natl Cancer Inst; 71: 1-4.         [ Links ]

3. Masur H, Michelis MA, Greene JB, Onorato I, Stouwe RA, et al. An outbreak of community-acquired pneumocystis carinii pneumonia: initial manifestation of cellular immune dysfunction. N Engl J Med 1981; 305: 1431-8.         [ Links ]

4. Gallo RC. Historical essay. The early years of HIV/AIDS. Science 2002; 298: 1728-30.         [ Links ]

5. Montagnier L. Historical essay. A history of HIV discovery. Science 2002; 298: 1727-8.         [ Links ]

6. Barre-Sinoussi F, et al. Isolation of a T-lymphotropic retrovirus form a patient at risk for acquired immune deficiency syndrome (AIDS). Science 1983; 220: 868-71.         [ Links ]

7. Sarngadharan MG, Popovic M, Bruch L, Schupbach J, Gallo RC. Antibodies reactive with human T-lymphotropic retroviruses (HTLV-III) in the serum of patients with AIDS. Science 1984; 224: 506-8.         [ Links ]

8. Joint United Nations Programme on HIV/AIDS (UNAIDS). AIDS epidemic update. http://www.unaids.org/worldaidsday/2002press/Epiupdate.html.        [ Links ]

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