Sr. Editor:

Hemos leído con atención el artículo Ansiedad en familiares de pacientes con COVID-19 hospitalizados en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.¹ El autor resalta la importancia de evaluar y cuantificar los síntomas de ansiedad en los familiares de pacientes con COVID-19 hospitalizados. Consideramos que es un tema de suma importancia, por lo que debería tener mayor énfasis durante este período de COVID-19 con la finalidad de evaluar las repercusiones en la salud mental.

A principios de 2020, la enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19) comenzó a extenderse por toda China. Este rápido aumento de confirmaciones de casos y muertes ha ocasionado problemas como estrés, ansiedad y depresión tanto en el personal médico como en la población general.² Este incremento de los casos confirmados y los decesos se extendió por todo el mundo, en el que Latinoamérica no fue excluida, además dichos problemas llegaron a convertirse en focos importantes de la pandemia.

En esta situación insólita es difícil predecir con exactitud y por tanto, poder estimar las consecuencias psicológicas y emocionales del COVID-19. Las investigaciones que llegan de China, primer país afectado, apuntan a que el miedo a lo desconocido y la incertidumbre pueden llegar a evolucionar a enfermedades mentales como los trastornos de estrés, ansiedad, depresión, somatización y conductas como aumento de consumo de alcohol y tabaco.³

El estudio Escala de ansiedad por coronavirus: un nuevo instrumento para medir síntomas de ansiedad asociados al COVID-19 nos plantea una nueva manera de medir los síntomas de ansiedad asociados específicamente a la pandemia de COVID-19, la cual consiste en una serie de cinco preguntas donde los participantes pueden obtener puntajes desde 0 = nada y 4 = todos los días dentro del período de las últimas dos semanas.⁴

Siendo el ítem 1 el que nos va ayudar a examinar si el paciente ha presentado mareos al momento de exponerse a información de COVID-19. Considerando de esta manera los mareos como uno de los síntomas característicos de un ataque de pánico y de un trastorno de ansiedad generalizada.

El ítem 2 nos ayuda a valorar si el paciente presenta alteraciones de sueño provocadas por una exposición a la información con relación al COVID-19, siendo éste un síntoma que puede ser causa o consecuencia de los trastornos de ansiedad.

Por otro lado, el ítem 3 examina los síntomas de inmovilidad tónica (como la incapacidad para moverse o gesticular algún sonido), síntoma presente en una respuesta fisiológica defensiva en función de una cercanía al peligro o miedo. La pérdida de apetito es evaluada por el ítem 4, que es muy característica en la depresión o en los ataques de pánico, siendo también una respuesta que tiene el organismo al miedo o pánico.

Por último, el ítem 5 evalúa la presencia de náuseas o problemas estomacales que tienen relación con la exposición a información de COVID-19, síntomas también relacionados como una respuesta al miedo o pánico.⁴

El estudio dio como resultado que esta escala de ansiedad por coronavirus (CAS, por sus siglas en inglés) no sólo nos ayuda a diferenciar entre personas que presentan o no ansiedad disfuncional, sino también nos demostró que existe una asociación al diagnóstico positivo de COVID-19, a un consumo excesivo de alcohol o drogas, a una desesperanza extrema y además, al pensamiento suicida.⁴

Los instrumentos de evaluación tradicionales como el Patient Health Questionnaire (PHQ-9) o Generalized Anxiety Disorder (GAD-7) podrían generar diagnósticos insuficientes o excesivos al no estar dirigidos a la identificación de síntomas relevantes y específicos de los problemas de salud mental asociados al COVID-19).⁵ Por esta razón se diseñó el instrumento EAC, que permite identificar problemas de salud mental relacionados con el COVID-19.